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Meditación autocompasión 2

Cierra los ojos y trata de conectar con los sonidos que provienen del exterior. Sonidos que
aparecen y desaparecen…Sonidos que vienen y van. Trata de ser consciente de tu respiración,
de cómo entra y sale el aire, inhala, exhala… Si hay algún pensamiento trata de imaginar el
pensamiento con voz, como si los pensamientos los oyeses internamente, e igual que los
sonidos tienen un principio y un final, los pensamientos también, obsérvalo (5 minutos).

Ahora centra la atención en ti mismo, pon la mano en tu corazón, y siente el latido, respira
profundamente. Imagina que puedes reflejarte en un espejo, y que el espejo muestra toda tu
belleza interior, que irradia hacia fuera, mírate (5minutos) Comienza a repetir estas frases
internamente, no hace falta que en un principio las sientas, pero pon la intención de amarte
incondicionalmente: “que me vaya bien en la vida, que yo sea feliz, que esté libre de dolor y de
sufrimiento” (pausa) “que aunque tenga dolor y sufrimiento, sea capaz de aprender de él, sea
capaz de amarme incondicionalmente, sea capaz de vivir el dolor con serenidad”(pausa) “que
yo sea feliz, que me vaya bien en la vida, que encuentre paz y serenidad” (pausa) “que sea
capaz de cambiar las cosas que sí puedo cambiar, que sea capaz de aceptar las cosas que no
puedo cambiar, y que tenga sabiduría para entender la diferencia” (pausa) (10 minutos)

Y trata de repetir internamente notando cómo estas palabras resuenan en tu corazón: “feliz,
feliz, feliz (pausa) amor, amor, amor (pausa), paz, paz, paz (pausa) Serenidad, serenidad,
serenidad (pausa). Deja que las palabras bailen en tu corazón, pero no te obligues a sentir
nada, simplemente pon la intención. Déjate fluir con las palabras, con las frases, pon la
intención de que resuenen en tu corazón (5 minutos) Inhala y exhala amor, respira vida,
respira amor. Como si ahora todas tus células recibieran esas buenas intenciones, esa
amabilidad, ese amor incondicional. Pon la intención. La intención es como la semilla que al
plantarla, y regarla todos los días, con paciencia, con amor, tarde o temprano dará su fruto, su
flor. De la misma manera cultivamos el amor hacia nosotros mismos, cultivando la intención,
practicando todos los días, regando la semilla de la intención, esperando con paciencia, sin
prisas, a ver como florece la flor del amor, la más bella de todas las flores. Una flor inagotable,
que una vez germine, se extenderá por todo tu ser, con la capacidad de expandirse hacia fuera
y transformar todo lo que toca en amor puro e incondicional…. Respira profundamente, inhala,
exhala…….escucha de nuevo los sonidos, escucha tu propia respiración, escucha el latido de tu
corazón…. (10 minutos) Agradece esta meditación y cuando estés preparado abre los ojos.

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