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Conceptos básicos de género

Estructura del curso


El curso está dividido en cinco módulos:

1. Roles, estereotipos y mandatos de género


2. Sistema sexo-género y heteropatriarcado
3. Interseccionalidad
4. Privilegios y daños en el uso del tiempo y del espacio
5. Corresponsabilidad en tareas domésticas y de cuidado para la sostenibilidad
de la vida común.
Cada módulo finaliza con dos actividades: un cuestionario calificado y una actividad
de práctica (opcional) para revisión entre pares.

El tiempo aproximado que tendrás que dedicar a cada módulo será de dos horas.

Introducción
¿Alguna vez te han dicho que las mujeres no deben decir groserías o que las mujeres son
un peligro al volante?

Y si eres varón, ¿que no llores como niña? Y si haces labores domésticas de cuidado,
¿que no seas mandilón? ¿Te has preguntado por qué a las niñas les regalan muñecas y
los niños cochecitos? ¿O por qué hay más enfermeras que enfermeros? O gente que
sigue pensando que las ingenierías no son para las mujeres, o que los hombres no deben
barrer ni trapear.

Todo esto tiene que ver con los roles y los estereotipos de género. Estos son atributos que
se hacen a hombres y mujeres según su sexo. ¿Sabes a qué nos referimos con esto? Te
invito a que veas el siguiente video para descubrirlo

Diferencia entre sexo y género


En este video veremos cómo sexo y género no son la misma cosa. También veremos
cómo, desde que nacemos, se nos atribuyen ciertas formas de ser y comportamientos que
basándose meramente en nuestras características biológicas, van a determinar nuestras
valoraciones, nuestras funciones, nuestras oportunidades y, finalmente, la forma en que
nos relacionamos hombres y mujeres. Diferencia entre sexo y género. Es común que se
utilice la palabra "género" como un sinónimo de sexo, pero ¿te has preguntado si quieren
decir lo mismo? Al nacer, las personas somos clasificadas como hombres o mujeres según
nuestras características biológicas. A estas características las llamamos "sexo". En
cambio, el género hace referencia a todas las características que social y culturalmente
adjudicamos a las personas en función de su sexo. Esta adjudicación es histórica y
cultural, no está fija y puede cambiar con el tiempo. Es importante, entonces, saber que
sexo y género no son la misma cosa.

El sexo se refiere a las diferencias y características biológicas, anatómicas, fisiológicas y


cromosómicas de las personas que las definen como hombres, mujeres o personas
intersexuales. Todas las personas nacemos con estas características.
El género, por su parte, está compuesto por el conjunto de ideas, creencias y atribuciones
sociales construidas en cada cultura y momento histórico, que toman como base la
diferencia sexual, es decir, las características biológicas con las que nacemos.

Quisiera hacer énfasis en esto. Cuando hablamos de género nos estamos refiriendo a una
construcción cultural e histórica que no es natural. A partir de ella se va a determinar el
comportamiento, las funciones y el tipo de relaciones que se dan entre hombres y mujeres.
Ahora bien, ¿de qué manera se han construido estas características y relaciones? A través
de una serie de ideas sobre qué es un hombre, qué es una mujer y cómo deben
comportarse. Se trata, por lo tanto, de una serie de atributos de lo que una mujer debe ser,
sentir y hacer, que se asocian con la feminidad y lo que debe ser, sentir y hacer un hombre
que va a estar asociado con la masculinidad. Algunos ejemplos de estos atributos
asignados a la feminidad y a la masculinidad son: que las mujeres somos dóciles,
dependientes, pasivas, sensibles, hogareñas, comprensivas, delicadas, tiernas y que los
hombres son independientes, seguros, aventureros, fuertes, prácticos, activos y muchas
cosas más. ¿Y qué pasa cuando nos salimos de estos atributos? Pues la sociedad se
encarga de recordárnoslo. Seguramente, les ha pasado alguna vez en su vida que les
dijeran que no están siendo lo suficientemente femeninas o que eso que están haciendo
no es nada masculino. Pero, ¡ojo! Y vuelvo a insistir en esto, como se trata de atributos
asignados social y culturalmente, no son naturales, es decir, las mujeres no somos por
naturaleza sensibles o los hombres son por naturaleza violentos. Son formas de ser y de
comportarnos que aprendemos desde nuestra primera infancia y, por lo tanto, te tengo una
buena noticia, estos pueden modificarse. En este video vimos como sexo y género tienen
distintos significados. El sexo se asocia con todas las características biológicas que
tenemos las personas cuando nacemos. En cambio, el género son las atribuciones
sociales y culturales que se hacen a las personas según estas características biológicas.
También vimos cómo estas construcciones sociales asignan atributos de masculinidad y
feminidad a las personas según su sexo y cómo estos son una forma de imponer a las
mujeres y a los hombres formas de ser y de comportarse. También vimos que estas
atribuciones no son naturales y por lo tanto pueden modificarse. En el siguiente video
seguiremos explorando las implicaciones sociales de estas atribuciones de la masculinidad
y la feminidad a través de lo que se conoce como "estereotipos y roles de género". Te
invito a que lo veamos.

Roles y estereotipos de género


En el video anterior, hablamos sobre los atributos de la feminidad y la masculinidad como
una forma en que la sociedad determina cómo deben ser y comportarse las mujeres y los
hombres. En esta ocasión, seguiremos explorando el tema.

Vamos a verlo a través de lo que son los roles y los estereotipos de género. Y cuáles son
los efectos y las consecuencias que estos tienen en la vida de las mujeres y de los
hombres.

Roles y estereotipos de género.

Ya vimos como, desde el momento en que nacemos, se nos atribuyen ciertas cualidades
que supuestamente son propias de la feminidad y de la masculinidad.

Estos atributos marcan cómo deben ser y comportarse las mujeres y los hombres. Por
ejemplo, es común que hay un niño le digan que los hombres no lloran. O que a una niña
le digan que las mujeres deben ser delicadas, sonreír y que no se les ocurra interrumpir
una conversación porque calladitas se ven más bonitas.

Todos los días vemos cómo estos atributos o cualidades, que empiezan a marcar
diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres, se han ido fijando como si fueran
una esencia, como si formara parte de nuestra naturaleza. A esto se le conoce como
estereotipos de género.

Estos son, ,pues generalizaciones y creencias muy arraigadas. Y que se reproducen todo
el tiempo sobre cómo deben ser y deben comportarse los hombres y las mujeres. Es decir,
definen socialmente cómo las personas según su sexo deben ser, sentir y pensar. Los
llamamos estereotipos porque se refieren a ideas que están comúnmente aceptadas por
una sociedad. Y que actúan como modelos sobre cómo son y cómo deben comportarse
las mujeres y los hombres.

Es importante reconocer que se trata siempre de imágenes y modelos muy simplificados,


que surgen de prejuicios. Y que muchas veces se asumen y se reproducen sin que haya
una reflexión de por medio.

Por ejemplo, a principios del siglo XX se consideraba poco femenino que una mujer usara
pantalones o que fumara. Actualmente ya no sucede esto. Pero se sigue pensando que
una mujer que no quiere ser madre no sabrá lo que es ser una verdadera mujer, o que
estará incompleta. Sin embargo, no se dice lo mismo con respecto a un hombre.
Seguramente mientras escuchas esto, se te están ocurriendo muchos ejemplos más. Los
estereotipos suelen reforzarse en la escuela, en la familia y, por supuesto, en los medios
de comunicación. Pensemos, por ejemplo, que las personas que aparecen en la publicidad
de los productos de limpieza suelen ser mujeres. Y que en los anuncios para autos
deportivos, siempre aparecen actores varones conduciendo a toda velocidad.

Los estereotipos de género afectan a las personas de distintas maneras. Una de estas,
quizás la más visible, es que asignan funciones y roles sociales que hombres y mujeres
deben cumplir. Por ejemplo, a la mujer históricamente se le ha asignado el papel de
cuidadora de hogar. Y a los hombres el papel o rol de quien sostienes económicamente a
la familia. Estos papeles, que se suponen que hombres y mujeres debemos seguir, son los
roles de género.

Estos roles se refieren a las posiciones que socialmente ocupan o se espera que ocupen
las personas en función del género. Son, por lo tanto, normas que dictan las sociedades y
culturas sobre cuáles son los lugares y las funciones que deben desempeñar los hombres
y las mujeres.

Como you mencioné, a las mujeres por esta asociación que se hace con sus
caracteristicas biológicas que implican la capacidad de dar vida, se les ha asignado las
activades reproductivas. Cuidado de hijas, hijos y familiares, limpieza del hogar,
preparación de alimentos. Y a los hombres se les asigna el papel productivo,
mantenimiento económico del hogar, realización de acciones en el ambito público. Más
adelante veremos cómo estos roles, que dividen el espacio entre lo público y lo privado,
asignan el primero a los hombres y el segundo a las mujeres. Y cómo esto ha afectado de
muchas maneras los cuerpos, las formas de ser, las vidas, y el trabajo de hombres y
mujeres. El problema es que estas creencias de lo que deben ser y hacer las mujeres y los
hombres, terminan por construir a las identidades de género como algo fijo. Y llevan estos
significados a generalizaciones que se consideran como producto de la naturaleza y no
como construcciones sociales. A esto se le conoce como naturalización de los roles y
estereotipos de género. Esto ha hecho que a lo largo de la historia y en distintas
sociedades, muchas veces sea muy difícil que las personas puedan romper con estos
mandatos de masculinidad y de feminidad que les impone la sociedad.

En este video, vimos cómo los atributos de masculinidad y feminidad cuando se fijan y se
vuelven en ideas aceptadas en la sociedad, se convierten en estereotipos de género.
Estos funcionan como modelo de lo que deben ser y hacer hombres y mujeres.

Estos modelos tienen unas consecuencias directas en las vidas de las personas porque
indican las formas en cómo deben actuar, cómo vivir, cómo expresarse. E incluso también
asignan ciertos lugares en donde pueden o deben actuar hombres y mujeres. Se les
asignan, pues, roles de genero.

Estos roles han asociado generalmente a las mujeres con el espacio doméstico, y a los
hombres con el espacio público.
Seguiremos profundizando en estas diferencias. Pero antes, hablaremos sobre los
mandatos de género.

Mandatos de género
En el vídeo anterior, vimos qué son los estereotipos y los roles de género y cuáles son sus
efectos y afectaciones en la vida de las personas. En este vídeo, veremos cómo los
estereotipos y roles de género, al naturalizarse, producen mandatos, es decir, imponen a
través del orden social ciertas características y conductas de lo que deberíamos ser y
hacer las mujeres y lo que deberían ser y hacer los hombres. Estos mandatos son
reforzados por los medios de comunicación, la publicidad, la escuela, incluso las propias
familias, generando una serie de normas y de conductas que asumen a estos
comportamientos como algo normal y socialmente aceptado. Esto hace que,
constantemente, las mujeres nos sintamos obligadas a cuidar nuestra imagen,
maquillarnos, corregir nuestras imperfecciones, a cuidar de otras personas, hacer las
tareas domésticas, estar atentas a las necesidades de los demás. Debemos ser cariñosas
porque por naturaleza somos madre y, por lo tanto, debemos demostrar nuestros afectos,
ser prevenidas, volver pronto a casa, tener cuidado con nuestra sexualidad, no ser
promiscuas. Los hombres deben ser fuertes, demostrar seguridad, no tener miedo,
experimentar más cosas, sentirse invulnerables, aprender a no renunciar, ser
autosuficientes, reflexivos, prácticos, mantener a la familia, defender el honor, "no dejarse",
competir. Muchas veces, cuando una persona incumple estos mandatos, la sociedad la
castiga, ya sea a través del señalamiento, de la sanción social, de la discriminación y, en
muchas ocasiones, de la violencia física, verbal o psicológica. Piensa, por ejemplo, en lo
que sucede cuando una mujer se sale de estos mandatos y decide no depilarse. Por lo
general, se le señala, se le dice que se ve mal, que es antihigiénico, que debería cuidar
más su aspecto, que así no va a gustar a nadie. O las mujeres que llevan una vida sexual
que no se ciñe al mandato de la monogamia, o al de la buena esposa, o la novia
abnegada. O a las mujeres que deciden no ser madres. Generalmente, se les suele
recriminar sus decisiones y conductas, y lo que es peor, muchas veces se llega a la
violencia física y verbal para castigar el incumplimiento de estos mandatos. ¿Cuántas
veces no se ha justificado la violencia sobre las mujeres por celos? ¿Por qué no se dio a
respetar? ¿Por qué no fue una buena esposa o novia? Pero también los mandatos de
género afectan a los hombres. ¿Qué sucede, por ejemplo, cuando un varón pierde su
trabajo y ya no puede mantener a la familia? Suele ser una fuerte presión y muchas veces
genera problemas en su entorno y es despreciado por no poder ser el sustento de su
familia. O lo que sucede con los mandatos que se producen en grupos de hombres, que se
presiona a los individuos a hacer cosas temerarias para probar su hombría. ¿Qué sucede
con quienes no quieren hacerlo? Por lo general son presionados, si no es que agredidos,
por los mismos miembros del grupo. O, ¿cuántos insultos no hay para referirse a un
hombre que no se considera lo suficientemente masculino? Como puedes ver, los
mandatos de género son peligrosos, porque obligan a las personas a hacer y actuar de
una manera determinada y muchas veces producen violencia. Por eso es importante que
como personas, pero también como sociedad, cuestionemos y eliminemos estos mandatos
para tener mejores relaciones con nosotras y nosotros mismos y con las demás personas.
Esto nos librará de la culpabilidad y de la vergüenza y nos permitirá construir relaciones
igualitarias y libres de violencia. Acabamos de ver cómo los mandatos de género, al
imponer formas de ser y de comportarse, afectan a hombres y mujeres, limitando las vidas
de las personas, así como su derecho a decidir qué quieren hacer y cómo quieren vivir sin
que sean discriminadas y violentadas por ello. Estos mandatos, al igual que los roles y
estereotipos de género, se construyen sobre un orden que solo ofrece dos tipos de formas
de vivir y expresar quienes somos: lo masculino y lo femenino. Este orden, además,
mandata que si bien hombres y mujeres somos diferentes, también nos complementamos.
Por eso el modelo de pareja y el modelo familiar se construye bajo la norma de la
heterosexualidad. Pero si miramos a nuestro alrededor, vemos que las personas son
mucho más ricas y complejas que esto, que tenemos diversas maneras de vivir, de
identificarnos y expresar nuestra sexualidad y afectos, pero también distintas maneras de
vivir nuestro género. En el siguiente vídeo, te propongo que nos adentremos un poco en
este amplio mundo de la diversidad. ¿Qué dices? ¿Vamos?

Diversidades sexogenéricas

En el video anterior hablamos sobre los mandatos de género y cómo estos son una
manera de obligar a las personas a seguir los modelos propuestos por los roles y los
estereotipos de género, que asignan formas de ser y de comportarse a los hombres y las
mujeres a través de atributos de lo que se considera femenino y lo que se considera
masculino. Finalizamos con una reflexión sobre cómo estos estereotipos, roles y mandatos
no representan para nada la diversidad de formas en las que vivimos, nos identificamos y
expresamos nuestra sexualidad, nuestros afectos y nuestro género. En este video vamos a
explorar esta diversidad. Heteronormatividad y diversidades sexogenéricas. Generalmente,
se pensaba que las relaciones de pareja, sexuales y afectivas, y de parentesco se debían
desarrollar únicamente entre mujeres y hombres. Además, se suponía que era necesario
seguir ciertas ideas, actitudes y comportamientos codificados, identificados como el amor
romántico. Estas normas son conocidas bajo el nombre de "heteronorma" o
"heteronormatividad", ya que se trata de un sistema de ideas y normas políticas, sociales,
culturales y morales que han impuesto al modelo heterosexual como la única forma bajo la
cual las personas pueden relacionarse sexoafectivamente. Sin embargo, esta forma de
pensar excluye los vínculos de las parejas entre personas que no son heterosexuales. No
es verdad que solo existe una forma de ser hombre y una forma de ser mujer. Ni siquiera
en el sexo, que es la clasificación biológica más básica, se puede partir de que solo hay
cuerpos de mujeres hembras y cuerpos de hombres machos; también hay cuerpos
intersexuales. Si miras a tu alrededor, podrás ver que existe una pluralidad de prácticas y
de creencias que están vinculadas con las formas en que nos comportamos, expresamos
nuestro género y nos relacionamos afectivamente. Reconocer que no existe una sola
forma de ejercer nuestra sexualidad y nuestros afectos, nos ayuda a salir de la dicotomía
masculino-femenino y del régimen heterosexual que mandata y ve como lo normal y lo
natural la afinidad afectiva y sexual entre personas de sexos opuestos. Para explicar esta
diversidad, la teoría de género ha creado distintos conceptos. Veamos algunos de ellos.
Identidad de género.

Cuando hablamos de identidad de género, nos referimos a la forma individual e interna en


la que cada persona define su propio género, la cual podría no corresponder con el sexo
que se le asignó al nacer. Orientación de género o sexual. Es la atracción física o afectiva
que sentimos hacia otra persona. A pesar de las creencias, mitos y tabúes, la orientación
de género no se limita a la heterosexualidad; existe también la homosexualidad, la
bisexualidad, la pansexualidad y la asexualidad. Expresión de género. Es la manera en
que una persona expresa su género mediante su apariencia, forma de vestir y de
comportarse socialmente. Esta expresión por lo general es vista con base en las
convenciones sociales y en las formas en cómo se expresa la masculinidad y la feminidad.
En este sentido, las mujeres pueden tener una expresión de género masculina y al revés,
los hombres desarrollar una expresión de género femenina. Esto último no significa que
esta expresión sea vinculada forzosamente con una orientación sexual determinada. Es
decir, una mujer cuya expresión de género retoma actitudes y comportamientos asociados
con la masculinidad, no forzosamente es lesbiana. O un hombre que expresa su género
con actitudes más femeninas, no forzosamente es gay. Actualmente se ha avanzado en
materia de igualdad y respeto a la diversidad, lo que ha permitido que la educación, las
leyes y, poco a poco, las creencias y costumbres se vayan actualizando. Sin embargo,
todavía nos queda camino por recorrer. Es muy importante que todas las personas
contribuyamos a que estos cambios sucedan en la sociedad para solucionar las
problemáticas de discriminación, exclusión y marginación sobre la vida que no cumplen
con la heteronormatividad. La violencia que hemos vivido a causa de estas desigualdades
ha producido problemas importantes de salud física, emocional y mental, limitando la
calidad de vida y situaciones irreparables como crímenes de odio y asesinatos. En este
video vimos como las personas vivimos y sentimos nuestro cuerpo y expresamos nuestro
género, deseos, erotismo, afectos y prácticas amorosas de distintas maneras. También
reconocimos la importancia de entender que al no existir una sola forma de ejercer la
sexualidad y los afectos, debemos romper con el mandato de la heteronormatividad.
Desafortunadamente, aún existen muchos prejuicios que provocan la discriminación y
distintos tipos de violencia contra las personas que eligen vivir y expresar su identidad de
género, su sexualidad y sus afectos fuera de la heteronorma. El camino hacia un mundo
igualitario pasa forzosamente por cuestionar estos prejuicios. Como sociedad podemos
producir este cambio. Te invito a que continúes con nosotras para seguir explorando de
manera conjunta por qué se dan estas desigualdades y violencias, y cómo podemos ir
construyendo entre todas y todos una sociedad más igualitaria, justa y libre de violencia.

Roles y mandatos de género en los medios de comunicación masiva

Con lo que hemos revisado esta semana, seguramente ahora identificas cómo algunos
medios de comunicación masiva reproducen ideas que refuerzan estereotipos, roles y
mandatos de género. Seguramente en tu país o región se transmiten series, telenovelas,
anuncios comerciales, revistas o programas de comedia donde estas ideas son evidentes.
Identifica uno de estos ejemplos y comparte en este foro de qué manera ese programa de
televisión, anuncio, publicidad, reproduce los estereotipos, roles y mandatos de género.

Recomendaciones:

Al describir este ejemplo, considera que en este curso hay participantes de muchos
países, así que ayudará mucho si precisas el contexto del programa, revista o espacio
publicitario que selecciones. De ser posible, comparte un enlace para ver más información
del ejemplo que hayas seleccionado.
Después de integrar tu participación, comenta algunas otras para enriquecer la discusión.
Te invitamos a mantener una conversación empática y constructiva para que este foro sea
un espacio en donde todas las personas participantes nos sintamos seguras y respetadas
Antes de publicar tus comentarios, léelos detenidamente y asegúrate que contribuyen a la
discusión.

Hasta ahora hemos visto cómo la sociedad impone ciertas características y roles a las
personas cuando nacen. Que mandatan cómo deben de ser y comportarse hombres y
mujeres. Al hacerlo se marca una diferencia entre lo masculino y lo femenino. Que produce
un orden binario dicotómico, es decir que sólo contempla dos formas de expresar quiénes
somos y lo que hacemos. También vimos como la realidad es mucho más compleja y rica
que esto, y que existen diversas maneras en cómo vivímos. Nos identificamos y
expresamos nuestra identidad de género y nuestra orientación sexual. Vimos también que
el problema con los roles y estereotipos y mandatos de género. Es que estos son como
camisas de fuerza que se imponen a las personas. Y que limitan y muchas veces atentan
contra su derecho de decidir. Quiénes quieren ser, cómo quieren vivir y cómo quieren
expresar lo que son, hacen y sienten. Y esto es así porque los mandatos de género no son
inocentes ni curiosos, más bien forman parte de un sistema de organización social. Que
algunas pensadoras feministas han llamado orden de genero ó sistema sexo género. Este
es un sistema que organiza a la sociedad y que al mismo tiempo de organizarla. Produce
una jerarquía que justifica la discriminación y fomenta la desigualdad y la violencia entre
hombres y mujeres.

Reproduce el video desde :1:38 y sigue la transcripción1:38

Sé que you quieres saber cómo funciona éste sistema. Esto es justo lo que veremos a
continuación, pero antes, te invito a que consultes y descargues éstas infografías. Sobre
varias de las cuestiones que hemos visto hasta ahora.

Guía para revisar un cuento con lentes de igualdad de Género


Esta actividad es complementaria y no afecta a la acreditación del curso. Te invitamos a
realizarla pues en ella podrás aplicar las diferentes dimensiones de la igualdad de género que
revisaremos en el curso.

A lo largo de estas cinco semanas, realizarás el análisis de un cuento clásico con lentes de
igualdad de género. Queremos con ello que analices una de esas historias a partir de preguntas
que te plantearemos semana tras semana, con las cuales podrás identificar los elementos en los
cuales se produce desigualdad y discriminación por razones de género.

Los cuentos los podrás encontrar en la siguiente pantalla del curso. Si estás realizando este curso
desde la aplicación móvil de Coursera, te recomendamos consultarlos en el siguiente enlace:
https://mooc-unam-publico.github.io/lecturas_web/genero/C1/cuentos/index.html

Las preguntas que guiarán el análisis son las siguientes:

Semana 1:

1. Elige a dos personajes, uno femenino y otro masculino, e identifica sus roles, mandatos y
estereotipos de género. Justifica tu respuesta.
2. ¿Crees que en el cuento es evidente que la protagonista del cuento es femenina?
Justifica tu respuesta.
Semana 2:
1. Haz una lista de características del personaje principal femenino y otra del personaje
principal masculino.
2. Con las dos listas de características, responde: ¿Los personajes principales (femenino y
masculino) tienen entre sí una relación binaria y jerárquica? Justifica por qué. Por
ejemplo, “se complementan porque el personaje masculino protege al femenino, por
ende, es superior.”
Semana 3:

1. Identifica a algún personaje que tenga privilegios o sea vulnerado. Justifica tu respuesta.
2. ¿Qué condiciones de privilegios o vulnerabilidad (diferentes a las de género), son
planteadas en el cuento? Identificas alguna otra condición de privilegios o
vulnerabilidad planteada en el cuento por motivos diferentes al género?  Justifica tu
respuesta.
Semana 4:

1. ¿En el cuento se plantea una división sexual del trabajo? Justifica tu respuesta.
2. ¿Los personajes femeninos dedican su tiempo a las labores del hogar y los masculinos se
desarrollan en el espacio público? Justifica tu respuesta.
Semana 5:

1. ¿En el cuento se plantea que los trabajos domésticos y de cuidados se reparten


corresponsablemente? Justifica tu respuesta.
2. ¿En el cuento los personajes son corresponsables afectivamente? Justifica tu respuesta.
Recomendaciones:
 Conserva un documento con las respuestas y correcciones que hayas realizado durante
las actividades de práctica semanales. Te serán sumamente útiles para la actividad final
de evaluación.
 Los cuentos que te proponemos tienen muchas versiones. Usa los que te compartimos
para que no haya confusiones con las respuestas de tus pares.
 Tu retroalimentación es muy valiosa para las demás personas. No olvides hacer un
comentario en las actividades que permita a tus pares ampliar y mejorar sus respuestas.

Referencias bibliográficas. Semana 1


Cortés Cid, María Margarita, Yaiza Rodríguez Gutiérrez, y Alejandra Muñoz López. Guía para
la incorporación de la perspectiva de género. México: Secretaría de Relaciones Exteriores,
Dirección General del Servicio Exterior y de Recursos Humanos, 2014.

Leñero Illiaca, Marta. Equidad de género y prevención de la violencia en preescolar. México:


SEP, 2009.

Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. ¿Qué son los roles y estereotipos de género?,
2020. https://www.youtube.com/watch?v=bAxfkAkhzaA.

Nerio Monroy, Ana Luisa. A, B, C, de la perspectiva de género. México: Comisión Nacional de


Derechos Humanos, 2019.
Sistema sexo- género y heteropatriarcado

Les damos la bienvenida a este segundo módulo en el que veremos el orden de género o
el sistema sexo género. Hemos revisado que el género no es una propiedad de los
cuerpos y que no existe de manera ordinaria o esencial en los seres humanos. Tanto es
así que las sociedades hemos desarrollado estereotipos y mandatos de género a través de
los cuales regulamos nuestras conductas, pensamientos y formas de relacionarnos. Estas
normas que rige nuestras formas de vivir, sostienen un orden social organizado, que va
desde las familias hasta todo tipo de instituciones, pero que limita nuestras posibilidades
de elegir más allá de los roles de género. En este sentido, es importante plantear cómo es
que funciona esta estructura del sistema sexo género y qué efectos tiene sobre los
cuerpos, las relaciones y en general, sobre las vidas.

Sistema binario
El sistema sexo-género es un sistema binario. Esto significa que hay dos únicas formas de
existir como ser humano: siendo mujer o siendo hombre, únicamente. Pero esta
separación, además, divide en dos las características humanas. Por ejemplo, desde muy
pequeños a los niños se les enseña que deben ser fuertes, hábiles en los deportes y no
deben llorar; mientras que a las niñas se les enseña a jugar, a cuidar bebés y hacer
limpieza, además de que se les enseña a ser sensibles, tiernas y cuidadosas. En la
sociedad, todas las personas vamos contribuyendo a la formación de los infantes para que
adquieran esas características. No es extraño, por ejemplo, escuchar que en los deportes
a las niñas se les exige menos esfuerzo físico o son mal vistas si realizan actividades que
la sociedad considera rudas, pesadas y agresivas. Un ejemplo claro es cuando una niña
quiere practicar boxeo, pero sus padres, familiares y amistades intentan persuadirla,
explicándole que los golpes no son para señoritas. En cambio, le sugieren ir a clases de
danza. Si esta niña decide seguir con sus inquietudes, se le considera fuera de lo normal y
esto tiene repercusiones negativas en su desarrollo, porque es señalada, excluida y
violentada. Basta con investigar un poco sobre la vida y trayectoria de muchas deportistas
en diversas disciplinas. Lo binario, además, significa que los géneros y los sexos son
contrarios y complementarios. Cuando decimos que son contrarios estamos hablando de
que se oponen, no en una lucha, sino en tanto a lo que se espera de uno y de otro. De las
mujeres, se espera que sean femeninas; de los hombres, que sean masculinos o
varoniles. Recordarás que hemos visto qué es la feminidad y qué es la masculinidad.
También, puedes revisar la infografía. Además de ser contrarios, también se
complementan, generando una unidad. Esta unidad es, por ejemplo, el ideal de las
parejas, pero también de la sociedad. Porque debemos considerar que el sistema sexo-
género asigna cualidades y funciones diferentes a mujeres y a hombres, por lo que
necesita que ambos cumplan con sus roles para que exista un orden social. Lo binario
divide no solo a mujeres de hombres, sino que también separa lo femenino de lo
masculino, la vida privada de la pública, entre otras cosas. Es importante mencionar que
esta forma de complementarse también dicta cómo debe ser nuestro deseo sexual, a lo
que se ha llamado "orientación sexual" y se ha denominado, binariamente, en
heterosexualidad y homosexualidad. Para concluir, hemos visto hasta ahora que el
sistema sexo género organiza a las personas de manera binaria, es decir, dividiendo en
pares contrarios y complementarios entre sí, diferentes creencias, conductas y hábitos.
Revisemos ahora que ese par no es simétrico, sino que funciona generando
desigualdades.

Jerarquía
Cuando expliquemos que el sistema sexo-género es binario, debemos considerar que no
significa que sea igualitario. Por el contrario, sostiene una estructura jerárquica que da
mayor valor a los hombres sobre las mujeres. A lo masculino sobre lo femenino, a lo
heterosexual sobre lo homosexual, y a la vida pública sobre la vida privada. Basta con
mirar a nuestro alrededor para reconocer el gran número de espacios dirigidos por
hombres en todos los ámbitos. Así mismo, percatarnos de que los personajes principales
de la historia y el saber Han sido varones en su mayoría. También podemos recordar que
ha sido muy reciente al derecho de las mujeres al voto, a heredar y a la educación.

Como vemos, el sistema sexo-género es un orden social. Que ha mantenido la


desigualdad y que favorece a los varones otorgándoles privilegios.

Repetición
Todas y todos, o por lo menos la gran mayoría de las personas, repetimos las normas del
sistema sexo-género incansablemente. Las vemos en todos los lugares, por ejemplo en el
cine, la radio, el teatro, en las políticas de empresas e instituciones, y así como estos
espacios nos recuerdan continuamente cómo actuar, también nos muestran las
consecuencias de actuar conforme al género.

Vemos castigos, amenazas, agresiones, exclusiones y hasta torturas y asesinatos en


contra de quienes no actúan obedientemente con estas normas.

Y escuchamos constantemente prejuicios y tabúes en contra de estas formas de vida


diferentes.

El sistema sexo-género en la cultura


El sistema sexo género en la cultura. Esperamos que muchas ideas y preguntas te
inquieten y haya crecido tu deseo para saber más de esto, a lo que llamamos "género".
Seguramente te han surgido muchas dudas, pero no te preocupes, es normal y verás que
poco a poco las iremos contestando contigo. Ya vimos que el sistema sexo género es
binario y produce un orden jerárquico. Ahora, hablaremos sobre cómo es que este sistema
se ha mantenido a lo largo de la historia. Recordemos que al inicio del curso, Mónica
Quijano nos explicó cómo es que naturalizamos los pensamientos y conductas. Esto se
debe a que al mirar nuestro entorno identificamos que la gran mayoría de las personas
repiten los roles femeninos y masculinos. Además, cuando recordamos cómo eran las
personas de las generaciones anteriores, ocurre que también ellas actuaban conforme a
mandatos y estereotipos. Si analizamos de dónde toman fuerzas estas normas sociales,
descubriremos tanto en el pasado como actualmente, que existen personajes importantes;
libros, obras, leyes e instituciones y demás, que han contribuido a mantener en todas las
épocas esta forma de orden social. Veremos a continuación algunos ejemplos. En
palabras de Aristóteles, el macho es por naturaleza superior y la hembra inferior. Uno
gobierna y la otra es gobernada. Este principio de necesidad se extiende a toda la
humanidad.

Mientras que para Jean-Jacques Rousseau, ideólogo de la educación, a las niñas no les
gusta aprender a leer y escribir; y sin embargo, siempre están dispuestas para aprender a
coser. Podemos encontrar opiniones y frases en muchos autores. Así, San Agustín creía
que es orden natural, entre los humanos, que las mujeres estén sometidas al hombre,
porque es de justicia que la razón más débil se someta a la más fuerte.

Revisando estas frases, nos damos cuenta de que todos ellos afirman que hay una
jerarquía entre los géneros. Esto se debe a que a pesar de ser abogados, científicos,
pensadores, todos ellos como personas, también fueron educados en este sistema.
Además, también es posible que no cuestionaran este orden, porque al ser hombres
fueron favorecidos por los privilegios de tener acceso a la educación y oportunidades.

Heteropatriarcado
Hemos visto que vivimos en un sistema que atraviesa y organiza todos los ámbitos de la
vida. También nos dimos cuenta que desde hace muchos siglos los hombres son quienes
han tenido el poder, ya sea en las familias, la sociedad, la política, la economía, la religión
y la cultura. Finalmente, hemos revisado que estas diferencias que colocan a las mujeres
como seres inferiores a los hombres se han desarrollado a partir del determinismo
biológico, que versa sobre la debilidad de las hembras humanas ante los machos
humanos. A todo esto se le llama "heteropatriarcado". Seguro has escuchado esta palabra
recientemente. Este nombre tiene su origen histórico en la familia, ya que considera que
los padres son jefes, jefes de familia, y deben supervisar la educación de los hijos para
que estos continúen replicando el mismo orden en la sociedad. Ahora que hemos visto qué
es el sistema sexo-género, también nos hemos dado cuenta de que a este se le llama
"orden heteropatriarcal".

Ahora, repasemos lo que hemos visto. El sistema sexo-género es binario y ordena las
vidas de las personas dividiéndolas en mujeres y hombres. Además, relaciona a unas con
otros tratando siempre de que se complementen. Sin embargo, esto implica que se tengan
que asumir roles específicos para unas y otros, los cuales mantengan el orden social.

Este orden social es desigual porque genera una jerarquía en la que son superiores los
varones. Finalmente, vimos que a esto se le llama heteropatriarcado. Nombre que
proviene de la creencia de que los hombres son, biológicamente, mejores que las mujeres.
Y que por ello deben ser los jefes de familia y estar siempre al frente de cualquier actividad
humana

Referencias bibliográficas. Semana 2

Garza, Claudia de la, y Eréndira Derbez. No son micro: machismos cotidianos, 2020.

Leñero Illiaca, Marta. Equidad de género y prevención de la violencia en preescolar. México:


SEP, 2009.
Martínez de la Escalera, Ana María, y Erika Lindig Cisneros. Alteridad y exclusiones.
Vocabulario para el debate social y político. Ciudad de México: UNAM, Facultad de
Filosofía y Letras: Juan Pablos Editor, 2013. http://ru.ffyl.unam.mx//handle/10391/4224.

Mosqueda, Sofía. “De Aristóteles y la friendzone”. Economía y sociedad, el 18 de mayo de


2017. https://economia.nexos.com.mx/de-aristoteles-y-la-friendzone/.

Nerio Monroy, Ana Luisa. A, B, C, de la perspectiva de género. México: Comisión Nacional de


Derechos Humanos, 2019.
Interseccionalidad
Introducción
Hasta aquí hemos visto cómo las violencias por razones de género se encuentran inscritas
en una estructura patriarcal. Es decir que los roles, los estereotipos y los mandatos no son
cuestiones naturales. No está dentro de nuestra biología el que como mujeres seamos
cuidadoras, o que por naturaleza los hombres sean violentos. En realidad lo que ocurre es
que todos estos discursos que you vimos, la ciencia, las religiones, los medios de
comunicación, etcétera, están operando. Pero, ¿alguna vez has pensado que quizás no
todas las personas vivimos esas desigualdades de género de la misma manera, que en
realidad no todas las mujeres somos iguales? ¿De qué crees que dependan esas
diferencias? ¿Qué piensas que pasa con las mujeres indígenas? ¿Qué pasa con las
mujeres trans y con la experiencia de las mujeres migrantes, crees que viven violencias
similares? ¿Cuáles serían las diferencias entre las necesidades de cada una de ellas? Te
invito a ver los siguientes videos para explorar todas estas preguntas.

Diferencias en la experiencia de ser mujer

A lo largo del tiempo y de diferentes territorios ha habido mujeres que señalan que aquello
por lo que el feminismo lucha no les hace mucho sentido o no se ve reflejado en sus vidas.
Por ejemplo, cuando las sufragistas de inicios del siglo XX lograron el derecho al voto de
las mujeres, en realidad no era para todas las mujeres. Por muchos años las únicas que
podían votar eran las mujeres blancas. Por ejemplo, en Estados Unidos se considera que
el éxito del sufragismo ocurrió en 1920, cuando se aseguró la ratificación a la Constitución.
Pero no fue hasta la década de 1960 que las mujeres afroamericanas pudieron votar. ¿Por
qué pasa esto? Porque el patriarcado es solo una de las muchas estructuras de opresión
que operan sobre los cuerpos de las personas. Las violencias y discriminación por
cuestiones de raza, clase, orientación sexual, edad, capacidades motrices, salud y muchas
marcas identitarias más, juegan un papel sumamente importante si queremos entender la
complejidad de experiencias y de necesidades, que como mujeres tenemos. A lo largo de
la historia muchas mujeres han señalado que sus cuerpos se ven atravesados por
diferentes opresiones, que la mayoría de las veces no se toman en cuenta. Te voy a dar
un ejemplo para que esto sea más claro. Emma DeGraffenreid, era una mujer
afroestadounidense que estaba buscando trabajo. Se acercó a una fábrica de automóviles
donde el puesto para el que ella aplicó le fue negado. Emma decidió levantar una
demanda contra la fábrica, pues ella consideraba que no le habían dado el trabajo por ser
una mujer negra. El caso de Emma fue desestimado por el juez debido a que la fábrica
aseguraba que dentro de sus empleados habría tanto mujeres como personas negras. Lo
que el juez decidió no tomar en cuenta es que las mujeres que trabajaban en esa empresa
y que ocupaban puestos como secretarias o dentro de las oficinas administrativas eran
blancas, y que las personas negras que operaban la maquinaria industrial o desarrollaban
actividades de mantenimiento eran hombres. Entonces, ¿qué es lo que sucede aquí? A
Emma, no le negaron el trabajo solamente porque era mujer, ni tampoco porque era negra,
sino porque era una mujer negra. O sea, que a Emma no solo le afectaba la marca
identitaria de género por un lado, y la etnicidad por el otro, sino que ambas estructuras de
opresión, el sistema patriarcal y el sistema racista, estaban atravesando su cuerpo al
mismo tiempo. Hasta aquí hemos comenzado a explorar cómo es que la opresión
generada por el patriarcado se complejiza cuando se encuentra con otra marca identitaria,
como puede ser la clase, etnia, orientación sexual, edad y un largo etcétera. Te invito a
que veas los siguientes videos para que exploremos con mayor profundidad estas
complejidades.

Las muchas marcas identitarias que se intersectan


En los videos anteriores comenzamos a explorar qué ocurre cuando diferentes opresiones,
como el sexismo, racismo, clasismo, la xenofobia o la gordofobia, atraviesan las vidas de
las personas. En este video veremos cómo es que este fenómeno se ha conceptualizado y
veremos más ejemplos que ilustren la importancia de tomarlo en cuenta. Muchas mujeres
a lo largo de la historia han señalado este fenómeno y lo han nombrado de diferentes
maneras. La forma más común es la que Kimberlé Crenshaw introdujo a las ciencias
sociales en 1989. Ella lo nombró "interseccionalidad", precisamente porque, como vimos
en el video anterior, hay más de una estructura que oprime, operando al mismo tiempo
sobre una persona. En realidad, sobre un grupo de personas, porque aunque es verdad
que cada persona es única, también es innegable que tenemos experiencias compartidas
y necesidades que, esto es muy importante, deben ser garantizadas por el Estado de
cualquier lugar en el que habitemos. En el ejemplo de Emma, la estructura patriarcal se
entrecruza con una estructura racista y es muy claro cómo ambas afectan a esta persona.
Pero, en realidad, esos cruzamientos pueden ocurrir con muchísimas otras marcas
identitarias. Por ejemplo, no sé si viste en redes sociales el revuelo que hubo cuando
Calvin Klein sacó fotos espectaculares con la modelo y activista Jari Jones. Jari es una
mujer trans que lucha en contra del racismo, el sexismo y la gordofobia, precisamente
porque son todas esas estructuras de opresión las que atraviesan su cuerpo, su
experiencia de vida y, por lo tanto, determinan muchas de las necesidades de Jari. En una
sociedad occidental, donde los estándares de belleza se alejan de las características
físicas de Jari, hubo un rechazo muy fuerte de la campaña. Los comentarios en redes
sociales pasaban por el racismo, la transfobia y la gordofobia. Otro caso que
lamentablemente ilustra la importancia de tener una mirada interseccional para entender a
profundidad la violencia, es el asesinato de Victoria Salazar a manos de la policía
mexicana, ocurrido en Tulum el 28 de marzo de 2021. Victoria era una mujer salvadoreña
que había pedido asilo político en México. No bastando la violencia perpetrada por la
policía, Victoria fue revictimizada por las autoridades y los medios de comunicación,
cuando alegaron que estaba borracha, intentando así justificar el actuar de la policía.
Según ellos, Victoria estaba atentando contra el orden público. Este caso muestra las
consecuencias de cuando la brutalidad policíaca está permeada por estructuras racistas,
clasistas, xenófobas y sexistas. Su condición de migrante, la racialización de su cuerpo, su
clase y el hecho de ser mujer, jugaron papeles fundamentales, si queremos entender a
profundidad toda la violencia, no solo la de la policía, sino también la de los medios al
revictimizarla, que fue ejercida contra ella. ¿Recuerdas cómo vimos que en el caso de
Emma DeGraffenreid había dos estructuras de opresión que se intersectaban? Si
tomamos en cuenta los últimos dos ejemplos y pensamos en muchos otros que yo no
mencioné, podemos observar las muchas estructuras de opresión que pueden atravesar
los cuerpos de un grupo de personas. Entonces, la gráfica termina viéndose algo así.
Aunque en realidad las estructuras no convergen tan ordenadamente ni se tocan en un
solo punto como muestra esa imagen, más bien la interseccionalidad se vería como algo
así.

No te asustes. Es cierto que las relaciones entre estructuras son muy complejas, pero lo
importante de tener una mirada interseccional es que nos permite no solamente identificar
las estructuras que operan sobre nuestros cuerpos, sino identificar las diferentes
necesidades que como mujeres tenemos. En este video vimos el fenómeno que ocurre
cuando varias estructuras de opresión se entrecruzan y atraviesan a las personas. De
igual forma, vimos las consecuencias tan atroces que esto puede llegar a causar. Pero
¿qué podemos hacer con esto? ¿De qué nos sirve tener una mirada interseccional? Te
invito a que veas el siguiente video para descubrirlo.

¿La interseccionalidad contradice la igualdad?


En los videos pasados, vimos la importancia de tomar en cuenta las diferencias que
tenemos entre mujeres. Para no universalizar la experiencia de ser mujer. Pero entonces,
¿la mirada interseccional contradice la idea de que todas las personas somos iguales? Y
entonces, ¿por qué parte de la discusión feminista es por la igualdad? Porque la igualdad
es una categoría dada por los derechos humanos y es muy importante que a nivel jurídico
exista. Para que las leyes sean aplicadas de manera correcta. Que exista una igualdad de
trato, de oportunidades, igualdad de acceso a recursos, igualdad de resultados. Es decir,
ante los ojos de la ley, debemos ser iguales a pesar de que la realidad. Por lo diversas que
somos las personas, lo contradiga constantemente.

Cuando nombramos nuestras diferencias, ponemos luz sobre la diversidad de necesidades


que como personas tenemos. Si no podemos nombrar las particularidades de las
experiencias, no podemos resolver las problemáticas que estas presentan. Por ejemplo, en
el caso de Emma DeGraffenreid, el Estado falló rotundamente. Porque no tenían las
herramientas para ver que los problemas que a ella se le presentaban. Eran muy
diferentes de los que los hombres racializados podían experimentar. Así como las
problemáticas de las mujeres blancas.

El revuelo que provocó la colaboración de Jari Jones en una campaña publicitaria. Ilustra
cómo es que los discursos permean nuestros imaginarios. Sobre qué cuerpos son dignos
de modelar ropa o aparecer en anuncios espectaculares.

El caso de Victoria Salazar nos muestra hasta qué punto puede llegar la violencia
perpetrada por el Estado. Un Estado completamente fallido que por lo demás le había
dado una visa humanitaria. Cuando nuestros cuerpos son atravesados por diversas
estructuras de opresión. Es así como la interseccionalidad nos permite hacer visibles las
problemáticas, injusticias, discriminación y violencias. Que vivimos las mujeres y las
personas cuyos cuerpos, identidad de género y orientación sexual. No se ciñen a los
mandatos del orden heteropatriarcal. Además, nos ayuda a nombrar las necesidades de
los grupos que atraviesan esas injusticias. Y también nos permite nombrar los privilegios
que ciertos cuerpos tienen. Los cuerpos de los hombres delgados, blancos, occidentales,
saludables heterosexuales, adultos, educados. Y nos permite ver cómo a partir de que
diferimos de ese cuerpo hegemónico. Las distintas estructuras nos afectan de diferentes
maneras.

Hasta ahora hemos revisado cómo es que las distintas estructuras de opresión afectan las
vidas de las mujeres de diversas maneras. Hemos visto que como resultado de dichas
situaciones de violencia. Las mujeres tendremos necesidades muy distintas unas de otras.
Y lo más importante, que el Estado de nuestro país debería ser capaz de ver, atender y
resolver esa variedad de necesidades.

En esta semana revisamos la diferencia entre sexo y género. Vimos los estereotipos, roles,
y mandatos que de esa diferencia se desprende. Así mismo, revisamos cómo es que los
discursos reproducen ideas que consolidan lo que como hombres y como mujeres
debemos hacer, sentir, y pensar. Observemos cómo todo esto depende de una estructura
heteropatriarcal. Y revisamos qué es lo que ocurre cuando esa estructura se cruza con
otras. La siguiente semana hablaremos de cómo afecta esta estructura heteropatriarcal en
la vida cotidiana de las personas. Por ejemplo, en cómo nos dividimos el trabajo entre
hombres y mujeres. Cómo es que usamos nuestro tiempo y los espacios que habitamos de
maneras diferentes. Te esperamos la próxima semana para revisar todos estos temas.

Referencias bibliográficas. Semana 3


Crenshaw, Kimberlé. The urgency of intersectionality,
2016. https://www.ted.com/talks/kimberle_crenshaw_the_urgency_of_intersectio
nality.
Derechos Humanos - Codicen - Anep. Género - Interseccionalidad,
2018. https://www.youtube.com/watch?v=4ZSctqFAoDQ.
El País. Cuando el FEMINISMO deja fuera a algunas mujeres,
2019. https://www.youtube.com/watch?v=HLrwQWfTFUA.
Lázaro, Margarita. “Proud in her Calvins (Orgullosa en sus Calvins)”. Huffington Post,
el 29 de junio de 2020. https://www.huffingtonpost.es/entry/jari-jones-modelo-
trans-calvin-klein_es_5ef987cac5b6ca970911b86f.

Platero Méndez, Raquel. “Metáforas y articulaciones para una pedagogía crítica


sobre la interseccionalidad”. Quaderns de Psicologia 16, núm. 1 (el 31 de mayo
de 2014): 55–72. https://doi.org/10.5565/rev/qpsicologia.1219.
Privilegios y daños ene l uso del tiempo y del
espacio
Introducción

Hola, te doy la más cordial bienvenida a esta semana de trabajo. Hasta ahora hemos visto
lo que son los roles, estereotipos y mandatos de género. También, cómo el sistema sexo
género es un sistema que, basándose en las características biológicas, marca un orden en
el cual lo masculino es considerado superior. Terminamos con una reflexión sobre la
interseccionalidad. En esta semana, exploraremos cómo se ha dividido el uso del tiempo y
el espacio histórica y culturalmente entre hombres y mujeres. Para comenzar me gustaría
preguntarte, ¿a qué te dedicas? Quiero que pienses en todas y cada una de las
actividades que realizas a lo largo del día. ¿Estudias, trabajas o te dedicas a ambas?
¿Colaboras en algún tipo de negocio familiar? ¿Ventas por catálogo? ¿Hay un acuerdo
previo con las personas con las que vives sobre el tiempo o el número de horas en que
realizarás estas actividades? ¿Te es posible distinguir fácilmente cuando estás estudiando,
trabajando o cuando no? ¿Al final de tu jornada puedes descansar? ¿Qué haces en tu
tiempo libre? ¿Tienes tiempo libre? ¿Te has puesto a pensar si los hombres y las mujeres
utilizamos el tiempo y el espacio de la misma manera?

Te invito a que reflexionemos sobre todas estas cuestiones. Y veamos cómo se ha


distribuido el uso del tiempo y el espacio entre hombres y mujeres en la sociedad.

División sexual del trabajo

Continuemos reflexionando. ¿Las mujeres y los hombres ocupan el tiempo de la misma


forma? En la siguiente animación veremos un ejemplo de cómo se distribuyen las tareas
domésticas y de cuidado, y el trabajo remunerado en una familia.

¿Qué te pareció este video? ¿Te sentiste identificada, identificado? ¿Es justa la
distribución de tareas domésticas que se hace en el video? ¿Has observado con atención
cómo se distribuyen estas tareas en tu hogar? En este video pudimos observar cómo a lo
largo del día, tanto hombres como mujeres realizan diversas actividades dentro de su
hogar y fuera de él, distribuyéndose de forma desigual la responsabilidad en función del
sexo de las personas. Las mujeres realizan una mayor cantidad de actividades ligadas al
ámbito doméstico, tales como cocinar, llevar a hijas e hijos a la escuela, lavar trastes,
cuidar de personas mayores, en comparación con los hombres. Esto se ve reflejado en la
cantidad de tiempo de ocio y de descanso que las personas tienen, beneficiando
principalmente a los hombres. Esto se conoce como división sexual del trabajo, que es la
asignación de las tareas y responsabilidades indispensables para sostener la vida en
común y la reproducción, que ha sido construida histórica y culturalmente, asignando
labores específicas para las mujeres y para los hombres. En México, de acuerdo con la
Encuesta Nacional de Uso del Tiempo, observamos, por ejemplo, que a pesar de realizar
una jornada laboral completa en el mercado laboral, para las mujeres no existe una
reducción importante de las horas de trabajo no remunerado, siendo de 25,7 horas a la
semana, en comparación con los hombres que realizan 11 horas de trabajo doméstico,
ambos bajo una jornada laboral de 40 horas.

En esta infografía, que podrás descargar, encontrarás datos muy valiosos sobre la
distribución del trabajo doméstico y de cuidados en hombres y mujeres alrededor del
mundo. Te invito a que veas el siguiente video para conocer más acerca de este
interesante tema.

Trabajo productivo - trabajo reproductivo

En el video anterior, hablamos sobre la división sexual del trabajo. Diferenciando de esta
forma las actividades que deben realizar las mujeres y las actividades que deben realizar
los hombres. Al mismo tiempo que se les adjudica diferentes espacios en función del sexo.
Recordarás que la semana anterior se hizo alusión a esta diferencia entre el ámbito
público y el ámbito privado. Debido a los atributos que social y culturalmente se han
asociado a la feminidad. A las mujeres se les asigna tradicionalmente el espacio doméstico
o privado. Lugar en el que se realiza el trabajo considerado como reproductivo. En tanto
que a los hombres, se les ha asignado tradicionalmente el espacio público. Lugar en el que
se realiza el trabajo considerado como productivo.

El trabajo reproductivo realizado principalmente por las mujeres, madres, hijas, esposas,
tías, abuelas. Consiste en todas aquellas actividades y tareas que permiten el desarrollo,
la continuidad. Como lo dice Silvia Federici, el sostén de la vida cotidiana.

Es decir, como vimos en el video anterior, actividades como realizar la compra del
supermercado, llevar a los hijos e hijas a la escuela. Cuidar de personas mayores o
discapacitadas, cocinar, recoger la ropa de la tintorería, etc. Son todas aquellas
actividades que hacen que nuestro día a día fluya sin complicaciones. Son todas aquellas
actividades invisibles que facilitan que ocurra el trabajo visible, remunerado.

Como decíamos hace un momento, el trabajo reproductivo es realizado principalmente por


mujeres. Y cuando estas no se encuentran en la posibilidad de realizarlo, a quienes se
recurre frecuentemente es a otras mujeres. Usualmente alguien de la familia, la abuela
para el cuidado de las y los nietos, las nueras cuando enferma la suegra, etc.

Es importante mencionar que este trabajo es frecuentemente desvalorizado y no


remunerado. Se trara del empobrecimiento material de las mujeres. Debido a la falta de
acceso a oportunidades reales en el mercado laboral remunerado. Lo que impacta en el
empeoramiento de su calidad de vida y en la vulneración de sus derechos fundamentales.

Por su parte, el trabajo productivo asignado tradicionalmente a los hombres. Consiste en


todas aquellas tareas orientadas a la obtención y transformación e intercambios de bienes.
En el mercado nacional e internacional, en la política y en la sociedad en general. Se
espera que los hombres trabajen fuera de casa a tiempo completo. Reforzando el rol de
proveedor y de líder, tal como lo vimos la semana anterior. Así mismo, se les reconoce
como los principales productores de conocimiento en la ciencia, la tecnología, las
ingenierías. O bien, tienen mayor entrenamiento en oficios, muchos de los cuales implican
habilidades manuales. Como el manejo de herramientas en la plomería, la herrería, la
mecánica. Que de nueva cuenta, los colocan en el ámbito público al realizarlas.

No es que las mujeres no hayan producido saberes o conocimientos. Sino que las
experiencias de las mujeres al producirse dentro del ámbito privado. Han estado más
enfocadas, por ejemplo, a tareas y saberes relacionados con los cuidados en materia de
salud. Por ejemplo, la partería, una práctica ancestral que está siendo revalorada
actualmente. Y que ha sido reconocida como un gran aporte para el cuidado y el bienestar
de la salud sexual de las mujeres.

Hasta aquí hemos visto qué es la división sexual del trabajo. El trabajo reproductivo y
productivo, y en qué consiste la feminización de la pobreza. Como verás, tiene un gran
impacto en nuestra vida cotidiana. Te invito a ver nuestro siguiente video para conocer
más características de esta división sexual del trabajo.

Trabajo doméstico no remunerado


Hasta ahora, hemos hablado sobre la división sexual del trabajo y lo que significa el trabajo
reproductivo y productivo. En este video, nos adentraremos en las características de la
remuneración económica del trabajo realizado principalmente por mujeres. Como vimos en
el video anterior, las mujeres realizan la mayor parte del trabajo reproductivo de la
sociedad, y aprendimos que la mayor parte de ese trabajo que realizan es un trabajo
doméstico no remunerado. ¿Qué significa exactamente? El trabajo doméstico no
remunerado es todo aquel trabajo por aquel que no se recibe ningún pago. Por ejemplo, en
México, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo de 2019, las mujeres
dedican 30,8 horas en promedio a la semana al trabajo doméstico no remunerado,
mientras que los hombres dedican 11,6 horas semanales. Ya hemos explicado en el video
anterior la definición de trabajo reproductivo. Para que esta idea quede aún más clara,
veamos algunos ejemplos de las actividades que implican este trabajo y que son
realizadas principalmente por las mujeres. La limpieza cotidiana, pasar la aspiradora,
limpiar la cocina, limpiar el cuarto de baño, limpiar a fondo la cocina, lavar la ropa, lavar la
ropa de cama, cambiar las sábanas, planchar. Administrar el presupuesto familiar,
organizar el pago de las facturas de casa. Hablar con la escuela sobre cuestiones
cotidianas. Ser la primera persona a la que llaman cuando hay algún problema en la
escuela. Preparar la mochila para la escuela. Revisar las tareas. Hacer solicitudes en las
escuelas, ya sea en la primaria o la secundaria. Organizar el cumpleaños de niños y niñas.
Organizar fiestas para toda la familia. Comprar la ropa. Organizar las navidades. Comprar
los regalos para la familia. Organizar las citas médicas o las citas con el dentista. Cuidar
de los niños y niñas por las noches o los fines de semana. Preparar actividades para que
tu pareja cuide de niños y niñas por las noches o los fines de semana. Leer cuentos para
dormir. Cuidar de niños y niñas cuando enferman. Pedir permiso en el trabajo cuando los
niños y niñas enferman. Dormir a los niños y niñas cuando despiertan por la noche.
Encargarse de los regalos de cumpleaños de la familia. Reservar y preparar las
vacaciones. En tanto que las principales tareas domésticas que realizan los hombres son:
sacar la basura, reparaciones, imperfecciones en casa, poner las repisas, colgar algún
cuadro, cambiar las baterías, cambiar las bombillas, lavar el automóvil, instalar televisores,
computadoras o cualquier otro equipo de trabajo electrónico. Como te pudiste dar cuenta,
existe un gran desequilibrio entre las actividades que desempeñan las mujeres y los
hombres dentro de su entorno familiar. Las labores no remuneradas en los hogares son
trabajos. Se han invisibilizado porque ello ha resultado benéfico para el sistema patriarcal,
en el que las mujeres son vistas como una población subordinada o inferior. Por lo tanto,
las tareas que ellas realizan se habían considerado secundarias o sin valor. Sin embargo,
cuando este trabajo es realizado de forma remunerada por otras mujeres externas a la
familia, se observa que persisten también muchas situaciones de vulnerabilidad, ya que
suelen ser realizadas en horarios fijos, sin días de descanso, salarios bajos o sin
condiciones en general, sin acceso a prestaciones laborales. En el siguiente video,
conoceremos con más detalle las características del trabajo doméstico remunerado.

Trabajo doméstico remunerado

Como vimos en el video anterior, el trabajo doméstico y de cuidados es principalmente no


remunerado. Existe un porcentaje que es realizado de forma remunerada. En este video,
conoceremos las características de este tipo de trabajo.

De acuerdo con ONU Mujeres, el trabajo doméstico remunerado. Se define como todas las
actividades que permiten sostener día a día el bienestar físico y emocional de las
personas. Involucra tareas de cuidado directo, tareas de cuidado doméstico y de gestión
de los afectos.

Existen personas que realizan este trabajo por jornadas. Y hay otras que lo realizan
permaneciendo en el hogar donde lo realizan, llamadas trabajadoras de planta o fijas. Este
tipo de situaciones puede generar condiciones de esclavitud y explotación laboral dada la
falta de regulación del mismo. Por ejemplo, los fenómenos migratorios nos han permitido
observar el flujo de mujeres latinoamericanas hacia Europa. Para realizar este tipo de
trabajo, como sucede en España. Ahí han llegado mujeres de Ecuador, Colombia, Perú,
entre otros países. En este caso, podemos ver que el trabajo doméstico y de cuidado
remunerado. Tiene la característica adicional de que es realizado por mujeres migrantes.
Lo cual le suma un factor más de vulnerabilidad a la condición de las mujeres. ¿Recuerdas
el concepto de interseccionalidad que vimos la semana anterior? Este es un ejemplo
interesante de cómo se intersectan diversas opresiones de las mujeres. En este caso
particular, relación con el trabajo reproductivo. La Organización Internacional del Trabajo
estima que hay más de 67 millones de personas trabajadoras domésticas en el mundo. En
muchos países estas personas están excluidas de las protecciones establecidas en la
legislación nacional laboral. Así como del acceso a la seguridad social y servicios de salud.
Incluso de la protección de la maternidad. Es por ello que se desarrolló el Convenio 189 de
la Organización Internacional del Trabajo.

El cual reconoce explícitamente que el trabajo doméstico es trabajo. Y prevé que los
Estados deberían extender los mismos derechos a las personas trabajadoras domésticas.
Que aquellos de los que gozan el resto de las y los trabajadores. Se estima que hay
alrededor de 2.3 millones de trabajadoras y trabajadores domésticos en México, donde la
mayoría son mujeres. Muchas en situación de vulnerabilidad, indígenas y del área rural.
Además, la mayoría de las trabajadoras domésticas en el país, más del 97%, trabajan en
condiciones de informalidad. El Convenio 189 hasta ahora ha sido ratificado por 31 países.
Entre ellos México, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Alemania, entre otros. Hasta aquí
hemos visto qué es el trabajo doméstico remunerado y el no remunerado. Así como el
impacto que tiene a nivel económico. Te invito a ver el siguiente video para conocer más
sobre el impacto que tiene en la vida de las personas esta distribución del trabajo.

Trabajo de cuidados-doble jornada laboral

Como hemos visto hasta ahora, la gran parte del trabajo doméstico no remunerado lo
realizan las mujeres en condiciones de vulnerabilidad.

Esto las excluye de las oportunidades de acceso a condiciones dignas de trabajo, por lo
tanto, a mejorar su calidad de vida.

Una parte esencial de ese trabajo es el correspondiente a los cuidados. Cuando hablamos
de trabajo de cuidados nos referimos específicamente a aquellas actividades que
sostienen la vida. Que incluyen todo lo relacionado con las cuestiones de la salud. Citas
médicas, tomas de medicamento, estar al pendiente de si las hijas e hijos no presentan
fiebre. Cuando se caen, si se hace un raspón, pernoctar en hospitales cuando algún
familiar enferma. La alimentación, la compra, preparación y administración de alimentos en
tiempos y espacios requeridos. Y lo relacionado con los procesos educativos,
inscripciones, juntas escolares. Compra de material didáctico de los hijos e hijas dentro de
una familia.

Dentro de toda esta amplia variedad de actividades del cuidado que realizan las mujeres,
es de suma importancia destacar lo relativo a los cuidados emocionales. Como bien señala
Marcela Lagarde, se nos ha adjudicado también la tarea de tejer las relaciones sociales y
familiares. Las mujeres son las encargadas de mantener, procurar y alimentar los vínculos
interpersonales. Como los afectos, las demostraciones de cariño, la contención emocional.
En actividades como la organización comidas de y cumpleaños familiares. Cenas
navideñas, consolar a hijos e hijas cuando tienen alguna dificultad, acompañar duelos.
Todo ello han sido actividades que también, o roles y estereotipos de género, han recaído
en las mujeres.

Incluso en espacios laborales podemos observar cómo las mujeres realizan esta tarea de
cuidados. Cuando, por ejemplo, hay un cumpleaños en la oficina, son ellas quienes se
encargan de comprar el pastel y organizar el convidio con las y los compañeros de trabajo.
Como vimos en videos anteriores, las mujeres realizan en mayor proporción este tipo de
actividades, incluso cuando también cuentan con un trabajo remunerado. Realizando así lo
que se conoce como dobles jornadas laborales. Es decir, las mujeres, al concluir su
jornada laboral remunerada, llegan a casa para continuar con el trabajo doméstico y de
cuidados no remunerado en su entorno familiar.

¿De qué forma crees que impacte esta realización de dobles jornadas en las mujeres?

Sí, como te habrás imaginado, repercute directamente en su calidad de vida. Esto incluye
el estado de salud en general y el tiempo que tienen para descansar y realizar actividades
de ocio. Además de menos oportunidades de ascensos laborales, discriminación entrevista
de trabajo por ser madre o por estar embarazada. Menor acceso a puestos directivos o de
toma de decisiones, lo que se conoce como techo de cristal. Como te habrás dado cuenta
hasta ahora, es de vial importancia repensar la redistribución del trabajo doméstico. Y de
cuidados en nuestros entornos personales para que construyamos sociedades más justas
e igualitarias. Te invito a que sigas reflexionando sobre el tema. Y veamos el impacto que
estas diferencias generan en los ingresos económicos de las personas en el siguiente
video.

Brecha de género. Feminización y masculinización de oficios


y profesiones
Hemos hablado ya sobre las diferencias que hay en el trabajo doméstico y de cuidados, no
remunerado, y cómo este se ha asignado tradicionalmente a las mujeres. Pero, y en el
trabajo remunerado, en el mercado laboral, ¿habrá diferencias sustanciales entre los
hombres y las mujeres? ¿Tú qué piensas? En este video, hablaremos sobre esas
diferencias que desafortunadamente siguen existiendo. El término "brecha de género" se
refiere a cualquier disparidad entre la condición o posición de los hombres y las mujeres en
la sociedad. Cuando la usamos para referirnos a la diferencia entre los ingresos de
hombres y mujeres, se le llama "brecha salarial de género"; las mujeres reciben una menor
remuneración económica por el mismo trabajo realizado por los hombres. La mujer sigue
cobrando menos que el hombre en casi todas las partes del mundo. Recordemos que esta
brecha se amplía si tomamos en cuenta otros factores como la etnia, la clase social o la
edad. Y no solo es que cobra menos, sino que tiene menos oportunidades de promoción y
de ascenso. Los ingresos de las mujeres suelen ser menores porque trabajan más a
tiempo parcial. Esto es debido a las responsabilidades del trabajo doméstico y de
cuidados. Por las dinámicas del cuidado familiar, a menudo interfieren con su trayectoria
laboral, a veces incluso durante años. O bien, porque se concentran en áreas marginadas
con sueldos bajos y empleos feminizados. Pero ¿qué es esto de la
feminización/masculinización de los empleos, oficios o cargos? A lo largo de la historia, en
todo el mundo, se ha fomentado la idea de que hay trabajos para hombres y trabajos para
mujeres. Los trabajos que se permiten para unos u otras están en función de las normas,
roles y estereotipos de género de lo que es correcto o adecuado que desempeñen los
hombres o las mujeres, obedeciendo a estándares de feminidad o masculinidad vigentes
en cada cultura. Es importante señalar, que la mayoría de los trabajos desempeñado por
mujeres se encuentran peor pagados y valorados. A esto se le conoce como
"feminización/masculinización de los oficios, cargos o empleos o profesiones". Algunos
ejemplos de profesiones feminizadas son la puericultura, la enfermería, la pedagogía, la
psicología, oficios como ser cocinera o ser costurera. Si observas con atención, verás que
muchas de estas actividades conllevan el cuidado de las y los otros, y como se había
señalado en videos anteriores, el trabajo de cuidados, indispensable para el
mantenimiento de la vida, ha sido invisibilizado y desvalorizado. Por otro lado, algunos
ejemplos de profesiones masculinizadas son: las ingenierías, las ciencias exactas, la
política, la mayoría de los deportes y oficios como la herrería o la carpintería, la plomería.
En este caso, lo que observamos es que estereotipos como la fortaleza, la virilidad o la
inteligencia son los que se encuentran detrás de esta categorización. Es importante
mencionar, que cuando las mujeres logran romper el techo de cristal y obtener cargos
públicos importantes, se observa que con frecuencia, de alguna manera, estas están
asociadas a actividades feminizadas. Por ejemplo, cuando un presidente selecciona a las
mujeres que formarán parte de su gobierno, les asigna las secretarías o ministerios como
educación, cultura o salud, y cuando logran acceder a áreas tradicionalmente
masculinizadas, las críticas o descalificación a su trabajo están presentes. ¿Recuerdas
cuando hace algunos años se le otorgó la titularidad del Ministerio de Defensa en España
a la ministra Carme Chacón Piqueras? Desafortunadamente, la mayoría de las notas en
los medios estaban relacionadas con la forma de vestir que utilizaba en los actos públicos
y no tanto con su trabajo como ministra. Finalmente, es importante señalar que cuando
una actividad u oficio que es realizada tradicionalmente por las mujeres, la desempeña un
hombre, esta es revalorizada, por ejemplo, cocinar, cortar el pelo o diseñar ropa, y así
observamos a lo largo de todo el mundo que existen chefs o diseñadores de moda de gran
renombre internacional.

Afortunadamente, la lucha feminista por la igualdad salarial ha dado resultados, y podemos


mencionar algunos ejemplos en los que se ha conseguido avances, como la igualdad de
salarios en las selecciones femeninas de fútbol de Brasil, de Inglaterra, de Noruega,
Dinamarca, Finlandia, por mencionar algunas. También observamos la participación de la
primera mujer coach durante la final de 2020 de la NFL, con la participación de Katie
Sowers. En este vídeo nos acercamos a conceptos muy importantes, el de brecha salarial
de género, feminización/masculinización de los cargos, oficios y profesiones, que nos
permiten comprender la división sexual del trabajo que aún persiste en la sociedad. Como
has podido observar, actualmente a nivel mundial afrontamos una pandemia que ha
atravesado la vida de las personas en muchos niveles. En el siguiente video podrás
conocer el impacto que dicha pandemia ha tenido en la vida de las mujeres.

El impacto de la pandemia en las mujeres

Hasta ahora, hemos visto el impacto que tiene la división sexual del trabajo en la vida de
hombres y mujeres. Tanto en los ingresos que perciben, como en la distribución desigual
de las tareas domésticas y de cuidados. Actualmente el mundo está atravesando una
pandemia a nivel internacional, que ha agudizado aún más estas diferencias.

Es importante mencionar que a raíz de la pandemia mundial por COVID 19 y las


condiciones de confinamiento que se vivieron. El trabajo doméstico y de cuidados
incrementó aún más para las mujeres, dando lugar así a las triples jornadas de trabajo.
Las mujeres que contaban con un trabajo remunerado y continuaron haciéndolo vía
remota. También tuvieron que afrontar el trabajo doméstico y de cuidados. Y el de
educadores de sus hijos e hijas al suspenderse las clases presenciales.

De acuerdo con el informe publicado por la Comisión Interamericana de la Mujer. El


confinamiento agudizó la crisis de cuidado, aumentando la carga global de trabajo de las
mujeres. Según la Organización Internacional del Trabajo. Las mujeres tienen a su cargo
76.2% de todas las horas de trabajo de cuidados no remunerado más del triple que los
hombres. Y son ellas las que tienen doble o triple jornada laboral, situación que se ha
agravado con las medidas de confinamiento. Particularmente en las familias con hijos e
hijas en edad preescolar. O que no pueden asumir de manera autónoma la educación a
distancia.

En la siguiente gráfica, observarás cómo es que las mujeres son las personas que
principalmente apoyan en actividades escolares. Como tareas, durante la pandemia por
COVID-19 en México. También se ha observado que se han convertido en grupo
vulnerable de contagio. Al ser ellas quienes se han hecho cargo de los cuidados de los
miembros de la familia. Que se han contagiado por COVID. En esta infografía podrás
observar algunos datos relativos al impacto de la pandemia en mujeres universitarias. En
un estudio realizado por el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM.
Si deseas más información relativa al impacto de la pandemia en la vida de las mujeres.
Te invito a consultar el informe publicado por la Comisión Interamericana de la Mujer. De la
Organización de los Estados Americanos.

Como te habrás dado cuenta hasta ahora, existen muchos factores. Que precarizan el
trabajo de las mujeres y privilegian el trabajo de los hombres. Y en el ocio y el uso del
tiempo libre, ¿habrá diferencias? Te invito a ver el siguiente video para dar respuesta a
ello.

Uso del tiempo libre y el espacio público

Como vimos en el último video, la actual pandemia mundial, también ha tenido un impacto
en la vida de las mujeres. Incrementando las dobles y triples jornadas que realizan
respecto al trabajo doméstico y de cuidados. ¿Este incremento en las horas de trabajo
tendrá un impacto en las horas de descanso de las mujeres? Te invito a ver este video
para conocer y reflexionar sobre este impacto.

Con la información que hemos visto hasta ahora, podemos reconocer que las mujeres
dedican más tiempo al trabajo doméstico y de cuidados en comparación con los hombres.
¿Tendrán una relación con la forma en que utilizan el tiempo libre?

Sí, dado que las mujeres son las principales responsables del trabajo doméstico y de
cuidados. En muchas ocasiones realizan dobles y triples jornadas, queda muy poco tiempo
para el descanso y el autocuidado. you no digamos de las actividades relativas al ocio, a la
diversión personal, o las que son meramente placenteras.

Recordemos que el ocio es un derecho humano y nos permite mejorar la calidad de vida
de las personas. Se centra en la realización de actividades positivas que contribuyen al
desarrollo y bienestar físico y emocional.

Aunado a esto, debemos considerar también que si las mujeres dedican menos horas a
actividades de ocio y esparcimiento. Y se encuentran realizando labores domésticas que
se desarrollan usualmente en el espacio privado, existe necesariamente una diferencia en
cuanto a la manera en que hombres. Y mujeres usan y ocupan el espacio público.

Recuerda, por ejemplo, ¿qué pasaba en el recreo cuando ibas a la escuela? ¿Cómo se
utiliza el patio? La mayor parte de este, el espacio central, es ocupado por los niños para
la realización de juego deportivos, usualmente fútbol o básquetbol. En tanto que las niñas
suelen jugar en el perímetro, y realizan actividades como saltar la cuerda, el resorte. O
simplemente se quedan sentadas en pequeños grupos platicando. Es así como desde la
infancia también se socializa de forma diferenciada el uso del espacio público.

Esta situación se traslada a las calles de la ciudad. Piensa, por ejemplo, en los grupos de
skaters que se apropian de las plazas, grandes espacios públicos en donde pueden
realizar su actividad de ocio favorita.

O en el ámbito deportivo, por ejemplo, en el cual la participación de las mujeres ha


cambiado a lo largo de la historia. En general, la mujer fuerte, musculosa, o hábil
contradice la idea convencional de la feminidad.

El incremento de la participación de las mujeres en las olimpiadas es un reflejo de los


avances hacia la igualdad de género. Y la consolidación de la participación de las mujeres
a nivel internacional.

Pensemos también en el uso de banquetas o aceras en diferentes ciudades. Por ejemplo,


en México, existe muy poca cultura peatonal. Estas no están adaptadas para personas con
alguna discapacidad física o bien para llevar un bebé en carriola. Una vez más, se observa
que el diseño y la arquitectura de las ciudades responde a un patrón heteropatriarcal,
basado en el uso masculino de los espacios públicos.

Hasta aquí, hemos hablado sobre la forma en que hombres y mujeres se distribuyen las
tareas domésticas y de cuidados. Y la forma en que esto representa ventajas para
algunos, y desventajas para otras, precarizando sus condiciones laborales. Y reduciendo
el tiempo de ocio y de descanso. En los siguientes videos, refleccionaremos sobre cómo
lograr cambios en esta área tan importante.

Referencias bibliográficas. Semana 4


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Piaget, Diana Sarosi, y Julie Thekkudan. “Tiempo para el cuidado. El trabajo de cuidados
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2017. https://gire.org.mx/wp-content/uploads/2019/11/VIDA_LABORAL_Y_REPRODUCTI
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Corresponsabilidad en tareas domésticas y de cuidado
para la sostenibilidad en la vida común
Introducción

En videos anteriores hablamos acerca de la división sexual del trabajo. Las diferencias
entre el trabajo remunerado y no remunerado. Así como sus efectos en la distribución del
uso del tiempo y del espacio en hombres y mujeres. Te invito a escuchar la siguiente
canción que justo nos habla de todas estas cuestiones.

>> Al ama de casa yo voy a jugar y haré muy contenta lo que hace mamá. El lunes me
toca la ropa lavar. El martes temprano tendré que planchar. El miércoles todas las
compras haré. El jueves y viernes me siento a coser. El sábado niños la casa hay que
asear. Y todo el domingo podremos pasear. [MUSIC] >> ¿Qué te ha parecido esta
canción?

Lo que escuchaste es una canción para estimular la psicomotricidad en nivel preescolar.


Es a través de actividades tan cotidianas como esta que se reproducen y perpetúan los
roles, estereotipos y mandatos de género. Pero no solamente, sino también la división
sexual del trabajo. Como vimos en videos anteriores, el trabajo doméstico y de cuidados
ha sido realizado principalmente por las mujeres. Y es a través de las instituciones como la
familia, los medios de comunicación. O como en el ejemplo anterior, la escuela que se
fomenta esta división.

Vimos también cómo es que esta distribución del trabajo en la sociedad. Ha generado
desigualdades y desventajas en el uso del tiempo para las mujeres. Reduciendo el número
de horas de descanso y de ocio que tienen para sí mismas. Lo que impacta directamente
en el estado de salud y el acceso a oportunidades laborales mejor remuneradas. En tanto
que los hombres tienen mayores oportunidades de desarrollar su carrera profesional. Al no
verse involucrados en estas responsabilidades domésticas. Afortunadamente, dado que
esta división sexual del trabajo ha sido aprendida histórica y culturalmente, podemos
revertir esta situación.

En los siguientes videos hablaremos de las estrategias y medidas que se deben de


implementar. Para lograr la igualdad en la repartición de las tareas domésticas y de
cuidado. Que nos permitan disfrutar a todas y todos de la vida cotidiana. Dentro de nuestro
entorno personal, familiar, laboral y comunitario, acompáñame.

¿Qué es la conciliación y corresponsabilidad?


you hemos visto hasta ahora cómo es que la división sexual del trabajo impacta de forma
diferenciada a hombres y mujeres. Y cómo es que a través de las diversas instituciones, se
fomentan y perpetúan estas diferencias en perjuicio de unas y beneficio de otros. Ahora
veremos qué podemos hacer para modificar esta situación. Un primer concepto que nos
ayudará a acercarnos a una justa distribución del trabajo es la conciliación.

Cuando hablamos de conciliación nos referimos a la posibilidad de armonizar las


diferentes esferas de nuestra vida. Laboral, personal, familiar, de pareja, de ocio. Con el fin
de que podamos tener el mayor bienestar físico, emocional y social posible. Todas las
personas tienen derecho a conciliar los diferentes aspectos de su vida.
Independientemente de si son hombres o mujeres, personas de la diversidad sexual,
solteras, casadas. Si tienen o no hijos e hijas, si están estudiando o trabajando, etc. Las
políticas de conciliación no buscan especialmente integrar a los miembros de la familia de
sexo masculino. En las responsabilidades del hogar o en el trabajo de cuidados. Tampoco
asume que la conciliación compete a otros sectores de la sociedad.

Por su parte, la corresponsabilidad es el reparto equilibrado de las tareas domésticas y de


las responsabilidades familiares. Tales como, su organización, el cuidado, la educación, la
procuración de afecto. Con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de todas
las personas que integran un hogar. La corresponsabilidad implica incidir en la
reasignación de responsabilidades familiares y domésticas. Poniendo especial interés en
la transformación de roles dentro del hogar. Es muy necesaria en nuestra sociedad. No se
trata de un problema de mujeres, sino que les compete también a las empresas o
instituciones empleadoras. Al Estado y a la sociedad en general.

Como hemos visto hasta ahora, el reparto del trabajo doméstico y de cuidados no ha sido
distribuido equitativamente. Debido a factores como la división sexual del trabajo arraigada
fuertemente en estereotipos, roles y mandatos de género. Que a su vez, se transpolan a
los contratos, horarios y condiciones laborales que permanecen en nuestra sociedad.
Actualmente, vivimos un reparto del trabajo doméstico y de cuidados de forma
desequilibrada. Y alejado del ideal deseable por todas y todos, y que por tanto no es
corresponsable. Estamos convencidas de que la corresponsabilidad contribuirá a una
sociedad más igualitaria. Justa y enriquecedora para todas las personas. En el siguiente
video podemos conocer más sobre el impacto que tiene la falta de corresponsabilidad en
la vida de las mujeres. Te invito a verlo.

Consecuencias físicas de la falta de corresponsabilidad

En videos anteriores, Liliana nos compartió el significado y la importancia de la


corresponsabilidad. Pero, ¿qué sucede cuando no hay tal corresponsabilidad? ¿Qué
impacto tiene en la vida de las personas? Anteriormente vimos que la mayor parte del
trabajo doméstico y de cuidados es realizado por las mujeres, teniendo dobles e incluso
triples jornadas de trabajo. Y que ello conlleva un impacto importante en la calidad de vida,
en el estado de salud y en el tiempo de ocio y descanso que tienen. Las mujeres no solo
se encargan de realizar la mayor parte de estas actividades, sino que también llevan a
cabo la planificación, la organización y la toma de decisiones sobre dichas actividades. A
esto se le conoce como carga mental. Implica un esfuerzo no físico para conseguir un
resultado concreto en la realización de las labores de cuidados domésticos.
Por ejemplo, hacer la lista para realizar la compra, tener la fecha que vencen las facturas,
las fechas de las citas médicas de hijos e hijas, entre otras.

La ilustradora francesa Emma ****, realizó una tira cómica para un periódico en el que
ilustró gráficamente cómo es que esta labor silenciosa y poco valorada se vive en el día a
día de las mujeres. La llamó, Pero podrías habermelo pedido, para visibilizar el rol pasivo
que muchos hombres asumen frente a la distribución de tareas domésticas y de cuidado.
Asumiéndose como parejas que ayudan cuando en realidad se limitan a esperar órdenes
de parte de las mujeres. Y que en muchas ocasiones deben de ser verbalizadas varias
ocasiones. Te invito a consultar el cómic en el siguiente link.
https://mujervisible.eu/2018/02/24/me-lo-podrias-haber-pedido/

Continuando con el impacto de la falta de corresponsabilidad. Cuando las personas,


principalmente las mujeres, tienen esta carga comienzan a sentir un debilitamiento tanto
físico como emocional. E incluso a veces sin que se lleguen a dar cuenta del mismo. A
menudo, esto se refleja en formas de pérdida o aumento de peso, dolor de espalda, de
cabeza. Cansancio crónico, altos niveles de estrés, incluso se puede presentar una
sintomatología de depresión. Todo esto se conoce como el síndrome de agotamiento físico
y emocional del cuidador o cuidadora. Aunado a lo mencionado you anteriormente, se
observa en estas personas pérdida de energía, entusiasmo. Disminución de la percepción
de autoeficacia, o pérdida de la confianza en sí mismas con el consiguiente impacto en el
desarrollo personal y profesional.

Como puedes ver, la falta de corresponsabilidad tiene impacto en la salud física, mental y
emocional de las personas, generalmente en las mujeres. Que llevan sobre sus hombros y
el resto de su cuerpo y mente, la responsabilidad y el bienestar de las personas que viven
el hogar o que forman parte de una familia. En el siguiente video, seguiremos explorando
este tema para ver el impacto del impacto de la falta de corresponsabilidad en la vida
laboral de las personas.

Consecuencias laborales de la falta de corresponsabilidad

En el video anterior, vimos como la falta de corresponsabilidad afecta la salud física y


mental de las personas. Y llega a producir un agotamiento tal, que ha podido ser
identificado. Como el síndrome de agotamiento físico y emocional del cuidador o
cuidadora. Ahora bien, la falta de corresponsabilidad también impacta en la vida
profesional de las mujeres. Quienes tienen mayores dificultades para entrar y mantener en
el mercado laboral. Son discriminadas en entrevistas de trabajo por tener hijas e hijos, o
estar embarazadas. También la brecha salarial de género contribuye a que si alguien debe
dejar de trabajar para cuidar hijos e hijas. Personas mayores o personas con discapacidad,
sean principalmente las mujeres por los roles y estereotipos de género. Pero también
porque suelen tener un menor salario que el de sus parejas. Esta situación hace que las
mujeres se enfrenten a decisiones fundamentales en su proyecto de vida. Algunas deciden
priorizar su vida profesional, otras deciden renunciar a la maternidad. ¿Pero por qué deben
de renunciar a la maternidad, al cuidado de hijos e hijas o al proyecto de vida y de trabajo
si quieren dedicarse a las dos cosas o a otras tantas más?

La psicóloga española, Coral Herrera, nos recuerda que la mayor parte de los genios de la
humanidad. Han sido aquellos que han tenido tiempo para crear, para pensar, leer,
aprender cosas nuevas, acumular conocimientos. Y si han tenido tiempo es porque han
podido desvincularse de las tareas básicas. Para la supervivencia de los cuidados de
bebés, gente mayor y familiares dependientes. Por ello, personas como Newton o Einstein
pudieron elaborar sus teorías de la gravedad o de la relatividad.

Porque no tenían que cuidarse así mismos. Ni tenían que cocinar, limpiar, lavar, tender
ropa, organizar la casa, cuidar plantas y animales, cambiar pañales. Tenían a alguien que
trabajaba gratis para ellos o cobrando muy poco. Las consecuencias negativas de la falta
de corresponsabilidad a mediano y largo plazo van más allá de situaciones individuales.
you que generan costos sociales y amenzan el desarrollo, el estado de desarrollo del
bienestar de los países, por ejemplo. Hay un desaprovechamiento del trabajo femenino.
Las mujeres son una fuerza importante de trabajo que está muy capacitada. Y que se
encuentra frecuentemente desempleada o subempleada. Al no haber medidas de
corresponsabilidad por parte de las empresas o instituciones empleadoras. Las mujeres
tienen menos posibilidades de acceder a puestos y también hay una mayor rotación del
personal. Lo que impide a las personas tener estabilidad laboral para poder desarrollar sus
proyectos de vida. Así como dificultad para acceder a garantías laborales básicas.
Generando situaciones que se pueden convertir en situaciones de explotación laboral.

La tensión no resuelta entre la vida familiar y laboral, se ve reflejada también en niveles de


estrés y ansiedad de las personas trabajadoras. Y a su vez tiene un impacto en el
ausentismo laboral o falta de satisfacción en el trabajo. En la siguiente infografía podrás
conocer algunos datos más sobre el impacto de la falta de corresponsabilidad a nivel
mundial.

Y si deseas consultar más información al respecto, puedes descargar el informe del Banco
Mundial Mujer, Empresa y Derecho. Que presenta datos sobre las leyes y reglamentos que
fomentan la corresposabilidad. Y la inclusión económica de las mujeres en 190 países.

Hasta aquí hemos visto el impacto que tiene la falta de corresponsabilidad para las
personas, principalmente las mujeres. Como por ejemplo a través de dobles y triples
jornadas laborales, la carga mental. Así como también conocimos cuáles son las
principales características. Del síndrome de agotamiento físico y emocional del cuidador o
cuidadora. También vimos como esto puede afectar al proyecto de vida de las personas, y
su satisfacción en el proyecto laboral. La corresponsabilidad no es solo necesaria para el
reparto de las tareas, o domésticas y de cuidados. También se requiere corresponsabilidad
en el área de los cuidados afectivos. Te invito a ver el siguiente video para conocer más
sobre este tema tan importante.

Corresponsabilidad afectiva

En videos anteriores vimos que la corresponsabilidad es el reparto equilibrado de las


tareas domésticas y de las responsabilidades familiares, con el fin de distribuir de manera
justa los tiempos de vida de mujeres, hombres y, en general, de todas las personas que
viven en un mismo espacio. Y vimos también que históricamente se atribuye a las mujeres
el cuidado afectivo y emocional de las y los otros en diferentes esferas de su entorno. Es
por ello que, al hablar de corresponsabilidad, no podemos dejar de lado la
corresponsabilidad afectiva. ¿A qué nos referimos con esto? Se trata de tener presente
que todas las interacciones interpersonales en las cuales estén involucrados los afectos
debemos hacernos cargo de estos y de las consecuencias de nuestros actos. No podemos
responsabilizar a alguien más o delegar en las mujeres únicamente las tareas de
acompañar emocionalmente a las y los otros, de consolar, contener o de ser quienes
conozcan e interpreten y satisfagan las necesidades emocionales de sus parejas, hijas e
hijos o personas dependientes y que, por otro lado, las suyas no sean escuchadas.
Debemos ser conscientes que los vínculos que construimos con otras personas también
implican cuidados, y aprender a generar límites y acuerdos para que nadie salga
lastimado, independientemente del tipo de relación que se establezca, un noviazgo, una
amistad, compañeros de trabajo, matrimonio, relación abierta, ligue de una noche,
etcétera. Cualquier vínculo que establezcamos conlleva corresponsabilidad afectiva. De
acuerdo con los roles, estereotipos y mandatos de género que se explicaron la primera
semana, se ha atribuido a las mujeres una mayor sensibilidad, paciencia, escucha hacia
las y los otros, en tanto que a los hombres se ha fomentado la rudeza, la fuerza, la
fortaleza, a no ser tan expresivos emocionalmente, lo cual tiene sin duda un impacto en la
forma en que hombres y mujeres viven y afrontan al día a día las diferentes emociones y
los vínculos que construyen. Por ejemplo, el rechazo. Existen ocasiones en que la otra
persona pueda no sentir la misma atracción o enamoramiento, lo cual es una situación
natural. Sin embargo, puede llegar a convertirse en un problema si, por ejemplo, la
persona piensa que es porque hay algo malo en ella, tomándolo como algo personal, en
lugar de dejarlo ir y comprender que para que el vínculo se establezca debe de haber
correspondencia entre ambas partes. En este sentido, el rechazo experimentado por
algunos hombres puede vivirse como una falta de virilidad o que haya fallado en su rol de
conquistador que se les ha atribuido, lo que lo llevaría a realizar conductas insistentes, que
sin con el consentimiento de la otra persona podría llegar a ser acoso o alguna otra forma
de violencia. Por eso es muy importante tener en cuenta que, al establecer vínculos con
otras personas, debe de haber responsabilidad emocional de cada una de las partes, así
como honestidad y respeto, asumiendo que lo que se hace o se dice tiene consecuencias
y se debe asumir la responsabilidad. Se trata de hablar claramente con las otras personas
sobre la intención que tenemos al relacionarnos con ellas, sin dejar espacio,
ambigüedades o falsas expectativas que a largo plazo puedan generar malestar
emocional. Hasta ahora hemos visto lo que es la corresponsabilidad, la corresponsabilidad
afectiva y el impacto que tiene la falta de corresponsabilidad.

Medidas para lograr la corresponsabilidad


En videos anteriores, vimos lo que es la corresponsabilidad, la corresponsabilidad afectiva
y el impacto de la falta de corresponsabilidad en la vida de las personas. En este video,
veremos algunas estrategias necesarias para contribuir a la corresponsabilidad en la
sociedad actual. ¿Alguna vez has escuchado que un hombre es muy buen partido porque
ayuda a su pareja a lavar trastes? ¿O que es un gran padre porque cambia pañales?
¿Qué piensas al respecto? Para comenzar, analizaremos la diferencia entre ayudar y
cooperar. Ayudar. La responsabilidad es de una persona y las demás personas le aportan
sus esfuerzos, y en la medida de su tiempo, sus gustos. Beneficia solo a la o el
responsable. Puede generar disgustos por la cantidad de ayuda que se brindó. Es
individualista. Fomenta los estereotipos en el sentido de reconocer a ciertas personas a
partir de ciertos roles. Cooperar. La responsabilidad es de todas y todos. Se buscan
acuerdos para la división de tareas. Aligera el peso del trabajo. Beneficia a todas y todos,
porque se termina el trabajo más rápido y mejor. Fomenta la solidaridad y la participación
de todas y todos. Promueve la adscripción identitaria y la equidad de género. Como
recordarás, la definición de corresponsabilidad implica cooperación. Porque nos referimos
a un reparto equilibrado de las tareas domésticas y de las responsabilidades familiares,
con el fin de distribuir de manera justa los tiempos de vida de mujeres, hombres y, en
general, de todas las personas que habitan un hogar. Es decir, las tareas domésticas y de
cuidados son responsabilidad de todas las personas que conforman cada núcleo familiar y
no solamente de las mujeres. Recordemos que no son funciones que se desarrollan de
forma natural, sino que han sido aprendidas culturalmente a través de roles, estereotipos y
mandatos de género. La organización social de los cuidados es indispensable para el
sostenimiento de la vida, para el desarrollo y el bienestar de las personas. Es un trabajo
que debe ser valorado y distribuido de forma más justa, pues sin él sería impensable el
funcionamiento de la vida. Para llevar a cabo planes y estrategias que fomenten la
corresponsabilidad, se debe tener en cuenta todos los factores que implican la relación
entre la vida familiar, personal y la laboral. Es decir, se debe considerar los procesos
vitales del desarrollo humano, como el embarazo, parto y posparto, lactancia, cuidado de
hijas e hijos, cuidados de personas mayores o personas con discapacidades. Asimismo, se
debe implicar a los diferentes niveles de intervención individual, comunitaria e institucional,
ya que no es suficiente con generar cambios a nivel personal, pues como vimos en videos
anteriores, el orden heteropatriarcal reproduce condiciones de desigualdad que ponen en
desventaja la mayoría de las veces a las mujeres, excluyéndolas del acceso a
oportunidades que les permitan una vida digna, en igualdad de condiciones que los
hombres.

En el video anterior hablamos de la importancia de que, como sociedad, nos impliquemos


en las propuestas de medidas, acciones y políticas que contribuyan al ejercicio de la
corresponsabilidad. En este video, veremos algunas de estas propuestas. De acuerdo con
la Unicef, los gobiernos del mundo deberían garantizar: guardería gratuita durante dos
años, para que las madres puedan tener una vida laboral normal; seis meses de licencia
de maternidad remunerada, para facilitar la lactancia materna; licencia de paternidad
remunerada, de tal forma que el padre pueda participar activamente en la crianza de su
hijo o hija. Te invito a que consultes este "¿Sabías qué?" que preparamos para ti, para que
conozcas cuánto duran las licencias de maternidad y paternidad en diferentes países de
Europa y América Latina. Algunas otras medidas para fomentar la corresponsabilidad son :
la distribución equitativa de las tareas domésticas y de cuidados entre hombres, mujeres y
todas las personas que conforman el ámbito familiar; licencias de maternidad y paternidad
que consideren a las personas sexo diversas, en el caso, por ejemplo, de parejas del
mismo sexo u otras formas de convivencia familiar. Por parte de las empresas e
instituciones empleadoras, ofrecer guarderías, comedores, servicios de salud y transporte;
horarios escolares compatibles con horarios laborales; promover programas de
reincorporación al empleo para mujeres que han hecho una pausa en su trayectoria laboral
debido a labores de cuidado; regulación del teletrabajo, tan importante en los tiempos del
COVID-19; asegurar la plena aplicación en la legislación y en la práctica del principio de
igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor; ayudar a los trabajadores y
trabajadoras a pasar de la economía informal a la economía formal. Estas son solo
algunas medidas que se pueden implementar, pero existen muchas otras que puedes
consultar en el siguiente documento. Asimismo, si quieres conocer más para saber cómo
implementar estrategias de corresponsabilidad desde el ámbito educativo, puedes
descargar las siguientes guías. Como te habrás dado cuenta, para lograr la
corresponsabilidad se debe implicar a todos los actores y actoras sociales necesarios que
permitan generar cambios, de forma que las tareas domésticas y de cuidados se
distribuyan de manera justa entre todas las personas. Se trata de un trabajo que rebasa
por mucho el nivel de lo individual y de lo personal. Como ya vimos, tiene que estar
implicada la comunidad y también las instituciones y los estados, para que en conjunto y
de manera corresponsable podamos implementar estas medidas. Te invitamos a que sigas
reflexionando sobre la importancia de este tema que atraviesa nuestras vidas y tiene un
impacto importante en la reproducción de las desigualdades.

Esta semana vimos lo que es la división sexual del trabajo, las características del trabajo
doméstico no remunerado, el trabajo remunerado, las dobles y triples jornadas laborales,
la importancia del cuidado para la sostenibilidad de la vida, así como el impacto de la falta
de corresponsabilidad de las personas. Finalmente, cerramos con la propuesta de algunas
medidas para fomentar la corresponsabilidad en las tres esferas que integran la vida
social: la personal, la comunitaria y la institucional. En la siguiente semana, vamos a
trabajar con un tema que está en el centro de las desigualdades y la discriminación que se
ejerce sobre mujeres y personas sexo diversas, y que nos permiten entender cómo este
orden heteropatriarcal opera, para seguir manteniendo su dominio. Sí, se trata de la
violencia por razones de género, y además de conocer sus tipos y modalidades, vamos a
reflexionar sobre cómo esta impacta de manera negativa en la vida de las personas que no
se alinean a los mandatos de género. Te invitamos a que sigas con nosotras.

Referencias bibliográficas. Semana 5


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Mengual, Mari Luz González Rodríguez, Francisca López García, Pura Sánchez Sánchez,
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VA.pdf.
Hemos llegado al final del curso "Conceptos básicos para la igualdad de género".
Esperamos que los contenidos de actividades te hayan ayudado y servido en este proceso
de aprender a mirar la realidad con lentes de género. Ese ha sido nuestro propósito a lo
largo de cada video; que valores la importancia de la transformación social para crear una
vida común basada en la igualdad. Todo el equipo de expertas que hemos trabajado en el
diseño y elaboración de este curso, estamos muy felices de haber compartido contigo el
interés y la importancia de reconocer las desigualdades por razones de género y sus
efectos, para poder, así, entre todas las personas, ir construyendo una sociedad más justa,
igualitaria e incluyente. Si te has entusiasmado con lo que hemos visto hasta ahora, te
invitamos a que nos acompañes en los dos siguientes cursos que preparamos para ti y
que son complementarios de este. En el segundo, apreciaremos temas sobre violencias
por razones de género y su prevención y en el tercero apreciaremos los derechos,
libertades y cuidados para lograr una igualdad real entre hombres, mujeres y personas
sexodiversas. Además, si apruebas los tres cursos, tendrás la constancia del programa
especializado que hemos titulado "Claves para la igualdad de género". Te agradecemos
que nos hayas acompañado a lo largo de estas semanas de reflexión y sensibilización.
Estamos convencidas de que, a través de la reflexión personal y el trabajo colectivo,
podemos construir un mundo más habitable, donde todas las personas puedan ejercer su
derecho a vivir una vida propia a través de la cual puedan desarrollar todas sus
potencialidades en igualdad de condiciones. Hagamos que este mundo sea posible para
todas las personas, todas las vidas y todos los cuerpos. Muchas gracias.

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