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1.

RASGOS GENERALES DE LA GENERACIÓN DEL 98 EN UNAMUNO

• La visión subjetiva de la realidad. Los autores del 98 combinan sus deseos de reforma con el de
profundizar en las preocupaciones más hondas del hombre: la angustia, el dolor, la vida como lucha y
supervivencia (ideas, por otra parte, relacionadas con Schopenhauer y Nietzsche, principalmente). El
tema de España, como uno de los grandes ejes temáticos de los escritores del 98.
• Temas de raíz existencial, filosóficos o trascendentales: los mencionados más arriba hacen a
Unamuno partícipe de la generación del 98 en sus planteamientos irracionalistas, en su visión entre
escéptica y apasionada del hombre y su “ser para la muerte”, en palabras de Heidegger. Por ejemplo, en
San Manuel Bueno, mártir podemos ver la lucha entre la fe y la razón del protagonista, un tema de visión
existencialista de la vida. Este tema se evidencia en esta obra a través de la visión inquietante de su
protagonista, un párroco, don Manuel, que tiene muchas dudas sobre algunas cuestiones básicas de la
fe cristiana (la inmortalidad cristiana) pero que intenta imponer su voluntad de creer para no
desesperanzar a los feligreses.
• El rechazo del lenguaje poético modernista: frente al estilo modernista, artificial y recargado para
ellos, los hombres del 98 buscan un lenguaje literario más seco y tradicional, más sobrio. Se busca la
expresividad e intensidad afectiva y la exactitud plástica. El propio Unamuno dijo que buscaba una
“lengua seca, precisa, rápida…”. Aparecen sobre todo antítesis (morir/vivir, recitar/callar,
activa/contemplativa…) que manifiestan unas ideas contradictorias, y metáforas y comparaciones.
• Modernización de la técnica narrativa: los narradores del 98 avanzan en la innovación de las
técnicas narrativas, alejándose de la típica narración realista/naturalista. Aparece el narrador-testigo o
narrador-lector, que es un personaje que asume la función de narrar pero no es el protagonista de la
historia, sino un personaje secundario. Cuenta la historia en la que participa o interviene desde su punto
de vista.

2. RASGOS GENERALES DE UNAMUNO


- El Tema de España y la angustia existencial y religiosa, son los dos grandes ejes temáticos
por los que giran los escritos en prosa de Unamuno.
- Importancia del monólogo y del diálogo en las novelas de Unamuno, ya que es la forma más
directa de plasmar las ideas, sentimientos e inquietudes del mundo interior del protagonista de la
novela.
- Estilo reflejo de su personalidad. Unamuno tiene un estilo que refleja con gran perfección los
rasgos de su personalidad. Es sobrio y al mismo tiempo vivo y expresivo. Propone un estilo
desnudo, frente a los estilistas que lo visten de galas. Usa muchos términos populares, antítesis,
exclamaciones.
- Visión subjetiva de la realidad: Unamuno insistía en la necesidad de encontrar una verdad
íntima, subjetiva, en la realidad. La novela ya no ha de ser “el espejo” stendhaliano que va
reflejando lo que hay en el camino.
- Ausencia de descripciones del paisaje, las costumbres y el entorno de los personajes. En
muchos casos, ni siquiera hay una localización temporal y espacial precisa. Solo importa el
drama íntimo del hombre. Se acentúa el carácter abstracto y atemporal de las novelas al no
detallar el lugar o la época en la que se desarrollan. Los personajes encarnan las angustias y
obsesiones del autor.
-Relaciones tensas entre los personajes: personajes dominadores frente a personajes débiles e
inseguros, que aparecen como víctimas.

3. RASGOS GENERALES DE NUESTRO TEMA


Miguel de Unamuno, como otros novelistas españoles y extranjeros del momento, decide romper
el marco tradicional realista y juega con las técnicas narrativas, con la estructura de los relatos
y con la concepción misma de los personajes que le sirven para expresar sus ideas
obsesivas (existenciales y metafísicas: la duda, la falta de fe, la necesidad de creer, la
inmortalidad, la muerte, el juego ficción/realidad que también se expresa en la antítesis
entre sueño y realidad...) que pasan de ser entes de ficción a rebelarse contra su creador
(Niebla), a ser ellos mismos los que escriben su vida (Abel Sánchez) o a adquirir una dimensión
simbólica (La tía Tula), y, en sus últimas novelas, el personaje narrador es también lector. Crea
distintos niveles narrativos que buscan implicar de forma en la creación al lector externo a la
narración, que se hace ahora necesario para recrear al propio personaje. Otra estrategia es exigir
la participación del lector con prólogos, post-prólogos, epílogos, etc., en los que se proponen
interpretaciones contradictorias de las obras o se polemiza sobre diversos aspectos de ellas. Los
novelas son entonces un juego intelectual en el que intenta implicar al lector y se abren ante
él distintas interpretaciones. Es una novela de ideas y una novela fundamentalmente
dialogada.
Otros rasgos definitorios de estas novelas son la concentración de la acción y la ausencia de
descripciones, salvo las de carácter simbólico, porque lo importante no es el decorado realista
externo, sino el desarrollo de los conflictos íntimos de los personajes. Por eso, el tiempo y el
espacio externos suelen ser imprecisos, ya que lo que interesa es el tiempo vivido en el ámbito
de la conciencia. Pero ello no evita que muchos de los relatos se localicen en unas coordenadas
espacio-temporales concretas: la España provinciana de principios de siglo.

4. RASGOS ESPECÍFICOS DE LA NIVOLA DE UNAMUNO COMO NOVELA DE IDEAS


1. Expresión de ideas a través del diálogo de los personajes (la novela —el diálogo— sirve
para la manifestación de pensamientos y conflictos ideológicos).
2. Temas existenciales que reflejan la lucha vital, los conflictos entre pensamiento y sentimiento
(agonía Augusto Pérez al comprobar que no es sino un ente creado que no puede decidir por sí
mismo o de don Manuel que se debate entre su creencia y su labor pastoral).
3. El tema teológico: Dios, la inmortalidad, la fe.
4. La utilización de símbolos: los nombres de los personajes, la niebla, el lago y la montaña.
5. Uso de anáforas y estructuras sintácticas paralelas que van asociando unas ideas con
otras y llevando al lector al descubrimiento del misterio, del pensamiento, del razonamiento de las
ideas.
6. Uso de paradojas que son el reflejo del espíritu agnóstico y contradictorio del ser humano.

Temas en Niebla

• La inadaptación del individuo al medio: en Niebla, Augusto es incapaz de resolver dilemas


cotidianos, como si debe llevar el paraguas. Tampoco puede hacer decisiones importantes, como
si debe casarse, o resolver los dilemas existenciales, como si existe o no.
• La igualdad de la mujer: Augusto cuestiona la igualdad de la mujer. No está seguro si la mujer
tiene alma y si puede ser fiel a su palabra; quiere explorar estas dudas.
• La paternidad (o maternidad) como forma de eternidad. Tener un hijo es una forma de
perpetuarse. Además, el concepto de paternidad en obras como Niebla equivale en cierto modo al
de paternidad literaria: el hombre procrea como el autor lo hace con sus personajes, lo que nos
conduce al tema siguiente, el de la desaparición de las fronteras entre realidad y ficción. En él
se convierte en precedente de Pirandello, que tocó ese tema en “Seis personajes de busca de
autor” años después.
• La identidad: el ser humano es creado como el personaje lo es por su autor y la rebelión de este
último ante su destino incuestionable, el de la muerte, lo hace interrogarse sobre su existencia.
• La metaficción: Víctor y Augusto hablan de la novela o "nivola" que Víctor está escribiendo.
Unamuno, a través del personaje de Víctor, explica su teoría de la literatura en una especie de
“poética” resumida.
• La inmortalidad: tema que preocupó a Unamuno tal como se aprecia también en sus ensayos
(Del sentimiento trágico de la vida...). Para Unamuno la inmortalidad es posible siempre y cuando
quede alguien en el mundo material que nos piense, que nos recuerde. Por ello en Niebla se leen
referencias tales como:

Para él la muerte es algo definitivo, la vida acaba. Sin embargo, pensaba que la creencia de que nuestra
mente sobrevive a la muerte es necesaria para poder vivir. Desde luego, se necesita creer en un Dios,
tener fe, lo cual no es racional; así siempre hay conflicto interior entre la necesidad de la fe y la razón que
niega tal fe.
Por todos estos temas es considerado Unamuno uno de los predecesores de la escuela existencialista
que, varias décadas después, encontraría su auge en el pensamiento europeo. Así estudió danés para
leer directamente a Søren Kierkegaard.
Aunque no es tema prioritario de sus novelas –sí de algunos de sus ensayos- podemos encontrar alguna
referencia en las palabras de sus personajes al tema de España y su regeneración.

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