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CONDE DE LAUTREAMONT.

El 4 de abril de 1846 nacía Isidore Lucien Ducas, también conocido


como Conde de Lautréamont (en francés, Comte de Lautréamont), fue
un poeta francés nacido en Montevideo y que vivió 11 años allí.
Póstumamente ganó estatus como un «poeta de culto» con sus obras
Los cantos de Maldoror, sus Poesías (en francés Poésies) y su prematura
muerte que lo convirtieron en un mito en la historia de la poesía
francesa moderna que prefiguró a la aparición del surrealismo.
Desconocido durante toda su corta vida, llevó a extremos inéditos el
culto romántico al mal y, aunque se le suele clasificar entre los poetas
decadentistas, es considerado uno de los precursores del surrealismo.
En Los cantos de Maldoror ensalza el asesinato, el sadomasoquismo, la
violencia, la blasfemia, la obscenidad, la putrefacción y la
deshumanización. Los surrealistas lo rescataron del olvido e hicieron de
él uno de los precursores de su movimiento. Maldoror es una figura
demoníaca suprema que aborrece a Dios y a la humanidad. El personaje
central de Los cantos de Maldoror (en francés «Mal d'Aurore», «Mal de
la aurora») es una figura que reniega ferozmente de Dios y del género
humano. En un libro en el que resuenan «los cascabeles de la locura», la
crueldad y la violencia, Maldoror encarna la rebelión adolescente y la
victoria de lo imaginario sobre lo real: su odio hacia la realidad (eso que
llama «El Gran Objeto Exterior») lo separa de sus congéneres, y por
este motivo sufre. Aun así, su orgullo (diríamos miltoniano) es más
poderoso. Lo grotesco, el espanto y lo ridículo en Los cantos recuerdan a
la obra de otro gran antecedente del surrealismo, el Bosco. No por
casualidad fue Lautréamont motivo de inspiración para escritores como
Alfred Jarry, Louis Aragon, André Breton o Benjamin Péret, y artistas
plásticos como René Magritte, Salvador Dalí, Amedeo Modigliani, y Man
Ray. El tono que caracteriza a la obra es fuertemente apelativo, de
interpelación y de sorpresa permanente al lector desprevenido. Los
Cantos de Maldoror obedecen a una estructura a la que el autor intenta
ser fiel, a pesar de que su evolución testimonia lo contrario. La
publicación de 1868 (sólo el primer canto) presentaba algunas partes
dialogadas con indicaciones escénicas que fueron suprimidas en los
siguientes. Es una obra inspirada en el Manfred de Lord Byron, el
Konrad de Adam Mickiewicz y el Fausto de Goethe. De estas figuras
retendrá, sobre todo, la idea de un héroe negativo, satánico, en lucha
abierta contra Dios, aunque el estilo elegido finalmente participa de la
literatura épica; de ahí la división en estrofas de cada uno de los Cantos,
con excepción del sexto y último, en el que la construcción de una
pequeña novela de una veintena de páginas cambia el estilo hasta
entonces adoptado. Considerada por muchos una obra “maldita” se
convirtió en una obra de culto y en un arcano cuyo secreto debía
alejarse de ojos profanos. El Canto I fue publicado en agosto de 1868,
en Bruselas con dinero de su padre; firmó la obra con tres asteriscos, lo
mismo que la segunda edición, la cual apareció en una publicación
colectiva titulada "Parfums de l´âme" ("Perfumes del alma") en 1869.
En la primavera del 1869, Ducasse entrega al editor Lacroix el
manuscrito completo de la obra, que nunca llegará a las librerías y de la
cual sólo unos pocos ejemplares son encuadernados y entregados al
autor. Entre sus obras también figuran unos poemas publicados poco
antes de su muerte. Su famosa comparación «bello como el encuentro
fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un
paraguas» configura uno de los rasgos más distintivos del irracionalismo
surrealista: la conjunción de realidades inconexas, dislocadas o incluso
contradictorias.

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