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La Dra.

Azucena García Palacios empieza hablando acerca de la terapia


dialéctico-conductual como terapia desarrollada por Linehan para el tratamiento de
personas que presentan trastorno límite de la personalidad (TLP). A continuación explica las
diferentes dimensiones psicopatológicas del TLP, dónde se distinguen la desregulación
emocional como síntoma central en el TLP; la hipersensibilidad interpersonal; el descontrol
comportamental y la alteración de la identidad.
En un segundo lugar, nos habla de la perspectiva dialéctica y aquí me ha llamado especial
atención la metáfora que utiliza para explicar al paciente cómo va a ser la dinámica de la
terapia y qué papel va a jugar el terapeuta. La Dra. Azucena la explica de tal manera:

Imagina una situación en la que el paciente y el terapeuta se encuentran en los extremos de


una balanza dónde se encuentran conectados por la tabla que conforma el balancín. La
terapia va a consistir en que el paciente y terapeuta se muevan de arriba abajo y de adelante
atrás hasta conseguir un equilibrio, una vez conseguido se accede a un nivel superior donde
hay otro balancín y así sucesivamente. El problema es que el balancín es una caña de
bambú que se encuentra sobre un cable en lo alto del cañón del colorado y donde el
terapeuta y el paciente se hallan en extremos opuestos así si el paciente se mueve hacia
atrás el terapeuta se moverá a su vez hacia atrás para equilibrar pero si el paciente se
mueve de nuevo hacia atrás y el terapeuta también se corre el riesgo de caer al vacío, el
terapeuta entonces debe mantener ese equilibrio pero moviéndose hacia el centro no hacia
los extremos. Es decir, según este enfoque se busca conseguir llegar a la síntesis partiendo
de polos opuestos, se busca encontrar la integración entre polos opuestos tanto en
emociones, como en deseos como en creencias para ello son necesarios movimientos
rápidos y “contraataques” por parte del terapeuta.

Esto también puede explicar como el TLP se considera un fracaso dialéctico ya que las
personas que presentan este trastorno con frecuencia se mueven entre tesis y antítesis, es
decir, entre los opuestos, siendo incapaces de conseguir la síntesis, manteniendo
posiciones rígidas y contradictorias. Tienden a ver la realidad en categorías polarizadas y no
son capaces de ver que es posible la integración.
Por tanto el objetivo de la TDC es lograr la resolución y/o integración de los patrones
opuestos.
Los patrones opuestos más frecuentes son los siguientes:

Comportamientos de victimización: el paciente se siente indefenso, culpa de lo que le pasa


a los demás y demanda que sean los demás quienes solucionen sus problemas y tomen las
riendas de su vida. Entendido también como pasividad activa. ------ Competencia aparente:
el paciente aparece como capaz de afrontar sus problemas, como que puede comerse el
mundo sin necesidad de los demás por lo que se aparta de ellos. Esta competencia está
asociada con un estado de ánimo positivo pero intenso que genera expectativas elevadas e
irrealista sobre sus propias capacidades y metas. Esa competencia aparente acaba con
sentimientos de frustración intensos por no poder llegar a esas metas lo que le lleva al otro
polo: pasividad activa.

Crisis extremas: emociones intensas y dificultad para modularlas -- Inhibición de la aflicción:


evitación o inhibición de la experiencia y la expresión de emociones dolorosas e intensas
con lo que aparecen como indiferentes o fríos afectivamente ante acontecimientos
dolorosos como p.ej la pérdida de un ser querido.

A menudo se encuentran en uno de estos polos y su drama es que no son capaces de


encontrar un término medio por lo que su funcionamiento cotidiano resulta caotico para ellos
mismo y para los demás

Por último, la Dra. Azucena nos habla de la teoría biosocial del TLP.
Según la teoría biosocial, el TLP es un trastorno caracterizado por una disfunción general
del sistema de regulación emocional. Las conductas desadaptativas que presenta el
paciente (e.g., consumo de tóxicos, autolesiones, disregulación interpersonal) son
consecuencia natural de esta falta de habilidades para regular las emociones. El modelo
contempla factores de vulnerabilidad biológica y ambientales en la génesis de esta
disregulación emocional.

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