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La Generación del 98:

Azorín, Unamuno, Baroja.


La literatura del grupo del 98 está condicionada por la superación del
positivismo y el racionalismo que, al no ofrecer respuestas satisfactorias, se
retorna a las grandes cuestiones como el sentido de la vida, la idea de Dios o la
moralidad. El pesimismo acucia como resultado de la pérdida de las colonias
americanas y los autores se preocupan por la decadencia y atraso nacional,
elaboran propuestas para la educación, la economía o la europeización. Buscan
las raíces castellanas como esencia de España. En 1902 se publican cuatro obras
significativas: La Voluntad ( Azorín), Camino de Perfección ( Pío Baroja), Amor y
pedagogía (Unamuno) y Sonata de Otoño (Valle Inclán). Estas obras inician un
camino innovador, alejándose del Realismo y buscando la expresión de la
realidad personal e interior, bajo la influencia de la filosofía pesimista de
Schopenhauer. Rasgos de esta novela son:
 La historia, lo que se cuenta, pierde importancia.Las acciones son
mínimas y el espacio y el tiempo están poco definidos.
 Interesa el mundo interior del protagonista, estados anímicos,
reflexiones...
 El protagonista es un inadaptado, antiburgués, rebelde, amoral,
fracasado, que a veces llega a la destrucción total
 Narración fragmentada: selección de momentos significativos
mezclados con reflexiones.
 Reaparición de la novela dramatizada o dialogal (el narrador cede la
voz a los personajes: diálogos, monólogos...)

Unamuno pone de manifiesto el existencialismo al tratar de reflexionar sobre la


existencia de Dios o el destino; el argumento o los caracteres de los personajes
carecen de importancia. En Amor y pedagogía mezcla lo trágico y lo cómico
afirmando que la ciencia no salvará al hombre de sus angustias; La tía Tula
presenta un modela obsesivo de maternidad y San Manuel Bueno ,mártir cuenta
la historia del cura de pueblo Manuel, que duda entre difundir la mentira
consoladora (la fe) o la verdad amarga (la soledad humana).
“Azorín” (José Martínez Ruiz), casa el ensayo con la novela, describe de manera
impresionista, usa una sintaxis simple y un léxico castizo. Su seudónimo lo
toma del personaje Antonio Azorín el cual a través de sus experiencias vitales
se convierte en la conciencia del autor. La Voluntad o Antonio Azorín son
ejemplos de ello. En Doña Inés abandona lo autobiográfico aunque sigue
exhibiendo su preocupación por el paso del tiempo o el destino. En Don Juan
establece una conversión cristiana del mito.
Baroja defiende una novela abierta, sin comienzo ni fin con episodios dispersos
cuyo hilo conductor es el personaje central el cual suele ser un inadaptado que
se opone al status quo pero abúlico, incapaz de pasar a la acción de cambiar las
cosas por lo que acaba vencido física y moralmente condenado a someterse al
sistema que rechaza. Baroja no creía en el ser humano ni en sus teorías
científicas o filosóficas, simplemente a su juicio, el mundo carecía de sentido. Su
estilo es simple, frase corta, párrafo breve aunque su narración fluye
vertiginosa; su estilo era precisamente carecer de él. Sus trilogías de éxito
fueron : Tierra Vasca que agrupa: La casa de Aizgorri. El mayorazgo de Labraz y
Zalacaín, el aventurero; La lucha por la vida que la forman La busca, Mala hierba y
Aurora Roja. La Raza compuesta por El árbol de la ciencia, La dama errante y La
ciudad de la niebla.

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