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INFANCIA
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA NIÑEZ EN CHILE
TRABAJO SOCIAL Y DESARROLLO DE LA INFANCIA
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA NIÑEZ EN CHILE
ELABORACIÓN
VALIDACIÓN PEDAGÓGICA
DISEÑO DOCUMENTO
Didactic
Durante las semanas previas, los contenidos trabajados nos han permitido ir
adentrándonos en la temática de infancia y adolescencia, conociendo como
históricamente se ha atendido en Chile y el mundo, y comprender cuál es la visión
teórica que se utiliza actualmente para comprender que se espera y se defiende
en el desarrollo y protección de los NNA.
Desde aquí es posible rescatar, que el análisis y la atención profesional a los niños,
niñas y adolescentes, es una acción vital para el logro de alcanzar una sociedad
sana, potenciadora y que promueva una buena calidad de vida para sus
integrantes.
El enfoque y la visión que se tiene respecto de este grupo social marca las
acciones y propuestas de políticas públicas, las que dan vida a la implementación
de institucionalidad y metodologías profesionales de intervención especializada,
como también establecer y definir los criterios de focalización de dichas
intervenciones.
Los paradigmas teóricos están constituidos por enfoques y teorías, que tienen
como objetivo entender y definir un fenómeno social estudiado, y por ello en la
evolución de la atención de la infancia y adolescencia, también hemos transitado
por distintos paradigmas, los cuales responden al contexto histórico, teórico y
metodológico, responden a las acciones que se han estimulado para atender los
objetivos en relación con la intervención en NNA.
Como podemos ver, en términos generales las políticas sociales de los Estados han
concentrado sus acciones en grupos considerados como de riesgo o vulnerables.
En Chile, como lo vimos, las acciones estaban centradas en el grupo denominado
como de “menores en situación irregular”, generando acciones privadas frente a
este grupo, pero también marcos regulatorios como la primera Ley de Menores N°
16.618 de 1967. Este hecho permite concentrar y ordenar las acciones en torno a
esta materia creando el Consejo Nacional de Menores que tuvo por función
“planificar, supervigilar, coordinar y estimular el funcionamiento y la organización
de las entidades y servicios públicos o privados, que presten asistencia y
protección a los menores en situación irregular”.
El paradigma asociado a esta visión define a los niños y niñas como objetos de
protección, es decir sin capacidad de decisión deben ser “protegidos” de
condiciones de riesgo, actuando como tutor y velando por su cuidado, sin
considerar el impacto que para este niño o niña tiene el desarraigo de su entorno
afectivo y emocional. Entonces si las familias fallan, el Estado está en la obligación
de asumir un rol tutelar y parental, de forma de corregir la situación en la que vive
el niño o niña, justificando la separación e internación en instituciones
disciplinadoras que reemplazan el entorno familiar.
Al trabajar bajo este paradigma, se deja fuera el aporte que la reflexión y acción
de los propios NNA, realizan y por el contrario se otorga el poder de definir una
única línea de acción y modelo institucional, para dar respuesta a un fenómeno
mucho más complejo, no considerando los matices y distinción entre NNA que
infringen la ley versus aquellos que se encuentran en situación de riesgo y por ello
requieren de protección y/o rehabilitación.
3°- Cuando no velaren por la crianza, cuidado personal o educación del hijo;
Bajo este paradigma, los menores son objetos que requieren de protección, y que
ello estaría dado por la presencia de ciertos factores de riesgo, los que podrían
conllevar conductas no deseables, por ello se realizan juicios o pronósticos en base
a la identificación de estos factores que son considerados riesgosos, ya que se
asocian a la ocurrencia de un daño en el futuro del niño o niña, sin embargo,
atiende de la misma forma tanto a aquellos que se encuentran en probabilidad de
riesgo como aquellos que ya viven los efectos de este factor. Concluyendo, que se
generan dos componentes para la intervención, uno respecto de acciones que se
focalizan en los factores de riesgo del entorno de los niños y niñas, el cual se
traduce en un diagnóstico, sobre el cual los actores institucionales y profesionales
deciden sobre ellos, y otro a través de acciones de corrección, y protección
tutelar, el cual principalmente estaba caracterizado por la separación de esos
niños del entorno considerado como riesgoso.
Recordemos, que las políticas públicas, son los lineamientos que permiten el actuar
y la metodología de intervención profesional, y con ello responde a un enfoque
teórico determinado, en el paradigma anterior, el enfoque que se encuentra a la
base es el enfoque tutelar o de protección, distinto al Paradigma de NNA como
sujetos de derechos, donde el enfoque a la base es el enfoque de derechos.
En materia de atención para los niños y niñas, es la CDN, la cual genera el termino
del uso del paradigma de protección, a partir de aquí se formula la “Doctrina de la
Protección integral de los Derechos del Niño”, la cual es reconocida
internacionalmente como la nueva forma de entender, relacionarse e interactuar
con la realidad de los NNA.
Dentro de los principales cambios, que se distinguen con este paradigma están:
-la primacía del interés superior del niño en todas las medidas que se adopten
respecto de él o ella.
Esta nueva visión modifica la anterior que definía ser niño no es ser menos adulto y
la etapa de niñez no es una etapa de preparación para la vida adulta.
Por ello se espera que las políticas públicas, establezcan y propicien la función de
los adultos relacionada a la dirección y orientación hacia el ejercicio de los
derechos de los niños y niñas.
Los niños y niñas como sujetos de derechos, concibe a los NNA como sociales, y se
debe garantizar políticamente el ejercicio de sus derechos, siendo estos
considerados desde el ámbito de lo publico y categorizados socialmente a la
infancia y adolescencia.
Este paradigma es el que se encuentra vigente en nuestro país y por ello como
iremos revisando todos los marcos legales, políticas e institucionalidades responden
a esta conceptualización.
La ratificación de esta Convención por parte del Estado chileno ocurre en el mes
de agosto del año 1990 y su publicación el 27 de septiembre del mismo año.
Esta Convención nos lleva como país a asumir el enfoque de derechos como base
en las intervenciones profesionales en esta área, lo que implica un cambio en la
forma de entender y definir al niño o niña, adjudicándole derechos y participación
social activa en su garantía de cumplimiento, por lo que debió trabajarse en
modificar y diseñar políticas públicas con esta base teórica.
Este marco regulatorio, cuenta con 54 artículos, donde parte reconociendo a los
niños, niñas y adolescentes como, individuos con derecho pleno de desarrollo
físico, mental y social, además de contar con derecho a expresar libremente sus
opiniones.
Dentro de los principios que rigen esta CDN, como ya lo comentamos antes esta la
universalidad y la participación, que implica que se estipule como necesario el
cumplimiento de ciertos derechos para todos los niños y niñas, independiente de su
condición o del lugar en que viven y junto con ello establecer como elementos
fundamental en su cumplimiento la participación activa de los propios niños y
niñas, como sujetos sociales activos dentro de la exigencia del rol garante que el
Estado debe cumplir sobre sus derechos.
Para finalizar es importante rescatar que toda la Convención tiene como base, la
no discriminación, la garantía en el cumplimiento de los derechos y el interés
superior del niño, como criterio base para la toma de decisiones por parte de la
institucionalidad y actores políticos que deben garantizar su cumplimiento.
Desde el mes de junio del año 2007, entra en vigencia la Ley N°20.084, conocida
como la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil, fue promulgada el 28 de noviembre
del año 2005, pero se dilata su entrada en vigencia hasta el 2007 debido a
dificultades en su implementación.
Las bases del sistema anterior establecen como base general que los menores de
18 años eran inimputables, lo que implica que eran personas que no podían
discriminar el carácter bueno o malo de su conducta, considerando solo una
excepción en los niños y niñas entre 16 y 18 años, donde el juez de menores definía
la existencia de discernimiento en su actuar.
Cuando esto ocurría, los menores pasaban a la justicia criminal y si en ese contexto
eran condenados eran objeto de las mismas penas que un adulto. En el caso que
fueran declarados sin discernimiento, se establecían medidas de protección con
carácter cautelar que eran impuestas por el juez de menores, las que también
tienen características de pena encubierta.
Para esta ley, los NNA que cometen delitos poseen características relevantes que
permiten comprender su conducta infractora y desde allí se fundamenta la
aplicación de un trato en materia penal de carácter diferenciado de los adultos,
frente a los mismos delitos, este sistema está definido por edad de entrada, el cual
considera el termino de la niñez y comienzo de la adolescencia y una de salida
que es la mayoría de edad , en Chile, 18 años, conciliando la responsabilidad de
los adolescentes frente a sus actos y la educación y reinserción social de ellos, todo
esto regido por el principio del interés superior del adolescente como se establece
en la CDN.
II Estructura procesal.
Junto a ello se establece que los jueces, fiscales y defensores que participan en las
causas de adolescentes, deben estar capacitados en esta materia, y sanciones
especiales donde el catálogo de penas está orientadas a la prevención especial,
limitando su aplicación a delitos graves como crímenes y dejando aquellos de
menos complejidad como simples delitos o faltas a los tribunales de familia.
También se establecen normas especiales en relación con la naturaleza y
extensión de las penas, los recintos penales donde deben permanecer los jóvenes
y siempre recalcando el énfasis en la reinserción en el proceso de cumplimiento.
Estas acciones son coherentes con las características de los infractores juveniles, ya
que se encuentran en una etapa de ciclo de vida caracterizada por su formación
de personalidad y por ello se reconoce la posibilidad de modificar su conducta y
salir del entorno delictivo, logrando una integración social adecuada.
Desde las características y sello que promueve los marcos legales e institucionales que hemos
revisado, como Convención sobre los Derechos del Niño y La ley de Responsabilidad Adolescente, se
desprende que una de las acciones en la que se ha trabajado con la finalidad de resguardar y
promover los derechos de niños, niñas y adolescentes, ha sido crear un sistema organizacional que
permita entregar y atender de forma especializada a NNA.
Se preocupa por el desarrollo de niños y niñas entre los 0 y los 9 años, atendiendo el
cuidado de las madres durante el embarazo y acompañando a los
padres/cuidadores, entregando información y materiales que apoyan el
crecimiento de niños y niñas según sus necesidades.
Son oficinas con enfoque local que partieron con 12 pilotos el 2019. Estas oficinas se
conformarán mediante convenio entre los municipios y la Subsecretaría de la
Niñez, y estarían a cargo de administrar el sistema de alerta temprana que
buscaría que detectar posibles riesgos de vulneración de derechos. Además,
tendrán la misión de coordinar la oferta de niñez en el territorio y de promover los
derechos de niños, niñas y adolescentes.
Velar por que los responsables de formular las políticas públicas nacionales
tengan en consideración los derechos de NNA.
Actuar como “amicuscuriae” ante los tribunales de justicia. Eso significa que
podemos hacer presentaciones ante los tribunales «con comentarios u
observaciones» sobre una causa que involucre a niños, niñas o
adolescentes. El Tribunal deberá pronunciarse sobre dicha opinión en la
sentencia.
Fue creado por el Decreto Ley Nº 2.465 del 10 de enero de 1979, que constituye su
Ley Orgánica publicada en el Diario Oficial el 16 de enero del mismo año. Un
decreto supremo del 5 de diciembre de 1979 fijó la planta y el SENAME entró en
funciones el 1 de enero de 1980.
Los programas ofrecidos por este Servicio, pueden ser diferenciados por su
modalidad residencial o ambulatoria, o por su administración, la cual puede ser
mediante un organismo colaborador de SENAME (OCAS) o de administración
directa.
Para lograr el cumplimiento de sus objetivos SENAME, cuenta con centros propios y
otros privados que reciben subvención estatal, conocidos como organismos
colaboradores.
Esta unidad de defensa penal especializada presta servicios a los adolescentes que
se encuentran imputados bajo la Ley 20.084 que establece un sistema de
responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la Ley Penal.
A partir de la ley N°19.968, en el año 2004, se crean en nuestro país los Tribunales
de Familia, pensando en otorgar una justicia especializada para conflictos de
naturaleza familiar.
Adopción.
Derecho y deber de mantener una relación directa y regular con los hijos
(visitas).
Divorcio.
Guardas: solicitud que se hace al juez para que defina quién se hará cargo
del cuidado y/o de los bienes de un niño o niña menor de 18 años, cuando
sus padres han muerto o no están en condiciones de hacerse cargo de ellos.
Patria potestad: los derechos y deberes que el padre y/o la madre tienen
sobre los bienes de sus hijos menores de edad.
Pensión de alimentos.
Separación judicial.
Violencia intrafamiliar.
Fuente: SENAME.
CONCLUSIONES
La atención en Infancia actualmente cuenta con una mirada que conceptualiza a
los niños y niñas como sujetos de derechos, lo que considera como principios
básicos el interés superior de ellos, la exigibilidad en el cumplimiento de sus
derechos, la universalidad en el acceso a la protección y promoción de estos para
todos sin distinción y la participación social activa de los NNA como promotores y
exigiendo el rol garante del Estado.
BIBLIOGRAFÍA