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Autocuidado

No importa quién eres, qué has hecho o en cuál etapa de la vida te encuentras,
hay UNA cosa que debes incorporar absolutamente en tu vida:  el autocuidado.
Cuando de productividad se trata, la mayoría de las personas pensamos que la
clave del éxito es hacer siempre más.
Más trabajo, más proyectos, más clientes, más tiempo… más y más.
El problema es que cuando esta mentalidad nos atrapa, es casi imposible salir
de ella sin encontrar tiempo para nosotros mismos.
Pero, si dejamos tiempo para nosotros mismos y hacemos de esto una prioridad,
cultivando una rutina de cuidado personal constante, no solo evitamos estar
agotados (más felices), sino que aumentamos, irónicamente, nuestra
productividad.
Cuando escuchamos de autocuidado podríamos pensar en idas al spa, los
baños de burbujas y masajes, pero la verdad es que es mucho más que eso.
Entonces, ¿por qué es tan importante el autocuidado y cómo afecta nuestra
productividad? Vamos a verlo a continuación.

¿Qué es el autocuidado?
Cuidarse a sí mismo significa preguntarse qué necesito y responder
honestamente.
Puede ser tan simple como acostarse temprano después de un largo día de
trabajo, o tan difícil como estudiar los hábitos que hemos creado y sus efectos a
largo plazo.
Cuidarse a sí mismo significa identificar y tomar mejores decisiones sobre
nuestras necesidades físicas, emocionales, mentales, financieras y espirituales.
En un primer lugar, se debe comenzar con el reconocimiento de que nosotros
somos los responsables de nuestro propio bienestar y, también, de todo aquello
que se extiende más allá del contexto individual: nuestra familia y nuestra
comunidad.
No eres exclusivamente responsable del otro, pero si los que te rodean se
encuentran felices, entonces el ambiente o contexto de las relaciones
interpersonales facilitará la comodidad y el bienestar.
Ahora hemos construido una definición: El autocuidado es el conjunto de acciones
que se toman para proporcionarnos salud mental, física y emocional.
Teniendo esto en cuenta, mientras que un masaje puede ser una forma de
autocuidado (¡al menos para mí!), también puede ser salir a caminar, llamar a
un amigo para conversar después de un día difícil en la oficina o simplemente
no ir a una fiesta para meterse entre las cobijas, leer un poco y dormir.
El autocuidado es relativo: así como cada ser humano es único, el autocuidado es
diferente para cada uno de nosotros.
La forma en que te cuidas a ti mismo, no es la misma forma en la que otra
persona se cuida. El autocuidado también varía día a día. A veces necesitamos
un momento para estar quietos y reflexionar, otras veces necesitamos
movernos, estar con familiares y amigos o ejercitarnos.

¿Qué NO es el autocuidado?
No es solo algo que nos obliguemos a hacer o algo que disfrutemos. Tiene
mucho de ambos, porque a veces debemos priorizar y ese es el mayor de los
retos.
Pero, sin lugar a dudas, es algo que nos recarga en lugar de quitarnos.
Tampoco es un acto egoísta. No se trata de cuidar la proyección que las
personas o la sociedad tienen sobre nosotros.  No es perder 20 kilos de más
para lucir como un modelo, o de estirarse como una serpiente para hacer una
postura de yoga extrema.
Se trata de hacer lo que se siente bien para Tí. Son esas actividades saludables
o benéficas fundamentales para cada uno.
Aquellas actividades que realizo para el cuerpo, la mente, el corazón y el alma
que eres Tú.
Fundamentalmente

el autocuidado es escucharse, darse una respuesta honesta y hacer


lo que está bien para ti en el momento en que te estás preguntando,
¿cómo puedo ser bueno conmigo mismo?

El autocuidado es una opción


Solo tú puedes decidir el cuidarte a ti mismo.
Nadie puede hacerlo por ti.
Depender de alguien para promover el cuidado de ti mismo no es una opción
saludable.
Debes responsabilizarte de ti, hacerte cargo.
Si cuidas a los demás… ¿por qué no comenzar a cuidar de ti?
Puedes sentirte inspirado o influenciado por las personas que te quieren, las
personas que sigues en Instagram, las revistas, tu dietista, tu terapeuta, etc.
Pero solo tú puedes ir un paso más allá y comenzar a cuidar de ti mismo.

El autocuidado es cuestión de balance


Cualquiera que sea la forma en que te cuidas o decidas hacerlo, debes tener
algo muy claro: menos es más.
Para encontrar equilibrio no necesitas exagerar o hacer demasiadas cosas.  Por
esto, lo ideal sería encontrar ese lugar indicado entre el aguacero y la sequía.
Porque en el primero corremos el peligro de ahogarnos y en el segundo
podríamos desfallecer por la sed
Por ejemplo, el ejercicio es bueno para el cuerpo. Pero correr dos maratones a
la semana no es sostenible, ni saludable.
Si quieres comenzar a dar paseos en bicicleta, no comiences haciendo
diariamente 100 kilómetros; esto no sería lo ideal para el cuerpo y además, a
corto o mediano plazo, terminaremos cansándonos de tan agotador esfuerzo,
dejando a un lado un deporte que podríamos haber ido descubriendo y
adaptándolo a nuestros intereses.
Tomarse el tiempo para meditar es bueno para nuestra alma, pero si paso todo
el tiempo libre meditando, ¿cuándo veré a mis amigos o familiares?
Igualmente, tener una dieta saludable es bueno para nuestro cuerpo. Pero
privarnos del placer del chocolate o un helado ocasional puede ser frustrante.

Beneficios del autocuidado


Mejorar mi productividad
Con el autocuidado, aprendes a decir «no» a las cosas que se extienden
demasiado y comienzas a hacer tiempo para las cosas que son más
importantes.
Hace que visualices mejor tus metas para enfocarte y concentrarte en lo que
estás haciendo y es importante para ti.
La productividad no es solo para el trabajo, también te hace tener el tiempo para
aprovechar al máximo lo que te gusta.
Si quieres dedicar el tiempo justo a los compromisos y tener más tiempo para
las pasiones, entonces te recomiendo la lectura de nuestro artículo
sobre autocuidado en el trabajo.
Mejorar mi autoestima
Cuando tenemos tiempo para nosotros mismos, tiempo en el que nos tratamos
bien y satisfacemos nuestras propias necesidades, enviamos un mensaje
positivo a nuestro subconsciente.
Un mensaje personal de que somos importantes, haciendo que mejore nuestro
diálogo interno.

Conocerme mejor
Practicar el autocuidado requiere pensar en lo que realmente nos gusta hacer y
necesitamos.
El ejercicio de descubrir qué es lo que realmente nos apasiona e inspira, ayuda
a entendernos mejor.

Tener más para dar


Cuando eres bueno contigo mismo, puedes pensar que eres egoísta, pero en
realidad te brinda los recursos que necesitas para ser compasivo con los demás
también.

Tipos de autocuidado
Una de las principales excusas que nos decimos para no persistir en el
autocuidado es: simplemente no tengo tiempo.
Afortunadamente hay un gran número de cosas que podemos hacer por
nosotros y ninguna de ellas es especialmente difícil o requiere mucha
planificación.
El truco es encontrar algo que realmente disfrutemos y que se ajuste a nuestra
vida y valores.

1. Autocuidado Emocional
Cuando se trata de nuestra salud emocional, uno de los mejores consejos es
asegurarte de que estamos conectados completamente con nuestras
emociones.
Podemos sentir la tentación de rechazar sentimientos como la tristeza o la ira,
pero es saludable sentirlos, aceptarlos y seguir adelante.
Recuerda que las emociones no son «buenas» o «malas». No eres culpable por
las emociones que sientes; solo cómo te comportas frente a ellas.
Ideas de autocuidado emocional
 Mantener un diario y ser totalmente honesto acerca de tus
sentimientos.
 Darse tiempo para reflexionar y reconocer lo que realmente no está
funcionando.
 Consultar a un terapeuta o doctor cuando sintamos que no
podemos solucionar nuestros problemas solos.
 Tomarse el tiempo para estar con un amigo o familiar que
realmente nos entienda.
 Aceptar las emociones sin juzgarlas.
 Meditar.
 Reír, viendo una película o videos.
 Permitirse llorar.
 Encuentra canales para expresar tus sentimientos: pintar, bailar,
escribir.

2. Autocuidado físico
El autocuidado físico se trata de atender a nuestro cuerpo.
Aquí nos encargamos de la salud puesto que la actividad física es vital para
nuestro bienestar corporal, que además contribuye a desahogarnos y a liberar el
estrés.
 Cocinar una comida nutritiva.
 Ir a la cama un poco más temprano.
 Prepararse para la mañana desde la noche anterior para que
puedas dormir un poco más.
 Hacer yoga. Incluso si nunca lo has probado, hay posturas que son
perfectas para los principiantes.
 Unirse a una clase y practicar un nuevo deporte.
 ¡Ir a correr con tu perro (o el de un amigo)!
 Dar una simple caminata.

3. Autocuidado intelectual
El autocuidado intelectual consiste en ejercitar nuestra mente, estimular el
pensamiento crítico y la creatividad.
 Leer un libro.
 Hacer un rompecabezas o crucigrama.
 Ser creativos: escribir, dibujar o tocar un instrumento musical.
 Mezclar la rutina: tomar una ruta diferente para ir al trabajo, ir a un
nuevo restaurante o tienda, o terminar nuestra lista de tareas
pendientes en un orden diferente.
 Comenzar un proyecto que use las manos como tejido, costura o
manualidades.
 Aprende a hacer algo nuevo, como usar un programa de
computador o tomar mejores fotos.
 Escuchar un podcast educativo sobre algo novedoso y de interés
para ti.

4. Autocuidado espiritual
El autocuidado espiritual consiste en conectar con tus valores y lo que
realmente te importa. Se relaciona con quién eres en tu interior.
 Mantener una práctica diaria de meditación o atención plena.
 Asistir a un servicio, ya sea religioso o humanístico.
 Pasar tiempo en la naturaleza y reflexionar sobre la belleza que te
rodea.
 Llevar un diario de gratitud.
 Decir afirmaciones que fundamenten el sentido de ti mismo y tú
propósito.
 Hacer un viaje con el único propósito de fotografiar cosas que te
inspiren.
5. Autocuidado social
La conexión con otras personas es necesaria para nuestra felicidad. Nos ayuda
a entender que no estamos solos.
No se trata solo de hacer cosas con otros por el simple hecho de hacerlo, sino
de elegir hacer cosas con personas que realmente nos hacen sentir bien.
 Hacer una cita para almorzar o cenar con un gran amigo.
 Escribir un correo electrónico a alguien que viva lejos, pero a quien
extrañas.
 Unirse a un grupo de personas que comparten tus intereses.
 Dejar de socializar con aquellos que no te hacen bien.
 Iniciar una conversación con alguien interesante.
 Inscribirse en una clase para aprender algo y conocer gente nueva
al mismo tiempo.
 Llamar a un amigo.
 Salir solo para estar alrededor de la gente. ¡La energía puede ser
contagiosa!

Conclusión
Tenemos la idea de que el autocuidado es algo en el que tenemos que gastar
dinero, pero no, la definición inherente de autocuidado significa detenerse,
reconocer nuestras necesidades y hacer algo por nosotros mismos que nos
beneficie.
El autocuidado es un hábito y una cultura de por vida y, esto hay que tenerlo en
cuenta, es diferente y único para cada persona.
Tu plan de autocuidado debe adaptarse a tus necesidades. No tienes que
abordar todo de una vez.
Identifica un pequeño paso que puedas tomar para comenzar a cuidarte mejor.
Luego, programa tiempo para enfocarte en tus necesidades. Incluso cuando
sientas que no tienes tiempo para hacer algo más, haz del cuidado personal una
prioridad.
Cuando te preocupas por todos los aspectos de ti mismo, descubrirás que
puedes operar de manera más efectiva y eficiente.
¿Qué significa el autocuidado para ti?
Espero que puedas aplicar alguno de estos consejos. Cuidar de ti mismo es la
mejor manera de alcanzar las metas mientras haces todo lo posible por vivir con
plenitud el recorrido. Todas las decisiones que tomes podrás afrontarlas de una
mejor manera, ya sea disfrutar de una nueva actividad, ser más consciente de lo
que te hace feliz.

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