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Área en cinturón entre las tetillas o el 5to espacio intercostal y el reborde costal
Por espacios con líneas medias así: 5to al 7mo espacio intercostal con línea
medioclavicular, 7mo a 9no espacio intercostal con linea axilar media y 9no al 11vo
espacio intercostal con linea medio escapular
Estas diferencias se deben a la excursión diafragmática en sus fases inspiratorias y
espiratorias.
Por trauma cerrado son infrecuentes y generalmente detectadas en la tomografía
ordenada por el mecanismo del trauma y no por la sospecha, o advertidas con le hernia
establecida como consecuencia de la ruptura del diafragma. En trauma abierto por la
zona definida anteriormente, en heridas por arma de fuego, éstas se percibirán durante la
laparotomía que procede si la lesión compromete el abdomen, en trauma por arma
cortopunzante existen varias maneras de definir si hay o no lesión del diafragma.
Preocupan más las heridas en el lado izquierdo y anterior derecha ya que las del lado
derecho generalmente no permiten la herniación de las asas de la cavidad abdominal al
tórax por ser obstruidas por el hígado, aunque se han reportado herniaciones del hígado
por traumas severos y defectos grandes del diafragma.
Una de las maneras de definir lesión del diafragma es explorar digitalmente la herida
traumática, con técnica aséptica, buena infiltración con anestesia local, ampliado la herida
si es necesario y hacer una palpación con el dedo del diafragma, si se detecta lesión se
procederá a laparotomía exploradora. En caso de exploración dudosa por la falta de
colaboración de los pacientes, su hábito corporal o la falta de experiencia con la técnica se
puede realizar la exploración bajo anestesia general. Otra de las maneras es con la
toracoscopia o laparoscopia, ambas con buenos resultados para definir la lesión o no de
este musculo. La decisión de realizar una o la otra tiene distintos defensores para cada
una. Si la cavidad torácica tiene hallazgos en la radiografía algunos proponen la
toracoscopia y colocar o no la sonda a tórax, si no tiene hallazgos torácicos en la
radiografía otros proponen la laparoscopia ya que en caso de no tener lesión del
diafragma ni hallazgos en tórax se puede dar de alta al recuperar.
En caso de detección de lesión diafragmática por algunos de estos métodos se puede
proceder a reparación del diafragma por la misma vía si se tienen los instrumentos y la
experiencia para hacerlos por cirugía mínimamente invasiva o convertir a laparotomía si la
lesión es aguda para revisión y reparación de posibles heridas en la cavidad abdominal.
El manejo de cada una de las lesiones como corazón, grandes vasos, pulmón, diafragma,
vasos intercostales etcétera son competencia directa del cirujano general o de trauma y
no son el objetivo de esta revisión.
Trauma de abdomen
El trauma de abdomen tiende a presentarse mas de forma cerrada que penetrante a
medida que la humanidad progresa, así se debe más a accidentes de tránsito en ciudades
más desarrolladas y a caídas que en las zonas rurales o países en desarrollo.
En el trauma penetrante, definido como la violación del peritoneo parietal se abordará de
acuerdo al mecanismo, sea arma cortopunzante o arma de fuego, ésta última se clasifica
como de baja o alta velocidad.
En el trauma penetrante por arma cortopunzante, si el paciente se presenta con
inestabilidad hemodinámica debe proceder a intervención quirúrgica emergente. En caso
de estabilizarse con los líquidos se debe comprobar si la herida es o no penetrante a la
cavidad.
Para esto con técnica aséptica e infiltración con anestésico local, se explora la herida
digitalmente, si es necesario se puede ampliar la herida traumática y definir si existe o no
violación del peritoneo parietal. En caso de no ser así, se tomará como una herida
superficial, se sutura y se puede dar de alta al paciente. Si es penetrante tendría las
siguientes indicaciones de exploración quirúrgica:
Inestabilidad hemodinámica.
Signos de irritación peritoneal.
Evisceración.
Salida de material vegetal por la herida.
Herida toracoabdominal izquierda con lesión diafragmática.
Previamente se tenía dentro de estas indicaciones el sangrado por orificios naturales
como hematuria, hematemesis o rectorragia, ahora con las ayudas diagnósticas
disponibles estas pueden ser mejor evaluadas y tomar la decisión de acuerdo a los
hallazgos con estas tecnologías.
La presencia de epiplocele no es una indicación de cirugía, este lo único que evita es la
exploración de la herida pues ya se sabe que es penetrante, este epiplón se debe lavar y
reducir o resecar ligándolo, suturando las fascias y entrar en un periodo de observación.
Esta conducta de observación en este tipo de heridas penetrantes se lleva a cabo por la
cantidad de heridas que a pesar de su penetración a la cavidad abdominal no presentan
heridas de importancia de la misma que llevaban a laparotomías innecesarias en un
porcentaje elevado con complicaciones de la cirugía como obstrucciones intestinales
posteriores, lesiones iatrogénicas o infecciones.
En caso de ser la herida penetrante sin las indicaciones de cirugía previamente citadas, se
sutura la fascia y piel del paciente, las fascias se deben suturar de ser posible y tener los
elementos y las condiciones para ello, y así evitar hernias traumáticas en ese sitio, y estos
pacientes entran en un periodo de observación sin nada vía oral, líquidos endovenosos y
vigilando si presentan inestabilidad hemodinámica o signos de irritación peritoneal.
Mínimo se observarán 12 horas al cabo de las cuales si no han presentado cambios se
pueden iniciar la vía oral y darle otras 12 horas de observación, si continúa estable y sin
irritación peritoneal se da de alta con instrucciones de reconsultar si presenta fiebre,
vómito o dolor.
En las heridas en la región abdominal posterior se debe proceder con ayudas diagnósticas,
ya que la exploración de estas áreas por la gran masa muscular no es adecuada para
tomar conductas. No se deben explorar, se suturan e idealmente deben tener una imagen
como la tomografía contrastada de abdomen.
En caso de no contar con estas ayudas se puede observar el paciente vigilando
estrechamente cualquier descompensación hemodinámica o irritación peritoneal. La
hematuria en el parcial de orina puede hacer sospechar la lesión de vías urinarias, pero
esto requeriría más estudios y no es indicación de cirugía.
Cuando las heridas son por arma de fuego se deben explorar quirúrgicamente por el
porcentaje tan alto de lesiones causadas por este mecanismo. Últimamente se está
cambiando este paradigma en sitios donde se cuente con la presencia de tecnología
adecuada y cirujano constante, más en las heridas en región toracobdominal derecha
cuando por la trayectoria solo podría estar comprometido el hígado y heridas
tangenciales.
Se debe definir por la trayectoria si el proyectil viola la cavidad abdominal, o en caso de
tener solo el orificio de entrada se debe buscar el sitio del proyectil para definir su
trayectoria, esto se puede realizar con las radiografías anteroposteriores y laterales en
caso de no ser palpable el proyectil al examen físico, o proceder con tecnología más
avanzada como la tomografía contrastada. En caso de duda de penetración o si la herida
es tangencial se puede llevar el paciente a cirugía para laparoscopia y asegurase de la no
violación el peritoneo por el proyectil. Si se confirma que es tangencial el paciente puede
ser dado de alta.
En caso de trauma cerrado este generalmente se presenta en contexto de pacientes poli
traumatizados, debido a su mecanismo en accidentes de tránsito o caídas que son las más
frecuentes. En pacientes sin trauma encefalocraneano o intoxicación por alcohol o drogas,
el examen físico del abdomen puede aportar datos valiosos para definir si existe o no
signos de irritación peritoneal, lo cual sería una indicación de proceder con intervención
quirúrgica. En caso de que el abdomen no sea evaluable como en los casos mencionados
por trauma craneoencefálico o intoxicados se debe proceder con ayudas diagnósticas para
definir si presentan o no trauma en abdomen.
Pacientes con trauma cerrado de abdomen e inestables donde se tenga certeza que el
sagrado es de esa cavidad deben ser llevados en forma emergente a cirugía. Si es un
paciente poli traumatizado inestable y no se sabe cuál es la cavidad que esta
comprometiendo el volumen circulatorio del paciente se puede utilizar ayudas como el
fast(ecografía en trauma) o la punción abdominal mínima para evaluar presencia de
sangre en la cavidad abdominal.
En pacientes estables siempre se debe proceder con ayudas diagnósticas entre las cuales
la mejor ha sido la tomografía abdominal contrastada. Para ésto se requiere traslado del
paciente a la sala de radiología e idealmente contar con resultado de función renal ya que
será expuesto a medios de contraste en pacientes que puede tener perdida sanguínea o
vómito previo con lo cual se puede comprometer aún más su función renal frente a los
medios de contraste que suelen ser nefrotóxicos.
Esta ayuda diagnóstica tiene la ventaja sobre la ecografía o métodos previos como el
lavado peritoneal o punción abdominal en que además detecta y visualizan bien el
retroperitoneo y pueden clasificar los traumas de vísceras sólidas que son las más
comprometidas en el trauma cerrado como el hígado, bazo, riñones y páncreas. También
pueden definir sin en el órgano afectado existe sangrado activo que amerite
angiotomografía o embolización subsecuente por radiología intervencionista.
No es tan sensible ni específica para definir el trauma de vísceras huecas, aunque en caso
de extravasación de medio de contraste puede ayudar a definir el tratamiento. Es
también de gran ayuda en el trauma de pelvis con sangrado activo para definir los
pacientes que se benefician de embolización cuando el sangrado es arterial o los que
requieren fijación por ortopedia y empaquetamiento preperitoneal por sangrados
venosos.
En general los pacientes con trauma cerrado de abdomen que requieren ser llevados a
cirugía son aquellos con inestabilidad hemodinámica que se tenga seguridad que el
sangrado es proveniente de esa cavidad, los que tienen signos de irritación peritoneal con
examen físico confiable, aquellos en los cuales la tomografía detecte lesión por
perforación de víscera hueca, y en quiénes no se controle el sangrado de otros órganos
por embolización.
En sitios de atención donde el cirujano general o de trauma no cuente con la posibilidad
de tener estas ayudas diagnósticas, en especial la tomografía, o radiología
intervencionista, y no tenga posibilidad de remitir al paciente está autorizado a realizar la
laparotomía como método diagnóstico. Lo ideal es que los pacientes politraumatizados
sean atendidos en un cuarto nivel de complejidad para ofrecerle la mejor oportunidad en
su tratamiento.
El tratamiento de cada uno de los órganos que se pueden ver afectados en el trauma de
abdomen son competencia directa del cirujano a cargo y no hace parte del objetivo de
esta revisión.
Lectura recomendada:
1. Morales U. Carlos A., Editor académico. Trauma 2ª Edición. Editorial Universidad
de Antioquia. 2015 Medellín (Colombia)