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TEORIA CRITICA DE LA SOCIEDAD

I
La Escuela de Frankfurt surgió alrededor del Institute de Investigación Social fundado en la
ciudad de Main en los años 20. Desde 1931, la escuela fue dirigida por Max Horkheimer y
completada por exponentes como Theodor Adorno, Herbert Marcuse y Erich Fromm.
Debido a los eventos históricos, muchos de sus miembros se vieron obligados a emigrar a
Estados Unidos, mientras que Horkheimer, Adorno y Friedrich Pollok regresaron a Frankfurt
después de la Segunda Guerra Mundial. Fromm vivió durante muchos años en México y
Marcuse tuvo su cátedra en California.

La Escuela de Frankfurt es contemporánea del surgimiento de la burocracia soviética, el


fascismo, el nazismo y el desarrollo de la civilización tecnológica en el mundo occidental. Su
objetivo es hacer una crítica de la sociedad en su conjunto y está influenciada por el
pensamiento marxista, con rastros de hegelianismo y freudismo marxistizado.

La Escuela presenta una interpretación humanista de Marx, tomando distancia del


experimento totalitario soviético. El marxismo de Horkheimer, Adorno y Marcuse se basa en
la lectura de la obra de Gybrgy Lukacs, "Historia de la conciencia de clase" (1922). A
diferencia de los marxistas ortodoxos, la teoría crítica de la sociedad no se basa en el
primado de la economía, sino en la crítica de la lógica del dominio.

II

En los libros "Dialéctica de la Ilustración" (1944) de ambos autores y en "Eclipse de la razón"


(1947) de Horkheimer y "Mínima moralia" (1947) de Adorno, se desarrolla la teoría crítica de
la sociedad, cuyas temáticas son posteriormente abordadas por Marcuse en su libro "El
hombre unidimensional" (1964).

La teoría central de la Escuela de Frankfurt sostiene que la sociedad actual es una gran
maquinaria o mecanismo que ha escapado al control humano, oprime y aplasta a los
individuos, y pone la eficacia y la utilidad al servicio del poder, no del hombre. En la sociedad
moderna, el hombre se convierte en un instrumento del capital, y la lógica del dominio rige
en todos los ámbitos, incluyendo el amor.

Según Adorno, el aburrimiento de la vida cotidiana en la sociedad industrial es la conciencia


de la falta de libertad de la existencia entera. El hombre contemporáneo es un pequeño
engranaje de la maquinaria industrial, vive en soledad y se identifica con la sociedad, que
anula su capacidad crítica y lo convierte en un hombre unidimensional, plenamente
identificado con la cultura oficial. Los controles sociales son tan refinados e inexorables que
la sociedad logra integrar en sí misma a la oposición.

III

1. La causa de los sintomas deshumanizantes de la sociedad es la razon moderna,


considerada como una mera razon instrumental. El deseo de dominio de la naturaleza, que
tiene un inicio en la modernidad pero que se ve reforzado desde el surgir de la llustracion,
ha prevalecido en las sociedades totalitarias.

2. Detras de progreso economico del capitalismo y del regimen sovietico de su tiempo, estos
sociologos vieron el espectro del fascismo, es decir de un poder politico siempre mas amplio
que se encuentra en manos de un pequeno grupo privilegiado. El sistema impone su propia
racionalidad y se sirve de la industria cultural para homogeneizar gustos e ideas, y para
vender la ilusion de una felicidad que en realidad oprime y anula. El sistema destruye la
creatividad y la capacidad critica.

3. La razon moderna tiene miedo de la verdad: Io que importa no es la verdad de las teorias,
sino su funcionalidad.

4. Para Horkheimer y Adorno Io que genera la opresion al hombre no es la propiedad


privada, sino la logica de dominio consustancial a la razon instrumental. En los paises
comunistas se abolio la propiedad privada pero se preserva tai logica.

5. Separacion de la Escuela de Frankfurt de la ortodoxia marxista de la Academia de Moscu.


Rechazan el determinismo marxista y la teoria del reflejo ideologico, que no dejaria espacio
para un pensamiento critico.

6. La filosofia debe desarrollar una funcion critica al sistema. Auschwitz e Hiroshima


destruyen el mito ilustrado del progreso natural. Se impone una autorreflexion que traduzca
en palabras el sufrimiento de los inocentes en tales tragedias.

7. Los sistemas filosoficos al tratar de aprehender la totalidad no se dieron cuenta de la


diferencia entre pensamiento y realidad. La realidad es Io individual, Io unico: es el
sufrimiento de tantas victimas del sistema.

8. Hay que denunciar a los falsos idolos, y abrirse a la verdad y el don de la otra persona.
Parece abrirse una aproximacion a la trascendencia religiosa, pero no hay propuestas sino
que prevalece la logica de la denuncia.

IV

1. En Eros y civilization (1955) analiza la doctrina de Freud según la cual la civilización está
basada sobre la represión de la libido. Marcuse no está de acuerdo con la idea de Freud de
que la civilización, organizada según el principio de realidad del yo consciente, pone un freno
al principio de placer del yo inconsciente. Freud consideraba necesaria una cultura represiva
para llevar adelante la convivencia social.

2. Marcuse afiade elementos de la psicología freudiana a las propuestas de Horkheimer y


Adorno. Para Marcuse, tales propuestas pueden rescatar parte de la sociedad tecnológica.

3. Marcuse opina que la sociedad tecnológica contemporánea es un obstáculo para la


realización individual, ya que se fundamenta sobre el trabajo alienante. Pero el mismo
progreso produce un ensanchamiento del tiempo libre, gracias al cual podría nacer una
civilización donde el eros sea liberado, donde el sexo pueda convertirse en juego y fantasía,
es decir, donde la sociedad de la represión deje el campo libre a la sociedad de la
satisfacción. Aquí juega un papel fundamental la misma idea freudiana de que la liberación
de la neurosis se produce en el momento en que se hace memoria, se explota el
inconsciente y salen a la luz los reales motivos de la conducta. Por tanto, hay una vía de
escape para el hombre, siempre que la sociedad brinde un espacio para ello.

4. En El hombre unidimensional (1964), Marcuse se acerca más a las posiciones de Adorno y


Horkheimer: la sociedad tecnológica vende una ilusión de libertad, pero en realidad oprime
con sus estructuras burocráticas, con la imposición de una ideología, y destruye la oposición
crítica integrando todas las clases sociales en el proyecto moderno de dominio de la
naturaleza.

5. Marcuse, sin embargo, ve la posibilidad de un proceso revolucionario: en la sociedad


tecnológica hay un sector que no entra en las reglas del juego: los extranjeros, los
explotados, los desocupados, los minusválidos.

6. La teoría crítica de la sociedad debe estar del lado de los que están fuera del sistema y
violan sus reglas, de los que dan la vida por el Gran Rechazo, en oposición a las instituciones
totalitarias. Justificación de grupos terroristas.

Jürgen Habermas es un filósofo y sociólogo alemán que ha tenido una importante


contribución en el desarrollo de la teoría crítica de la sociedad y en la fundamentación de la
acción comunicativa.

Habermas comenzó como asistente en el Institute de investigacion social de Frankfurt,


donde colaboró con Adorno y Horkheimer. Más tarde se convirtió en profesor de la
Universidad de Frankfurt y director del Instituto Max Planck para la investigación de las
condiciones de vida en el mundo tecnocientífico y del Instituto Max Planck de ciencias
sociales.

La primera fase del pensamiento de Habermas se desarrolló en el proyecto filosófico y social


de la teoría crítica de la sociedad, y su obra más importante de este periodo fue
"Conocimiento e Interés" (1968). En ella, trató de demostrar que todo conocimiento está
condicionado por intereses y finalidades, y que no existe un conocimiento completamente
desinteresado.

En este periodo, también publicó "Ciencia y Técnica como Ideología" (1968) y "Lógica de las
Ciencias Sociales" (1969), en las que criticó la mitología positivista y propuso una postura
que buscaba establecer una continuidad con los ideales de la Ilustración y la filosofía
trascendental.

En la década de 1970, Habermas se interesó por la lingüística y se dedicó al estudio de la


pragmática del lenguaje, sustituyendo las referencias a la dialéctica marxista-hegeliana por
una teoría de los actos lingüísticos. Desde esta postura, intentó resolver los problemas
planteados por la teoría crítica de la sociedad, buscando una nueva fundamentación
democrática del Estado moderno.

Entre las obras más significativas de su segundo periodo se encuentra "Teoría de la Acción
Comunicativa" (1980), donde desarrolla una teoría de la comunicación que parte del
presupuesto de que el lenguaje es el medio fundamental de la acción social y que la
comunicación es una forma de acción social.

Habermas también tuvo una importante discusión con Joseph Ratzinger en 2004 acerca de
los fundamentos morales sobre los que debe apoyarse la relación entre la religión, el Estado
y la democracia.

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