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 La pregunta inicial es qué significa hacer justicia al hombre.

 La justicia implica prescindir de las preferencias personales al distribuir bienes


escasos.
 Se debe utilizar una medida que pueda justificarse ante todos los afectados para
distribuir los bienes.
 La desigualdad en la distribución debe estar fundamentada en proporción a cualidades
relevantes y no en discriminación.
 La justicia también significa reconocer que todo hombre merece respeto por sí mismo.
 La justicia no es suficiente para hacer justicia al hombre.
 En la historia del juicio de Salomón, se muestra que hay algo más alto que la justicia,
como el amor de una madre por su hijo.
 Es inmoral preferir destruir bienes en lugar de darlos a alguien según algún criterio
relevante.
 Si no hay ningún criterio relevante, se puede recurrir a la suerte o al derecho de quien
ya posee los bienes.
 Hacer justicia al hombre significa distribuir los bienes escasos de manera
proporcional y sin discriminación de personas o grupos.
 Además de la justicia, se necesita conocimiento y amor para hacer justicia al hombre
y a la realidad.
 El conocimiento con amor es la mejor forma de actuar, ya que el saber sin amor puede
ser dañino.
 El amor se entiende como benevolencia, querer dar al otro lo que es bueno para él, y
se dirige a todo lo viviente.
 Causar daño sin necesidad a un animal también es una falta de justicia.
 Más allá de la justicia, la benevolencia es necesaria para una vida buena, y hay una
controversia filosófica entre la ética de convicción y la ética de responsabilidad.
 Max Weber diferencia entre la ética de responsabilidad y la ética de convicción.
 La ética de responsabilidad implica considerar las consecuencias de las acciones y
actuar en consecuencia, incluso si eso implica hacer algo que puede considerarse
malo.
 Weber da como ejemplo un médico que no dice la verdad a un paciente sobre su salud
y un político que fortalece el potencial de guerra para disuadir a los enemigos.
 La ética de convicción implica mantener una convicción moral firme en todas las
circunstancias, como el pacifismo.
 Weber cree que la ética de responsabilidad es más adecuada para la política y la ética
de convicción para los santos.
 Sin embargo, reconoce que ha habido políticos que también han actuado como santos
y han tenido éxito en su carrera política.
 El criterio de responsabilidad se extiende hasta qué consecuencias se derivan de una
acción.
 La vieja cuestión de si el fin justifica los medios cuando es un fin bueno que
compensa el mal producido por los medios empleados.
 La mayoría de los actos se basan en sopesar los efectos o los bienes que son afectados
positiva o negativamente por las consecuencias de nuestros actos.
 En la ética de responsabilidad, el fin justifica los medios, como en el caso del médico
que amputa una pierna para salvar al paciente.
 Pero no se puede continuar arbitrariamente con esta forma de pensar, como en el caso
de los psiquiatras soviéticos que trataban a los disidentes con drogas para destruir su
voluntad.
 La responsabilidad del médico termina con el objetivo final de hacer lo mejor para la
salud del paciente.
 La relación médico-paciente descansa en el contrato tácito de que ningún bien
superior o consecuencias más amplias jueguen un papel más importante que la
restitución de la salud al paciente.
 En caso de escasez de recursos, como en el caso de máquinas de pulmón-corazón o
riñones artificiales, se deben sopesar las vidas de acuerdo con criterios objetivos e
imparciales.
 El utilitarismo que defiende el sopesar los bienes o valores es insostenible desde
diversos puntos de vista.
 El utilitarismo choca con la complejidad y las consecuencias imprevisibles a largo
plazo de nuestros actos.
 El bien a menudo es el resultado a largo plazo de un mal y no se puede justificar un
crimen por su fin.
 Una ética radical de responsabilidad se basa en la convicción, la intención del agente
y la comprensión de la historia, y no en las consecuencias.
 Si la moralidad de nuestro comportamiento dependiera de un juicio de todas las
consecuencias, sería imposible actuar moralmente.
 El utilitarismo entrega el juicio moral del hombre corriente en manos de los expertos
técnicos, y se degrada la conciencia para justificar acciones inmorales.
 Se debe conservar la idea básica de que no se pueden matar niños inocentes, aunque
se pueda cegar a uno mismo.
 El utilitarismo no permite la vigencia de ideas simples y somete la conciencia a
ideólogos y tecnócratas.
 La radio bávara realizó un experimento en el que personas al azar debían enviar
descargas eléctricas a otra persona encerrada en una habitación.
 A pesar de que todo era simulado, algunas personas continuaron con las descargas
hasta casi alcanzar un límite mortal.
 Estas personas se dejaron desarmar por el argumento utilitarista de que el proyecto era
costoso y debía tener éxito para mejorar los métodos de aprendizaje de todos los
hombres.
 El utilitarismo deja nuestros actos sin dirección y nos expone a cualquier experiencia
y manipulación.
 La orientación utilitarista de nuestras acciones resulta perjudicial desde su propio
punto de vista.
 El utilitarismo cae en contradicción al pretender lograr el mejor mundo posible, pero
no conduce con seguridad a un mundo mejor.
 El utilitarismo pone la conciencia bajo la tutela de ideólogos y tecnócratas, lo que
puede llevar a la manipulación y la falta de dirección en nuestros actos.
 El utilitarismo también puede llevar al peligro de extorsión por parte de criminales, lo
que plantea un problema moral.
 La responsabilidad moral debe ser concreta y determinada, y no manipulable a
voluntad, limitando la idea de que debemos responder de todas las consecuencias de
cada acto y de cada omisión.
 La omisión culpable es la omisión de algo que yo tenía que haber hecho, pero no se
puede exigir que se examinen todas las posibles alternativas de nuestros actos en cada
momento.
 La responsabilidad de los actos varía según la profesión o cargo que se desempeña.
 El deber del médico se relaciona principalmente con su país y no tiene que
preocuparse por otros lugares o pueblos.
 Existe una responsabilidad del hombre como tal y existen comportamientos que la
lesionan, como usar a otros como puros medios.
 Kant plantea que podemos usar a otros como medios parcialmente, pero no podemos
desconocer que los demás son un fin en sí mismos y tienen derecho a exigir servicios.
 Existen modos de proceder que son siempre y en todas partes malos porque niegan al
hombre su carácter de persona y fin en sí mismo.
 La responsabilidad por la omisión de una acción mala nos afecta igual que la
responsabilidad por algo que no podemos realizar físicamente.
 La buena conciencia sería la que reconoce lo que no es lícito hacer y lo cambia por
"no puedo (físicamente) hacerlo".
CH 6
VI El individuo o ¿hay que seguir siempre la conciencia?

 Se han discutido diversos puntos de vista para determinar si una acción es buena o mala,
verdadera o falsa, lograda o fallida.
 Se ha explorado la noción de bien como la realización de los deseos.
 Se ha hablado de valores, consecuencias de los actos y justicia.
 La respuesta simple de que la conciencia es lo que nos dice qué hacer puede ser correcta,
pero también puede ser engañosa.
 Se explorará qué es la conciencia, qué hace, si siempre tiene razón, si debemos seguirla
siempre y si debemos respetar la conciencia de los demás.
 El significado de la palabra "conciencia" no es evidente de antemano, ya que se utiliza en
contextos muy variados.
 Se habla de personas concienzudas que cumplen exactamente sus deberes diarios, pero
también se habla de conciencia cuando alguien evade sus deberes y se resiste a ellos.
 La conciencia se considera algo sagrado en todo ser humano y debe ser respetada
incondicionalmente, aunque a veces se castigue a las personas que actúan en conciencia.
 Algunos ven la conciencia como la voz de Dios en el hombre, mientras que otros la ven
como el resultado de la educación y la interiorización de las normas dominantes, que
originalmente eran externas.

 Hablar de conciencia es hablar de la dignidad del hombre, cada individuo es


una totalidad y lo universal.
 Los seres naturales no tienen la intención de realizar algo para la conservación
de la especie, pero los humanos pueden saber la razón de lo que hacen y
actúan expresamente y en libertad con respecto al sentido de su acción.
 La conciencia es una exigencia de nosotros a nosotros mismos, y al causar un
daño, me daño inmediatamente a mí mismo.
 La conciencia es la presencia de un criterio absoluto en un ser finito, y gracias
a ella hablamos de dignidad humana.
 La conciencia debe ser descrita como un movimiento espiritual doble,
llevando al hombre por encima de sí para relativizar sus intereses y deseos, y
permitiéndole preguntarse por lo bueno y recto en sí mismo.
 La formación y la disposición para formar la conciencia son necesarias para la
existencia de la conciencia.
 
El segundo movimiento de la conciencia es el que hace que el individuo vuelva a sí
mismo y reconozca su responsabilidad.
  El individuo no puede abdicar su responsabilidad en otros ni en las costumbres del
tiempo.
  Aunque puede sumarse a la opinión dominante, es falso reconocer conciencia solo
a quien se aparta de la mayoría.
  Es el individuo quien goza de responsabilidad y debe responder por sus acciones.
  Razones y contrarrazones no tienen fin, por lo que es necesario actuar con
convicción.
  La convicción con la que se actúa es lo que se llama conciencia, aunque no
siempre se tiene certeza de hacer lo mejor.
  Las normas que rigen nuestra conciencia fueron inculcadas en la niñez y se han
convertido en órdenes que nos damos a nosotros mismos.
  El "super ego" es la imagen del padre interiorizada en nosotros, pero la conciencia
no puede equipararse con él.
  Los hombres se vuelven contra las normas dominantes en una sociedad, incluso si
el padre es un representante de esas normas.
 La oposición y la disidencia no son rasgos innatos de quienes obran o se
niegan a hacerlo en conciencia.
 La máxima de Tomás Moro era "Un fiel servidor de mi rey, pero primero de
Dios".
 La conciencia no es un producto de la educación ni se identifica con el "super
yo".
 La conciencia no es un instinto social innato, ya que quienes obran por
instinto se sienten arrastrados y privados de libertad.
 La conciencia es expresión de libertad y una persona que obra en conciencia
es libre.
 El hombre es un ser que necesita de la ayuda de otros para llegar a ser lo que
propiamente es, también para la conciencia.
 En los niños se puede apreciar un agudo sentido para la justicia y la capacidad
para distinguir el tono auténtico y falso, la bondad y la sinceridad.
 La conciencia se atrofia si no ven los valores encarnados en una persona con
autoridad.
 La conciencia delicada y sensible es característica de un hombre interiormente
libre y sincero.
 El escrupuloso, que se observa siempre a sí mismo y analiza con angustia cada
uno de sus propios pasos, tiene una especie de enfermedad.
 
Hay personas que consideran que la mala conciencia es una enfermedad y creen que
el trabajo del psicólogo es quitarla, pero en realidad no tener una mala conciencia
cuando se tiene culpa es una enfermedad, al igual que no poder sentir dolor es
peligroso.
  La mala conciencia es una señal de culpa y de un comportamiento opuesto a uno
mismo y a la realidad, y la revisión de esa actitud se llama arrepentimiento.
  El arrepentimiento no consiste en simplemente querer hacerlo mejor en el futuro,
sino que implica mirar conscientemente el pasado y cambiar conscientemente una
mala actitud.
  El cambio de actitud puede ser doloroso y significa sentir tristeza por haber
actuado injustamente.
  La conciencia no siempre tiene razón, al igual que nuestros sentidos y nuestra
razón no siempre nos guían correctamente.
  La conciencia es el órgano del bien y del mal, pero no es un oráculo, necesita una
idea recta de la jerarquía de valores que no esté deformada por la ideología.
  Aunque la conciencia puede ser errónea, cada persona debe seguir su conciencia y
hacer lo que considera objetivamente bueno, lo que también debe ser subjetivamente
bueno para ellos.
 No hay un criterio claro que permita distinguir una conciencia verdadera de
una errónea.
 Una prueba segura de que se sigue la conciencia y no el capricho es la
disposición a controlar y confrontar el propio juicio sopesándolo con el de los
demás, pero tampoco es un criterio seguro.
 Se puede tener la sensación de que los demás no tienen razón, pero no se es
quién para hacer valer las mejores razones.
 No se puede hacer todo lo que la conciencia permite, ya que se pueden
lesionar los derechos de otros y el Estado tiene el derecho de impedirlo.
 La obediencia a las leyes de un estado de derecho no puede limitarse a
aquellas personas cuya conciencia no les prohíbe ciertas acciones.
 En el caso del servicio de guerra, el legislador debe encontrar la regulación
que asegure que nadie pueda ser obligado al servicio de armas en contra del
dictado de su conciencia.
 No hay un criterio para decidir, desde fuera, si se trata de un juicio de
conciencia o no.
 La disposición del encartado a atenerse a una desagradable alternativa es el
único indicio para comprobar la autenticidad de la decisión de conciencia.
 Se puede encerrar a un hombre que quiere mejorar el mundo por medio del
crimen.
 La tortura es un modo de forzar la actuación contra conciencia y pertenece a
los pocos modos de obrar que, siempre y en toda circunstancia, son malos.
CHAPTER 7

Resumen por puntos:

- La conciencia no es un oráculo infalible, puede estar mal orientada.


- No hay forma de saber con certeza si alguien actúa en conciencia.
- La buena voluntad es aquella que desea el bien, pero esto no responde la pregunta por el
bien en sí mismo.
- El mal consiste en perseguir un bien de una manera que no se puede justificar, causando o
aceptando un mal a cambio.
- La buena intención no cambia la injusticia del acto.
- Justificar acciones por la buena intención puede llevar a la inautenticidad y a desviar la
atención de los aspectos negativos de la acción.

Resumen:

- La conciencia nos recuerda todos los aspectos de nuestra acción y es una llamada de
atención.
- Una buena voluntad considera la realidad total de su proceder y no se engaña a sí misma.
- El mal se puede definir como renuncia a prestar atención, y quien actúa mal no sabe lo que
hace.
- La bondad de un acto tiene que ver con una mirada limpia a la realidad, y puede ser
enturbiada por el sentimiento momentáneo, la sensibilidad, la ambición y los ideales.
- La falacia naturalista consiste en sustituir el bien por otro contenido cualquiera, lo cual no
funciona porque el punto de vista moral es absoluto.
- El punto de vista moral es el recto orden, adecuado a la realidad, de los puntos de vista y es
ciertamente lo mismo que realidad.
- La acción buena es la que hace justicia a la realidad y tiene sentido en relación con los
valores que hemos adquirido a través de la educación y el conocimiento. La ética médica, por
ejemplo, brota por sí misma de la naturaleza de las relaciones de confianza entre el médico y
el paciente.

- El mayor obstáculo para juzgar objetivamente lo que debemos hacer es la falta de


disposición para poner nuestros propios intereses en paréntesis.
- La regla moral más antigua y extendida es "No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a
ti". El Evangelio lo expresa como "Debéis hacer a los demás lo que queréis que los demás os
hagan a vosotros".
- El imperativo categórico de Kant es un refinamiento de la regla de oro y nos exige seguir
ese principio sin considerar si somos nosotros mismos los que actuamos o si otros son los
afectados. Debemos preguntarnos si desearíamos que todos los hombres siguieran esa regla,
siendo nosotros los afectados.
- La regla de oro y otras reglas universales prueban la imparcialidad de juicio en algunas
cosas, pero no todo proceder que esté de acuerdo con ellas es necesariamente bueno.
- Para que una actividad sea buena, es decisivo comportarse de acuerdo con su valor propio
en relación con las cosas, animales, plantas y hombres, incluso con nosotros mismos. Esto
significa tratar a cada hombre como un ser que, como nosotros, es un fin en sí mismo.
- Toda civilización de distribución de trabajos descansa en que necesitamos constantemente
de los demás como medios para otros fines. Lo decisivo es que nadie sea solamente medio sin
ser al mismo tiempo un fin.
- Kant dijo que el hombre no tiene valor sino dignidad, ya que cualquier valor es
conmensurable y puede entrar en un cálculo comparativo. Llamamos "dignidad" a aquella
propiedad merced a la cual un ser es excluido de cualquier cálculo, por ser él mismo medida
del cálculo.
- La dignidad del hombre depende de que es una totalidad de sentido, de que es incluso lo
universal. Su dignidad radica en que no es una parte, junto a otras, de la realidad, sino que en
su conciencia percibe que debe hacer justicia a la realidad como a un todo. Como ser
potencialmente moral, la persona merece un respeto incondicional.
- Debemos respetarnos a nosotros mismos y hacer justicia a la realidad extrahumana. Quien
retiene animales para su utilidad o su placer debe posibilitarles una vida apropiada mientras
vivan. Destruir objetos que son susceptibles de un uso más alto o infrautilizarlos requiere, al
menos, una justificación.
- Lo que hace buena una acción es que tenga en cuenta la realidad. La mayoría de las veces,
sabemos de antemano qué debemos hacer y estas reflexiones sirven ante todo como
justificación de lo que ya sabemos.

- En la mayoría de los casos, es fácil saber lo que hay que hacer, pero hay situaciones
conflictivas donde es necesario priorizar entre diferentes responsabilidades y urgencias.
- No se puede fijar definitivamente el límite superior de lo que hace buena una acción, ya que
depende de múltiples circunstancias y de lo que uno es para otro.
- Hay acciones que lesionan la dignidad del hombre y no pueden ser justificadas por deberes
más altos o responsabilidades más amplias, como la muerte directa e intencionada de un
hombre, la tortura, la violación o el uso de la sexualidad como medio para determinados
fines.
- Tampoco puede justificarse la acción de quien engaña a alguien que confía razonablemente
en él o le quita la posibilidad de enfrentarse con la realidad.
- Las fronteras inferiores de lo permitido no definen el proceder bueno, pero se deben respetar
para evitar acciones que lesionen la dignidad del hombre.
- La buena intención no basta para hacer buena una acción, pero es necesaria para que una
acción sea buena.
- Se dan buenas acciones en mucho mayor grado de lo que pensamos, y debemos prestar
atención a los comportamientos positivos de los demás para animarnos a imitarlos.
- Cada uno puede justificar la existencia del mundo con pequeñas acciones que hacen el bien
sin restricciones.
- La vieja máxima de los filósofos antiguos es "el obrar sigue al ser".
- Lo que hace bueno a un hombre es el amor, que brota de una actitud de afirmación de la
realidad y se extiende a una benevolencia universal.
- La medida del amor condicionalmente nos hace buenos.
- Lo que es bueno en una situación depende de las peculiaridades de quien está en ella.
- Algunas personas tienen habilidades y cualidades que las hacen responsables de ayudar a
los demás.
- Existen diferencias de rango entre los hombres, y aquellos con una mayor altura moral
tienen más obligaciones.
- El cristianismo ha acrecentado el sentido de los valores y la perspicacia para la realidad, lo
que limita naturalmente las posibilidades de hacer algo injusto o de omitir algo bueno sin
culpa.
- Todos tenemos puntos flacos y una especie de inadvertencia constitucional que nos hace
pisarnos unos a otros.
- La culpa del mal descansa sobre la no consideración de algunos aspectos de nuestra acción.
- Todos somos deudores de nuestro prójimo, pero también existe la posibilidad de reconocer
la culpa y perdonar.
- La indulgencia, el perdón y la reconciliación son más altos que la justicia.
CH 8 --

- El tema del destino raramente aparece en la Ética moderna.


- La Ética se ocupa de los actos que dependen de nosotros y no de aquellos que son como son
sin nuestra intervención.
- Sin embargo, los pensadores de todos los tiempos han considerado importante mantener una
correcta relación con lo que es sin nuestra intervención.
- Hegel afirmó que el principio de la ciencia moral es el respeto al destino.
- La dignidad del actuar humano reside en que no es parte de un acontecer más amplio.
- Cada vida humana es un todo de sentido y el individuo tiene que responder por su
comportamiento.
- Aunque nuestros actos son momentos parciales de un acontecer más amplio, debemos
aceptar las condiciones dadas y hacer lo mejor que permiten esas circunstancias.
- Los hombres, al actuar, modifican las condiciones que enmarcan su comportamiento, lo que
llamamos historia.
- Para hacerlo, es necesario aceptar previamente un marco de actividad dado, que incluye
nuestro modo de ser, nuestra naturaleza y nuestra biografía.
- Nuestro modo de ser viene configurado continuamente por nuestras acciones, pero tampoco
podemos hacerlo todo en cada momento.

- La vida nos impone fronteras que descubrimos a lo largo del tiempo, y nuestras acciones
nos configuran y nos modelan de manera irrevocable.
- Es importante reflexionar sobre nuestras acciones porque nuestras actividades anteriores
adquieren la forma de destino.
- Quienes no quieren aceptar esto no pueden actuar, pero la omisión también se convierte en
destino.
- Actuar implica despreocuparse de sí mismo y de las propias intenciones, y siempre implica
someterse al dolor del destino, ya que no podemos controlar las consecuencias a largo plazo
de nuestras acciones.
- El sufrimiento también es una forma de acción, y podemos incorporarlo al sentido de
nuestra vida.
- Existen tres posibilidades para situarnos en relación a lo que sucede: fanatismo, cinismo y
serenidad.
- El fanático se aferra a la idea de que no hay más sentido que el que damos nosotros y quiere
variar las condiciones ambientales.
- El cínico renuncia al sentido y considera la acción bajo el aspecto del acontecer mecánico.
- La serenidad implica aceptar la vida como un todo de sentido y situarnos en una consciente
y expresada relación con lo que sucede.
En este texto se habla de la doctrina estoica y la doctrina cristiana sobre la serenidad ante el
destino. Los estoicos creían en la apatía, la ausencia de dolor y pasión, y la aceptación del
destino sin importar si se trata de éxito o fracaso en los propósitos. En cambio, la doctrina
cristiana enseña también la serenidad ante el destino, pero con una motivación nueva y un
mayor realismo, que consiste en delimitar los límites de la subjetividad natural de acuerdo
con la realidad. Se diferencia de cualquier otra por su mayor realismo y porque la persona
serena no engaña a los dioses. La resignación ante lo inevitable es verdaderamente humana
sólo si lo inevitable se muestra realmente como tal. La disposición de quien actúa es la de
aceptar también como llenos de sentido sus fracasos. Esto presupone que no trazamos por
principio una frontera entre nuestra actividad y la realidad, que posibilita esa actividad y la
hace fracasar. La religión ve en ambas el mismo fundamento, y Dios es honrado también con
nuestros fracasos y, además, garantiza la armonía definitiva de nuestras intenciones con la
marcha del mundo.

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