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COLECCIÓN CULTURA y SOCIEDAD David Le Breton
Dirigida por Carlos Altamirano

ANTROPOLOGIA DEL CUERPO


Y MODERNIDAD

Ediciones Nueva Visión


Buenos Aires
INTRODUCCION
306 Le Breton, David
LEB Antrpologia del cuerpo y modernidad - l ' ed. - 11 reimp. _
Buenos Aires: Nueva Visión, 2002.
256 p.; 22x15 cm - (Cultura y Sociedad)

Traducción de Paula Mahler

I.S.B.N. 950-602-333-6

1. Titulo -1. Antropología social

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t' Título del orignal en francés: En este trabajo se realiza un estudio del mundo moderno desd'e
(, Anthropologie du corps et modernité
'
una perspectiva antropológica y sociológica cuyo hilo conductor es
j l,
,, © Presses Universitaires de France 1990
2u ed. corregida ' el cuerpo, Es, también, una antropología del presente que les pide
( prestado a la etnología y a la historia un "desvío", I para poder
l'i! investigar desde un ángulo insólito, y por lo tanto más fértil, cierto
En la tapa: Laurie Rubin: Altered Mona Lisa, © The Image Bank
I número de prácticas, de discursos, de representaciones y de
:I imaginarios relacionados con el cuerpo en la modernidad.
I El cuerpo es un tema que se presta especialmente para el
Ir análisis antro'pológico ya que pertenece, por derecho propio, a la
l cepa de identidad del hombre. Sin el cuerpo, que le proporciona un
1
I rostro, el hombre no existiría. Vivir consiste en reducir continua-
I , ElCnte el mundo al cuerpo, a través de lo simbólico que éste
,
l' encarna.~ La existencia del hombre es corporal. Y el análisis social
I Toda reproducción total o parcial de esta obra por y cultural del que es objeto, las imágenes que hablan sobre su
cualquier.sistema -inel uyendo el fotocopiado- que espesor oculto, los valores que lo distinguen, nos hablan también
1': de la persona y de las variaciones que su definición y sus modos de
,: no haya sIdo expresamente autorizada por el edi-
tor constituye una infracción a los derechos del existencia tienen, en diferentes estructuras sociales. Por estar en
autor y será reprimida con penas de hasta seis el centro de la acción individual y colectiva, en el centro del
años de prisión (art. 62 de la ley 11. 723 y arto 17~ simbolismo social, el cuerpo es un elemento de gran alcance para
del Código Penal). un análisis que pretenda una mejor aprehensión del presente.
N ada es más misterioso, para el hombre, que el espesor de su
propio cuerpo. Y cadá sociedad se esforzó, en un estilo propio, por
proporcionar una respuesta singular a este enigma primario en el
©] 9~5 .por Ediciones Nueva Visión SAIC. Tucumán 3748, (1189) Buenos Aires,
Repubhca AI:gentIn~. Que?a hecho el depósito que marca la ley 11.723. Impreso JVéase Gorges Balandier, Le délour, Pouvoir el modernité, Fayard, 1987
en la Argentll1a / Pl'lIüed In Argentina ~ Véase David Le Dreton, Corpset sociétés. Essqi de sociologie el d'anthropologie
du corfJs, I\'leridiens-Klincksieck, 1988 (2a, cclicicínl,

7
,.
sujetos, y alimentando las medicinas tradicionales (magnetiza-
que el hombre se arraiga. Parecería que el cuerpo no se cuestio- dor" manosa~ta, etc.) o ,las "nuevas" medicinas (acupuntura,
na.Pero, a menudo, la evidencia es el camino más corto del aunculoterapIa, ost~opatIa: ~omeopatía, etc. (cap. 4).
misterio. El antropólogo sabe que "en el corazón de la evidencia El. c!l~rpo de la ~Ida cotIdIana obliga a que se instaure una
-según la hermosa fórmula de Edmond Jabes- está el vacío", es sen,sIbIhdad. A ~oImenzos del siglo, G. Simmel esbozó una socio-
decir, el crisol del sentido que cada sociedad forja a su manera, logIa de los sentIdos cuyos principios retomamos aquí a la luz de
evidente sólo para la mirada familiar que ella misma provoca. Lo nuest~as con~icione~ ~ociales y culturales. ¿Qué este~iología ca-
que es evidente en una sociedad asombra en otra, o bien no se lo ractenza la ~Ida c.obd~ana del hombre moderno actual (cap. 5)?
comprende. Cada sociedad esboza, en el interior de su visión del Un nuev~ Imagmano del cuerpo surgió en los años sesenta. Eí
mundo, un saber singular sobre el cuerpo: sus constituyentes, sus h?mbre OCCIdental. descubre que tiene un cuerpo y la noticia se
usos, sus correspondencias, etcétera. Le otorga sentido y valor. dIfu~de y ge~era dIscursos y prácticas marcados con el aura de los
Las concepciones del cuerpo son tributarias de las concepciones de medIOS maSIVOS de comunicación. El dualismo contemporáneo
la persona. Así, muchas sociedades no distinguen entre el hombre opone el hombr~ ':! el cuerpo. Las aventuras modernas del hombre
y el cuerpo como 10 hace el modo dualista al que está tan y ~e.su ?oble hICIeron del cuerpo una especie de alter ego. Lugar
acostumbrada la sociedad occidental. En las sociedades tradicio- pnvIlegI.ad? del bien~s~ar (la forma), del buen parecer (las formas,
nales el cuerpo no se distingue de la persona. Las materias primas body-buddmg, COSI,l1et.Icos~ prod':lctos dietéticos, et~.), pasión por
que componen el espesor del hombre son las mismas que le dan el cS,;ucrzo (maraton, Joggmg, wmdsurO o por el riesgo (andinis-
consistencia al cosmos, a la naturaleza. Entre el hombre, el mtmdo mo, la ave~,tura", e~c.). La preoc~pación ~noderna por el cuerpo,
y los otros, se teje un mismo paño, con motivos y colores diferentes ~n n~est~a humamdad sentada, es un mductor incansable de
que no modifican en nada la trama común (capítulo 1). Ima~mano y.de prácticas. "Factor de individualización" el cuerpo
El cuerpo moderno pertenece a un orden diferente. Implica la duphca los SIgnos de la distinción, es un valor (cap. 8).'
ruptura del sujeto con los otros (una estructura social de tipo . En nue~tra.s ~ociedades occidentales, entonces, el cuerpo es el
individualista), con el cosmos (las materias primas que componen SIgno ~~l mdIvIduo, el lugar de su diferencia, de su distinción.
el cuerpo no encuentran ninguna correspondencia en otra ParadoJIc~ment~, al mismo tiempo está disociado de él a causa de
parte),consigo mismo (poseer un cuerpo más que ser su cuerpo). El la ~erencIa dualIsta que sigue pesando sobre su caracterización
cuerpo occidental es el lugar de la cesura, el recinto objetivo de la occId;,~tal. A~~, es posible ~,ablar, c?mo si fuese una frase hecha,
soberanía del ego. Es la parte indivisible del sujeto, el "factor de de ~a hberacIOn del cuerpo, enunCIado típicamente dualista que
individuación" (E. Durkheim) en colectividades en las que ?lvI.da qu~ la condición humana es corporal, que el hombre es
la división social es la regla. mdlscermble del cuerpo que le otorga espesor y sensibilidad de su
Nuestras actuales concepciones del cuerpo están vinculadas ser en el mundo: "La liberación del cuerpo", si provisoriamente se
con el ascenso del individualismo como estructura social, con la acepta el e~uncIado, es. muy relativa. Es fácilmente demostrable
emergencia de un pensamiento racional positivo y laico sobre q~e las SOCIedades OCCIdentales siguen basándose en un borra-
la naturaleza, con la regresión de las tradiciones populares-locales . mIento ~el cue~p~ que se traduce en múltiples situaciones rituales
y, también, con la historia de la medicina que representa, en d.e la .vIda cotIdl~n~ .. Un ejemplo entre otros de borramiento
nuestras sociedades, un saber en alguna medida oficial sobre el r~tuahzado: el preJUICIO ante el contacto físico con el otro, contra-
cuerpo. Estas nacieron por condiciones sociales y culturales par- rIamente a lo que sucede en otras sociedades en las que tocar· al
ticulares (cap. 2 y 3). Intentamos realizar una historia del presen- o~ro es una de las esb~cturas ~ri?1arias de la sociabilidad en, por
te planteando los jalones más significativos en la concepción y en eJ~~plo, }~s conversaCIOnes cotIdIanas. La condición de los minus-
el actual estado del cuerpo. Una especie de genealogía del cuerpo vahdos ~lsIco~,en nues.tra soci~dad:, la angustia difusa que provo-
moderno que tiene que ver con los tiempos de VesaJio y de li can, la sltuaCI?n ma.rgmal del, l~co o de los ~ncianos, por ejemplo
filosofía mecanicista (cap. 2 y 3). Sin embargo, ni siquiera en (c.ap. 7), pern;,Iten sItu~r los hf.1utes de la "hberación del cuerpo".
nuestras sociedades occidentales hay unanimidad respecto de las S~ eX,lste un cuerpo ~lberado , es el cuerpo joven, hermoso, sin
concepciones del cuerpo. Las hay más difusas, más o menos nmgun problema fíSICO (cap. 6). En este sentido, sólo habrá
familiares o coherentes, que siguen teniendo influencia sobre los
9
8
"liberación del cuerpo" cuando haya desaparecido la preocupación que seguía a Vesalio, se inclina junto a su compañero, también
por el cuerpo. Y estamos muy lejos de esto. médico, sobre el cadáver del hijo de éste: "En la habitación
La medicina clásica también hace del cuerpo un alter ego del impregnada de vinagre en la que disecábamos a ese muerto que ya
hombre. Cuando cura al hombre enfermo no tiene en cuenta su no era el hijo ni el amigo, sino sólo un hermoso ejemplar de la
historia personal, su relación con el inconsciente y sólo considera máquina humana ... ". Frase programática: la medicina se ocupa de
los procesos orgánicos. La medicina sigue siendo fiel a la herencia la "máquina humana", es decir, del cuerpo, y no del hijo ni del
de Vesalio, se interesa por el cuerpo, por la enfermedad y no por amigo, es decir del hombre en su singularidad (cap. 9).
e~ enfern~o. Esta es la fue~te de muchos debates éticos contempo- Otras medicinas tradicionales o "nuevas" se esfuerzan, por el
ran.eos VInculados c?n la l~lportancia de la medicina en el campo contrario, por ir más allá del dualismo para considerar al hombre
socIal y con la partlculandad de su concepción del hombre. La en su unidad indisoluble (cap. 9). Los nuevos procedimientos de
medicina está basada en una antropología residual, apostó al diagnóstico por imágenes de la medicina hacen real un secreto del
cuerpo pensando que era posible curar la enfermedad (percibida cuerpo que sólo pertenece a la simbólica social de las comunidades
como extraña) y no al enfermo como tal. El parcelamiento del humanas, pero desencadenan la respuesta inagotable del imagi-
hombre que reina en sordina en la práctica médica desde hace nario de los sujetos (cap. 10).
siglos, es hoy un dato social que perturba las sensibilidades. Dado El aura del cuerpo no se sostiene más, al menos a partir de
que la medicina. apostó 1;11 cuerpo, que se separa del hombre para Vesalio y de los primeros anatomistas. La ciencia y la técnica,
curarlo, es declr" dado que cura menos un enfermo que una fieles a su proyecto de dominio del mundo, intentan con el mismo
enfermedad, se enfrenta hoy, a tl:avés de los debates públicos que movimiento paradÓjico;! al mismo tiempo, eliminar el cuerpo e
provoca, a un retorno de lo reprimido: el hombre (eutanasia imitarlo.
acompaüamiento de los enfermos y de los moribundos, paciente~ Por una parte, superar sus límites, reconstruirlo, interferir en
en estado vegetativo crónico durante meses o años, pacientes man- sus procesos. Como si la condición humana se asimilara, en una
tenidos vivos por medio de aparatos con los que no se sabe qué perspectiva gnóstica, a una caid~et:l el cuerr.2., y éste se convirtiera
hacer, terapias que a veces mutilan, etc.). El cuestionamiento en un miembro supernumerario del hombre del que convendría
radical de la noción de persona que existe actualmente da cuenta liberarlo lo más pronto posible. Lugar de la precariedad"A.~.J~,
esencia~mente, de la importancia social de la medicina, que se h~ muerte, elel envejecimiento; es lo que hay que comoatrren primer
convertIdo en una de las instituciones más importantes de la térrnlnó para.-éón[urar la-pérdida. Sin lograrlo, sin duda, pero sin
n~?dernidad. Datos antropológicos cuyo hilo conductor es la disyun- perder tampoco las esperanzas. El cuerpo, lugar de lo inaprehen-
ClOn entre el hombre y el cuerpo dejan de ser tan claros. Muchas sible cuyo dominio es preciso asegurar.
cuest.iones éticas de nuestro tiempo, entre las más cruciales, están Por otra parte, y simultáneamente, el cuerpo es el paradigma de
relaclOnadas con el estatuto que se le otorga al cuerpo en la una medicina fascinada por los procesos orgánicos, la prueba es
definición social de la persona: procreación asistida, explosión de que sus pálidas imitaciones (fecundación in vitro, etc.) son consi-
la paternidad, ablación y trasplante de órganos, manipulación derados como acontecimientos notables y provocan una rivalidad
1:': i genética, adelanto en las técnicas de reanimación y de los aparatos sin comparación entre los laboratorios de investigación o los
¡¡II
1, ' de asistencia, prótesis, etcétera. servicios hospitalarios para obtener la "primicia" (cap. 11).
li ¡ Los problemas que se debaten hoy públicamente son sólo el Si bien un libro es una empresa solitaria, también se nutre de
desarrollo de esta estructura fundante. La medicina, al deste.rrar las miradas y de las voces que acompañaron, de cerca, su desarro-
al hombre que se encuentra al final de su camino, se expone a llo. Quiero agradecer especialmente a Mary-José Lambert, cuya
reencontrarlo como un cuestionamiento de sus fundamentos. La amistad me permitió comprender mejor y observar la eficacia de
~edicina es la m~di~i~a del c?e,rpo, naja del hombre., ~9mo, por la cura tradicional. Su propio asombro al curar o al aliviar no dejó
ejemplo, eplas tradlclOnes..onentales. Recordemos esta frase de de alimentar mi propia curiosidad sobre el cuerpo y la relación
Marguerite-Yolircerrn'f'en Opus nigrum,:¡ cuando Zenón, médico terapéutica. Philippe Bagros, médico jefe de un servicio hospita-
I
• lario en Tours, que me mostró el camino de una medicina del
l'
I :1 I\fargucritc Yourcenar, L'oeuvre au no¡r, "Poche", p. 118.
hombre. La colaboración que nos permitió introducir las ciencias

10 11
, I
I
humanas en la enseñanza de la facultad de medicina es especial- Capítulo 1
m~nte rica y estimulante. A Martine Pasquer y a Philippe Gros-
bOlS por las numerosas discusiones, las in tervenciones duran te las
sesiones de formación permanente o durante los cursos, por el
LO INAPREHENSIBLE
hecho de compartir una misma sensibilidad y un cuestionamiento DELCUERPOl
cercano.
Quer~ía agr~decerle también a Alain Gras, René Bureau y
Margallt Emenque por haberme permitido, gracias a su confianza
ya su amistad, descifrar aspectos de esta investigación.
~o puedo de~ar de expresar mi reconocimiento y afecto a Hina
TUlI, que conOCIó todas las peripecias, arrepentimientos y fervores
de una empresa que siempre alentó con su presencia.
Soy, por supuesto, el único responsable de las ideas desarrolla-
das en este libro.

El misterio del cuerpo

Las representaciones sociales le asignan al cuerpo una posición


determlna-dii-crentr-üdelsírñoolismo general d!;tla sociedad. Sirven
para nombrar las diferentes P~~§I que lo componen y ras f\!m::J!t,
nes que cumplen, hacen explícitas sus re.lp.~joJl_tl§, penetran el
-Interior invisible del cuerpo para depositar allí imágenes precisas,
le otorgan una ubicación en el cosmos y en la' ecología de la
comunidad huma,~a. Este sa))er apU~adº ªt~~~!:po es, en primer
término, c!:llt\lral. -Aunque el sujeto tenga sólo una comprensión
rudimentaria aer mismo, le perglite otorgarle senti~o al espesor
de su carne, saber de qué está hecho, vjncular sus enfermedades
o sufrimL~ntos con causas precisas y según la visión del mundo de
su's-ociedad;le permite, finalmente, conocer suposición frente a la
naturaleza y al resto de los hombres a través de-un sTslema de

\I valores. .- -- -._. -. -.
Las representaciones del cuerpo y los saberes acerca del cuerpo
, son tributarios de un estado social, de una visión del mundo y,
dentro _de esta última, de una definición de la persona. El cuerpo
es una construcción simbólica, no una realidad en sí mismo. De ahí
la miríada de representaciones que buscan darle un sentido y su
. '. I
.. '.tt ,:

I Las tesis presentadas en esta primera parte fueron propuestas por primera
vez, de uno u otro modo, en David Le Breton, "Corps et individualisme", Diogenc,
n° 131, 1985; "Dualisme et Renaissance: aux sources d'une représentation
moderne du corps", Diogene, n° 142, 1988.

12
13
carácter heteróclito, insólito, contradictorio, de una sociedad que haya un acompañamiento de la cultura. Es posible descubrir
a otra. un divorcio entre la experiencia social del agente y su capacidad
. El cuerp~ parece algo evidente, pero nada es, finalmente, más de integración simbólica. El resultado es una carencia de sentido
maprehenslble que él. Nunca es un dato indiscutible sino el.e.fecto que, a veces, hace difícil la vida. A c~usa de la aus:ncia de
de una cOE~t~~cció~~al~t~~~l. La concepción que seadn;iie respuesta cultural para guiar sus eleCCIOnes y sus acclOnes~
con mayor frecuencia en las sociedades occidentales encuentra su hombre se abanQon-.9 a sus propias iniciativas, a su soledad,
form.ulación en l~ an?tomofisiología~ es decir, en ~s..~bJ3~~~~~ desvalido añte un conjunto de acontecimientos esenciales de la
provIene ele }~blDJogl.a y._de Ja medicina. Está basado en una condición humana: la muerte, la enfermedad, la soledad, el
concepCión particulár de la persona, la misma que le permite decir desempleo, el envejecimiento, la adversidad ... En la duda, a veces
al sujeto "mi cuerpo", utilizando como modelo el de la posesión, en la angustia, conviene inventar soluciones personales. La te~­
i ~st~ !epre,sentación nació de la emergencia y del desarrollo del dencia al repliegue soQre...símis.mo, la búsqueda de la alltono~a
I !
1
m?IVlduahsmo.en las sociedades occidentales a partir del Renaci-
miento, como veremos en los próximos capítulos. Las cuestiones
que vamos a abordar en esta obra implican esta estructura
que moviliZaarrÜiéhos sujetos no dejan de tener _~ºnsecu.enClas
sensibles en el tejido-cultural. La comunidad del sentido y de los
valores 'sé disemina en la trama social, sin unificarla realmente.
La al&mización de los su' etos acentúa aun más el d~O
individualista que cC'lllvierte al cuerpo en el recinto del sujeto, el
I
i
l'
:
lugar de ~,u~n~~~~~y de su libertad, el.o~jeto privilegiado una de' respect;-ae los e eutentos culturales tradicionaíeS, que ca:n en
desuso o se convierten en indicaciones sin espesor. No son dIgnos
I elaboraclOn y (le una voluntad de dommlO. .
\1 de inversión y desaparecen dejando un vacío que los procedimien-
,
r,; La actual explosión de saberes sobre el cuerpo:.! que convierte a
la anátomo-fisiología una teoría entre otras, aunque sigue siendo tos técnicos no pueden llenar. Por el contrario, proliferan las
I la dominante, denota otra etapa del' índividualismo la de un soluciones personales con el objetivo de cubrir las carencias ?e lo
1

r I
repliegue aun más fuerte sobre el ego: la emergendia de una
sociedad en la que1la atomización de los sujetos se convirtió en un
~ec~o importante; atomización que se soporta, se desea, o es
simbólico tomando ideas de otras tramas culturales o por medIO de
la creación de nuevas referencias.
A nivel corporal, se produce la inisma dispersión de las referen-
mdlferente.:1 Este es un rasgo muy significativo de las sociedades cias. La concepción un tanto desencantada de la anátomo-fisiolo-
:\ 1

en las que el individualismo es un hecho estructuran te: el desarro- gía, y los recientes avances de la }l1edicina Y.. de la biotecnología., si
11
~(
\
I
llo de una carácter infinitamente plural, polifónico de la vida bien favorecen el desprecio"'pQLtª-!l1.llerte, no hacen muy atractiva
·1 I colectiva y de sus referencias. lEn estas sociedades, en efecto la a esta representación dél cuerpo. Muchos sujetos se dedican a

.¡¡ I iniciativa se revierte mucho más sobre los sujetos, o sobre 'los
grupos, que sobre la cultura que tiene una tendencia a convertirse
buscar, incansablemente, modelos que convierten al cuerpo en
una especie de suplemento de alma. Por eso se justifica que
1 en un mero marco formal. 1 recurran a concepciones del cuerpo heteróclitas, a menudo contra-
Presenciamos hoy una aceleración de los procesos sociales sin dictorias, simplificadas, reducidas, a veces, a recetas. El cuerpo de
la modernidad se convierte en un melting pot muy cercano a los
collages surrealistas. Ca~a ~~tor "construye" la represe~tación
que él se hace del cuerpo, mdlvldualmente, de manera autonoma, ,
¡
2 Búsqueda desenfrenada de otras teorías sobre el cuerpo, tomadas de Oriente,
de la astrología, del esoterismo, recurso cada vez más frecuente a las formas aun cuando la busque en el aire de los tiempos, en el saber de})
tradicionales de curación que también incluyen diferentes teorías sobre el cuerpo divulgación de los medios masivos de comunicación, o en el azar de
y sin relación con el modelo anatomofisiológico de la medicina, recurso a las sus lecturas o encuentros personales. :
medicinas "blandas", alejamiento de la medicina modernayde su visión un tanto U n estudio de las relaciones en tre el cuerpo y la modernidad nos~
mecanicista del cuerpo, véase infra.
3 La búsqueda actual de nuevas formas de sociabilidad, de intercambio y de
obliga a establecer el camino que siguió el individualismo en la
tribalismo, es un modo de resistencia a la atomización social. Una manera de trama social y sus consecuencias sobre las representaciones del
mantener una apariencia de vida comunitaria, pero controlada y voluntarista, cuerpo. En primer término veremos cuán problemática y dificil de
como lo ilustra bien el fenómeno asociativo. Pueden consultarse para este tema decidir es esta noción de "cuerpo". La noción moderna de cuerpo es
dos perspectivas diferentes: Yves Barel, La société du vide, París, Seuil, 1983; un efecto de la estructura individualista del campo social, una
"
Gilles Lipovctski, L'ere du vide, París, Gallimard, 1985. .

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I 14

/
consecuencia de la ruptura de la solidaridad que mezcla la persona puede realizarse sólo por medio de nuestros conceptos occidenta-
con la colectividad y con el cosmos a través de un tejido de les, a riesgo de establecer una confusión o una reducción etnocen-
correspondencias en el que todo se sostiene. trista de las diferencias .
... Los canacos no conciben al cuerpo como una forma y una
materia aisladas del mundo: el cuerpo participa por completo de
una naturaleza que, al mismo tiempo, lo asimila y lo cubre. El
"Ustedes nos proporcionaron vínculo con lo vegetal no es una metáfora sino una identidad de
el cuerpo" sustancia. Muchos ejemplos tomados de la vida cotidiana de los
canacos ilustran eljuego de esta semántica corpor-ªl. Se dice de un
niño raquítico, por ejemplo, que "~Iec~m.o", como de una raíz
Una anécdota asombrosa que cuenta Maurice Leenhardt en uno debilitada por la falta de savia. Un anCIano se subleva ante el
de sus estudios sobre la sociedad canaca nos permitirá plantear gendarme que viene a buscar a su hijo para obligarlo a realizar los
correctamente este problema y mostrar cómo los datos estudiados difíciles trabajos exigidos por los Blancos y dice: "Mira estos
en esta obra son solidarios con una concepción del cuerp_() J~­ brazos, son agua". El niño es como "un brote de árbol, primero
mente occidental y moderna. Peró~·antes de llegar a·esfo, hay que acuoso, luego, con el tiempo, leñoso y duro" (p. 63). Se suceden
sittiarlas-conceiJCicmes·iiiéfane·sias del cuerpo,4 así como l~s que numerosos ejemplos (pp. 65-66); en el mundo y en la carne se
est~~~uraJl.~}e. Qto~gª-!1_~~_~~ic!~ y yªlo! .a.la nosjó~s1.ep_e.r~' ponen en juego las mismas materias primas; se establece una
-:E-ntre los canacos, el cuerpo toma' las categorías del reino intimidad, una solidaridad entre los hombres y su medio ambien-
vegetaP Parcela inseparable del universo, que 10 cubre, entrelaza te. En la cosmogonía canaca cada hombre sabe de qué árbol de la
su existencia con los árboles, los frutos, las plal)tas. Obedece a las selva procede cad~ uno de sus antepasados. El árbol simboliza
pulsaciones de lo vegetal, confundido en esta gemeinschaft alles la pertenencia al grupo y arraiga el hombre a la tierra y a sus
lebendigen (comunidad de todo lo que vive) de la que hablaba antepasados al atribuirle un lugar especial dentro de la naturale-
Cassirer. Kara designa al mismo tiempo la piel del hombre y la za, fundido con los innumerables árboles que pueblan la selva.
corteza del árbol. La unidad de la carne y de los músculos (Pié) Cuando nace un niño, donde se entierra el cordón umbilical se
refiere a la pulpa o al carozo de las frutas. La parte dura del cuerpo, planta un retoño que poco a poco se hace más firme y crece a
la osamenta, se denomina con el mismo término que el tronco de la medida que el niño madura. La palabra haro, que designa el
madera. Esta palabra designa también los desechos de coral que cuerpo del hombre, entra en la composición de las palabras que
aparecen en las playas. Las conchas terrestres o marinas sirven sirven para bautizar: el cuerpo de la noche, el cuerpo del hacha, el
para identificar los huesos que recubren, como el cráneo. Los cuerpo del agua, etcétera.
nombres de las diferentes vísceras también están tomados del En seguida comprendemos que ~l)..I:?~tQIl: occjdentªLde.persona
vocabulario vegetal. Los riñones y otras glánd ulas internas del cuer- no tien~_.ning]l.~!l__c.onsistencia_en._la_~ociedªQ..!!lela!!~~. Si el
po llevan el nombre de un fruto de apariencia parecida. Los cuerpo está ligado al universo vegetal, no existen fronteras entre
pulmones, cuyo envoltorio es similar en su forma al árbol totémico los vivos y los muertos. La muerte no se concibe como una forma
de los canacos, el Kuni, son identificados con este nombre. En de aniquilamiento sino que marca el acceso a otra forma de
cuanto a los intestinos, son asimilados a los lazos que tejen las existencia en la que el difunto puede tomar el lugar de un animal,
lianas y que hacen densa la selva. El cuerpo aparece como otra árbol o .espíritu. Incluso puede volver al pueblo o ciudad y mezclar-
forma vegetal, o el vegetal como una extensión natural del cuerpo. se CO.n los vivos como un bao (p. 67 Y ss.). Por otra parte, c,,!ando
No hay fronteras percibibles entre estos dos terrenos. La división está vivo, cada sujeto existe sólo por su relación con los demás. El
hombre es sólo un reflejo. Obtiene su espesor, su consistencia, de
la suma de vínculos con sus compañeros. Este rasgo, relativamen-
4 Veremos y por supuesto, que es tan sólo una manera de hablar. Las concep- te frecuente en las sociedades tradicionales, nos remite, por otra
ciones· mélanesi'as del cuerpo no lo convierten en algo autónomo como una parte, a los trabajos de la sociología alemana de comienzos de
realidad aparte.
s Maurice Leenhardt, Do Kamo, París, Gallimard, 1947, pp. 54-70.
siglo, en la oposición que establece, por ejemplo, Tonnies entre el

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vínculo comunitario y el vínculo societal. La existencia del Canaco de esta transformación social y cultural, induce a la verificación en
es la de un .lugar de intercambios en el seno de una comunidad en los hechos de una fuerte intuición de Durkheim según la cual, para
l~ que ~adle puede ser caracterizado como individuo. El hombre g,istinguir a un sujeto de otro, "es necesario un factor de individua-
solo e~Iste ~or su relación con el otro, no ex~rae la legitimidad de ción, y el cuerpo cumple ese rol".t! .
su eXIstencIa de ~u persona erigida en 'tóte'ni. (;:' La noción de Pero esta noción de persona cristalizada en torno al yo, es decIr,
persona en el sentIdo occidental no se encuentra en la vida social al individuo es reciente en la historia del mundo occidental.
y ~n la cosmogonía tradicional canaca. A fortiori, el cuerpo no Tendremos que realizar algunas reflexione~ para mostrar la
eXI?te. Al menos en el sentido que lo otorgamos hoy en nuestras solidaridad que se establece entre las concepCIOnes modernas de
socIedades. El "cuerpo" (el kara) se confunde con el mundo no es la persona y las que, a modo de. c?,rolario, l~ asig~an .al cuerpo un
el. soporte o la prueba de una individualidad, ya que ésta ;0 está sentido y una determinada pOSlCIOn. En pnmer termI~o, tenemos
fijada, ya que la persona está basada en fundamentos que la hacen que señalar el hecho de que existe un ~es~rrollo dIferen~e. ~el
permeable a ~odos lo~ efluvios del entorno. El "cuerpo" no es una individualismo en los diversos grupos SOCIales. Ya en El SUlCldw,
f:ont~~a, un atomo, S1110 el elemento indiscernible de un conjunto E. Durkheim demuestra que la autonomía del sujeto e~ las
sImbolIco. No hay asperezas entre la carne del hombre y la carne elecciones que se le presentan difiere se~ún el medio s?clal y
del mundo.
cultural al que pertenece. En ciertas reglOnes de ~rancIa, por
Veamos a.hora la anécdota de que hablábamos antes: Maurice ejemplo, la dimensión comunitaria no ~a de~apareCI?O P?r com-
Leenh~rdt, mteresado por e~tablecer mejor el aporte de los valo- pleto, sigue verificándose en la Sup~~Ivencla y la VIVaCI?~d de
res ?ccIdentales a la.s mentalIdades tradicionales, entrevistó a un ciertas concepciones del cuerpo utllIzadas por las tradlclones
anCIano canaco qUIen, para su sorpresa, le contestó: "lo ue populares de curación, en las que aún es posible encontrar la
ustedes aportaron f~Ie el cuerpo" (p. 263). La imposición d~ la existencia de la tutela simbólica del cosmos, de la naturaleza.
~elt~!u;~hauulll! OCCIdental a ciertos grupos, aliada a su evange- Aparece también, en estas regiones, en la. ~es~on~~nza ~rente a
hzacI~n,' condUjO a l~s que dieron el paso, a los que-aceptaron una medicina que sostiene una concepClOn mdIvldualIsta del
despqJarse de sus antIguos valores, a una individualización que cuerpo. Volveremos a tratar este tema luego.~
reproduce, ~n form~ atenuada, la de las sociedades occidentales. La noción de individualismo en la que se basa esta argumenta-
El MelaneslO conquI~tado, aunq~e rudimentariamente, por estos ción es, para nosotros, más una tendencia dominante que una
~uevos v.alores, se ~lbera del tejido del sentido tradicional que realidad intrínseca a nuestras sociedades occidentales. Por el
111te~ra su presenCIa ~n ~l. mundo como un continuum y se contrario, es justamente esta visión del mundo la que plantea en
~OJ~\ wfte: .en. germen.' l~/(itvlsllm in s~. y las fronteras que su su centro al individuo (el l'/{O c:ogito cartesiano), origen de nuestras
cuerpo.dehm~tan lo dlstmguen, a partIr de ese momento, de sus principales concepciones acerca del cuerpo. \(1
C??lPUl~Cro~, lllcluso de.los qu.~ llevaron a cabo el mismo proceso:
dIstancIa~11lento de la ~hmenslOn comunitaria (y no desaparición,
e!lla medIda e~ que la mfluencia occidental sólo puede Ser parcial,
CIUdadana, ma~ que rural) y desarrollo de una dimensión societal 8 Emile Durkheim, Formes élémentaires de la uie religieuse, París, Presses

en la qu~ los vlf~culos entre l?s sujetos Son más laxos. Algunos Universitaires de Fance, 1968, p. 386 Yss. Emile Durkheim sostiene, en este caso,
el principio de individuación por la materia que, en la tradición cristiana, remite
melan.eslOs termman J;l0r sentirse más individuo en un sociedad, a Santo Tomás de Aquino. .
que mIeI?bro apenas dIfere~ci~ble en una comunidad, aunque, e~ 9 En la brujería, por ejemplo, es posible ver que las fronteras .~el sUjeto
esas socIed~des un tanto hIbndas, el pasaje no se establezca de desbordan los límites de su propio cuerpo para incorporar a l~ ,famlha y. a l~s
manera radIcal. El estrechamiento hacia el yo, el ego, que resulta bienes a la manera del enmarañamiento típico de la estructuraClOn comumtana
en la q~e el hombre no es uno (indivis) sino un-hombre-en-relación- o, más bien, '
6 Según la fórmula de Claude Lévi-Strauss La pensée sauvage Pan's PI
un tejido de relaciones. . . . .. ,
1962, p. 285. " ,on, JO Todo campo conceptual, cualquiera sea su objeto, contlene clCrta VISlOn. del

o So~~·e. la i~portancia de I~ individuación en el cristianismo, véase Marcel


mundoy le asigna al hombre (aun cuando más no sea de manera hueca, negatlva)
Ma~ss, LanotlOndepersonne ,enSociologieetanthropologie. París PUF 1950' cierta posición, especialmente en el nivel de las prácticas que sostiene. E~t? es
lo que permite decir que ciertas concepciones (como por ejemplo la medlcma)
Louls Dumont, EssaL sur /'illdividualisme, París, Seuil, 1983. ' , ,
contienen un coeficiente de individualismo importante.
18
19
Una novela corta de V. S. N aipauPl ilustra, en un resumen
atrapador, las palabras del viejo canaco al que había interrogado !:~~C~~:,!:=yt~~o~~il~nEs~. Utn"día, codmo símbo~o de su liberación
Maurice Leenhardt. Algunos meses de estadía en los Estados ms e ung e su socIedad t'
U nidos bastarán para que un empleado doméstico de Bombay viva ~::n;~~ ~~:rro~:z~douna em~le~da doméstica del ~di~~~~ e~~~
un proceso de "individuación" y descubra que posee un rostro y, rezando.Enseg~ida dej'a~~ pe;~~~~~'nPpasea .hora.s purificándos~ y
luego, un cuerpo. En Bombay, este hombre vivía a la sombra del t r VIO aVISO yva a trabajar
patrón, un funcionario gubernamental. Por la noche se encontra- ;r~~e~~~:~~~~~~u~~;:: meses durante los que lleva a cabo el
ba con los amigos, los otros empleados domésticos de la IllÍsma casa con la empleada do ' gUt~ se produce a su pesar. Entonces se

~o~:~f.e~~~:~d~e ;:~eFn=:~:~a:~~ ~~:i:~~~ :!d~nd~i~~:~:~


calle. La mujer y los hijos estaban lejos y los veía rara vez. De
pronto, su patrón es designado en un puesto en Washington y,
después de superar ciertas dificultades, consigue que el gobierno significativas las últimas líneas del textop~:er.os beTP~~. S~n
dIe est~ hombre, el descubrimiento de la pose:i~~rJ::nacuIesrtpoOnya
permita que su empleado lo acompañe. El viaje en avión lo
enfrenta con la primera experiencia intercultural. Su vestimenta e enCIerro en sí mism . 1 .
en malas condiciones hace que llame la atención y lo relegan al sentimiento que tení~ ~~~e~a~~ ~iaeJ.:~a~lOEqsUtaedloo seUPa.rda de los
fondo del avión. Se prepara una mezcla de buyo pero tiene que confun d'dI o con e1 mundo estar formado po 1 s . 1lI os: ser
tragársela para no escupir sobre la alfombra o los asientos. Usa riales. ' r os mIsmos mate-
toallas para sentarse y ensucia la cabina, etcétera. En Bombay,
vivía en un armario de la casa del patrón, en Washington le dan
el mismo espacio vital. En el pastadbo, escribe el hombre, estaba mezclado a un gran río
nunca es a a separado con 'd' ,
En los primeros tiempos no se producen cambios en la relación es' . , .' una VI a propIa; pero me miré a un
peJo ~ decidí s;r hbre. La única ventaja de esta libertad fue
de sumisión que tiene respecto del patrón. La ciudad lo' aterroriza.
Pero, finalmente, empieza a dar los primeros pasos y toma coraje.
~:s~~~;Ird~~~ te~~a un~uerpo y que, durante determinada cantidad
acabad; (p. 6;).a lmen ar y vestir ese cuerpo. y luego, todo habrá
Les vende a los hippies el tabaco que trajo de Bombay y con el
dinero se compra un traje. Y, por primera vez, le oculta algo al
patrón. Un día descubre, con asombro, su rostro en el espejo: ~:r!~:~stencia ~e reduce a poseer un cuerpo, como si fuese un I
, o, entonces, en efecto, la muerte carece de sent'd .
Iba a mirarme al espejo del baño, simplemente para estudiar mi mas que la desaparición de una posesión es decI'r mu I o. no es ¡
cara en el cristal. Ahora casi no puedo creerlo; pero en Bombay,
, , y poca cosa.
podía pasar una semana sin que me mirase al espejo. Y cuando lo
hacía, no era para ver a qué me parecía, sino para asegurarme de
que el peluquero no me hubiese cortado demasiado corto el cabello, Polisemia del cuerpo
o para vigilar ese botón que estaba a punto de caer. Aquí, poco a poco,
hice un descubrimiento: tenía una cara agradable. Nunca me había
visto de este modo sino más bien como alguien ordinario, con rasgo.§!_ L . , .
que sólo servían para que los demás me identificaran (p.42). as lmagenes que mtentan reducir culturalmente el misterio d 1
~uerpo se suceden de una sociedad a otra Una m' 'd de
Imágen . Tt d'b' . lna a e
Junto al descubrimiento de sí mismo como individuo, el hombre b' to [¡es ms~ 1 as I uJan la presencia en líneas de puntos de un
descubre su rostro, signo de su singularidad y de su cuerpo, objeto o oe ug~z, maprehensible y, sin embargo aparentem te.
de una posesión. El nacimiento del individualismo occidental cont~0~ertlble.12 La formulación de la palab;a cuerpo co~~ fr~~­
coincidió con la promoción del rostro. men o e alguna manera autónomo del hombre cuyo rostro sos ti e -
Entre una cosa y otra, comprende cada vez mejor los "trucos" de ne, presupone una distinción extraña para muchas comunidade~

1\ V. S. N aipaul, "Un parmi d'autres", en Dis-moí quí tuer, París, Albin Michel
12VéaseDavidLeBreton Corpsetso "té E 'd .
(traducción de Annie Saumart), 1983, p. 42. du corps, París, Méridiens: Klincsjeck~l:9:5. SSOl e soclOlogieet d'anthropologie

20
21
1 como un elemento de individuación ya que el individuo no se
humanas. En las sociedades tradicionales, de composición holís-
( tica, comünitaria, en las que el individuo es indiscernible, el cue- distingue del grupo: como mucho es una singularidad dentro de la
rpo no es objeto de una escisión y el hombre se confunde con el armonía diferencial del grupo. A la inversa, el aislamiento del
cosmos, la naturaleza, la comunidad. En estas sociedades las.. cuerpo en las sociedades occidentales (véase infra) nos habla de
I representaciones del cuerpo son, efectivamente, representaciones una trama social en la que el hombre está separado del cosmos,
del hombre, de la persona. La imagen del cuerpo es una imagen de de los otros y de sí mismo. El cuerpo, factor de individuación en el
! sí mismos, nutrida por las materias primas que componen la plano social y en el de las representaciones, está disociado del sujeto
naturaleza, el cosmos, en una suerte de indiferenciación. Estas y es percibido como uno de sus atributos. Las sociedades occiden-
concepciones imponen el sentimiento de un parentesco, de una tales hicieron del cuerpo una posesión más que un cepa de
participación activa del hombre en la totalidad del mundo viviente identidad. La distinción del cuerpo y de la presencia humana es la
y, por otra parte, se encuentran todavía huellas activas de estas herencia histórica del hecho de que la concepción de persona haya
representaciones en las tradiciones populares de curación (cap. 4: sido aislada del componente comunitario y cósmico, y el efecto de
"El cuerpo hoy"). A veces una lengua sigue ocultando raíces la ruptura que se operó en el hombre. El cuerpo de la modernidad,
precisas que unen el microcosmos del cuerpo con los elementos de resultado de un retroceso de las tradiciones populares y de la
la naturaleza, en tanto que las tradiciones populares aún vivas llegada del individualismo occidental, marca la frontera entre un
sólo conservan en sus creencias parte de estas correspondencias . individuo y otro, el repliegue del sujeto sobre sí mismo.
. El euskara, la lengua vasca, una de las más antiguas de las La especificidad del vocabulario anatómico y fisiológico que no
lenguas indeouropeas (cinco mil ai1os) sirve como testimonio: tiene ninguna referencia, ninguna raíz fuera de su esfera, contra-
cinco categorías que corresponden a los elementos naturales de los riamente a los ejemplos que citamos antes, muestra también la
antiguos vascos, cinco divinidades igualmente verificadas por la ruptura. ontológica entre el cosmos y el cuerpo humano. Uno y
antropología y la historia del pueblo vasco ordenan los componen- otros están planteados en una exterioridad radical. Los escollos
tes de la persona humana: la tierra, el agua, el aire, la madera, el epistemológicos que plantea el cuerpo frente a las tentativas de
fuego. Estos cinco principios de la cosmogonía proporcionan cinco elucidación de las ciencias sociales son múltiples, ya que éstas
raíces léxicas que generan todo un vocabulario anatómico que presuponen, a menudo, un objeto que sólo existe en el imaginario
inscribe en la lengua la correspondencia entre el cuerpo humano del investigador. Herencia de un dualismo que disocia al hombre
y el cosmos.1 3 . y al cuerpo. La ambigüedad en torno de la noción de cuerpo es una
El cuerpo como elemento aislable del hombre (al que le presta consecuencia de la ambigüedad que rodea a la encarnación del
el rostro) sólo puede pensarse en las estructuras sociales de tipo hombre: el hecho de ser y de poseer un cuerpo.
individualista en las que los hombres están separados unos de La antropología bíblica también ignora la noción de un cuerpo
otros, son relativamente autónomos en sus iniciativas y en sus aislado del hombre. Muy alejada del pensamiento platónico y
valores. El cuerpo funciona como un límite fronterizo que delimi- órfico, no entiende a la condición humana como una caída en el
ta, ante los otros, la presencia del sujeto. Es factor de individua- cuerpo, una ensomatosis. El dualismo típico de la episteme occi-
ción. El vocabulario anatómico estrictamente independiente d~ dental no se hace ver ...
cualquier otra referencia marca también la ruptura de la solida-
ridad con el cosmos. En las sociedades de tipo comunitario, en las El hebreo -dice Claude Tresmontant- es una lengua concreta que
que el sentido de la existencia del hombre implica un jurame.nto sólo nombra lo que existe. De este modo, no tiene un nombre para
de fidelidad al grupo, al cosmos, a la naturaleza, el cuerpo no eXIste la "materia", ni tampoco para el "cuerpo", ya que estos conceptos no
refieren a realidades empíricas, contrariamente a lo que nos llevan
a creer nuestros viejos hábitos dualistas y cartesianos. Nadie vio
13 Sobre este tema puede consultarse Dominique Peillen,"Symbolique de la nunca "materia", ni un "cuerpo", en el sentido en que son entendidos
dénomination des parties du corps humain en langue basque", en Le corps por el dualismo sustancial. 14
humain, nature, culture el surnaturel, 110° Congreso Nacional de las Sociedades
Científicas, l\lontpellier, ]985. Un ejemplo del mismo tipo puede encontrarse en
Michele Therrien, Le COlpS ¡¡¡¡¡it, (Quebec ArcliqueJ, París, SELAF/PUB, 1987.
Pueden consultarse también las tradiciones budistas, hinduistas, etcétera. 14 Claude Tresmontant, Essai sur la pe¡¡sée hebrai"que, Cerr, 1953, p.53.

22 23
:
'1.
.11
En el universo bíblico el hombre es un cuerpo, Y el cuerpo no es dad sino una
riedades de la vida colectivavo~~ce
diferencia que fa las. nece.sarias complementa- J:
nunca algo diferente de él mismo. El acto de conocer no es producto armonía.diferencial del grupo.' La i:e~~~~o smgular dentro de la
de una inteligencia separada del cuerpo.15 Para esta antropología, no se detIene en el cuerpo ést l I a d personal del africano
el hombre es una criatura de Dios, del misnlo modo que el conjunto el contrario, lo incluye e~ él. e no o separa del grupo sino que, por
del mundo; la ruptura entre el hombre Y su cuerpo, tal como existe
en la tradición platónica Y órfica16 constituye un sinsehtido. El
mundo fue creado por el habla "por la boca de Yhwh, fueron hechos Por más quealostodos
vincularlos etnólogos nie guen l
en una ' .
~ddlversldad de los individuos al
los cielos, Y por el soplo de su boca, todo su ejército ... , pues dijo, Y ve r d a d era -aclara Roger Bcomumf d ad ! prima' "
na, umca realidad
todo fue hecho; ordenó y todo existió" (p. 33). La materia es una audaz! gente cruel y person:~ ~~~bexlste gente tímida y gente
emanación del habla, no está fija, muerta, fragmentada, sin I orgamzan en un mismo unive le~, pero estos caracteres se
solidaridad con las otras formas de vida. No es indigna como en el l rso
. 'las cosas que es la unidad d , constItuyen la unidad última de
dualismo. La encarnación es el hecho del hombre, no su artefacto. persona se borra detrás del pe e un. orden. Un orden en el que la
"estados" diferenciales y no 1~s~naJe, ya que éste es el que establece
No percibo un "cuerpo" que contenga un "alma"; percibo de inmedia-
de múltiples temperament e 1;
os.
acomplementariedadcontingente
to un alma viva, con toda la riqueza de su inteligibilidad que descifro
en lo sensible que me es dado. Esta alma es, para mí, visible Y El hom.bre africano tradicional está su .
sensible porque está en el mundo, porque asimiló elementos que la comumdad, participa delll'n . d mergldo en el cosmos en la
sI' . aje e sus antepa d d '.
nutrieron, a los que integró Yque hacen que sea carne. La esencia o eco OglCO y todo esto está e 1 f d sa os, e su18umver-
de esta carne que es el hombre, es el alma. Si sacamos el alma no especie de intensidad conect~dOs un ~mentos de su ser. Es una
queda nada, sólo un "cuerpo". No queda nada más que el polvo del ne~. De esta trama de inter a co~ dIferentes niveles de relacio-
mundo. De este modo el hebreo utiliza, para designar al hombre eXIstencia. cambIOS extrae el principio de su
i'vivo, indiferenciadamente, los términos "alma" o "carne" que alcan-
El?- las sociedades occidentales de ti . .. .
i,zan a una y misma realidad, el hombre que vive en el mundo (pp. funCIOna como interruptor d 1 ~o m~lVlduahsta el cuerpo
'95-96). tradici?na~es es, por el con~r:i~~erra SOCIal; en las sociedades
comumtana. Por medio del c ' el que empalma la energía
La palabra cuerpo puede existir en muchas sociedades africa- n'
Ica~IOn con los diferentes cam ~s' ,. ano está en comu-
., uerpo e ser hum
sentIdo a la existencia colectiva. lera :ll~bohco,~ que le otorgan
nas, pero su sentido difiere de un lugar a otro. En las sociedades
rurales africanas la persona no está limitada por los contornos del
Do~on, fu~dación: lo~
pues otros principios partic' n d uerpo no es la persona
cuerpo, encerrada en sí misma. Su piel y el espesor de su carne no 19 pueblo para el ue lf: e su Así, en
dibujan las fronteras de su individualidad. Lo que nosotros enten- artlcula.ción de diferentesqpla pers~na esta constItuida por la
demos por persona es concebido en las sociedades africanas como que ocCidentales suelen deno:'s que mcluyen, singularmente, lo
una forma compleja, plural. La oposición esencial está en la puesta por: mar cuerpo, la persona está com-
estructura holística de estas sociedades en las que el hombre no es
un individuo (es decir indivisible y distinto) sino un nudo de
relaciones. El hombre está fundido en una comunidad de destino
en la que su relevancia personal no es indicio de una individuali-
1.7 Roger Bastide, "Le princi d" .. ...
Afnqu~ noir, París, CNRS 19.f; ptn dlVlduabon , en La notion de personne en
6 3
Claude Tresmontant, ibídem.
15 lB
. Veas e, por ejemplo,
. " . . Th
1f;~qo~:e p.ersonne .en Afrique naire traditi~:n~~ie'~: PILuralis~e cohérent de la
16Del mismo modo, en los canacos, el conocer es una modalidad fisica de Louis-Vincent "
• ~Olre, op. eLt., p. 387.
apropiación Y no un acto puramente intelectual. Así, Maurice Leenhardtobserva 19 ' n a notlon de personne en
que el uso melanesio para consultar a alguien pasa por la pregunta: "¿Cuál es tu
~.z.~n')ue, l~ ~?-role chez les Dogon, París ~~~~~ve C;lamé-Griaule, Ethnologiede
vientre?" Un canaco que conocía un poco de francés, al que se le pregunta la Utlhzamos aquí el clásico libro de Ge "
opinión de algui.en de su pueblo, responde: "Yo no conozca el vientre para eUa." le er en: L lmage du corps et les com 'os mar, 1962, p. 32 Yss. YGermaine
El conocer melanesi.o es corporal, no un acto del pensamiento, de un yo ontoló- en La notLOn de personne en Afrique ~ antes .de la personne chez les Dogon"
gicamente diferente; el conocer eanaco es, precisamente, existencial. nOlre, op. CIt., p. 205 Y ss. '

25
24 . I
• a) Un cuerpo: la parte material del hombre y "el polo d,~ gentes ~ bru.t,os), ca~a ~no geme~o. Contribuyen, de acuerdo con su
atracción de sus principios espirituales", un "grano de umve~so , det~rmmac.lOn, a dlsez:¡ar la pSlcología de la persona, su humor.
I su sustancia mezcla los cuatro elementos como todo lo que eXiste: Estan localIzados en diferentes órganos del cuerpo, pueden man-
el agua (la sangre y los líquidos del cuerpo), la tierra (el esqueleto), te~erse en reserva en diferentes lugares (un charco, un altar, un
el aire (el soplo vital) y el fuego (el calor animal lo El cuerpo. y el ammal..) de acuerdo con los momentos psicológicos que viven los
cosmos están mezclados, constituidos por los mismos matenales que los tienen.
según escalas diferentes. El cuerpo, por lo tanto: ~o en:uent~a su
r principio en sí mismo, como en la anatomía y la hSlOloglU OCCiden- Podemos referirnos también a otras representaciones de la
I

I tales; los elementos que le otorgan sentido deben buscarse en otra pers~na.en tierra af~icana. Pe~o es po~ible presentir, desde ya, la
parte, en la participación del hombre en el juego del mundo y de mfimda~ ~~ percepCIOnes del cuerpo que podríamos encontrar.
la comunidad. El hombre extrae su existencia del hecho de ser una La defimclOn del cuerpo es hueca si se la compara con la de la
parcela del cosmos, no de él mismo, como en la tradición tomi~ta persona. No se trata, de ningún modo, de una realidad evide~te
u occidental, en la que la inmanencia del cuerpo, en tanto matena, de una materia incontrovertible: el "cuerpo" sólo existe cuando ei
constituye el fundamento de la existencia del sujeto. La anatom~a hombre l? construye culturalmente. La mirada sobre la persona
y la fisiología dogonas vinculan al hombre y al cosmos, por medlO de las SOCiedades humanas marca sus contornos sin distinguirlos,
de todo un tejido de correspondencias. en ~eneral, del hombre al que encarna. De ahí las paradojas de las
• b) "Ocho granos simbólicos se localizan en las claVÍCulas. Estos SOCiedades para las que el "cuerpo" no existe. O de las sociedades
granos simbólicos, principales cereales d.e la región, s~n la base de para las que ~! "cuerpo" es una realidad tan compleja que desafía
la nutrición de los Dogon, pLleblo esencwlmente agncultor; este la . compr~nslOn OCCIdental. Así como el bosque es evidente a
símbolo expresa la "consustanciación" del hombre y de] grano sin pnmera Vista,. ~ero existe el bosque del hindú y el del buscador de
el cual no podría vivir" (Germaine Calamé-Griaule, p. 34). Los oro,. :1 de] nuhta.r_ y el del turista, el del herborista y el del
niílos, al nacer, reciben los mismos granos que sus padres. La ormto~ogo, el del nmoyel del adulto, el del fugitivo o el del viajero ...
bisexualidad inherente al ser humano está marcada por el hecho
de que el dogon recibe en la clavícula derecha cuatro granos J del mismo modo, el cuerpo sólo cobra sentido con la mirada
cultural del hombre.
"masculinos" de su padre y de sus ascendientes de fuego y en la L~ comprensión de las relaciones entre el cuerpo y la moderni-
clavícula izquierda, cuatro granos "femeninos" de la madre y de dad Impone una genealogía, una especie de "historia del presente"
sus ascendientes uterinos. Estos granos marcan a la persona en la (M. Fou~ault), un reto~no a la construcción de la noción de cuerpo
filiación del grupo y arraigan e] principio ecológico en el q~e se en ~? Emstellung ~ccldental. También una reflexión sobre la
basa la vida de los Dogon. Los granos componen una especie de nOCIOn d~ persona, sm la qu.e, no sería posible aprehender lo que se
péndulo vital: la existencia del hombre eslLi ligada a la germi- pone enJu~go en est~ relaclOn. Veremos cómo, poco a poco, con el
nación. correr del tiempo, se mstala una concepción paradójica del cuerpo.
• c) El principio de la fuerza vital (12(/1/10) e~tá en l.a s.angre.
Por u.~a parte, el cuerpo como soporte del individuo, frontera de su
Marcel Griaule la definió como "una energía en mstancIa, lmper- relacIOn con el mundo y, en otro nivel, el cuerpo disociado del
sonal, inconsciente, repartida en todos los animales, vegetales, en ho?,!.bre. al que le confiere su presencia a través del modelo
los seres sobrenaturales, en las cosas de la naturaleza, y que pnvtlegl.ado de la máquina. Veremos los vínculos estrechos que se
tiende a perseverar en el ser, soporte al que está afectada tempo- estableCIeron entre el individualismo y el cuerpo moderno.
rariamente (ser mortal), eternamente (ser mmor . ta1)"2°El
. '
nama
es el resultado de la suma de los namas proporcionados por el
padre, la madre, y el antepa.sa~o.que rel?~Ce con él.
• d) Los ocho hl:iIlU, pnnclplOs esplntuales de la persona,
divididos en dos grupos de cuatro (son machos o hembras, inteli-

~o Mareel Gl'iaule, lI/asques ¡{O!!OIlS, Institut d'Ethnologie, París, 193fl, p. 160.

26

i 27
=
7

Capítulo 2

EN LAS FUENTES
DE UNA REPRESENTACION MODERNA 1
DEL CUERPO: I i

EL HOMBRE ANATOMIZADO
I: i

El cuerpo popular

La civilización medieval, e incluso renacentista, es una mezcla


confusa de tradiciones populares locales y de referencias cristia- ¡
nas. Se trata de un "cristianismo folklorizado", según sostiene, con
justicia, Jean Delumeau, que alimenta las relaciones del hombre
con su entorno social y natural. Una antropología cósmica estruc-
r
tura los marcos sociales y culturales. El hombre no se distingue de
la trama comunitaria y cósmica en la que está inserto, está
amalgamado con la multitud de sus semejantes sin que su singu- ¡
laridad lo convierta 'en un individuo en el sentido moderno del
término. Toma conciencia de su identidad y de su arraigo físico
dentro de una estrecha red de correlaciones. \
Para que la "individuación a través de la materia", es decir, a
través del cuerpo, sea aceptable en el plano social, habrá que
esperar el desarrollo del individualismo. Sólo entonces, efectiva-
mente, el cuerpo será propiedad del hombre y no más su esencia.
En el plano de las representaciones, una teoría del cuerpo como
objeto independiente del hombre aun cuando siga estando vincu- l.
lado con él, siga encontrando en él sus propios recursos (especifi-
cidad c;lel vocabulario anatómico y fisiológico) tendrá una impor-
tancia social cada vez mayor. Percren las colectividades humanas
de tipo tradicional, holistas,l reina una especie de identidad de

1 Adoptamos aquí la definición de holismo (la noción de comunidad está


utilizada aquí en el mismo sentido estructural) ds.Louis Dumont: "una ideología
..
29
(
sustancia entre el hombre y el mundo, un acuerdo tácito sin fuertes, felices y tristes, emocionados y frívolos, mortales e in-
( fracturas en el que intervienen los mismos componentes. El mortales.
individualismo y la cultura erudita introducen la separación. Por el contrario, las fiestas oficiales instituidas por las capas
( Para poder aislar algunas de las representaciones del hombre dirigentes no se alejan de las convenciones habituales, no ofrecen
(y de su cuerpo) anteriores a las actuales, es necesario analizar la un escape hacia un mundo de fusiones. Están basadas en la
fiesta popular medieval. Sabemos que ésta estuvo en el centro de separación, jerarquizan a los sujetos, consagran los valores reli-
la vida social, especialmente en el siglo xv. Pero para poder giosos y sociales y, de este modo, afirman el germen de la
aprehender el sentido de la fiesta medieval tendremos que aban. individualización de los hombres. El Carnaval absuelve y confun-
donar nuestras referencias contemporáneas. El júbilo del carna- de; la fiesta oficial fija y distingue. Las alteraciones que se
val y de las fiestas emparentadas con él -la de los locos, la del producen en las festividades del Carnaval, tiempo de exceso y de
burro, las de los Inocentes, etc., los misterios, las sátiras, las gasto, ilustran el fin y el renacimiento del mundo, la nueva
farsas, la "risa pascual", las cencerradas- pertenecen a un lugar primavera de la vida.
olvidado de la historia. El cuerpo grotesco deljúbilo carnavalesco se opone, radicalmen-
En el júbilo del Carnaval, por ejemplo, los cuerpos se entremez. te, al cuerpo moderno. Es una posta, ensambla a los hombres entre
clan sin distinciones, participan de un estado común: el de la sí, es el signo de la alianza. No se trata de un cuerpo separado: la
comuniqad llevado a su incandescencia. No hay nada más extraño noción de "cuerpo grotesco" no debe llevar a equívocos. El cuerpo
a estas fiestas que la idea de espectáculo, de distanciamiento y de en la sociedad medieval y, a fortiori, en las tradiciones del
apropiación por medio de la mirada. En el fervor de la calle y de la Carnaval, no se distingue del hombre, como sucederá con el cuerp~_
plaza pública es imposible apartarse, cada hombre participa de de la modernidad, entendido como'un factor de individuación. L~
la efusión colectiva, de la barahúnda confusa que se burla de los que la cultura del medievo y del Renacimiento rechaza,justamen-
usos y de las cosas de la religión. Los principios más sagrados son te, es él principio de la individuación, la separación del cosmos, la
tomados en solfa por los bufones, los locos, los reyes del Carnaval; ruptura entre el hombre y el cuerpo. La retirada progresiva de
las parodias, las risas, estallan por doquier. El tiempo del Carna· la risa y de las tradiciones de la plaza pública marca la llegada del
val suspende provisoriamente los usos y costumbres y favorece su cuerpo moderno como instancia separada, como marCa de distin-
renacimiento y renovación gracias a este paso para-dójico. Lo que ción entre un hombre y otro. .
se busca es un segundo soplo luego de que la gran risa de la plaza . El cuerpo grotesco está formado por salientes, protuberancias,
pública haya purificado el espacio y a los hombres. El Carnaval desborda de vitalidad, se entremezcla con la multitud, indiscerni-
instituye la regla de la transgresión, lleva a los hombres a una ble, abierto, en contacto con el cosmos, insatisfecho con los límites
liberación de las pulsiones habitualmente reprimidas. Interua: que permanentemente transgrede. Es una especie de "gran cuerpo
llum mUlldi, apertura de un tiempo diferente en el tiempo de los popular de la especie" Wajtínl, un cuerpo que no deja nunca de
hombres y de las sociedades en las. que viven. El aspecto serio de renacer: preñado de una vida que habrá de nacer o de una vida.qu~
la vida vuela en pedazos ante la risa irreprimible de la colectivi· habrá de perderse, para volver a renacer.
dad, unida en el mismo sacrificio ritual de las convenciones. Fiesta
típicamente comunitaria en la que el conjunto de los hombres El cuerpo grotesco -dice Bajtín- no tiene una demarcación respecto
tiende, provisoriamente, a la comunión, más allá de las tensiones del mundo, no está encerrado, terminado, ni listo, sino que se excede
de toda vida social. Todo es necesario para hacer un mundo: el a sí mismo, atraviesa sus propios límites. El acento está puesto en .
Carnaval lleva esta conciencia a su intensidad máxima. Los las partes del cuerpo en que éste está, o bien abierto al mundo
placeres del Carnaval celebran el hecho de existir, de vivir juntos, exterior, o bien en el mundo, es decir, en los orificios, en las'
protuberancias, en todas las ramificaciones y excrecencias: bocas
de ser diferentes, incluso desiguales, al mismo tiempo débiles y abiertas, órganos genitales, senos, falos, vientres, narices. 2 .

que valoriza la totalidad social y desprecia o subordina al individuo humano"


Louis Dumont, Essais sur l'individualisme. Une perspective anthropologique sur 2l\lijail Bajtín, L'oeuvre de FrQ/u;ois Rabe/ais et la culture populaire au Moyen
l'idéologie moderne, París, 1983, p. 263. .-\ge el ti la Renaissance, París, Gallimard, eoll. "Tel", p. 35.
l'
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I 30 31
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Es decir, los órganos que avergüenzan en la cultura burguesa. económico e ideo~ógico, todavía no alcanza a las capas populares
Las actividades que le dan placer al hombre carnavalesco so11, en las que persIste un saber tradicional. La burguesía y 10~··
reformados son los propagadores más fogo~os de la nacientevisió
justamente, aquellas en las que se transgreden los lími~~s, en l~s
d~l mu?do q~e coloca al individuo en el centro y mira al mundo co
que el cuerpo desbordado vive plenamente su expansIon hacI~
OJOS mas raCIOnales.
afuera: el acoplamiento, la gravidez, la muerte, comer, bebe;-,
En los sectores populares la persona está subordinada a una
satisfacer las necesidades naturales. y esto con una sed tanto mas
totalidad social y cósmica que la supera. Las fronteras de la carne
grande cuanto precaria es la existencia popular, frecuente~ los
no marcan lo~ límites de la mónada individual. Un tejido de
períodos de escasez Y precoz el en:vejeci~iento. Es una especI~ ,de
cuerpo provisorio, siempre en la mstanc.Ia ~e la transfiguraclOn,
correspondencIas entremezcla en un destino común a los anima- ¡
les, las plantas, el hombre y el mundo invisible. Todo está vincu-
sin descanso. Un cuerpo siempre boqUlabIerto, que sólo puede
estar en la abundancia, que apela, sin cesar, al exceso. La obr~ de
l~d~, todo .res?ena en conjunto, nada es indiferente, todo aconte- I I
c~m~;nto sIgmfi~a. Lé~- Bru?~ hablaba de una mentalidad "primi- 1,
Rabelais o las de Cervantes o Boccaccio (aunque en un mvel
tIva de las socI.e~ade:~ tra~IcIOnal€s. Esta estaba regida por las I
diferente) ilustran este fenómeno. El acento está puesto en un
leyes de la partIcIpaCIO?, vIncul~da en una relación de simpatía
hombre que no puede ser percibido fuera de su cuerpo, de su
con todas l.as formas ammadas o mertes que sejuntan en el medio
comunidad y del cosmos. . en el que VIve el hombre. E. Cassirer también hizo referencia a este
Ya en el siglo XVI, en las capas más formadas de la socIed~d, se
sentimiento de continuidad, de "comunidad de todo lo viviente"
insinúa el cuerpo racional que prefigura las representaclOnes
actuales, el que marca la frontera en~re un indivi~uo Y otro, l?
que imposibilita la separación de una forma de vida del resto deÍ
mundo:
clausura del sujeto. Es un cuerpo lIso, moral, Slll asperezas,
A través de esta representación, infinitamente diversificada en
limitado reticente a toda transformación eventual. Un cuerpo sus formas culturales pero que deja entrever con facilidad su
aislado, ~eparado de los demás, en posición de exterioridad re~pec­
estructura antropológica, no hay ninguna ruptura cualitativa
to del mundo, encerrado en sí mismo. Los órganos y las fu~clOnes
en~re la carne del hombre y la del mundo. El principio de la
carnavalescas serán despreciadas poco a poco, se convertIrán en fiSIOlogía humana está contenido en la cosmología. El cuerpo
objeto de pudor, se harán privad?,s. Las fiestas serán.má~ ordena- h.umano es, eD: las tradiciones populares, el vector de una inclu-
das , basadas más en la separaclOn que en la confusIón. SIón, no el. mot~vo .d~ una exclusión (en el sentido en que el cuerpo
va a defimr al Indl~ldu(1) y separarlo de los otros, pero también del
m~n~o!; es el que vmcula al hombre con todas las energías visibles
e .InVISIbles que recorren el mundo. No es un universo indepen-
Una antropología cósmica dIen~e, .replegado ,so.bre sí mismo como aparece en el modelo
anatomIco, en los .COdIgOS del saber-vivir o en el modelo mecanicis-
tao El hombre, bIen encarnado (en el sentido simbólico) es un
El Carnaval es el revelador de un régimen del cuerpo ~ue no. ~e c~mpo de fuer,za poderoso de acción sobre el mundo y está siempre
acantona en el sujeto solamente sino que desborda su mserClOn dIsponible para ser influido por éste.
para tomar sus constituyentes Y su ener~ía de.l mundo q':le. lo La brujería p0p'ular t~mbién muestra esto: una inscripción del
rodea. El hombre, inseparable de su arraIgo. fíSIco, es percIbIdo hombre en un tejIdo hohsta en el que todo es interrelación en el
como incluido dentro de las fuerzas que rIgen el mundo.;. La qu~ un gesto permite aprehender el cosmos y desencadena f~erzas
separación se limita a las nuevas capas dirigentes en el pla:no debberada~ente (brujería) o.inadvertidamente. En Les évangiles
des.quenowll~s, un compendIO de los saberes tradicionales de las
mUJer~s publIcado e~ Brujas en 1480, se encuentra un repertorio
3 Sobre la represión en las festividades populares a partir de las transforma-
orgam~~do de cree.nclas sobre la enfermedad, la vida cotidiana, la
ciones culturales que se atisbaban Yque comenzaba~ a dar resultados de~de el
siglo XViI, Y que apuntaban, ¡:on el control de la IglesIa y del E~tado, a estigma- educ~clOn de los mños, lo~ remedios, el cuerpo humano, etc., que
tizar el saber popular, léase R. Muchembled, Culture popular re et culture des deSCrIbe este poder que rIge el mundo. Gracias a un conjunto de
élites, París, Flammarion, 1978.
33
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conocimientos tradicionales es posible conciliarlo, disponer de él y se lo castiga como corresponde. Lucien Febvre, para explicar su
a su favor, utilizarlo en provecho propio o desencadenarlo contra idea de que el sentido de lo imposible no es una categoría del
alguien al que se quiere arruinar. Veamos algunos ejemplos: "Si pensamiento renacentista, habla de ese decapitado que toma su
se orina entre dos casas o contra el sol, se atrapa el mal de ojos que cabeza entre las manos y se pone a caminar por la calle. Todo el
se llama lellrielll."~ "Para evitar quedar paralítico de la cabeza o de mundo lo ve: nadie tiene dudas. Este es un ejemplo de cuán
los riñones no hay que comer la cabeza o la carne de un gato o de un solidario son el cuerpo y la persona. De ahí la gran cantidad de
oso" (p.75). "Cuando los perros aúllan hay que taparse las orejas, metáforas orgánicas para designar el campo social o ciertas de sus
pues traen malas noticias. Por el contrario, hay que oír al caballo instancias: el cuerpo social es unitario como el hombre. Entre uno
cuando grita o relincha" (p. 76). "El que beba agua bendita el y otro se extiende un continuum que une a la condición humana y
domingo en la gran misa, alejará al diablo malo que no podrá al mundo natural bajo los auspicios de la Revelación.
acercársele a más de siete pies durante toda la semana" (p.78). Sin embargo, a veces descuartizan a los criminales. Pero en ese
"Cuando un niño es recién nacido hay que llevárselo al padre y caso se trata de hombres que rompieron, deliberadamente, las
ponerle los pies contra el pecho, así el niüo no sufrirá una mala reglas de la comunidad.
I muerte" (p.106). El criminal es un hombre desheredado del vínculo social,
,', ¡',
,

Cada palabra que se dice en Les évangiles des quenouilles evoca impone su voluntad en contra de la voluntad y los valores del
,i ,I
. ~:!, I
la correspondencia simbólica que subordina estrechamente todos
los componentes animales, vegetales, minerales, climáticos o
, humanos a sutiles ríos de energía, a causalidades singulares en
grupo.
La colonia penitenciaria de F. Kafka dibuja una parábola del
destino que le espera al criminal como reparación del crimen. En
las que parecerían no poder intervenir ni el azar ni la indiferencia. esta novela, un viajero asiste, horrorizado, al suplicio de un
En hermosas páginas, L. F'ebvre evocó, en este sentido, condenado. El oficial encargado de justicia habla de la clemencia
con que se benefician los acusados: "Simplemente, utilizando un
la fluidl'z de un mundo en el que no hay nada delimitado estricta- rastrillo, grabamos sobre la piel del culpable, el párrafo que
mente, en el que los propios seres, al perder sus fronteras, cambian violó."!; Este es, entonces, el destino del criminal: su disidencia
en un guiúar de ojos, sin ninguna objeción, de forma, de aspecto, de lleva a cabo, en miniatura, un desmembramiento del cuerpo
dimensión, incluso de reino. social, y por eso es castigado, metafóricamente, con el desmembra-
miento de su propio cuerpo. Al declararse culpable de ciertos
Como diríamos nosotros: y por eso tantas historias de piedras que delitos dio pruebas de estar separado de la comunidad humana.
se animan, toman vida, se mueven y progresan; árboles que están La tortura apunta al hecho de hnber faltado a las reglas en que se
vivos; animales que se comportan como hombres y hombres que basa el pacto social. No en vano, los primeros cadáveres ofrecidos
mudan en animales. ' a los anatomistas fueron los de los condenados a muerte. Pero, a
El caso típico es el del hombre lobo, el del ser humano que puede pesar de todo, descuartizado por el verdugo o por el escalpelo del
estar en dos lugarés al mismo tiempo sin que nadie se sorprenda: anatomista después de la ejecución, el hombre sigue estando,
"en un lugar es hombre,. en el otro, animal".;; desde un punto de vista ontológico, entero. Y la Iglesia, aunque
, I Cuando se la analiza como separación, la categoría del cuerpo permita la disección; con mucho celo, se preocupa porque el
I
es una abstracción, un sinsentido. Por lo tanto no es posible hombre "anatomizado" tenga derecho a una misa (a la que asisten,
L ente,pder al hombre aisladamente del cuerpo. Incluso luego de la tamLién, el anatomista y su asistente) antes de ser enterrado
muerte. Por eso se piensa que los restos mortales de la víctima cristianamente. A pesar de sus crímenes, el condenado no deja de
L !
sangran cuando está en presencia del asesino. Si un asesino pertenecer al cuerpo místico de la Iglesia. Socialmente destruido,
escapa de la justicia estando vivo, luego se desentierra el cadáver
{
II 6 Franz Kafka, La colollie pénitentiaire, Gallimard, col!. "Folio", p. 16
1 ~ Les él/al/giles des quenouilles, traducidos y presentados por Jacques Laca- ; No olvidemos. sin embargo, que muchos anatomistas o artistas, como por
l'
rricre, París, lmago, 1987. ejemplo Vesalio, Miguel Angel o Leonardo da Vinei, utilizaban el contrabando de
,; Lucien Febvre, F/,(I/u;ois Rabelais et le probleme de l'incroyallce au XVIe cadáveres. Hurgaban en los cementerios o en las horcas para procurarse
.~i!'cle, París, Albin l\lichel, 1968, pp. 404-405. los cadáveres que necesitaban .
¡

~
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t 1 .os de Dios. El ritual religioso no A veces no es necesaria la metáfora para que el cuerpo desmem-
sigue siendo un hombre ~nde os OJ dislocada sino a uno hombre, brado del Santo despliegue Sbl esencia metafísica de templo del
es t a' d'lrIgI
. 'do a un montan. 'e carne
8
. Espíritu Santo. Por ejemplo, Piero Camporesi evoca, no sin algún
. mbro de la unwers~tas. humor, el descuartizamiento minucioso que se le realizó en 1308
a un mle
a la hermana Chiara de Monfalco, muerta en estado de santidad
en el convento de los Agustinos. Las diferentes vísceras fueron
cuidadosamente enterradas en un cántaro y el corazón colocado en
Las reliquias un lugar aparte. Las hermanas, que realizan ellas mismas este
singular ordenamiento para impedir que algún hombre toque
Santos también son desmembrados, carne que permaneció virgen, admiran el corazón pleno de amor
Los restos mortales d~ lo~ dis ersan por toda la cristianda~l. del Señor. Y algunas recuerdan entonces haber oído, a menudo,
despedazados, y sus relIqUla: s~ sa!tificado se celebra una especIe que su compañera les decía que tenía a "Jesucristo crucificado en
Pero en el fragmento de~ c~e K Las reliquias encierran poderes
de metonimia de l.a GlorIa e llO~'nfermos, favorecen las cosechas,
el corazón". Cediendo a una intuición, clavan un cuchillo en la
víscera de la bienaventurada y desc~bren, con emoción, que varios
queprovocan.elbl~n:cura~ea ea: los emprendimientos de los ha m- nervios dibujan la forma de la Cruz. Una inspección más minucio-
previenen epIdemIas, pro g ., en el curso de las cosas sa les permite descubrir otro nervio que imita el látigo con que
bres, etc., pero e~te p~der de in~e;:~~I~~ Dios en ellas. El órgano castigaron a Cristo. El milagro no se detiene ahí. Ante una
no es más que el mdIclO de la pr d 1 S nta es el camino terrestre asamblea de teólogos, de jueces, de médicos y de religiosos convo-
, d I o del Santo o e a a , . d la cados para la ocasión, el corazón inagotable de la hermana Chiara
extraIdo e c~erp . E la reliquia, el cuerpo mIstlco e
más corto hac~a el Remo. n ~ ma tangible Y simple que respon- devela, ante la pasmada mirada de los testigos, objetos de la
Iglesia se presIente como una, or Estas memoriae favorecen una Pasión como
de a los deseos de las mayorIas. 'dad con aquel al que ésta
. . d m á s tibIe
roxImIda ang de la dcomUll1
das .
por sí mIsmas, .
lo mIsmo la columna, la corona de espinas, los tres clavos, la lanza y la pértiga,
P d r N o son a ora . . representados de manera tan vivaz, que Bérangario tocó la punta de
considera su crea o . 1 d s tino describe el domJ.ll1canq
sucede con los Sant?s, cuyo cr,;een:e dorée. La individualidad del la lanza y de los tres clavos y se pinchó, como si realmente fuesen de
J acques de la Voragme en La leg dante en el concierto de las fuego. lo
, una voz concor . a
Santo no es mas que . t no es un hombre que VIVe par_ La reliquia separada del Santo no es el signo de un despedaza-
alabanzas dirigidas a !?IOS. ~~ S~n ~esada de cabo a rabo, por l~ miento de la unidad del sujeto, no singulariza el cuerpo. Es una
sí mismo, su ~xistencIa es a ~lra De ese' modo puede, sin dolor,
metonimia, encarna, a su manera, el "cuerpo místico de la Iglesia"
comunidad. VIVe por .~ par~seS:~tos y las reliquias, ~ las que se en el que todos se confunden, a pesar de sus diferencias. En este
sacrificar su propIa VI a. 1 son figuras que SIrven para sentido, despedazar los restos mortales del Santo no significa
les sustraen los restos mo;ta e~, de fidelidad a Dios, en .torno
reducirlo a un cuerpo. El órgano sustraído a los restos representa
interceder, para reco:drr,/o::r'd a~na huella de individuacIón en la persona del Santo y sirve como testimonio de sus acciones
de las que comulga la ca ec IVI a f' ndamente matizada por el uso
estos hechos, sin du~a, pe~o pro u anteriores. Estamos en las antípodas de las disecciones operadas
por los primeros anatomistas para conocer el interior invisible del
que se hace de la relIqUla. . .
cuerpo humano (esta vez, separado del sujeto al que encarnaba),
. . , Pierre Michaud-Quentin, Unt~erstt~s,
B Sobre la noción de untversttas, v~a~e d /lS le Moyen Age latin, Pans, Vrm, sin interesarse por la identidad del sujeto.
. du mouvement communttatre a
express wns ""7 . ' .
1970, especialm~nt~ pp.1,1 a l)N: 1 H rmann-Mascard, Les relcques des Jaents.
9 Sobre las reliquias, vease lCO e. ep rís Klincksieck, 1975. Recor em?s,
tia formation coutumiere d'u~ "d rOl t, astco~o el cuerpo es uno y tie~e van.~s
l/simbólicamente, a San Pablo .. pu:s s del cuerpo, a pesar de su cantIdat,. so o
: ¡miembros, y que todos eso~ mlem er~on el de Cristo. Todos, en efecto, UlmoS
. ¡forman un solo cuerpo, a~l. suced fi mar un solo cuerpo" (1, Coro XIl, 12). 10 Véase Piero Camporesi, La chair impassible, Flammarion, 1986, p. 7 Y ss.
'. bautizados en un solo esplntu para or
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36
El cuerpo intocable desdeña las tareas bajas. La diferenciación entre las tres profesio-
nes se instaura desde el siglo XIII. Se trata de una sutil jerarquía
que establece una gran distancia respecto del enfermo y del cuerpo
En un mundo signado por la trascendencia cristiana y en el que las y que marca la posición social más envidiable y de mayor prestigio.
tradiciones populares mantienen su raigambre social, el hombre De hecho, el alejamiento respecto del cuerpo señala la jerarquía
(inseparable del cuerpo) es una cifra del cosmos, y hacer correr la respectiva de estas diferentes miradas sobre el hombre enfermo.
sangre, aun cuando sea para curar, es lo mismo que romper El movimiento epistemológico y ontológico que culmina con la
la alianza, que transgredir el tabú. invención del cuerpo se ha puesto en marcha. .
En su articulo sobre los oficios lícitos e ilícitos del Medievo,
Jacques Le Goff recalca el oprobio que asocia al cirujano, al
1:
barbero, al carnicero y al verdugo. 11 Esta conjunción equívoca nos
I ' I
dice que, durante mucho tiempo, los que curaban transgrediendo Nacimiento del individuo
11 los límites del cuerpo no gozaban de gran estima. Como todo
{ ,'l(- . hombre al que su situación social enfrenta con regularidad al tabú, ,
'~. los cirujanos son, a los ojos de sus contemporáneos, personajes El ascenso del individualismo occidental logrará, poco a poco,
turbios, inquietantes. El Concilio de Tours, de 1163, prohíbe que discernir, de manera dualista, entre el hombre y el cuerpo, no
los médicos monásticos hagan correr sangre. La profesión médica desde una perspectiva directamente religiosa, sino en un pla-
cambia en el siglo xn 12 y se divide en diferentes categorías. En no profano. Las preguntas que nos formularemos ahora serán,
primer término la de los médicos universitarios, clérigos más justamente, soore este tema: el vínculo social entre individuo y
hábiles en especulaciones que en eficacia terapéutica. Sólo inter- cuerpo, para encontrar las fuentes de la representación moderna
vienen en los casos de enfermedades "externas" y nunca tocan el del cuerpo.
cuerpo del enfermo. En segundo lugar la de los' cirujanos, que Las primicias de la aparición del individuo en una escala social
comienzan a organizarse realmente a fines del siglo XIII y que significativa pueden encontrarse en el mosaico italiano del Tre-
actúan a nivel del interior del cuerpo y van más allá del tabú de la cento o del Quattrocento en el que el comercio y los bancos juegan
sangre. A menudo son laicos, despreciados por los médicos a causa un papel económico y social muy importante. El comerciante es el
de su ignorancia en saberes escolásticos. Ambroise Paré, maestro prototipo del individuo moderno, el hombre cuyas ambiciones
cirujano que descubre la ligadura de las arterias para evitar las superan los marcos establecidos, el hombre cosmopolita por exce-
hemorragias y salva, así, innumerables vidas, es raleado por la lencia, que convierte al interés personal en el móvil de las
casta de los méaicos clérigos porque no sabía latín. Sus métodos acciones, aun en detrimento del "bien general". La Iglesia no se
sólo comienzan a aplicarse a fines de su vida, pero la Facultad de equivoca cuando intenta oponerse a su influencia creciente, antes
Medicina sigue oponiéndose a la reimpresión de su obra. Importa de cederle terreno a medida que la necesidad social del comercio
menos que un médico cure y sane, que sus conocimientos de latín. comienza a hacerse más notable. A pesar de algunas lagunas, J.
Y, finalmente, la de los barberos, rivales de los cirujanos, que Burckhardt señala esta nueva noción de individuo que manifiesta,
tenían que saber usar el peine y la navaja de afeitar y conocer,' para algunas capas sociales privilegiadas en el plano económico y
también, los diferentes puntos de sangría. . político, el inicio de una distensión del continuum de los valores
El médico ocupa, evidentemente, la posición privilegiada del y de los vínculos entre los sujetos. Dentro de estos grupos el
saber, pero no se contamina con la impurezá de la sangre y individuo tiende a convertirse en el lugar autónomo de las eleccio-
nes y los valores. Ya no está regido por la preocupación por la
comunidad y por el respeto por las tradiciones. Esta toma de
11 Véase Jacques Le Goff, Pour un autre Moyen Age, París, Gallirnard, 1977, conciencia que le proporciona un margen de acción casi ilimitado
p. 93; Marie-Christine Pouchelle, Corps el chirurgie el l'apogée du Moyen Age, al hombre sólo alcanza, por supuesto, a una fracción de la colecti-
París, Flarnrnarion, 1983, p. 119 Y ss.
12 Véase, par ejemplo, Daniele Jacquard, Le milieu médicale du XlIe au XVe
vidad. Esencialmente a los hombres de la ciudad, a los comercian-
siecle, Ginebra, Draz, 1981. . tes y a los banqueros. La precariedad del poder político en los

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