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En el mercado actual, las empresas fracasan por una variedad de razones. Una es la falta
de comprensión sobre cómo opera el negocio. Sin comprender las métricas de cada
departamento, es difícil prepararse para ciertos eventos o tomar decisiones importantes.
Es por eso que los indicadores de desempeño son herramientas esenciales.
Es común que las empresas establezcan metas y objetivos, a menudo audaces, a veces
más conservadores, que indiquen lo que esperan del trimestre, semestre y año operativo.
Son estos objetivos los que trazan el horizonte para los empleados y líderes. “¡Ahí es
donde tenemos que llegar!”.
Pero el problema es que el horizonte está realmente lejos. “Pero, ¿cómo sabemos que
estamos aquí?”
Los indicadores de rendimiento de alto nivel pueden centrarse en los puntos generales
de rendimiento empresarial, mientras que los indicadores de bajo nivel pueden centrarse
en el rendimiento de los procesos y los propios departamentos.
Se requieren indicadores de rendimiento para que pueda medir los éxitos y los puntos de
atención de su operación. Al acompañarlos, el gerente puede obtener una visión
general de cómo se está desempeñando su negocio, y sus sectores individualmente.
Son, en esencia, una forma de comunicación que revela información clara y relevante
para los objetivos estratégicos de la empresa.