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Centro Educativo Particular Parroquial

“AUGUSTA LÓPEZ ARENAS”

Área: Desarrollo Personal Ciudadanía y Cívica.


Profesor: José Manuel Soto Velásquez
Grado y Sección: 1° A-B

Somos Responsables de Nuestro Cuidado Personal


Cuando llegan a la adolescencia, los chicos y chicas cambian la concepción que tenían de sus padres: dejan de
considerarlos perfectos y empiezan a verlos como adultos con virtudes y defectos. Esta nueva forma de
pensar los lleva a cuestionar algunas de sus decisiones y a mostrarse poco comunicativos. Esto se debe a que
tratan de distanciarse de sus padres para afirmar su autonomía y obtener más libertad. No obstante, esa
búsqueda los expone muchas veces a riesgos respecto a su salud y su integridad. Frente a ello, es importante
tener información y tomar decisiones adecuadas.
Aprender a ser autónomos: El logro de la autonomía es sinónimo de madurez. Para alcanzar autonomía, los
adolescentes deben cumplir algunas tareas. Por ejemplo, controlar su propia conducta, establecer relaciones
sociales efectivas (con personas del mismo sexo y del sexo opuesto) e identificar una vocación que dé sentido
a sus vidas. La culminación de estas tareas permite encaminarse hacia la autorrealización. Una persona se
autorrealiza cuando se siente segura de dónde está y de lo que puede hacer, y toma decisiones de manera
independiente sin fijarse en el qué dirán.
Aprender a decidir para ser independiente: Decidir consiste en elegir una opción entre dos o más
alternativas disponibles. Al hacerlo, la persona debe asumir la responsabilidad que conlleva su decisión. Eso
significa que la autonomía implica necesariamente aceptar el costo de las decisiones. Por ello, si queremos
cumplir con eficiencia las tareas de la adolescencia, es importante tomar decisiones acertadas.
La madurez emocional: Es la capacidad de comprender y expresar nuestros sentimientos y emociones
adecuadamente a fin de relacionarnos de manera sana con los demás y con nosotros mismo, esta
conformada por tres capacidades: comprende nuestros propios sentimientos y emociones; expresarlos de
una manera asertiva, escuchar a los demás y sentir empatía. Estas tres capacidades mejoran el desarrollo
personal y la calidad de vida, así como nuestra manera de establecer relaciones interpersonales; además nos
permite construir lazos de afecto, hacer más cooperativo el trabajo y fortalecer el sentido de pertenencia a
una comunidad.
¿La familia influye en la afectividad? La creencia de que hay sentimientos o emociones positivos y negativos
está relacionada con los mensajes que recibimos desde la infancia. Esto significa que somos inducidos a
clasificar los sentimientos y las emociones como permitidos y no permitidos. En consecuencia, expresamos
nuestra afectividad en función de la opinión de los demás, hasta el punto en que podemos dañar nuestra
salud y limitar nuestras posibilidades de establecer relaciones sociales adecuadas.
Salud y cuidado personal La salud es un estado de bienestar físico, mental y social que nos permite realizar
nuestras actividades con normalidad. Durante la adolescencia, el crecimiento y otros cambios corporales se
producen rápidamente y, a la vez, se incrementan las presiones sociales. Esto puede originar desajustes
físicos y psicológicos, pero aun así los adolescentes le dan poca importancia al cuidado de la salud. La clave
para mantener la salud y prevenir enfermedades en la vida adulta consiste en establecer, durante la
adolescencia, un estilo de vida saludable, pues los hábitos adquiridos serán duraderos. Esto favorecerá el
desarrollo de una cultura de prevención.
La evaluación de los riesgos: Aprender a decidir es un proceso que abarca toda la vida. Algunas veces, las
decisiones son fáciles de tomar; otras, en cambio, exigen un periodo de reflexión. Tomar decisiones
autónomas conlleva, asimismo, enfrentar determinados riesgos: Riesgo funcional, por el beneficio o
perjuicio que nos puede acarrear. ¿Me servirá de algo lo que estoy estudiando?. Riesgo físico, porque puede
dañar o beneficiar nuestra salud, si fumo ¿perjudico mi salud?. Riesgo económico, por la inversión
económica que implica. ¿Vale la pena gastar todos mis ahorros en ropa tan cara?. Riesgo social, por las
reacciones de los demás ante una decisión. ¿Se molestarán mis amigos si no voy al cine?. Riesgo psicológico,
por la forma en que nos hará sentir. ¿Me sentiré fracasado si cambio de carrera?. Riesgo del tiempo, porque
el tiempo invertido no se recupera. Si voy a la fiesta, ¿podré estudiar para los exámenes?.
Los trastornos de la alimentación: Una de las situaciones de riesgo que enfrentan los adolescentes son los
trastornos alimentarios como: anorexia, bulimia y compulsión para comer. Estos trastornos son el resultado
de problemas en la forma como una persona se ve a sí misma (autoconcepto) y se relaciona con el mundo. La
difusión de modelos de belleza en los medios de comunicación influye en las personas para que desarrollen
dichos trastornos. La anorexia Se caracteriza por el rechazo a mantener el peso corporal adecuado a la edad
o la talla. Quienes sufren de anorexia tienen una imagen corporal errónea: piensan que están gordos cuando
no lo están. Además, se niegan a comer y se sienten orgullosos cuando dominan la sensación de hambre. La
bulimia Se caracteriza por la ingesta de grandes cantidades de comida en periodos cortos. Las personas que
la padecen sienten que no pueden parar de comer, pero luego se provocan el vómito, emplean laxantes o
realizan extenuantes rutinas de ejercicios físicos para no engordar. Tienen una preocupación excesiva por el
peso.
La compulsión por comer Se caracteriza por comer excesivamente. Las personas que comen de manera
compulsiva suelen presentar cuadros de angustia y depresión que a la vez dan paso a periodos de excesos en
la comida.
¿Por qué los adolescentes son temerarios? Durante la primera mitad de la adolescencia, los chicos y chicas
viven una etapa de desarrollo cognitivo en la que se centran en sí mismos. Además, desarrollan dos
creencias:
• Asumen que son observados y juzgados constantemente. El “efecto de un público imaginario” se
manifiesta en su tendencia a emprender actividades temerarias. • Creen que son inmunes a las leyes y sus
consecuencias, por lo que pueden transgredir normas sin ser sancionados. Esta creencia, a la que Elkind
llama “fábula personal”, es una forma de arrogancia que les da una falsa sensación de seguridad.

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