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TEXTO GUÍA
CARRERA: PSICOLOGÍA
Potosí – Bolivia
2021
ÍNDICE
Pág.
PRESENTACIÓN
Tema 1. ¿Qué es la antropología?...........................................................................1
Tema 2. Historia y tendencias……………………………………………………………8
Tema 3. Cultura…………………………………………………………………………..15
Tema 4. Sociedad………………………………………………………………………..20
Tema 5. Historia………………………………………………………………………….24
Tema 6. Medio ambiente………………………………………………………………..29
Tema 7. Ideología………………………………………………………………………..34
Tema 8. Antropología y ética……………………………………………………………39
Tema 9. Descolonizar la antropología………………………………………………....46
Tema 10. Antropología y complejidad………………………………………………….51
Tema 11. El racismo. Una mirada antropológica……………………………………..56
Tema 12. El tema de la raza en el pensamiento boliviano…………………………..61
Tema 13. Diversidad étnica y complejidad sociocultural…………………………….66
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
PRESENTACIÓN
Entre las fuentes consultadas para redactar este texto, se han elegido obras de
carácter introductorio y que sean accesibles para que los estudiantes puedan
consultarlas y ampliar los temas desarrollados en clase, de acuerdo con su interés
individual.
EL AUTOR
UNIDAD I
1
tuvo que competir además con otros términos como “etnografía” y “etnología”: “La
etnografía designaba en un principio (finales del siglo XIX – inicios del XX) la
descripción de los usos y costumbres de los llamados pueblos ´primitivos’ y la
etnología los conocimientos enciclopédicos que podían obtenerse de ellos” (Augé y
Colleyn, 2004, p. 15). Estando de este modo la etnología vinculada con la sociología,
y la antropología como tal, todavía siendo entendida con referencia a los aspectos
somáticos y biológicos del hombre. La unificación de las labores de la etnología y
de la etnografía en un término, en el ámbito norteamericano, se verificó en la cultural
anthropology, mientras que en los autores británicos prefirieron social anthropology,
dando mayor importancia al estudio de las instituciones sociales. En el ámbito
francés, por mediación de Claude Levy-Strauss a mediados de la década del 50 del
pasado siglo, el término antropología empezó a usarse para designar la disciplina
que estudia la diversidad contemporánea de las culturas humanas. Esta definición
tiene la ventaja de no referirse únicamente las culturas “primitivas” y reconocer su
diversidad.
Para los autores citados, hablar de antropología como ciencia del hombre implica
reconocer en ella tanto a la antropología biológica, como a la antropología social y
cultural: “Esta última, sinónimo de etnología, se interés por todos los grupos
humanos independientemente de sus características. Puede tomar como objeto de
estudio todos los fenómenos sociales que requieran una explicación a través de
factores culturales.” (Augé y Colleyn, 2004, p. 17).
Para ir más allá de la sola definición conceptual del término, consideramos una
caracterización de la labor antropológica:
2
forma particular de literatura, a la que llama etnografía. Se convierte
en un autor de este género literario. (Campo, 2008, pp.18-19).
3
antropología general, es decir, a la antropología cultural, aunque su alcance es más
restringido que el de esta última (Barrett, 2009, p. 8).
A más de esta distinción, que con el tiempo ha ido perdiendo algo de vigencia, en
la actualidad se habla bastante de la “antropología aplicada”, que viene a ser la:
“Interacción organizada entre los antropólogos profesionales y las entidades, tanto
públicas como privadas, que deciden las políticas” (Campo, 2008, p. 28). Es decir,
implica que el investigador se implique con ciertos organismos o instituciones,
buscando información antropológica que permita algún tipo de intervención en la
vida de la comunidad, por ejemplo, en cuanto a proyectos de desarrollo. Esto implica
sin embargo el riesgo de instrumentalizar políticamente la intervención del
antropólogo o de crear en las comunidades un grado de dependencia, en vez de
estimular iniciativas propias.
4
1.3 La etnografía.
5
para su investigación. Para ello, es imprescindible que el investigador posea ciertas
cualidades y la necesaria preparación para involucrarse con la comunidad que va a
estudiar, en otras palabras: “debe saber dónde y cuándo observar, con quién
conversar, así como qué información se debe registrar y cómo se debe hacer”
(Peralta, 2009, p. 38). Mucho depende de la actitud del investigador para no
provocar que las personas de la comunidad actúen de forma distinta y puedan
distorsionar los resultados de la investigación.
6
Temas y posibles preguntas
Tiempo antiguo.
• ¿Hay Chullpas en el ayllu y/o la comunidad?
• ¿En qué época, cuentan, que vivían las Chullpas del ayllu y/o la comunidad?
• ¿Qué cuentos del Ch’amak pacha o jintil timpu se sabe?
• ¿Hay ruinas en el ayllu y/o la comunidad? (Ejemplo, ruinas, restos de piedras
talladas, construcciones de templos, etc.).
Ritos y fiestas
• ¿Qué fiestas hay en el ayllu y/o la comunidad? ¿Cuándo se la baila y para qué?
• ¿Qué música y danza se baila? ¿Qué instrumentos se tocan? ¿Recuerdas
alguna letra de alguna canción? ¿En estos bailes qué tipo de vestimentas se
utiliza?
¿Quién hace las vestimentas?
• ¿En el ayllu y/o la comunidad celebran alguna waxt’a, wilañcha, phuqhañcha y
otras celebraciones rituales?
• ¿En el ayllu y/o la comunidad hay algún cerro (achachilas)? ¿De qué les protege
y cómo se relaciona con los comunarios?
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Tema 2: HISTORIA Y TENDENCIAS
Para empezar, hay que distinguir entre la etapa que algunos autores mencionan
como la prehistoria de la antropología u otros como Mercier llaman el período
exploratorio en la historia de esta ciencia, y la etapa de la antropología como tal,
que afirmó su autonomía a comienzos del siglo XX, con un aparato conceptual y
unos métodos científicos propios. El proceso de consolidación de la ciencia
antropológica había ya comenzado a mediados del siglo XIX, como un
acercamiento progresivo a las preguntas que el hombre puede plantearse sobre sí
mismo y sobre su diversidad: “La verdadera especialización comenzó a intervenir
hacia finales de este siglo, al término de los progresos realizados en la manera de
plantear los problemas y de recoger los hechos” (Mercier, 1974, p. 8).
8
el trabajo de algunos cronistas españoles de la época colonial como Bernardino de
Sahagún, Bernal Díaz del Castillo o José de Acosta, cuyos trabajos y métodos
pueden acercarse a los criterios de una antropología científica, es decir: “la
presencia de un marco teórico unificado acerca del hombre, su relación con la
naturaleza y su origen temporal” (Korsbaek, 2008, p. 192).
9
2.2 Tendencias contemporáneas en antropología.
10
Antropología Antropología Antropología
norteamericana británica francesa
Y un tercer criterio, que tiene que ver con la identificación de los polos teóricos
que, si bien pueden parecer excluyentes unos de otros, con frecuencia son de hecho
puntos de vista diferentes sobre la misma realidad. Laplantine menciona cinco polos
teóricos:
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3) La antropología cultural, que es mayormente empírica, se caracteriza
principalmente por examinar la continuidad o discontinuidad entre naturaleza
y cultura, por un lado, y entre distintas culturas, por otro.
4) La antropología estructural y sistémica, que engloba varias corrientes que
utilizan modelos psicoanalíticos, económicos o –en su mayoría- modelos
lingüísticos, matemáticos o cibernéticos.
5) La antropología dinámica, que está representada por corrientes de la
segunda mitad del siglo XX, su tema de estudio son las relaciones de poder,
en la dinámica y transformaciones de los sistemas sociales.
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La mayor parte de los trabajos antropológicos desarrollados con el
auspicio del posmodernismo (por lo menos en los Estados Unidos) son
trabajos de descontrucción, como veremos más adelante: lo que se
desconstruye es, en general, el marco global, la ciencia social
convencional, la antropología anterior al advenimiento del
posmodernismo. Toda una corriente de la antropología
contemporánea funda su aporte en una prolija desconstrucción de las
obras de otros antropólogos, a veces bajo el interés por los aspectos
literarios de la escritura etnográfica” (Reynoso en Geertz, 1998, p. 19).
Junto con estas tres corrientes puede mencionarse una cuarta que tiene un carácter
genérico, y consiste en aplicar los temas posmodernos generales a los temas
antropológicos.
13
LECTURA: EL INDIO AMERICANO EN TEXTOS DEL SIGLO XVIII
Lo que es aún peor, es que algunos teólogos del siglo XVI sostuvieron que los
americanos no eran hombres y no fue debido a la escasez de barba y desnudez de los
salvajes que adoptaron esta forma de pensar sino por los relatos que recibían acerca de
los antropófagos o caníbales. Todo esto se ve claramente en una carta de Lullus; los
indios occidentales, dice, solo tienen del animal pensante (hombre) lo exterior: saben
apenas hablar y no conocen ni el honor, ni el pudor, ni la probidad: no hay animal feraz,
tan feroz como ellos; se devoran entre ellos y destrozan a su enemigos succionando la
sangre y tienen siempre enemigos porque la guerra entre ellos es eterna; su venganza
no conoce límite: los españoles que les frecuentan, añade, se transforman casi sin
advertirlo en perversos, crueles y atroces como ellos, hecho que ocurre a fuerza del
ejemplo y del clima. Pero parece que el clima no influyó en todo esto porque ya hemos
visto que a la altura de la línea ecuatorial y en los países más fríos, más allá de los
cincuenta grados, se vio también a bárbaros comer a sus prisioneros y celebrar con
horribles canciones la memoria de sus ancestros que hacían lo mismo. Lullus y los
teólogos que aquí se mencionan, parecen ignorar que la antropofagia fue muy común
también entre los antiguos salvajes de nuestro continente; porque cuando las ciencias no
iluminan al hombre, cuando las leyes no detienen ni la mano ni el corazón, se cae en
estos excesos. Repetiremos al terminar este artículo que siempre será admirable que no
tuvieran todavía en 1492 ninguna idea de las ciencias de manera que el espíritu humano
se haya atrasado en este aspecto más de tres mil años. Ahora mismo no existe en el
nuevo mundo una población americana que sea libre y que quiera hacerse instruir en las
letras porque no se puede hablar de los indios de las misiones, ya que todo demuestra
que se los convirtió más bien en esclavos fanáticos que en hombres.
(Cornelius De Paw, en: De Paw, Robertson, Perletty, Brenna y Raynal, 1991, pp.29-30)
14
UNIDAD II
Tema 3: CULTURA
• En primer lugar, que se trata de una definición que trata de abarcar todos los
aspectos de lo que es cultura, tiene un carácter holístico.
• La definición abarca una gran cantidad de rasgos que, a primera vista,
pudieran parecer dispares y hasta heterogéneos. Por ello lo de “complejo”.
• Que se trata de características humanas aprendidas y transmitidas
socialmente, dejando de lado lo puramente biológico (naturaleza).
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• Que con dicha definición se abre la posibilidad real de una disciplina científica
que sea capaz de abarcar toda esa complejidad.
Anteriormente el término era utilizado para diferenciar a una persona “culta” (en
el sentido de cultivada, es decir, que tiene cultura) de “primitivo” (inculto, no
cultivado). Este uso surgió de una postura etnocéntrica propia de la modernidad
ilustrada europea, que consideraba la cultura occidental como el modelo
civilizatorio, con el cual debían contrastarse las demás culturas consideradas
inferiores o primitivas, en función muchas veces de criterios raciales o biológicos.
16
3.2 Teorías de la cultura.
Keesing considera que dichas teorías han surgido en torno a las siguientes
temáticas fundamentales:
Estas teorías han sido elaboradas desde una perspectiva evolucionista, donde
un estudio de la evolución del ser humano y la vida social, ha permitido establecer
que: “el diseño biológico humano no está terminado y a percibir que la forma de
completarlo y modificarlo a través del aprendizaje cultural hace viable la vida
humana en entornos ecológicos particulares” (Keesing en Velasco, 2010, p.16). De
acuerdo con ello, se defiende la tesis de que en términos evolutivos, los esquemas
biológicos son transformados y elaborados en pautas culturales, para adaptar la
vida humana en entornos ecológicos particulares.
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cultura de adaptación, son la tecnología, la economía de subsistencia y la
organización social, entre otras.
El uso de estos términos plantea ciertas dificultades que tienen que ver tanto con
el uso de los prefijos, como de la región en la que se usen.
18
categoría de toda sociedad democrática, como existencia de muchas culturas en un
territorio, defendiéndose el reconocimiento del otro y la igualdad” (Bernabé, 2012,
p. 69).
19
Tema 4: SOCIEDAD
Por esta cercanía evidente entre antropología y sociología, las fronteras entre
ambas ciencias suelen ser imprecisas: “El antropólogo se siente inducido a utilizar
los métodos cuantitativos de la sociología y el sociólogo recurre con frecuencia a los
métodos cualitativos apreciados por sus colegas antropólogos” (Augé y Colleyn,
2004, p.12). En ambos casos se trata de comprender el mundo social que
construyen los individuos. Además, la sociología ha vivido una renovación en el
aspecto metodológico al adoptar el método etnográfico. Cabe también mencionar
que en la actualidad tanto antropólogos como sociólogos están de acuerdo en que
el hecho social no es un objeto estable, sino que debe estudiarse como un conjunto
de procesos en constante cambio gracias a la acción humana.
En las ciencias sociales es común mencionar que “no hay sociedad sin
individuos, ni individuos sin sociedad”, de modo que queda afirmada la
interdependencia de ambas realidades. A partir de ello es posible determinar
algunas áreas de trabajo de la antropología enfocada en la sociedad.
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• Estructura y función:
La capacidad simbólica del ser humano le permite, entre otras cosas, organizar
su convivencia en formas sutiles y complejas. Una de esas formas de organización
es a través de la división del trabajo, de donde los antropólogos suelen diferenciar
sociedades de acuerdo con el criterio de complejidad en la división del trabajo, la
forma en la que se organizan grupos para ejecutar determinadas tareas y la
coordinación de las labores con otros grupos. Esta estructura determina a su vez
las funciones de sus miembros, establecidas por la costumbre o por algún tipo de
institución social.
• Instituciones.
De modo que las instituciones sociales vienen a ser los patrones de pensamiento
y acción que llegan a ser permanentes y autónomos y que en distinto grado llegan
controlar la vida del individuo en el grupo social. Una forma extrema de estas
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instituciones, por ejemplo, pueden ser el servicio militar, las prisiones, algunos cultos
religiosos, etc., que son organizaciones que virtualmente gobiernan todos los
aspectos de la vida de sus miembros. En ellas los individuos internalizan
determinadas formas de ser, de pensar y de sentir, siempre bajo el control de una
autoridad.
Desde finales del siglo XIX no sólo los antropólogos sino también sociólogos o
filósofos han intentado establecer diferencias entre sociedades “tradicionales” o
“primitivas” y “sociedades modernas”. Por ejemplo, se menciona que en las
sociedades tradicionales tiene más influencia el estatuto social de un individuo,
mientras que las sociedades modernas se caracterizan por la negociación; otros
autores distinguen entre “comunidad” (tradicional) y “sociedad” propiamente dicha
(moderna); otros como Morgan establecen como criterios de diferenciación los lazos
de sangre (tradicional) o la pertenencia a un mismo territorio (moderna). Para
Durkheim las sociedades tradicionales se caracterizan porque existe una cierta
homogeneidad entre sus miembros (uno puede verse a sí mismo reflejado en los
demás) mientras que en las sociedades existe una mayor especialización y cada
individuo depende a su vez de muchos otros). Weber, por su parte, ha establecido
un de las distinciones de mayor influencia dentro de las ciencias sociales, de
acuerdo con el criterio de racionalización: en las sociedades tradicionales los
individuos pueden desempeñar distintos roles sociales, mientras que las sociedades
modernas se distinguen por tener instituciones cada vez más “racionalizadas”, es
decir, organizadas de modo burocrático.
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En el siguiente cuadro se resumen algunos de estos criterios:
23
Tema 5: HISTORIA
24
originarios, con una legítima ambición de estudiar su propia historia, y con un fuerte
propósito de descolonización en varios niveles.
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En un intento por definir a la antropología histórica se afirma que:
Al respecto debemos hacer notar que aún se encuentra muy extendida la idea
de que hablar de etnias es hablar de sociedades humanas no occidentales, de algún
modo estáticas y con una organización social elemental y constante; otros autores,
en cambio, usan el término para referirse los pueblos originarios, aunque reconocen
su historicidad y diversidad; finalmente, hay quienes indican que lo étnico en una
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sociedad no señala una característica objetiva antropológica o histórica, sino que
expresa la auto identidad y la identidad del otro en un contexto particular de conflicto
social, donde la existencia de una etnia siempre implica la existencia de otra u otras
etnias.
Así, la antropología histórica permite abordar estos temas desde una mirada
antropológica más flexible, y al mismo tiempo más amplia en cuanto a la revisión de
la dimensión espacial y las temporalidades pasadas y presentes, tratando de
explicar la configuración de un pueblo con relación a la producción de los ejes
espacio y tiempo.
El uso versátil de las fuentes escritas y orales (en Bolivia, por ejemplo, el Taller
de Historia Oral Andina –THOA) ha enriquecido la investigación antropológica, pero
esta combinación de fuentes etnológicas e históricas debe trascender la cuestión
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del método hacia formulaciones teóricas más elaboradas, que analicen esas
tensiones y conflictos desde las propias visiones nativas, y sea la consideración de
las relaciones de poder entre los mismos grupos, la recuperación de las identidades
locales suprimidas, o los usos políticos del pasado para reivindicar acciones del
presente, temas que la antropología histórica ha procurado examinar.
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Tema 6: MEDIO AMBIENTE
De acuerdo con esto: “El medio ambiente se comporta como un referente que
abre las posibilidades de reflexionar sobre nuestro mundo; al tiempo que, por su
fisonomía polifacética es capaz de encapsular y simbolizar un déficit en aspectos
internos de nuestra práctica cultural” (Santamarina citada por Dichdji, 2017, pp.
283284).
29
socioambientales y, por consiguiente, al campo de la historia
ambiental (Dichdji, 2017, p. 284).
Por tanto, se ve que las culturas han desarrollado distintos modos para vincularse
con su medio natural, y aunque en sus inicios los estudios antropológicos mantenían
una división tajante entre naturaleza-cultura, considerando al mundo natural y social
como campos autónomos y separados, la etnografía de las sociedades no
occidentales permitió superar esa distinción en la actualidad.
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afirmar que los factores medioambientales determinan las manifestaciones
humanas sociales y culturales. Evidentemente, las raíces de este punto de vista se
hallan en el evolucionismo darwiniano, en el sentido de pensar que si el
medioambiente es determinante en la evolución biológica de los organismos,
también tiene que serlo en el desarrollo de la diversidad cultural.
Como reacción ante estas posturas surgió la opción planteada por Steward,
quien aceptaba que, en general, los rasgos culturales pueden evolucionar como
adaptaciones al entorno natural, aunque especificando que dentro de una
determinada cultura, existe un conjunto de rasgos que se hallan más directamente
influidos que otros por los factores medioambientales, a los que llamó “núcleo
31
cultural”; y asimismo, sostuvo que algunas condiciones medioambientales ejercen
mayor impacto que otras sobre las manifestaciones culturales:
32
6.3 Las perspectivas actuales de una antropología medioambiental.
33
Tema 7: IDEOLOGÍA
Puede decirse frente a esto que todo ser humano, en tanto posee una
comprensión de su entorno social, cultural y político, tiene una ideología.
En toda sociedad humana, junto con la cultura material existe una cultura
espiritual que se constituye por las expresiones psicológicas sociales y los hábitos
y actitudes culturales, por un lado, y la ideología, por otro. Los sentimientos sociales,
las inclinaciones, actitudes, concepciones, emociones, ilusiones, prejuicios,
34
tradiciones y costumbres que surgen en la vida social de las personas son
estudiados por las ciencias sociales en general, además de la antropología. El nivel
ideológico, en cambio, representa un nivel más elevado del conocimiento del ser
social, donde la antropología suele ocuparse de temas como la influencia ideológica
sobre las costumbres y la psicología de las clases sociales, sobre todo en
sociedades complejas.
De acuerdo con esto, se dice que toda ideología distorsiona la realidad que trata
de interpretar: así se trate de ideologías conservadoras o ideologías progresistas,
pueden acercarse más o menos a una visión realista y objetiva de la realidad,
aunque tal vez nunca completamente.
Desde el punto de vista antropológico, una ideología puede verse tanto desde
una perspectiva positiva, como desde una perspectiva negativa. Positiva en el
sentido de que, al reflejar una situación real, actúa como instrumento de cambio
para solucionar o mejorar las necesidades de la comunidad. Negativa porque, al
tratar de interpretar la realidad, se la puede distorsionar siguiendo los intereses del
propio grupo social. Por ejemplo, las ideologías indianistas que surgieron en algunas
regiones de Sudamérica, a la vez que tratan de comprender e interpretar la posición
de los seres humanos en el cosmos, en la naturaleza y en la sociedad, enfocada
35
como una visión de las propias comunidades indígenas; pretenden resolver, en su
beneficio, la propia cuestión indígena a partir de acciones políticas.
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La ideología colonialista en la antropología puede examinarse desde dos
aspectos: de un lado, su carácter de disciplina académica y científica; del otro, en
cuanto a su teoría y práctica. En tanto disciplina, la antropología puede entenderse
como una técnica de colonización de la realidad y sometimiento de la alteridad
cultural.
37
Estas prácticas definen también las condiciones de existencia (y transformación)
de la antropología como una disciplina académica particular. La colonialidad opera
en este plano mediante mecanismos institucionales que implican la hegemonización
de unas tradiciones en la reflexión y práctica de la antropología, al tiempo que
silencian otras. Es por estas razones que actualmente se presencia con fuerza un
giro descolonizador en la ciencia antropológica.
38
UNIDAD III
La ética, como disciplina filosófica, es una reflexión sobre los principios según
los cuales el hombre orienta sus acciones en sentido moral. Muchas veces el
término es utilizado indistintamente con el de ‘moral’, pero hay que distinguir que la
moral hace referencia más bien a un conjunto de normas que determinan la bondad
o maldad de los actos humanos.
39
cambio, no parecía nada claro el aporte que las investigaciones antropológicas
podían ofrecer a la ética. Los debates entre filósofos y antropólogos se centraron en
torno al concepto de relativismo cultural, que en gran medida podía considerarse
una versión del relativismo moral, en el sentido de que es difícil, cuando no
imposible, identificar principios morales universales, con alcance a todas las
sociedades, ya que en cada caso los criterios y las acciones dependen siempre de
cada entorno cultural. De este modo se sostuvo que las diferencias morales entre
sociedades eran reales e insuperables y cualquier intento de superarlas podía
considerarse como un intento etnocéntrico. Ante esta postura, otro grupo de
antropólogos empezó a defender una suerte de relativismo moderado, asumiendo
que si bien las diferencias entre culturas son reales, puede haber un denominador
común, y semejanzas porque se trata de respuestas distintas a las mismas
necesidades humanas. Finalmente, otro grupo de antropólogos y filósofos se
empeñaban por encontrar criterios universales: las sociedades humanas, por más
distintas que sean, comparten algunas instituciones y valores humanos comunes.
En las últimas décadas surgió otra postura, sugiriendo que la etnografía debe ser
usada como una herramienta para la reflexión crítica y la liberación humana, dado
que la ética hace posible la cultura: “Según esta perspectiva ‘posmoderna’, la
antropología debe orientar una mirada ética y una intervención crítica en relación
con las instituciones sociales y las prácticas, a riesgo de debilitarse y volverse inútil
(Jakorzynski y Sánchez, 2013, p. 12).
40
un sistema conceptual de aceptación universal, sus explicaciones no son
susceptibles de verificarse y controlarse experimentalmente como ocurre con las
ciencias naturales:
41
incremente los problemas humanos, tanto al realizar el trabajo de campo y
recolectar datos, como al publicar los resultados de un investigación.
Los siguientes casos han sido tomados, con ligeras modificaciones, de: Sue Ellen
Jacobs, Handbook on ethical issues in anthropology, Capítulo 3.
Una antropóloga recibió una beca estatal para realizar una investigación en la
zona del trópico. Como parte de su equipaje ella llevó consigo una considerable
cantidad de medicamentos que su médico le había recetado para uso personal, ya
que los lugares donde iba a hacer su trabajo de campo eran endémicos de malaria.
Una vez llegada a la población, la antropóloga pudo darse cuenta que muchos de
los pobladores se hallaban seriamente enfermos con malaria.
Ya que ella contaba con bastantes medicamentos, más de los suficientes para
su uso personal, ¿debería distribuirlos entre los habitantes enfermos?
Un antropólogo fue contratado por una agencia gubernamental para realizar una
investigación sobre los posibles impactos de un proyecto de industrialización en el
hábitat de una tribu selvática. El contrato no mencionaba nada sobre quién iba a ser
propietario de los datos obtenidos. El antropólogo realizó su trabajo de campo de
modo profesional, realizando entrevistas personales con los habitantes de la tribu y
tomando unas 1000 fotografías. El trabajo le tomó un año, y la agencia le pagó el
75% de sus honorarios antes de que realice el trabajo.
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El dilema del antropólogo: ¿Debería él entregar todo el material obtenido,
incluidas las entrevistas, las fotografías y el diario de campo que contenía mucha
información personal?, ¿debería entregar solamente una parte de los datos, y
guardar otra para sí? o ¿debería negarse a entregar los resultados de su trabajo?
Ella sabía que la Policía le iba a interrogar, por tanto consideró dos opciones: a)
Arrancar y destruir las páginas de su cuaderno en las que había escrito la relación
del suceso, b) Mentir a los policías indicando que ella no había visto nada aquella
noche.
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La antropóloga decidió conservar su cuaderno de notas pero ocultarlo en su
habitación, arriesgándose a que la Policía hiciera un registro de sus pertenencias;
al interrogatorio respondió que no sabía absolutamente nada de lo que había
pasado aquella noche. La Policía creyó su versión: ¿Es éticamente justificable lo
que hizo la antropóloga?
44
una mención especial de las personas que colaboraron de manera más activa
durante los 3 años que duró la investigación.
45
Tema 9: DESCOLONIZAR LA ANTROPOLOGÍA
Esto obliga también a una reconsideración del rol de la ciencia antropológica, sus
modelos teóricos y metodológicos, ya que gran parte de su labor se enfoca en el
trabajo de campo con aquellos pueblos y culturas que han sido –y son- objeto de
dominación colonialista.
46
9.2 El carácter colonialista de la antropología.
47
Una visión hegemónica del lugar es la adoptada por las teorías
clásicas que fortalecen la visión de mundo eurocéntrica, según la cual
los europeos y sus descendientes culturales son los únicos capaces
de ver a otras culturas como objetos de estudio. Paradójicamente,
todas las corrientes, sean el evolucionismo, el culturalismo, el
estructuralismo o el posestructuralismo, han partido del principio del
reconocimiento de la complejidad en la diferencia cultural (Tiapa,
2008, p. 18).
Uno de los conceptos que, en apariencia, sirven para superar esta relación
hegemónica es el de ‘sincretismo’, usado también en el ámbito de la antropología.
Pero, como hace notar Francisco Tiapa, el sincretismo:
48
9.3 Los desafíos.
49
mestizas para reproducir la relación hegémonica con relación a las identidades
occidentales. Intentos así están condenados al fracaso. En su lugar debe postularse
más bien el reconocimiento del carácter parcial, histórico y heterogéneo de todas
las identidades.
50
Tema 10: ANTROPOLOGÍA Y COMPLEJIDAD
El pensamiento complejo es, por tanto, una estrategia de pensamiento que trata
de abarcar los fenómenos de la realidad, reconociendo su carácter complejo y la
especificidad de sus partes. Entonces, el pensamiento complejo es una herramienta
que nos permite reflexionar sobre un amplio número de cuestiones, por ejemplo, la
vida, los problemas sociales, el futuro de la especie humana, la educación, las
relaciones interpersonales, etc. Por esta razón, y por asumir diversos enfoques,
modos de conocimiento y de expresión, abre un horizonte de posibilidades de
relación con el mundo.
51
El paradigma del pensamiento complejo se opone al llamado por Morin
‘paradigma de la simplicidad’, propio del pensamiento moderno, de carácter
reduccionista y simplificador. El pensamiento complejo, por el contrario,
multicultural, diverso, dinámico e implicado.
Entre las características más importantes del pensamiento complejo, tal como
son identificadas por Morin, podemos mencionar:
52
En cuanto a la adopción del paradigma de la complejidad en la investigación
antropológica, pueden mencionarse dos posturas (Gonzáles, 2007):
53
el sistema genético
el sistema sociocultural
el sistema cerebral
y el ecosistema
El antropólogo Pedro Gómez llama a la realidad del sistema humano, que incluye
la interacción individuo/sociedad, biología/cultura, innato/aprendido, etc., “sistema
ántropo”, y lo ilustra de la siguiente manera:
54
Una antropología compleja parte, entonces, de considerar una triple naturaleza
humana:
55
Tema 11: EL RACISMO: UNA MIRADA ANTROPOLÓGICA
Thomas Barfield hace enfásis en el carácter polisémico del término, que ha sido
definido como: prejuicio, creencia, ideología, doctrina, teoría, convicción emocional,
etc.
No hay, por tanto, un sentido único en el cual puede usarse el término racismo,
ya que puede ser entendido bien como una idea o conjunto de ideas que despiertan
56
la adhesión sin una previa consideración crítica, o como un tipo de teoría que trata
de fundamentarse en alguna clase de principios científicos, o como el resultado de
una reacción emocional. Sea cual fuere el caso, es innegable que el racismo, como
fenómeno, depende de las condiciones históricas y sociales para manifestarse de
distintas maneras, y que sus efectos pueden verse reflejados en ámbitos como la
cultura, la política o la economía; además de ser un tema actualmente estudiado
desde diversas disciplinas. Por ejemplo, para el psicoanálisis:
57
Esta postura se nutre de las fantasías literarias sobre el ‘buen salvaje’ que
empezaron a proliferar desde el siglo XVI. Así, de la misma forma que se habían
redactado todo tipo de escritos resaltando los aspectos más incivilizados y bestiales
de los ‘otros’, podía también hallarse relaciones que elogiaban a los indígenas por
algunas cualidades que, supuestamente, exhibían: relaciones sociales pacíficas,
homogeneidad interna, resistencia al cambio, heroicidad de pensamiento y acción,
etc., cuando no se hablaba de su primitiva inocencia y carácter virtuoso.
58
esas ficciones de pureza cultural y esas posturas de racismo elegante que
distorsionan la verdadera realidad social y cultural del ser humano.
Hay que reconocer que la antropología, en comparación con otras ciencias afines
como la sociología, ha hecho pocos aportes al debate sobre el racismo,
probablemente por el escrúpulo histórico de haber sido una ciencia que en sus
orígenes contribuyó a una especie de racismo científico y visión racista del mundo.
Otro aspecto es que los antropólogos no siempre están de acuerdo en los roles
jugados por la raza y el racismo en la disciplina o en la sociedad en su conjunto.
Aunque puede afirmarse con certeza que en la antropología contemporánea se ha
excluido la concepción biológica de raza, fundamento del racismo, aún se realizan
estudios sobre la variación humana que se apoyan en datos físicos.
Aunque estos estudios proveen una base para entender cómo variables
complejas de desigualdad interactúan en instancias, tiempos y lugares
particulares, aún permanece el desafío de construir trabajos etnográficos
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para avanzar más allá de la comprensión de estas formas de desigualdad
meramente como variables o identidades que se interpolan, y desarrollar
nuevos enfoques teóricos en torno a cómo éstas logran intersectarse y
articularse (Mullings, 2005, pp. 354-355).
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Tema 12: EL TEMA DE LA RAZA EN EL PENSAMIENTO BOLIVIANO
Este tipo de temas, como hace notar el sociólogo Juan Albarracín Millán, deben
buscarse en el desarrollo del pensamiento social contemporáneo en nuestro país.
El antecedente más próximo de este tipo de investigaciones puede ubicarse a
mediados del siglo XIX con el trabajo del naturalista francés Alcides D’Orbigny. En
principio, este sabio había llegado a Bolivia por encargo de la Sociedad de Historia
Natural de París, para desarrollar investigaciones en el área de las ciencias
naturales, sin embargo:
En los inicios del debate sobre el tema de la raza, tuvo mucho que ver la creación
de la Sociedad Geográfica de La Paz, a fines del siglo XIX. Esta asociación seguía
de cerca las directrices del evolucionismo inglés, más que la ideología positivista de
Comte ya que, en ese momento de nuestra historia existía un mayor campo de
fecundación para el éxito del racismo. En efecto, era evidente una mayor inclinación
ideológica hacia: “las tendencias anti-indias que se manifestaban fuertes entre los
grupos de poder del gobierno liberal, preocupados seriamente ante el constante
crecimiento del pueblo aymara-quechua dentro de la sociedad liberal reducida a las
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pequeñas ciudades” (Albarracín, 1976, p. 32). Los principios del evolucionismo,
aplicados al estudio de la sociedad y de la cultura, desembocaban en una
legitimación de las tesis raciales y de la necesidad de eliminación de los pueblos
indios como una condición para el progreso de la nación.
Alcides Arguedas irrumpió en el debate con las tesis de su obra Pueblo enfermo
de 1909. El análisis psicosocial que el autor presenta sobre las razas bolivianas
muestra la siguiente clasificación:
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Arguedas consideraba que el problema capital en Bolivia era el problema étnico,
ante lo cual propuso algunas “terapias” de índole moral y pedagógico, expuestas de
modo muy general y sin un suficiente sustento científico o filosófico: “Arguedas
atenúa la lucha de razas hasta niveles psicológicos que desembocan en un llano
culturalismo: educar al indio” (Albarracín, 1978, p. 171), aunque también mostrando
su inclinación a las políticas de inmigración masiva de europeos, como muchos
autores de la época.
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y adoptando posturas ideológicas más que científicas, o enunciados filosóficos
foráneos.
Como afirma René Zavaleta, fue en las trincheras del Chaco cuando se formó
realmente la conciencia nacional del boliviano. Entre la etapa de la posguerra del
Chaco, y la Revolución del 52 se fueron gestando las fuerzas sociales y políticas del
mestizaje en nuestro país. En contraposición con las ideas civilizatorias que aún los
gobiernos civiles del orden oligárquico-liberal mantenían, en el sentido de erradicar
la barbarie de las culturas locales, en la posguerra del Chaco empezaron a formarse
ideologías de corte nacionalista y popular. La intelectualidad boliviana elaboraba un
discurso que postulaba el blanqueamiento del indio y su incorporación a un proyecto
de mestizaje nacional.
Entre los cambios más importantes que esta revolución posibilitó, en lo político,
fue la refundación de un Estado-nación, mestizo y homogéneo; en lo social, la
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inclusión como ‘ciudadanos’ a sectores que históricamente eran excluidos, como el
sector indígena; y en lo cultural, aunque se usó el término “campesinos” como un
término uniforme para referirse a los indígenas, no hubo en reconocimiento de sus
identidades culturales, manteniéndose así una política de discriminación. Detrás de
un discurso de civilización y progreso, se acallaron las reivindicaciones culturales y
organizativas de los pueblos indígenas,
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Tema 13: DIVERSIDAD ÉTNICA Y COMPLEJIDAD SOCIOCULTURAL
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En el ámbito político las leyes de Participación Popular y de Descentralización
permitieron abrir espacios para el reconocimiento del carácter diverso de la sociedad
boliviana, de modo que la estructura estatal boliviana se iba haciendo más plural y
promoviendo discursos de reconocimiento e inclusión tanto de lo indígena como de
lo regional.
El sujeto de estas reformas políticas y legales son los pueblos indígena, originario
campesinos, con lo cual se reabre el debate sobre las relaciones entre las
identidades étnicas y la pertenencia a la comunidad política y cultural de la nación
boliviana.
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entre grupos étnicos, que puede traducirse en una inestabilidad de la democracia o
incluso en crisis, conflicto y violencia.
Las bases ideológicas del Estado Plurinacional, elaboradas entre otros por
Álvaro García Linera, sugerían que las élites políticas de la República habían sido
incapaces de construir la nacionalidad boliviana al poner en práctica proyectos
excluyentes y racializados. El papel protagónico en la construcción del proyecto de
Estado Plurinacional, estaría a cargo de los movimientos indianistas y kataristas, los
sectores indígenas, campesinos, vecinales, obreros y populares, organizados en los
llamados “Movimientos sociales”. En síntesis: “la indianización de la propia identidad
boliviana” (Moreno, Vargas y Osorio, 2014, p. 22).
Sin embargo, existe otro aspecto además del político: el componente étnico
cultural. Para algunos autores no bastaría el sentimiento de pertenencia a una
comunidad política, sino que debería existir también la convicción de ser miembro
de una comunidad culturalmente homogénea. En el caso boliviano, es claro, no
existe una articulación entre ambos planos, por lo cual se puede afirmar que los
problemas para establecer un proyecto unitario de nación tienen, entre otros,
motivos de orden étnico. En los inicios, como se vio, la élite dominante criollomestiza
trató de imponer sus ideas, creencias y valores, esto genera exclusión en términos
culturales (de los grupos que no se asimilan a ese modelo) o también en términos
regionales (de las comunidades alejadas de los centros políticos y económicos).
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Para resolver esta condición de desigualdad como ´pecado original´ de la
nación boliviana, el Estado Plurinacional propone un modelo de nación que
no pasa por la homogeneidad en términos culturales, sino que busca
consolidar la dimensión política de la nación (pertenencia a la comunidad
política nacional), reconociendo las particularidades de las distintas
colectividades culturales existentes en el país (Moreno, Vargas y Osorio,
2014, p. 26).
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(Fuente: Moreno, Vargas y Osorio, 2014)
70
(Fuente: Moreno, Vargas y Osorio, 2014)
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(Fuente: Moreno, Vargas y Osorio, 2014)
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS