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La Ilu st raci ón

Se denomina Ilustración a la principal corriente del pensamiento europeo durante el siglo


XVIII. Dicho término refleja la confianza en que, tras siglos de barbarie, había comenzado una era
ilustrada, que pondría fin a la ignorancia y al fanatismo. Las ideas de la Ilustración comenzaron a
poner en entredicho, fundamentalmente entre la nobleza y la burguesía, los principios en los que se
basaba el Antiguo Régimen al proclamar la existencia de unos valores naturales como eran la
libertad, la igualdad y el derecho a la representación política.
En efecto, el progreso científico llevado a cabo a lo largo del siglo XVII fue interpretado
por los filósofos ilustrados del XVIII como el triunfo de la razón humana. Parecía que el hombre
recuperaba la fe en sí mismo y en las enormes posibilidades de la inteligencia humana para
descubrir y explicar lo desconocido. Fue en Francia donde se publicó la obra cumbre de la
Ilustración, la Enciclopedia, en un intento de reunir todo el saber humano y que serviría como el
punto de partida para el progreso del conocimiento y su difusión en los ambientes más cultos de
toda Europa. Los pensadores más característicos de la Ilustración fueron Montesquieu, Voltaire y
Rousseau, todos ellos franceses de nacimiento o de adopción.
Las convicciones básicas de la Ilustración pueden expresarse en los conceptos siguientes:
1. Una confianza ciega en la razón humana
2. Libertad de pensamiento y libertad religiosa para ejercitar la razón, para criticar lo
criticable y buscar la felicidad como objetivo fundamental.
3. Preocupación por la educación como base del progreso social
4. Ley natural única para todos los seres humanos
5. Actitud crítica respecto a las instituciones vigentes de las monarquías absolutas.

La Ilustración fue un movimiento cultural que desde Francia se extendió por toda Europa a lo largo
del siglo XVIII. Defendía el uso de la razón y la lógica como medio de conocimiento. Su traslación
a la política significó la crítica a las instituciones del Antiguo Régimen y, en especial, a la
monarquía absoluta.

A finales del siglo XVIII estas ideas ilustradas se plasmarían en las revoluciones americana
y la francesa suponiendo el triunfo del modelo político liberal que, años más tarde, Napoleón
Bonaparte se encargaría de extender por todo el continente europeo.
NEOCLASICISMO

El Neoclasicismo se desarrolla desde mediados del s XVIII hasta mediados del s XIX,
coincidiendo en líneas generales con la Revolución Francesa y el Imperio Napoleónico.

El Barroco y el Rococó son fuertemente criticados y reemplazados por un estilo basado en


el redescubrimiento de la antigüedad clásica. Su lenguaje formal se opone a la funcionalidad y al
excesivo decorativismo del Barroco (rechaza su grandilocuencia y su apego a la Iglesia) y del
Rococó (rechaza su intimismo, su falta de severidad y su carácter cortesano-burgués). El
neoclasicismo se presenta como un arte nuevo, sereno y equilibrado ante el agotamiento de las
formas del Rococó, con su lenguaje vacío y reiterativo. Sus postulados son pureza, exactitud,
luminosidad, exactitud, equilibrio y fidelidad a las artes del pasado, es decir, al Clasicismo.

El modelo del Neoclasicismo será Grecia. En su arte clásico, que admiran e imitan, creen
ver que se imponen las líneas rectas a las curvas y cierta independencia respecto al poder y la
religión. También incidieron en el desarrollo de este movimiento los descubrimientos
arqueológicos de Pompeya y Herculano. Winckelmann y Lessing formulan entonces nuevas
teóricas estéticas basadas en la Antigüedad.

El Neoclasicismo es el primer arte no cristiano: sustituye a Dios por el culto a la razón,


suponiendo la vertiente artística de la secularización de la cultura promovida por la Ilustración.

La nueva estética neoclásica adquiere su máxima expresión en Francia, principalmente por


ser asumida por la burguesía en su lucha por tomar el poder, y después en Roma, a donde llegarán
jóvenes artistas, expertos y coleccionistas para formar su gusto. Se crean academias que abogan por
la uniformidad estilística, lograda a través del aprendizaje del buen dibujo, la copia de modelos
clásicos y el dibujo al natural. La conexión entre los autores del mundo clásico y los de la “nueva
antigüedad” se llevará a cabo a través del rigor del trazo y la línea y de la veracidad de la
representación. El Neoclasicismo quiere para el artista una formación de rigor intelectual y de
fidelidad a las artes del pasado.

LITERATURA

Narrativa y prosa ilustrada de ideas

En la Ilustración se cultivaron los tres géneros literarios (narrativa, poesía y teatro), pero
cobra especial relieve la narrativa por encima de la poesía, ya que la prosa es la modalidad
preferente y el didactismo impregna todas las composiciones. De hecho, la obra narrativa tiene
características ensayísticas, pues sirve como expresión de ideas. A veces es difícil clasificar una
obra ilustrada como literaria o como un ensayo filosófico, sociológico o antropológico. Lo que
predomina es el afán didáctico y crítico, pues se pretende hacer reflexionar al lector (usar su razón,
como proponía Kant), criticar las viejas costumbres y proponer reformas.

La prosa ilustrada de ideas se materializa especialmente en el género híbrido del ensayo


literaturizado o la literatura ensayística. En este género destacan especialmente los franceses
Voltaire y Rousseau. François Marie Arouet, cuyo seudónimo es Voltaire (1694-1778), cultivó
todos los géneros (empezó a ser conocido al estrenar su tragedia Edipo, 1718), pero es conocido
fundamentalmente por sus ensayos y cuentos filosóficos. Estudió derecho y estuvo en varias
ocasiones en la cárcel de la Bastilla por sus ideas críticas. Su estancia en Londres marcó su
pensamiento y obra, pues quedó deslumbrado por el carácter más abierto y tolerante de la sociedad
inglesa y por las ideas de John Locke e Isaac Newton. Esta admiración se percibe en sus Cartas
inglesas o Cartas filosóficas (1734). Su influencia en la literatura se debe especialmente a sus
cuentos filosóficos, el más famoso de los cuales es Cándido o el optimismo (1759). En él se satiriza
el optimismo del filósofo Leibniz (representado por el filósofo Pangloss, tutor del protagonista). A
pesar de observar y experimentar una serie de infortunios, Pangloss afirma repetidamente que «todo
sucede para bien» y que vive en «el mejor de los mundos posibles». Voltaire ataca, con ironía y
sarcasmo, la intolerancia, el fanatismo, los abusos de la colonización europea en América, los
engaños y artificios sociales y las matanzas de las guerras.

Las obras filosóficas de Rousseau se cuentan entre las mejores manifestaciones del espíritu
ilustrado. Quizá la idea que más se recuerda de este filósofo es el tópico del «buen salvaje»: el
hombre es bueno por naturaleza y la sociedad lo corrompe. Esta idea se desarrolla en el famoso
tratado político El contrato social (1762) y en su reflexión sobre la pedagogía Emilio o De la
educación (1763).

En Inglaterra sobresale la figura de Samuel Johnson (1709-1784), poeta, ensayista y crítico


literario, autor de, entre otras, A Dictionnary of the English language (1747-1755) y de Lives of the
english poets (1781) y fuente inagotable de citas eruditas para el mundo anglosajón («La vida es un
viaje de carencia en carencia, no de gozo en gozo», «Es mejor vivir rico que morir siéndolo», «Si
estás solo, no estés desocupado; si estás desocupado, no estés solo»…). A su fama contribuyó la
célebre biografía Life of Johnson (1791) que de él hizo su amigo James Boswell.

En España, las mejores manifestaciones del pensamiento ilustrado las encontramos en


las Cartas marruecas (1774) de José Cadalso, una excelente imitación de las Cartas Persas de
Montesquieu; el Teatro crítico universal (1726-1740) de Fray Benito Feijoo, una revisión crítica de
las creencias populares y supersticiones que impiden el progreso de la sociedad; y los variados
ensayos de Gaspar Melchor de Jovellanos.

Poesía y teatro

La poesía y el teatro neoclásicos no son tan innovadores como la narrativa, ya que la


preferencia por el buen gusto, la carga didáctico-moralizante y la sujeción a una reglas que
limitaban la inspiración y la originalidad fueron un lastre para el desarrollo creativo de estos
géneros. Ya comentamos que la era de la razón no era muy dada a sentimentalismos ni a pasiones
desbordadas, como sí lo será la poesía y el teatro románticos. Ya a finales del siglo XVIII se
observa un cambio de tendencia o un rechazo directo a la estética de la ilustración, especialmente
en Alemania, donde el movimiento Sturm und Drang (Herder, Schiller y, especialmente, Goethe),
supuso un revulsivo para la poco arraigada estética neoclásica de este país. La evolución hacia el
Romanticismo en las postrimerías del siglo XVIII también se observa en el ámbito musical, como
bien ejemplifica la etapa plenamente romántica del compositor alemán Beethoven.

Voltaire

François-Marie Arouet (París, 1694 - 1778), escritor francés. Figura intelectual dominante
de su siglo y uno de los principales pensadores de la Ilustración, dejó una obra literaria heterogénea
y desigual, de la que resaltan sus relatos y libros de polémica ideológica. Como filósofo, Voltaire
fue un genial divulgador, y su credo laico y anticlerical orientó a los teóricos de la Revolución
Francesa.
Voltaire estudió en los jesuitas del colegio Louis-le-Grand de París (1704-1711). Su
padrino, el abate de Châteauneuf, le introdujo en la sociedad libertina del Temple. Estuvo en La
Haya (1713) como secretario de embajada, pero un idilio con la hija de un refugiado hugonote le
obligó a regresar a París. Inició la tragedia Edipo (1718), y escribió unos versos irrespetuosos,
dirigidos contra el regente, que le valieron la reclusión en la Bastilla (1717). Una vez liberado, fue
desterrado a Châtenay, donde adoptó el seudónimo de Voltaire, anagrama de «Árouet le Jeune» o
del lugar de origen de su padre, Air-vault.

Cándido o el optimismo

Ánalisis cápitulo 1
La obra está compuesta por treinta capítulos. El primer capítulo, "Donde se da cuenta de
cómo fue criado Cándido en una hermosa quinta y como de ella fue echado a patadas", comienza
con la ubicación espacial de los personajes. Se encuentran en el castillo del señor barón de
Thunder-Ten-Tranckh, nombre casi imposible de decir, que crea el autor para contraponer la dureza
de la lengua alemana (considerada por él como una lengua dura y poco civilizada) a su lengua
natal, el francés, lengua dulce y vehículo de la cultura. Este lugar es utilizado por el autor como un
espejo del mundo noble falso y mentiroso.

La presentación de los personajes es caricaturesca. En primer lugar se nos presenta al


personaje protagonista, Cándido, del que se hace una etopeya ya que su nombre lo describe porque
es un joven ingenuo y crédulo de alma apacible y muy sensible. Se nos dan datos poco claros con
respecto a su origen porque no se sabe con claridad quiénes son sus padres, pero irónicamente el
narrador nos dice que se sospecha que era hijo de la hermana del barón y un vecino hidalgo
(categoría más baja dentro de la nobleza), con el que la joven no se quiso casar porque no
pertenecía a una familia importante, ni social, ni económicamente. El autor nuevamente se burla de
las costumbres y la falsedad que predominaba en la sociedad del siglo XVIII.

El barón es presentado a través de sus posesiones y de las personas que los rodean y le
sirven, adulándolo. Continúa haciendo una descripción física de la baronesa (grafopeya) destacando
su gordura, y nuevamente usando la ironía, el narrador nos dice que con su aspecto se imponía y se
hacía respetar.

Cunegunda, la hija de los barones, es descrita a través de una grafopeya, como una joven
bonita, gordita, con aspecto de sana y "muy apetitosa muchacha". Su hermano es igual al padre, el
barón.

Pangloss es el maestro de los jóvenes de la casa; su nombre significa "lengua suelta",


también lo describe, como a Cándido el suyo, ya que habla todo el tiempo sobre cosas absurdas,
que no tienen sentido. Sin embargo, para Cándido, no hay verdades más grandes que las que
Pangloss le dice. Voltaire utiliza a este personaje para ridiculizar las ideas filosóficas de Leibniz,
afirmando hasta el final que todo sucede para bien porque viven en el mejor de los mundos
posibles, a pesar de las terribles cosas que les ocurren a los personajes a lo largo de la obra.
Pangloss, en una actitud siempre optimista, justifica todo lo que les pasa por más horrible que sea.
A través del discurso directo, el autor hace decir a Pangloss una serie de tonterías a través de un
lenguaje hiperbólico (muy exagerado): "... todo está en el último ápice de perfección".

Cándido cree en las palabras de Pangloss, porque vive en la quinta que le parece la mejor
del mundo, con la joven Cunegunda, que le parece la más bella del mundo, y tenía al mejor filósofo
del mundo entero enseñándole (nueva hipérbole). Cándido, en su ingenuidad, no se da cuenta que
su mundo es muy limitado ya que nunca ha salido de allí, es el único mundo que conoce.

Luego de las presentaciones, se desarrolla una acción que es la que va a provocar que
Cándido sea echado a patadas de la quinta. Cunegunda descubre a Pangloss dando "clases de física
experimental" a una criada de la baronesa. Este acto sensual que es espiado por Cunegunda,
despierta la sensualidad de ésta que busca a Cándido para repetir la experiencia. Por lo tanto,
Pangloss va a ser el causante indirecto de la expulsión de Cándido. Todo este relato está narrado
con mucho humor e ironía: luego de la comida, Cándido y Cunegunda se encuentran detrás de un
biombo donde se besan y se dejan llevar por la atracción que ambos sienten, sugiriendo la situación
vivida a través del uso de puntos suspensivos. Como ya dijimos, el azar tiene un papel muy
importante en esta obra, por lo cual, durante ese encuentro pasa por allí el barón, los descubre
juntos, y echa a patadas en el trasero a Cándido. La joven Cunegunda se desmaya, y cuando vuelve
en sí, es castigada por la baronesa.

En el final del capítulo I el autor recurre nuevamente a la ironía y a la sátira, diciendo que en
ese lugar tan hermoso (un paraíso ilusorio), todos quedaron muy consternados, mostrándonos cómo
el mundo "perfecto y hermoso de la quinta" se convirtió en un lugar donde la violencia tuvo su
lugar.

Punteos para el capítulo 1

 Cándido siempre hace juicios sencillos: entiende los discursos de manera simple y no entiende
la complejidad.
 Es limitado en su entender. Eso lo hace el perfecto discípulo que repite sin cuestionarse nada.
 Siempre contrasta lo que dice Pangloss con las situaciones que vive
 La descripción de Cándido es una prosografía: tiende a mostrar más las características
psicológicas que las morales o rasgos físicos.
 “Temperamento amable”: Es llano y obediente, dócil
 Voltaire plantea que estas características no son una virtud, sino el perfil de una concepción de
un estamento que necesita crear gente con estas características.
 La primera parte es una introducción, una presentación de los personajes.
 En la segunda parte, comienza la narración de los hechos, y la expulsión al mundo desconocido
para el personaje.
 La narración parte de una concepción del modelo heroico para restituir una carencia que va a
tener como centro de representación a Cunegunda, que es un factor que funciona como una
obsesión y que parodia la idealización de lo femenino.
 El protagonista va a querer restituir, no solo el paraíso perdido sino también un discurso que
aprendió y con el que compara cada situación, el discurso de Pangloss.
 Un discurso de sostén de la clase social de donde provienen los personajes. El narrador y los
personajes se encargan permanentemente de mencionar estos dos temas.
 Desde el punto de vista narrativo, en la introducción de este capítulo, vemos un nombre
epónimo que remite al protagonista. Depositario de un desplazamiento de una tesis por otra, en
el campo filosófico.
 Expone al autor como una burla a aquellos autores que se ocultan tras otro nombre. A través de
esto, el autor marca su postura a través de una parodia, que es la deformación de un discurso
aprobado.
 Voltaire juega permanentemente con el concepto de verosimilitud. Pretende llegar a un lector
que sí comprende un doble discurso, que se convierte en cómplice.
 El capítulo se abre con un didascalias (en teatro: indicaciones del autor) al estilo de Cervantes
en Don Quijote.
 “… seguramente por esta razón lo llamaban Cándido…” Es un narrador que no pertenece a los
personajes del cuento, es en tercera persona, externo y equisciente.
 “… los criados de la casa sospechaban..,” Plantea los dos planos sociales: los criados que
buscan explicaciones concretas y avergonzantes para sus amos, mientras en apariencia , este
tema no se toca.
 “… bondadoso y honrado gentil hombre…” el orgullo nobiliario no quiso aceptarlo.
 Vivía en Westfalia: donde se firma en 1648 la paz luego de la guerra de los 30 años. Guerra
provocada entre católicos y protestantes. Tratado que duró poco gracias a Federico II que en
1756 va a promover la guerra de los 7 años.
 Pero la referencia del castillo nos saca de la posible verdad de los hechos, con un nombre
impronunciable y tosco. Aquí empieza toda la parodia de la tosquedad y rusticidad de lo
alemán.
 Cándido: No entiende las cosas con doble sentido, por eso es inocente y no reflexivo, ya que
Pangloss es considerado como la verdad absoluta.
 Vemos el manejo del discurso con los números, la ascendencia de Cándido se remonta a unos
284 años = a 71 cuarteles, cada cuartel son 4 años. En Francia se exigía 4 cuarteles, en
Alemania, 6. 71 cuarteles muestran la exageración que marca lo que el narrador afirma de lo
que hace de la nobleza esta familia. Es una sátira de un determinado sector social, muestra una
debilidad de un comportamiento social afectando el plano ético.
 Lo que se muestra es una estructura del cual está sostenido un régimen feudal en una época no
feudal. Es un estamento anacrónico, es un pilar desde el cual también está instalado el rey de
Francia.
 Los personajes: El orden en que se nombran muestra una estructura social patriarcal.
 Son presentaciones estáticas, como un cuadro o de corte dramático, ya que son presentados en
la escena narrativa: Cándido, Barón, Baronesa, Cunegunda, Pangloss, etc.
 El Barón: Es la que tiene más referencias intertextuales a la presentación de Don Quijote,
capítulo I, el conector es una parodia, vemos el discurso paródico en su totalidad. Desde el
punto de vista gramatical, la proporción del primer enunciado no tiene relación con el segundo:
Era poderoso porque su castillo tenía ventanas, una puerta y un tapiz. Empezamos a ver algo de
caricaturesco, el poderoso se conforma con un castillo pobre. Sigue con el comedor, mostrando
la tosquedad alemana, lo que aparente ser valioso, no es lo que aparenta, es absurdo,
insuficiente, son los restos de algo que pudo haber sido poderoso.
 Lo decadente, es lo que está adentro, los personajes. Hay un discurso conformista de un
estamento social que sostiene una ideología: Pangloss: este es el mejor castillo del mundo.
 Estamos en una secuencia descriptiva que va avanzando por áreas: desde lo topográfico a lo
edilicia a lo instrumental a los personajes. Es una descripción ordenada por jerarquías, por
párrafos para cada personaje, y todos responden al ordenamiento social.
 “los perros de los corrales” Aquí se hace más patente la decadencia, el coto de caza no existe.
Los palafreneros hacían de todo y el vicario era su capellán.
 Todo es mucho menos de lo que aparente y de lo que pretende ser.
 La Baronesa: pesa 157 kilos, y se plante un juego de valor literal y del valor paródico: “gran
respeto, gran consideración” que hacen referencia a su tamaño. Todo relacionado por su peso,
su respetabilidad está impuesta en función de su peso, este manejo cómico desplaza al valor
material al valor de apariencia.
 Cunegunda: Es la única de la que se dice la edad, hay una parodia del arquetipo de la belleza
nórdica y germana. De la mujer que sea apetitosa: “encendidos colores”, “apetitosa”. Los
personajes femeninos están presentados a través de su grafopeya. Hay algo grotesco en cuanto
al ideal de mujer, esta descripción la acerca más a un ideal de aldea y no al de Versalles.
 Así como Voltaire se burla del idioma alemán, lo hace también con el ideal de mujer. Pero
Cándido cree que es la más bella de las que puede existir.
 Pangloss: es un nombre que significa toda lengua o alguien que habla mucho, su raíz proviene
del griego. Es el más importante ya que es el único que se presenta en relación de lo que
sostiene este falso castillo y esta falsa nobleza.
 Funciona como el que lo sabe todo, como un oráculo. Establece la axiología de esta sociedad, la
difunde y reproduce.
 “era el oráculo de la casa” aquí se cierra la relación maestro – discípulo, un discípulo acrítico,
adoctrinado y considera a su maestro como algo sagrado.
 En una presentación mucho más larga que los otros personajes: metafísico, teólogo, etc. La
niglología o bobología, desacredita todo el planteo anterior de aquellos que hacen la
enciclopedia del alma.
 Aparece el principio de Leibniz: No hay efecto sin causa, frase que nos va a acompañar a lo
largo del texto, luego viene una síntesis de una concepción conformista que hace una tradición.
 Luego viene el planteo providencialista: el mundo es el mejor posible.
 La primera voz a la que el narrador le cede la palabra es la de Pangloss: como discurso
argumentativo parte de una afirmación absoluta ante cualquier posibilidad. Con ejemplos
absurdos que no van de acuerdo a la proposición. Su lógica está invertida, es un discurso
absurdo.
 El preceptor goza de absoluta impunidad que puede afirmar cualquier barbaridad. Maneja el
poder de la palabra.
 En el siguiente párrafo pasamos a un estilo directo, el primero del texto.
 “que las cosas no pueden ser de otra manera” es un discurso de imitación del texto de Leibniz
para fundamentar su idea determinista y providencialista: las cosas fueron creadas para el mejor
fin.
 Recién aquí termina la presentación de los personajes, es estática, es más una puesta en escena,
un retrato por partes y hacia el final comienza la narración.
 Aquí habla Cándido en un discurso intertextual. En este conjunto de disparates, son ejemplos
absurdos: “las piernas fueron visiblemente instituidas para que las enfundásemos…” Ni el
principio, ni el final, son el detonante del humor, sino los ejemplos de Pangloss, donde queda en
evidencia la debilidad lógica de Cándido.
 La causa – efecto están dados vueltas. Pangloss ejemplifica desde la vida cotidiana del castillo.
La conclusión a la que llega es que incluso no es suficiente decir que “todo va bien”, se ve el
rasgo hiperbólico: “Todo va del mejor modo posible” en la vida aristocrática que llevan.
 Esta clase está sostenida solo por el discurso.
 Vemos la recepción que tiene Cándido, habla de grados de felicidad:
1. La dicha de haber nacido barón, es falsa, él no nació barón de ahí
2. Ser la señorita Cunegunda, es un ser enajenado que aspira a ser lo otro, idolatra lo otro
y no tiene conciencia de existencia propia.
3. Verla todos los días
4. Oír al Dr. Pangloss
 Jerarquías de todo el orden de esa clase. Representan el poder, el ideal de belleza y el discurso
sabio. Eso constituye el mejor lugar posible de la Tierra
 Aquí termina su presentación con la referencia a Cándido con la proyección del mito del Edén:
Cándido estaba en su paraíso, o por lo menos lo era ante sus ojos. No pasaban necesidad y
tenían todo.
 Pero un día toco el fruto prohibido, Cunegunda, y fue expulsado de este “Edén” donde no
pasaba sufrimiento, al mundo exterior a sufrir. Pero en el caso bíblico, el conocimiento de la
ciencia, del bien y del mal, se produjo dentro del Paraíso. En este caso ese conocimiento lo va a
adquirir fuera, en el mundo donde tiene que sobrevivir, ya que en el paraíso donde vivía, ese
conocimiento era totalmente insuficiente e inadecuado
 Lo paródico de esta caída consiste en que, en la Biblia, la expulsión es dramática, con dos
serafines custodiando la puerta, y es Dios quien los expulsa, en este caso, es el Barón, y
Cándido es expulsado con un puntapié.
 Irónicamente, a Cándido, al ser expulsado, se le da la posibilidad de conseguir más cosas de las
que podía haber imaginado viviendo en el castillo.
 Si bien pasa por muchos obstáculos, cada uno de estos le permiten aprender algo más sobre la
naturaleza del hombre y a cuestionar ideas que hasta entonces eran paradigmas indiscutibles.
 La narración propiamente dicha comienza desde: “Cierto día, Cunegunda…”
 Aparece otra imagen de la decadencia de esta familia: al bosquecillo que tenían le llamaban
parque, otra vez tratando de mantener las apariencias.
 Aparece Pangloss haciendo uso de su poder y libertad donde puede hacer lo que quiera
 Cunegunda lo ve, se la muestra más curiosa y activa que Cándido
 Cuando Cunegunda se cruza con Cándido, esta se sonroja, lo que revela sus pensamientos. Por
el contrario, Cándido se traba al saludarla, mostrando su timidez.
 Luego de la cena Cándido y Cunegunda se reúnen tras un biombo, ella deja caer su pañuelo.
Aquí tenemos un ritual de seducción para ver qué tan caballero es Cándido. Este encuentro
clandestino hace acordar al amor cortés y sus características.
 “y todo fue consternación en el más bello castillo”: frase que parodia los finales de los
cuentos de hadas con esta especie de oxímoron: por un lado tenemos un término que remite a
caos, violencia, problemas y por el otro, un término que remite a felicidad.

La alteridad en el capítulo de El Dorado en Cándido o el optimista

Introducción

El cuento Cándido o el optimista fue escrito por el filósofo, historiador, abogado y


literario, Voltaire, en 1759. Su contexto de producción se sitúa en pleno desarrollo del
movimiento cultural denominado ilustración, que data desde finales del siglo XVII hasta el siglo
XIX, el cual busca la preponderancia de la razón por sobre la ignorancia, la superstición, el
dogma y la tiranía.
Desde una perspectiva literaria, Cándido o el optimista corresponde a un relato de
iniciación es decir, es una narrativa que quiebra en un punto determinado, su linealidad,
exponiendo al protagonista a vivir una serie de acciones y viajes, que lo llevarán a la resolución
de un conflicto, o una duda. En este caso, Cándido en una primera instancia será un “ignorante
metafísico de la realidad”, que se encuentra afuera de las murallas del castillo de Westfalia, lugar
donde vive sus primeros años de vida. Sin embargo, su expulsión por parte del Barón, dueño del
castillo, lo llevará a vivir una serie de peripecias e infortunios que lo harán reflexionar,
hondamente, acerca de la condición humana al final de la obra.
Ahora bien, es en el encuentro con la gente de El Dorado, específicamente en el capítulo
XVIII, donde sobresale un tema importante por evidenciar que hace alusión al concepto de
alteridad. Se entiende por alteridad la capacidad de adoptar y comprender la visión del ‘otro’, sin
ser filtrada por la visión personal; es decir, entender la cosmovisión ajena como si fuera el ‘otro’,
y no ‘yo’ mismo. El encuentro que protagonizan Cándido y su servidor, Cacambo, en el país de El
Dorado, es la muestra de dos extremos opuestos, en cuanto a cosmovisiones. Nuestra hipótesis
plantea que existe una falta de alteridad por ambas partes, pues al ser tan diferentes, no logran
concebir, ni definir, correctamente la visión del otro, por tanto, no pueden explicar las conductas
que cada uno presenta. Es así que, el presente trabajo busca generar un análisis detallado del
fragmento del capítulo XVII de la obra Cándido o el optimista, que va desde la página 116 “
Entretanto, les hicieron...” hasta el final del capítulo, p. 118. Para ello, el trabajo se dividirá en
dos partes: una consiste en analizar la incompatibilidad de visiones en el encuentro transcultural;
y la otra profundizará esta idea de incompatibilidad: se analizará la perspectiva materialista de
Cándido y Cacambo, en contraste con los habitantes de El Dorado.

Desarrollo

I. Incompatibilidad de visiones en el encuentro transcultural

El fragmento que se analiza trata específicamente de la decisión que toman Cándido y


Cacambo (representantes simbólicos de los europeos), de marcharse del país de El Dorado con
una vasta cantidad de riquezas, basadas en oro, diamantes y piedras preciosas. En este sentido, es
importante recalcar la presencia del adverbio “si” que establece en primera instancia el
condicionante reflexivo de la acción, “si permanecemos”, “si volvemos a nuestro…”, que
desemboca finalmente en la determinación de marcharse de El Dorado por parte de los
protagonistas. Esto, luego de un mes de cobijo y desconcierto con la forma de vida que llevan los
habitantes de El Dorado. Además, junto con esta decisión, se genera en los protagonistas la
proyección en el porvenir de los acontecimientos por medio del uso de las conjugaciones
verbales: “seremos”, “tendremos” y “podremos”. Estas, correspondientes a las facilidades que le
otorgarán las riquezas que se llevarán de El Dorado.
En todo el capítulo, pero especialmente en el extracto existe una frecuente incomprensión
con el otro, entre europeo y nativo, la cual provoca que su relación esté en un constante
distanciamiento. Esta disyunción entre ambas culturas se puede visualizar por medio del uso de
pronombres posesivos en la emisión de los diálogos dado el estilo indirecto libre del extracto, el
cual consiste en la mezcla de la voz del narrador y la voz de los personajes. Estos pronombres
son los siguientes: “nuestro mundo”, por parte de Cándido y Cacambo; y “mi país”, “nuestros
usos”, “nuestras leyes”, “mi reino”, “mis súbditos” por parte de el rey de El Dorado. Es así
que, el hecho de hablar desde un yo hacía un tú, es una señal de distanciación narrativa, se
valoriza la persona y se resalta el trasfondo cultural, en contraste con el otro.
Se puede destacar que el rey de El Dorado evidencia lo ajeno que son Cándido y
Cacambo en el país de El Dorado, dado los apelativos que se les atribuye: “unos extranjeros”,
“dos vagabundos”. Mientras que, Cándido y Cacambo valoran negativamente su estancia de
forma permanente; es decir, se rehúsan a querer cambiar su cosmovisión por la de los habitantes
de El Dorado, puesto que afirman sí se quedan en el país solo serán como los demás (116). En
cambio, sí se marchan serán, según Cándido, “más ricos que todos los reyes juntos” (116). Esta
última sentencia, manifestada de una forma exagerada por medio de la figura retórica
denominada hipérbole, lo que supone la introducción irónica de lo que sucede en la obra cuando
Cándido ya ha gastado todas las riquezas de El Dorado, y asume la vida con resignación
(capítulo XXX).
Ahora bien, las palabras emitidas por el rey desprenden una cierta empatía hacia la actitud
de los europeos, cuando ellos le piden licencia para marcharse, y este señala que es una tontería,
pero que no puede retenerlos en su decisión de partir. Esto, se puede ver reflejado en el consejo
que le otorga a sus visitantes, y en la capacidad de proporcionarles la libertad junto con lo
necesario para marchar, para que, finalmente, logren sus propósitos. Pero, no supone la existencia
del concepto de alteridad, puesto que, al decir que es una tontería la decisión que toman los
europeos, evidencia el impedimento de hallar un sentido común por parte del rey, ya que es, en
términos sencillos, un absurdo e inútil acto que va más allá de la lógica social de El Dorado, que
consiste en vivir una vida medianamente confortable. Asimismo, más adelante lo remarca al
decir, “no concibo…que gusto tiene vuestra gente de Europa por nuestro barro amarillo” (117).
Desde donde se puede observar que no hay voluntad de querer comprender la visión del otro. El
sintagma adverbial “no concibo” se traspasa al plano de la imposibilidad de imaginar una actitud
cultural, de hacerla creíble e interpretable, es decir, aclarar el fundamento del sentido de la
acción que toman los europeos.
II. El materialismo en el encuentro transcultural

El materialismo se presenta como el antagonismo clave entre ambas culturas lo que


dificulta la noción de alteridad. Por un lado, para los europeos el oro posee una valoración que
modifica la posición social, y posibilita una instancia de sobresalir de los infortunios, para estar en
tranquilidad. Por otro lado, en el país de El Dorado, el oro no manifiesta ningún valor. Es así que,
en el momento que los europeos demuestran la necesidad de aquellas riquezas, que encuentran en
El Dorado, piden a su majestad una exuberante cantidad, y este tiende a reírse,
proporcionándoles sin ningún impedimento, lo que ellos ansían. Esto denota una gran diferencia
entre los habitantes de El Dorado y los dos protagonistas. Cuando el rey se refiere al oro como
“nuestro barro amarillo” (117), pareciera estar replicando una actitud despectiva, y crítica, a las
cosas materiales. En este mismo punto se evidencia una metáfora dentro del fragmento
tratado, la idea de nombrar al oro como barro amarillo alude a una mera masa moldeable, que se
consigue por la combinación de sustancias naturales. No implica un valor sustancial e
imprescindible para la subsistencia de los habitantes de El Dorado. De hecho se podría
considerar la caracterización superlativa de Cándido y Cacambo, de “hombres extraordinarios”,
como una manifestación irónica y peyorativa, producto de su ambición por las fortunas del país
que sale fuera del orden común de los habitantes de El Dorado.
En este sentido, el ya mencionado apelativo, “vagabundos”, en la sección anterior, evidencia
otra metáfora inserta en el extracto, puesto que, como bien es señalado en el fragmento, todos los
europeos, que han pasado por El Dorado, presentan una obsesión por aquél barro. Sin duda, al ser un
residuo natural sin valor para los habitantes de aquel país, les otorgan este calificativo a los
personajes. La presencia de otros europeos en el pasado queda demostrada en la referencia a
“vuestra gente”, por parte del rey a los protagonistas.
Además, se puede observar este materialismo en la cosificación de Cunegunda, cuando
esta se presenta como un objeto que deben recuperar a cambio de dinero: “tenemos, dijo
[Cándido], con qué pagar al gobernador de Buenos Aires, si es que se puede poner precio a la
señorita Cunegunda” (118).
Esto muestra que los protagonistas están pensando en el uso del dinero para
obtener lo que ansían, dejando de lado la experiencia y filosofía inmaterial que le
ofrece el país de El Dorado para desarraigarse completamente del afán de la riqueza,
reduciendo la materia y elevando el espíritu.
Este último hecho termina de evidenciar que Cándido y Cacambo, en
representación del mundo europeo, a diferencia de los oriundos de El Dorado, están
inmersos en una sociedad que da prioridad por lo material en contraste a lo
inmaterial, en donde la la humanidad se articula por los bienes cualitativos.

Conclusión

En base a los antecedentes textuales analizados del respectivo fragmento,


que hasta aquí se han recopilado, se puede afirmar la hipótesis inicialmente
planteada. Ella, apuntaba a la falta de alteridad de parte de ambas partes; ni los
ciudadanos de El Dorado, ni los europeos, logran tomar la posición del otro en
cuanto a pensamientos e ideales de vida. Esto ha quedado demostrado a partir de
cada una de las visiones y percepciones que toman los personajes del extracto. En
este sentido, cabe destacar que los pensamientos en cuanto a lo material, a la
riqueza, dan cuenta de un proceso de nula alteridad, pero esto no implica que no
exista una empatía por parte de ambas culturas.
En esta vía, la incompatibilidad de las cosmovisiones provoca que, en este
encuentro transcultural, la dadivosidad de los nativos de El Dorado potencie la
búsqueda material de los europeos, ya que esta falta de alteridad, por parte de los
indígenas, no limita el acceso a los bienes requeridos por los europeos, puesto que no
son nada para ellos. De esta forma, el europeo en su necesidad de adquirir más
bienes no reflexiona en cuanto a lo que lo rodea, aunque se impresiona y admira lo
que encuentra, mas no abandona sus cualidades culturales. Sabe que los bienes
materiales son un vehículo para posicionarse en la comodidad y plenitud de la
sociedad, por lo que el encuentro solo tuvo beneficios materiales para ellos; puesto
que lo inmaterial presenta, en este fragmento, un valor menor que lo material.

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