Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
*Una persona que se conoce, es una persona que sabe sus límites, sus gustos,
necesidades, puntos fuertes y de mejora. Es una persona que sabe tomar decisiones
que le protegen y le alejan del malestar innecesario. *
Muchas veces nos dicen que las personas sentimos aquello que las situaciones nos
generan pero... ¿es esto cierto? Veamos.
Imagina que yo, María, voy caminando por la calle y, en la acera de enfrente, veo a
una antigua compañera del colegio, Blanca. Imagina que, al verla a lo lejos y darme
cuenta de que ella mira hacia mi lado, levanto mi brazo y le saludo "¡Blanca, hola!".
Sin embargo, Blanca tras mirarme, gira su cabeza y sigue caminando en su dirección...
¿Qué pensarías en estas circunstancias? Si fueras tú quien ha saludado... ¿cómo
interpretarías que la otra persona no te devolviera el saludo?
El origen de cómo te sientes está en como piensas. Por tanto, para cambiar la
forma en la que te estas sintiendo, es importante que observes qué y cómo estás
pensando, porque, ahí́ está la clave. Cuanto más te conozcas a ti y a tus procesos
internos, mejor gestión harás de tus pensamientos y emociones. Mejor te gestionarás a
ti mismo/a y mejor y más libre vivirás tu vida. Entender que la emoción no es el problema
sino la consecuencia del problema, me aporta las claves que necesito para sanar. Que si
pongo el foco sobre la emoción (ansiedad, tristeza, culpa) jamás lo solucionaré.
El origen de lo que sientes está en como piensas, por tanto, si quieres que la
ansiedad, la tristeza o la culpa acaben, mira qué está pasando en tu cabeza.
Me imagino que sabes que, todas las personas, contamos en nuestro organismo
con un sistema inmunológico en el cuerpo que nos protege. Tenemos un sistema
encargado de proteger nuestro cuerpo frente a agentes externos. Un sistema que combate
y destruye los organismos infecciosos con los que nos topamos y quieren entrar en
nuestro organismo antes de que nos lleguen a causar algún daño. Es decir, un sistema
que nos previene del peligro.
A nivel metafórico, no sólo contamos con un sistema inmune a nivel físico, sino
que también contamos con uno a nivel psicológico. ¿Sabes cuál es? Las emociones. Las
emociones nos protegen. Son otro sistema de defensa natural con el que llegamos a este
mundo.
- "Deja de darle vueltas a todo y sonríe" "Si te esfuerzas, no habrá sueño que se
te resista" "Nunca tires la toalla si no es en la playa"
Es decir, se nos enseña que sentirnos felices está bien, pero sentir tristeza es poco
menos que una derrota. Parece que no tengamos derecho a sentir determinadas
emociones.
¿Por qué́ hemos sido educados de este modo?... Porque nuestros padres también
recibieron estas enseñanzas. De ahí́ que, por ejemplo, cuando llorábamos de pequeñitos
nos dijesen cosas tipo “si tú ya eres mayor”, “no llores, que llorar es de pequeños”, “tú ya
eres un valiente, así́ que sécate esas lágrimas”. No sé si ahora que lees esto, te va sonando.
O quizás te suene que, al estar enfadado, antes de preguntarte qué te ocurría y porqué
tenías ese disgusto, te dijesen algo como “si te enfadas tienes doble trabajo: enfadarte
y desenfadarte” o “cambia la cara”.
Otra cosa es que haya algunas que nos gusten más que otras. Eso sí. Por tanto, yo
prefiero decir que existen emociones agradables y desagradables. Creo que estamos de
acuerdo en que, prácticamente a nadie le gusta sentir rabia, miedo o frustración,
¿verdad? No nos gusta porque no es agradable sentirnos así́. Supongo que si te
preguntasen como te gustaría sentirte ahora, no responderías “¡Ay, me encantaría sentir
rabia!”, ¿verdad? Sería un poco extraño. Supongo que estarás conmigo en que preferirías
sentir calma, alegría, amor, sorpresa u orgullo. Pero eso no implica que el resto de
emociones que no te apetece sentir ahora (por ejemplo, rabia) sean malas o algo que
eliminar a toda costa de tú vida. Qué va.
La rabia, de hecho, está ahí́ para ayudarnos a darnos cuenta de que hay
necesidades emocionales que no están siendo cubiertas o que se está́ cometiendo algún
tipo de injusticia hacia nosotros. Es decir, la rabia es incomoda y nos hace pasar un mal
rato, pero ¿es mala? En absoluto. De hecho, gracias a la rabia nos podemos proteger a
nosotros, proteger nuestros derechos e impedir el abuso. ¡¡Qué haríamos sin la rabia!! Ese
empeño en controlar las emociones nos ha dejado mucho sufrimiento. De algún modo
hemos creído que, persiguiendo la alegría y alejándonos de la tristeza o el miedo, íbamos
a ser más felices y nos íbamos a sentir más plenos. Pero, si oprimo mi emoción, si la evito
y/o la niego, ¿contra quién voy? Contra mí.
Como veíamos antes, los pensamientos son el origen de las emociones que
sentimos. Son la causa de aquellas consecuencias que siempre buscamos eliminar
(emociones y sensaciones, sobre todo). Un ejercicio muy interesante que nos ayuda a
regular los pensamientos son los autorregistros. Estos son tablas a través que podemos
utilizar para generar una auto-observación que nos lleve a un auto- conocimiento y
facilite la autogestión. Implica parar a mirar qué pasa "aquí́ dentro".
¿Qué es?
¿CÓMO LO HACE?
Apretando el botón "SOS" (al que hemos llamado ansiedad). Cuando lo aprieta,
suceden varias cosas en mi cuerpo. Se da una descarga, entre otras cosas, de
adrenalina y cortisol. Esto hace que esté con toda la atención y alerta posible para
estar muy pendiente de la carretera. Además, este mecanismo que pone en marcha el
cerebro genera cambios en mi cuerpo y, por ello, noto sensaciones como un corazón
acelerado, unas manos temblorosas, hormigueo en las piernas etc.
1 Entiende qué es la autoestima, de dónde viene este concepto tan importante y en qué
momento se generó la tuya.
2 Comprende los factores por los que está formada e identifica si los estás cuidando
de la forma que es debida.
3.Detecta las posiciones de sabotaje que pueden generar que tu autoestima se rompa.
4 Aprende las estrategias que te llevarán a potenciar tu autoestima, vivir libre y feliz
en tu día a día.
Escritura Terapéutica.
El semáforo emocional.
Los seres humanos funcionamos como los semáforos, en verde (circula) somos capaces
de responder adecuada y adaptativamente, en naranja (precaución) comenzamos a
estar alerta para evitar riesgos y en rojo (frena) paramos porque entendemos que no
estamos en las condiciones óptimas como para continuar la marcha. Es muy
importante que, cada uno/a de nosotros/as sepamos ver cómo es nuestro "semáforo" en
cada una de las emociones.
La visualización
Visualizar nuestras emociones nos permite gestionarlas de forma más óptima porque
nos alejamos de las interpretaciones sobre que son algo "subjetivo", sino que lo
convertimos en algo tangible, palpable. La idea de estos ejercicios es que puedas ver la
emoción en ti, puedas ubicarla, darle un nombre y un sentido. Y esto puedes lograrlo
haciéndote una serie de preguntas que, cuando ya le hayas cogido un poco el truco, te
recomiendo hagas respirando tranquilamente y con los ojos cerrados para conectar
mejor.
Otros…
- Escribir una carta para leerla en un momento emocional complejo.
- Tener a mano un audio o canción que nos permita sentirnos bien.
- Llamar a una persona que sabemos que nos regulará.
- Repetir un mantra o frase que nos regule.
- Hacer ejercicio físico para liberar la emoción. Tener objetos que podamos coger
y manipular para conectar con la información sensorial y el movimiento
(pelota antiestrés por ejemplo)