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HORA SANTA

POR LOS XXV AÑOS DE ENTRONIZACIÓN DEL


MOVIMIENTO APOSTOLICO DE SCHONSTATT EN
LA DIÓCESIS DEL CALLAO

VIERNES, 6 DE DICIEMBRE DE 2013


RITOS INICIALES

Monición:

Hermanos,

Esta noche hacemos un alto en el trajín diario para recargar fuerzas de aquel que nos anima
buscar la perfección.

Esta noche queremos reiterar nuestro sí a los planes de Dios, ratificando en nosotros el anhelo
de servirle como pueblo nuevo, elegido, tal como lo hizo nuestra Mater Ter Admirabilis.

Como familia, vísperas de celebrar xxv años del Movimiento Apostólico de Schoenstatt en el
Callao, queremos renovar una vez más nuestro compromiso con Dios, con nuestra Iglesia, con
nuestro movimiento.

Puestos en pie, entonemos el canto inicial para recibir a nuestro celebrante.

El celebrante y los ministros se dirigen al altar. Hecha la debida reverencia, el celebrante toma
el viril y lo coloca en el expositor. Luego se desplaza delante del altar, coloca incienso en el
turíbulo e inciensa el santísimo sacramento. Mientras se canta uno de estos dos himnos:

PANGE LINGUA

Pange, lingua, gloriósi Nobis datus, ,nobis natus


córporis mystérium, ex intácta Vírgine,
sanguinisque pretiósi, et in mundo conversátus,
quem in mundi prétium sparso verbi sémine,
fructus ventris generósi sui moras incolátus
Rex effúdit géntium. miro clausit órdine.Exposición

CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES

Cantemos al Amor de los amores,


cantemos al Señor. Gloria a Cristo Jesús…
¡Dios está aquí!; venid, adoradores,
adoremos a Cristo Redentor. ¡Oh gran prodigio del amor divino!
¡Milagro sin igual!
Gloria a Cristo Jesús; Prenda de amistad, banquete peregrino
cielos y tierra, bendecid al Señor; do se come al Cordero celestial.
honor y gloria a ti, Rey de la gloria.
Amor por siempre a ti, Dios del amor. Gloria a Cristo Jesús…

Por nuestro amor oculta en el Sagrario Jesús potente, Rey de las victorias,
su gloria y esplendor, ¡a ti loor sin fin!
para nuestro bien ¡Canten tu poder
se queda en el santuario esperando autor de nuestras glorias,
al justo y pecador. cielo y tierra hasta el último confín!
Luego de la exposición, el celebrante, si lo cree conveniente, repite la siguiente Jaculatoria:

R.: Bendito, alabado y adorado sea el Santísimo Sacramento del


altar.
V.: Sea por siempre bendito y alabado.
Padrenuestro, Ave María y Gloria
(3 veces)

Terminada la jaculatoria el celebrante dice:

¡Señor, enséñanos a orar!


Preocúpate de que recuperemos el habla,
de que aprendamos nuevamente el hablar contigo de un
modo espontáneo y original.
Haz que aprendamos nuevamente a escuchar lo que nos
sugieres en el alma, a escuchar lo que hablas en nosotros a
través de los acontecimientos de nuestra vida, a escucharte
a través de las grandes angustias de la época actual….
¡Señor, enséñanos a orar! (JK)

Luego el y los ministros se dirigen a sus sitios

Monición:

Oremos ahora todos con las palabras de nuestro fundador, esta oración se encuentra en la
parte posterior de sus hojas de canto:

V.: Eterno Padre, en el altar al curso de nuestras vidas.


nos ofrecemos con él En Cristo venos perder de la cruz
y te a d o r a m o s sin reservas impulsados por vehemente amor.
a ti y a tu omnipotencia. Acepta con paternal clemencia
Dispón de nuestras vidas, (108)
que nos regalaste por amor. su sangre preciosa por nuestras
Aunque incluya dolor y cruz, culpas; depón la espada
realiza el grandioso plan de amor vengadora,
que trazaste, desde toda eternidad,
pues tu Hijo te honra Recibe a tu Hijo como acción de
infinitamente. gracias por cuanto has hecho por
Cada vez, con el santo sacrificio, nosotros:
se renueva este precio de transformando nuestro ser
expiación . nos sumergiste hondamente en
Tu mirada reposa complaciente Cristo;
en la alegría de la humanidad nos diste su misión y dignidad
liberada del pecado. como a instrumentos para
A ella extiendes nuevamente tu consumar la Redención.
mano paternal y la transformas en De igual modo que a la Esclava
tierra fecunda de paz; esparces por del Señor, nos protegiste como a
doquier tu bendición la pupila de tus ojos;
y en todas partes nos muestras tu espléndidamente nos adornaste
huella. con tus dones y atrajiste a muchos
hasta nosotros.

CANTO DE MEDITACIÓN:

Monición:
Tomemos asiento, permanezcamos en silencio y meditemos con el siguiente canto

LA SAMARITANA

Llegaste tan de pronto, misterio de amor, de la fuente de mi vida


tus ojos negros calaron hondo; limpiará sus heridas, no tendrá sed".
y habitaron oscuros lados de mi cuerpo
herido El agua que Tú me das llena mi pozo vacío,
y tu luz me asombró... tu luz. es agua de tu Espíritu en mi corazón,
colma todos mis cántaros hechos de barro
"Dame de beber", Tú me dijiste, y tu viento de amor me envuelve.
al tiempo de mil latidos de mi corazón.
"Si supieras el don de Dios El agua que Tu me das lava lo manchado,
y quién te lo pide, hace brotar del mal un bien,
tú vendrías a buscar mi agua". tu fuego quemó mis labios y me lancé a
correr,
"Porque todo el que beba del agua que tu nombre gritaré, cantaré.
Yo le dé
tendrá vida, no tendrá sed. "Porque todo el que beba...
Porque todo el que beba

Silencio meditativo
LITURGIA DE LA PALABRA

Monición:

Nos ponemos en pie. Cristo se compara con la vid, y nos aclara que solo la unión con Él hace
que nuestras obras den fruto. Escuchemos.

El celebrante se acerca a la sede de la palabra y proclama el evangelio

R.: LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN


SAN JUAN +
V.: Gloria a ti Señor.
«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo
sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da
fruto, lo limpia, para que dé más fruto.
Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he
anunciado.
Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el
sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid; así tampoco vosotros si no
permanecéis en mí.
Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece
en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de
mí no podéis hacer nada.
Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el
sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego
y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo
conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis
mucho fruto, y seáis mis discípulos.
R.: Palabra del Señor,
V.: Gloria a ti Señor Jesús

REFLEXION Y MOMENTO DE SILENCIO.

Monición:

La historia de nuestra movimiento se hace a través de piedras vivas que ayudan a edificar el
Reino de Dios, escuchemos ahora el testimonio de nuestros hermanos que han militado con
nosotros en nuestra familia schoenstatiana en estos 25 años.

TESTIMONIOS

Las personas designadas se acercan al lugar del monitor y exponen sus testimonio, terminados
estos, el monitor invita a todos a ponerse de pié.

Monición:

Hermanos, ahora, igual que Jesucristo, y como nos enseñara nuestro fundador, ofrezcámonos
ahora a la entera voluntad del Padre diciendo:

V.: Cuanto llevo conmigo, lo que soporto, lo que hablo y lo que


arriesgo, lo que siento y lo que amo, los méritos que obtengo, lo
que voy guiando y luchando, lo que me hace sufrir y lo que me
alegra;
cuanto soy y cuanto tengo, te lo entrego como regalo de amor
para la fuente de gracias,
que desde el Santuario brota cristalina, para penetrar el alma de
quienes en Schoenstatt han puesto su corazón;
para conducir bondadosamente hasta allí, a los que, por
misericordia, quieras escoger
y para que fructifiquen las obras que consagramos a la Trinidad.

BENDICION Y RESERVA

Monición:

Demos gracias a Dios por este momento de Tabor y dispongámonos a recibir la bendición,
cantando.

Nos ponemos de rodillas.


Todos se ponen de rodillas y entonan uno de estos himnos:

TANTUM ERGO

Tantum ergo sacraméntum Genitóri Genitóque


venerémur cernui, laus et iubilátio,
et antíquum documéntum salus, honor, virtus quoque
novo cedat rítui; sit et benedictio;
praestet fides supleméntum procedénti ab utróque
sensuum deféctui. comparsit laudátio. Amen.

OH DIOS EUCARISTÍA

¡Oh Dios Eucaristía! ¡Oh Cristo Rey de es fuente cristalina, id almas al altar
amor! a Ti la fe nos guía, a Ti gloria y gustad en Él, piadosas, su santo sacramento,
honor. (bis) Él da dicha y contento, El es nuestro
manjar.
Cual siervo a la corriente, que sus ardores
calma, Triunfal sobre los Andes, rendidos a tus
así va ansiosa el alma, de su ventura en pos plantas,
y encuentra el agua viva, que apaga sus oh, Cristo en la Hostia Santa, por siempre
anhelos, reines Tú
en ti pan de los cielos, en ti que eres su y sean de tu nombre, por honda fe
Dios. alentados,
intrépidos cruzados, los hijos del Perú.
De paz y de ventura Jesús Hostia divina

R. Les diste Señor el pan del cielo.


V. Que contiene en sí todo deleite.
Oremos.
Oh Dios, que en este admirable sacramento nos dejaste el
memorial de tú Pasión, te pedimos nos concedas venerar
de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu
Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de tu
redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
V.: Amen.
Una vez que ha dicho la oración, el sacerdote o el diácono toma el paño de hombros, hace
genuflexión, toma la custodia o el' copón, y sin decir nada, traza con el Sacramento la señal de
la cruz sobre el pueblo.

A continuación se pueden decir las alabanzas de desagravio que son repetidas por todos.

Bendito sea Dios.


Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

Terminadas las alabanzas de desagravio procede a reservar el santísimo sacramento mientras


la asamblea entona el siguiente himno:

TU REINARÁS

Tú reinarás, este es el grito Tu reinarás, dulce esperanza,


que ardiente exhalan nuestra fe que el alma llena de placer;
Tú reinarás, oh Rey Bendito habrá por fin paz y bonanza,
pues tú dijiste ¡Reinaré! felicidad habrá doquier.
Tu reinarás en este suelo,
Reine Jesús por siempre te prometemos nuestro amor,
Reine su corazón Oh buen Jesús, danos consuelo
en nuestra patria, en este valle de dolor
en nuestro suelo
que es de María la nación Tú reinarás, Reina y ahora,
en esta casa y población
ten compasión del que implora trabajaremos con gran fe
y acude a ti en la aflicción. en realizar y ver cumplida
la gran promesa: ¡Reinaré!
Tú reinarás toda la vida

Terminada la reserva el celebrante regresa a su sede para la renovación de la consagración a


María.

Monición:
Antes de retirarnos consagrémonos una vez más a nuestra Madre:

V.: Oh señora mía, oh madre mía,


yo me ofrezco enteramente a ti;
y en prueba de mi filial afecto te consagro en este día,
mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón;
en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo, oh madre de bondad,
guárdame y defiéndeme como instrumento y posesión tuya.
Amén.

R.: Bendigamos al Señor


V.: Demos gracias a Dios
Durante el canto final el celebrante y los ministros se retiran

CANTO FINAL

JUNTO A TI MARIA

Junto a ti María. Gracias Madre mía


como un niño quiero estar, por llevarnos a Jesús,
tómame en tus brazos haznos más humildes
guíame en mi caminar. tan sencillos como Tú.

Quiero que me eduques, Gracias Madre mía


que me enseñes a rezar, por abrir tu corazón,
hazme transparente, porque nos congregas
lléname de paz. y nos das tu amor.

Madre, Madre Madre, Madre


Madre, Madre, Madre, Madre,
(Bis) (Bis)

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