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La autoestima es la capacidad de amarse a sí mismo y aceptarse tal como uno es. Cuando uno se ama a sí
mismo, despierta y siente amor hacia los demás. Y cuando las personas se aman resulta más fácil hacer un
mundo mejor. No obstante, a algunas personas les puede resultar difícil mantener un buen nivel de
autoestima, sobre todo en la adolescencia, ya sea por críticas ajenas o por los reproches que nos hacemos
nosotros mismos. Lo recomendable en estos momentos en los que nos sentimos mal es practicar una de
estas dinámicas para trabajar la autoestima.
Una buena forma para mantener una autoestima buena es practicar una serie de dinámicas centradas en
mejorar la percepción de nosotros mismos y la proyección que damos a las demás personas. Afecta a
personas de todas las edades, incluso hay niños con baja autoestima. Poseer una autoestima alta es
fundamental para poder desarrollarnos en la sociedad y en el mundo de una forma sana, por ejemplo, una
persona con una autoestima baja no querrá aprender y no aceptará los cambios, mientras que tener una
buena autoestima contribuye a tomarnos mejor estas situaciones.
1. Cosas que puedo hacer bien: elabora una lista o repasa una serie de tareas donde esa persona ha de
clasificar las aptitudes y capacidades que creen tener para realizarlas. El objetivo de este ejercicio es que se
den cuenta que, aunque hay cosas que no saben hacer bien, hay otras tantas que se les dan de maravilla.
Todos tenemos puntos fuertes y puntos no tan fuertes.
2. Como soy yo: haz que elaboren una lista con rasgos de su personalidad tanto positivos como negativos. De
esta forma descubrirán que también tienen muchas cosas buenas que ofrecer. Por ejemplo, puede que sean
un poco impuntual pero, en cambio, son amigos leales. ¿Y que significan 5 minutos de retraso cuando se
puede tener un amigo de verdad?
3. Antes y ahora: aquí es necesario que tu les ayudes a resaltar los aspectos en los que ha mejorado con el
paso del tiempo, sean grandes o pequeñas cosas. Así la persona con la baja autoestima percibirá que, con el
tiempo, su situación ha mejorado aún sin proponerlo y que, si va con una actitud más positiva puede mejorar
mucho más.
4. Manos, corazón y cabeza: es la forma de referirnos a las cualidades positivas de las habilidades manuales,
los sentimientos y las habilidades intelectuales. En este ejercicio se deben resaltar las cosas buenas de la
persona en estas tres áreas básicas. Puedes mostrarles trabajos que hayan hecho para ayudarles a valorarse
más a si mismos.
5. Recuerdos positivos: una buena forma de mejorar la autoestima de una persona que lo necesite es recordar
junto a ella algún episodio positivo del que fueron objecto de reconocimiento social, académico o laboral.
Valora su esfuerzo, su dedicación y recuérdale que otras tantas personas hicieron lo mismo.
6. Carta de deseos: la persona con baja autoestima debe escribir una carta pidiendo algunos cambios sobre su
propia forma de ser. Es recomendable que se empiece por pequeñas cosas que puedan cambiar, de este
modo, al percibir su mejora aumentará su autoestima. En cambio, si empiezan por tratar de cumplir grandes
metas y no lo consiguen, puede ser peor.
7. ¡Sácame los colores!: Este es un ejercicio para hacer con varias personas, quizás los miembros de
la familia o junto a algunos amigos. Se trata de hacer una recopilación de los puntos 1 a 5 y centrarlos todos
en la misma persona. Una vez finalizado el ejercicio se leerá en voz alta lo que piensan los demás sobre esta
persona con baja autoestima y esta persona. Si una persona puede querernos, las otras también podrán.
8. Me voy a dar un capricho: la persona con una baja autoestima debe elaborar una lista con las cosas que le
gusta hacer y describirse a si mismo por qué va a permitirse hacerlas un poco más a menudo. De esta forma,
la persona no se privará de aquello que le hace feliz y tendrá una actitud más positiva, será más feliz y tendrá
mejor autoestima
9. Te voy a sorprender: para cambiar la percepción que tienen las demás personas sobre la persona con baja
autoestima, esta debe proponerse decirles tres cosas positivas a tres personas distintas. Es un ejercicio que
tiene un doble beneficio ya que las personas halagadas se sentirán bien consigo mismas y la persona que lo
diga también.
10. Nada de activos tóxicos: algunas veces la persona tiene una baja autoestima por su entorno, personas que
lo desvalorizan y tratan de anularlo para reafirmarse ellos mismos. Esta es una situación común en
adolescentes. Por ello es necesario hacer un paso hacia la madurez y entender que si una persona no nos
trata bien no merece la pena que nos preocupemos por sus opiniones sobre nosotros. Solo quiere hacernos
daño y recurrirá a mentiras para ello.
Como último consejo, una buena forma de empezar el día es poner una canción alegre, que nos transmita
energía positiva y mirarnos en el espejo durante un minuto repitiéndonos lo geniales que somos y lo bien que
haremos nuestras tareas a lo largo del día. Si quieres saber más, te aconsejamos un libro sobre mejorar la
autoestima.¡Aprende a quererte a ti mismo!
Con esta técnica podrás evaluar en un momento tu nivel de autoestima ya que ilustra muy bien tu
estado de ánimo. Lo único que necesitas es un bolígrafo y unas hojas.
El ejercicio consiste en una reflexión sobre nuestras capacidades, cualidades positivas y logros que
hemos desarrollado desde la infancia a lo largo de toda nuestra vida. Debes tomártelo con calma y
dedicarle al menos una hora para poder descubrir todo lo positivo que hay en ti.
Lo primero que debes hacer es elaborar una lista de todos tus valores positivos, ya sean
cualidades personales (paciencia, valor…), sociales (simpatía, capacidad de escucha…),
intelectuales (memoria, razonamiento…) o físicos (atractivo, agilidad…). Intenta hacer una lista lo
más larga posible tomándote todo el tiempo que necesites.
Una vez acabada la primera lista, elabora otra con todos los logros que hayas conseguido en la
vida. Da igual si esos logros son grandes o pequeños, lo importante es que tú te sientas orgulloso
de haberlos conseguido. Al igual que antes, reflexiona y apunta todos los que puedas.
Cuando ya tengas las dos listas, dibuja tu “árbol de los logros”. Haz un dibujo grande, que ocupe
toda la hoja y dibuja las raíces, las ramas y los frutos. Haz raíces y frutos de diferentes tamaños.
En cada una de las raíces debes ir colocando uno de tus valores positivos (los que apuntaste en la
primera lista). Si consideras que ese valor es muy importante y te ha servido para lograr grandes
metas, colócalo en una raíz gruesa. Si por el contrario no ha tenido mucha influencia, colócalo en
una de las pequeñas.
En los frutos iremos colocando de la misma manera nuestros logros (los apuntados en la segunda
lista). Pondremos nuestros logros más importantes en los frutos grandes y los menos relevantes en
los pequeños.
Una vez que lo tengas acabado, contémplalo y reflexiona sobre él. Es posible que te sorprenda la
cantidad de cualidades que tienes y todas las cosas importantes que has conseguido en la vida. Si
quieres, puedes enseñárselo a alguien de confianza para que te ayude a añadir más raíces y frutos
que él haya visto en ti y de los que no seas consciente.
Con la visualización nos observamos a nosotros mismos con más distanciamiento y objetividad.
Vamos a ir explicando cómo realizarla:
o Elaboración de un proyecto de superación personal: Sirve para hacernos una idea clara de los
cambios que queremos hacer en nuestra vida y para marcarnos los pasos necesarios que nos
ayudarán a conseguir nuestros objetivos.