Está en la página 1de 7

2.4 Micro elementos para la práctica docente.

La microenseñanza se postula como una respuesta a muchas de las deficiencias


de los programas tradicionales de la educación de maestros y profesores. Estos se
sostenían en dos elementos: los métodos de enseñanza y cursos teóricos, y las
prácticas supervisadas de enseñanza.
Allen y Ryan (1978) consideran que la microenseñanza se basa en las siguientes
proposiciones esenciales:
1. Es una situación de enseñanza real: Aun cuando la situación de enseñanza
esté previamente armada, en el sentido de que el profesor y alumnos trabajan
juntos en esta situación de práctica, sin embargo, se produce verdadera
enseñanza.
2. Reduce la situación compleja de un salón de clases: Se reduce el número de
alumnos, el alcance para la enseñanza y la duración de la clase.
3. Se enfoca en la realización de tareas específicas: Éstas pueden ser: la
práctica de habilidades para la enseñanza, el domino de ciertos materiales
de enseñanza, etc.
4. Permite un mayor control de la práctica: en un escenario provisto para la
práctica, el tiempo, los alumnos, los tipos de realimentación y muchos otros
factores que pueden ser susceptibles de manipulación, lo que permite un alto
grado de control del programa.
5. Posibilita mayores recursos de realimentación: inmediatamente después de
dictar una “microclase”, el practicante hace la crítica de su actuación. Para
proporcionarle una mejor comprensión de ella se cuenta con varias fuentes
de realimentación como la ayuda de un supervisor, el mismo practicante con
la ayuda de un video, entre otros.

2.4.1 Cambio de estímulos.


De esta cualidad depende, en gran parte, si una clase es amena o aburrida. Una
nota monótonamente sostenida durante mucho tiempo adormece la atención: una
variada y armónica melodía, excita la atención.
Si el profesor varía hábilmente su conducta, puede cautivar mejor la atención de la
clase no dando ocasión ni tiempo, a nadie, para distraerse. El buen docente hace
uso de diversas técnicas que se pueden clasificar en verbales y no verbales;
algunas de ellas fomentan a la vez habilidad de comunicación.
Son técnicas verbales de variación de estímulos todas las que se hacen en la
comunicación verbal por medio de sonidos: los cambios de volumen, del tono de la
voz, y cambios de velocidad en la pronunciación, son modos de tener amarrada la
atención.
Es técnica verbal el escribir en el pizarrón o tablero las palabras o frases clave: con
ellos se cambia el canal sensorial: del oído se pasa a la vista del receptor. Se puede
oír hablar del mercurio, ver escritas frases sobre el mercurio, tocar y sentir el peso
del mercurio (esto último sería una técnica no verbal de variación de estímulo). El
use del pizarrón es una técnica que contribuye a la fijación de la atención. Sería
equivocado y monótono abusar del tablero. En él se anota o se dibuja solo lo
esencial. Se escribe en orden, jerarquizando las ideas, con letra clara, empezando
en la parte alta de la izquierda.
Parte de lo dicho que se dirá después en la habilidad "COMUNICACION", se aplica
también aquí desde el punto de vista de variación de estímulos, mediante técnicas
no verbales como las siguientes:
Desplazamientos del Profesor por la clase en vez de estar estático.
Movimiento de manos, cabeza y cuerpo. Que sean naturales y no rebuscados ni
rígidos.
Gesticulación del rostro. Expresión dinámica de boca y ojos.
Enfoque de la atención sobre un objeto, una persona, una frase del tablero. Apuntar
con el dedo, con la mirada. Hacer énfasis con la voz.

2.4.2 Formulación de preguntas.


Generalmente los profesores imparten sus clases como una simple transmisión de
información, sin permitir a los alumnos participar activamente en la clase. La
formulación de preguntas puede facilitar esta participación. La Microenseñanza
permite al profesor practicar esta habilidad, consistente no sólo en el uso adecuado
de preguntas, sino también en que éstas sean categoría apropiada, tales como
preguntas de sondeo, preguntas divergentes, etc., Esta habilidad puede ser un útil
auxiliar cuando, además, son los alumnos quienes formulan las preguntas. 6.
Control de Disciplina La disciplina en el salón de clases debe ser controlada con
sistemas comprobados científicamente y no con la forma tradicional de impartir
castigo.
La Microenseñanza permite observar claramente la eficacia de los sistemas de
control disciplinario.

2.4.3 Control de grupo.


Es la manera de mantener el control de los alumnos concentrados en el trabajo,
desempeñando cada día, imponiéndose a las distintas distracciones y aportando un
clima de completa calma.
El control de grupo es:
Conjunto de normas que regulan la convivencia en el aula, las cuales mantienen el
orden colectivo, creando hábitos de organización y respeto entre los miembros de
la comunidad educativa.
Un control en el aula eficaz maximiza las oportunidades de aprendizaje de
los niños. Por otro lado, una clase saturada, compleja y potencialmente caótica
supone una invitación a posibles problemas que pueden interferir en la
educación. Por ello, los psicólogos educativos se han preocupado ampliamente
por fomentar el ambiente positivo en el aula.
El control de grupo se encuentra unido a la disciplina que debe existir para:
Mejorar el proceso educativo
Optimización de tiempos
Niveles de calidad en la enseñanza y el aprendizaje.

2.4.4Actitud docente
El docente es un guía, un colaborador y facilitador en el proceso de aprendizaje,
quien debe partir de los conocimientos previos, los intereses y las experiencias del
estudiante para conseguir un proceso de aprendizaje. Además, no debe olvidar la
importancia de sus expresiones, ejemplos, actitudes y comportamientos, ya que
estos influencian el proceso de aprendizaje del estudiante, como afirmaba Henry
Brooks, un profesor afecta hasta la eternidad; nunca se puede decir donde termina
su influencia.
En el campo de la educación se ha tenido una fuerte tradición basada en una
metodología transmisionista y memorística, donde la labor del docente se asume
como quien transmite una gran cantidad de información a sus estudiantes y éstos
deben reproducirla lo más fielmente posible. Por supuesto que para cualquier
persona resulta difícil y aburrido memorizar una gran cantidad de información por lo
general descontextualizada de la realidad y de poco valor práctico, más hay
competencias, con la finalidad que el método propuesto contribuya a la formación
de seres humanos competentes afectivos y talentosos. (De Zubiría, 1999)
Por otra parte, parafraseando a De Zubiría (1999), se afirma que poco a poco se ha
forjado una tendencia entre los docentes que considera que entre más entretenida,
placentera, lúdica y atractiva le resulte a un estudiante la experiencia de aprender,
dicho aprendizaje se hace más significativo, impactante y perdurable. El reto del
docente se convierte en encontrar las herramientas necesarias para lograr este fin
y algunas de ellas son contar con buena disposición, alegría y gusto por su
quehacer, que se verán reflejados en sus prácticas pedagógicas y por ende en los
resultados de sus procesos de enseñanza.
Adicionalmente, la tarea del docente se convierte en el eje dinamizador del
aprendizaje del estudiante dado por medio de su ejemplo, sus actitudes y acciones.
Ligado a lo anterior se ha establecido una estrecha relación entre lo agradable que
le resulte el profesor al estudiante y lo que éste aprende. Así, entre más cercano,
tolerable, comprensible y amigo se sea, así mismo más fácilmente sus estudiantes
aprenden, ya que al propiciar una relación entre iguales se crea un clima de mayor
confianza y libertad que dispone al educando a estar más abierto y por tanto a
entender y comprender las enseñanzas que se le plantean. (De Zubiría, 1999).
Conjuntamente, es fundamental considerar la formación del docente como un
propósito permanente, a través del cual se fortalezcan sus conocimientos teóricos,
prácticos y actitudinales.
El docente debe estar dispuesto al cambio, a la transformación constante y al
mejoramiento continuo en el proceso de enseñanza; el maestro debe manejar la
incertidumbre y estar dispuesto a enfrentar el devenir del conocimiento. “Su tarea
es aprender toda la vida, debe ser un profesional de alto nivel académico que no
puede ser resultado de la improvisación” (Ávila, 1994). Para ello es necesario que
los docentes sean capaces de asumir nuevos retos, de reflexionar continuamente
sobre su práctica, de evaluar su hacer y su actuar con sus estudiantes en el día a
día, sin olvidar su actualización disciplinar constante.
El docente deberá ser visionario que proponga y diseñe proyectos a corto, mediano
y largo plazo; pero ante todo debe ser un líder que vincule a sus alumnos a espacios
de creatividad, de conocimiento y reconocimiento personal. Debe brindar al alumno
múltiples alternativas, hacia un mundo cargado de incertidumbre, donde lo único
permanente es el cambio. (Casares, 2000, p.119).
Es necesario recalcar que el maestro debe generar puentes de comunicación
continuos, constantes y efectivos con sus estudiantes y compañeros para propiciar
el crecimiento personal y el diálogo de saberes. Pero por sobre todas las cosas, el
maestro debe ser capaz de expresar y sentir ternura, estar siempre abierto y
sensible a las vivencias afectivas de los alumnos. (Henao, 1998) Mientras el docente
no se acerque a sus estudiantes y establezca relaciones de respeto, escucha activa
y empatía, sus prácticas carecerán de sentido y posiblemente pierdan su fin
esencial: el aprendizaje significativo.
El docente debe ser capaz de transmitir sus conocimientos con disposición y
sencillez, debe tener vocación para enseñar, de igual manera, debe poseer la
capacidad de dialogar, ser respetuoso de las normas, saber escuchar, comprender,
educar con el ejemplo, con disciplina, pero sin agresividad. Educando con sus
actitudes, estando dispuesto a reconocer sus propios errores, aceptando críticas
fundadas, e incluso estimulando el pensamiento crítico y argumentativo en sus
estudiantes que les permitan formar su carácter y pensamiento de forma
estructurada y con criterio propio. Para terminar, se trae a colación la siguiente cita:
Una condición fundamental del buen maestro es su compromiso con la formación
humana. Formar es influir en la manera de ser y actuar de los alumnos, y es un
proceso que involucra tanto la razón como la sensibilidad. El maestro debe ser
capaz de expresar y sentir ternura, estar siempre abierto y sensible a las vivencias
afectivas de los alumnos. El maestro debe ser una persona organizada en sus ideas,
segura y bien documentada que maneje apropiadamente las diversas técnicas,
recursos y métodos de comunicación necesarios para hacer más atractiva y
eficiente la transmisión de sus mensajes. (Henao, 1998)
Así y solo así, logrará llegar a las mentes y los corazones de sus estudiantes para
sembrar en ellos las ansias de conocimiento, la curiosidad y el deseo por aprender,
pero ante todo logrará dejar huella y enseñar con sus actitudes y comportamientos.
“El sentido de las cosas no está en las cosas mismas, sino en nuestra actitud hacia
ellas”. (Antoine de Saint- Exupéry)
Es necesario remitir la definición de actitud, ya que este es el eje central de este
estudio, según la Real Academia Española menciona tres definiciones de la palabra
actitud, el primero es el estado del ánimo que se expresa de una cierta manera
(como una actitud conciliadora). Las otras dos definiciones hacen referencia a la
postura: del cuerpo de una persona (cuando transmite algo de manera eficaz o
cuando la postura se halla asociada a la disposición anímica) o de un animal
(cuando logra concertar atención por alguna cuestión).
Vale la pena señalar que varias de las actitudes mencionadas anteriormente se
pueden relacionar con el estilo con el que un docente maneje su clase, según el
estilo puede privilegiar el aprendizaje y el clima de aula dado por la interacción entre
el docente y el estudiante.

2.4.5 Clima de aprendizaje


La Educación por Competencias en el marco de la formación pretende ser un
enfoque integral que busca vincular el sector educativo con el productivo y elevar el
potencial de los individuos, de cara a las transformaciones que sufre el mundo actual
y la sociedad contemporánea.
Al hablar de competencias implica un cambio en nuestra planeación docente, una
de las principales tareas del docente es la gestión de ambientes de aprendizaje
adecuados para que los alumnos participen en un proceso de formación útil y
significativo.
El ambiente es un lugar específico donde existen y se desarrollan condiciones de
aprendizaje, propiciando un clima que se origina para entender a los estudiantes
que están aprendiendo, donde se consideran los espacios físicos o virtuales como
condiciones que van a estimular las actividades del pensamiento de los alumnos,
por lo tanto si se origina un buen clima, dentro del ambiente se dará un aprendizaje
eficaz, dependiendo de la relación entre alumno-maestro, alumno-alumno por eso
es importantes que se den las relaciones interpersonales entre ellos

Se debe fomentar las relaciones positivas entre profesor-alumno creando un clima


de confianza, cercanía, intimidad, afectividad y de oportunidad para aprender con
base a experiencias de aprendizaje cooperativo, desarrollar programas de buena 7
convivencia estudiantil a cargo de expertos, con la intención de concientizar al
alumnado de la importancia de lograr un adecuado clima escolar. Implementar
estrategias, organizar eventos culturales, deportivos y cívicos para reforzar una
mejor convivencia estudiantil y la sana relación entre los discentes, con la finalidad
de lograr la participación e integración de todos.
Hay maestros, dice Soto, que no toman en cuenta las relaciones sociales en el aula,
sino que permiten arbitrariedad y favoritismo. Por lo que recomienda que maestros
propicien en sus salones de clases un clima hogareño, dinámico, divertido que lleve
a un aprendizaje estimulante en donde todos los niños se sientan importantes, en
donde se viva el respeto, solidaridad y apoyo mutuo. Sin descuidar la disciplina,
aplicada de manera firme con equidad y sensatez. Para finalizar comenta que el
maestro es un modelo de justicia, que niños o niñas imitarán en el futuro.
El clima de aprendizaje es la interacción, la comunicación entre los que se
encuentran dentro del proceso de enseñanza – aprendizaje, esta debe darse entre
el docente y los alumnos y viceversa, así como alumno – alumno. Dentro de este
clima debe prevalecer la armonía, confianza, seguridad, respeto, para que los
educandos con toda libertad puedan expresarse, dar a conocer alguna inquietud o
duda a favor de la obtención de un verdadero aprendizaje, también dentro de este
espacio se considera el establecimiento de normas y reglas que ayudarán al buen
desarrollo del Proceso de Enseñanza-Aprendizaje.
Pero ¿cuál es nuestro papel como docentes?
En lo que al rol del docente se refiere pues la tarea principal que se tiene es propiciar
la generación de ambientes de aprendizaje que favorezcan la adquisición de
competencias por parte de los educandos, de ahí que debemos establecer el
ambiente adecuado para el desarrollo de las actividades de enseñanza-aprendizaje,
atendiendo a las características o recursos que éstas requieren para su efectivo
desarrollo, también es importante crear un clima de aprendizaje adecuado para que
el aprendizaje se consiga, además es necesario tener en cuenta que ese ambiente
y clima de aprendizaje deberán formularse en función del entorno en el que se
quiere generar dicho proceso, puesto que dependiendo de factores sociales,
culturales, políticos, económicos, familiares, de infraestructura y por supuesto
ambientales, entre otros, se podrá concretar nuestro propósito .

También podría gustarte