Está en la página 1de 8

Acción de cancelación

Por Nuri R O D R Í G U E Z O L I V E R A y Carlos L Ó PEZ R ODR Í GUE Z

Esquema acción de cancelación

Antes de entrar a su análisis, haremos ciertas consideraciones


previas, recordando conceptos ya vertidos. Recordemos que lo que
confiere legitimación en materia de títulos valores es la posesión del
documento conforme a la Ley de su circulación (art. 31 Decreto Ley
14.701 ).

I. Aspectos generales de la acción de cancelación

A. Presupuestos o requisitos de la acción de cancelación

El inciso 2 del artículo 109 establece:

"Deberá ofrecer fianza en resguardo de los derechos del tenedor. La


petición debe indicar los requisitos esenciales de la letra, que sean
suficientes para identificarla. El Juez, previo examen de
los antecedentes que se le proporcionen acerca de la verdad de los
hechos invocados y del derecho del portador... "

De la norma transcripta surge la necesidad de que la petición de


cancelación cumpla con tres requisitos que reseñaremos a
continuación.

1. Prueba de la destrucción, extravío o hurto


La norma se refiere a un previo examen del Juez respecto de “ los
antecedentes que se le proporcionen acerca de la verdad de los
hechos invocados”. Se desprende de estas expresiones que la
solicitud de cancelación deberá ser acompañada de elementos que
acrediten que la letra se ha perdido o se ha destruido o ha sido
sustraída.
2. Prueba de la calidad de portador de quien promueve la acción
La acción, que llamamos de cancelación, la promueve quien alega la
pérdida, sustracción o destrucción del título contra el girado y el
librador y contra el tenedor que pudiera tenerlo. Al girado y al
librador se les debe notificar personalmente. El tenedor tomará
conocimiento de la demanda por los edictos que deben publicarse.

Puede suceder que quien posea o tenga la letra no sea su legítimo


portador, es decir que se produzca la escisión entre posesión y
propiedad. La escisión puede ser voluntaria o involuntaria.

Cuando la letra ha sido dada a un tercero por un negocio jurídico


cualquiera como el depósito, la prenda o el mandato, si surge
conflicto entre el dueño y ese tercero, por la posesión de ese
documento, ese conflicto se regirá por las reglas relativas al negocio
jurídico que las vincula.

Cuando la desposesión es involuntaria se plantean distintas


situaciones a solucionar.

a. Situación entre el legítimo dueño y el autor de la sustracción

Para esta primera situación corresponde una acción de


reivindicación, no prevista específicamente por este Decreto Ley y a
la cual se le aplicará el Derecho Civil (arts. 676 y ss. C.C.) y el
Derecho procesal común.

b. Situación entre el legítimo dueño y el detentador del título


Respecto a esta situación existe una disposición expresa en el
artículo 67, inciso 2, que establece lo siguiente:
“Cuando una persona sea desposeída de una letra de cambio por cualquier
causa que fuere, el tenedor, siempre que justifique su derecho en la forma
indicada en el párrafo precedente, no estará obligado a desprenderse de la
letra a no ser que la hubiese adquirido de mala fe o hubiere incurrido al
adquirirla en culpa grave.”

El legislador debió atender al confrontamiento de dos intereses


opuestos e igualmente legítimos: el interés del propietario y el
interés del adquirente. La protección a la propiedad exige que el
dueño despojado sea amparado; la seguridad del tráfico requiere la
protección del adquirente. El Decreto Ley tutela primordialmente al
tenedor de buena fe o diligente, a quien no puede exigírsele la
restitución de la letra.

c. La relación entre el legítimo dueño y quien debe pagarla


La tercera situación a solucionar es la relación entre el legítimo
dueño y quien debe pagarla. Hay una solución legal específica en los
artículos 109 y siguientes, en que se regula la acción de cancelación.

La solución legal contenida en los artículos 109 y siguientes del


Decreto Ley no es totalmente coherente con los principios generales
que rigen a los títulos valores. En efecto, estos artículos tienden a
tutelar el interés del verdadero propietario por encima del interés del
tráfico, otorgándole una acción que le permitirá el cobro de la suma
establecida en el título, no obstante la pérdida, sustracción o
destrucción sufrida.

3. Otorgamiento de fianza

El accionante debe ofrecer la fianza que la Ley impone en resguardo


de los derechos del tenedor.
El artículo 115 establece que la garantía otorgada por el actor para
poder promover la acción de cancelación, no se extingue hasta tanto
sea presentada la letra cancelada o se haya operado su prescripción.

B. Objeto de la acción

En forma sintética diremos que el objeto de la acción es obtener la


cancelación de la letra, esto es, quitarle validez a la letra perdida,
sustraída o deteriorada (art. 113). En sustitución de la letra
cancelada, el accionante podrá cobrar el importe de la letra a los
obligados cambiarios con el testimonio de la sentencia que ha
dispuesto la cancelación (art. 112).

Las normas que admiten esta acción suponen un apartamiento de los


principios generales que inspiran los textos legales sancionados en el
Título Primero, puesto que permite el ejercicio de los derechos
incorporados al título sin tener el título mismo. La posibilidad de
este accionamiento contraría la norma general contenida en el
artículo 6, pero se trata de un régimen de excepción respecto a
situaciones también excepcionales.
Cuando la letra no hubiere vencido aún o fuese en blanco, con el
testimonio de la sentencia el portador puede exigir un duplicado de
la letra en la forma que señala también el mismo artículo 112.

II. Procedimiento

Para esta acción, el Decreto Ley 14.701 señala un procedimiento


especial que podemos describir esquemáticamente, distinguiendo dos
etapas, a las que la doctrina ha llamado “etapa de
denuncia” y “etapa de oposición”[1] .
El artículo 114 dispone que los gastos de este procedimiento son de
cargo de quien lo promovió.

A. Etapa de denuncia
En esta etapa se pone en conocimiento de la justicia, las
circunstancias en que operó alguna de las causales de la acción y las
características del título que sufrió la pérdida, sustracción o
destrucción. La etapa culmina con el auto de cancelación [2] .
1. Demanda
Se presenta la demanda en que se deben indicar requisitos esenciales
del título para que se le pueda identificar. El actor deberá acompañar
justificativos sobre sus derechos y sobre los hechos invocados u
ofrecer prueba sobre los mismos.
En la demanda se solicitará el dictado del auto de cancelación, que se
ordene publicar en la forma legal y que se notifique al librador del título,
así como la aceptación de la garantía ofrecida como suficiente resguardo de
los derechos del tenedor.
El artículo 109 dispone que la cancelación se requerirá al “ Juez
Letrado del lugar donde la letra debe pagarse ”. No obstante, en la
actualidad, luego de la vigencia de la Ley 15.750 - Ley Orgánica de
la Judicatura y de Organización de los Tribunales – lo que procede es
determinar la competencia en función de lo dispuesto en el artículo
72 de esa Ley, que asigna el conocimiento de los asuntos judiciales
no contenciosos a la Judicatura de Paz Departamental de la
Capital[3] .
2. Auto de cancelación
El Juez, después de examinados los antecedentes proporcionados por
el actor, dicta “a la brevedad”, como dice la Ley, un auto de
contenido complejo, según se establece en el artículo 109:
"El Juez, previo examen de los antecedentes que se le proporcionen acerca
de la verdad de los hechos invocados y del derecho del portador, dictará a
la brevedad un auto indicando todos los datos necesarios para
individualizar la letra de cambio y disponiendo su cancelación;
también autorizará su cancelación para después de transcurridos sesenta
días, contados desde la fecha de la última publicación del auto respectivo,
si la letra ya hubiese vencido o fuese a la vista o desde el vencimiento, si
éste fuese posterior a aquella fecha y siempre que en el intervalo no se
dedujese oposición por el tenedor ."
En el mismo auto, el juez debe ordenar las publicaciones legales y la
notificación al librador. También, autorizará su cancelación para después de
transcurridos sesenta días, contados desde la fecha de la última publicación,
hubiese vencido o fuese a la vista, o desde el vencimiento si éste fuese
posterior a la última publicación.
3. Publicaciones y notificaciones
El auto de cancelación se publica durante tres días en el Diario
Oficial y uno de notoria circulación en el lugar de pago y se notifica
personalmente al librador y al girado. Luego de notificado el auto de
cancelación, el girado y el librador no deben pagar la letra. En tanto
el auto de cancelación no se notifique, es válido y liberatorio el pago
efectuado al tenedor de la letra que se dice extraviada o sustraída
(art. 109 in fine).

B. Etapa de oposición

Esta es una etapa eventual donde, en caso de presentación del


tenedor del título cancelado, se abre una contienda donde deberá
acreditar su buena fe, a los efectos de mantener sus derechos [4] .
Efectuadas las publicaciones, corre un término de 60 días durante el
cual el tenedor puede formalizar oposiciones. Si no lo hace, queda
firma el auto cancelatorio.
Si se formalizan oposiciones se plantea un contradictorio. En el
contradictorio que promueva el tenedor opositor se admite la
intervención procesal del actor y de cualquier obligado cambiario y
expresamente del girado y del librador, a quienes debe notificarse la
oposición.
El contradictorio culminará con una sentencia que dejará firme el
auto de cancelación ya dictado o que lo revocará dando razón al
tenedor opositor, cuando éste haya acreditado su posesión conforme
a la Ley de circulación de la letra, esto es, lo que se llama su
legitimación (arts. 31 y 67). De manera que se estructura un proceso,
a semejanza de otros procesos monitorios, en que se obtiene una
sentencia de inmediato que podrá quedar o no firme según la actitud
que asuma el tenedor del título.
El tenedor que se opone puede cumplir con actos conservatorios.
Puede exigir la consignación del importe de la letra al vencimiento o
antes de que transcurra el plazo de presentación legal o estipulado si
la letra fuera a la vista (art. 111).

III. Efectos del auto de cancelación

Si el auto de cancelación queda firme por no haberse formulado


oposiciones o por sentencia definitiva en el contradictorio que se
hubiera planteado, ello apareja las siguientes consecuencias:

A. Cancelación del título

Queda sin validez alguna la letra perdida o sustraída o destruida.


No obstante, la Ley dispone en el artículo 113 que el resultado del
juicio no perjudica los derechos del poseedor que no formuló
oposición contra el que obtuvo la cancelación:
"La cancelación extingue todo derecho emergente de la letra de cambio,
pero no perjudica los derechos que eventualmente pudiera tener el poseedor
que no formuló oposición contra el que obtuvo la cancelación. "
Entonces, queda abierta la posibilidad, entonces, de que ese
poseedor inicie un juicio ordinario contra quien obtuvo el pago y en
el cual deberá justificar su mejor derecho.

B. Autorización de pago

El obligado queda autorizado - porque así lo dispone el auto inicial -


a pagar al actor del juicio de cancelación el importe de la letra si la
letra ya venció o si fuera a la vista. El pago debe hacerse después de
transcurridos 60 días contados desde la última publicación. Si el
título no hubiere vencido aún, se deberá esperar al vencimiento.
Cabe observar un error en el artículo 109 de la Ley que seguramente
obedece a un error tipográfico. En un pasaje que se refiere al auto de
cancelación, establece la Ley “... también autorizará
su cancelación para después de transcurridos sesenta
días...”. Debió establecer “... también autorizará su pago para
después de transcurridos sesenta días...”. Tal es la redacción en la
Ley argentina, fuente de esta disposición. La norma se aclara y
complementa en el artículo 112.

C. Duplicado

Si el título cancelado aún no ha vencido o si es en blanco, puede el


actor exigir un duplicado. Para ello debe reconstruirse la letra en la
forma dispuesta por la parte final del artículo 112 que
establece: “Este deberá pedirse por el portador desposeído de su
endosado y así sucesivamente de un endosante al que le precede
hasta llegar al librador.”

También podría gustarte