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Alicia Ayllón Caparrós, Diego Castro Petitjean,

Julia Gutiérrez Ivars, Eduardo Mujica Farinós y Lola Sánchez Orrillo

ACTIVIDAD GUIADA 3

CASO 2

El paciente es un hombre de 19 años de edad, quien acudió en busca de tratamiento


psicológico a causa del alto grado de ansiedad y nerviosismo que experimentaba cuando se
encontraba en situaciones sociales donde podía ser observado o evaluado por otros (p. ej.,
hablar delante de sus compañeros de clase) y mientras estaba haciendo alguna actividad (p.
ej., comer delante de otras personas). Además, tenía miedo de estas situaciones no sólo
porque podía actuar de un modo que le hiciera sentirse violento o humillado (p. ej., hacer el
ridículo), sino también porque los otros podrían darse cuenta de que se estaba poniendo
nervioso. Adicionalmente, temía ruborizarse en las situaciones ya mencionadas. Las
situaciones sociales más temidas y que evitaba en mayor medida eran iniciar y mantener
conversaciones con gente desconocida, comer en público y hablar ante un grupo. El paciente
informó que las dificultades empezaron en la infancia, concretamente, se recordaba como un
niño tímido que no se relacionaba con otros niños y que se reían de él por ello, Con
frecuencia tiene pensamientos disfuncionales como: “Estoy perdiendo el control”; “Parezco
tonto”; “Soy inadecuado para esta actividad” o “Causaré una mala impresión”. El paciente
refirió que este problema le estaba interfiriendo gravemente en todas las áreas de su vida (los
estudios, la vida social, el tiempo libre, la relación de pareja y la relación familiar).
Alicia Ayllón Caparrós, Diego Castro Petitjean,
Julia Gutiérrez Ivars, Eduardo Mujica Farinós y Lola Sánchez Orrillo

Guión tanto de la comunicación del diagnóstico (basándose en un modelo


teórico) como del plan de tratamiento a nuestro paciente, presentado en formato role
playing entre el terapeuta (T) y el paciente Carlos (P).

T: Buenos días Carlos, ¿qué tal te ha ido esta semana? ¿Cómo te encuentras?

P: Buenas, pues no muy bien, he estado pensando en que me dijiste que hoy hablaríamos
sobre mi situación y todo lo que me ocurre y me genera un poco de ansiedad.

T: Bueno Carlos, es normal que te encuentres así, en las primeras sesiones uno siempre viene
más nervioso, pero esto es un proceso, y aunque hablar sobre tu circunstancia puede ser en
ocasiones incómodo, es el proceso para entender qué es lo que te ocurre y qué herramientas
podemos encontrar para sobrellevar esta situación.

P: Si, está bien.

T: Perfecto, entonces si te parece bien comenzamos.

P: Vale, sí, genial.

T: De acuerdo. Pues para que comprendas mejor todo esto que te genera tanta incertidumbre,
vamos a partir desde una perspectiva general. Primero tienes que saber que tu cuerpo ante
situaciones que te producen ansiedad responde con sensaciones del tipo: sudor de las manos,
sensación de taquicardias, ruborización... y pensamientos como "causaré una mala
impresión", con el fin de protegerte. Con esto lo que quiero que comprendas es que la
ansiedad es una respuesta necesaria para la supervivencia. Y en este caso, como los humanos
somos seres sociales, es decir, necesitamos del resto de humanos para sobrevivir, pues
consideramos muy importante llevarnos bien con nuestros iguales, que por ejemplo, en tu
caso, serían tus compañeros de clase. Entonces, como para tu cuerpo es fundamental
preocuparse sobre lo que los demás puedan pensar de ti y ver de qué manera puedes encajar
con ellos, porque recuerda que se necesita de los demás para la supervivencia, el cuerpo te
comunica esta importancia generando esta sensación de ansiedad y estos miedos, es la
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manera de transmitirte que es un aspecto fundamental para convivir. ¿Me explico bien?
¿Entiendes lo que te quiero decir?

P: Mmm... Creo que sí. O sea, mi cuerpo hace que me ponga nervioso y tenga ansiedad por
mi bien, pero aún así me produce mucho malestar...

T: Efectivamente, eso es. Tu cuerpo genera todo eso por el bien de tu supervivencia, pero no
por ello significa que sea del todo bueno para ti, porque fíjate en lo que has dicho: que estás
con mucho malestar y esto es lo que queremos solucionar. Y para eso, nosotros vamos tratar
de “ponerle freno” a las emociones, pensamientos y sensaciones tan fuertes que se apoderan
de ti, de manera que tú decidas hasta dónde llegan estas y cómo vas a afrontarlas de manera
que se reduzca considerablemente el malestar que sientes ahora. ¿Te parece?

P: Si, me gustaría saber cómo hacerlo.

T: Pues bien, mira, para comenzar a trabajar debes conocer el mecanismo de la ansiedad
social, de manera que si comprendes todo el proceso que ocurre desde que estás en la
situación que te genera ansiedad hasta que esta disminuye será más fácil para ti afrontarlo y
darte cuenta de lo que sucede a tu alrededor y el por qué de esas sensaciones. Y, para ello,
vamos a usar un modelo de dos autores que se llaman Clark y Wells que explican muy bien
todo esto. Si te parece bien te lo comento; será sencillo.

P: Sí, claro. Cuanto antes empecemos, mejor.

T: Fantástico. Bueno, pues estos autores dicen lo mismo que ya te he comentado, que los
aspectos sociales son muy importantes para nosotros como seres humanos y es por eso que,
en ocasiones, nos ponemos unos estándares muy altos con respecto a nuestras relaciones
sociales. Creemos que tenemos que ser muy hábiles, elocuentes, con mucha carisma en
cualquier situación, y si no es así el resto va a pensar que soy incapaz, aburrido, ridículo...
Entonces, el ver que el resto de personas te están juzgando negativamente te produce un alto
malestar y hace que quieras “salir corriendo” de esa situación por lo que se crea un círculo
vicioso, en el que cada vez que estás en una situación que te genera ansiedad la evitas, y si
evitas no se afronta, y si no se afronta la próxima vez generará aún más ansiedad, haciendo
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que la evitación sea más rápida y más tranquilizadora; y así sucesivamente. Esto, quizás,
parezca un poco confuso pero vamos a seguir explicándolo con ejemplos. ¿Hasta aquí lo has
entendido? ¿Quieres seguir?

P: Bueno… más o menos, ¿podrías explicarme con un ejemplo real lo que acabas de
comentar? Creo que lo voy a ver más claro…

T: Por supuesto. Vamos a utilizar una de las situaciones que te generan malestar, como por
ejemplo una exposición oral en público, así comprenderás mejor el mecanismo de ansiedad y
cómo se convierte en un círculo vicioso, ¿te parece bien?

P: Ok.

T: Vale. Primero tenemos una situación que produce ansiedad (la exposición oral), en el
momento que vas a exponer ¿Qué tipo de mensajes te manda tu cabeza? ¿Qué cosas crees que
te dices?

P: No sé, es difícil. Como que hay muchas cosas que me ronda. Como que lo voy a hacer
mal, que la gente pensará que hago el ridículo o que mis compañeros crean que no lo sé
hacer.

T: Estas son creencias que tenemos sobre los pensamientos de los demás, que están
totalmente distorsionados porque no podemos saber realmente qué están pensando y son
generados por las propias emociones que sentimos en el momento. Esto es debido a que,
como hemos dicho antes, necesitamos de la aprobación de los iguales, por lo que en la
exposición oral al sentirnos juzgados por estos nuestro cuerpo dice “¡peligro!”, y comienza
con estos pensamientos.

P: Ya, además me pongo a sudar y siento que mi corazón “se sale” del pecho.

T: Justamente, además de esos síntomas más cognitivos, como son esos pensamientos, están
los de carácter físico. El cuerpo responde con síntomas físicos ante la sensación de peligro, ya
me habías mencionado esa sensación de que la voz tiembla o se ruborizan las mejillas. Estas
sensaciones hacen que nos pongamos más nerviosos, porque focalizamos nuestra atención en
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nosotros mismos, y se incrementa la percepción de estos síntomas y los amplificamos. En


combinación con esos pensamientos que ya hemos mencionado. ¿qué hacemos?

P: Ahí es cuando peor lo paso, solo quiero salir de esa situación. Si me puedo ir, me voy; sino
hago lo posible por terminar cuanto antes y mientras disimulo, para tratar de que ellos no se
den cuenta. No quiero que ellos se den cuenta.

T: Efectivamente, comenzamos a controlar cómo nos movemos, el tono de voz, a esconder


las manos para que nadie pueda ver si temblamos o si sudamos... o bien, decidimos irnos de
allí porque el malestar es tan fuerte que no podemos soportarlo e incluso llegamos a no
presentarnos a la exposición para evitar todo el proceso anterior. A esto se le conocen como
conductas de seguridad, y lo que hacen es reforzar negativamente a la ansiedad, ya que la
huida o la evitación de la situación producen disminución del malestar de forma inmediata.
Experimentamos un gran alivio.

P: Uf, si. Al salir de esa clase (suspira y hace un gesto de alivio con las manos).

T: Por desgracia ese alivio solo es a corto plazo, de hecho en el largo plazo eso es una de las
cosas que hacen que el problema continúe. Nuestro cuerpo aprenderá que la ansiedad
disminuye de golpe evitando y es a lo primero que va a recurrir. Para que todo este proceso
nos quede más claro, vamos a hacer un sencillo dibujo que nos ayude a tener un referente
visual de todos los componentes implicados.

Nota: Se realiza un esquema. Anexo 1.

P: Vale, gracias.

T: Hay diferentes situaciones sociales, en tu caso estaría la de hacer una exposición o hablar
en público, que fruto de las experiencias previas se perciben como un peligro. Cuando yo
identifico que algo es peligroso desencadena un conjunto de consecuencias automáticas. Son
esas respuestas físicas y pensamientos que ya hemos mencionado. En ese momento me fijo
en mí mismo, y percibo como me siento nervioso, que me tiembla la voz… Ante ese
malestar, necesito hacer algo que me genere calma, como puede ser esconder las manos o no
mirar fijamente a mis compañeros o directamente dejar de exponer si es posible. Ese alivio
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refuerza como hemos dicho el aprendizaje de que cuando estoy en situaciones “peligrosas” la
solución es evitar.

P: Si, justo siento que se produce todo eso y lo sé, era más o menos consciente. ¿Pero qué
puedo hacer? Si me quedo, lo paso muy mal.

T: Muy bien, vamos a esa segunda parte de lo que podemos hacer ahora.

P: Genial.

T: La estructura que vamos a seguir es la siguiente: Vamos a delimitar los objetivos y las
metas que queremos haber conseguido al terminar la terapia. Para alcanzar esos objetivos más
exigentes, vamos a marcar otros a corto plazo que puedas ir logrando poco a poco, que serán
en cierto modo el motor y el vehículo para los otros.

P: Me parece muy bien.

T: Comencemos con la información que has ido apuntando desde la última sesión *(se hace
referencia al autorregistro que se le pidió cumplimentar en la primera sesión como tarea para
casa).

P: Si, tengo aquí en el móvil lo que me pedías apuntar. Al inicio me costaba encontrar cada
una de las partes, pero luego fue algo que me ha ayudado a conocer un poco más la situación.
Es muy raro, porque aunque sabía lo que estaba pasando pasaba igualmente.

T: Es normal esa sensación de falta de control. Y es estupendo que en cierto modo ya hemos
iniciado un poco el cambio. Con toda esta información haremos un análisis los dos para
identificar qué situaciones cuestan más y cuáles menos. Con el fin de ordenarlas en una
jerarquía.

P: Me he ido fijando más, y hay situaciones parecidas sobre lo que siento aunque sean muy
diferentes.

T: Eso es un poco lo que queremos ir conociendo. Vale, pues una vez delimitados los
objetivos e identificado aquellas situaciones problemáticas, hablaremos acerca de las técnicas
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con las que vamos a trabajar siendo estas, por un lado, entrenamiento en relajación con el
objetivo de que aprendas a controlar tu respiración y poder lograr un estado de relajación y,
por otro lado, la exposición a aquellas situaciones que nos generan malestar

P: No se si voy a ser capaz de enfrentarme a esas situaciones ya que me generan mucho


sufrimiento y malestar.

T: Comprendo lo que dices Carlos pero esto será un proceso progresivo en el que
trabajaremos conforme a tus necesidades y teniendo en cuenta tus ritmos. Vamos a imaginar
que iremos subiendo una escalera, para llegar al final de la escalera los peldaños tienen que
ser de una altura que alcancemos, de lo contrario nos costará mucho subir o incluso no
llegaremos al objetivo.

P: (asiente)

T: Comenzaremos con un entrenamiento en imaginación, identificando aquellas situaciones


que te generan mayor malestar, enfrentándonos a ellas sin huir mediante las técnicas de
relajación. Es necesario representar las situaciones temerosas, y por lo tanto el malestar que
está asociado a ellos, puede ser duro para tí pero vamos a hacerlo juntos, poco a poco, en una
situación muy controlada y siempre escuchando tus necesidades y preocupaciones. Cuando
hayamos subido el primer escalón, haremos frente al siguiente considerando el previo como
la base, de ese modo el nivel de malestar será semejante a cada peldaño. El objetivo es que
conforme ganes confianza y te sientas preparado logremos una exposición a las situaciones
reales sin ese malestar asociado. (Volvemos a emplear un apoyo gráfico, mediante el dibujo
del Anexo 2. )

P: Vale, tengo ganas aunque igualmente miedo.

T: Gracias Carlos por compartir tu estado, es totalmente normal sentirse así pero a medida
que avancemos el temor se irá reduciendo.
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ANEXOS

Anexo 1. Esquema explicativo realizado acompañando la explicación fundamentado en el


modelo de Clark y Wells.
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Anexo 2. Evolución del proceso terapéutico.

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