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La manifestación de lo artístico y lo divino

Bachiller: Anthony Rondón.

Cédula: 28.237.694

Señala Miguel Morey que la costumbre conduce a un tipo de lectura que se


conforma con las primeras impresiones, esta lleva a fijar la atención en la mera
superficialidad ignorando el cuestionamiento al que puede conducir la lectura filosófica que
permite la duda y profundiza en los principios de los textos. Así, preguntas como el porqué
de las cosas deriva de estos cuestionamientos. Con esta idea y reflexionando sobre la mítica
frase nietzscheana “la vida sin música sería un error”, Morey trata de conceder un tipo de
lectura a los textos de Nietzsche y en su explicación brinda un ejemplo que merece ser
estudiado, en él destaca las figuras de Chladni a las que llama: simbolización acústica.
Trata de vincular el experimento con las pinturas paleolíticas y las máscaras dionisiacas del
teatro griego. Después de remontarse a los principios divinos de la música cae en la
conclusión de que las tres representaciones son manifestaciones de la divinidad y finaliza
argumentando que las tres son producto de la necesidad del ser humano por representar
aquello que no ve pero logra sentir.1

Se puede decir que Morey haya una posible respuesta a su pregunta inicial, ¿por qué
la vida sin música sería un error? Pero la respuesta no la limita a las meras conclusiones
emotivas, se sumerge en los principios místicos de la música y de ellos extrae las primeras
teorías del arte, concluirá entonces que sin música la vida sería un error porque sin ella se
carecería de los mitos base en que se cimienta la sociedad. 2

La conclusión de Morey parte de su lectura filosófica que sostiene sobre el


cuestionamiento y la búsqueda de un significado más allá de la sombra de lo superficial.
Este modo de lectura puede ser aplicado a la idea de la expresión del artista en su obra.
Piénsese en el fotógrafo, pintor, poeta o cineasta, todos buscan comunicar sus emociones,
1
Morey, Miguel. Prólogo de Filosofía de la escucha. El concepto de música en el pensamiento de Friedrich
Nietzsche. España, Crítica. 2005.
2
Ibidem.
pensamientos y protestas a través del arte. El resultado es la manifestación de sus ideas en
la obra, con ella logran expresarse y crean un lenguaje que permite vincularse con los
espectadores. Puede decirse que el artista se manifiesta en la obra.

Ahora bien, tomando como base lo sostenido por Morey, se estudiará la idea
expuesta desde sus principios, se iniciará entonces desde las pinturas paleolíticas que
testimonian las cuevas. Partiendo de las ideas chamánicas estas pinturas dan huella de la
necesidad del hombre por plasmar lo divino. Las cuevas eran lugares que unían al hombre
primitivo con el mundo sobrenatural y a través del trance éste lograba comunicarse con las
entidades del universo mítico e intentaba plasmarlo en sus pinturas. Dicho de otro modo,
las pinturas paleolíticas son la manifestación de las divinidades primigenias que
comenzaban a dominar el imaginario humano. Walter Otto estudia esta noción bajo la idea
de los conceptos muertos que toman vida cuando cobran importancia dentro de un grupo
social que comienza a creer en ellos, formándose de este modo las divinidades. Estas
concepciones son producto de la falta de un sentido a los fenómenos naturales, de esta
manera toman forma dioses que controlan la lluvia, la cosecha o el sol. 3

No obstante cabría preguntarse por qué en estas pinturas no se encuentran


representaciones de dioses propiamente como se harían siglos después. A esta interrogante
Otto aclara que existe entre los primitivos la mentalidad mágica. “Existe una actitud
espiritual que puede calificarse de mágica. Extrae sus fuerzas de cierta interioridad y es
consciente de poder suscitar efectos sorprendentes en hombres y cosas mediante una
misteriosa concentración de todas sus fuerzas del alma”. 4

Esta mentalidad regía el pensamiento de los paleolíticos y posiblemente es el


motivo por el que se carecen de representaciones divinas, pues no tenían forma porque
apenas estaban tomando vida en el imaginario colectivo que pasaría a transformase en el
mito, donde se les concedería figuración porque serían el objeto del culto. “La magia
depende del informe reino de las profundidades del alma, de un mundo infinito poblado de
fuerzas misteriosas, mientras que el culto y el mito están llamados a servir al Ser sustancial
de la tierra y las estrellas”. 5
3
Otto, Walter. Dioniso, Mito y Culto. España, Ediciones Siruela. 2001.
4
Ibid, p.33.
5
Id.
El mito y el culto serían la base de la muy conocida sociedad griega, pero esto sería
a partir del siglo VIII, pues anterior a este periodo los griegos eran dominados por
relaciones primitivas, o en palabras de Otto, por el pensamiento mágico. Parece que este
cambio social fue producto de la expansión territorial, pues la dominación del Mediterráneo
permitió a los griegos dejar de ser un pueblo a orillas del mar y convertirse en navegantes
poseedores de una economía marítima, debido a esto las exportaciones fueron demandadas
por los territorios conquistados y sus habitantes se enriquecieron de conocimientos
aprendidos por nuevas culturas. Posiblemente al cambio económico y social siguió la
transformación del pensamiento, nacieron ideas más realistas y atentas al presente, lo
sobrenatural quedó subyugado por las explicaciones racionales que iban surgiendo a lo
natural. De esta manera fue tomando fuerzas el panteón griego con dioses humanos en un
mundo ordenado.

Sin embargo al pensamiento cósmico que nacía con los dioses del Olimpo se oponía
otra creencia con rasgos distintos y poseedora de las tradiciones de la religión primitiva,
esta tendría como principal manifestación a la figura de Dioniso que se construía sobre lo
oculto y la mística. Afirma Tatarkiewicz que surgieron dos corrientes de pensamiento, una
dominada por la razón, el orden y la naturalidad, y la otra que arropaba el misterio. 6

En este punto es importante señalar que antes de que acaeciera la revolución


económica de los griegos, el arte podía considerarse dividido en dos corrientes, por un lado
el constructivo, caracterizado por la arquitectura, la pintura y la escultura, esta corriente
encontró su mayor fuerza con la transformación del pensamiento, pues la nueva religión se
vio reflejada en la simetría y proporción que tenían las construcciones de los templo y en la
naturalidad que alcanzaban las esculturas que manifestaban a los dieses. Por otra parte
estaba el expresivo donde se encontraba la danza, la música y el canto. Esta corriente tuvo
su forma más importante en la Triunica Choreia 7, una especie de danza en la que se
exteriorizaban los sentimientos, con ella nace la primera teoría del arte, la catarsis.
Retomando la pregunta de Morey a la idea de Nietzsche ¿por qué la vida sin música sería

6
Tatarkiewicz, Wladyslaw. Historia de la estética, tomo I. España, Akal. 1991.
7
Triunica Choreia: Era un arte formado por la danza, el canto y la música. Se distinguía por su carácter
expresivo.
un error?, nos encontramos con que ésta pertenecía a ese conjunto de arte caracterizado
como expresivo, de donde surgieron las primeras ideas y teorías sobre el arte.

Expuestas estas ideas sería fácil entender dos formas por las que se puede llegar al
conocimiento del mundo. Por un lado se tendría la visionaria, que domina la prehistoria y
las religiones primitivas, y por otro lado el conocimiento racional que se haya con los
griegos y su pensamiento naturalista y ordenado. Estas formas de conocimiento se pueden
caracterizar con las corrientes de arte ya mencionadas, la primera se podría vincular con el
arte expresivo y la segunda con el constructivo. Sin embargo ambas formas tenían como
base la manifestación de las divinidades. Para aclarar esta idea se atenderá al principio de la
Triunica Choreia, esta estaba vinculada con el culto a Dioniso a quién se le ofrecía como en
una especie de ofrenda. Es característico que con esta forma de arte de exteriorizaban los
sentimientos no obstante, y debido a su vinculación con los cultos dionisiacos, podía existir
una estrecha relación entre la catarsis y el dios, pues este aunque no se manifestaba de
forma física sí lo hacía a través de la liberación de las emociones y el reposa de las almas,
pues quizás era Dioniso quien podía hacer posible la catarsis en la Triunica Choreia cuando
se le otorgaba como ofrenda.

Walter Otto argumenta que el mito y el culto son las bases de la sociedad y todo lo
que se realice a partir de ello se puede considerar como la manifestación de la divinidad.
Este argumento se puede aplicar al conocimiento racional en relación al arte constructivo,
pues los templos y las esculturas que representan de forma tan naturalizada a las
divinidades son muestra de la manifestación de los dioses que controlaban la cosmogonía
clásica. Se tiene entonces que ambas corrientes buscaban de forma directa o indirecta la
representación de lo divino. Se puede hablar de un culto en el arte como lenguaje y forma
de comunicación con los dioses. Al principio tenemos las pinturas en las cuevas, que no
retrataban más allá que la idea abstracta de la divinidad, y posteriormente se encuentran los
griegos con sus representaciones tan realistas, todo ello en virtud de plasmar la idea de lo
divino e inmaterial.

En este punto se retomará nuevamente la idea del artista manifestado en su obra.


Quizás hubo un punto en la historia, al igual que aconteció con la transformación del
pensamiento griego, en que la divinidad dejó de ser el centro del arte. Se suele suponer que
este punto llega con el Renacimiento, pero sea como fuere, actualmente la idea del artista es
aquella que se plasma en las obras y es él quién se manifiesta con ella. Pero llevando esta
noción a la mera abstracción se tendría que la idea del artista, invisible e inmaterial, se
plasma en la obra como se hacía con la idea de lo divino. Ha habido una transformación
donde la divinidad se ha convertido en artista, o en su idea, pero ambas buscan ser
materializadas a través de la representación. Se trata, hoy como en el principio de la
humanidad, de dar forma a lo abstracto e informe que reposa en la fantasía.

Bibliografía

Otto, W. (2001). Dioniso, mito y culto. España: Siruela.

Sentelles, D. P. (2005). Filosofía de la escucha, el concepto de música en el pensamiento


de Friedrich Nietzsche. España: Crítica.

Tatarkiewicz, W. (1991). Historia de la estética. España: Akal.

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