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Nota de clase

Los pacientes oncológicos al momento del diagnóstico ya vienen con deficiencias


nutrimentales, esto afecta directamente a la tolerancia que tendrán a los tratamientos
oncológicos. Sabemos que la desnutrición junto a un cáncer impacta negativamente en los
tratamientos y en la calidad de vida del paciente.

Cuando hablamos de cáncer estamos hablando de varias enfermedades en conjunto y


dependiendo del tumor que se tenga se provocará una respuesta inflamatoria sistémica la cual
tendrá relación con la desnutrición del paciente. Ya que provocará falta de apetito, pérdida de
peso y masa muscular coma fatiga y dolor, y por ende de presión en el paciente.

Los pacientes pasarán por tres estadios nutrimentales en los cuales se darán ciertas
características físicas, pasará desde la anorexia causada por falta de apetito, náuseas y diarrea,
dolor causado por úlceras vucales y esofágicas.

Otra etapa sería la precaquexia y caquexia donde la pérdida de peso y masa muscular
(sarcopenia). En este estadio el paciente al que se le da tratamiento mental todavía podrá
notar efectos reversibles de los daños.

Cuando ya se llega al estadio de caquexia refractaria, el paciente ya no responde al


tratamiento nutrimental y tiene para este momento una esperanza de vida de menos tres
meses.

Los pacientes que presentan sobrepeso están asociados con una mayor incidencia de toxicidad
por radioterapia o quimioterapia, hay que tener una atención especial a este tipo de pacientes
con obesidad sarcopénica ya que los eventos adversos que presentarán son inminentes.

Por tanto resumimos que el estado nutricional de paciente va a ser un determinante en el


éxito o fracaso del tratamiento oncológico. Entre mayor sea el grado de desnutrición del
paciente se aumentarán los efectos adversos del tratamiento. Para el diagnóstico nutricional
del paciente tomaremos en cuenta la pérdida de peso involuntaria, pérdida de masa grasa y
muscular, retención de líquidos y disminución de la fuerza.

El manejo nutricional tendrá como objetivo mejorar el estado nutrimental, favorecer el control
metabólico, mejorar la calidad de vida y conservar la masa muscular. Los tratamientos
nutrimentales deben de ir enfocados para las condiciones de cada paciente las
recomendaciones de proteínas y aminoácidos deben de ser monitoreados, es recomendable la
administración de vitamina e, magnesio, calcio, carnitina y glutamina, solo se deben de
administrar los necesarios ya que en dado caso la sobredosis también podría ser dañina. Debe
de reducirse la carga glicémica en los pacientes oncológicos se recomienda también la
suplementación de Omega 3, la administración de probióticos no se recomienden pacientes en
estado crítico ya que se ha relacionado con sepsis en el paciente.

También se recomienda la actividad física de resistencia, ayudará a mejorar y a mitigar la


pérdida tan importante de masa muscular. Todo esto con el objetivo de mejorar la
composición corporal, previniendo la sarcopenia. Que como ya me emocionamos está
asociada a mayor toxicidad del tratamiento e incremento de la mortalidad en pacientes.

El paciente oncológico geriátrico

La edad es considerada un principal factor de riesgo para la aparición del cáncer, el


envejecimiento está asociado a la activación de oncogenes y ya la susceptibilidad aumentada
a carcinógenos ambientales. Las células presentan fallas en los mecanismos de apoptosis e
inmortalidad y estas a su vez liberan factores de crecimiento tumoral con un mayor potencial
metastásico.

Los pacientes geriátricos requieren con frecuencia un apoyo nutricional intensivo, los
pacientes geriátricos ya de por sí presentan desnutrición, anemia y reducción del porcentaje
de agua corporal total.

El paciente geriátrico tiene múltiples patologías crónicas que determinan una contraindicación
para la administración ciertos fármacos y nutrientes, ejemplo sería la administración de
proteínas en pacientes que tienen ya un grado de enfermedad renal crónica, en cuyo caso
sería contraproducente en este grupo de pacientes. La nutrición también se ve afectada con la
edad por la disminución de la superficie de absorción y de la motilidad y secreción gástrica.

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