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Efectos de la ley en cuanto al espacio

La territorialidad de la ley

La ley tiene un efecto obligatorio acotado temporalmente y


territorialmente, salvo las excepciones. Debe afirmarse que la ley sólo es
obligatoria en el territorio de Chile, es en el Código Civil impera el
principio de la territorialidad de la ley.

Manifestaciones de la territorialidad de la ley

Del Código Civil, se puede extraer al menos tres artículos que confirman la
obligatoriedad de la ley chilena, sólo en el territorio chileno.

En cuanto a las personas

Art. 14 CC, que dispone: “La ley es obligatoria para todos los habitantes
de la República, inclusos lo extranjeros”.

Esta disposición establece la regla de la territorialidad cuando afirma que la


ley chilena es obligatoria para los “habitantes” de la República; toda
persona que habite la República de Chile, queda, como regla sujeto a sus
leyes.

Habitar es un concepto amplio, que supone estar físicamente en territorio


nacional, más allá incluso de la idea de tener mera habitación o lugar de
pernoctación en Chile. Queda nítido así el elemento territorial, pues, basta
para que una persona quede sujeto a la ley chilena, de que físicamente se
esté bajo territorio chileno, sea chileno o extranjero.

La igual aplicación de la ley chilena a chilenos o extranjeros que habiten el


territorio de Chile, se entiende a partir del art. 57 del CC, que asegura que
“La ley no reconoce diferencias entre el chileno y el extranjero en cuanto a
la adquisición y goce de los derechos civiles que regla este Código”. Es
decir, el Código aspira a una plena igualdad entre chilenos y extranjeros.
En cuanto a los bienes

El art. 16 del CC, dispone: “Los bienes situados en Chile están sujetos a
la ley chilena, aunque sus dueños sean extranjeros y no residan en Chile”.

En este caso, como se aprecia, la territorialidad de la ley chilena queda


confirmada por el hecho de que basta que un bien esté “situado” en Chile,
es decir se encuentre físicamente en territorio chileno, para que se le
aplique la ley chilena, sin perjuicio de que sus dueños sean extranjeros y no
residen (habiten) en Chile, es decir los dueños personalmente no estén
sujetos a la ley chilena.

En cuanto a los actos y contratos

Los arts. 16 inciso segundo, 17 y 18, nos ofrecen la regla general a efectos
de la territorialidad de los actos y contratos, en el sentido que sólo los actos
otorgados en Chile se rigen integralmente por la ley chilena.

En efecto, el art. 16, inciso 2°, dispone, como una excepción a la regla de
que los bienes situados en Chile se rigen por la ley chilena, que “Esta
disposición se entenderá sin perjuicio de las estipulaciones contenidas en
los contratos otorgados válidamente en país extraño”.

La territorialidad confirmada por el art. 16 inciso final, cuando dispone:


“Pero los efectos de los contratos otorgados en país extraño para
cumplirse en Chile, se arreglarán a las leyes chilenas”.

Es decir, cualquier sea el lugar en que se haya celebrado un contrato, si este


contrato produce efectos Chile, debe sujetarse a la ley chilena.

La territorialidad se percibe, por el hecho de que basta que los derechos y


obligaciones de un contrato –sus efectos– se vayan a cumplir en territorio
chileno, para que deba serle aplicable la ley chilena.

Por otro lado, el art. 17 dispone que “La forma de los instrumentos públicos
se determina por la ley del país en que hayan sido otorgados”.

El art. 18 ordena que “En los caos en que las leyes chilenas exigieren
instrumentos públicos para pruebas que han de rendirse y producir efecto
en Chile, no valdrán las escrituras privadas, cualquier sea la fuerza de
éstas en el país en que hubieren sido otorgadas”.
Como puede apreciarse del conjunto de estas disposiciones, se pueden
concluir que para que un acto se someta totalmente a la ley chilena, debe
otorgarse y producir efectos en Chile, tanto en aspectos de fondo como
formales o de prueba.

Qué se entiende por territorio

La ley se aplica en todo el territorio de Chile, que comprende no sólo su


dimensión terrestre, sino que también la marítima y la especial-
atmosférica.

Terrestre.

Como se sabe Chile tiene un especio terrestre tricontinental: pues tenemos


territorio en América del Sur, la Antártica, y Oceanía por medio de la Isla
de Pascua.

En todo este espacio físico Chile, en principio, aspira a mantener soberanía


y por los mismo, sus leyes deben debe aplicarse. Pero sólo tenemos una
consolidación territorial y de soberanía en el territorio americano e Isla de
Pascua, no así en los territorios antárticos, los cuales están sujetos al
Tratado Antártico y por lo mismo se rigen por un estatuto especial1.

Marítimo

De acuerdo con el Código Civil y el Tratado del Mar 2, Chile también tienen
soberanía sobre mar territorial.

Para estos efectos vamos a distinguir entre:

a) Mar territorial: El mar adyacente, hasta la distancia de 12 millas


marinas medidas desde las respectivas líneas de base, es mar
territorial y de dominio nacional. (art. 593 CC)
b) Zona contigua: que se extiende hasta 24 millas marinas, medidas
desde las respectivas líneas de base (es decir 12 millas más), en

1
Tratado El Tratado fue suscripto el 1ro. de Diciembre de 1959 y entro en
vigor el 23 de Junio de 1961.

Los Gobiernos de Argentina, Australia, Bélgica, Chile, la república Francesa, Japón, Nueva Zelandia, Noruega, la
Unión del Africa del Sur, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda
del Norte y los Estados Unidos de América.

2
Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y sus anexos, adoptados el 10
de diciembre de 1982, DS Núm. 1.393.- Santiago, 28 de agosto de 1997
donde el Estado ejerce jurisdicción “para objetos concernientes a la
prevención y sanción de las infracciones de sus leyes y reglamentos
aduaneros, fiscales, de inmigración o sanitarios”. (art. 593 CC)
c) Zona económica exclusiva: “mar adyacente que se extiende hasta
las doscientas millas marinas contadas desde las líneas de base, a
partir del cual se mide el mar territorial, y más allá de este último
(…) En ella el Estado ejerce derechos de soberanía para explorar,
explotar, conservar y administrar los recursos naturales vivos y no
vivos de las aguas suprayacentes al lecho, del lecho y subsuelo del
mar, y para desarrollar cualesquiera otras actividades con miras a
la exploración y explotación económica de esa zona”. (art. 596 CC).

Territorio espacial: espacio aéreo chileno.

Conforme con el art 22 del DFL 221/1931, el Estado de Chile ejerce


plena y exclusiva jurisdicción sobre el espacio atmosférico existente sobre
el territorio de Chile y de sus aguas jurisdiccionales, y se le llama espacio
aéreo chileno.

Excepciones a la territorialidad de la ley

Ya se ha visto que el principio que rige es el de la territorialidad de la ley,


tanto para las personas, como para los bienes y los actos, sin embargo
también la ley chilena tiene aplicación extraterritorial. Veamos en qué
casos.

En cuanto a las personas

1.- El art. 15 del CC constituye un primer ejemplo de aplicación


extraterritorial de la ley Chilena.

Se refiere la disposición a la sujeción que deben tener los chilenos a la ley


chilena que reglan “las obligaciones y derechos civiles”, no obstante su
residencia o domicilio en país extranjero, en cuanto a:

a) “En lo relativo a estado de las personas y a su capacidad para


ejecutar ciertos actos que hayan de tener efecto en Chile”.

El estado de las personas está referido al estado civil, que se estudiará


oportunamente, y que se entiende como la posición permanente que ocupa
una persona respecto de sus relaciones de familia, y de la cual derivan
derechos y obligaciones (cfr. Art 304 del CC).
La capacidad –que también estudiaremos– es la aptitud legal de una
persona para ejercer derechos y contraer obligaciones y para poder
ejercerlos por sí misma, sin el ministerio o autorización de otro. Es la
capacidad de ejercicio (art 1445 final CC).

La norma sólo es aplicable a chilenos, y únicamente se refiere a la


capacidad y “estado para ejecutar ciertos actos, que hayan de tener efecto
en Chile”.

Es interesante la interpretación que hacen los profesores Carlos y Gabriel


Villarroel, en el sentido de que la limitación final (que hayan de tener
efecto en Chile) es solo para la capacidad y no para el estado, pues, de otra
manera el estado civil de los chilenos quedaría sujeto a múltiples factores
de conexión, y la historia de la fijación de la norma indica que la coma
final, se agregó para darle una mejor redacción, al precisar los actos
comprendidos, y que naturalmente están vinculados a la capacidad.
Concluyen así que en lo relativo al estado civil, los chilenos quedan sujetos
a la ley chilena en el extranjero, únicamente en relación con su constitución
y extinción, porque en cuento a los efectos, se aplica la norma que sigue 3
(art 15 nº 2).

En consecuencia, únicamente la reglas sobre capacidad y estado civil de los


chilenos, respecto de actos que celebren en el extranjero y que vayan a
tener efecto en Chile, se rigen por la ley chilena; debemos entender que
tendrán efecto en Chile, cuando los derechos que de allí nazcan se ejerciten
en Chile, o las obligaciones en ellos contenidas deban cumplirse en Chile.

b) “En las obligaciones y derechos que nacen de las relaciones de


familia; pero sólo respecto de sus cónyuges y parientes chilenos”

La segunda excepción, está referida a derechos y obligaciones que nacen de


relaciones de familia, de una manera general, por lo cual únicamente se
refiere a derecho de familia, sean de carácter personal o patrimonial, y cuya
fuente normal es el estado civil. Uno podría pensar que existe una cierta
redundancia de la norma, en el sentido de que el número 1 en lo que se
refiere al estado de una persona para celebrar actos que han de tener efecto
en Chile, bien podría quedar incluido en el segundo, pero en verdad no es
así, y lo que da es un argumento adicional para limitar la interpretación del
primero4.

3
VILLARROEL BARRIENTOS, Carlos y Gabriel, Derecho Internacional Privado, Editorial Jurídica de
Chile, Santiago, 2015, pp. 219-220.
4
Ibíd., p. 221.
La norma contiene un a segunda limitación, porque sólo está referida a los
derechos y obligaciones que nacen de relaciones de familia, pero
únicamente respecto del cónyuge y los parientes “chilenos”; quedan
excluidos de esta excepción las relaciones de familia con otros parientes
extranjeros, que no hayan de producir efecto en Chile.

La distinción entre cónyuges y parientes es correcta, porque jurídicamente


el cónyuge no es pariente.

2.- Art. 955 inciso 2°

Una segunda excepción al principio de la territorialidad viene del art. 955,


que prescribe que la ley sucesión “se regla por la ley del domicilio en que
se abre” lo que supone que si una sucesión se abre en el extranjero, aunque
existan bienes en Chile, la sucesión debe regirse, en principio, por la ley
extranjera, no obstante de que existan bienes en Chile.

Esta regla constituye una señalada excepción a la regla de la territorialidad


que contiene el art. 16 del Código Civil, por el cual se dispone que los
bienes situados en chile se rigen por la ley chilena, porque en este caso los
bienes situados en Chile se regirán por la ley extranjera.

Contra excepción

Una contra excepción a la regla anterior se puede extraer del art. 998 CC,
que dispone, que “en la sucesión abintestato de un extranjero que fallezca
dentro o fuera del territorio de la República, tendrán los chilenos a título de
herencia o de alimentos, los mismos derechos que según las leyes chilenas
les corresponderían sobre la sucesión testada de un chileno”.

Si se lee bien esta disposición, sólo tienen sentido como excepción en caso
de que el extranjero no tenga su último domicilio en Chile, más allá del
lugar donde fallezca, porque si tenía su último domicilio en Chile, la
sucesión se regirá por la ley chilena, conforme con el art. 955 inciso 1°.

La excepción consiste en que en caso de que la herencia abintestato –es


decir intestada– deba regirse por la ley extranjera –la sucesión se abrió en
el extranjero– los chilenos tienen en esa herencia los mismos derechos que
según las leyes chilenas le corresponderían sobre la sucesión de un chileno,
en materia de herencia y alimentos. La norma, supone, entonces que la ley
chilena va a regir una sucesión abierta en el extranjero y cuando el causante
es extranjero.

Para hacer más efectiva la disposición, el inciso 2°, permite a los chilenos
pedir que “se les adjudique en los bienes del extranjero existentes en Chile
todo lo que le corresponda en la sucesión del extranjero”, porque es natural
de que un tribunal extranjero no va estar disponible para hacer aplicación
de lo que dispone el art. 998 inciso 1°.

Leyes que rigen un acto o contrato que se celebra en el extranjero.

Cuando un acto o contrato se celebra en el extranjero, como regla debe


aplicarse le principio de la territorialidad y por lo mismo, la ley aplicarse
debiera ser el de la ley del lugar en donde el acto o contrató se celebró, sin
embargo existen ciertas excepciones que conviene conocer.

De acuerdo con los arts. 16 a 18 del CC, vamos a distinguir entre:

-requisitos internos de validez


-capacidad
-efectos

Además:
-forma (requisitos externos de validez) de los instrumentos públicos
-prueba
-autenticidad de los instrumentos públicos

Requisitos internos de validez

Cuando un acto o contrato se celebra en el extranjero, la validez intrínseca


del acto, es decir la concurrencia de los requisitos internos para la validez
del acto o contrato se rigen por la ley extranjera. Los requisitos de validez
internos son la voluntad, el objeto, la causa y la capacidad.

Esta regla se puede extraer de lo que dispone el inciso 2° del art. 16 cuando
prescribe: “Esta disposición se entenderá sin perjuicio de las estipulaciones
contenidos en los contratos otorgados válidamente en país extranjero”.

Los contratos otorgados válidamente en país extranjero, son aquellos que se


otorgan conforme con la ley del país, es decir la validez interna del contrato
la determina la ley del país en que se otorga. Rige sin limitaciones el
principio de la territorialidad.
Capacidad y Estado Civil

Sin embargo, en materia de capacidad, que a estos efectos es un requisito


interno de validez, no se somete a la misma regla anterior, porque ya hemos
dicho que la capacidad de los chilenos para celebrar ciertos actos que han
de tener efecto en Chile, se rigen por la ley chilena, aunque el acto se
otorgue en el extranjero, conforme con lo que dispone el art. 15 n° 1 del
CC. Como se aprecia, la limitación sólo es aplicable a los chilenos y no es
aplicable a los extranjeros, para quienes rige el principio de la
territorialidad sin limitaciones.

Efectos de los actos jurídicos

Por efectos de los actos y contratos entendemos el conjunto de derechos y


obligaciones de que ellos se derivan.

El art. 16 inciso final del CC vuelve a la regla de la territorialidad, en el


sentido de que los efectos actos y contratos que hayan de “cumplirse en
Chile se arreglarán a las leyes chilenas”, lo que supone, a sensu contrario,
que si tales efectos se han de cumplir en el extranjero se rigen por la ley
extranjera.

Con todo debemos tener presente que la doctrina más lúcida en Chile5
sostiene que antes de aplicarse esta norma, debe considerarse como criterio
de aplicación previo, el principio de autonomía de la voluntad o privada,
que autoriza a las partes a fijar el contenido contractual y en general a
convenir la ley que regulará el contrato, conforme con lo que disponen los
artículos 1545 del CC y 113 inciso 2º (in fine) del Código de Comercio;
aunque en Chile esta doctrina no encuentra un acomodo definitivo en la
jurisprudencia y toda la doctrina. Es ésta por lo demás una práctica habitual
en los contratos internacionales, con efectos en Chile.

Debe tenerse presente, además, lo que dispone el art. 28 1) sobre Arbitraje


Comercial Internacional, Ley 19.971.

“Artículo 28.- Normas aplicables al fondo del litigio.

1) El tribunal arbitral decidirá el litigio de conformidad con las


normas de derecho elegidas por las partes como aplicables al fondo del
litigio. Se entenderá que toda indicación del derecho u ordenamiento

5
VILLARROEL BARRIENTOS, cit., pp. 323-349.
jurídico de un Estado determinado se refiere, a menos que se exprese lo
contrario, al derecho sustantivo de ese Estado y no a sus normas de
conflicto de leyes” (destacado nuestro).

Téngase presente que la remisión a la ley chilena del artículo 16,


obviamente parte del supuesto que las partes cuando celebran un contrato
en el extranjero, son libres para contratar, y para fijar el contenido
contractual, y por supuesto para aplicar la ley supletoria que decidan:
siempre podrá existir como límite el orden público y el fraude a la ley, que
tiene preeminencia en el derecho internacional privado. No es otro, el
sentido que se desprende del art. 113 inciso 2º del Código de Comercio.

Forma (requisitos externos de validez) de los instrumentos públicos

De acuerdo con el art. 17 del CC, “la forma de los instrumentos públicos
se determina por la ley del país en que haya sido otorgados”.

Es decir, como regla la forma de los instrumentos públicos se rige por el


principio de la locus regit actum (la ley del lugar). Aunque la norma sólo se
refiere a los instrumentos públicos, la disposición parece fundarse en un
principio general.

La forma, según lo expresa el inciso segundo, “se refiere a las


solemnidades externas, de aquí el nombre de requisitos externos”.
Oportunamente se estudiarán las formas de los actos jurídicos.

Prueba

Excepcionalmente la ley establece una regla distinta para efectos


probatorios

El art 18 CC estable una importante excepción en materia de prueba de los


actos jurídicos otorgados en el extranjero, al disponer “en los casos en que
las leyes chilenas exigieren instrumentos públicos para pruebas que han de
rendirse y producir efecto en Chile, no valdrán las escrituras privadas,
cualquiera sea la fuerza de éstas en el país en que hubieren sido
otorgadas”.

Es decir, cuando se trata de “prueba que han de rendirse y producir efecto


en Chile”, rige la ley chilena, que no acepta que un acto que haya de
probarse en Chile por instrumentos públicos, pueda probarse en Chile por
escrituras privadas, cualquier sea la fuerza de estas escrituras en el país en
que el acto o contrato se otorgó.

Autenticidad de los instrumentos públicos

El art. 17 distingue la autenticidad de los instrumentos públicos, que la


entiende como el “hecho de haber sido realmente otorgados y autorizados
por la persona y de la manera que en los tales instrumentos se expresa”, es
decir la autenticidad apunta a que el instrumento no sea falsificado, que es
lo que ocurre cuando no se ha otorgado o autorizado por la persona o de la
manera que en el instrumento se indica.

Conforme con el art. 17 la autenticidad de un instrumento público que


determina conforma con “las reglas establecidas en el Código de
Enjuiciamiento”, es decir conforme con las normas del Código de
Procedimiento Civil, art. 345 CPC.

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