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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR


INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

GESTIÓN DE POLITICA PUBLICAS Y LOS DOCENTES

ENSAYO
Autores: Helda María Vargas
Mario Julio Gamboa
Norma Rojas Aguilar
Raúl Hernández M.
Tutora: Elizabeth Garnica

San Cristóbal, Julio 2023


ENSAYO GESTIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS Y LOS DOCENTES

La educación es un proceso fundamental para todo individuo, esta permite


que haya transformación cognitiva y cultural de los mismos; además de ser un
derecho fundamental y básico que todos los seres humanos tenemos, sin importar
la raza, cultura, grupo étnico, orientación sexual, genero, etc. El Estado a través
de las políticas públicas y reformas educativas busca mejorar la calidad de la
educación y adaptarla a las demandas y desafíos del siglo XXI, su gestión
eficiente es fundamental para el desarrollo y progreso del país permitiendo que
cada individuo disponga de condiciones y oportunidades de aprendizaje y tenga
acceso a una educación de calidad.
Las reformas educativas no han sido inmóviles, sino que han cambiado en
la mayoría de los países de América Latina en las últimas décadas. Estas
reformas se han llevado a cabo con el objetivo prioritario de mejorar la calidad de
la educación, la equidad y descentralización, se han dado, quizá, por la presión
ejercida por organismos internacionales. Sin embargo, es importante mencionar
que estas reformas han tenido impacto, poco o mucho, en la profesión docente,
ya que estos son actores fundamentales en la formulación y éxito de cualquier
cambio educativo. También cabe resaltar, que, como común denominador, en
América latina, el docente ha sido excluido del proceso de formulación de las
políticas públicas, razón que hace que algunas de dichas reformas no resulten
oportunas para ciertos contextos escolares, que son conocidos solo por quien en
él intervienen; es decir docentes y estudiantes.
Para Vegas (2009) una política pública “representa un conjunto de
acciones/actividades enmarcadas en normas y procedimientos regulatorios cuya
orientación está dada a satisfacer necesidades colectivas, promovidas por el
Estado” (p. 17), a partir de este concepto se deducen aspectos como: normas y
procedimientos, que están ligados con leyes; necesidades colectivas, que tiene en
cuenta el sentir de un conglomerado con respecto al tema, atendiendo a
requerimientos socioeconómicos, políticos, jurídicos, histórico culturales, de
distintos entornos, organizados dentro de los parámetros establecidos por el
sistema educativo.
Partiendo desde este punto de vista, cabe mencionar que las políticas
públicas son lineamientos fundamentales que permiten direccionar los procesos
que van a hacer posible la realización de la misión de una organización, deben
estar ajustadas a la realidad social, política, económica y cultural del país,
teniendo en cuenta que son cambiantes de acuerdo con el desarrollo educativo
del país, por lo cual enfrentan desafíos en el momento de la aplicación.
Las políticas públicas han propuesto cambios que buscan promover un
enfoque más centrado en el estudiante, fomentar habilidades del siglo XXI y
adaptar la educación a las nuevas realidades tecnológicas. Estos cambios, si bien
pueden ser positivos en teoría, a menudo se han implementado sin tener en
cuenta las necesidades y capacidades reales de los docentes; así como los
contextos escolares diversos dentro de un mismo país. La falta de formación
docente adecuada y la falta de recursos para la implementación efectiva de los
nuevos currículos han generado frustración y desgaste en la profesión docente.
En entrevista Claudia Uribe afirma que dentro de la agenda de educación
20230, una de las propuestas más frecuentes en las reformas educativas,
consiste en impulsar la mejora de la educación mediante políticas dirigidas hacia
aspectos como la capacitación de los profesores, la implementación de sistemas
de evaluación a nivel nacional para docentes y estudiantes, la participación en
exámenes regionales e internacionales, modificaciones en los planes de estudio,
y la incorporación de tecnologías de la información y la comunicación en los
procesos de enseñanza y aprendizaje, entre otros enfoques. (Jiménez y Cosme,
2018). Sin embargo, al momento de establecer y trazar las políticas educativas,
se ha dejado de lado la participación de actores educativos como son; docentes,
directivos, estudiantes, padres de familia, sociedad en general.

En Latinoamérica, uno de los desafíos más urgentes es la desigualdad en


el acceso de los niños marginados y más vulnerables a los recursos educativos,
especialmente cuando se trata de recibir una educación de calidad por parte de
profesores competentes. Existe la tendencia a agrupar en aulas y escuelas a los
niños con mayores desventajas sociales y económicas junto con los docentes
menos cualificados, hay mayor exigencia académica y formativa a docentes de
áreas urbanas (con mayores recursos físicos y económicos) que a docentes de
áreas rurales (donde se encuentran los niños y jóvenes con mayor desventaja),
Pérez (2000) afirma que, a pesar de que las políticas educativas se basan en la
igualdad de los individuos, la realidad muestra que la inequidad y la brecha de
aprendizaje se amplía cada vez más; por diferentes factores, entre los que están
la calidad docente, la cobertura, el acceso a recursos físicos y tecnológicos,
conectividad, etc.

Es evidente la desigualdad mencionada anteriormente, las estadísticas


muestran, que, aunque en las últimas décadas se ha avanzado en materia de
calidad educativa de América Latina, la brecha persiste y se agudiza, subiendo los
estándares en los niveles socioeconómicos altos y relegando cada vez más a los
estudiantes de bajos niveles económicos y con menos oportunidades de acceso a
recursos tecnológicos.

Ernesto Treviño (2019) sostiene que, hasta que no se produzca una


transformación significativa en la formación inicial y continua de los profesores
para mejorar sustancialmente la calidad, y no se administren los sistemas
escolares de manera eficiente para fomentar la mejora continua de las prácticas
de gestión educativa en las escuelas y de enseñanza en las aulas (especialmente
en aquellas que atienden a los estudiantes más desfavorecidos), será difícil
observar cambios en los niveles de aprendizaje y en las desigualdades.
Comartimos totalmente la apreciación anterior, si queremos mejorar la calidad de
la educación se debe focalizar o centrar todos los esfuerzos en la formación
docente de calidad, y que ella llegue a todos los rincones de nuestra América
Latina y que sea específico del entorno escolar en que desarrolla la práctica
docente, adaptado a los recursos con que cuenta y orientado a la formación de
ciudadanos más competentes dentro de su sociedad.
Otro aspecto de la reforma educativa ha sido poner en marcha son los
sistemas de evaluación estandarizados para medir el rendimiento de estudiantes y
docentes. Si bien la idea de evaluar para mejorar la calidad de la educación es
meritoria, estos sistemas de evaluación a menudo se han centrado en resultados
cuantitativos y han generado una cultura de enseñanza orientada hacia la
preparación de exámenes. Además, la alta presión por obtener buenos resultados
ha llevado a una falta de autonomía y creatividad en el trabajo docente,
generando un impacto negativo en la motivación y la calidad de la enseñanza.

Por otra parte, es fundamental que las reformas educativas tengan como
objetivo brindar a los educadores oportunidades de desarrollo profesional para
que puedan evaluar y determinar sus propias áreas de competencia y crecimiento,
como un primer paso hacia la reflexión en la práctica docente. Los profesores
requieren de oportunidades de desarrollo profesional financiadas por el Estado,
que aborden las necesidades más relevantes identificadas a través de un proceso
de autorreflexión. Solo cuando los docentes hayan internalizado este aspecto de
su identidad profesional podrán analizar nuevas políticas e implementarlas de
manera efectiva en sus propios entornos locales. En este sentido Bracho y Zorrilla
(2015) sostienen que es prioritario regular la profesión docente bajo esquema de
méritos, en los cuales se realiza evaluación y sobre todo autoevaluación, planes
de mejora continua, todo en búsqueda de el progreso económico y profesional de
los docentes.

A pesar de las reformas educativas, los docentes en América Latina


continúan enfrentando numerosos desafíos en sus condiciones laborales. La falta
de recursos, salarios bajos, largas jornadas laborales y la falta de reconocimiento
y prestigio social son solo algunos de los problemas que afectan a los docentes
en la región. Estas condiciones desfavorables dificultan la atracción y retención de
profesionales altamente calificados, lo que a su vez impacta negativamente en la
calidad de la educación.
Reconocer la importancia que tiene labor docente en el desarrollo de los
pueblos es dignificarlo, ya que el docente esta en un continuo aprendizaje si
quiere dejar huella en su quehacer, y así impactar de forma positiva a la sociedad,
contribuyendo a la construcción de un mejor futuro.

Esta lucha ha sido liderada por los sindicatos, para el caso colombiano,
FECODE, quien en nombre de los maestros busca mejorar no solo las
condiciones salariales, sino las condiciones para seguir una formación
permanente con el fin de construir un país más justo y equitativo.

En resumen, si bien las reformas educativas en América Latina han


buscado mejorar la calidad de la educación, es palpable que han tenido un efecto
o impacto significativo en la profesión docente. Los cambios curriculares y la falta
de formación docente adecuada han generado frustración y desgaste, mientras
que los sistemas de evaluación estandarizados han llevado a una enseñanza
centrada en la preparación de exámenes. Además, las condiciones laborales
precarias y la falta de reconocimiento profesional continúan siendo problemas
importantes que afectan a los docentes en las regiones de nuestros pueblos
latinaamericanos.

Es fundamental que las reformas educativas consideren de manera integral


las necesidades y capacidades de los docentes, brindándoles una formación
continua de calidad, condiciones laborales dignas y reconocimiento profesional.
Asimismo, se debe fomentar una participación de los docentes en el diseño e
implementación de las reformas, ya que son ellos quienes conocen mejor las
realidades y desafíos de las aulas. Solo así se logrará una verdadera mejora en la
calidad de la educación y se podrá potenciar el papel de los docentes como
agentes de cambio en la sociedad.
REFERENCIAS

Bracho, T. y Zorrilla, M. (2015). “Perspectiva de un gran reto”, inee (comp.).


Reforma Educativa. Marco Normativo, Ciudad de México: Cámara de
Diputados-Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, pp. 15-38.

Jiménez y Cosme. (2018). Reformas Educativas en América Latina: un estudio


comparado. Instituto Nacional para la evaluación de la Educación México.
Gaceta 12. https://www.inee.edu.mx/reformas-educativas-en-america-
latina-un-estudio-comparado/

Pérez, C. (2000). ¿Equidad en educación? La escuela frente a las desigualdades


sociales. Revista Iberoamericana de Educación. N.23.
https://rieoei.org/historico/documentos/rie23a06.htm

Treviño, E. (2019) De la reforma a la Transformación: capacidades, innovaciones


y regulación de la educación chilena. Ediciones Universidad Católica de
Chile.

Vegas, H. (2009). Políticas públicas y gobernanza: Articulación para una gestión


pública local autónomo. España: Babel.
https://journals.openedition.org/polis/12661

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