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El tiempo aproximado que tendrás que dedicar a cada módulo será de dos horas.
Introducción
¿Alguna vez te han dicho que las mujeres no deben decir groserías o que las mujeres son
un peligro al volante?
Y si eres varón, ¿que no llores como niña? Y si haces labores domésticas de cuidado,
¿que no seas mandilón? ¿Te has preguntado por qué a las niñas les regalan muñecas y
los niños cochecitos? ¿O por qué hay más enfermeras que enfermeros? O gente que
sigue pensando que las ingenierías no son para las mujeres, o que los hombres no deben
barrer ni trapear.
Todo esto tiene que ver con los roles y los estereotipos de género. Estos son atributos que
se hacen a hombres y mujeres según su sexo. ¿Sabes a qué nos referimos con esto? Te
invito a que veas el siguiente video para descubrirlo
Quisiera hacer énfasis en esto. Cuando hablamos de género nos estamos refiriendo a una
construcción cultural e histórica que no es natural. A partir de ella se va a determinar el
comportamiento, las funciones y el tipo de relaciones que se dan entre hombres y mujeres.
Ahora bien, ¿de qué manera se han construido estas características y relaciones? A través
de una serie de ideas sobre qué es un hombre, qué es una mujer y cómo deben
comportarse. Se trata, por lo tanto, de una serie de atributos de lo que una mujer debe ser,
sentir y hacer, que se asocian con la feminidad y lo que debe ser, sentir y hacer un hombre
que va a estar asociado con la masculinidad. Algunos ejemplos de estos atributos
asignados a la feminidad y a la masculinidad son: que las mujeres somos dóciles,
dependientes, pasivas, sensibles, hogareñas, comprensivas, delicadas, tiernas y que los
hombres son independientes, seguros, aventureros, fuertes, prácticos, activos y muchas
cosas más. ¿Y qué pasa cuando nos salimos de estos atributos? Pues la sociedad se
encarga de recordárnoslo. Seguramente, les ha pasado alguna vez en su vida que les
dijeran que no están siendo lo suficientemente femeninas o que eso que están haciendo
no es nada masculino. Pero, ¡ojo! Y vuelvo a insistir en esto, como se trata de atributos
asignados social y culturalmente, no son naturales, es decir, las mujeres no somos por
naturaleza sensibles o los hombres son por naturaleza violentos. Son formas de ser y de
comportarnos que aprendemos desde nuestra primera infancia y, por lo tanto, te tengo una
buena noticia, estos pueden modificarse. En este video vimos como sexo y género tienen
distintos significados. El sexo se asocia con todas las características biológicas que
tenemos las personas cuando nacemos. En cambio, el género son las atribuciones
sociales y culturales que se hacen a las personas según estas características biológicas.
También vimos cómo estas construcciones sociales asignan atributos de masculinidad y
feminidad a las personas según su sexo y cómo estos son una forma de imponer a las
mujeres y a los hombres formas de ser y de comportarse. También vimos que estas
atribuciones no son naturales y por lo tanto pueden modificarse. En el siguiente video
seguiremos explorando las implicaciones sociales de estas atribuciones de la masculinidad
y la feminidad a través de lo que se conoce como "estereotipos y roles de género". Te
invito a que lo veamos.
Vamos a verlo a través de lo que son los roles y los estereotipos de género. Y cuáles son
los efectos y las consecuencias que estos tienen en la vida de las mujeres y de los
hombres.
Ya vimos como, desde el momento en que nacemos, se nos atribuyen ciertas cualidades
que supuestamente son propias de la feminidad y de la masculinidad.
Estos atributos marcan cómo deben ser y comportarse las mujeres y los hombres. Por
ejemplo, es común que hay un niño le digan que los hombres no lloran. O que a una niña
le digan que las mujeres deben ser delicadas, sonreír y que no se les ocurra interrumpir
una conversación porque calladitas se ven más bonitas.
Todos los días vemos cómo estos atributos o cualidades, que empiezan a marcar
diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres, se han ido fijando como si fueran
una esencia, como si formara parte de nuestra naturaleza. A esto se le conoce como
estereotipos de género.
Estos son, ,pues generalizaciones y creencias muy arraigadas. Y que se reproducen todo
el tiempo sobre cómo deben ser y deben comportarse los hombres y las mujeres. Es decir,
definen socialmente cómo las personas según su sexo deben ser, sentir y pensar. Los
llamamos estereotipos porque se refieren a ideas que están comúnmente aceptadas por
una sociedad. Y que actúan como modelos sobre cómo son y cómo deben comportarse
las mujeres y los hombres.
Por ejemplo, a principios del siglo XX se consideraba poco femenino que una mujer usara
pantalones o que fumara. Actualmente ya no sucede esto. Pero se sigue pensando que
una mujer que no quiere ser madre no sabrá lo que es ser una verdadera mujer, o que
estará incompleta. Sin embargo, no se dice lo mismo con respecto a un hombre.
Seguramente mientras escuchas esto, se te están ocurriendo muchos ejemplos más. Los
estereotipos suelen reforzarse en la escuela, en la familia y, por supuesto, en los medios
de comunicación. Pensemos, por ejemplo, que las personas que aparecen en la publicidad
de los productos de limpieza suelen ser mujeres. Y que en los anuncios para autos
deportivos, siempre aparecen actores varones conduciendo a toda velocidad.
Los estereotipos de género afectan a las personas de distintas maneras. Una de estas,
quizás la más visible, es que asignan funciones y roles sociales que hombres y mujeres
deben cumplir. Por ejemplo, a la mujer históricamente se le ha asignado el papel de
cuidadora de hogar. Y a los hombres el papel o rol de quien sostienes económicamente a
la familia. Estos papeles, que se suponen que hombres y mujeres debemos seguir, son los
roles de género.
Estos roles se refieren a las posiciones que socialmente ocupan o se espera que ocupen
las personas en función del género. Son, por lo tanto, normas que dictan las sociedades y
culturas sobre cuáles son los lugares y las funciones que deben desempeñar los hombres
y las mujeres.
Como you mencioné, a las mujeres por esta asociación que se hace con sus
caracteristicas biológicas que implican la capacidad de dar vida, se les ha asignado las
activades reproductivas. Cuidado de hijas, hijos y familiares, limpieza del hogar,
preparación de alimentos. Y a los hombres se les asigna el papel productivo,
mantenimiento económico del hogar, realización de acciones en el ambito público. Más
adelante veremos cómo estos roles, que dividen el espacio entre lo público y lo privado,
asignan el primero a los hombres y el segundo a las mujeres. Y cómo esto ha afectado de
muchas maneras los cuerpos, las formas de ser, las vidas, y el trabajo de hombres y
mujeres. El problema es que estas creencias de lo que deben ser y hacer las mujeres y los
hombres, terminan por construir a las identidades de género como algo fijo. Y llevan estos
significados a generalizaciones que se consideran como producto de la naturaleza y no
como construcciones sociales. A esto se le conoce como naturalización de los roles y
estereotipos de género. Esto ha hecho que a lo largo de la historia y en distintas
sociedades, muchas veces sea muy difícil que las personas puedan romper con estos
mandatos de masculinidad y de feminidad que les impone la sociedad.
En este video, vimos cómo los atributos de masculinidad y feminidad cuando se fijan y se
vuelven en ideas aceptadas en la sociedad, se convierten en estereotipos de género.
Estos funcionan como modelo de lo que deben ser y hacer hombres y mujeres.
Estos modelos tienen unas consecuencias directas en las vidas de las personas porque
indican las formas en cómo deben actuar, cómo vivir, cómo expresarse. E incluso también
asignan ciertos lugares en donde pueden o deben actuar hombres y mujeres. Se les
asignan, pues, roles de genero.
Estos roles han asociado generalmente a las mujeres con el espacio doméstico, y a los
hombres con el espacio público.
Seguiremos profundizando en estas diferencias. Pero antes, hablaremos sobre los
mandatos de género.
Mandatos de género
En el vídeo anterior, vimos qué son los estereotipos y los roles de género y cuáles son sus
efectos y afectaciones en la vida de las personas. En este vídeo, veremos cómo los
estereotipos y roles de género, al naturalizarse, producen mandatos, es decir, imponen a
través del orden social ciertas características y conductas de lo que deberíamos ser y
hacer las mujeres y lo que deberían ser y hacer los hombres. Estos mandatos son
reforzados por los medios de comunicación, la publicidad, la escuela, incluso las propias
familias, generando una serie de normas y de conductas que asumen a estos
comportamientos como algo normal y socialmente aceptado. Esto hace que,
constantemente, las mujeres nos sintamos obligadas a cuidar nuestra imagen,
maquillarnos, corregir nuestras imperfecciones, a cuidar de otras personas, hacer las
tareas domésticas, estar atentas a las necesidades de los demás. Debemos ser cariñosas
porque por naturaleza somos madre y, por lo tanto, debemos demostrar nuestros afectos,
ser prevenidas, volver pronto a casa, tener cuidado con nuestra sexualidad, no ser
promiscuas. Los hombres deben ser fuertes, demostrar seguridad, no tener miedo,
experimentar más cosas, sentirse invulnerables, aprender a no renunciar, ser
autosuficientes, reflexivos, prácticos, mantener a la familia, defender el honor, "no dejarse",
competir. Muchas veces, cuando una persona incumple estos mandatos, la sociedad la
castiga, ya sea a través del señalamiento, de la sanción social, de la discriminación y, en
muchas ocasiones, de la violencia física, verbal o psicológica. Piensa, por ejemplo, en lo
que sucede cuando una mujer se sale de estos mandatos y decide no depilarse. Por lo
general, se le señala, se le dice que se ve mal, que es antihigiénico, que debería cuidar
más su aspecto, que así no va a gustar a nadie. O las mujeres que llevan una vida sexual
que no se ciñe al mandato de la monogamia, o al de la buena esposa, o la novia
abnegada. O a las mujeres que deciden no ser madres. Generalmente, se les suele
recriminar sus decisiones y conductas, y lo que es peor, muchas veces se llega a la
violencia física y verbal para castigar el incumplimiento de estos mandatos. ¿Cuántas
veces no se ha justificado la violencia sobre las mujeres por celos? ¿Por qué no se dio a
respetar? ¿Por qué no fue una buena esposa o novia? Pero también los mandatos de
género afectan a los hombres. ¿Qué sucede, por ejemplo, cuando un varón pierde su
trabajo y ya no puede mantener a la familia? Suele ser una fuerte presión y muchas veces
genera problemas en su entorno y es despreciado por no poder ser el sustento de su
familia. O lo que sucede con los mandatos que se producen en grupos de hombres, que se
presiona a los individuos a hacer cosas temerarias para probar su hombría. ¿Qué sucede
con quienes no quieren hacerlo? Por lo general son presionados, si no es que agredidos,
por los mismos miembros del grupo. O, ¿cuántos insultos no hay para referirse a un
hombre que no se considera lo suficientemente masculino? Como puedes ver, los
mandatos de género son peligrosos, porque obligan a las personas a hacer y actuar de
una manera determinada y muchas veces producen violencia. Por eso es importante que
como personas, pero también como sociedad, cuestionemos y eliminemos estos mandatos
para tener mejores relaciones con nosotras y nosotros mismos y con las demás personas.
Esto nos librará de la culpabilidad y de la vergüenza y nos permitirá construir relaciones
igualitarias y libres de violencia. Acabamos de ver cómo los mandatos de género, al
imponer formas de ser y de comportarse, afectan a hombres y mujeres, limitando las vidas
de las personas, así como su derecho a decidir qué quieren hacer y cómo quieren vivir sin
que sean discriminadas y violentadas por ello. Estos mandatos, al igual que los roles y
estereotipos de género, se construyen sobre un orden que solo ofrece dos tipos de formas
de vivir y expresar quienes somos: lo masculino y lo femenino. Este orden, además,
mandata que si bien hombres y mujeres somos diferentes, también nos complementamos.
Por eso el modelo de pareja y el modelo familiar se construye bajo la norma de la
heterosexualidad. Pero si miramos a nuestro alrededor, vemos que las personas son
mucho más ricas y complejas que esto, que tenemos diversas maneras de vivir, de
identificarnos y expresar nuestra sexualidad y afectos, pero también distintas maneras de
vivir nuestro género. En el siguiente vídeo, te propongo que nos adentremos un poco en
este amplio mundo de la diversidad. ¿Qué dices? ¿Vamos?
Diversidades sexogenéricas
En el video anterior hablamos sobre los mandatos de género y cómo estos son una
manera de obligar a las personas a seguir los modelos propuestos por los roles y los
estereotipos de género, que asignan formas de ser y de comportarse a los hombres y las
mujeres a través de atributos de lo que se considera femenino y lo que se considera
masculino. Finalizamos con una reflexión sobre cómo estos estereotipos, roles y mandatos
no representan para nada la diversidad de formas en las que vivimos, nos identificamos y
expresamos nuestra sexualidad, nuestros afectos y nuestro género. En este video vamos a
explorar esta diversidad. Heteronormatividad y diversidades sexogenéricas. Generalmente,
se pensaba que las relaciones de pareja, sexuales y afectivas, y de parentesco se debían
desarrollar únicamente entre mujeres y hombres. Además, se suponía que era necesario
seguir ciertas ideas, actitudes y comportamientos codificados, identificados como el amor
romántico. Estas normas son conocidas bajo el nombre de "heteronorma" o
"heteronormatividad", ya que se trata de un sistema de ideas y normas políticas, sociales,
culturales y morales que han impuesto al modelo heterosexual como la única forma bajo la
cual las personas pueden relacionarse sexoafectivamente. Sin embargo, esta forma de
pensar excluye los vínculos de las parejas entre personas que no son heterosexuales. No
es verdad que solo existe una forma de ser hombre y una forma de ser mujer. Ni siquiera
en el sexo, que es la clasificación biológica más básica, se puede partir de que solo hay
cuerpos de mujeres hembras y cuerpos de hombres machos; también hay cuerpos
intersexuales. Si miras a tu alrededor, podrás ver que existe una pluralidad de prácticas y
de creencias que están vinculadas con las formas en que nos comportamos, expresamos
nuestro género y nos relacionamos afectivamente. Reconocer que no existe una sola
forma de ejercer nuestra sexualidad y nuestros afectos, nos ayuda a salir de la dicotomía
masculino-femenino y del régimen heterosexual que mandata y ve como lo normal y lo
natural la afinidad afectiva y sexual entre personas de sexos opuestos. Para explicar esta
diversidad, la teoría de género ha creado distintos conceptos. Veamos algunos de ellos.
Identidad de género.
Con lo que hemos revisado esta semana, seguramente ahora identificas cómo algunos
medios de comunicación masiva reproducen ideas que refuerzan estereotipos, roles y
mandatos de género. Seguramente en tu país o región se transmiten series, telenovelas,
anuncios comerciales, revistas o programas de comedia donde estas ideas son evidentes.
Identifica uno de estos ejemplos y comparte en este foro de qué manera ese programa de
televisión, anuncio, publicidad, reproduce los estereotipos, roles y mandatos de género.
Recomendaciones:
Al describir este ejemplo, considera que en este curso hay participantes de muchos
países, así que ayudará mucho si precisas el contexto del programa, revista o espacio
publicitario que selecciones. De ser posible, comparte un enlace para ver más información
del ejemplo que hayas seleccionado.
Después de integrar tu participación, comenta algunas otras para enriquecer la discusión.
Te invitamos a mantener una conversación empática y constructiva para que este foro sea
un espacio en donde todas las personas participantes nos sintamos seguras y respetadas
Antes de publicar tus comentarios, léelos detenidamente y asegúrate que contribuyen a la
discusión.
Hasta ahora hemos visto cómo la sociedad impone ciertas características y roles a las
personas cuando nacen. Que mandatan cómo deben de ser y comportarse hombres y
mujeres. Al hacerlo se marca una diferencia entre lo masculino y lo femenino. Que produce
un orden binario dicotómico, es decir que sólo contempla dos formas de expresar quiénes
somos y lo que hacemos. También vimos como la realidad es mucho más compleja y rica
que esto, y que existen diversas maneras en cómo vivímos. Nos identificamos y
expresamos nuestra identidad de género y nuestra orientación sexual. Vimos también que
el problema con los roles y estereotipos y mandatos de género. Es que estos son como
camisas de fuerza que se imponen a las personas. Y que limitan y muchas veces atentan
contra su derecho de decidir. Quiénes quieren ser, cómo quieren vivir y cómo quieren
expresar lo que son, hacen y sienten. Y esto es así porque los mandatos de género no son
inocentes ni curiosos, más bien forman parte de un sistema de organización social. Que
algunas pensadoras feministas han llamado orden de genero ó sistema sexo género. Este
es un sistema que organiza a la sociedad y que al mismo tiempo de organizarla. Produce
una jerarquía que justifica la discriminación y fomenta la desigualdad y la violencia entre
hombres y mujeres.
Sé que you quieres saber cómo funciona éste sistema. Esto es justo lo que veremos a
continuación, pero antes, te invito a que consultes y descargues éstas infografías. Sobre
varias de las cuestiones que hemos visto hasta ahora.
A lo largo de estas cinco semanas, realizarás el análisis de un cuento clásico con lentes de
igualdad de género. Queremos con ello que analices una de esas historias a partir de preguntas
que te plantearemos semana tras semana, con las cuales podrás identificar los elementos en los
cuales se produce desigualdad y discriminación por razones de género.
Los cuentos los podrás encontrar en la siguiente pantalla del curso. Si estás realizando este curso
desde la aplicación móvil de Coursera, te recomendamos consultarlos en el siguiente enlace:
https://mooc-unam-publico.github.io/lecturas_web/genero/C1/cuentos/index.html
Semana 1:
1. Elige a dos personajes, uno femenino y otro masculino, e identifica sus roles, mandatos y
estereotipos de género. Justifica tu respuesta.
2. ¿Crees que en el cuento es evidente que la protagonista del cuento es femenina?
Justifica tu respuesta.
Semana 2:
1. Haz una lista de características del personaje principal femenino y otra del personaje
principal masculino.
2. Con las dos listas de características, responde: ¿Los personajes principales (femenino y
masculino) tienen entre sí una relación binaria y jerárquica? Justifica por qué. Por
ejemplo, “se complementan porque el personaje masculino protege al femenino, por
ende, es superior.”
Semana 3:
1. Identifica a algún personaje que tenga privilegios o sea vulnerado. Justifica tu respuesta.
2. ¿Qué condiciones de privilegios o vulnerabilidad (diferentes a las de género), son
planteadas en el cuento? Identificas alguna otra condición de privilegios o
vulnerabilidad planteada en el cuento por motivos diferentes al género? Justifica tu
respuesta.
Semana 4:
1. ¿En el cuento se plantea una división sexual del trabajo? Justifica tu respuesta.
2. ¿Los personajes femeninos dedican su tiempo a las labores del hogar y los masculinos se
desarrollan en el espacio público? Justifica tu respuesta.
Semana 5:
Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. ¿Qué son los roles y estereotipos de género?,
2020. https://www.youtube.com/watch?v=bAxfkAkhzaA.
Les damos la bienvenida a este segundo módulo en el que veremos el orden de género o
el sistema sexo género. Hemos revisado que el género no es una propiedad de los
cuerpos y que no existe de manera ordinaria o esencial en los seres humanos. Tanto es
así que las sociedades hemos desarrollado estereotipos y mandatos de género a través de
los cuales regulamos nuestras conductas, pensamientos y formas de relacionarnos. Estas
normas que rige nuestras formas de vivir, sostienen un orden social organizado, que va
desde las familias hasta todo tipo de instituciones, pero que limita nuestras posibilidades
de elegir más allá de los roles de género. En este sentido, es importante plantear cómo es
que funciona esta estructura del sistema sexo género y qué efectos tiene sobre los
cuerpos, las relaciones y en general, sobre las vidas.
Sistema binario
El sistema sexo-género es un sistema binario. Esto significa que hay dos únicas formas de
existir como ser humano: siendo mujer o siendo hombre, únicamente. Pero esta
separación, además, divide en dos las características humanas. Por ejemplo, desde muy
pequeños a los niños se les enseña que deben ser fuertes, hábiles en los deportes y no
deben llorar; mientras que a las niñas se les enseña a jugar, a cuidar bebés y hacer
limpieza, además de que se les enseña a ser sensibles, tiernas y cuidadosas. En la
sociedad, todas las personas vamos contribuyendo a la formación de los infantes para que
adquieran esas características. No es extraño, por ejemplo, escuchar que en los deportes
a las niñas se les exige menos esfuerzo físico o son mal vistas si realizan actividades que
la sociedad considera rudas, pesadas y agresivas. Un ejemplo claro es cuando una niña
quiere practicar boxeo, pero sus padres, familiares y amistades intentan persuadirla,
explicándole que los golpes no son para señoritas. En cambio, le sugieren ir a clases de
danza. Si esta niña decide seguir con sus inquietudes, se le considera fuera de lo normal y
esto tiene repercusiones negativas en su desarrollo, porque es señalada, excluida y
violentada. Basta con investigar un poco sobre la vida y trayectoria de muchas deportistas
en diversas disciplinas. Lo binario, además, significa que los géneros y los sexos son
contrarios y complementarios. Cuando decimos que son contrarios estamos hablando de
que se oponen, no en una lucha, sino en tanto a lo que se espera de uno y de otro. De las
mujeres, se espera que sean femeninas; de los hombres, que sean masculinos o
varoniles. Recordarás que hemos visto qué es la feminidad y qué es la masculinidad.
También, puedes revisar la infografía. Además de ser contrarios, también se
complementan, generando una unidad. Esta unidad es, por ejemplo, el ideal de las
parejas, pero también de la sociedad. Porque debemos considerar que el sistema sexo-
género asigna cualidades y funciones diferentes a mujeres y a hombres, por lo que
necesita que ambos cumplan con sus roles para que exista un orden social. Lo binario
divide no solo a mujeres de hombres, sino que también separa lo femenino de lo
masculino, la vida privada de la pública, entre otras cosas. Es importante mencionar que
esta forma de complementarse también dicta cómo debe ser nuestro deseo sexual, a lo
que se ha llamado "orientación sexual" y se ha denominado, binariamente, en
heterosexualidad y homosexualidad. Para concluir, hemos visto hasta ahora que el
sistema sexo género organiza a las personas de manera binaria, es decir, dividiendo en
pares contrarios y complementarios entre sí, diferentes creencias, conductas y hábitos.
Revisemos ahora que ese par no es simétrico, sino que funciona generando
desigualdades.
Jerarquía
Cuando expliquemos que el sistema sexo-género es binario, debemos considerar que no
significa que sea igualitario. Por el contrario, sostiene una estructura jerárquica que da
mayor valor a los hombres sobre las mujeres. A lo masculino sobre lo femenino, a lo
heterosexual sobre lo homosexual, y a la vida pública sobre la vida privada. Basta con
mirar a nuestro alrededor para reconocer el gran número de espacios dirigidos por
hombres en todos los ámbitos. Así mismo, percatarnos de que los personajes principales
de la historia y el saber Han sido varones en su mayoría. También podemos recordar que
ha sido muy reciente al derecho de las mujeres al voto, a heredar y a la educación.
Repetición
Todas y todos, o por lo menos la gran mayoría de las personas, repetimos las normas del
sistema sexo-género incansablemente. Las vemos en todos los lugares, por ejemplo en el
cine, la radio, el teatro, en las políticas de empresas e instituciones, y así como estos
espacios nos recuerdan continuamente cómo actuar, también nos muestran las
consecuencias de actuar conforme al género.
Mientras que para Jean-Jacques Rousseau, ideólogo de la educación, a las niñas no les
gusta aprender a leer y escribir; y sin embargo, siempre están dispuestas para aprender a
coser. Podemos encontrar opiniones y frases en muchos autores. Así, San Agustín creía
que es orden natural, entre los humanos, que las mujeres estén sometidas al hombre,
porque es de justicia que la razón más débil se someta a la más fuerte.
Revisando estas frases, nos damos cuenta de que todos ellos afirman que hay una
jerarquía entre los géneros. Esto se debe a que a pesar de ser abogados, científicos,
pensadores, todos ellos como personas, también fueron educados en este sistema.
Además, también es posible que no cuestionaran este orden, porque al ser hombres
fueron favorecidos por los privilegios de tener acceso a la educación y oportunidades.
Heteropatriarcado
Hemos visto que vivimos en un sistema que atraviesa y organiza todos los ámbitos de la
vida. También nos dimos cuenta que desde hace muchos siglos los hombres son quienes
han tenido el poder, ya sea en las familias, la sociedad, la política, la economía, la religión
y la cultura. Finalmente, hemos revisado que estas diferencias que colocan a las mujeres
como seres inferiores a los hombres se han desarrollado a partir del determinismo
biológico, que versa sobre la debilidad de las hembras humanas ante los machos
humanos. A todo esto se le llama "heteropatriarcado". Seguro has escuchado esta palabra
recientemente. Este nombre tiene su origen histórico en la familia, ya que considera que
los padres son jefes, jefes de familia, y deben supervisar la educación de los hijos para
que estos continúen replicando el mismo orden en la sociedad. Ahora que hemos visto qué
es el sistema sexo-género, también nos hemos dado cuenta de que a este se le llama
"orden heteropatriarcal".
Ahora, repasemos lo que hemos visto. El sistema sexo-género es binario y ordena las
vidas de las personas dividiéndolas en mujeres y hombres. Además, relaciona a unas con
otros tratando siempre de que se complementen. Sin embargo, esto implica que se tengan
que asumir roles específicos para unas y otros, los cuales mantengan el orden social.
Este orden social es desigual porque genera una jerarquía en la que son superiores los
varones. Finalmente, vimos que a esto se le llama heteropatriarcado. Nombre que
proviene de la creencia de que los hombres son, biológicamente, mejores que las mujeres.
Y que por ello deben ser los jefes de familia y estar siempre al frente de cualquier actividad
humana
Garza, Claudia de la, y Eréndira Derbez. No son micro: machismos cotidianos, 2020.
A lo largo del tiempo y de diferentes territorios ha habido mujeres que señalan que aquello
por lo que el feminismo lucha no les hace mucho sentido o no se ve reflejado en sus vidas.
Por ejemplo, cuando las sufragistas de inicios del siglo XX lograron el derecho al voto de
las mujeres, en realidad no era para todas las mujeres. Por muchos años las únicas que
podían votar eran las mujeres blancas. Por ejemplo, en Estados Unidos se considera que
el éxito del sufragismo ocurrió en 1920, cuando se aseguró la ratificación a la Constitución.
Pero no fue hasta la década de 1960 que las mujeres afroamericanas pudieron votar. ¿Por
qué pasa esto? Porque el patriarcado es solo una de las muchas estructuras de opresión
que operan sobre los cuerpos de las personas. Las violencias y discriminación por
cuestiones de raza, clase, orientación sexual, edad, capacidades motrices, salud y muchas
marcas identitarias más, juegan un papel sumamente importante si queremos entender la
complejidad de experiencias y de necesidades, que como mujeres tenemos. A lo largo de
la historia muchas mujeres han señalado que sus cuerpos se ven atravesados por
diferentes opresiones, que la mayoría de las veces no se toman en cuenta. Te voy a dar
un ejemplo para que esto sea más claro. Emma DeGraffenreid, era una mujer
afroestadounidense que estaba buscando trabajo. Se acercó a una fábrica de automóviles
donde el puesto para el que ella aplicó le fue negado. Emma decidió levantar una
demanda contra la fábrica, pues ella consideraba que no le habían dado el trabajo por ser
una mujer negra. El caso de Emma fue desestimado por el juez debido a que la fábrica
aseguraba que dentro de sus empleados habría tanto mujeres como personas negras. Lo
que el juez decidió no tomar en cuenta es que las mujeres que trabajaban en esa empresa
y que ocupaban puestos como secretarias o dentro de las oficinas administrativas eran
blancas, y que las personas negras que operaban la maquinaria industrial o desarrollaban
actividades de mantenimiento eran hombres. Entonces, ¿qué es lo que sucede aquí? A
Emma, no le negaron el trabajo solamente porque era mujer, ni tampoco porque era negra,
sino porque era una mujer negra. O sea, que a Emma no solo le afectaba la marca
identitaria de género por un lado, y la etnicidad por el otro, sino que ambas estructuras de
opresión, el sistema patriarcal y el sistema racista, estaban atravesando su cuerpo al
mismo tiempo. Hasta aquí hemos comenzado a explorar cómo es que la opresión
generada por el patriarcado se complejiza cuando se encuentra con otra marca identitaria,
como puede ser la clase, etnia, orientación sexual, edad y un largo etcétera. Te invito a
que veas los siguientes videos para que exploremos con mayor profundidad estas
complejidades.
No te asustes. Es cierto que las relaciones entre estructuras son muy complejas, pero lo
importante de tener una mirada interseccional es que nos permite no solamente identificar
las estructuras que operan sobre nuestros cuerpos, sino identificar las diferentes
necesidades que como mujeres tenemos. En este video vimos el fenómeno que ocurre
cuando varias estructuras de opresión se entrecruzan y atraviesan a las personas. De
igual forma, vimos las consecuencias tan atroces que esto puede llegar a causar. Pero
¿qué podemos hacer con esto? ¿De qué nos sirve tener una mirada interseccional? Te
invito a que veas el siguiente video para descubrirlo.
El revuelo que provocó la colaboración de Jari Jones en una campaña publicitaria. Ilustra
cómo es que los discursos permean nuestros imaginarios. Sobre qué cuerpos son dignos
de modelar ropa o aparecer en anuncios espectaculares.
El caso de Victoria Salazar nos muestra hasta qué punto puede llegar la violencia
perpetrada por el Estado. Un Estado completamente fallido que por lo demás le había
dado una visa humanitaria. Cuando nuestros cuerpos son atravesados por diversas
estructuras de opresión. Es así como la interseccionalidad nos permite hacer visibles las
problemáticas, injusticias, discriminación y violencias. Que vivimos las mujeres y las
personas cuyos cuerpos, identidad de género y orientación sexual. No se ciñen a los
mandatos del orden heteropatriarcal. Además, nos ayuda a nombrar las necesidades de
los grupos que atraviesan esas injusticias. Y también nos permite nombrar los privilegios
que ciertos cuerpos tienen. Los cuerpos de los hombres delgados, blancos, occidentales,
saludables heterosexuales, adultos, educados. Y nos permite ver cómo a partir de que
diferimos de ese cuerpo hegemónico. Las distintas estructuras nos afectan de diferentes
maneras.
Hasta ahora hemos revisado cómo es que las distintas estructuras de opresión afectan las
vidas de las mujeres de diversas maneras. Hemos visto que como resultado de dichas
situaciones de violencia. Las mujeres tendremos necesidades muy distintas unas de otras.
Y lo más importante, que el Estado de nuestro país debería ser capaz de ver, atender y
resolver esa variedad de necesidades.
En esta semana revisamos la diferencia entre sexo y género. Vimos los estereotipos, roles,
y mandatos que de esa diferencia se desprende. Así mismo, revisamos cómo es que los
discursos reproducen ideas que consolidan lo que como hombres y como mujeres
debemos hacer, sentir, y pensar. Observemos cómo todo esto depende de una estructura
heteropatriarcal. Y revisamos qué es lo que ocurre cuando esa estructura se cruza con
otras. La siguiente semana hablaremos de cómo afecta esta estructura heteropatriarcal en
la vida cotidiana de las personas. Por ejemplo, en cómo nos dividimos el trabajo entre
hombres y mujeres. Cómo es que usamos nuestro tiempo y los espacios que habitamos de
maneras diferentes. Te esperamos la próxima semana para revisar todos estos temas.
Hola, te doy la más cordial bienvenida a esta semana de trabajo. Hasta ahora hemos visto
lo que son los roles, estereotipos y mandatos de género. También, cómo el sistema sexo
género es un sistema que, basándose en las características biológicas, marca un orden en
el cual lo masculino es considerado superior. Terminamos con una reflexión sobre la
interseccionalidad. En esta semana, exploraremos cómo se ha dividido el uso del tiempo y
el espacio histórica y culturalmente entre hombres y mujeres. Para comenzar me gustaría
preguntarte, ¿a qué te dedicas? Quiero que pienses en todas y cada una de las
actividades que realizas a lo largo del día. ¿Estudias, trabajas o te dedicas a ambas?
¿Colaboras en algún tipo de negocio familiar? ¿Ventas por catálogo? ¿Hay un acuerdo
previo con las personas con las que vives sobre el tiempo o el número de horas en que
realizarás estas actividades? ¿Te es posible distinguir fácilmente cuando estás estudiando,
trabajando o cuando no? ¿Al final de tu jornada puedes descansar? ¿Qué haces en tu
tiempo libre? ¿Tienes tiempo libre? ¿Te has puesto a pensar si los hombres y las mujeres
utilizamos el tiempo y el espacio de la misma manera?
¿Qué te pareció este video? ¿Te sentiste identificada, identificado? ¿Es justa la
distribución de tareas domésticas que se hace en el video? ¿Has observado con atención
cómo se distribuyen estas tareas en tu hogar? En este video pudimos observar cómo a lo
largo del día, tanto hombres como mujeres realizan diversas actividades dentro de su
hogar y fuera de él, distribuyéndose de forma desigual la responsabilidad en función del
sexo de las personas. Las mujeres realizan una mayor cantidad de actividades ligadas al
ámbito doméstico, tales como cocinar, llevar a hijas e hijos a la escuela, lavar trastes,
cuidar de personas mayores, en comparación con los hombres. Esto se ve reflejado en la
cantidad de tiempo de ocio y de descanso que las personas tienen, beneficiando
principalmente a los hombres. Esto se conoce como división sexual del trabajo, que es la
asignación de las tareas y responsabilidades indispensables para sostener la vida en
común y la reproducción, que ha sido construida histórica y culturalmente, asignando
labores específicas para las mujeres y para los hombres. En México, de acuerdo con la
Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, observamos, por ejemplo, que a pesar de realizar
una jornada laboral completa en el mercado laboral, para las mujeres no existe una
reducción importante de las horas de trabajo no remunerado, siendo de 25,7 horas a la
semana, en comparación con los hombres que realizan 11 horas de trabajo doméstico,
ambos bajo una jornada laboral de 40 horas.
En esta infografía, que podrás descargar, encontrarás datos muy valiosos sobre la
distribución del trabajo doméstico y de cuidados en hombres y mujeres alrededor del
mundo. Te invito a que veas el siguiente video para conocer más acerca de este
interesante tema.
En el video anterior, hablamos sobre la división sexual del trabajo. Diferenciando de esta
forma las actividades que deben realizar las mujeres y las actividades que deben realizar
los hombres. Al mismo tiempo que se les adjudica diferentes espacios en función del sexo.
Recordarás que la semana anterior se hizo alusión a esta diferencia entre el ámbito
público y el ámbito privado. Debido a los atributos que social y culturalmente se han
asociado a la feminidad. A las mujeres se les asigna tradicionalmente el espacio doméstico
o privado. Lugar en el que se realiza el trabajo considerado como reproductivo. En tanto
que a los hombres, se les ha asignado tradicionalmente el espacio público. Lugar en el que
se realiza el trabajo considerado como productivo.
El trabajo reproductivo realizado principalmente por las mujeres, madres, hijas, esposas,
tías, abuelas. Consiste en todas aquellas actividades y tareas que permiten el desarrollo,
la continuidad. Como lo dice Silvia Federici, el sostén de la vida cotidiana.
Es decir, como vimos en el video anterior, actividades como realizar la compra del
supermercado, llevar a los hijos e hijas a la escuela. Cuidar de personas mayores o
discapacitadas, cocinar, recoger la ropa de la tintorería, etc. Son todas aquellas
actividades que hacen que nuestro día a día fluya sin complicaciones. Son todas aquellas
actividades invisibles que facilitan que ocurra el trabajo visible, remunerado.
No es que las mujeres no hayan producido saberes o conocimientos. Sino que las
experiencias de las mujeres al producirse dentro del ámbito privado. Han estado más
enfocadas, por ejemplo, a tareas y saberes relacionados con los cuidados en materia de
salud. Por ejemplo, la partería, una práctica ancestral que está siendo revalorada
actualmente. Y que ha sido reconocida como un gran aporte para el cuidado y el bienestar
de la salud sexual de las mujeres.
Hasta aquí hemos visto qué es la división sexual del trabajo. El trabajo reproductivo y
productivo, y en qué consiste la feminización de la pobreza. Como verás, tiene un gran
impacto en nuestra vida cotidiana. Te invito a ver nuestro siguiente video para conocer
más características de esta división sexual del trabajo.
De acuerdo con ONU Mujeres, el trabajo doméstico remunerado. Se define como todas las
actividades que permiten sostener día a día el bienestar físico y emocional de las
personas. Involucra tareas de cuidado directo, tareas de cuidado doméstico y de gestión
de los afectos.
Existen personas que realizan este trabajo por jornadas. Y hay otras que lo realizan
permaneciendo en el hogar donde lo realizan, llamadas trabajadoras de planta o fijas. Este
tipo de situaciones puede generar condiciones de esclavitud y explotación laboral dada la
falta de regulación del mismo. Por ejemplo, los fenómenos migratorios nos han permitido
observar el flujo de mujeres latinoamericanas hacia Europa. Para realizar este tipo de
trabajo, como sucede en España. Ahí han llegado mujeres de Ecuador, Colombia, Perú,
entre otros países. En este caso, podemos ver que el trabajo doméstico y de cuidado
remunerado. Tiene la característica adicional de que es realizado por mujeres migrantes.
Lo cual le suma un factor más de vulnerabilidad a la condición de las mujeres. ¿Recuerdas
el concepto de interseccionalidad que vimos la semana anterior? Este es un ejemplo
interesante de cómo se intersectan diversas opresiones de las mujeres. En este caso
particular, relación con el trabajo reproductivo. La Organización Internacional del Trabajo
estima que hay más de 67 millones de personas trabajadoras domésticas en el mundo. En
muchos países estas personas están excluidas de las protecciones establecidas en la
legislación nacional laboral. Así como del acceso a la seguridad social y servicios de salud.
Incluso de la protección de la maternidad. Es por ello que se desarrolló el Convenio 189 de
la Organización Internacional del Trabajo.
El cual reconoce explícitamente que el trabajo doméstico es trabajo. Y prevé que los
Estados deberían extender los mismos derechos a las personas trabajadoras domésticas.
Que aquellos de los que gozan el resto de las y los trabajadores. Se estima que hay
alrededor de 2.3 millones de trabajadoras y trabajadores domésticos en México, donde la
mayoría son mujeres. Muchas en situación de vulnerabilidad, indígenas y del área rural.
Además, la mayoría de las trabajadoras domésticas en el país, más del 97%, trabajan en
condiciones de informalidad. El Convenio 189 hasta ahora ha sido ratificado por 31 países.
Entre ellos México, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Alemania, entre otros. Hasta aquí
hemos visto qué es el trabajo doméstico remunerado y el no remunerado. Así como el
impacto que tiene a nivel económico. Te invito a ver el siguiente video para conocer más
sobre el impacto que tiene en la vida de las personas esta distribución del trabajo.
Como hemos visto hasta ahora, la gran parte del trabajo doméstico no remunerado lo
realizan las mujeres en condiciones de vulnerabilidad.
Esto las excluye de las oportunidades de acceso a condiciones dignas de trabajo, por lo
tanto, a mejorar su calidad de vida.
Una parte esencial de ese trabajo es el correspondiente a los cuidados. Cuando hablamos
de trabajo de cuidados nos referimos específicamente a aquellas actividades que
sostienen la vida. Que incluyen todo lo relacionado con las cuestiones de la salud. Citas
médicas, tomas de medicamento, estar al pendiente de si las hijas e hijos no presentan
fiebre. Cuando se caen, si se hace un raspón, pernoctar en hospitales cuando algún
familiar enferma. La alimentación, la compra, preparación y administración de alimentos en
tiempos y espacios requeridos. Y lo relacionado con los procesos educativos,
inscripciones, juntas escolares. Compra de material didáctico de los hijos e hijas dentro de
una familia.
Dentro de toda esta amplia variedad de actividades del cuidado que realizan las mujeres,
es de suma importancia destacar lo relativo a los cuidados emocionales. Como bien señala
Marcela Lagarde, se nos ha adjudicado también la tarea de tejer las relaciones sociales y
familiares. Las mujeres son las encargadas de mantener, procurar y alimentar los vínculos
interpersonales. Como los afectos, las demostraciones de cariño, la contención emocional.
En actividades como la organización comidas de y cumpleaños familiares. Cenas
navideñas, consolar a hijos e hijas cuando tienen alguna dificultad, acompañar duelos.
Todo ello han sido actividades que también, o roles y estereotipos de género, han recaído
en las mujeres.
Incluso en espacios laborales podemos observar cómo las mujeres realizan esta tarea de
cuidados. Cuando, por ejemplo, hay un cumpleaños en la oficina, son ellas quienes se
encargan de comprar el pastel y organizar el convidio con las y los compañeros de trabajo.
Como vimos en videos anteriores, las mujeres realizan en mayor proporción este tipo de
actividades, incluso cuando también cuentan con un trabajo remunerado. Realizando así lo
que se conoce como dobles jornadas laborales. Es decir, las mujeres, al concluir su
jornada laboral remunerada, llegan a casa para continuar con el trabajo doméstico y de
cuidados no remunerado en su entorno familiar.
¿De qué forma crees que impacte esta realización de dobles jornadas en las mujeres?
Sí, como te habrás imaginado, repercute directamente en su calidad de vida. Esto incluye
el estado de salud en general y el tiempo que tienen para descansar y realizar actividades
de ocio. Además de menos oportunidades de ascensos laborales, discriminación entrevista
de trabajo por ser madre o por estar embarazada. Menor acceso a puestos directivos o de
toma de decisiones, lo que se conoce como techo de cristal. Como te habrás dado cuenta
hasta ahora, es de vial importancia repensar la redistribución del trabajo doméstico. Y de
cuidados en nuestros entornos personales para que construyamos sociedades más justas
e igualitarias. Te invito a que sigas reflexionando sobre el tema. Y veamos el impacto que
estas diferencias generan en los ingresos económicos de las personas en el siguiente
video.
Hasta ahora, hemos visto el impacto que tiene la división sexual del trabajo en la vida de
hombres y mujeres. Tanto en los ingresos que perciben, como en la distribución desigual
de las tareas domésticas y de cuidados. Actualmente el mundo está atravesando una
pandemia a nivel internacional, que ha agudizado aún más estas diferencias.
En la siguiente gráfica, observarás cómo es que las mujeres son las personas que
principalmente apoyan en actividades escolares. Como tareas, durante la pandemia por
COVID-19 en México. También se ha observado que se han convertido en grupo
vulnerable de contagio. Al ser ellas quienes se han hecho cargo de los cuidados de los
miembros de la familia. Que se han contagiado por COVID. En esta infografía podrás
observar algunos datos relativos al impacto de la pandemia en mujeres universitarias. En
un estudio realizado por el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM.
Si deseas más información relativa al impacto de la pandemia en la vida de las mujeres.
Te invito a consultar el informe publicado por la Comisión Interamericana de la Mujer. De la
Organización de los Estados Americanos.
Como te habrás dado cuenta hasta ahora, existen muchos factores. Que precarizan el
trabajo de las mujeres y privilegian el trabajo de los hombres. Y en el ocio y el uso del
tiempo libre, ¿habrá diferencias? Te invito a ver el siguiente video para dar respuesta a
ello.
Como vimos en el último video, la actual pandemia mundial, también ha tenido un impacto
en la vida de las mujeres. Incrementando las dobles y triples jornadas que realizan
respecto al trabajo doméstico y de cuidados. ¿Este incremento en las horas de trabajo
tendrá un impacto en las horas de descanso de las mujeres? Te invito a ver este video
para conocer y reflexionar sobre este impacto.
Con la información que hemos visto hasta ahora, podemos reconocer que las mujeres
dedican más tiempo al trabajo doméstico y de cuidados en comparación con los hombres.
¿Tendrán una relación con la forma en que utilizan el tiempo libre?
Sí, dado que las mujeres son las principales responsables del trabajo doméstico y de
cuidados. En muchas ocasiones realizan dobles y triples jornadas, queda muy poco tiempo
para el descanso y el autocuidado. you no digamos de las actividades relativas al ocio, a la
diversión personal, o las que son meramente placenteras.
Recordemos que el ocio es un derecho humano y nos permite mejorar la calidad de vida
de las personas. Se centra en la realización de actividades positivas que contribuyen al
desarrollo y bienestar físico y emocional.
Aunado a esto, debemos considerar también que si las mujeres dedican menos horas a
actividades de ocio y esparcimiento. Y se encuentran realizando labores domésticas que
se desarrollan usualmente en el espacio privado, existe necesariamente una diferencia en
cuanto a la manera en que hombres. Y mujeres usan y ocupan el espacio público.
Recuerda, por ejemplo, ¿qué pasaba en el recreo cuando ibas a la escuela? ¿Cómo se
utiliza el patio? La mayor parte de este, el espacio central, es ocupado por los niños para
la realización de juego deportivos, usualmente fútbol o básquetbol. En tanto que las niñas
suelen jugar en el perímetro, y realizan actividades como saltar la cuerda, el resorte. O
simplemente se quedan sentadas en pequeños grupos platicando. Es así como desde la
infancia también se socializa de forma diferenciada el uso del espacio público.
Esta situación se traslada a las calles de la ciudad. Piensa, por ejemplo, en los grupos de
skaters que se apropian de las plazas, grandes espacios públicos en donde pueden
realizar su actividad de ocio favorita.
Hasta aquí, hemos hablado sobre la forma en que hombres y mujeres se distribuyen las
tareas domésticas y de cuidados. Y la forma en que esto representa ventajas para
algunos, y desventajas para otras, precarizando sus condiciones laborales. Y reduciendo
el tiempo de ocio y de descanso. En los siguientes videos, refleccionaremos sobre cómo
lograr cambios en esta área tan importante.
Eme Vázquez, Alejandra. Su cuerpo dejarán. Vestidos para la recién nacida. México: Enjambre
Literario, 2019.
Hierro, Graciela. La ética del placer. Cátedra universitaria 7. México: Universidad Nacional
Autónoma de México, 2014.
INEGI. “Encuesta nacional sobre uso del tiempo (ENUT)”. Nota técnica,
2019. https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/enut/2019/doc/
enut_2019_nota_tecnica.pdf.
———. “Ratificación por México del Convenio núm. 189 sobre las trabajadoras y los
trabajadores domésticos”. Noticia. Organización Internacional del Trabajo, el 3 de julio
de 2020. http://www.ilo.org/americas/sala-de-prensa/WCMS_749907/lang--es/
index.htm.
———. “Un paso decisivo hacia la igualdad de género. En pos de un mejor futuro del
trabajo para todos”. Consultado el 26 de enero de
2022. https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ/
documents/publication/wcms_674751.pdf.
Seager, Joni. La mujer en el mundo: atlas de la geografía feminista. Barcelona: Grijalbo, 2019.
En videos anteriores hablamos acerca de la división sexual del trabajo. Las diferencias
entre el trabajo remunerado y no remunerado. Así como sus efectos en la distribución del
uso del tiempo y del espacio en hombres y mujeres. Te invito a escuchar la siguiente
canción que justo nos habla de todas estas cuestiones.
>> Al ama de casa yo voy a jugar y haré muy contenta lo que hace mamá. El lunes me
toca la ropa lavar. El martes temprano tendré que planchar. El miércoles todas las
compras haré. El jueves y viernes me siento a coser. El sábado niños la casa hay que
asear. Y todo el domingo podremos pasear. [MUSIC] >> ¿Qué te ha parecido esta
canción?
Vimos también cómo es que esta distribución del trabajo en la sociedad. Ha generado
desigualdades y desventajas en el uso del tiempo para las mujeres. Reduciendo el número
de horas de descanso y de ocio que tienen para sí mismas. Lo que impacta directamente
en el estado de salud y el acceso a oportunidades laborales mejor remuneradas. En tanto
que los hombres tienen mayores oportunidades de desarrollar su carrera profesional. Al no
verse involucrados en estas responsabilidades domésticas. Afortunadamente, dado que
esta división sexual del trabajo ha sido aprendida histórica y culturalmente, podemos
revertir esta situación.
Como hemos visto hasta ahora, el reparto del trabajo doméstico y de cuidados no ha sido
distribuido equitativamente. Debido a factores como la división sexual del trabajo arraigada
fuertemente en estereotipos, roles y mandatos de género. Que a su vez, se transpolan a
los contratos, horarios y condiciones laborales que permanecen en nuestra sociedad.
Actualmente, vivimos un reparto del trabajo doméstico y de cuidados de forma
desequilibrada. Y alejado del ideal deseable por todas y todos, y que por tanto no es
corresponsable. Estamos convencidas de que la corresponsabilidad contribuirá a una
sociedad más igualitaria. Justa y enriquecedora para todas las personas. En el siguiente
video podemos conocer más sobre el impacto que tiene la falta de corresponsabilidad en
la vida de las mujeres. Te invito a verlo.
La ilustradora francesa Emma ****, realizó una tira cómica para un periódico en el que
ilustró gráficamente cómo es que esta labor silenciosa y poco valorada se vive en el día a
día de las mujeres. La llamó, Pero podrías habermelo pedido, para visibilizar el rol pasivo
que muchos hombres asumen frente a la distribución de tareas domésticas y de cuidado.
Asumiéndose como parejas que ayudan cuando en realidad se limitan a esperar órdenes
de parte de las mujeres. Y que en muchas ocasiones deben de ser verbalizadas varias
ocasiones. Te invito a consultar el cómic en el siguiente link.
https://mujervisible.eu/2018/02/24/me-lo-podrias-haber-pedido/
Como puedes ver, la falta de corresponsabilidad tiene impacto en la salud física, mental y
emocional de las personas, generalmente en las mujeres. Que llevan sobre sus hombros y
el resto de su cuerpo y mente, la responsabilidad y el bienestar de las personas que viven
el hogar o que forman parte de una familia. En el siguiente video, seguiremos explorando
este tema para ver el impacto del impacto de la falta de corresponsabilidad en la vida
laboral de las personas.
La psicóloga española, Coral Herrera, nos recuerda que la mayor parte de los genios de la
humanidad. Han sido aquellos que han tenido tiempo para crear, para pensar, leer,
aprender cosas nuevas, acumular conocimientos. Y si han tenido tiempo es porque han
podido desvincularse de las tareas básicas. Para la supervivencia de los cuidados de
bebés, gente mayor y familiares dependientes. Por ello, personas como Newton o Einstein
pudieron elaborar sus teorías de la gravedad o de la relatividad.
Porque no tenían que cuidarse así mismos. Ni tenían que cocinar, limpiar, lavar, tender
ropa, organizar la casa, cuidar plantas y animales, cambiar pañales. Tenían a alguien que
trabajaba gratis para ellos o cobrando muy poco. Las consecuencias negativas de la falta
de corresponsabilidad a mediano y largo plazo van más allá de situaciones individuales.
you que generan costos sociales y amenzan el desarrollo, el estado de desarrollo del
bienestar de los países, por ejemplo. Hay un desaprovechamiento del trabajo femenino.
Las mujeres son una fuerza importante de trabajo que está muy capacitada. Y que se
encuentra frecuentemente desempleada o subempleada. Al no haber medidas de
corresponsabilidad por parte de las empresas o instituciones empleadoras. Las mujeres
tienen menos posibilidades de acceder a puestos y también hay una mayor rotación del
personal. Lo que impide a las personas tener estabilidad laboral para poder desarrollar sus
proyectos de vida. Así como dificultad para acceder a garantías laborales básicas.
Generando situaciones que se pueden convertir en situaciones de explotación laboral.
Y si deseas consultar más información al respecto, puedes descargar el informe del Banco
Mundial Mujer, Empresa y Derecho. Que presenta datos sobre las leyes y reglamentos que
fomentan la corresposabilidad. Y la inclusión económica de las mujeres en 190 países.
Hasta aquí hemos visto el impacto que tiene la falta de corresponsabilidad para las
personas, principalmente las mujeres. Como por ejemplo a través de dobles y triples
jornadas laborales, la carga mental. Así como también conocimos cuáles son las
principales características. Del síndrome de agotamiento físico y emocional del cuidador o
cuidadora. También vimos como esto puede afectar al proyecto de vida de las personas, y
su satisfacción en el proyecto laboral. La corresponsabilidad no es solo necesaria para el
reparto de las tareas, o domésticas y de cuidados. También se requiere corresponsabilidad
en el área de los cuidados afectivos. Te invito a ver el siguiente video para conocer más
sobre este tema tan importante.
Corresponsabilidad afectiva
Esta semana vimos lo que es la división sexual del trabajo, las características del trabajo
doméstico no remunerado, el trabajo remunerado, las dobles y triples jornadas laborales,
la importancia del cuidado para la sostenibilidad de la vida, así como el impacto de la falta
de corresponsabilidad de las personas. Finalmente, cerramos con la propuesta de algunas
medidas para fomentar la corresponsabilidad en las tres esferas que integran la vida
social: la personal, la comunitaria y la institucional. En la siguiente semana, vamos a
trabajar con un tema que está en el centro de las desigualdades y la discriminación que se
ejerce sobre mujeres y personas sexo diversas, y que nos permiten entender cómo este
orden heteropatriarcal opera, para seguir manteniendo su dominio. Sí, se trata de la
violencia por razones de género, y además de conocer sus tipos y modalidades, vamos a
reflexionar sobre cómo esta impacta de manera negativa en la vida de las personas que no
se alinean a los mandatos de género. Te invitamos a que sigas con nosotras.
Coffey, Clare, Patricia Espinoza Revollo, Rowan Harvey, Max Lawson, Anam Parvez Butt, Kim
Piaget, Diana Sarosi, y Julie Thekkudan. “Tiempo para el cuidado. El trabajo de cuidados
y la crisis global de desigualdad”. Oxfam, el 20 de enero de
2020. https://doi.org/10.21201/2020.5419.
Granma.cu. “Destaca UNICEF a Cuba como único país latinoamericano que garantiza una
licencia para la crianza compartida”, el 2 de septiembre de 2019, sec.
Cuba. https://www.granma.cu/cuba/2019-09-02/destaca-unicef-a-cuba-como-unico-
pais-latinoamericano-que-garantiza-una-licencia-para-la-crianza-compartida-02-09-
2019-09-09-59.
Eme Vázquez, Alejandra. Su cuerpo dejarán. Vestidos para la recién nacida. México: Enjambre
Literario, 2019.
Gago, Soledad. “¿Qué es la responsabilidad afectiva?” Diario EL PAIS Uruguay. Consultado el
2 de febrero de 2022. https://www.elpais.com.uy/domingo/responsabilidad-
afectiva.html.
Herrera Gómez, Coral. Dueña de mi amor: mujeres contra la gran estafa romántica. Madrid:
Catarata, 2020.
Marín Tejada, Miguel. Cuídate para cuidar a otros: programa para evitar el desgaste de los
que trabajamos ayudando a los demás. México: Editorial PAX, 2016.
Martínez Ten, Luz, y Rosa Escapa Garrachón. “Cómo compartir la vida en igualdad. Guía
práctica para chicas y chicos”. Madrid: Consejo de las Mujeres del Municipio de Madrid,
2009.
Mendoza, Mónica Adriana, y Claudia Ledesma Hernández. “Manual para construir la paz en
el aula. Constructores de paz en la comunidad escolar. Guía para docentes”. México, D.
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2011. https://piensadh.cdhdf.org.mx/images/publicaciones/guia_para_la_educacion_en_
derechos_humanos/2011_Manual_construir_paz.pdf.
Micromachismos. “‘No me lo has pedido’: el cómic sobre las excusas de los hombres con las
tareas del hogar”. ElDiario.es, el 5 de julio de 2017, sec.
Micromachismos. https://www.eldiario.es/micromachismos/deberias-haberlo-pedido-
comic-mental_132_3293090.html.
———. “Un paso decisivo hacia la igualdad de género. En pos de un mejor futuro del
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