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DE SIGLO
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aparece diluida como trasfondo de la experiencias
subjetivas o de los problemas de conciencia.
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contradicción entre los opuestos y la paradoja. Su lenguaje
expresa su creencia en la imposibilidad de una construcción
filosófica del mundo completa y acabada. La incertidumbre
es el motor creativo de su obra.
En este Unamuno agónico tres son las ideas básicas:
-el miedo a la muerte;
-la necesidad de creer en un Dios que garantice la
inmortalidad personal;
-la certeza racional de que tal Dios no existe.
Dios no sería importante si no supusiera la
inmortalidad de los hombres. Para Unamuno la inmortalidad
no es la disolución panteísta en el todo, como luego la
concebirá Juan Ramón Jiménez, sino una perpetuación de una
conciencia individual. La religión para él no es una
doctrina sino una lucha, una agonía para escapar al destino
inexorable de la muerte. En sus ideas se observa la
influencia del Kierkegaard y del protestantismo.
Junto al Unamuno agónico se encuentra también el
Unamuno contemplativo que aspira a detener el tiempo y a
identificar su alma con la Naturaleza.
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lector en los prólogos, en los epílogos, donde propone
interpretaciones contradictorias de sus obras o polemiza
sobre diversos aspectos de ellas. Así las novelas se
convierten en un juego intelectual que propone al lector
múltiples interrogaciones.
Los rasgos característicos de sus novelas son:
-concentración de la acción;
-ausencia de descripciones, salvo las de carácter
simbólico, pues no importa el decorado, sino los conflictos
íntimos de los personajes.
-el tiempo y el espacio externos suelen ser imprecisos
ya que lo que interesa es el tiempo vivido en el ámbito de
la conciencia;
-como lo importante es la interioridad de los
personajes adquieren gran relevancia el diálogo y el
monólogo, lo que acerca sus obras al teatro.
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los seres humanos son unos tipos peligrosos que no inspiran
confianza.
Su visión de un mundo cruel es deudora de la teoría
conocida como darwinismo social según la cual la vida
social se asemeja a la Naturaleza, en la que el fuerte
siempre aplasta al débil. La vida humana en sociedad
consiste en sobrevivir a costa de los demás. Para un médico
como Baroja es fácil concebir la conducta humana y la vida
social en términos biológicos.
Junto al ideal del hombre de acción se encuentra en
Baroja la aspiración a la ataraxia, a la abstención de
actuar, pues toda acción es dañina y produce dolor,
especialmente en los seres sensibles y conscientes. Hay en
Baroja un constante enfrentamiento entre la vida y el
pensamiento. Los seres que más piensan son los que más
sufren. El ideal schopenhaueriano de alcanzar la serenidad
por medio de la abstención y la autolimitación aparece
constantemente en su obra.
En cuanto al amor, como la religión, no es más que
otra mentira vital.
El rasgo esencial de Baroja es su pesimismo
existencial, su desconfianza en el hombre y en el futuro.
En cuanto al estilo, Baroja defiende la espontaneidad
del escritor. El deseo de naturalidad en el estilo explica
el tono conversacional de sus novelas, así como la idea de
que la novela carezca de un plan previo, pues ha de ser
semejante a la vida. Frente a la novela orgánica y cerrada
del Realismo Baroja propone la novela abierta y cambiante.
El género no tiene unos límites definidos, sino que en ella
cabe todo. Sobre esta cuestión Baroja afirma:
La novela, hoy por hoy, es un género multiforme,
proteico, en formación, en fermentación; lo abarca todo:
el libro filosófico, el libro psicológico, la aventura la
utopía, lo épico, todo absolutamente.
Un rasgo fundamental de sus obras es la amenidad:
Mi preocupación es hacer la novela poco aburrida,
para lo cual dejo los capítulos breves y los párrafos
cortos.
Otros rasgos relacionados con el deseo de entretener
son la acción ininterrumpida, los rápidos cambios de
escenario, la profusión de personajes, las escenas
dialogadas. Muchas veces la vivacidad de sus novelas tiene
que ver con el uso del recurso del viaje. En este sentido
su modelo es Robert Louis Stevenson
Las novelas de Baroja no son fruto de un plan riguroso
y muchas veces el personaje principal es el único principio
constructor de un relato en apariencia fragmentario. El
narrador se introduce en el relato, comenta los sucesos que
narra y adjetiva a sus personajes.
En muchos aspectos estas novelas son deudoras de los
folletines decimonónicos: desfile incesante de personajes,
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aventuras, crímenes, episodios truculentos, ambientes
misteriosos,…
Estilísticamente la prosa de Baroja es antirretórica:
párrafos cortos, frases breves, léxico común,…