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Como metodología, la formulación de un proyecto entraña una serie de pasos y, para que la magia
ocurra, deben cumplirse criterios en cada fase.
A continuación, veamos qué es la formulación de proyectos, una breve descripción de sus fases y
ejemplos útiles.
Comenzamos diciendo que la formulación de un proyecto es una metodología, como tal, sigue una
serie de pasos que de forma congruente responden a un objetivo y buscan un resultado preciso o
medible.
La palabra “proyecto” es tan amplia que se suele acompañar de un adjetivo, como: productivo,
social, personal…
Lo cierto es que en todos estos contextos aplicarás una serie de pasos para:
Describirla
Identificación del problema. Responderás varias preguntas, como: ¿cuál es la necesidad real o
sentida? ¿Qué persigue? ¿Cuál es el o los motivos del proyecto?
Descripción. Aquí definirás causas, consecuencias, beneficiarios o involucrados, alcance y metas
perseguidas.
Definir tareas. Uno o varios objetivos determinan varias metas, las metas apunta a las fases y estas
últimas a tareas o actividades. Cada una de ellas se lista en un orden coherente.
Seguimiento. ¿Cómo se medirán los avances? ¿Quién será el o los responsables de la evaluación?
Previamente, dijimos que hay proyectos de inversión, sociales, comunitarios y personales (entre
otros).
Por motivos de extensión, no podemos ofrecer ejemplos para todos los tipos de formulación, pero
podemos recomendarte dónde encontrar buenos recursos:
Bplans.com reúne más de 500 ejemplos para formular un proyecto de negocios (también llamado
plan de negocio).
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ofrece una Guía
para la Formulación de Proyectos del Sector Agropecuario.
El Ministerio de Salud de la República Argentina (Msal.gob.ar) brinda muy buenas bases para
aprender a formular un proyecto público, concretamente, de gestión social o comunitaria.