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Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala F

Detrez S.A. c. Carballo, Fabian Julian s/ ejecutivo • 10/03/2016 

Publicado en: LA LEY 27/04/2016, 6 con nota de Augusto H. L. Arduino (ver infra)


Cita online: AR/JUR/5443/2016

Hechos

La Cámara confirmó el rechazo de la excepción de prescripción opuesta en la ejecución de un pagaré librado


a la vista.

Sumarios

1 - La excepción de prescripción opuesta en la ejecución de un pagaré a la vista presentado al cobro dentro


del año de su emisión debe rechazarse si desde ese momento hasta la fecha que fue promovida la ejecución
no transcurrió el plazo de tres años que fija el dec-ley 5965/63.

2 - La acción directa en contra del librador de un pagaré prescribe a los tres años, dada la remisión hecha por
el art. 103 del dec-ley 5965/63 y debido a que el suscriptor se obliga de la misma manera que el aceptante de
la letra de cambio.

3 - La prescripción del ejercicio de la acción cambiaria directa derivada de un pagaré impago con vencimiento
a la vista corre desde el momento de su presentación al pago dentro del año de su emisión, pero si no fue
requerido el pago o no se protestó por impago, comenzará a regir a partir del año de su creación.

4 - Si la fecha de vencimiento que se consigna en el pagaré luce en el extremo superior derecho el documento
debe considerarse pagadero a la vista, pues ese elemento no integra el cuerpo del documento y, por ende,
carece de eficacia cambiaria.

TEXTO COMPLETO: 

2ª Instancia.- Buenos Aires, marzo 10 de 2016.

Vistos: 1. El ejecutante apeló la sentencia de fs. 87/88 en cuanto el magistrado de grado desestimó la
excepción de prescripción opuesta por el demandado en fs. 74/75.

Los fundamentos del recurso obran a fs. 91/93 y fueron respondidos a fs. 96/99.

2. El memorial presentado no contiene una crítica concreta y razonada del fallo, de conformidad con lo
que estatuyen los arts. 265 y 266 del Cód. Proc. Civ. y Comercial.

Es que el apelante se ha limitado a reiterar —en esencia— los mismos argumentos que expuso ante el
juez a quo en la presentación obrante en fs. 74/75.
3. Sin perjuicio de ello, cabe señalar que esta sala comparte el criterio que sostiene que es aplicable el
plazo de prescripción trienal a la acción que se ejerce contra el librador de un pagaré (art. 96 dec.-ley
5965/1963).

Es que, dada la remisión hecha por el art. 103 y debido a que el suscriptor se obliga de la misma manera
que el aceptante de la letra, la acción directa en contra del librador y su avalista también prescribe a los
tres años (Cfr. “Letra de Cambio, Vale y pagaré”, T° II, pág. 518/9; en igual sentido: CSJN, 25/02/1992,
“Iseruk, Roberto c. Corrientes, Provincia y otros s/ ejecutivo; ídem esta sala “Albano Horacio c. Multiva
Néstor y otro s/ ejecutivo” 15/12/2009).

De otro lado, también cabe recordar que a tenor de lo normado por el art. 46 del Decreto Ley 5965/1963 la
acción cambiaria es directa o de regreso. Así la primera tiene como sujeto pasivo sólo al aceptante y a su
avalista, quien está obligado en los mismos términos que su avalado (art. 34 primer párrafo del Dec. Cit.);
mientras que en la acción de regreso, sólo son sujetos pasivos los endosantes y sus respectivos avalistas,
siempre y cuando no se hayan relevado de la garantía de pago mediante cláusula especial exonerativa
(art. 16).

Ahora bien, hecha esta precisión conceptual cabe señalar que del examen del pagaré que sustenta el
reclamo en análisis (v. copia de fs. 7), surge que el pagaré base de las presentes fue librado por el
demandado Carballo Fabian Julian, a favor de Detrez S.A.

En este marco se trata de una acción directa, por lo que corresponde aplicar el plazo de tres años previsto
por el art. 96 primer párrafo del Decreto ley 5965/1963, tal como lo hizo el juez de grado.

Destacase que el plazo de prescripción de un año citado en la misma normativa y al que hace referencia
el apelante, se encuentra previsto para las acciones de regreso (endosantes) a contar por cierto desde la
fecha de protesto formalizado en tiempo útil o desde el vencimiento del título cuando este contiene
cláusula “sin protesto” (cfr. Escuti, “Títulos de Crédito”, Astrea, pág. 210 y sgtes).

Ahora bien, retomando, se coincide con el accionado que la fecha de vencimiento que se consigna en el
pagaré que luce en el extremo superior derecho no integra el cuerpo del documento y por ende, carece de
eficacia cambiaria. Ello determina que el documento deba considerarse pagadero a la vista (Dec. Ley
5965/1963: 101 y 102; Sala E, 22/10/1982, “Calegari Carlos c. Haran Horacio s/ejecutivo” íd., 30/05/1995,
“Mepar S.A. c. Darsa Sur S.R.L.”; Sala B, 16/07/2000, “Manuel Tienda León S.A. c. Lago Juan s/
ejecutivo”; ídem esta Sala 23/02/2010 “Bollo Felix Pedro c. Santa Maria Jorge Hugo s/ ejecutivo”).

Frente a ello, la prescripción del ejercicio de la acción cambiaria directa derivada de un pagaré impago con
vencimiento a la vista, corre desde el momento de su presentación al pago dentro del año de su emisión
pero si no fue requerido el pago o no se protestó por impago, comenzará a regir a partir del año de su
creación (Sala B, 05/10/2006, “Bco. Comafi S.A. c. Flinders S.A. y otros s/ejecutivo”).

En el caso, el pagaré se presentó al cobro dentro del plazo de un año conforme lo establece la normativa
cambiaria (art. 36. y v. fecha de creación del documento que se ubica el 20/10/2011 y fs. fs. 10 vlta, donde
el actor denuncia como fecha de presentación al cobro el 15/02/2012).

Frente a ello, resulta evidente que desde la fecha de presentación al cobro hasta la fecha que fue
promovida la ejecución (13/09/2013 véase cargo de fs. 11 vta.), no transcurrió el plazo de tres años que
fija el dec.-ley 5965/1996 y 103 por lo que corresponde rechazar el planteo efectuado.

4. Por todo lo expuesto, se resuelve: rechazar la apelación deducida por el ejecutante y confirmar la
resolución apelada. Con costas al vencido en tanto ha resultado sustancialmente perdidoso en el recurso.
(cpr 558). Notifíquese a la recurrente al domicilio electrónico o en su caso, en los términos del art. 133
Cód. Proc. Civ. y Comercial (Ley n° 26.685, Ac. C.S.J.N. n° 31/2011 art. 1° y n° 38/2013) y y
oportunamente devuélvase. Hágase saber la presente decisión a la Dirección de Comunicación Pública de
la Corte Suprema de Justicia de la Nación (conf. Ley n° 26.856, art. 4° Ac. C.S.J.N. n° 15/13 y Ac. n°
24/13). — Juan M. Ojea Quintana. — Rafael F. Barreiro. — Alejandra N. Tevez.
La acción cambiaria directa contra el suscriptor de un pagaré
Arduino, Augusto H. L. 

Publicado en: LA LEY 27/04/2016, 6 


Fallo Comentado: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, sala F ~ 2016-03-10 ~ Detrez S.A. c.
Carballo, Fabian Julian s/ ejecutivo

Sumario: I. Introducción. — II. Acción cambiaria. Concepto. — III. Clases. — IV. Acción cambiaria directa. — V.
Prescripción.
Cita Online: AR/DOC/1253/2016

I. Introducción

El fallo que nos proponemos comentar nos brinda la ocasión de analizar las condiciones de procedencia
de la acción cambiaria directa contra el suscriptor de un pagaré.

La doctrina que emerge del fallo determina que el suscriptor se obliga de la misma manera que el
aceptante de la letra determinando que la acción directa contra el librador y su avalista se prescribe a los
tres años.

Tal criterio jurisprudencial nos proporciona la ocasión de referirnos, en abono de esta tesis jurisprudencial,
a la acción cambiaria directa contra el suscritor de un pagaré.

II. Acción cambiaria. Concepto

El titular de una letra de cambio y un pagaré dispone, en nuestro ordenamiento vigente, de un derecho
subjetivo con características particulares en cuanto emerge de un título crédito. Por definición este
derecho es literal y autónomo y se encuentra documentado en un título constitutivo que responde a los
caracteres de formal y completo (1). El primero de estos caracteres resulta del art. 1º del dec-ley 5965/63
en cuanto dispone una serie de recaudos formales que hacen a la existencia de la letra concluyendo el art.
2º que al título al cual le falte alguno de los requisitos enumerados en el artículo 1º no es letra de cambio,
salvo los casos de las suplencias legales que el mismo artículo menciona. Un principio similar se registra
en torno al pagaré en los arts. 101 y 102 del dec. 5965/63.

El carácter de completo se verifica en cuanto, tanto la letra de cambio como el pagaré, se bastan a sí
mismos y el derecho del portador legitimado, como las obligaciones de cada uno de los firmantes,
emergen de los términos de la declaración cambiaria que resulta del título, no admitiéndose la remisión a
documentos complementarios.

Este derecho subjetivo de naturaleza cambiaria surge de la ley de fondo, lo que configura el aspecto
sustancial de la cuestión, pero a la vez, existe un aspecto procesal vinculado con la forma en que habrá
de ejercerse tal derecho admitiéndose la posibilidad de dos vías procesales distintas, bien sea a través de
un juicio sumario o a través del juicio ejecutivo.

Como expresa Gómez Leo al acreedor cambiario se le suministra la posibilidad de actualizar judicialmente
su derecho subjetivo cambiario mediante un proceso de conocimiento (ordinario o sumario), en el cual ese
derecho subjetivo tiene las características que le otorga el rigor cambiario formal y sustancial
(constitutividad, literalidad, autonomía, completividad y abstracción sustancial). A ese mismo acreedor, de
otro lado, se le brinda la posibilidad de que opte para el ejercicio de su derecho subjetivo cambiario
mediante un juicio ejecutivo, que por sus propias características de proceso abreviado, de ejecución,
aparece revestido de la abstracción procesal. Tal característica del procedimiento de ejecución -concluye
el autor citado- viene a magnificar aquél rigor cambiario (formal y sustancial) optimizando así las
posibilidades del cobro del título cambiario de que se trate. (2)
Así señala que el derecho de acción (cambiaria) o más simplemente la acción (cambiaria) en tanto
potestad de demandar en justicia el cumplimiento de la prestación documentada en un pagaré (o letra de
cambio o cheque común o cheque de pago diferido) respecto de todos los firmantes es concedida por el
derecho sustancial o de fondo o derecho cambiario (art. 51 dec-ley 5965/63). (3)
En tanto que para este jurista el proceso cambiario es aquél que se inicia en oportunidad de que un sujeto
ejerce el derecho de acción, o más simplemente, la acción que concede al portador legitimado un pagaré
(o letra de cambio o cheque común o de pago diferido) la ley (cambiaria (arts. 17, 30, 46, 51 y 104 dec-ley
5965/63), cuyo objeto se halla representado por la pretensión formulada que contiene una afirmación de
derecho o consecuencia jurídica derivada, exclusiva y excluyentemente, del título o documento cambiario
presentado en juicio y tiende a lograr que el órgano judicial interviniente, dilucide y declare (en el proceso
de conocimiento o juicio sumario) o imponga hacer efectiva en cumplimiento de la obligación
documentada en el título cambiario mencionado (en el proceso de ejecución o juicio ejecutivo) mediante la
aplicación de las normas legales pertinentes y específicas. (4)

Escuti señala que sería más apropiado hablar de "pretensión cambiaria", para designar el derecho de
fondo o sustancial, y de "acción cambiaria" para aludir a la facultad de peticionar ante la justicia, mediante
un determinado mecanismo procesal, la satisfacción de las pretensiones cambiarias invocadas.

Así apunta que la acción cambiaria, como pretensión, se refiere al "derecho incorporado" al título, a la
facultad sustancial de obtener el pago o el reembolso del importe de la obligación cartular más los
accesorios pertinentes (arts.. 30, 52, 53 y 56, dec-ley 5965/63).

Concluyendo que el artículo 60 del Decreto-Ley 5965/63 al otorgar vía ejecutiva para el cobro de los títulos
de crédito, incursiona en aspectos procesales indisolublemente unidos al derecho sustancial, pero no por
ello impide el ejercicio de las pretensiones cambiarias en juicio ordinario. (5)
Gebhardt y Gerscovich describen a la acción cambiaria como el poder o la aptitud de hacer valer, ante un
órgano jurisdiccional y frente a un obligado cambiario, una pretensión jurídica que designan cambiaria en
razón de que tiene por título o fundamento exclusivo y excluyente una relación instrumentada en un
documento cambiario, en tanto su posesión material y su presentación resultan condición de ejercicio y de
disponibilidad del derecho a él incorporado, según la legislación sustancial (art. 46 del dec-ley 5965/63), a
fin de obtener mediante dicha acción el cumplimiento forzado de la prestación pecuniaria comprometida
en ese documento. (6)

Por nuestra parte señalamos que:

a) La pretensión sustantiva puede ejercitarse tanto por la vía del juicio ejecutivo o por la vía de un proceso
de conocimiento (ordinario o sumario)

b) Compete al actor la elección de la vía.

c) El carácter cambiario de la pretensión emerge de la legislación de fondo (dec-ley 5965/63).

d) La opción por el proceso ordinario no veda la aplicación de los principios y normas sustanciales que
gobiernan y rigen a los títulos de crédito y la mayor amplitud de defensas y pruebas no pueden alterar el
principio de autonomía de los derechos cartulares de buena fe.

e) La sentencia obtenida en juicio ordinario tendrá el carácter de cosa juzgada material.

III. Clases

En cuanto a las clases de acciones cambiarias el art. 46 del dec-ley 5965/63 señala que la acción
cambiaria es directa o de regreso. En el caso de la letra de cambio es directa contra el aceptante y sus
avalistas en tanto que en el pagaré lo es contra el suscriptor; en tanto que será de regreso contra todo otro
obligado.

Conforme lo exponen Gebhardt y Gerscovich amén del distinto sujeto pasivo contra quién va dirigida la
acción cambiaria directa, ésta se diferencia de la de regreso por otras pocas características: la acción
directa no está sujeta a cargas del portador cuya insatisfacción pueda operar su caducidad; en cambio la
de regreso, impone el cumplimiento de ciertas cargas que, de no producirse oportunamente, conllevan su
caducidad (arts. 40 y 57 del dec-ley 5965/63); asimismo difieren una de otra respecto del inicio del
cómputo y los plazos de prescripción, pudiendo la acción de regreso ejercerse a término o
anticipadamente. (7)
En relación con las denominadas acciones regresivas cabe distinguir: a) la acción cambiaria de regreso a
término; b) la acción cambiaria de regreso anticipado; c) la acción cambiaria de reembolso o ulterior
regreso. (8)

IV. Acción cambiaria directa

IV.1. Legitimación activa

En el caso de la letra de cambio (9) el artículo 30 del decreto 5965/63 establece que con la aceptación el
girado queda obligado a pagar la letra de cambio a su vencimiento, confiriendo ante la falta de pago al
portador, aun cuando fuese el librador, contra el aceptante una acción directa resultante de la letra de
cambio por todo cuanto puede exigírsele en virtud de los artículos 52 y 53.

Así tendrán legitimación activa:

a) El portador legítimo, en los términos del art. 17 del régimen cambiario, esto es si justifica su derecho por
una serie ininterrumpida de endosos, aun cuando el último fuere en blanco.

b) El endosatario en procuración de acuerdo a los términos del art. 19 del dec-ley 5965/63 el cual estipula
que si el endoso llevase la cláusula "valor al cobro", "al cobro", "en procuración", o cualquier otra mención
que implique un simple mandato, el portador puede ejercitar todos los derechos que derivan de la letra de
cambio, pero no puede endosarla nuevamente sino a título de mandato.

En este caso los obligados no pueden oponer al portador sino las excepciones que hubiesen podido
oponer al que endosó primero a título de mandato, y el mandato contenido en un endoso en procuración
no se extingue por la muerte del mandante o por su incapacidad sobreviniente.

c) El endosatario "en prenda" ya que el artículo 20 del dec. 5965/63 establece que si el endoso llevara la
cláusula "valor en garantía", "valor en prenda", o cualquier otra que implique una caución, el portador
puede ejercitar todos los derechos que derivan de la letra de cambio, pero el endoso que él hiciese vale
sólo como un endoso a título de mandato.

Los obligados en este supuesto no pueden invocar contra el portador las excepciones fundadas en sus
relaciones personales con el que hizo el endoso en garantía, a menos que el tenedor al recibir la letra
haya procedido con conocimiento de causa, en perjuicio del deudor demandado.

d) El endosatario de un endoso que incluya la cláusula sin garantía.

e) El beneficiario de un endoso que incluya la cláusula "prohibido el endoso"

f) El cesionario de una letra o pagare librado con cláusula no a la orden en los términos del art. 12,
segundo párrafo del decreto ley 5965/63.

g) El que ha recibido la letra o el pagaré en virtud de una cesión de créditos en los términos del art. 1454
del derogado Código Civil. (10)

h) El endosatario post protesto ya que el art. 21 del dec-ley 5965/63 establece que el endoso posterior al
protesto por falta de pago o al vencimiento del plazo establecido para efectuar dicho protesto produce sólo
los efectos de una cesión ordinaria.

IV.2. Legitimación pasiva

En el caso de la letra de cambio la acción cambiaria directa tiene por legitimado pasivo de acuerdo a los
artículos 30 y 46 del decreto 5965/63 al girado aceptante y sus avalistas si los hubiere.

Respecto del pagare la acción cambiaria directa está dirigida contra el suscriptor del pagaré y a su
avalista, ya que conforme al artículo 104 del régimen cambiario el suscriptor del vale o pagaré queda
obligado de la misma manera que el aceptante de una letra de cambio.
Esto ha sido reconocido por la Corte Suprema al establecer que el plazo de prescripción de la acción
cambiaria del portador de un pagaré contra su librador es de tres años con fundamento en el art. 96 del
dec-ley 5965/63. (Fallos 315:84)

En efecto en la causa Iseruk, Roberto v. Provincia de Corrientes y otros s/ ejecutivo del 25/02/1992, la
Corte, con la disidencia del Dr. Fayt, señaló por mayoría:

- Que el plazo de prescripción de la acción cambiaria derivada de la letra, es de tres años respecto del
girado aceptante, y de un año respecto de los endosantes y del librador (art. 96, dec-ley 5965/63). El art.
104 del decreto-ley, establece que el suscriptor de un pagaré queda obligado de la misma manera que el
girado aceptante de la letra de cambio, lo que permite concluir, contrariamente a lo sostenido por la
ejecutada, que el plazo de prescripción de la acción cambiaria del portador de un pagaré contra su librador
es de tres años, según la remisión legal prevista en el art. 103.

- Si bien las semejanzas externas entre la figura del librador de letra y el librador de pagaré son evidentes
en sus aspectos formales, no son estas las identidades relevantes para aplicar una solución por analogía
en materia de prescripción; ellas deben buscarse en el terreno de las obligaciones, al cual pertenece este
modo de extinción de las acciones.

- Y en este ámbito, las diferencias que manifiesta el examen de la naturaleza de las respectivas
declaraciones de voluntad que ellos contienen, y los efectos de estas diversidades en la extensión de las
obligaciones que generan en cabeza de los deudores cambiarios, excluyen toda analogía entre uno y otro
obligado.

- El librador de letra promete el hecho de un tercero, sólo anuncia que otro aceptará y pagará por él (art. 1,
inc. 3); el librador de pagaré, promete el hecho propio, declara que él mismo pagará incondicionalmente
(art. 101, inc. 2º). Esta diversa naturaleza jurídica de las respectivas declaraciones de voluntad, genera
profundas diferencias en el alcance de las obligaciones que les atribuye el legislador: el librador de letra
solamente garantiza la aceptación y el pago de la letra por el girado (art. 10); es por ello un obligado
accesorio (arts. 524, Código Civil derogado y 47, de la ley cambiaria). El librador de pagaré, por el
contrario, promete el pago por sí, y por ello es un obligado principal (arts. 523, Código Civil derogado, 46 y
104, ley cambiaria).

- Que esta diferencia sustancial se refleja en la duración de los plazos de prescripción. El art. 96 establece
dos categorías de obligados respecto de los cuales el plazo de prescripción difiere de acuerdo con la
naturaleza principal o accesoria de la prestación prometida por cada uno de los obligados cambiarios,
consagrando un plazo de tres años para el que prometió un hecho propio y de un año para el que
prometió el hecho ajeno.

- No se alcanzan a advertir, por ello, las razones por las cuales este diferente tratamiento legislativo que
concede un plazo mayor para actuar contra quien prometió el hecho propio en materia de letra de cambio,
no se mantendría respecto del pagaré para aquel deudor cambiario que se ha obligado del mismo modo,
prometiendo también él un hecho propio. Si el legislador ha establecido un diferente tratamiento respecto
de la letra de cambio, según se trate de quienes asumen deuda propia o deuda ajena, y siguiendo esas
pautas ha fijado plazos de prescripción de tres años para quien es deudor directo (arts. 46 y 96 ) y de un
año para quien es obligado accesorio, de garantía (arts. 47 y 96), el razonamiento por analogía (en la
hipótesis de tener que construir la norma inexistente a partir de las normas vigentes para la letra por un
supuesto vacío legislativo) impondría que al deudor de pagaré -deudor directo por asumir una obligación
propia- debiera aplicársele el plazo de prescripción de tres años.

- De otro modo, se llegaría a la conclusión -incoherente con el criterio legislativo manifestado en las
normas análogas- de que el deudor directo de un pagaré tendría un plazo igual al del deudor accesorio de
una letra y mucho más breve que el deudor directo de letra. Y, si la ratio legis es idéntica (mayor plazo
para accionar contra quien promete el hecho propio), se impone aplicar la misma solución para ambos
títulos (ubi eadem legis ratio, eadem legis dispositio). Solución que, como se ha visto ut supra, no es sino
la que resulta de aplicar la remisión legal del art. 103 considerando la extensión al suscriptor del pagaré
del régimen jurídico establecido para el girado aceptante que consagra el art. 104 cuyas razones son las
semejanzas que presenta la naturaleza jurídica de las obligaciones que asumen uno y otro deudor
cambiario, y que hasta aquí se han desarrollado.

IV.3. Condiciones de procedencia. Pretensión económica

Respecto de la letra de cambio con la aceptación el girado queda obligado a pagar la cambial a su
vencimiento, debiendo tener en cuenta que el dec-ley 5965/63 establece las siguientes formas de
vencimiento:

1.A la vista. La letra de cambio a la vista es pagable a su presentación. Ella debe presentarse para el pago
dentro del plazo de un año desde su fecha, pudiendo el librador disminuir o ampliar este plazo. Estos
plazos pueden ser abreviados por los endosantes. El librado puede disponer que una letra de cambio a la
vista no se presente para el pago antes de un término fijado, en tal caso el plazo para la presentación
corre desde este término.

2.A un determinado tiempo vista. En este caso el vencimiento de la letra de cambio se determina por la
fecha de la aceptación o del protesto.

3.A un determinado tiempo de la fecha.

4.A un día fijo

Siendo nulas las letras de cambio giradas bajo otras formas de vencimientos distintas de las citadas o a
vencimientos sucesivos. (11)

De donde se sigue que la acción directa para ser ejercida requiere de una letra aceptada y vencida.

En el caso del pagaré la acción directa queda expedita sin otro requisito que haber vencido el plazo del
pagaré y que no se haya atendido el pago por el suscriptor al portador legitimado que efectuó la
presentación o que el pago que se llevó a cabo sea hecho por alguien distinto al suscriptor. (12)

María Teresa y Roberto Mugillo señalan que el objeto de la acción cambiaria directa es ejercitar
compulsivamente, contra el obligado cambiario, el derecho incorporado al instrumento con abstracción de
las relaciones causales que dieran origen a la emisión del título. Explican que el régimen cambiario
distingue en cuanto al objeto de la acción directa, según ésta fuere ejercitada por el portador de la letra —
aún cuando fuere el mismo librador— o fuere ejercitada por algún endosante o avalista (o interviniente en
su caso) que hubiere reembolsado la cambial.

Sobre la base de esta distinción, señalan que, dentro del primer supuesto, establece el art. 52 que el
portador tendrá derecho a exigir:

1. El monto de la letra con más sus intereses si éstos se hubiesen pactado

2. Los intereses a partir del vencimiento de conformidad a la tasa acordada o a los del tipo corriente que
para las operaciones de descuento utiliza el Banco de la Nación Argentina; y

3. Los gastos del protesto, de aviso y demás erogaciones, en los que cabe incluir los gastos de justicia y
las costas del proceso.

En el supuesto de reembolso de la letra por algún endosante o avalista, la reclamación se amplía —


explican— y, en tal sentido, dispone el art. 53 del dec-ley 5965/63, que quien haya reembolsado la
cambial (o el pagaré en su caso) tendrá derecho a reclamar:

1. La suma desembolsada.

2. Los intereses de esta suma calculados conforme al art. 52, y

3. Los gastos que hubieses hecho el reembolsante, entre los que se incluyen los gastos de justicia. (13)

Gómez Leo entiende que el objeto o contenido económico de la pretensión que deduce el legitimado
activo de acuerdo con las siguientes normas cambiarias arts. 30, 46, inciso 2º, 52 y 104, que es la trama
de remisiones y concordancias, de un lado, entre la acción directa y de regreso, y de otro lado, entre el
aceptante de la letra y el suscriptor del pagaré, está integrado por los siguientes rubros:
1. El importe del pagaré insatisfecho, total o parcialmente.

2. Intereses compensatorios si el pagaré fuera de vencimientos relativos y estuviera determinado en el


título según lo dispuesto por el artículo 5º apartado 2º, esto es con indicación expresa de la tasa de
interés.

3. Intereses por retardo (o moratorio) que corren a partir del vencimiento del pagaré sin importar si es de
vencimiento absoluto o relativo.

4. Gastos de protesto y avisos.

5. Demás gastos (art. 52, inciso 3º in fine, y art. 30), rubro que integran los gastos de sellado fiscal,
comisiones, diferencias de cambio, etc., si se hubiese optado por el reembolso extrajudicial vía una letra
de resaca, costos y costas del juicio si se hubiera realizado el cobro judicial del pagaré. (14)

En tanto señala Gómez Leo que para el caso de que quien dedujera la acción directa sea un obligado que
pagó el pagaré, a tenor del art. 53, cambia el contenido económico de la acción; sin embargo sigue siendo
una acción cambiaria directa, en virtud de que, por hipótesis, se ejerce contra el suscriptor o su avalista,
con las mismas condiciones de procedencia y el mismo término de prescripción de tres años.

Tal contenido económico el autor citado lo desglosa de esta manera:

1. La suma íntegra pagada a quien lo demandó judicialmente o a quien le requirió el pago


extrajudicialmente.

2. Los intereses por retardo (o moratorios) sobre toda suma, que corren a partir de la fecha en que
efectivizó el pago.

3. Los gastos en que hubiera incurrido en esos menesteres. (15)

A las consideraciones ya expresadas debemos añadir lo siguiente:

1. El derecho literal y autónomo que contiene la letra de cambio y el pagaré hace que su contenido
económico siempre sea la reclamación de una suma de dinero. Así surge del artículo 1º, inciso 2º del dec-
ley 5965/63 (promesa incondicionada de pagar una suma determinada de dinero) y del art. 101, inc. 2º (la
promesa pura y simple de pagar una suma determinada)

2. En cuanto a los intereses compensatorios, resulta de aplicación lo dispuesto por el art. 5º del dec-ley
5965/63 en cuanto establece que en las letras de cambio pagables a la vista o a cierto tiempo vista, puede
el librador disponer que la suma produzca intereses. En cualquier otra letra de cambio la promesa de
intereses se considera no escrita.

La tasa de intereses debe indicarse en la misma letra y si no lo estuviese, la cláusula se considera no


escrita, corriendo los intereses a partir de la fecha de la letra cuando no se indique una fecha distinta.

3. Los intereses moratorios se computan desde el vencimiento, debiendo distinguirse en el caso del
pagaré si lleva cláusula "sin protesto" o no la incluye. En el primer supuesto y siendo el vencimiento a la
vista deberá tenerse en cuenta la doctrina plenaria "Caja de Crédito c. Vagnat" (16) que estableció que los
intereses corren desde que el actor manifiesta haber presentado el título al cobro. En dicho plenario se
sometió a consideración la siguiente cuestión: "Si en los casos de pagarés con la cláusula 'sin protesto',
librados 'a la vista' con lugar de pago en el domicilio del deudor, la carga de la prueba de la presentación
pesa sobre el acreedor o corresponde al deudor por aplicación de lo dispuesto en el art. 50, párr. 4° del
dec.-ley 5965/63" resolviéndose que en los casos de pagaré con cláusula "sin protesto" exigibles "a la
vista", con lugar de pago en el domicilio del deudor, la carga de probar la omisión de la presentación pesa
sobre el ejecutado invocante de esa carencia.

Si el pagaré no incluye la cláusula "sin protesto", el accionante deberá probar la presentación a partir de la
cual correrán los intereses moratorios.

V. Prescripción
El término de prescripción de la acción cambiaria directa es de tres años partir de la fecha de vencimiento
conforme resulta del art. 96 de la legislación cambiaria nacional que establece que toda acción emergente
de la letra de cambio contra el aceptante prescribe a los tres años contados desde la fecha del
vencimiento.

En cuanto a la interrupción de la prescripción de acuerdo al art. 97 del dec-ley 5965/63 sólo produce


efectos contra aquel respecto del cual se cumplió el acto interruptivo.

(1)  (1) Nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación ha señalado que en tanto el pagaré es un título de
crédito, cuyos caracteres son la abstracción, literalidad y autonomía, su ejecución puede darse con
independencia de la naturaleza y origen de la relación jurídica que se configura entre el emisor -deudor de
la prestación- y el portador. (Fallos 330:1300).
(2)  (2) GÓMEZ LEO, Osvaldo R., "Tratado del pagaré cambiario", segunda edición ampliada y
actualizada, p. 916, Lexis Nexis, Depalma, Buenos Aires, 2004.
(3)  (3) TELLECHEA señala que la acción cambiaria no es más que la facultad de requerir la intervención
del órgano jurisdiccional para conseguir el pago de los obligados en virtud del documento cambiario.
Nuestra jurisprudencia -explica- tiene dicho que "acción cambiaria" es toda pretensión que, fundada en el
vínculo literal, autónomo y abstracto, creada por la suscripción de la cambial, se dirige a la obtención del
pago de la suma de dinero consignada en el título. TELLECHEA, Delinda Solange, De los recursos por
falta de aceptación y por falta de pago, en Código de Comercio, Comentado y Anotado", Adolfo
A.N.Rouillon (director), ALONSO, Daniel F. (coordinador), Buenos Aires, LA LEY, 2006, t. V., p. 163
(4)  (4) GÓMEZ LEO, Osvaldo R., "Tratado del pagaré cambiario", segunda edición ampliada y
actualizada, p. 919, Lexis Nexis, Depalma, Buenos Aires, 2004.
(5)  (5) ESCUTI, Ignacio A., "Títulos de crédito", 9º Edición actualizada y ampliada, p. 298, Astrea, Buenos
Aires, 2006.
(6)  (6) GEBHARDT, Marcelo, GERSCOVICH, Carlos G. "Elementos de Derecho Comercial", p.450,
Buenos Aires, La Ley, 2012.
(7)  (7) GEBHARDT, Marcelo, GERSCOVICH, Carlos G. "Elementos de Derecho Comercial", p.453,
Buenos Aires, La Ley, 2012.
(8)  (8) ESCUTI señala que existen dos grandes categorías de obligados cartulares: el directo y el de
regreso. La primera categoría comprende al aceptante de la letra, al librador del pagaré y a sus
respectivos avalistas. Estos se encuentran obligados de una determinada forma y ocupan una precisa
posición jurídica en razón del acto cambiario que formalizaron (obligados directos) En lo referente a los
obligados de regreso y, en especial, respecto de los endosantes su posición depende no sólo del acto
cambiario realizado, sino también de la posición física (orden) que ocupa en el título: no es lo mismo ser
primer endosante que ser el tercero. ESCUTI, Ignacio A., Títulos de crédito, 9º Edición actualizada y
ampliada, p. 302, Astrea, Buenos Aires, 2006.
(9)  (9) En el caso del cheque cabe señalar que las acciones cambiarias siempre se consideran de regreso
ya que no media aceptación por parte del banco girado, siendo el librador el obligado principal, aunque la
doctrina llama acción directa a la ejercida por el tenedor contra el librador y sus avalistas.
(10)  (10) FIGUEROA CASAS señala que los títulos valores pueden transmitirse por intermedio de normas
de derecho común, mediante el instituto de la cesión de créditos, pero a diferencia de lo que ocurre con el
endoso, al adquirente de la cambial se le pueden oponer las defensas que se tenían contra el transmitente
conforme el artículo 1474 del Código Civil, salvo la compensación. En tales hipótesis no juega la
autonomía propia de los títulos valores. El contrato de cesión de créditos es consensual y no real, si bien
el artículo 1434 dispone que el cedente tiene que entregar el título, si existiese, al cesionario. La cesión de
créditos, para ser eficaz, requiere de la notificación al deudor cedido, tal como lo disponen los artículos
1454, 1459 y 1457 del Código Civil. FIGUEROA CASAS, Pedro J. Del endoso, en Código de Comercio,
Comentado y Anotado", ROUILLON, Adolfo A.N. (director), ALONSO, Daniel F. (coordinador), Buenos
Aires, LA LEY, 2006, t. V., p. 81.
(11)  (11) Debe recordarse que durante la larga evolución de la letra de cambio existieron otras formas de
vencimiento, como se a uno o más días o meses vistas, a uno o más usos, a una feria, entre otras.
(12)  (12) GÓMEZ LEO, Osvaldo R., "Tratado del pagaré cambiario", segunda edición ampliada y
actualizada, p. 860, Lexis Nexis, Depalma, Buenos Aires, 2004.
(13)  (13) MUGUILLO, María Teresa y MUGUILLO, Roberto Alfredo, "Títulos de Créditos", en Tratado de
Derecho Comercial, MARTORELL, Ernesto Eduardo (Director), MUGUILLO, Roberto A. (Coordinador),
Buenos Aires, LA LEY 2010, t. XIV, p. 405.
(14)  (14) GÓMEZ LEO, Osvaldo R., "Tratado del pagaré cambiario", segunda edición ampliada y
actualizada, p. 861, Lexis Nexis, Depalma, Buenos Aires, 2004.
(15)  (15) GÓMEZ LEO, Osvaldo R., "Tratado del pagaré cambiario", segunda edición ampliada y
actualizada, p. 861, Lexis Nexis, Depalma, Buenos Aires, 2004.
(16)  (16) LA LEY 1984-C, 359

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