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TRAUMA
Hay 3 prioridades al llegar:

1. La principal prioridad es la evaluación de la escena: establecer si es segura.


2. Luego se evalúa a los pacientes de forma individual, incluye una forma de triage inicial abreviada para que los
pacientes más graves sean valorados primeros:
I. Condiciones que pueden producir la perdida de la vida
II. Condiciones que pueden producir la pérdida de un miembro
III. Resto de condiciones que no ponen en riesgo la vida ni un miembro
3. Si la escena incluye a muchos pacientes se clasifica como incidente con múltiples víctimas, donde la prioridad se
desvía a salva al máximo número de pacientes.

EVALUACION DE LA ESCENA
Cuenta de 2 componentes principales:

• Seguridad: la primera consideración es la seguridad del personal médico y de rescate y del paciente, ya que en
caso de encontrarse en una situación peligrosa deben moverse a un área segura. Las condiciones de amenaza
incluyen fuego, líneas electicas caídas, explosivos, materiales peligrosos, tráfico, inundación, armas y
condiciones ambientales.
• Situación: la valoración de la situación va después de la valoración de la seguridad. Se evalúa que pasó, por que se
solicitó ayuda, el mecanismo de lesión, cantidad de personas involucradas, si se necesitan más recursos.

TRIAGE
Triage, que significa clasificar, es un proceso que se usa para asignar la prioridad de tratamiento y transporte. Se usa en 2
diferentes contextos:

 Existen suficientes recursos: los pacientes más graves son tratados y transportados primero, y luego aquellos
con las lesiones menos graves
 El número de pacientes excede la capacidad inmediata de los recursos en una escena: se asegura la
supervivencia del mayor número de pacientes

El esquema de clasificación más usado divide a los pacientes en 5 categorías basadas en la necesidad de atención y la
probabilidad de supervivencia llamado SALT, que inicia pidiendo a los pacientes que caminen o sigan indicaciones,
aquellos que no responden son valorados y clasificados en:

1. Inmediata: pacientes con lesiones criticas pero que requieren sólo una cantidad mínima de tiempo o equipo
para ser manejados y que tienen un buen pronóstico de supervivencia (rojo).
2. Retrasado: pacientes con lesiones serias pero que no requieren un manejo inmediato para salvar su vida
(amarillo).
3. Menor: pacientes que presentan lesiones menores que pueden esperar o pueden ayudar a otros pacientes
(verde).
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4. Expectante: pacientes cuyas lesiones son tan graves que tienen solo una probabilidad mínima de sobrevivir
(gris).
5. Muerto: pacientes no reactivos, sin pulso y sin respiración (negro).

El esquema de triage START usa solo 4 categorías y se utiliza la mnemotecnia “30-2-puede”, donde 30 se refiere a la
frecuencia respiratoria por minuto, 2 al tiempo de llenado capilar y el “puede hacer” se refiere a la capacidad de seguir
indicaciones.

Este proceso de triage se diseñó para identificar de manera fácil y rápida a los pacientes con lesiones críticas.

1. Menor: se refiere a la persona que pueda caminar y seguir indicaciones de forma coordinada y coherente, con
menos de 30 respiraciones por minuto y un llenado capilar menor de 2 segundos.
2. Demorado/retrasado: aplica para las víctimas que cumplen las condiciones de la mnemotecnia pero que no
pueden caminar.
3. Inmediato: victimas que presenten una frecuencia respiratoria mayor de 30 y un llenado capilar lento, pueden
estar inconscientes o conscientes con un grado de incoherencia. A estos pacientes se les revisa la vía área, si
respira se clasifica como inmediato.
4. Muerto: si la victima después de abrirle la boca no respira y no se mueve, se clasifica como muerto.

EVALUACION DEL PACIENTE


La primera meta de la valoración es determinar la condición actual del paciente. Se toma una visión global del estado y se
establecen los valores de los sistemas respiratorio, circulatorio y neurológico.

Las condiciones que ponen en riesgo la vida se valoran con rapidez y se inician las intervenciones urgentes.

Los pacientes críticos solo son estabilizados para ser transportados, a menos que existan complicaciones que impidan una
transportación temprana.

Una vez al lado del paciente se le pregunta “¿Qué le ocurrió? Si el paciente responde con una explicación coherente se
puede concluir que tiene una vía aérea abierta, suficiente ventilación para soportar el habla, aporte adecuado de sangre al
cerebro y un funcionamiento neurológico razonable, probablemente no hay amenazas inmediatas a la vida del individuo.

Si es incapaz de responder se inicia una revisión primaria detallada para identificar los problemas que ponen en riesgo la
vida.

Una revisión rápida del pulso radial permite evaluar la presencia, calidad y frecuencia de la actividad circulatoria,
simultáneamente se puede sentir la temperatura y humedad de la piel, mientras nota el color de la piel y el llenado
capilar. Se hacen más preguntas para valorar la permeabilidad de la vía área mientras se observa la función respiratoria, y
según lo apropiado de las respuestas verbales se valora el nivel de alerta y el estado mental. Después se da un vistazo
rápido al paciente de pies a cabeza buscando signos de hemorragia.

Esta impresión general ayuda a determinar las prioridades, categorizar las gravedades e identificar que lesión requiere ser
manejada primero.

Una vez se obtiene la impresión general, se realiza la revisión primaria que consta de 5 pasos en orden de prioridad:

A. Manejo de la vía aérea y estabilización de la columna cervical


B. Respiración
C. Circulación y sangrado
D. Incapacidad
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E. Exposición/ambiente

A: MANEJO DE LA VÍA AÉREA Y ESTABILIZACIÓN DE LA COLUMNA CERVICAL


• Vía aérea

Se revisa rápidamente para asegurar su permeabilidad (abierta y libre) y que no existe peligro de obstrucción. Si la vía
está comprometida, tendrá que ser abierta con métodos manuales (elevación del mentón o tracción mandibular) y
extraer cuerpos extraños si es necesario.

Los pacientes que hacen ruido al respirar casi siempre tienen obstrucción de la vía. Los sonidos de gorgoteo indican
acumulación de líquido en la vía. Una sibilancia en la inspiración indica presencia de un cuerpo extraño u otra
obstrucción de la vía.

• Estabilización de la columna

Todo paciente traumatizado con un mecanismo de lesión importante se debe sospechar una lesión de la columna hasta
que se haya descartado concluyentemente. Un movimiento excesivo puede producir o agravar una lesión de la
columna.

Se debe asegurar que el cuello del paciente se mantiene manualmente en posición neutral durante la apertura de la vía
aérea y el cuerpo entero del paciente debe estar alineado y asegurado.

B: RESPIRACIÓN
Una vez que la vía aérea del paciente está abierta se puede evaluar la calidad y cantidad de la respiración del paciente.

Si el paciente no está respirando se inician ventilaciones de asistencia con oxígeno complementario.

Si el paciente respira se debe determinar si es adecuada la frecuencia y profundidad respiratoria.

La frecuencia ventilatoria se puede dividir en los siguientes niveles:

1. Apneíta: el paciente no está ventilando.


2. Lenta: puede indicar isquemia (aporte reducido de oxígeno) cerebral. Si es menor de 12 respiraciones/minuto
(bradipnea), usualmente es necesario asistir. El apoyo ventilatorio debe incluir oxígeno suplementario.
3. Normal: si es entre 12 y 20 respiraciones/minuto (apnea, una frecuencia normal para un adulto).
4. Rápida: si es entre 20 y 30 respiraciones/minuto (taquipnea), el paciente debe ser observado de manera
estrecha para ver si éste está mejorando o empeorando. Una frecuencia rápida indica que no está llegando
suficiente oxígeno a los tejidos del cuerpo. Una frecuencia ventilatoria aumentada puede indicar que necesita una
mejor perfusión u oxigenación.
5. Anormalmente rápida: mayor de 30 respiraciones/minuto (taquipnea grave) suele indicar hipoxia,
metabolismo anaerobio o ambos, con aumento del ácido. Se debe proporcionar una ventilación con oxígeno de
inmediato con una bolsa. Debe iniciarse la búsqueda de la causa de la frecuencia ventilatoria tan rápida.

C: CIRCULACION (HEMORRAGIA Y PERFUSION)


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Hemorragia

El siguiente paso es la valoración de un posible sangrado interno o externo y compromiso o falla del sistema
circulatorio. Se deben identificar y controlar las hemorragias externas y hay 3 tipos de estas:

• Sangrado capilar: causado por abrasiones que han abierto los capilares debajo de la piel. En general se
reducen o detienen por si solos.
• Sangrado venoso: se suele controlar con una pequeña cantidad de presión directa. En general no pone en
riesgo la vida a menos que la lesión sea grave o no se controle la pérdida de sangre.
• Sangrado arterial: producido por una lesión que ha lacerado una arteria. Es la más difícil de controlar y se
caracteriza por la salida de chorros de sangre roja brillante. Puede poner en riesgo la vida.

El control de la hemorragia inicia en la revisión primaria y se mantiene durante todo el transporte, y se puede
controlar de 2 formas:

1. Presión directa: se aplica presión sobre el sitio de sangrado con gasas o compresas.
2. Torniquetes: es la técnica de último recurso, son muy efectivos para controlar una hemorragia grave y se
usan en caso de que la presión directa o un vendaje compresivo no logren controlar la hemorragia en una
extremidad

La mayoría de las hemorragias internas no son controlables fuera del hospital. El tratamiento es llevar con
rapidez al paciente a una unidad equipada y con personal entrenado.

Perfusión

Se puede determinar el estado circulatorio general revisando:

1. Estado mental: al empeorar el estado circulatorio, el paciente presentara signos de confusión, puede
ponerse combativo y poco cooperador. Conforme progresa la pérdida de sangre el paciente puede perder
el estado de alerta completamente.
2. Pulso: se valora la presencia, calidad y regularidad. Si el pulso radial no se siente en una extremidad no
lesionada, el paciente tiene una presión arterial baja. Si el paciente no presenta pulso carotideo o femoral
palpable, este se halla en paro cardiopulmonar.
3. Color: una perfusión adecuada produce un tono rosado de la piel. La coloración pálida se asocia con una
pobre perfusión. La coloración azulada indica una falta de oxigenación adecuada.

4. Temperatura: la temperatura de la piel se valora tocando al paciente con el dorso de la mano. Una piel
fresca indica una perfusión reducida. La temperatura normal es tibia al tacto.
5. Humedad: la piel seca indica una buena perfusión. La piel húmeda se asocia con una perfusión reducida.
6. Llenado capilar: se revisa al presionar encima de los lechos ungueales. La velocidad de retorno de la
sangre es una herramienta para estimar el flujo sanguíneo a través de la parte más distal de la circulación.
Un tiempo de llenado capilar mayor de 2s indica que los lechos capilares no están recibiendo una perfusión
adecuada.
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D: INCAPACIDAD
El siguiente paso es la valoración de la función cerebral, que es una medición
indirecta de la oxigenación cerebral. La meta es determinar el nivel de alerta y
valorar el potencial de hipoxia.

La puntuación de la Escala de Coma de Glasgow es una herramienta usada para


determinar el nivel del estado de alerta. La puntuación se divide en 3 secciones:
apertura ocular, respuesta verbal y respuesta motora. La puntuación máxima es de
15, que indica que un paciente no presenta incapacidad, una puntuación menor de
8 indica una lesión importante, 9 a 12 una lesión moderada y de 13 a 15 una lesión
menor.

E: EXPOSICION/AMBIENTE
Un paso temprano en el proceso de valoración es retirar la ropa del paciente para encontrar todas las lesiones. Después
de observar el cuerpo completo se puede cubrir de nuevo al paciente para conservar el calor corporal. Aunque es
importante exponer el cuerpo, solo se debe exponer lo necesario al ambiente exterior, ya que la hipotermia es un
problema serio en el manejo de un paciente traumatizado.

INMOVILIZACION
Mantener la columna cervical neutra hasta que se inmovilice por completo. Si la cabeza no se encuentra alineada en
posición neutra, se debe mover lentamente hasta conseguirlo, a menos que este contraindicado.

Contraindicaciones:

• Existe contractura o dolor de los músculos del cuello


• La maniobra compromete la vía aérea o la ventilación
• Desencadena o empeora trastornos neurológicos (hormigueo, calambres, parálisis o dolor)

POSTERIOR
Desde detrás del paciente, se debe colocar las manos por encima de los oídos del paciente sin moverle la cabeza. Los
pulgares se sitúan sobre la región posterior del cráneo del paciente. Los meñiques se colocan inmediatamente por debajo
del ángulo de la mandíbula. Los dedos restantes se apoyan separados sobre las regiones laterales planas de la cabeza. Se
aplica presión para mantener la cabeza en posición estable. Se debe apoyar los brazos sobre el asiento, el reposacabezas o
el tórax para lograr un soporte adicional.

LATERAL
Colocado a un lado del paciente, se pasa el brazo por encima del hombro más cercano del paciente y sujeta la parte
posterior de su cabeza con la mano. Coloca el pulgar y el dedo índice de una mano a los dos lados de la cara del paciente.
El pulgar y el índice deben apoyarse en la escotadura formada en la unión entre los dientes y el maxilar del paciente. Se
puede colocar los codos sobre el tórax del paciente como soporte adicional.
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PACIENTE EN DECUBITO SUPINO


Se debe colocar por encima de la cabeza del paciente, arrodillado o tumbado, poniendo las manos a casa lado de la cabeza
del paciente y cubriéndole los oídos con las palmas. Se apoya los dedos separados para estabilizar la cabeza con los dedos
apuntando hacia los pies del paciente. Los dedos 4to y 5to deben entrelazarse alrededor de la región posterior del cráneo
del paciente. Los codos y los antebrazos pueden apoyarse en el suelo o sobre las rodillas propias como soporte adicional.

DESPLAZAMIENTO/TRACCION MANDIBULAR

Desde una posición por encima de la cabeza del paciente. Se colocan las manos a ambos lados de la cabeza del paciente
con los dedos apuntando en dirección caudal y apoyados separados sobre la cara y alrededor del ángulo de la mandíbula
del paciente. Se aplica una presión suave y uniforme con estos dedos para mover la mandíbula en dirección anterior
(hacia adelante) y ligeramente inferior (hacia los pies del paciente).

El desplazamiento de la mandíbula puede realzarse también colocándose a un lado del paciente. Los dedos apuntando en
dirección cefálica. Se apoyan los dedos separados a través de la cara y alrededor del ángulo de la mandíbula del paciente.

RETIRADA DE CASCO

Una persona se coloca por encima de la cabeza del paciente y con las palmas presiona ambos lados del casco
introduciendo los dedos por el borde inferior, de manera que se estabiliza el casco, la cabeza y el cuello en una posición
cercana a la de alineación neutra. Otra persona se arrodilla al lado del paciente y abre o retira el escudo facial si es
necesario, y abre o corta la correa de la barbilla.

Luego se sujeta con una mano la mandíbula del paciente entre el pulgar y los 2 primeros dedos a la altura del ángulo
mandibular. La otra mano se coloca bajo el cuello en la zona occipital del cráneo para controlar la estabilización manual.
Los antebrazos propios deben estar apoyados en el suelo o nuestros muslos para conseguir mejor apoyo.

Entonces la primera persona tira de los lados del casco, abriéndolos ligeramente y separándolos de la cabeza del paciente,
y rotar el casco con movimientos hacia arriba y abajo mientras lo extrae de la cabeza del paciente. Los movimientos
deben ser lentos y con máxima precaución.

Una vez que se retira el casco, se debe colocar una almohada debajo de la cabeza del paciente para mantener la posición
alineada neutra. Se mantiene la estabilización manual y se coloca un collarín cervical.

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