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UNIVERSIDAD PRIVADA DE HUANCAYO “FRANKLIN ROOSEVELT”

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


ESCUELA PROFESIONAL DE CIENCIAS FARMACÉUTICAS Y
BIOQUÍMICA

SEMESTRE:
• II Semestre Académico
INFORME:
• Monografía
CURSO:
• Metodología Del Trabajo Universitario.
DOCENTE:
• MG. Q. F. Vilma Amparo Junchaya Yllescas
PRESENTADO POR:
• Benites Paucar, Josué Angel
• Cerrón Arauco, Josué Benedic
• Pichiuza Huacachi, Elmore Jeanpool
• Samaniego Casabona, Anyelina Yucely
• Tinoco Enriquez, Ruth Rebeca
• Valle Quispe, Joselyn Daniella
TEMA:
✓ Beneficios de la actividad física en la salud de las personas
OBJETIVO:
✓ Conceptualizar acerca de la definición de la actividad física desde la
promoción de la salud.
PROBLEMA:
✓ La falta de interés en los beneficios de la actividad física en la salud de las
personas.

INTRODUCCIÓN
Más allá de la imagen ideal de que “el deporte es salud”, lo real es que la actividad física
y la práctica del deporte, así como la relación entre estas y la salud, son procesos
socialmente determinados, cuyas características dependen de las relaciones sociales y
correlaciones de poder que operan en una formación social.
La monopolización del deporte y del “fitness” como un jugoso negocio transnacional, la
conversión masiva de las poblaciones urbanas y rurales en consumidores pasivos del
espectáculo deportivo, y la organización de los engranajes del Estado y las empresas a
favor de la actividad física como instrumento del deporte negocio, no sólo han inscrito la
recreación física en la lógica malsana del apetito comercial, sino que están bloqueando el
desarrollo de una actividad física alternativa y emancipadora y creando, en el camino, una
abismal inequidad en la distribución de acceso y la viabilidad de distintos tipos de práctica
del ejercicio físico.
Si bien la práctica del deporte favorece la salud y los espectáculos deportivos pueden
recrearnos, no es menos cierto que, bajo ciertas condiciones históricas de los modos de
vida típicos que asumen distintas clases y culturas, esas actividades pueden perder su
carácter protector para tornarse peligrosos para la salud. De esa manera, las reglas
violentas de la sociedad capitalista, terminan transmutando la actividad física recreativa
en una más de las formas de violencia típicas de la modernidad capitalista, que convierte
los bienes (como el deporte en este caso) en mercancías, subsumidas en la forma técnica
capitalista y condicionadas a la lógica de la valorización del valor, en lugar de
corresponder a la lógica del valor de uso.
Dicha peligrosidad se evidencia en múltiples formas, siendo una de las más dramáticas y
contradictorias la de los trastornos inducidos en deportistas de élite por el forzamiento
extremo en la lógica de la competencia; un proceso que deteriora el fenotipo del atleta,
sea porque afecta físicamente sistemas como el osteomuscular, o por que las presiones
del deporte negocio generan trastornos psicológicos.
RELACIÓN ENTRE DEPORTE, ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD EN ADULTOS
Y ADOLESCENTES.

Definiciones teóricas en torno a deporte, actividad física y salud. La actividad física y el


deporte son términos que constantemente son utilizados como sinónimos en el lenguaje
coloquial, los cuales, están relacionados con expresiones correspondientes a la salud y el
bienestar. La actividad física se define como cualquier movimiento corporal intencional,
realizado con los músculos esqueléticos, que resulta de un gasto de energía que permite
interactuar con los seres y el ambiente que los rodea. Es así, que se pueden distinguir las
modalidades de: actividades necesarias para el mantenimiento de la vida y actividades
cuyo objetivo es divertirse, relacionarse, mejorar la salud o la forma física, y hasta
competir. 2

El deporte no tiene una definición general, existe el deporte competición, donde el


rendimiento físico tiene gran importancia y es organizado por asociaciones deportivas;
también existe el deporte para la salud (con mayor relevancia para el presente estudio), el
cual pretende alcanzar un buen estado físico y está organizado como deporte popular y
recreativo. Por el contrario, el deporte de alto rendimiento sobrepasa con frecuencia los
límites de la capacidad física y rendimiento humano produciendo un detrimento a la
salud.2

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la actividad física como todos los
movimientos que forman parte de la vida diaria, incluyendo trabajo, recreación, ejercicios
y deportes. Es necesaria para la promoción y conservación de la salud.1

La actividad física es un medio fundamental para mejorar la salud física y mental de las
personas. Reduce los riesgos de muchas enfermedades y beneficia a la sociedad
aumentando la interacción social. También, promueve el bienestar de las comunidades y
la protección del medio ambiente, y comprende una inversión en generaciones futuras.1

En cuanto al concepto de salud, es definida por la OMS como: "un estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades".2

El bienestar físico es una tarea personal, el logro de ésta es el resultado del conocimiento
de uno mismo, la autodisciplina y las habilidades internas mediante los cuales cada
persona regula sus acciones, incluyendo el régimen alimenticio y la actividad sexual.2
La actividad física y el deporte constantemente se relacionan con los hábitos de vida
saludable, permitiendo mejorar significativamente la salud física y mental de las
personas. Sin embargo, la inactividad física se ha convertido en un problema de salud
pública, generando como consecuencia enfermedades degenerativas, cardiovasculares,
metabólicas, algunos tipos de cáncer, entre otros.2

Cabe señalar que el aumento de las tasas de obesidad y enfermedades en varios países
suelen ser atribuibles en gran medida a la disminución de los niveles de actividad física.
William (2001) en un estudio de carácter longitudinal observó que la obesidad y las
enfermedades crónicas de los adultos a menudo tienen su origen en la infancia; afirmando
que existe una necesidad crítica de entender mejor cómo los niveles de actividad física
afectan el estado de salud de la niñez y la adolescencia en relación con el estado de salud
en la edad adulta.2

La relación entre deporte, actividad física y salud mental, se demuestra en diversos


estudios, los cuales han puesto de manifiesto que la práctica regular de actividad física
produce un aumento de la autoconfianza, sensación de bienestar y mejora del
funcionamiento cognitivo. Generando un impacto directo sobre la salud psicológica, la
calidad de vida, la mejora de los estados emocionales y el autoconcepto, así como
disminuciones en los niveles de ansiedad, depresión y estrés, en una amplia variedad de
poblaciones, sobre todo no clínicas.2

En el contexto de salud mental, existe una variedad de circunstancias terapéuticas que


están asociadas a la práctica deportiva, donde se considera a la actividad física como un
aliado en los procesos de intervención en patologías tan frecuentes como el estrés, la
ansiedad y la depresión. También, la actividad física y el deporte puede establecerse como
un elemento protector en la aparición de trastornos de personalidad, estrés laboral o
académico, ansiedad social, falta de habilidades sociales, disminución del impacto
laboral, social y familiar del estrés postraumático.2

Las intervenciones apoyadas por actividad física son eficaces en las intervenciones de
salud mental, observando un alto grado de correspondencia en los temas relacionados a
la interacción social y apoyo social; sentimientos de seguridad; mejoría de síntomas;
sentido de vida y factor preventivo de trastornos de la personalidad, experimentándose
como socialmente incluyente, no estigmatizante y, sobre todo, eficaz para la activa
recuperación de los pacientes en el campo de la salud mental.2
ACTIVIDAD FÍSICA PARA CONSIDERARSE SALUDABLE

La actividad física y su relación con la salud es uno de los pilares más importantes en la
vida de las personas en la actualidad, ya que la salud no es algo que pueda comprarse en
la farmacia con la receta del médico, sino algo que debe conseguirse y conservarse con
empeño.5

Por ello el estilo de vida saludable, y en concreto el hábito de hacer ejercicio o actividad
física, se adquiere a lo largo del proceso de socialización, siendo la infancia y la
adolescencia etapas claves para su formación, además, se debe tener en cuenta que
realizar actividad física es muy saludable siempre y cuando este se realice de la forma
adecuada, pensando siempre en la salud de las personas.5

La educación para la salud es una cuestión de interés creciente en nuestra sociedad. Las
distintas instituciones implicadas en salud establecen diversas finalidades y objetivos de
actuación, cada una de ellas con un enfoque particular pero todas para lograr el bienestar
progresivo en las personas, intentando concienciarlas y capacitarlas en torno a un
concepto, el de salud, que deja de ser un objetivo puntual “salud como ausencia de
enfermedad” (OMS), concibiéndose en la actualidad como una tendencia del individuo a
alcanzar un óptimo estado físico, psíquico y social, por lo tanto, se pasa a un concepto
más integrador y completo.3

Diferentes estudios sociológicos muestran un alto grado de sedentarismo en la población


escolar española, siendo la adolescencia una etapa de la vida donde se reduce de forma
importante la práctica de ejercicio físico. El estudio de las conductas de las escolares
relacionadas con la salud, muestra un gran porcentaje de adolescentes sedentarios, que va
aumentado con la edad, especialmente en las chicas. Ya que se evidenció que del final de
primaria al final de secundaria se produce un descenso significativo del nivel de actividad
física de los escolares, tanto en chicos como en chicas. Este sedentarismo es uno de los
factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, metabólicas (obesidad,
hipercolesterolemia, hiperlipidemias, hipertensión arterial, osteoporosis y diabetes) y
respiratorias, junto al consumo de tabaco, alcohol, el estrés y una dieta desequilibrada.3

Los mayores beneficios saludables se obtienen cuando se pasa del sedentarismo a niveles
moderados de condición física o actividad, y los beneficios no aumentan más cuando se
pasa de niveles moderados a altos niveles de condición física o actividad. Por el contrario,
mientras los riesgos derivados de la actividad son muy reducidos a niveles moderados de
actividad, estos aumentan exponencialmente cuando la intensidad es muy importante.3
Además, cualquier actividad no es necesariamente saludable, sino que depende de la
intensidad, las características personales, la frecuencia, la seguridad, la satisfacción, la
relación social y el respeto al medio ambiente, entre otros aspectos.

Recomendaciones sobre actividad física para la salud. La realización regular y sistemática


de una actividad física ha demostrado ser una práctica sumamente beneficiosa en
prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, así como un medio para forjar el
carácter, la disciplina, la toma de decisiones y el cumplimiento de las reglas, beneficiando
el desenvolvimiento del practicante en todos los ámbitos de la vida cotidiana de cada
persona.6

La gran mayoría de las personas pueden beneficiarse de realizar actividad física de forma
regular. Es frecuente que la gente pueda pensar que ya realiza ejercicio físico suficiente
en su trabajo, en las tareas domésticas y que pueda pensar que ya es demasiado viejo para
empezar.6 En la gran mayoría de los casos suele ser la pereza o las expectativas de fatiga
que impiden que ni siquiera se llegue a intentar. Otras veces, la obesidad, la diabetes o
alguna discapacidad física pueden ser las que desanimen.

Está demostrado que la actividad física practicada con regularidad reduce el riesgo de
cardiopatías coronarias y accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo II, hipertensión,
cáncer de colon, cáncer de mama y depresión. Además, la actividad física es un factor
determinante en el consumo de energía, por lo que es fundamental para conseguir el
equilibrio energético y el control del peso.4

Existe una relación directa entre la actividad física y la salud metabólica, concretamente
una reducción del riesgo de diabetes de tipo 2 y de síndrome metabólico. Los datos
indican que 150 minutos semanales de actividad física moderada o vigorosa conllevan un
riesgo considerablemente menor.4

La actividad aeróbica facilita de manera continuada el mantenimiento del peso corporal.


Lo más importante para conseguir el equilibrio energético es la acumulación de actividad
física y el consiguiente gasto de energía. La actividad física total puede realizarse en
varias sesiones breves o en una única sesión prolongada, con el fin de alcanzar el objetivo
de actividad física que permita mantener el peso corporal. La evidencia es menos clara en
el caso del entrenamiento de resistencia, debido en parte al aumento compensatorio de
masa muscular y a la menor cantidad de ejercicios practicados.4 La relación entre la
actividad física y el mantenimiento del peso varía considerablemente según las personas;
en algunos casos, podrían ser necesarios más de 150 minutos semanales de actividad
moderada para mantener el peso. Según los resultados de varias pruebas de control
aleatorizadas, correctamente planificadas, de hasta 12 meses de duración, la actividad
física aeróbica durante un total de 150 minutos semanales está asociada a una pérdida de
peso de entre 1 y 3% aproximadamente, porcentaje que suele estar considerado como
indicativo del mantenimiento del peso.4

BENEFICIOS PARA LA SALUD MENTAL

Uno de sus tantos beneficios de realizar deporte es la salud mental, que generalmente
ayuda a la prevención de apariciones de trastornos psiquiátricos tales como ansiedad,
depresión y estrés, estos llegan a afectar a las personas con trastornos de ansiedad
enfrentan sentimientos intensos e incontrolables de ansiedad, temor, preocupación o
pánico. Estos sentimientos pueden interferir con las actividades diarias y pueden durar
por bastante tiempo, por lo cual el deporte es uno de los mejores aliados para combatir
estas enfermedades psiquiátricos porque ayudan a desestresar, por lo que, Aumenta las
endorfinas, un tipo de biomolécula neurotransmisora que estimula el sistema nervioso y
tiene efectos a nivel fisiológico, emocional y cognitivo, que ayudan a reducir los niveles
de estrés y ansiedad.2

Se sabe bien que la cantidad óptima para realizar actividad física y que este ayude con
una mejor salud mental es de un rango óptimo de 2,5 a 7,5 horas de actividad física por
semana se llevó un estudio en Bélgica de hombres y mujeres en los hombres se pudo ver
que la intensidad óptima de actividad física es alta y existen asociaciones negativas
relacionadas a los sentimientos de depresión, la ansiedad y los síntomas de somatización.
En cambio, en las mujeres, la intensidad óptima es moderada y se evidencia en el caminar
generando un bienestar emocional positivo y existen asociaciones negativas relacionadas
a los síntomas de somatización y ansiedad.2

La actividad física ayuda a prevenir los desequilibrios psicológicos, mejorando la salud


mental y mejorando la calidad de vida. También combate el sedentarismo que predispone
a enfermedades coronarias y neurovasculares, de la misma manera mejora de las
capacidades cognitivas, habilidades sociales, autoconcepto, resiliencia y reducción de
enfermedades degenerativas como la demencia y la enfermedad de Alzhéimer como
también nos ayuda a ver las capacidades habilidades innatas de cada persona para
desarrollar. 2

BENEFICIOS DE LA ACTIVIDAD FÍSICA

Uno de los factores que condiciona una buena calidad de vida e independencia de una
persona es la buena salud y la prevención de las enfermedades. En este sentido, uno de
los objetivos prioritarios para este nuevo milenio es fomentar la actividad física. El
ejercicio cumple un rol fundamental en la calidad de vida que permite la continuidad de
la fuerza y la movilidad, proporciona un sueño sin interrupciones (permitiendo dejar con
facilidad las pastillas para dormir), mejora el estado de ánimo, previene algunas
enfermedades y genera ambientes recreativos.7

Entre los beneficios de la actividad física están son: Disminuye el riesgo de mortalidad
por enfermedades cardiovasculares, previene y/o retrasa el desarrollo de Hipertensión
arterial, y disminuye los valores de tensión arterial en hipertensos, mejora el perfil de los
lípidos en sangre (reduce los triglicéridos, el colesterol LDL y aumenta el colesterol HDL)
, mejora la regulación de la glucemia y disminuye el riesgo de padecer Diabetes Mellitus
tipo 2, mejora la digestión y el ritmo intestinal, disminuye el riesgo de padecer ciertos
tipos de cáncer, incrementa la utilización de la grasa corporal y mejora el control del peso,
mejora la imagen personal; y el mantenimiento y mejora de la fuerza. 7

En momento actual, a todas las personas les interesa más sentirse bien y no sólo no tener
enfermedades. Quieren tener capacidad para poder llevar a cabo las tareas diarias. Por lo
tanto, lo que realmente preocupa cada día es disponer de un nivel alto de salud que
lógicamente está relacionado con la actividad física, el deporte y la calidad de vida en
todas sus vertientes. La actividad física y su relación con la salud es uno de los pilares
más importantes en la vida de las personas en la actualidad. De esta forma estamos muy
de acuerdo con Rost cuando afirma que “la salud no es algo que pueda comprarse en la
farmacia con la receta del médico, sino algo que debe conseguirse y conservarse con
empeño”. Por ello el estilo de vida saludable, y en concreto el hábito de hacer ejercicio o
actividad física, se adquiere a lo largo del proceso de socialización, siendo la infancia y
la adolescencia etapas claves para su formación, además, se debe tener en cuenta que
realizar actividad física es muy saludable siempre y cuando este se realice de la forma
adecuada, pensando siempre en la salud de las personas. La educación para la salud es
una cuestión de interés creciente en nuestra sociedad.8
Prevenir el desarrollo y la progresión de muchas enfermedades crónicas, así como retrasar
los efectos del envejecimiento. Estamos sin duda ante una formidable medicina, “LA
MEDICINA FANTÁSTICA”. Con una intensidad que permita a cualquier persona una
práctica vigorosa constante durante largo tiempo y otra intensidad que lleve a la
sudoración y el jadeo en la respiración. Se tiene que realizar de forma habitual y frecuente,
para que forme parte del estilo de vida personal. Orientada al proceso de la práctica más
que al producto o excelencia atlética. Que proporcione una satisfacción adecuada a las
personas. Que sirva como elemento relacional, es decir, que permita la interacción
positiva entre los seres humanos. Respetuosa con el medio ambiente. Favorecedora de la
actividad física y la salud y del desarrollo de habilidades sociales que sirvan para llevar
una vida mejor. Siguiendo con las indicaciones anteriores y su relación con el estilo de
vida saludable establece las siguientes relaciones. La actividad física se relacione de
forma positiva con la salud, en los aspectos mentales, físicos y sociales de cada uno. La
actividad física parece estar relacionada con otras conductas de salud tales como los
hábitos de fumar, la alimentación y la higiene. Por lo tanto, si aumentamos la práctica de
actividad física, podemos influir en otros hábitos de salud tan negativos para la salud de
las personas y así poder contrarrestarlos. Durante la edad escolar, periodo crítico, donde
se tienen que desarrollar los hábitos futuros y su posterior traslado a la vida adulta.
Actividad física: beneficios y riesgos La forma de realizar las actividades dependerá de
si es práctica recreativa o de alto rendimiento, en el primero de los casos predominan los
beneficios frente a los riesgos, mientas que, en el segundo, pueden incrementarse los
riesgos, bien sean físicos, psicológicos o sociales y por lo tanto los beneficios están por
debajo de los riesgos que conlleva su práctica. Entre ellos están los beneficios
preventivos, rehabilitadoras y de bienestar. 8

EFECTOS BENEFICIOSOS PARA LA ACTIVIDAD FÍSICA

La incorporación a una rutina de actividad física se da por una constante y moderada de


cambios físicos, incitado en una serie de cambios fisiológicos, que van más allá de solo
quemar calorías, reducir grasas y mantener masa muscular.9

Algunos de los efectos beneficiosos para la actividad física son: Antropométricos


(Control y disminución de la grasa corporal, mantener o aumentar la masa muscular,
fuerza muscular y la densidad mineral ósea. fortalecimiento del tejido conectivo, mejorar
flexibilidad), Fisiológico (Aumento de volumen sanguíneos, disminución de frecuencia
cardiaca), Psicosocial y cognitivo (Mejora la autoestima, el estado de ánimo, tensión
muscular y el insomnio, previene y/o retrasa la pérdida de memoria y atención; ayuda con
el estrés, la depresión y mejora la calidad de vida)9.

En países socio-económicamente avanzados solamente el tercio de la población adulta


realiza actividad física suficiente, es decir, que cumple con los criterios aconsejados por
las autoridades sanitarias. Por el contrario, los dos tercios restantes, o llevan una vida
claramente sedentaria o desarrollan un trabajo físico a todas luces insuficiente. Los
estudios epidemiológicos realizados en nuestro país, revelan hechos similares a los
observados en otros de igual nivel social, respeto a la presencia de factores de riesgo que
condicionan el sedentarismo. Éste se asocia preferentemente al sexo femenino, al hábito
tabáquico, al aumento de la edad y a niveles económicos y educacionales bajos. Además,
hay que añadir otros factores, cómo son: la falta de tiempo, el exceso de peso, el
sedentarismo ambiental, tanto en familiares, como en amigos y en personal sanitario, la
ausencia de instalaciones abiertas que propicien ejercicio (carriles y caminos destinados
a pasear, correr o montar en bicicleta), el mal tiempo habitual, la inseguridad ciudadana,
el exceso de televisión, etc.10

PROMOCIÓN DEL ESTILO DE VIDA SALUDABLE

La promoción de la salud es un tema prioritario en la Psicología de la salud, y se refiere


al desarrollo y fortalecimiento de aquellas conductas y estilos de vida que conducen a
lograr un estado de vida saludable. Existe una clara relación entre la conducta de
las personas y su estado general de salud, el estilo y calidad de vida determina cómo se
siente la persona en términos de salud. Definitivamente existen hábitos, producidos por
la forma de vida de las urbes, que son nocivos para la salud, tanto física como
psicológica.11

Un buen estilo de vida es un estado de completo bienestar físico, mental y social”, lo que
significa que más que una vida sana se debe hablar de un estilo de vida saludable del que
forman parte la alimentación, el ejercicio físico, el trabajo, la relación con el medio
ambiente y la actividad social. Se resaltan que la salud debe asumirse de forma integral,
en donde las estrategias para el fomento del EVS (Estilo de Vida Saludable) no se
centralicen únicamente en la Alimentación Saludable y/o la Actividad Física, sin
desconocer su importancia en la promoción y mantenimiento de una buena salud durante
todo el ciclo vital, sino también intervengan el tiempo de sueño, la recreación, el sexo
seguro y protegido, la salud oral, el manejo del estrés y las habilidades sociales, como
determinantes de la salud en las personas.11

La relación entre la salud humana y sus determinantes sociales es evidente durante las
etapas de desarrollo conocidas como adolescencia y adultez temprana. Es durante estos
períodos que los individuos desarrollan inmunógenos conductuales de por vida, así como
patógenos conductuales. Muchos estudios sugieren que las opciones de estilo de vida que
incluyen actividad física, buena nutrición, patrones de sueño adecuados, uso responsable
de medicamentos y evitar el consumo sustancias controladas tienen un impacto positivo
en el estado de salud de las personas.11

Desafortunadamente, las investigaciones también sugieren que las personas no siempre


toman las mejores decisiones cuando se trata de su salud. La transición entre el ambiente
protector del hogar y la infinidad de opciones encontradas por quienes se van por su
cuenta por primera vez coloca a la salud al final de la lista de prioridades de muchas
personas.12

Los problemas alrededor del mundo se globalizan debido a las diversas dinámicas
sociales, culturales, políticas, económicas e ideológicas que denotan la multiplicidad de
factores a los cuales se ven expuestas las personas, este hecho desencadena las miradas y
acciones tanto de la Promoción de Salud (PS) como de la Prevención de la Enfermedad
(PE) ya que estas aportan al proceso salud- enfermedad-atención y demandan cambios
desde el sector sanitario, el Estado, las instituciones educativas, el lugar de trabajo, la
familia y, sobre todo, de la participación de las personas como comunidad; no solo la
mundialización de modos de vida poco saludables aportan a los grandes problemas de
salud pública del siglo XXI.12

La coexistencia , teórica y metodológica que tiene la PS con la PE más allá de


confrontarlas, plantea escenarios prácticos de acción abordados no solo desde las
estrategias de prevención de la enfermedad sino desde acciones como el autocuidado y la
autogestión; un punto importante de convergencia entre estas dos visiones son los
programas que buscan transformar los estilos de vida saludables (EVS) y que constituyen
una de las acciones más eficaces tanto para la prevención de la enfermedad, apuntando
más a un enfoque individual como a la promoción de la salud desde un enfoque basado
en la comunidad , dentro de este marco las estrategias de PS como componentes de dichos
programas orientan a la persona y la comunidad y brindan las herramientas necesarias
para generar salud y el control de sus determinantes.13

CONCLUSIÓN:
La actividad física es importante ya que ponemos en funcionamiento todo nuestro cuerpo
y creamos un equilibrio con la mente.
A cualquier edad, la actividad física regular produce enormes beneficios para la salud,
pero al paso de los años, como es en la tercera edad, es fundamental para prevenir o
reducir el avance de enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la obesidad, la
diabetes, la osteoporosis, y la depresión.
La actividad física regular y la adopción de un estilo de vida saludable son necesarias
para mejorar la salud y la calidad de vida de cada persona. Como también debería de
fomentarse la actividad física en todas las etapas de la vida, como una forma de prevenir
y controlar las enfermedades crónicas no transmisibles. Se deben estimular en mayor
medida las actividades aeróbicas de intensidad moderada, de forma continua o
acumulada, de preferencia todos los días de la semana.
También, es importante reconocer de como deberíamos de fomentar la práctica regular
de la actividad física aeróbica o el fortalecimiento de los músculos, ya que sería adoptar
un estilo de vida activo en la vida diaria como parte fundamental de la calidad de vida y
de un envejecimiento saludable.
Concluyendo que la práctica del deporte y la actividad física como hábito saludable puede
favorecer progresos a nivel terapéutico y preventivo basados en la promoción de estilos
de vida saludable de cada persona.
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