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Introducción
En respuesta al ejercicio académico propuesto para generar trabajo en equipo y que se
relaciona con el análisis jurisprudencial sobre el Derecho a la Salud, el presente
documento es una reflexión resultante de la revisión frente a los pronunciamientos de la
Corte Constitucional y que se relacionan con el derecho a la salud y que llevan al grupo
a evaluar contenidos de aprendizaje, conocer y desarrollar una perspectiva crítica
individual y grupal frente a los pronunciamientos de la Corte Constitucional
identificando su relevancia en la protección del derecho a la salud y conocer la
evolución y fundamentos para llegar a lo que hoy es el concepto de salud.
Para cumplir con lo anterior, se seleccionaron siete sentencias objeto de estudio que se
consideraron de mayor relevancia y se analizaron para dar respuesta a los
planteamientos asociados a concepto de salud, tutela, historia clínica y consentimiento
informado, además de normatividad que reglamenta el sector salud.
Inicialmente se presenta una reflexión respecto a la naturaleza dual del derecho a la
salud y se expone además lo que puede ser el concepto actual del derecho a la salud.
Seguidamente, se determinan los eventos en que procede una acción de tutela para
salvaguarda del derecho a la salud.
Por otra parte, se presentan consideraciones de la Corte Constitucional frente a
Historia Clínica y la visión del grupo de trabajo respecto a la interpretación de la Corte
en lo referente a consentimiento Informado.
Finalmente se define cuál ha sido el impacto de la tutela en materia de Derecho a
Salud.
Se presentan conclusiones del grupo frente a lo estudiado y se describen las
referencias respectivas.
Objetivos
1. Presentar resultado de la revisión jurisprudencial frente a los pronunciamientos
que ha tenido la Corte Constitucional para concepto de salud, acción de tutela
para salvaguardar el derecho a la salud, consideraciones en historia clínica y
consentimiento informado e impacto de la tutela en el derecho a la salud.
Según la sentencia T-303 (2016), “este derecho consiste en ser informado de manera
clara objetiva, idónea y oportuna de aquellos procedimientos médicos que afecten en
mayor o menor medida otros bienes jurídicos esenciales como la vida y la integridad
personal” (p.1).
Según la sentencia T-059 (2018), “Así lo ha reconocido la corte constitucional que
además ha concluido que este derecho adquiere un carácter de principio autónomo y
que permite la materialización de otros principios, constitucionales tales como el libre
desarrollo, de la personalidad, la libertad individual y el pluralismo, así mismo es un
elemento indispensable para la protección a los derechos a la salud y a la integridad de
las personas” (p.1).
Leer detenidamente el consentimiento concientiza al paciente a todos los riesgos a los
que se somete al realizarse el procedimiento médico, si amerita medicación
hospitalización y las complicaciones más frecuentes que se pueden presentar, hay que
tener presente que se maneja todo tipo de pacientes a los que nos debemos dirigir de
una manera práctica y sencilla, para que el paciente entienda claramente de que se
trata el procedimiento.
El documento debe ser firmado por el paciente o persona responsable en caso de
menores de edad o personas con capacidades especiales, ya sea para aceptar el
procedimiento o para rechazarlo quedando por aceptada la comprensión de la
información brindada adjunto a la historia clínica del paciente.
Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo rápido o cualquier otro recurso
efectivo ante los jueces o tribunales competentes que le ampare contra actos
que violen sus derechos fundamentales, reconocidos por la constitución, la ley o
la presente convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que
actúen en ejercicio de sus funciones oficiales. (p.8)
Según la Corte Constitucional (1992) el derecho a la salud “conforma un conjunto de
elementos que pueden agruparse en dos grandes bloques, el primero, que lo identifica
como un predicado inmediato del derecho a la vida, de manera que atentar contra la
salud de las personas equivale a atentar contra su propia vida”, de allí, conductas que
atenten contra el medio ambiente sano (p.1.), se tratan de manera concurrente con los
problemas de la salud; fuera de que el reconocimiento del Derecho a la Salud prohíbe
las conductas que las personas desarrollen, con dolo o culpa, que causen daño a otro,
imponiendo a los infractores las responsabilidades penales y civiles de acuerdo con las
circunstancias. Por estos aspectos, el derecho a la salud resulta un derecho
fundamental.
El segundo, sitúa el derecho a la salud con un carácter asistencial, ubicado en
las referencias funcionales del denominado Estado Social de Derecho, en razón
de que su reconocimiento impone acciones concretas, en desarrollo de
predicados legislativos, a fin de prestar el servicio público correspondiente, para
asegurar el goce no sólo de los servicios de asistencia médica, sino también los
derechos hospitalarios, de laboratorio y farmacéuticos. La frontera entre el
derecho a la salud como fundamental y como asistencial es imprecisa y sobre
todo cambiante, según las circunstancias de cada caso, pero en principio, puede
afirmarse que el derecho a la salud es fundamental cuando está relacionado con
la protección a la vida. (p.1)
En este precedente Jurisprudencial, la Corte Constitucional dicta el derrotero por el cual
el derecho a la salud se ampara vía acción de tutela por estar en intrínseca conexidad
con el derecho fundamental de la Vida. El derecho a la salud es un derecho
constitucional fundamental.
La Corte lo ha protegido por tres vías, la primera ha sido estableciendo su relación de
conexidad con el derecho a la vida, el derecho a la integridad personal y el derecho a la
dignidad humana, lo cual le ha permitido a la Corte identificar aspectos del núcleo
esencial del derecho a la salud y admitir su tutelabilidad; la segunda ha sido
reconociendo su naturaleza fundamental en contextos donde el tutelante es un sujeto
de especial protección, lo cual ha llevado a la Corte a asegurar que un cierto ámbito de
servicios de salud requeridos sea efectivamente garantizado, y la tercera, es afirmando
en general la fundamentalidad del derecho a la salud en lo que respecta a un ámbito
básico, el cual coincide con los servicios contemplados por la Constitución, el bloque de
constitucionalidad, la ley y los planes obligatorios de salud, con las extensiones
necesarias para proteger una vida digna.
Tal y como se ha reiterado, la acción de tutela sirve como herramienta judicial efectiva
para la protección de los derechos fundamentales. Lo anterior nos lleva al
predicamento jurídico que, en Colombia y según lo determinó la Corte Constitucional,
los derechos susceptibles de ser protegidos.
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Conclusiones
1. Resulta de interés para el grupo de estudio como a través de una institución
de la Rama Judicial, del Poder Público, se posibilita el salvaguardar lo
establecido en la Constitución Política de Colombia, como los jueces toman
decisiones frente a pretensiones de quienes sienten vulnerados sus derechos
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y para el caso que nos ocupa, como llevan a determinar si se esa siendo
violando o no un derecho que a hoy es fundamental como lo es el derecho a
la salud.
2. Es deber del estado garantizar que el derecho a la salud se preste de manera
oportuna, eficiente y con calidad a la luz de los principios de integridad e
igualdad y como servicio público debe prestarse bajo los principios de
eficiencia, universalidad y solidaridad.
3. La Sentencia T-760/08 resulta relevante en lo que es hoy en el concepto del
derecho a la salud y soportó lo que hoy establece la Ley estatutaria 1751 de
febrero de 2015 que regula la salud como derecho fundamental, derecho
reconocido inicialmente por lo revisado y planteado por la Corte constitucional
sin preceder para ello una Ley como la estatutaria.
4. El uso de la acción de tutela en Colombia, ha servido para reconocer la
existencia de derechos fundamentales y que se cuenta con los medios
constitucionales y legales para hacerlos cumplir y exigir su protección.
5. La historia clínica es un documento privado al que tiene acceso únicamente
el médico tratante y el paciente. En caso de fallecimiento del paciente, las
únicas personas que tienen acceso a la historia clínica son sus familiares
más cercanos.
6. El consentimiento informado plasma los acuerdos y desacuerdos del paciente
en cuanto a su tratamiento teniendo conocimiento claro de todo el proceso al
que se somete al aceptar o rechazar lo que el servicio de salud le ofrece.
7. En el consentimiento informado se expresa la libertad de elección de
tratamiento y los límites que los pacientes le quieren colocar a los servicios
que se les ofrece a través del ejercicio de la medicina.
8. El consentimiento informado es catalogado un medio sencillo de información
comprendida entre médico y paciente y que certifica la aprobación de la
misma.
9. Siendo conocedores de la diversidad étnica, cultural y religiosa de nuestro
país Colombia, la acción de tutela es el mecanismo más sencillo, rápido y
eficaz que podemos utilizar para pronunciarnos ante los jueces y hacer
cumplir nuestro derecho a la salud, ya que nacer libres y en igualdad de
condiciones ante DIOS no es suficiente ni nos hace dignos de recibir
servicios de calidad sin distinción, porque todos deberíamos gozar de los
mismos derechos pero aquí la salud esta estratificada y requiere de niveles
económicos que hagan posible y aplicable su práctica, a pesar de lo
repartida que esta la pobreza en todo el territorio colombiano donde grandes
desigualdades sociales son notorias y dificultan la aplicación y el ejercicio de
los derechos sociales como es el derecho a la salud.
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Referencias
1. Alvarado, R. Legislación en salud y sistema de seguridad.
2. Congreso de Colombia. (1972). Ley 16 de 1972.
3. Corte Constitucional. (1992). T-484 DE 1992.
4. Corte Constitucional. (1993). T-597 de 1993.
5. Corte Constitucional. (2008). T-454 de 2008.
6. Corte Constitucional. (2008). T-570 de 2008.
7. Corte Constitucional. (2008). T-760 de 2008.
8. Corte Constitucional. (2008). T-148A de 2008.
9. Corte Constitucional. (2009). T-338 de 2009.
10. Corte Constitucional. (2015). T-121 de 2015.
11. Corte Constitucional. (2016). T-303 de 2016.
12. Corte Constitucional. (2018). T-059 de 2018.
13. Departamento administrativo de la presidencia de la república. (1991). Decreto
2591 de 1991. Artículo 2.
14. Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. (2000) (22º
Artículo 12, Párrafo 1º.