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1- El sistema Educativo y la Educación Pública

Paraguaya

Según un diagnóstico realizado por Alejandro Vial en el 2008 se menciona lo siguiente. Hay
dificultad para avanzar hacia una transición que consolide y afiance la democracia por las
limitaciones encontradas en el plano social; en cuanto a la precariedad en el acceso a servicios
que mejoren la calidad de vida, en el económico, inequidad extrema, en la ausencia de reforma
de los aparatos del estado (ejecutivo y judicial) o en una forma de hacer política que permita
el ejercicio de la democracia ciudadana. A esas falencias se agrega lo que se podría
mencionar como el déficit que presenta la superestructura. La baja cobertura y el magro nivel
educativo implica una masa crítica débil y a ratos invisible, la escasa oferta cultural (cine,
literatura, revistas de reflexión y análisis) y en definitiva la magra opinión pública existente en el
país, conspiran no solo contra la democracia, sino también y muy especialmente contra la
posibilidad de desarrollar ciudadanía.

En el tema de los servicios públicos, la educación es clave no solo para afianzar, desarrollar o
limitar el avance de ciudadanía, también para crear un habitus crítico indispensable para la
cultura y la política, e incluso para promover el desarrollo, ayudar a incorporar valor agregado a
la economía y mejorar la calidad de los servicios producidos; un consumidor informado y atento,
es también un atributo de la condición ciudadana. Ahora bien, a pesar de las dificultades y los
graves pendientes que se puede notar, probablemente se tenga en el ámbito educativo el
esfuerzo más serio y consistente, -con perfil de política de Estado-, que la sociedad paraguaya
ha intentado y mantenido durante la transición, a través de la Reforma Educativa y su agenda
“Paraguay 2020”.. 5Entre 1995 y 2006 la tasa bruta de matrícula en el tercer ciclo ha pasado
desde 45 a 80% y la de la media, de 40 a 60%. .5En el año 2008 con la nueva administración del MEC es revisado y
ajustado el mismo y ampliada la estrategia hasta el 2024 (PLAN 2024).

De manera que pese a los importantes pendientes, rezagos y distorsiones con que ha tropezado
la reforma educativa, fue precisamente en la educación donde se acometió el esfuerzo más
importante para transformar el país con la estrategia Paraguay 2020. Este esfuerzo partió a
comienzos de la década de los 90 y contó con un diagnóstico realizado al sistema educativo
paraguayo por un importante equipo de investigadores de dos centros académicos: HARVARD
INSTITUTE FOR INTERNATIONAL DEVELOPMENT y el CENTRO PARAGUAYO DE ESTUDIOS
SOCIOLÓGICOS.

El principal objetivo del trabajo, fue adecuar la educación paraguaya a los grandes desafíos
económicos, políticos, sociales y culturales del mundo del siglo XXI, y los grandes temas
abordados por el equipo fueron los siguientes: 1) El desafío que representa el MERCOSUR
para la educación paraguaya, 2) la Educación Básica, 3) la Educación Media, 4) la Formación
Docente, 5) la Educación Superior, 6) la Educación de Adultos, 7) la Educación Bilingüe, 8) la
Reforma Administrativa del Ministerio de Educación y la 9) Descentralización de la educación.

En su diagnóstico sobre el sistema educativo, Fernando Reimers coordinador del proyecto


en su etapa inicial, comenzaba su análisis diciendo; “a ocho años de la entrada del siglo XXI, la
sociedad paraguaya confronta dos desafíos fundamentales: la consolidación del régimen
democrático y el desarrollo de la competitividad nacional. Ambos desafíos descansan a su vez de
manera muy clara sobre las competencias y capacidades de los paraguayos”; a casi quince años
se puede decir que ni la democracia se ha consolidado ni se ha incrementado demasiado la
competitividad nacional. Y agregaba algo que resulta vital para desarrollar ciudadanía; “una
democracia efectiva requiere una ciudadanía educada, que pueda participar sobre la base de
juicios informados, sustentados sobre una base común de conocimiento”.

En consecuencia, la reforma educativa ha producido innegables avances en la extensión de los


años de estudio, pero quedan muchos vacíos y distorsiones que corregir para el logro de los
objetivos planteados, especialmente en el tema de la deserción escolar, al punto que “27 de
cada cien alumnos que se matricularon en el primer grado en el año 1995 egresan de la
educación media en 2006”, dice el documento “Paraguay. Educación en cifras 2006”, lo cual
tiene un fuerte impacto territorial porque la deserción aumenta en el ámbito rural, que es el
territorio más pobre.

Entonces, uno de los problemas relevantes de la deserción escolar tiene que ver con la cuestión
territorial, lo que termina produciendo importantes externalidades negativas en una suerte de
cadena que se auto-alimenta, en el sentido que siendo “la correlación entre la distribución
geográfica de los establecimientos educativos y la cobertura alta, y la distancia media entre
instituciones de básica y instituciones de educación media es alta, sobre todo en zonas rurales,
las restricciones de oferta podrían estar limitando el crecimiento de la cobertura en el campo, lo
que de paso penaliza las zonas más pobres. Por otra parte, el análisis encontró indicios de
restricciones por el lado de la demanda, donde los retornos a la educación han disminuido en la
última década, especialmente en zonas rurales del país, y el costo de asistir a la educación como
porcentaje del ingreso per capita de las familias ha aumentado”.

Por ello y por importantes pendientes en todo lo referido a una educación de calidad, a la baja
eficiencia del sistema, a dificultades para el logro de los objetivos planteados por la reforma y
pese a que ésta ha sido quizás una de las políticas públicas más consistentes en el tiempo,
diversos informes sobre la situación de la educación pública, así como sus resultados en los
educandos, no permiten demasiado optimismo acerca de este esfuerzo que ha movilizado y
sigue movilizando, enormes recursos humanos y materiales.

Aparentemente una de las dificultades principales de la reforma, dificultad que se repite en otros
países latinoamericanos, tiene en el docente, al cuello de botella principal. Esto -y
contrariamente a lo que a veces se deduce-, no porque la figura misma del docente sea la causa
o el culpable del problema, sino porque converge en ella, gran cantidad de las variables que
integran el sistema educativo, donde las carencias de la pobreza y la exclusión social son el
vector principal.

Así pues pese al elevado número de capacitaciones recibidas por los docentes y al sistemático
incremento del presupuesto destinado a la educación, los resultados de gestión resultan
menores a lo esperado, porque presentan una estructura de carácter inelástica, es decir,
relativamente impermeable al solo incremento de recursos manteniendo las mismas estructuras
organizacionales vigentes.

El supuesto democrático-liberal de ciudadanía con acciones individuales orientadas al bien


común, ha permeado también la reforma educativa especialmente en temas como DDHH, pues
no se ha recurrido a los aprendizajes acumulados para contextos de pobreza, que en su momento
revolucionaron la educación, como los usados por Paulo Freire, lo que nos lleva a concluir que
hay ahí una veta a explorar y desarrollar, que podría dar resultados provechosos en ciertos
segmentos con alta carencia.

En la medida que tal formato educativo no refiere, ni interpela, ni tampoco nombre la realidad
concreta de esa gente, podría contribuir también a estimular la deserción escolar.

La Política Educativa desde diferentes ángulos


Es importante que identifiquemos como estamos implementando la política educativa en
nuestra escuela. Esto se refleja tanto en los modelos educativos y pedagógicos

Según Ortiz Ocaña, Alexander Luis: Modelos Educativo implica la política educativa, la filosofía de
la educación y la concepción teórica sobre educación. Es la construcción teórico formal que
fundamentada científica e ideológicamente interpreta, diseña y ajusta la realidad pedagógica que
responde a una necesidad histórica concreta.

Sin embargo Modelo Pedagógico implica el contenido de la enseñanza, el desarrollo del niño/a y
las características de la práctica docente. Pretende lograr aprendizajes, se concreta en el aula y
constituyen paradigmas para el contexto educacional.

La educación es una función social caracterizada, en primer lugar, por su esencia clasista. Cada
sociedad se impone la formación de un “modelo de hombre” que asimila y reproduce al nivel
individual las normas y patrones socialmente válidos, que vienen dispuestos por la clase
dominante en un momento histórico concreto, pero que tienen su origen en las condiciones
específicas del desarrollo económico -social alcanzado.

Como es natural, la institución escolar, el sistema de instrucción socialmente organizado refleja


este modelo educativo y lo traduce, de manera concreta, en el proceso pedagógico, en el trabajo
de la escuela.

La Pedagogía tradicional consideraba la escuela como una institución situada por encima de los
conflictos sociales, desvinculada del entorno socio - político y, por lo tanto, ideológicamente
neutral. Así, por ejemplo, se consideraba a la enseñanza pública gratuita como un logro de la
sociedad moderna que permitía superar cualquier diferencia de clases y aseguraba la igualdad de
oportunidades para todos los miembros de la sociedad.

En realidad, ni la educación, ni la enseñanza o la escuela han sido jamás instituciones


“despolitizadas” sino todo lo contrario. La enseñanza gratuita no es resultado de la benevolencia
de los sectores más favorecidos ni del desarrollo del humanismo burgués, sino la respuesta a las
necesidades de fuerza de trabajo calificada generada por el propio régimen capitalista basado en
la industrialización.

Los representantes de la misma clase social que en un momento consideraba como peligrosa y
la instrucción de las grandes masas se convirtieron, después de la Revolución Industrial, en los
promotores de la escuela pública que asegurara, por una parte, el relevo de los obreros capaces
para el trabajo con las máquinas y por otro, que atenuara las demandas de educación que ya
realizaban estos sectores desfavorecidos, interesados en mejorar su condición social y
económica.

En el terreno de la teoría de la Educación se ha manifestado una constante confrontación entre


los promotores de unos u otros “modelos” que, a su modo de ver, cumplirían con mayor eficacia
las funciones sociales conferidas a la educación en general y a la enseñanza en particular.

Para elaborar los modelos pedagógicos las concepciones o teorías filosóficas y sociológicas que
les sirven de base general. Las teorías psicológicas sirven para abordar el papel y funciones de los
componentes personales en el proceso de enseñanza - aprendizaje. Las teorías pedagógicas
permiten estructurar las relaciones objetivos - contenidos - métodos -medios y evaluación de la
enseñanza y el aprendizaje.

(https://mec.gov.py/cms_v2/adjuntos/10960)

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