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Castillo Montalvo María José

Apellido patero apellido matero nombre


Unidad 1. Proceso de Psicodiagnóstico.
Resumen de Lectura: #9 Entrevista con el paciente en Psicopatología
Fecha de entrega: 23 de febrero de 2023

Las observaciones clásicas pueden situarse a distintos niveles, desde la observación de tipo botánico
hasta la observación de tipo psicoanalítico pasando por la observación fenomenológica del paciente
considerado.
En el marco de la entrevista psicológica no estamos interesados ni en el síntoma ni por las
expresiones somáticas únicamente. El paciente se limita a un papel de objeto pasivo como en un
interrogatorio corriente o en un examen técnico; se coloca como sujeto activo, organizador real de su
propia forma de comunicación con el psicólogo, siendo visto como receptor y como testigo.

Primera parte de la entrevista


No se trata de un interrogatorio, sino de una escucha. El sujeto debe estar situado, en lo posible,
cómodamente. Las condiciones materiales o afectivas revisten de gran importancia. La duración
puede ir de algunos minutos a una hora, pero no conviene pasar de estos límites.
La forma en que estas observaciones son recogidas y vividas por el psicólogo le obligan a una re
observación personal e interior en un segundo tiempo, que comporta un necesario retroceso a la
escucha de sus propios sentimientos delante del otro, es decir, a su propia contratransferencia.

Segunda parte de la entrevista


Esta parte concierne a todo lo que no ha sido dicho espontáneamente y que, no obstante, es
necesario, sin someter en ningún caso al paciente a la pregunta con técnicas mas o menos inspiradas
en el clásico interrogatorio, siempre vivido como acusador y policiaco.

Los antecedentes personales del sujeto. Lugar de nacimiento, de que región son sus padres, en qué
lugares ha vivido, cómo se ha desarrollado su infancia, la adolescencia, estudios, sus dificultades, el
servicio militar o civil.
Los padres. Debemos recoger de la forma mas espontanea datos de referentes al padre y la madre, si
están vivos o no, si viven en el hogar. Sus profesiones y edad, sobre su salud, carácter y relaciones
mutuas, quien imponía su voluntad por encima del otro.
Los hermanos. Numero de varones y hembras. Vivos o fallecidos, motivo y edad. Lugar que ocupa
entre los hermanos, sexo de estos, edad, profesión y salud de todos.
El posible cónyuge. Edad, salud y carácter. Relaciones al principio de casados y continuación de estas.
Los hijos. Número, edad, sexo y salud. Estudios o profesiones. Investigar si fueron realmente
deseados.
Estado de salud actual del paciente. El peso en relación con la talla. Conocer las enfermedades
anteriores, los posibles accidentes o las intervenciones quirúrgicas practicadas, posibles trastornos
digestivos, del sueño, menstruaciones, del apetito, conducta ante el tabaco, alcohol o café.
Pregenitalidad. Oralidad (apetito alimenticio y afectivo, necesidades, avidez, resistencia a las
frustraciones, y analidad, limpieza, meticulosidad, tenacidad, riqueza, modo de transito digestivo y
expresión afectiva.
Genitalidad. De forma totalmente natural deben ser abordados los problemas de masturbación
(obsesiva, ausente, trivial), atracciones sexuales sucesivas (masculinas, femeninas o a la inversa) las
relaciones sexuales (edad de la primera, cómo fue vivida) y las relaciones eventuales.
El onirismo. Debe ser rápidamente abordado. Sin querer ni poder interpretar los sueños, nos hace
conocer donde está el paciente en el plano del sueño y de elaboración onírica.
Relaciones sociales. Deben ser inmediatamente examinadas con cuidado y precisión: el problema de
la profesión. Es adecuado terminar siempre la entrevista preguntando al sujeto tres cosas: ¿quiere
decir algo más?, ¿qué espera de esta entrevista?, ¿a su juicio qué es lo que no funciona?

Lo que se ha desarrollado en el curso de la entrevista no es un accidente ni una prueba, ni acusación.


Es un fragmento de vida. El psicólogo no deberá entonces mostrar ni ansiedad ni irritación; deberá
reinventar, espontáneamente y con cada uno, un estilo natural y relajado. El reflejo de los silencios es
raramente evocado por los autores; sin embargo, hay que saber soportarlos sin impaciencia.

El final de la entrevista constituye a una expresión muy mal adaptada al modo de separación entre los
dos interlocutores; una entrevista psicológica no puede en realidad tener final incluso si el psicólogo
no va a volver a ver nunca más al sujeto, la entrevista debe quedar abierta. El paciente debe
comprender que no hay ningún interés en simular la resolución sobre el terreno y en su lugar las
dificultades, reales pero superficiales, que el paciente siente y que sitúa en primer término.

Bibliografía:

Bergeret, J. (1981). Manual de psicología patológica. Teoría y clínica. Toray-Manson, S. A. Barcelona,


España. 1era impresión.

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