Está en la página 1de 4

*TODOS QUEREMOS SER FELICES*

Sin embargo, cuando nos sentimos estancados y vemos que no estamos avanzando
mucho hacia esa felicidad, comenzamos a creer que simplemente no lo merecemos.
Sabes, no sirve de nada repetirte que mereces ser feliz si ni tú mismo lo crees.
Así que, si realmente quieres serlo, debes comenzar a creértelo.
Muchos creen que esto es algo tonto o que viene con el paso del tiempo, pero se
equivocan.
Te sorprenderías lo difícil que es considerarnos dignos de la felicidad.
Yo me incluyo entre todas esas personas que creían que la felicidad no era para ello.
Pero, ¿te digo algo? Todos merecemos serlo, y aquí te voy a mostrar cómo puedes
comenzar a creértelo.
1. Piensa en que nadie es inocente
Muchas veces pensamos que no merecemos ser felices porque hemos pecado o
cometido errores.
Nadie deja este mundo sin haber cometido al menos un par de errores.
No somos seres perfectos y eso es lo que nos hace tan únicos y merecedores de muchas
cosas.
Así que no dejes que el hecho de haber hecho algo malo o que crees fue malo, te haga
creer que no mereces la felicidad.
Si me preguntas, sí hay excepciones, como las personas que tomaron la vida de alguien o
los violadores.
No obstante, si hablamos de errores comunes, que no cometimos de forma intencional y
muchas otras cosas, no veo por qué debes torturarte por ello.
Es importante que te repitas:

Yo sé que, a pesar de todas mis faltas, merezco ser feliz 


No soy inocente, he hecho cosas que sin duda alguna me arrepiento y sé que fueron un
error.
Pero tampoco creo que sean un motivo para no merecerme la felicidad.

Justo así debes ver tu vida, verte a ti mismo.

2. Haz hecho cosas malas, pero también buenas


Siempre nos enfocamos en lo malo, en aquello con lo que nos “condenamos” hasta
cierto punto.
Pero un defecto que tenemos sin duda alguna es el nunca pensar en las cosas buenas.
Esto es norma, después de todo, siempre estamos pensando en las cosas negativas y
todo lo que ellas involucran.
Sin embargo, debes hacer un gran esfuerzo por intentar pensar en cada acción o cosa
buena que has hecho a lo largo de tu vida.
Nadie está en este mundo sin haber hecho al menos algo digno de recordar.
Cuando te enfocas en esto y no en aquello que has hecho mal, te sentirás más merecedor
de lo que tienes.
Velo de esta forma: las cosas malas te pueden restar puntos, pero las buenas vuelven a
sumarlos y con extras.
Poder hacer esto depende mucho de nuestra mentalidad.
Las personas negativas obviamente tendrán una pelea campal al intentar enfocarse en lo
bueno.
Pero aquellas que tienen una mentalidad positiva siempre serán capaces de recordar todo
lo bueno.
Recuerda que el creer, recordar y ver las cosas siempre dependerá de ti y tu mente.
Además, al menos alguna vez le has tendido la mano a alguien que lo necesitaba o
hecho algo más que podemos denominar «bueno».
Cuando estés pensando en lo bueno que has hecho, intenta ir mejorando tu mentalidad y
adoptar una actitud más positiva.
Esto no sólo te ayudará a sentirte merecedor, sino también en muchos otros aspectos de
tu vida.

3. No seas un prisionero de tu mente


Como te dije anteriormente, la mente controla todo.
Por eso cuando te digo que repetirte “merezco ser feliz” no va a funcionar, es porque
decirlo en voz alta o varias veces en tu mente no te va a liberar de la mentalidad que
tienes.
Suena un poco raro decir que somos prisioneros de nuestras mentes, pero es bastante
preciso y acorde decirlo.
Verás, cuando nos metemos un chip y no podemos creer o pensar en algo más, eso no
significa que tengamos nosotros el control.
Claro está que esto es más que nada cuando tu mente está llena de pensamientos
negativos.
Cuando son positivos, eso significa que tienes un control sobre tu estado mental y sabes
qué hacer cuando te sientes un poco asfixiado por todo.
Si quieres sentirte realmente bien, no sólo en el sentido de poder sentir que mereces ser
feliz, debes trabajar en tu mente.
¿Le das muchas vueltas a algo o siempre estás en negatividad absoluta?
Entonces trabaja en pro a cambiar todo eso.
No será fácil, pero todo esto te ayudará en tu vida en general.
Si quieres dejar de ser un prisionero y poder controlar tu mente

4. ¿Por qué merezco ser feliz?


¿Alguna vez te has hecho esa pregunta?
La que probablemente te has hecho durante estas últimas semanas, meses o quizás
años, es la opuesta a ella.
El ser humano siempre encuentra la forma de degradarse, hacerse sentir menos en
cuestión de segundos.
Pero lo triste es que nunca se detiene a pensar en las razones por las que sí merece
algo bueno.
Si te cuesta pensar en por qué mereces ser feliz, déjame comenzar por ti y darte algunas
razones:
o Porque eres único en el mundo.
o Siempre das lo mejor de ti.
o Porque a pesar de las dificultades, las superaste y seguiste hacia adelante.
o Todos hemos hecho algo en nuestras vidas, pequeño o grande, que nos hace
merecedores.

Si no puedes dar con razones por las que mereces serlo, es porque principalmente, tienes
problemas de autoestima.
Es probable que en muchos sitios leyeras o vieras que las cosas de confianza,
autoestima, mente, etc., se relacionan con la felicidad.
Pues todos esos sitios están en lo correcto.
Así que, además de seguir este consejo, también trabaja más en tu autoestima y
confianza.
Para cualquier cosa que hagas o pienses, una dosis de autoestima y confianza nunca
está demás.
De hecho, es bastante bien recibida.
Si tienes dificultades para mejorarlas, nunca está demás que busques apoyo en algo. 
Todos estos consejos me han ayudado muchísimo a no sólo sentir que me merezco mi
felicidad, *sino también a crecer en muchos aspectos de mi vida*.

Siempre es difícil sentir que realmente nos merecemos el mundo, todo lo bueno de la
vida.
Pero no es imposible siempre y cuando te propongas trabajar en ello, en creer que sí lo
mereces.
De verdad espero que te haya servido mucho este artículo porque sé lo difícil que es
lograr esto.
Pase por lo mismo que tú ahora y aunque no fue un camino fácil…créeme que sí puedes
con el recorrido
*Dile a tu ser interno lo mucho que vale, amalo*.
Bendiciones

 
¡Un gran abrazo!

También podría gustarte