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1
DEI] AUTOE \ Ii'.I'I (]A F() RMAT, Y
El problema eptistemoló'gi,co en la filosofía actual (1927).
Hegel 1¡ el prebente (1931).
Progreso y ilesualoración en fi,losofía 7¡ l,iteral'uru (1931). I,()S VAL()RHS
El juego eri*tencial, (1933). ENSAYO
Goethe u el panteísmo spinoziano (1933). IIII II N Á
ALORACION EX|STENCIAL
REY
Ideali,smo fenomenoló¡7i,co y mctalísica cristencia¿ (1936) I'I',' !,,,1 MOhTAL KANTIANA ORIENTADO EN EL
I'ITOBLEMA DE LA LIBERTAD
POB
CARLOS ASTRADA
LA PLATA
nxeúrrrc¡. aBGuNrtNA
1938
ru
In¡orce
Pá,s'
JNTRoD'rrccróN 7
CAPTTUIJO I.
1. tr'orma y contenido de la ley moral .. .. t7
2. Base raeionalista de la generaJizaeióu tle la ley
mora.l . 2l
3. De lo intlividual a lo universal: Ei imperativo ca-
tegórico
4. La dualitlail del ser tlel hombre .. .. 26
CAPITULO II.
5. La libertad corro forma legisladora 29
6. La esencia metafísica tle Ia libertad 34
7. nl primado tle la voluntad . . 40
8. Muntlo inteligible y rcino de lc¡s f,ines 46
CAPITULO III,
9. La ley moral y e1 fundamento humano coexistencial
de su universalidatl . 51
10. El scttimiento tlel respeto y la eoexistencia, moral 55
11. Egoísmo y pluralismo .. 59
12. La uniclad moral dc la comunitlad tie las pclsonas 63
CAPITULO IV.
13. La pura ética tiel deber ser y la" vitla moral 69
-rur
II.
-
La cútica del «formalis¡no" ético, y Ia óticn UNIVERSIDAD NACIONAT DE tA PLATA
de los valores (Novicobrc dc f938)
CAPITU],O L l'Á!
1. La crítiea ile Scheler al fo¡malismo kattl,irtrro
CAPITULO II.
2. ,Sobrc Ia posibilitlatl de una ética materi¿l tlc kr¡ Presidente
velores. ll )'
DoCToR JUAN CARLOS RÉBORA
3. Sustancia apriorística tle 1o emocional .. . lill
4. Determinaeión tle los valores morales ll
5. Va)ores, bienes y fires !r'1 Vicepresidente
6. I41 ¡'o¡den tle preferencia" entre los valores . . ¡l
7. Jerarquía y altitud tle los valo¡es l 0() DOCTOR ORESTES E. ADORNI
8. El sujeto supremo de los valores y los trvalorcs
absol utos , , l0l
Secretatio Genera.l g del Conseio Superiot
CAPITULO III.
L Consitleraeiones erítieas sobre la concepción axio- ABoGAD0 BERNARDO ROCHA
lógica scheleriana: .. .. I07
a) La r'objetividatl absoluta tle los valores" y Miembros del Consejo Superior
su jerarquía I r)7
b) Los "valores objetivos y eternos', y la Facultad de Agronomía: decano, ingeniero aglónomo Santiago
existeneia humana . . I t)ll Boaglio; delegado, ingeniero agrónomo Santos Soriano.
e) Autonomía tlel valor y heteronomía de la Fqcultad de Ciencias Físicomatemátícas: d,ecano, doctor Hilario
Dersona llli Magliano; delegado, ingeniero Enrique Humet'
Facultad de Ciencias Jurídicas u Sociales: decano, doctor Eduardo
CAPITUI,O IV,
F. Giuffra; delegado, doctor Emilio Ravignani.
10. El aporte tle Hartmann para una ética material tle Focuttad de Ciencías Médlcas: decano, doctor Orestes E. Adornil
Ios valores: I ll¡
delegado, doctot José BelbeY.
a) Sentido iategrailor tle la misma . . lll; Facultod de Humanidodes g Ciencias de lo Educación: decano,
b) Los valores y los bienes referitlos a ellos .. .l l(l doctor Alfredo D. Calcagno; delegado, plofeso,r Francisco Romero.
c) nl ethos y la esfera ideal cle los valores . . I ll0 Facultad de Medicino Veterlnaúo: decano, docto¡ Eduardo Blom-
berg; delegado, doctor Víctor M. Artoyo.
CAPITII¡O V.
Facultad de Química g Farmwcía: decano, doctor Angel Bianchi
11, Reflexiones crítieas sobre el concepto ile libertatl
Lischetti; <lelegado, doctor Antonio G. Pepe.
moral en llartmann 127
Instituto del Museo: director, doctor Joaquin Ftenguelli; delegado,
CAPITUI,O VI. profesor Milcíádes A. Vignati.
72. La coneieneia moral y los valores 135
Instituto del Obseroatorio: director, ingeniero Félix Aguilar.
Brsr,rocnerf¿ 14;l Delegados Estudiantiles: seño¡es Luis Bustelo y Alfredo IJngaro.
*28*
en gener:al'
"EI hornllrc -nos tlicc l(arlt- Yt mismo' no
todo scr t'it,tri«rrlltl t:t:i,sl'tt <lorrlo l'i n cn
sí
m,era,ln,t:lt,l,tt (tort'Lo ttttttl'i'tt J)il'r¿I
ltn uso cualquiera
clc cs1Ít, «r it.rlttrrllit v«»ltrrrlit'tl y ficnc
cn totlas sus
rtrc<liott«tri, l,ltltlt» tlll lrr's tlirigitlas
ir sí rrlisrno como CAPÍTULO II
l,anllriótl trtt llrs llirigidlLs :t ol't't¡s
strt'«rs l'¿)'rliona-
¿l'I tttisttt't¡ l'i'cnt'ylo
lcs, sir,tttJtt'(r (lI¡c srlr <lottsitltlt'ilrlr¡ 5" La libertad comro f,orrna legrsladora
r'xigttttrlill' rlloral
r:oit,,, lin" '' Así l'trlltttttos t'¡ttrl lit'
csfa' o
«lrt tlttc cl ltlrtttlrt'c 1¡1¡ §('Ill' ttt'i lizllrlo' ¡ror
,,,,¡,,,111,, vr¡llttttlrrl lt¡rl;t ¡r:tl'lt'
t'slltlrl.r't't' l'ilttts' rne- lill cxclusivo principio de toda ley moral es la
I':lttltrtll,tr (r()lllo lll('(iit" *itlr»
t't¡llsitlrrr'it'tlo rltlrrt«r firz ru¡l,r¡uomía de la voluntad. En Ia independencia de
t'n, sí, ttt,istt't'o, stttttiltistr'¡t' r'xt'ltlsivltltrrrlll'«l
lil posibi- l.rlrr, rnateria de la trey, es decir, de los objetos
cl hom-
lidirrl llt'l irtt¡rrrt'ltlir¡o t'ltlor"ór'i«rrt' lr)s rltltl rlu. Fjo pueden apetecer, consiste únicamente el
1. Esta independencia es
al rnis-
llrtr, «'tt l,llttl,t¡ cs ttltlttt'itlczll t'lt'trirlllitl' tlxisto ¡,r'irrcipio de la moralidad
(] (lolllo (losa't y como lilrlrl,nd en senticlo negativo;pero, al mismo tiem-
rJttl l,i0lrr¡ro tr0ltttl lttrrtlio, la('ll't
l)tr ltrltrí r¡ttt" 1»rl.l'tlttciado con la
li,'tt, t:rt, sí 'uti''qttttt' ¡,,, la libertad es determinación mediante Ia mera
rls {'in cn sí mis- l',r'nul, legislaclora universal de que una máxima
,c1rr',,*,,,,1,,.rtiórr rlt' lt» rlttr" I)()l'(ll¡o
,rr, ,t* lttlrlttslt'l'iltttrrrlrlr' l'i ll J)il'l'll l'o«1os' el
impera- i'rr cirl)az. Tal aptitud iegisladora, que Ie es pro-
tivo c:rtcgót'ic«r, trottt«r ltr.y prí'tll'ica univcrsal' de
se
¡,ir, rlofine la libertad en su sentido positivo. Así,
expresa cn liL sigrrilrrtc l'ot'trtttlit«liórt: "Obra l,rr nr l(ant, Ia ley moral no expresa otra cosa que
tu persona lr lilxrrtad como Ia condición formal de todas ias
*áAo que usos lir lttlrtrltltitlirtl t¿rnto cn
como en Ia pcrstltl:l rlr' «lu:tlt¡uicr
otro al mjsmo rn;rr iu)ls (principios subjetivos del querer) bajo
rneramente como l;r ,,rur,l estas sólo pueden concordar con la supre-
tiempo siemprc «xrrtlrt f irt' nurlca
medio". rnlr lrr.y moral o práctica2. En consecuencia, ttuna
r',,lrurl,lrd para la que la mera forma Iegislarlora de
l¡r ¡rri,xirna sólo puede servir de ley es una volun-
to r]c <lc1,crmina'eión <Ie Ia voluntatl' trste funda- , uliru' ¿rctirridad propia, no puede ser considcrado
mc:rto no ori otr:o t¡ue la lihertad en su significado , ,,,¡¡,r ["cnómeno, tal cual estamos
habituados a con_
positivo, trs tlctli I' corno forma J'egislaclora' En es- r,lr,¡ili'tro en tanto objeto c_,[c la iirtuición, es decir,
te scntitlo, l¿r, lillt¡r'1.lltl os, oomo ya vimos, eI con- I, r¡,rrrrcrlo clel mundo sensible. ,,Como ser racio_
teni<lo dc l¿l lcY lttor"¿ll. rr,rl, ¡rr)r consiguiente pcrtenecientc al mundo in_
La liJrcrla,tl tlcfirltr rtna c¿lusalida<l, no scgún Ie- l,'liriilrle, no puedo ei hombrc jamás pensar. la
yes naturalcs slino so¡1ítrt Jc¡'os invariables d"e una r.rrilirlid¿rd de su propia voluntad de otro
especic particrilar'. l,i]itlrtad do la voluntad como moclo
,1,',. l»r.iola iclca cle libertad,,2. para Kant, eI honr_
autonomía es la Tiroltitrtl¿rd rtrc la vohlntad de ser 1,,,, lilrrc es, pues, el noúmeno de la ética.
para sí rnisma rtna lcy. Si no fuese así, hablar de L;r ¡rctiviclad propia de este scr en sí clel hom-
una voluntad lihrc ser'ía un absurdo' Al pensarnos lrrr,, o soa, eomo cosa en sí, es la libert¿rcl como
mediante la libcrtad como causas operantes a
¡r,rrlr.¡' scr. El earácter formal de este inmediato
pri,ori, tenemos que adoptar otro punto de vista
que cuando, según nuestras acciones, nos repre- t \',í:rso Crund,legung zur Metaphgsik der Sitten, pág.
254 y ss,
lr,,l cil.).
'¡ l)tt. (:'it., pág. 255.
1 Oyt. cit., pág. 31
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de la sólo como tal lo adu-
poder ser librc tlcl hombre, o sea de Ia idea of ro scntido. Un ejemplo
-y
libcrtacl, hit«ro tlttc t¡s1'c ú'ltirno no pueda
pretend'er r:i¡¡¡¡¡¡i- de lo que resulta tle esa incomprensión,
crlltl,r.:ltltl«lir. «ll stlutirlo ontológico de
Ia liber. .r'rr, sistcmática, Io tenemos en la posición de Paul
-sin
tarl- tltrl,rrt'rltilta,r' oh,ictivamentc y de antemano el Mcrrzcr. Así, éste reputa insuficiente el punto de
yta,ru, r¡ttti, tltr stl llrolrio pocler dctertninarsc
ca<la vi¡lr formal en la fundamentación de la ét'ica y
yt)'/, it, sí tttislrto l)or(Iuc como con profundo acierto rrr, csfuerza por incorporar a ésta algunos "prin-
en Ia li- ,'i¡rios mateliales", indispensables, según é1. Por
tlbsct'vrt lill'l Lijwit, "precisamente cstá
lij
pues, indepctttlur<,iit rlr'l llorttlrlc r'[c l)ios, dei mun- ,lr¡cc a una interrogación por la causa, aI proble-
clo y ctc la rt¿l1,ttt'itlt'rllt; trlr rlcci r', trll:l cs inclependen- r¡u rlc la causaiidad. La ley cle causalidad Ia for-
rr¡ul¿¡. I{ant en Ia t'Crítica de la razón pura,,, en la
cia de un¿r rclaciírrr. F{i lrr' lilrtrr'i,iltl crt scnf ido nega-
tivo es inrleltcttil.t'r'tt:itt, tlt'. . ., ltr lilter:t¿rd positiva r:r'rq'rrrd&. "analogía de la experienciarr, y reza que
hombre para detcrntirtat'str a, sí tltisrno' La csencia rrr,,r'!LI hay una causaiidacl por libertad. Lo proble-
de la libcrtacl aparocc, así, con)o la cscncia de la rn;ilico aquí está en Ia causalidad. En Kant, la li-
autodeterminación. La teor'ía liantiana de la liber- l,crf ¿rcl como idea cosmológtca es, sin duda, una
--36-
liber- lrr interrogación por el ente, eI problema central
libertad quc tra,scitrrlclc ltr rt¿rturaleza' Así La
problema rlc t,oc1a filosofía, desde Platón y Aristóteles. Vale
ta,il sc pr.,y,,,,1,,, soht'tr l¿ ¡rorspcctiva dcl
la liber- rlrrci¡ q¡s eI problema de la libertad humana está
ri dc la ttittlsit. lttl'crro¡1rrr' 1t«ri' la' cscllcia de
culazado con el problema del ente en general. Pe-
tacl ltuttt¡tltil, ('rlr l)llcs, ittl'trt't'«rgtrl' llol' ln esencia
d'e
t'cmite al ro 1o que determina al ente, como tal, es el ser.
]:L t,irttsit lirIlrtl. lr]s1':t irttrlrt'tiglt<'iórt ltos
proltltrtttlr dt'l 'tttt¡t¡i'tt't"i't'ttltt,1it'tllrlcrttit' tlrro Aristóte- l'or 1o tanto cuando interrogamos por Ia esencia
ics l'r,ó r'l ¡rl'illlrrl'o.y cl írll'i rrro t'tt ttottrtoJ¡i r
y plan- rlcl movimiento, estamos planteando eI problema
dis- lcl ser.
l,r'ltt' r'l¡ sll l{'rll lrlclrtlrrc l'i lr¡sí¡l'itro' Al'islól'Clcs
r
arnlr«rs ¡rtttrl,os rlt' vi sta, pcltenece aL +nu'ndo seat'si' rlcrnás, fin en sí mismo.
' [¡Lt' v cslri, ¡rot'1itrtl«r, lrajo el imperio de las leyos
ntl,ut'ltlcs; rlc lt,trltcl'tlo ill scgunclo, debc consi.derar-
s() corno ¡ltrlcttt'r'itrt i,tt ¡J 'rtttttt,do i,nteligt'ble y be'io
lc.yt's rlrrr', t'll llr'tllt» ittrlr'¡tctttliontcs r1e 1a naturatrc-
za, Ilo sotl (llttlrír'iclts.y sólo sc fundan en la ra-
zíln r. lrls tlrrr,i r r¡ll(', (lolllo lltlr'l,cncciclltc a este mun-
do intcligilrltr, cl lrorrrlrt'tt «rsl,ít, cn últirna instancia,
bajo Ia lcy «lc lir lilrtr'1rltl, rrr,l'i'tt a'ssem'd'i' de la rnoral'
Esta aparortl'o t,ortlr'¡l«li<'ciótl cn que fatalmente
tenemos cluo irlcrlrl'ir l'tlittttlrl ]l¿ccrnos cle la razón
un tlso práctico, o s(rir' tltol'itl (la votruntad como ra-
z6n práetica), Y culrrltlo l:r trmpleamos en sentido
teórico, o sea, como pul'lrntorttr,c cognoscitiva (la ra-
zón especulativa), se desll:rrltl si llos percatamos que
1 Véase Grund,legung eut Meta\tlLysilc der Si'tten, pág' 254' 0¡r. cit., pág. 25áJ.