Está en la página 1de 2

1

MODO Y ORDEN PARA REALIZAR LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

Para que puedas realizar mejor tu oración se te sugieren los siguientes pasos metodológicos.

PASOS DE LA ORACIÓN

1. Primero encuentra el lugar y el tiempo adecuado para estar una hora a solas con Dios. Comienza
serenando un poco tu estado de ánimo. Ponte en la PRESENCIA DE DIOS, puedes recitar una oración
que te guste, cantar, contemplar un paisaje, hacer algún ejercicio de concentración o relajación con la
respiración, etc.

2. Luego que estés en disposición de iniciar el diálogo realiza la ORACIÓN PREPARATORIA que
enseña Ignacio: “...pedir gracia a Dios nuestro Señor para que todas mis intenciones, acciones y
operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad” (EE 46).

3. Después viene la PETICIÓN: pide al Señor la gracia que necesitas para ese ejercicio en concreto, según
la materia del mismo. La petición no solo se hace en un momento puntual sino a través de toda la
oración. Es como el telón de fondo de toda la oración. Si ves que te distraes vuelve a ellas para entrar de
nuevo en la oración, ayuda mucho a concentrarnos en el tema.

4. Considera luego el tema que se te propone para rezar. Vienen los PREÁMBULOS Y PUNTOS de la
oración. Con estas pautas o guías y con la ayuda de algún TEXTO BÍBLICO, entramos en el tema de
oración propiamente dicho.

5. Termina con un COLOQUIO, es decir, con un diálogo amistoso con Jesús, María, el Padre, el Espíritu
Santo o algún santo de tu devoción, dejando que ellos se expresen en la conversación sobre tus
preocupaciones y lo que has meditado.

6. CIERRE Y DESPEDIDA. Recuerda que cuando uno se despide mal, o no se despide, queda el sinsabor
del encuentro. Procura hacerlo siempre muy de corazón; afectuosamente.

7. EXAMEN DE LA ORACIÓN: no dejes nunca de evaluar durante algunos minutos tu ejercicio y


escribir en el cuaderno. Puede ser luego de terminada la oración o en otro momento del día.

EL EXAMEN DE LA ORACIÓN

Ignacio nos enseña:


“Después de acabado el ejercicio; por espacio de un quarto de hora, quier asentado, quier paseándome,
miraré cómo me ha ido en la contemplación o meditación; y si mal, miraré la causa donde procede, y así
mirada arrepentirme, para me enmendar adelante; y si bien, dando gracias a Dios nuestro Señor; y haré
otra vez de la misma manera”.(EE.77)

Después de haber terminado la oración con un Padre nuestro u otra plegaria oral, habitualmente ayuda
cambiar la posición corporal y examinar durante unos pocos minutos lo que pasó allí.
Ya que la oración abarca tanto aquello que yo hago como lo que en mí se hace, trato de detectar los
movimientos interiores que en mí se han dado. Es muy bueno anotarlos, para que así puedan servir de base
para la conversación con el acompañante personal.

Las siguientes preguntas pueden ayudarte para esto:


2

EXAMEN DE LA ORACIÓN

1) ¿Que aconteció en mí durante la oración? ¿Qué me hizo mayor impresión?


2) ¿Qué afectos/sentimientos tuve durante la oración?
3) ¿Cuál estado espiritual predominó: consolación o desolación?
4) ¿Qué quiso decirme el Señor en todo esto?
5) ¿Tuve alguna dificultad o distracción digna de anotar?

En resumen: Al final de un tiempo de oración debiera yo considerar lo que pasó en mí durante la


hora pasada: no tanto qué ideas había tenido, sino qué mociones de consuelo o desolación, miedo, angustia,
aburrimiento, etc. se dieron en mí, y quizá mirar también un poco mis propias distracciones, especialmente
si han sido muy profundas y disipantes. Agradezco a Dios por sus gracias, y pido perdón por mi negligencia
durante el tiempo de oración.

ALGUNAS RECOMENDACIONES IMPORTANTES.

a) Ayuda mucho haber pautado previamente los cuatro momentos de oración antes de comenzar la semana,
porque luego resulta difícil hacerlo y te retrasarás. Recuerda que el sábado en que nos encontraremos
daremos por hecho que se ha rezado todo y comenzamos una nueva etapa de los ejercicios.
b) Nunca dediques menos tiempo del que habías decidido. El mal siempre empieza a funcionar tratando de
recortar el encuentro con Dios. Los ejercicios suponen tu combate espiritual, tu lucha y tu perseverancia.
c) Dedica un cuaderno especial y únicamente para esta experiencia. Escribe en el cuaderno todos los días.
Sobretodo los exámenes de las oraciones. Es solo para ti. La escritura durante la oración ayuda a la
concentración.
d) Si hay inquietudes, dificultades o dudas no dejes de comentarlas con quien te acompaña en el proceso;
recuerda que: “nadie es buen juez en su propia causa”. Ve anotando todas esas dudas o inquietudes y
háblalas en la entrevista. No llames al acompañante fuera de la entrevista pautada.
e) Busca el lugar y la hora adecuada para realizar tu oración; si te va bien y sientes gusto, no los cambies.
f) Sé puntual contigo mismo en las horas que has destinado tanto para la oración personal como para la
conversación con tu acompañante.

OBJETIVOS DE LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES

• Buscar que el “mismo creador y Señor se comunique a su alma devota abrazándola en su amor y
alabanza” [15]. Los Ejercicios permitirán encontrarte con Dios, vivir una experiencia de unidad amorosa,
un encuentro íntimo, cercano y afectivo.
• “Sentir y gustar de las cosas internamente” [2]. Disfrutar, saborear de ese abrazo de Dios. Lo importante
de los Ejercicios es que tengamos una experiencia viva de Dios, que gustemos de su presencia amorosa.
Esto será lo que penetrará en tu corazón y te acompañará siempre.
• “Quitar de sí todas las afecciones desordenadas, y después de quitadas, buscar y hallar la voluntad
divina” [1]. Los Ejercicios buscan ordenar la vida, quitar afectos desordenados, apegos personales y todo
aquello que no te deja seguir la voluntad de Dios. La experiencia de Dios te irá ordenando
paulatinamente.
• Crear una nueva sensibilidad en el ejercitante (ni ideología, ni sentimentalismos). Al dedicar todo un año
a la oración profunda, podrás conocer internamente al Señor, esto te generará mucha cercanía, tanto que
tus modos, tus sentimientos y tus acciones se irán, progresivamente pareciendo a las del Señor (sin
voluntarismos, ni forzamientos). Los Ejercicios nos irán, progresivamente, cristificando.

También podría gustarte