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Yeshivá Or Hayyim

Curso: Teología I

Por Dan ben Avraham

  1  
Querido estudiante:
Gracias por adquirir este libro de texto del curso Teología
Judía I. La importancia de este curso radica en el hecho de
que muchos creyentes han crecido en la errónea idea de que
el Judaísmo no contiene algo que pueda compararse a la
“Teología Sistemática” que abunda en otras religiones, o
que simplemente hablando, el judaísmo no contiene
“Dogmática Judía”, como es el caso en otras expresiones de
fe. Sin embargo, cuando penetramos la historia del
pensamiento teológico judío, percibimos inmediatamente
que sí hay un cuerpo dogmático y una teología sistemática
que determina un hecho innegable: el judío no cree
cualquier cosa. En otras palabras, no está supuesto ser judío
y tener cualquier tipo de religión o creencia.
Los principios axiomáticos de la Unidad y Unicidad de Di-os,
esto es, que Dios es Uno y que no existe ninguna creación o
fuerza en el universo independiente de El, la Causa de todas
las causas, juntamente con otros principios básicos como el
hecho de que la Toráh fue dada por revelación divina al
pueblo judío mediante Moisés en el evento del Sinaí, un
evento público y comprobable por millones de personas, de
lo cual el pueblo judío es la evidencia histórica permanente,
y que el pueblo judío es el pueblo escogido para cumplir una
misión única en la tierra, son señales inequívocas de que el
Judaísmo tiene una Dogmática y una Teología Sistemática
bien clara y definida en sí misma.
Ante estos hechos, la idea de que el Judaísmo es una
religión sin teología, carece de sentido. Cuando hablamos
de un sistema de fe que puede ser definido en la naturaleza
misma de Di-os, la revelación sobrenatural de la Toráh, el
carácter, normatividad y relevancia de la Ley y los Profetas,
así como el significado preciso de la historia sagrada del
pueblo escogido, su función, misión y responsabilidad en la
redención, estamos hablando entonces de una Teología
Judía.
En la Teología Judía encontramos Revelación, Profecía,
Estudio y Práctica de la fe, como es definida por la propia

  2  
Toráh. Estos bloques de pensamiento forman el corazón
mismo de la Teología Judía.
Independientemente de los diferentes acercamientos que
grandes pensadores, filósofos, maestros y teólogos judíos
han hecho a esos bloques teológicos, dependiendo de su
propia escuela de pensamiento, si ortodoxos o reformados,
la realidad es que la Teología Judía existe y es preciso
conocerla y conocerla bien por todos, especialmente por
aquellos que , como tu, han escogido el camino de la
educación hebrea como un pilar de su inversión en el mundo
del conocimiento, la mejor inversión posible para el ser
humano.
Luego de escuchar la disertación oral de tu instructor, es el
tiempo para estudiar este libro de texto que ponemos en tus
manos, hacer tus notas y apuntes y estar listo para
presentar tu examen y tu trabajo de investigación que te
moverán un peldaño más en tu formación académica dentro
de nuestra institución.
Agradecemos no copiar este material ni distribuirlo por
ningún medio, sin el consentimiento de la editorial,
mostrando así tu respeto por el tiempo y el esfuerzo que
lleva preparar para ti un material como este.

Rab Dan ben Avraham PhD


Rosh Yeshivá

Purim 5774

  3  
 
 
 
 
 
 
 
Índice  Temático  
 
 
Dedicatoria  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐  -­‐-­‐            2  
 
Capítulo        1    Teología  Generacional  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐          4  
 
Capítulo        2    Creencia  en  Di-­‐os  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐          29  
 
Capítulo        3    Un  Ser  Absoluto  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐            45  
 
Capítulo  4        Inmutabilidad  de  Di-­‐os  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐              48  
 
Capítulo  5    Unidad  de  Di-­‐os  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐            55  
 
Capítulo  6    Unicidad  de  Di-­‐os  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐  -­‐-­‐-­‐-­‐            68  
 
Capítulo  7    Teología  Judía  y  Trinidad  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐  -­‐-­‐-­‐            75  
 
Capítulo  8        Teología  judía  y  Ética  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐  -­‐-­‐-­‐          93  
 
Capítulo  9      Toráh  y  Revelación  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐      101  
 
Capítulo  10      Teología  y  Cultura  -­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐-­‐      120  
 
 
 
 
 
 

  4  
Capítulo I

Teología Generacional

El término “Teología” no es de origen hebreo, sino griego y


ha sido acuñado académicamente como la disciplina de la
ciencia que procura establecer un “entendimiento científico
de Dios”, por la vía de Platón (428-348 a.e.c.), y que se
convierte en una rama de la Filosofía Griega, llamada
posteriormente “Metafísica” por el aporte de Aristóteles,
otro filósofo griego ( 384-322).

Asumida por el Cristianismo Histórico, la Teología es vista


como una sistemática de exposición de la fe fundamentada
en los Escritos Judíos Sagrados y el aporte de la llamada
Teología Natural que devino en Teología Dogmática todo lo
cual se presenta de forma casi conjunta en lo que se conoce
académicamente como Teología Sistemática porque busca
presentar de manera lógica y sistemática un sistema fijo de
la fe que se procura exponer, con la mira de que sea
entendible por la mayoría y al mismo tiempo recibida como
teología autoritativa y normativa para la fe.

Visto así, la Teología es una especie de Ingeniería de


Sistemas que presenta, metódica y ordenadamente, los
reclamos de la doctrina que sustenta un grupo religioso
determinado.

Si “Teología” no es un término hebreo, sino griego, ¿por qué


hablamos entonces de la Teología Judía? La razón se
esconde en el hecho de la crítica convertida en paradigma
que el Judaísmo no tiene una exposición sistemática de Di-s,
a lo sumo, una historia de la fe, pero no un sistema lógico y
una metodología científicamente ordenada, como
subrayamos en la Introducción.

  5  
Como respuesta a ese paradigma, ha surgido en el mundo
judío la necesidad de responder demostrando que el
Judaísmo posee, con mayor razón que las demás estructuras
religiosas tradicionales del mundo, una historia y una
metodología científicamente válida, de aquellos elementos
que definen, en el otro campamento, el concepto de
Teología.

Con la mira de ofrecer esa respuesta de una forma


científicamente aceptable por la Teología Clásica, surge lo
que llamamos la Teología Judía, es decir, la exposición
sistemática de la fe judía de forma lógica y científica.

En este sentido podemos decir que la teología judía no se


formó de una sola vez, ha sido el producto del desarrollo de
la experiencia religiosa de muchas sabios, como los profetas,
videntes, maestros y rabinos a lo largo de la historia del
pueblo judío. En sentido general, con la conclusión del
Talmud, una colección de escritos jurídicos de gran
importancia,, circa 500 e.c., concluyó el período de
formación teológica judía.

Desde entonces, la reflexión teológica sobre todo ese cuerpo


de literatura producido a lo largo de la historia forma parte
de nuestra teología y le da forma y sentido teológico, pero
no es su esencialidad que viene de ese proceso generacional
que alcanza su clímax en una experiencia única en su clase:
la revelación pública de la Toráh por Di-os mismo, en un
evento contemplado por millones de personas y de lo cual el
pueblo judío es testigo histórico.

Este elemento es el gran eslabón perdido en todas las


demás teologías sistemáticas conocidas y precisamente lo
que da a la Teología Judía, su unidad y unicidad.

Ninguna religión del mundo, ninguna teología conocida


puede ofrecer la evidencia de su origen divino como la
teología judía, precisamente porque le plació a Di-os escoger

  6  
un hombre, Moshé, y un pueblo (Israel) para revelar los
principios de fe y prácticas por los cuales debemos vivir.
El monoteísmo de la Toráh es, sin duda, el mayor aporte que
la Teología Judía ha dado a Israel y al mundo. Es un examen
sistemático de las enseñanzas de la religión judía a la luz de
la Revelación sobre la cual reflexionaron luego los profetas,
jueces, maestros y sabios de nuestro pueblo.

Es cierto que grandes pensadores judíos, sabios, filósofos y


teólogos han surgido a partir del Talmud, como los grandes
pensadores medievales Sadia Gaón ( 882-942) o Pakudah
(siglo 11), o Yehudá HaLeví ( siglo 12) y su contemporáneo
Maimonides (1135-1204) etc., los cuales fueron
influenciados por otras escuelas filosóficas de pensamiento,
ya sea aristotélica o neoplatónica o ambas, pero ninguno de
ellos dieron al mundo un tratado de Filosofía Griega, sino
Teología Judía.

De hecho, su encuentro con la filosofía griega no vino por el


Griego, sino por el árabe, lo que de por sí revela el tipo d
reflexión teológica que hicieron. Ellos tomaron la teología
judía y trataron de expresarla en un idioma que era
relevante para su momento y su lugar de servicio a Di-s.

El gran aporte que hicieron no fue apologético, esto es,


defender la tesis de que el judaísmo es la única teología que
puede demostrar su origen divino, sino académico, es decir,
demostrar, más allá de la duda razonable, que el Judaísmo,
interpretado bien, constituía un sistema filosófico por sí
mismo y por tanto, contenía una verdad filosófica digna de
ser recibida por todos por aquel ingrediente de Sinaí que lo
hace Uno y Único en su clase.

Precisamente eso es lo que hace de ellos teólogos más que


filósofos toda vez que demostraron que la verdad trasmitida
por Moisés, los Profetas y los Maestros y Sabios de esa
cadena teológica generacional que concluye oficialmente
para el tiempo del Talmud, (cuando el canon teológico es

  7  
cerrado,) es una verdad diferente a los postulados filosóficos
que los demás hicieron.
En otras palabras, los teólogos judíos aportan al mundo, no
solamente la grandeza del Monoteísmo Absoluto de la fe,
con la existencia de un solo y único Di-s verdadero, sino
que la propuesta de otros sistemas en el sentido que Di-s
reveló a los Griegos la filosofía como a los judíos la Toráh, y
que ambos son los dos lados de una misma moneda, carece
de fundamento, que hay una sola verdad y una sola y que
esa una y única verdad está en la Revelación no en la
Filosofía.

Visto así, la Teología Judía ha creado una divergencia en el


camino, una encrucijada teológica generacional y esa línea
de profetas y sabios siguen en pie testificando del camino
correcto y de la única verdad que existe.

Es cierto, muchas veces sucede que la Fe es respaldada por


la Razón y la Teología por la Ciencia pero esos puntos de
encuentro son por causa de la Fe no a pesar de la fe.
Consecuentemente la Revelación es la que marca el rumbo
de la Teología Judía y eventualmente la filosofía tendrá que
sentarse a sus pies, como dijo aquel teólogo antiguo1:
“Hasta colocar todo pensamiento sujeto al señorío de
Yeshua”, siendo Yeshua, sin duda, el máximo representante
de la Teología Judía.

Así como la Teología Judía fue formada con el paso del


tiempo debido al trabajo de sus ancestros los profetas,
maestros y sabios hasta la conclusión del Talmud que
formaron la Teología Generacional que le sirve de base,
sobre ella vinieron, luego del cierre del canon babilónico,
otra generación de sabios que, unidos a los nombres de
Sadia, HaLeví, Maimonides que mencionamos, van
formando, hasta nuestros días, la Teología Generacional
reflexiva con hombres como Spinoza, Kant, Mendelsohn,
                                                                                                               
1  Rabino  Shaul  de  Tarso,  Cartas  a  sus  estudiantes.  

  8  
Krochmal, Hirsch, Geiger, Buber y Franz Rosenzweig , por
citar algunas de nuestras figuras más importantes.
La Teología formativa judía es entonces el resultado de una
serie de eslabones diferenciales que le dieron forma y
sentido y que constituye así una cadena generacional
interrumpida que podemos sistematizar y estudiar de una
forma lógica y científicamente aceptable.

Al estudiarla comprenderemos la capacidad de trascendencia


que esta Teología Generacional posee y su habilidad no
solamente para percibir de forma apropiada el mundo, sino
ofrecer los medios de su transformación mediante un
proceso de reparación generacional único en su clase. En
otras palabras, para la Teología Judía no solamente es
importante estudiar y entender el mundo, sino también
transformarlo a la imagen de los postulados de la fe
revelada desde Sinaí.

Siendo la Toráh “una forma de vida”, la Teología


Generacional infunde en su mensaje y metodología el
principio de la experiencia histórica como punto de
encuentro para transformar el mundo ofreciendo así
respuestas y alternativas válidas a todos los hombres.

Visto así, la Teología Generacional contiene también una


Teología Práctica conocida como Halajah, cuya mejor
traducción sería, “la vida en el camino” donde el hombre
tiene la ocasión de vivir lo que cree sin contradicciones
éticas, tomando sobre sus hombros la responsabilidad no
solamente de mostrar lo que el judío debe creer, sino
también lo que debe hacer y cómo tiene que vivir.

Los padres ancestrales son las personas que mantuvieron


viva la fe en un solo Di-os por generaciones, enseñando a
sus discípulos, incluyendo a nuestros padres, Avraham,
Yitzjak y Yaakov, acerca del Ser Trascendente y Uno,
Creador, Sustentador y Supervisor de toda Su creación.

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Aunque la teología generacional contiene muchos nombres,
queremos aquí incluir dos en particular que son
consideradas fundamentales en ese proceso, incluyendo
aquellos que, sin ser judíos de nacimiento, participaron en el
proceso embrionario de su desarrollo.

En este capítulo mencionaremos tres de ellas en particular:

1. Adam y su esposa Java

Los primeros seres humanos, Adán y Eva, no habían nacido.


Todas las cosas habían sido hechas por la “palabra de Di’s”.
Sea la luz… y fue la luz… “Haya esto y aquello” y fue
así…Pero cuando llegó la hora de crear al hombre, el
lenguaje cambia totalmente.

Adam y Eva serían una obra diferente, creación directa de


Di-os mismo… y ellos lo sabían. Una de nuestras tradiciones
enseña que Adán poseía un grado de conocimiento y
comprensión literalmente asombroso.

Ahora podemos imaginar lo que significaría cuando sabemos


por ejemplo, que cada una de las 100,000 (cien mil)
millones de neuronas que tenemos en el cerebro son
capaces de retener hasta 10 TB (terabytes) de memoria,
suficiente para almacenar no menos de 10 billones de
páginas de una enciclopedia2. Y Adám usaba esa capacidad
al 100% de su potencial.

En consonancia con esta profundidad de la comprensión de


sí mismo, de Di-os y de su lugar en la creación, Adán tenía
un potencial enorme.

                                                                                                               
2  Según Carl Edward Sagan (Nueva York, Estados Unidos, 9 de noviembre de 1934 – Seattle,Estados
Unidos, 20 de diciembre de 1996) fue un astrónomo, astrofísico, cosmólogo, escritor y divulgador científico
estadounidense.
 

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De hecho, sus habilidades combinadas fueron tan
sobresalientes que cuando los ángeles vieron esta creación
de Adán exactamente una imagen y semejanza de Dios, se
confundieron pensando que era una Deidad co-igual con
Dios.

Una antigua tradición judía afirma que cuando Adán fue


creado los ángeles celestiales cometieron un error y se
postraron delante de Adám para decir: “Kadosh, Kadosh”,
cuando fueron interrumpidos para que entendieran que no
era una deidad, sino una criatura de Di-s hechas a Su
imagen y semejanza. Debido al hecho de que el hombre fue
creado “a imagen y semejanza de Di-os”, la historia del
hombre es también la historia de Di-s.

El Creador como un Padre amoroso guiando a su criatura por


cada una de las etapas de su vida cósmica, desde la niñez,
hasta la adolescencia, la juventud y la edad madura, que
será la edad de Mashiaj.

En este proceso nos encontramos con Di-os luchando con el


hombre como un padre se esfuerza por su hijo hasta hacerlo
un hombre de bien.

Esta es la historia en pocas palabras:

"Y Dios tomó a Adán y lo puso en el jardín del Edén para que
lo cultivara y para preservarla. Y Dios ordenó a Adán y dijo:"
Está permitido que comas de todos los árboles del jardín.
Sin embargo, no se te permite comer del árbol de la ciencia
del bien y del mal, porque el día que de él comieres,
morirás. "( Génesis 2:15-16)

Independientemente de si usted ha leído la Biblia o


escuchado la historia, todos sabemos lo esencial de esta
narración. A pesar de la prohibición de Dios y de
advertencia, Adam siguió adelante, y comió del árbol de que
él había dicho que no comiera.

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Y los resultados no fueron muy bonitos que digamos.

"Y Dios dijo a Adán:" Porque has escuchado a tu mujer y


comiste del árbol de que yo te dije que no comieras, la tierra
será maldecida por tu culpa, y para el resto de tu vida
comerás de ella sólo con gran esfuerzo y sudor de tu frente.
Espinos y cardos son lo que brotará para ti y comerás hierba
del campo. Y así será hasta que usted regrese a la tierra, ya
que fueron hechos originalmente de la tierra - que eres
polvo - y al polvo volverás ". Génesis 3:17-19

Como se puede ver, no fue un camino fácil para Adám a


partir de este momento. Nuestra historia comienza con una
nota triste y amarga. Y de una buena relación que teníamos
con Di-os, todo se volvió difícil, el Di-os que teníamos tan
cerca que podíamos hablar con él cada mañana, se nos
volvió distante y apartado.

Dejamos de escuchar su voz cercanamente y comenzamos a


escucharla a la distancia, confundida ahora con otras voces
y siendo difícil sintonizarnos con él.

La pérdida mas grande no fue el Jardín del Edén ni la


cobertura de gloria que cubría nuestro cuerpo, ni la enorme
capacidad cognoscitiva que teníamos…. la pérdida más
grande fue que perdimos a Di-s.

Nuestra primer familia se volvió disfuncional en unas horas.

¿Qué ha pasado? Vamos a pensar en el dilema que enfrentó


Adán. En primer lugar, vamos a pensar en el hombre y su
percepción de sí mismo y de su lugar en la creación.

Lo que vamos a asumir es que la conciencia de Adán incluyó


el conocimiento perfecto de Dios y una profunda conciencia
de que la existencia de Dios fue totalmente completa e

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independiente, mientras que la propia existencia de Adán
era totalmente dependiente y contingente.

Adán sabía que cada momento era una nueva creación, que
no tenía capacidad de afectar al principio o al final de esa
creación, y era por lo tanto muy consciente de que su propia
existencia colgaba inútilmente al borde de la inexistencia,
para decirlo en el lenguaje de la Biblia, colgaba “del polvo de
la tierra”, es decir, no muy lejano a él que digamos.

En segundo lugar, Adam era consciente de que la creación


era para él y que el propósito de su existencia fue a
beneficio del honor de una relación conciente y sana con
Dios.

Por último, Adam sabía que tenía libre albedrío.

Sabía que tenía un potencial casi ilimitado y que se le había


dado la independencia y la libertad de hacer con que el
potencial de lo que quisiera.

Ahora vamos a tratar de imaginar la situación, en la medida


que podamos, desde la perspectiva de Adán.

Adán pensó para sí mismo, que podía hacer y llegar a ser y


crear casi cualquier cosa que deseara.

El podía pensar: “Mis habilidades y potenciales son


realmente enormes, pero al mismo tiempo, soy un
prisionero. Constantemente estoy colgando en el extremo de
la cadena de Di-os. Cada momento de mi existencia es una
nueva creación. Siento que soy una especie de bombilla.
Dios me enciende, luego se apaga, a continuación, de
nuevo, a continuación, de nuevo - y nunca se detiene. Si
esto es libertad, ¿por qué me siento tan impotente?”

Y entonces Adán pensó un poco más y se dijo ... Vamos,


muchacho viejo Adán, se puede resolver esto, ¿por qué

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crees que Di-os te ha dado esa cabeza sobre los hombros?
De acuerdo, así que “Di-os me creó a su imagen y me dio la
libertad y la independencia”

Pero ¿por qué? ¿Fue esto algún tipo de broma cruel o es lo


que realmente quiere que yo sea, un ser libre?

Claramente, Él quiere que yo sea libre, y lo que es más -


Soy libre.

Así que es natural que yo experimente sentimiento ocasional


de angustia cuando pienso en la falta de libertad que
parezco tener, a pesar de mi libertad.

En pocas palabras, Adám podía haber dicho: “Quiero ser


libre, porque Dios me creó para ser libre. Todo lo que quiero
es ser lo que soy, libre…”

Mientras todo esto estaba pasando por la mente de Adán


hubo un golpe en la puerta del jardín. ¿Quién le estaba
visitando?

Lo has pensado bien, era nada menos que el gran Creador,


su Padre Celestial.

Él tenía algo que discutir con Adán. "Tú sabes todos esos
árboles maravillosos que he plantado en tu Jardín para que
disfrutes de ellos… solamente hay una restricción: de uno de
ellos, no podrás comer… de todos los demás no tendrás
problemas… pero de aquel que está allí y que se llama , “el
árbol de la ciencia del bien y el mal”, no comerás… ese está
fuera de tus límites, no tienes permiso para comer de ello”.

Y Di-os se excusó, pidió permiso y se fue. Mientras tanto,


dentro de la cabeza de Adán se tenían que mover muchos
pensamientos:

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... ¿Qué está tratando de hacer para mí? Aquí estoy,
pensando en mis cosas, tratando de averiguar lo que me
preocupa, y cómo cumplir el propósito de mi existencia - y
ahora esto! No se me permite comer de ese árbol que está
allí”.

¿Qué árbol era aquél?

Nos morimos con la curiosidad de saberlo… ¿un manzano…


una parra… un árbol de trigo y cebada?

No importa mucho qué árbol era… lo importante es lo que


está pasando aquí.

¿Qué hará Adám con su libertad? ¿Obedecerá a Di-os o a


sus deseos?

Todos sabemos la respuesta: Al final, Adam optó por no


escuchar a Dios.

No porque él era un tipo malo, sino porque pensó


erróneamente que mejor podría cumplir su propósito
ignorando a Dios.

Tal vez este fue el pensamiento de Adam:

"Puesto que Dios me creó con este enorme potencial y ya


que Él ha puesto delante de mí sólo la tarea menor de cuidar
de este Jardín y no simplemente comer galletitas de soda
con llovizna de sal, lo que esta prohibición significa es lo que
él quiere realmente para mi: el uso de mi libertad para crear
una misión aún mayor para mí mismo.

“De esta manera, pensó tal vez Adám, voy a ser no sólo un
emisario de Dios, voy a ser su compañero en la creación.
Voy a unirme con Él en la creación de la misión que en

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última instancia conduzca a la realización de mi propósito.
Así que, sólo por esta vez , voy a ignorar a Dios, aunque yo
sé que causará una distancia entre los dos, pero luego de
haber creado esta distancia, podré usar toda mi habilidad
para ser capaz de encontrarlo”.

Tal vez pensó Adám: “Como esto exigirá un esfuerzo mucho


más grande de mi parte, porque tendré que venir desde
abajo, en realidad va a terminar con algo mucho más
glorioso porque como ahora no tengo a Di-os tan cercano, lo
desearé con todas mis fuerzas y dedicaré mi vida a
encontrarlo para darle otra vez las gracias por haberme
creado libre”.

Así que, básicamente Adán pensó que podía burlar a Dios,


ser más sabio que su Creador y eso fue un gran error. El
problema era que Adán no sabía cuánta distancia causaría
perder a Di-s.

De hecho, la distancia que Adán fue creó fue abismal y


desastrosa, no sólo para él sino para el mundo entero,
porque todos estábamos potencialmente en él cuando usó
mal su libertad para desobedecer a Di-s, como lo explica el
Midrash:

El último de los Seis Días de la Creación fue el Primero de


Tishri. HaShem estaba a punto de formar el cuerpo de
Adam. Acumuló tierra de todas partes del mundo para
formar sus brazos y piernas. Recogió tierra de la tierra de
Babel para el tronco. Trajo tierra desde Eretz Israel, la más
sagrada de las tierras, para crear la cabeza de Adam que es
la parte esencial del cuerpo humano.

HaShem colocó la tierra que había recogido en Har Hamoria,


donde el mizbeaj sería emplazado en el futuro, y la mezcló
con las aguas de todos los océanos del mundo. Con la arcilla
obtenido modeló la figura del ser humano.

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Cuando la figura de Adam aún yacía inmóvil sobre el suelo,
HaShem desplegó delante de sus ojos la visión de su futura
descendencia. Adam visualizó a Noaj y a todos los tzadikim
del futuro, visualizó a Abraham y luego a los guerim, a
Itzjak y a todos aquellos que ofrecerían sacrificios, a Iaakov
y a todos los futuros talmide jajamim, a Moshe y a toda la
gente humilde, a Aharón y a todos los Cohanim, a David y a
todos los futuros reyes.

- "¿Has visto?" - dijo HaShem. - "Todos estos tzadikim serán


tu descendencia." Adam estaba satisfecho.
HaShem le mostró a Adam esta visión para inculcarle una
toma de conciencia de que si pecaba, no solo se perjudicaría
a sí mismo, sino a todos sus futuros descendientes también.
En efecto, cuando Adam pecó más tarde, cambió el destino
de la posteridad”.

Para hacer la historia corta, Adán y todos nosotros en él,


terminamos tan lejos de Dios que a partir de ese momento
las reglas del juego se modificaron radicalmente.

Adán cambió radicalmente. Fue disminuido. Fue diferente y


todos los que venimos de él somos también diferentes y el
mundo se volvió diferente debido a este error de Adám.

Mirando hacia atrás, Adam se dio cuenta de que su estado


original fue moldeado y establecido por Di-os teniendo en
cuenta ambas cosas: Su libre voluntad, su gran potencial y
la necesidad de usarlo para perfeccionar su relación íntima
con Di-os.

En otras palabras, que la gran misión no sería crear


alejamiento con Di-os y luego usar toda su fuerza intelectual
dada para re-ganar esa distancia perdida, sino que la
distancia ya estaba dada aun en el acto de su creación y que
la fuerza no estaba en crear más distancia, sino en acortarla
esforzándose por no comer del árbol prohibido.

  17  
Adám entonces se dio cuenta de otra cosa importante:

Cuando Dios creó el mundo era para nosotros, de la misma


manera cuando Él se comunica, lo hace también para
nosotros, para nuestro beneficio, para nuestro bien, y en
última instancia para crear el placer de nuestra cercanía con
Dios.

Pero no había vuelta atrás, la situación había cambiado, y ha


cambiado para peor.

Era ahora los descendientes de Adán que heredarían los


escombros que dejó atrás. Fueron ellos los que ahora tienen
ante sí la gran tarea de deshacer el daño y, finalmente,
encontrar una manera de volver a la consecución del
propósito de Dios para la creación.

El daño infligido al mundo en general, y en la humanidad, en


particular, fue devastador. Cuando Dios dijo a Adán: "... la
tierra será maldecida por ti y por el resto de su vida comerá
de ella sólo a través del sufrimiento. Espinos y cardos son lo
que brotará para ti y comerás hierba del campo . Sólo con el
sudor de tu frente comerás el pan: Y así es como será hasta
que te vuelvas a la tierra, ya que fueron hechas
originalmente de la tierra que está al polvo y al este polvo
se vuelva”, ¿qué en realidad le estaba diciendo?

Le estaba diciendo: " La naturaleza esencial de Mi relación


con el mundo, y la relación del mundo Conmigo ha cambiado
para siempre Adám”.

Bueno, al principio había un perfecto equilibrio entre el


espíritu, la mente, las emociones y el cuerpo de Adám…Pero
ahora todo comienza a cambiar…

Antes de su error, a pesar de que tenía un cuerpo y un

  18  
alma, Adam se dio el lujo de no tener que estar preocupado
por su aspecto físico o por su alimentación.

Su cuerpo estaba allí, pero sus intereses y apetitos e


impulsos no estaban constantemente compitiendo por su
atención. Todo eso cambió.

Ahora Adán estaría constantemente inmerso en su propio


mundo físico y con la mundanead del mundo en que vivía
que se le había hecho extraño.

Antes comía para vivir, ahora vive para comer. Todo cambió.

En cierto sentido, cuando Adán se distanció de Dios, su alma


se alejó de su fuente, y mientras más se alejaba su espíritu
de Di-s, más se acercaba su cuerpo al polvo de la tierra de
donde había sido tomado.

Así pues, en vez de ascender, comenzó a descender….

Y mientras iban pasando los años, se acercaba más al polvo


de la tierra que a la fuente de donde procedía su alma.

Fue esta distorsión del equilibrio esencial de la creación lo


que hizo y continúa haciendo tan difícil para los futuros
seres humanos a ser y lograr todo lo que Dios quería para
ellos, porque el alma se nos desligó de su fuente espiritual y
nos quedamos sin fuerza.

Desde el comienzo mismo de la creación, Dios hizo que las


mayores esperanzas para los seres humanos, estuviera
encausada en la gran libertad que les había otorgado pero
que ahora se había perdido, no se perdieran para siempre.

Las cosas no funcionaron como fueron anticipadas en el Plan


A, pero aun esas cosas no planeadas, estuvieron planeadas,
en otras palabras, aun el distanciamiento creado por Adám

  19  
no tomó por sorpresa a Di-s, había un Plan B, mucho más
rico y extraordinario.

En otras palabras, Di-os no se rinde tan fácilmente para


alcanzar Sus propósitos con el hombre.

Desde el momento de la metedura de pata de Adán hasta la


aparición de Abraham en el escenario de la historia mundial,
sólo tres eventos importantes tuvieron lugar.

Caín y Abel tuvieron una pelea y perdió Cayn aunque quien


murió fue Abel. Un diluvio de proporciones universales
acabó con todo el mundo a excepción de un hombre llamado
Noé y su familia. Y un proyecto de construcción
enormemente ambicioso conocido como la Torre de Babel
terminó en bancarrota y exilio.

Por supuesto, mucho más sucedió en la década de los cien


años que pasaron entre el tiempo de Adán y la vida de
Abraham, pero en términos del significado global de la
historia de la humanidad, esos tres eventos fueron los más
trascendentales.

¿Por qué paso esto? He aquí por qué.

Después de que Adán había complicado las cosas y de qué


manera, Dios decidió dar un paso atrás (en realidad, Adán le
había empujado a un lado), y esperar a que la gente
entendiera lo absurdo de ignorar a Di-s, Su gran Creador y
Compañero en la creación y aceptara el reto de reparar el
daño causado por Adám.

Tristemente, mientras que Dios estaba esperando


pacientemente, hubo poco esfuerzo en la dirección correcta.
De hecho, la mayor parte de lo que ocurría hace empeorar
las cosas, y la gente se mueve más y más lejos de Dios.

  20  
A pesar de que no se vamos a examinar el trato de Caín
con su hermano Abel, el Diluvio, o la Torre de Babel en
detalle, baste decir que cada uno representa un salto
cualitativo en la dirección equivocada.

Así, mientras que Dios estaba esperando y esperando a la


humanidad al otro lado, en la dirección contraria hacia
donde todos corrían, en un punto determinado todo parecía
en vano.

Tan en vano que llevó a muchos sabios del Talmud a


discutir sobre el tema de si una buena idea de Dios haber
creado al hombre. En efecto, el Talmud Babli (Eruvín 13b)
nos ofrece una interesante disputa entre las dos principales
escuelas de pensamiento de aquellos días, la Casa de
Shamai y la Casa de Hillel.

Nos dice el Talmud:

"Durante dos años y medio discutieron las


escuelas de Shamai e Hilel. La escuela de Shamai
sostenía: 'Mucho mejor hubiera sido que el
Hombre no fuera creado.' Por su parte, la escuela
de Hilel argumentaba: 'Mucho mejor es para el
Hombre haber sido creado, que no existir.'
Finalmente resolvieron la disputa concordando:
'Mejor hubiera sido que el Hombre no hubiera
sido creado. Pero, ya que lo fue, lo que más le
conviene es ser consciente de sus actos y
controlar sus acciones.'"

Así estaban las cosas, Di-os puesto a un lado y esperando y


el hombre caminando en la dirección equivocada, alejándose
más y más hasta que aparecieron dos hombres diferentes en
el camino.

  21  
2. Malki-Tzedek.

Tenemos varias menciones en las Escrituras acerca de Malki-


Tzedek, dos en el Tanaj, una en el Código Real y otras en
los escritos de nuestros mayores así como en documentos
arqueológicos encontrados.

En Génesis 14:17-22 leemos:

“Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes


que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al
valle de Save, que es el Valle del Rey. Entonces Malqui-
Tzedek, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó
pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del
Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito
sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano.
Y le dio Abram los diezmos de todo”.

El Salmo 110: 4 afirma:

“Juró YHWH y no se arrepentirá: “Tú eres sacerdote para


siempre según el orden de Malqui-Tzedek”.  
 
La figura de Malki-Tzedek es una de las más enigmáticas de
toda la Escritura.  
 
Fue descendiente de Sem y según la tradición de nuestro
pueblo, estudió en la academia de su ancestro y aprendió allí
los Siete Mandamientos Universales que le fueron dados a
Nóaj después del Diluvio.  
 
Fue un maestro extraordinario y eventualmente fue
establecido como rey de Salem, realizando dos funciones
simultáneamente, la de rey y la de sacerdote.  
 
 
 
 
En Igueret Ivrim 7:1-4 se documenta:  

  22  
 
Porque este Malki-Tzédek, rey de Salem,
sacerdote del Di-os Altísimo, quien salió al
encuentro de Avraham cuando regresaba de haber
derrotado a los reyes, y lo bendijo, a quien
también Avraham entregó los diezmos de todas
las cosas, primero se interpreta como “rey de
justicia”, y luego “rey de Salem”, es decir, “rey de
paz”; sin padre, sin madre, sin genealogía,
semejante al hijo de Di-os, permanece
perpetuamente. Mirad, pues, cuán grande fue éste
para que Avraham avinu le entregase los diezmos
del botín

La tradición hebrea, como hemos dicho, identifica a Malqui-


Tzedek como uno de los hijos de Noaj, específicamente
Sem, de cuya raíz proceden Avraham y luego Israel.
(Targum Jonathan a Génesis cap. 14, Génesis Rabá 46:7,
Talmud de Babilonia a Tratado Nedarim 32b).

El Talmud Bavli atribuye a él (Sem y su beth din tribunal de


justicia) como pioneros en la prohibición de la prostitución y
la idolatría. (Avodá Zarah p. 36a).

En documentos del Mar Muerto encontrados en la Cueva 11,


(11QMelch) se haya un fragmento donde se asigna una
proyección escatológica a Malki-Tzedek, donde es visto como
un ser con atributos divinos y títulos hebreos como “Elohim”
se aplican a él.

De acuerdo con este texto Melquisedec proclamará el "Día


del Perdón", y expiará por las personas que están
predestinadas a él. También se juzgará a los pueblos de la
tierra.

  23  
El Segundo Libro de Enoc hay una sección conocida como la
Exaltación de Melquisedec, donde se afirma que Melquisedec
nació de una virgen, Sofonim (o Sopanima), la esposa de
Nir, un hermano de Noé. La forma milagrosa de su
nacimiento fue así:

El niño salió de su madre después de que ella


había muerto y se sentó en la cama junto a
su cadáver, ya desarrollado físicamente,
vestido, hablando y bendiciendo al Señor, y
marcados con la insignia del sacerdocio.
Cuarenta días más tarde, Melquisedec fue
tomado por el arcángel Gabriel (Michael en
algunos manuscritos) al Jardín del Edén y se
conservó allí durante todo el tiempo del
diluvio y sin tener que estar en el Arca de
Noé [69] [70]

Más tarde Malki-Tzedek es traído a la tierra para enseñar la


monolatría a los estudiantes de su academia, llamada la
Primera Yeshivá de la historia, la Yeshivá de Sem. Según la
tradición hebrea, en esta Yeshivá estudiaron los 7
mandamientos universales nuestros padres, Avraham,
Yitzjak y Ya’akov. Así pues, el concepto de monolatría, un
solo Di-os fue preservado por Malki-Tzedek y sus
estudiantes.
Debido a esta historia, su legado lo coloca en la lista de la
teología generacional que recibe Israel en el desarrollo del
monoteísmo bíblico que ocupará luego nuestra atención.

Así pues, corresponde a Malki-Tzedek el honor de haber


mantenida viva la fe en un solo Di-os por generaciones,
enseñando a sus discípulos, incluyendo a nuestros padres,
Avraham, Yitzjak y Yaakov, acerca del Ser Trascendente y
Uno, Creador, Sustentador y Supervisor de toda Su
creación.

  24  
3. Avraham Avinu

Una vez que Avraham entra en el escenario, hizo algo que


Malki-Tzedek no había hecho: tomó el conocimiento
académico de un solo Di-os y lo hizo popular en su
generación. Así pues, mientras Malki-Tzedek se mantuvo a
nivel académico, Avraham se movió a nivel social, a las
masas.

Visto así, Avraham fue responsable de la introducción a la


humanidad del Ser trascendente absoluto que es Uno, que
es independiente, que es el Creador, Sustentador, y el
supervisor de toda la existencia y cuya relación con la
existencia es un dador de puro bien último.

Por un momento, vamos a suponer que el supuesto


fundamento de nuestra sociedad y la idea central que da
forma a nuestros valores, la ética, la cultura, la interacción
personal y las políticas sociales es la creencia de que todos
los hombres son creados iguales, y que la libertad humana
es, en casi todos los casos, representativos de “los malos de
la película”. Difícil de imaginar, ¿no?

Pero ¿y si así fuera? ¿Y si ésta había sido la suposición


básica de que la civilización mundial en forma durante los
últimos mil años? Y ahora, imagínese que usted nació en un
mundo - un mundo que para todos los efectos, siempre
había creído que todas las personas son iguales.

¿De verdad crees que alguna vez pasan por su mente que
toda la gente en realidad podría ser igual, que la libertad
humana y la libertad eran nobles ideales, y que todas las
personas poseen un derecho inherente a tomar decisiones
más básicas y fundamentales de la vida?

¿Y si las ideas como éstas nunca se había expresado en toda


la historia humana?

  25  
No sólo nunca se ha debatido, escrito o hablado, nunca,
pero nadie se había entretenido incluso la idea absurda de
que todos los seres humanos son iguales y que la libertad
era bueno.

Este era el mundo de Abraham.

El mundo en el que Abraham nació contempló el vasto


panorama de todo lo que vio y vivió, y concluyó que sólo
había dos tipos de seres - títeres y titiriteros.

Las marionetas se produjeron en muchas formas. Todos los


animales y las plantas eran marionetas, lo mismo que las
gotas de lluvia, las ciudades y pueblos. Tirar de los hilos de
cada marioneta era un titiritero, que fueron los dioses.

El mundo en el que Abraham se levantó - el mundo en el


que aprendió a hablar, formular pensamientos e interactuar
con la gente - era un mundo de manipulación cósmica.

Eso es lo que todos suponían y el pensamiento, que es lo


que todo el mundo decía, y fue sobre esta base que la vida
se construyó.

Entonces, ¿qué la vida de las marionetas humanas parece?


¿Cómo se ven a sí mismos y cómo se relacionan con la vida
y el mundo que les rodea?

Los títeres del mundo antiguo se vieron a sí mismos como


superiores y todo lo demás "sólo una copia imperfecta del
cosmos primario".

En efecto, puesto que el hombre fue creado por los dioses


para servirlos, y él y su civilización eran considerados como
copias imperfectas de prototipos celestiales, había un
sentimiento de alegría y optimismo en los sacrificios
exigidos.

  26  
El cuadro que revela la historia bíblica, tanto escrita como
oral, nos confronta con el valor de Avram al denunciar las
injusticias de aquella teología declarando que tal doctrina no
era otra cosa que la explotación más bestial a que la
conciencia humana podía exponerse.

Avram tuvo el valor de predicar a su generación y afirmar en


su misma guarida que aquella teología lo único que hacía
era demostrar que aquellos dioses no producían sino
marionetas manipulados en las cuerdas de los panteones
convertidas en guaridas del mal y reducidas a los hornos de
adoración y sacrificios a los dioses con la esperanza de que
por ser amable con el titiritero, y entregarle incluso sus
hijos, les iría bien.

La vida no tenía sentido último o propósito, y no existían


conceptos como la libertad personal o aspiraciones desde las
cuerdas que ataban uno de los dioses nunca podría ser
cortadas.

En otras palabras, la vida fue establecida en castas y cada


cual estaba prisionero para siempre de su grupo social. Los
menos controlando a los más y cada cual aceptando su
destino de forma pasiva y esclava.

Sus mentes estaban condicionadas al paganismo y


difícilmente podrían concebir el mundo de otra manera.

Ningún ser humano podría tener una vocación más elevada,


y no hubo grandes valores que valieran la pena para tener
sentido de dignidad humana o valores a los cuales dedicar la
vida, y mucho menos razones por las cuales morir como lo
explica Roberts3:

                                                                                                               
3  J. M. Roberts, Historia del Mundo

  27  
"Los sumerios, [las personas que poblaron el
antiguo mundo mesopotámico en el que
Abraham eventualmente nacería] se
consideraban un pueblo creado a mano por los
dioses, eran por tanto esclavos de los dioses.
Estos dioses exigieron propiciación y la
presentación en el ritual elaborado. A cambio de
esta vivirían una buena vida que le otorgaría la
prosperidad y la duración de los días, pero no
más allá del momento de su muerte”.

En los albores de la civilización, los límites de la aspiración


humana, y lo mejor que se podía esperar, era una vida larga
y próspera. Al final, la vida no era más que un esfuerzo
agotador de ganarse y suplir las necesidades mínimas de la
vida, todo el tiempo, en la esperanza de que los dioses, con
sus caprichos volubles, mantendrían el juego a su favor. No
es de extrañar, entonces, que cualquier cosa podía ser
objeto de culto mientras que las personas retenidas en sus
castas, no valían nada porque, incluso los niños, el menú
preferido del voraz apetito de las divinidades, eran
separados y preparados para el exigente sacrificio de sus
dioses.

Este era el mundo de Abram hasta que le llegó la Luz de la


revelación y entendió que solamente hay un Di-os, Creador
y Sustentador del universo y que todo lo demás, era una
pura fabricación de la imaginación del hombre producto de
una conciencia embotada por la falta y ausencia de la
revelación que habían rechazado desde Babel

Debido a esto, Malki-Tzedek por un lado y Avraham por el


otro, constituyen los dos primeros eslabones post-diluvio, de
lo que sería luego el estricto monoteísmo bíblico que
constituye la base y esencia de la teología judía.

  28  
Gracias a esa línea ancestral de profetas, maestros y sabios,
podemos hoy ensamblar su pensamiento y presentarlo de
forma sistemática como un cuerpo inteligente, repletos de
conceptos transferibles que no solamente ofrezcan una
respuesta sino también propongan un camino seguro para
todo el que anda buscando la luz de Israel.

  29  
Capítulo 2

Creencia en Di-os

La mejor definición de la Teología Judía que pudiéramos


imaginar se encuentra en una frase de apenas 25 letras
hebreas:

“Shemá Israel, el Eterno nuestro Di-os, el Eterno Uno es”.


(Devarim 6). Sobre esta declaración mosaica, dijo el
Maestro: “Este es el más grande mandamiento de todos”.
Ciertamente en el Shemá encontramos la revelación de Di-
os como Creador del mundo, Revelador de la Toráh y
Redentor de Israel. Estos son los tres pilares fundamentales
que definen la Unidad y Unicidad de Di-os. Una vez
entendemos el concepto hebreo de Creación, Revelación y
Redención, hemos echado las bases seguras de la Teología
Judía.
El concepto de un solo Di-s, el concepto de una sola Toráh
dada por Revelación, no solamente en su fuente (Sinaí) sino
en sus explicación (Los Profetas), y la firme convicción de
que Israel ha sido escogido como depositaria de la redención
y por tanto debe comportarse como un “pueblo separado
del resto” en términos de misión y servicio al Di-s Uno y
Único, constituyen los pilares fundamentales de la teología
judía. En este capitulo vamos a explorar cada una de esas
tres divisas teológicas que definen la esencialidad de la
teología judía.

1. La creencia en Di-os.

Cuando decimos que "Dios es uno " todos los días [ en la


oración del Shemá ] , ¿qué queremos decir con esa
afirmación ? No solamente para Yeshua, para cada maestro
y sabio de Israel, el Shemá constituye la esencia misma de

  30  
la fe judía y por tanto, de su teología. No puede existir
alguna teología judía auténtica, que no esté fundamentada
en el Shemá.

¿Qué significa el Shemá? ¿Qué afirmamos o negamos


cuando confesamos el Shemá? En primer lugar, el Shemá
demanda de nosotros la creencia en Di-os. Sin embargo, esa
creencia en Di-os necesita definirse y la definición que hace
la teología judía descansa en el principio de la Unidad de Di-
s.

El Shemá nos enseña que Di-os es una Unidad Perfecta, sin


admisión de ningún tipo de dualidad o pluralidad para ser
más exactos. Significa que Dios no tiene partes , ya sea
literalmente o figurativamente - sin brazos ni piernas , no la
espalda o frente, sin fin ni principio.

Esto significa que el concepto de Di-os y la creencia en Di-os


constituyen el fundamento mismo de la esencia de la
teología judía. Dicho de otra manera, si toda nuestra fe
judía pudiera resumirse en una sola palabra, sería “DIOS”.

Mientras las naciones seguían adorando y dando culto a las


criaturas en vez de al Creador, nuestro pueblo judío
mantuvo el monoteísmo (creencia en un solo Dios) contra
viento y marea.

Mientras las naciones se corrompían dando rienda suelta a


sus pasiones, y cometiendo con avidez toda clase de
impurezas, el pueblo judío mantuvo los más altos
estándares de santidad.

Rab Shaul hizo una radiografía ética de las naciones que


daban las espaldas al Di-os de Israel y nos presenta el
siguiente diagnóstico espiritual (Igeret Romanin. 1: 24-32):

  31  
“Di-os permitió que fueran presa de la inmundicia,
en las concupiscencias de sus corazones, de modo
que deshonraron entre sí sus propios cuerpos y por
empecinarse en cambiar la verdad de Di-s por la
mentira, no hicieron mas que honrar y dar culto a
las criaturas antes que al Creador, el cual es
bendito por los siglos Amén. Por esto, Di-os
permitió que fuesen atrapados en pasiones
vergonzas, pues aun sus mujeres cambiaron el uso
natural por el que es contra naturaleza y de igual
modo también los hombres, abandonando su
relación sexual natural con la mujer, se
encendieron en su lascivia unos con otros,
cometiendo hechos vergonzosos hombres con
hombres y recibiendo en sí mismos la retribución
resultante de su extravío. Y como ellos decidieron
ignorar a Di-os, Di-os los entregó a una mente
reprobada para hacer cosas que no convienen,
estando atestados de toda injusticia, perversidad
sexual, avaricia, maldad, plenos de envidia,
homicidios, contiendas, engaños, malignidad,
murmuradores, detractores, aborrecedores de Di-
os, sinvergüenzas, soberbios, altivos, inventores de
transgresiones, desobedientes a los padres, vanos,
desleales, habiendo entendido el veredicto de Di-
os, que los que practican tales cosas son reos de
muerte, no solo las hacen, sino que también
apoyan a los que las practican”.

Cuando la gente de todo el mundo estaban adorando al


trueno y el viento, los Judíos no tenía más que una
palabra que decir: Di-os.

Cuando los emperadores romanos procuraron imponer


el culto al emperador en la tierra de Israel, los judíos
respondieron:

  32  
( “Shemá Israel, YHWH Elohenu, YHWH ejad”.)

Y cuando, en todas las épocas, la gente buscó el


significado de la vida, la felicidad y la espiritualidad,
los judíos no teníamos más que una palabra que decir:
Dios.

Esta fe milenaria en un solo Di-s, el Di-s de Avraham,


Yitzjak y Ya’akov fue lo que llevó al historiador J.M.
Roberts decir del pueblo judío4:

"Ellos fueron los primeros en llegar a una


noción abstracta de Dios y prohibir su
representación por medio de imágenes.
Ningún pueblo, con un origen y con
recursos tan insignificantes, ha producido
un mayor impacto histórico”.

Por su parte, el historiador Paul Johnson, sobre el


mismo tema, afirma5:

                                                                                                               
4   “They   were   the   first   people   to   arrive   at   an   abstract   notion   of   God   and   to   forbid   his   representation   by  
images.   No   people   has   produced   a   greater   historical   impact   from   such   comparatively   insignificant   origins  
and  resources…"  
       J.M.  Roberts,  History  of  the  World  
 
5          "Above  all,  the  Jews  taught  us  how  to  rationalize  the  unknown.  The  result  was  monotheism  and  the  
three  great  religions  that  profess  it.  It  is  almost  beyond  our  capacity  to  imagine  how  the  world  would  have  
fared  if  they  had  never  emerged."  
       Paul  Johnson,  A  History  of  the  Jews  
 

  33  
"Por encima de todo, los judíos nos
enseñaron a racionalizar lo desconocido. El
resultado fue el monoteísmo y las tres
grandes religiones que lo profesan. Es casi
más allá de nuestra capacidad de imaginar
cómo sería el mundo si ellos nunca hubieran
surgido."

Si revisamos nuestra historia, encontraremos que los


Estados Unidos de América fue fundada en el principio de la
separación de Iglesia y Estado y, al mismo tiempo proclama
"...Todos hombres han sido creados iguales, y han sido
dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables ..."

Existen no menos de mil doscientos millones de personas


llamadas “cristianas” que afirman creer y servir al Di-os de
Israel, al Di-os que el pueblo judío, como depositario de la
Revelación introdujo a la humanidad y que el más grande
de sus hijos, el Ríbi Yeshua, se encargó de hacerlo popular
entre las naciones de la tierra.

No obstante, hay una diferencia, la diferencia que viene


por el hecho de que la mayoría de la gente que afirma
creen en Di-s, en el Di-os de Israel, aunque tienen mucho
conocimiento científico y económico, no tienen idea clara de
lo que creer en Di-os significa.

Tu puedes saber mucha matemática y geografía,


astronomía e historia, pero cuando llegamos al término “Di-
os” es otra historia.

La gente tiende a tener una amplia gama de creencias e


ideas cuando se trata de Dios. Incluyendo a los mil millones
de musulmanes que dicen creer en un solo dios, Alá, como
único dios verdadero.

  34  
El objetivo de esta curso es presentar una imagen
coherente de la comprensión clásica judía de Dios y su
relación con la creación, la humanidad, y con el pueblo
judío. Rabino Shaul de Tarso escribió:

“¿Qué ventaja tiene, pues, el judío?” Y


responde diciendo: “Mucho, desde todo punto de
vista”. (Ro. 3:1,2).

¿Cuáles son esas ventajas?

Históricamente, los judíos fueron los primeros en


conceptualizar el único Dios trascendente para la
humanidad. En otras palabras, para nosotros como judíos,
Di-os es mucho más que un concepto. Di-os y la
espiritualidad son, y siempre han sido, el corazón de la
experiencia de la vida judía y esto se define en el concepto
de la creencia en Di-os como el fundamento de todos los
fundamentos, la creencia de todas las creencias, la esencia
misma del alma de la teología judía.

En otras palabras, para la teología judía, los asuntos del


alma y la espiritualidad son elementos que brotan de la
creencia en Di-s, y están extraordinariamente ligados a la
vida judía como son las preocupaciones sobre los niveles de
colesterol y planes de jubilación para la inmensa mayoría de
las personas educadas del mundo.

Para el pueblo judío, todo comienza con Dios, sigue con Di-
os y concluye en una eternidad con Di-os, como lo expresa
el Rabino Shaul de Tarso de forma magistral en su reflexión
teológica donde establece que aun en el caso del Mashiaj,
con todo y lo grande de su estatura espiritual y sus méritos
redentores, al final, cuando la obra haya concluido, “Mashíaj
mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas para
que Di-os sea todo en todos” (1 Cor. 15:27,28). En otras
palabras, al final de la historia, solamente queda Di-os,
siendo “todo en todos”, Baruj Jú.

  35  
¿Puede la teología judía definir a Di-os?

Por definición, “Di-os es indefinible”. Es imposible para el


hombre definir a Di-os de forma significativa. En otras
palabras, uno no puede realmente decir, a manera
dogmática: "Dios es ..." y proceder a enumerar los atributos
de Di-os porque al hacerlo, estamos admitiendo una
división entre sujeto y predicado, es decir, nos exponemos
a la idolatría de la pluralidad, como afirma Maimonides6:

“Los que creen que Di-os es Uno y que Él tiene


muchos atributos declaran la Unidad con sus
labios pero asumen una pluralidad en sus
pensamientos”.

Por lo tanto, concluye, no se puede hablar de Dios en


términos de atributos positivos, o sea, no podemos decir,
“Dios es…” sin correr el riesgo de establecer una pluralidad
en la divinidad. A la hora de hablar de los atributos de Di-s,
la teología es extremadamente cuidadosa y radical y explica
que7:

“De Di-os mismo, no hay conocimiento posible,


porque nadie aparte de Ti es Uno, ni en los seres
superiores ni en los inferiores. Di-os no posee un
nombre cognoscible, pues El es quien llena todos
los nombres y constituye la plenitud de todo lo
que existe. Di-s posee Sabiduría, pero no una
sabiduría cognoscible. Posee entendimiento, pero
no un entendimiento cognoscible. Di-s no posee
atributos por cuanto es Eterno e Infinito y
lógicamente el ser humano es capaz de alcanzar
su comprensión”.

                                                                                                               
6  Maimónides,  Guía  de  los  Perplejos,  capítulo  50.  
7  Petijat  Eliyahu  HaNaví,    Rezo  diario  de  Shajarit.  

  36  
Por otra parte, uno puede describir lo que Dios no es sin
comprometer cognoscitivamente Su Unidad. En este sentido
podemos decir con cierto nivel de seguridad frases como:

a) Dios no es corpóreo
b) Di-os no ocupa espacio
c) Dios no experimenta ninguna generación.
d) Di-os no experimenta ningún tipo de corrupción, como
el proceso conocido del hombre de nacimiento,
desarrollo, decadencia y muerte, etc.

El rabino Shaul de Tarso8 escribe:

“Oh profundidad de las riquezas de la


Sabiduría y el Conocimiento de Di-os. ¡Cuán
insondables son sus juicios e inescrutables Sus
caminos. Porque: ¿Quién conoció la mente de
YHWH? ¿Quién puede comprenderlo? ¿Quién
podrá ser Su consejero? ¿O quién le dio a él
primero para que le fuese recompensado?”

Más tarde nos dirá Maimónides9:

"Lo único que entiendo es el hecho de que [ Di-


os ] existe, de que [ Di-os ] es un ser a quien
ninguno de Sus criaturas es similar, que no
tiene nada en común con ellos, que no incluya la
pluralidad, que nunca es demasiado débil para
producir otros seres y cuya relación con el
universo es semejante a la de un timonel a su
barco , y aunque esta no es una relación real, ni
un símil real, el principio es transmitirnos la idea
de que Di-os gobierna el universo, le da la
duración y conserva su disposición necesaria”.
                                                                                                               
8  Igeret  Italia  11:33-­‐35.  
9  Ob  Cit.  Capítulo  40.  

  37  
He aquí por qué:

Vivimos en un mundo de belleza sorprendente y asombrosa.


Un mundo maravilloso dotado de tres dimensiones: altura,
longitud y anchura.

Mucho más que los conceptos matemáticos, estas tres


dimensiones son los ladrillos y el mortero de nuestro medio
ambiente y está inseparablemente ligada a la existencia de
la materia física, así como el espacio.

Ahora bien, supongamos por un momento que vivimos en un


mundo menos impresionante que el nuestro, donde no
tengamos la dimensión de la altura…

Tomemos un par de minutos, cierre los ojos y trate de


imaginar lo que el mundo sería sin la dimensión de la
altura… imagínate todo plano… sin altura alguna… tan plano,
que un grano de arena sería una enorme montaña para
nosotros… gente plana… automóviles planos… aviones
planos… barcos planos… casas planas…

Si viviéramos en un mundo de solo dos dimensiones, largo y


ancho, sin altura… ¿cómo sería nuestra vida en un mundo
así? ¿Cómo sería ese mundo para nosotros? ¡Totalmente
extraño!

Pero imaginemos un poco más… imaginemos un mundo


donde no solamente la dimensión altura no existe… tampoco
la dimensión de longitud… ¿cómo sería un elefante en un
mundo donde la dimensión de altura no existe ni tampoco la
dimensión de longitud? ¿Cómo luciríamos nosotros?

Imaginemos un poco mas… un mundo sin altura, sin largo y


sin ancho… ¿cómo sería un mundo así, sin masa, sin tercera
dimensión?

  38  
Evidentemente estaríamos imaginando un mundo
adimensional, un mundo que no puede contener nada,
porque mediante la eliminación de las tres dimensiones no
sólo hemos eliminado toda la materia, sino también el
espacio. Así que incluso si usted imaginó un elefante súper-
achatado, no habría lugar donde ponerlo…

Pero imaginemos un poco más… quitemos algo más que


aun puede ser quitado… el tiempo… imaginemos un mundo
sin espacio, sin altura, sin largo, ni ancho… ¡y sin tiempo!

Esto significa que incluso si halláramos un elefante, no


podríamos hacer nada con él, porque moverlo de un lugar a
otro requiere tiempo y en este mundo imaginario, ¡no hay
tiempo!

¿Cómo sería un mundo así, sin espacio, sin altura, ni


largura, ni profundidad… donde no hay ancho, ni alto ni
bajo, y tampoco tiempo...?

Este no es un mundo imaginario… existe ese mundo, es el


mundo de Di-os, el Di-s de Israel existe fuera del espacio,
del tiempo, de lo alto, de lo largo, de lo profundo...

¿Cómo es Di-s entonces?

Ahora estás comenzando a pensar en la comprensión judía


de Di-os… por qué decimos que Di-s es “Ein Sof”, el “Sin
límites”; por qué decimos que Di-os es “invisible, a quien
ningún hombre ha visto ni puede ver Y por qué decimos que
“Di-s es espíritu”… y por tanto, incomprensible.

Di-s creó la materia y las dimensiones de espacio, altura,


profundidad y la anchura e introdujo en ello la dimensión del
tiempo… por tanto, la existencia misma de Di-os está fuera
de esas dimensiones y ninguna de ellas lo afecta en lo

  39  
absoluto… Di-os no pasa ni frío ni calor… para él no hay
primavera o invierno, verano y otoño.

Ahora entiendes por qué la Teología Judía afirma que definir


lo que Di-s es, de una manera significativa, es absurdo y por
qué Maimonides afirmó que del peligro latente en definir lo
que Di-s es, por cuanto el pensamiento del hombre podría
cruzar la línea roja que separa el monoteísmo del
politeísmo.

El es y existe independientemente de
nuestro tiempo. El es y existe
independientemente nuestra altura. El es y
existe independientemente de nuestro
anchura. El es y existe independientemente
de nuestra longitud.

Por tanto Su existencia no se limita o define por estas


creaciones, porque su existencia es anterior a toda creación.
Es por esto que la primera letra de toda la Biblia Hebrea es
la ‫( ב‬Bet), que está cerrada por su lado derecho y abierta
por el izquierdo, como enviándonos un mensaje: “Bástenos
conocer lo que está del lado de acá…” porque al momento
que cruzamos esa frontera ya no podemos concebir nada
con nuestra humana imaginación y en efecto, así está
escrito en la Torah:

“Las cosas secretas pertenecen a nuestro Di-os,


las reveladas son para nosotros y para nuestros
hijos”. ( Devarim –Deuteronomio- 29:29).

  40  
Lo mismo es cierto con el tiempo.

Él existía antes que el tiempo existiera y por lo tanto Su


existencia no es de ninguna manera afectada por el tiempo
y de esto es que nos habla la Toráh cuando nos enseña que
para Di-os, “un día es como mil años y mil años como un
día” (Salmo 90:4; 2 Kf. 3:8).

Debido a esto, el Di-os de Israel es absolutamente


independiente de todo lo que comprende la realidad en la
que vivimos.

Nosotros, por decirlo de alguna manera, estamos


atrapados en una dimensión determinada, la existencia
tridimensional, y no tenemos manera de concebir una
realidad que puede existir independiente de todos estos
atributos.

Por lo tanto, si nos resultó imposible imaginarnos un


elefante sin altura y sin anchura, ¿cuánto menos podríamos
comprender lo que Di-s es realmente?

¿Significa esto que Di-os está más


allá de nuestra comprensión?
¿Significa esto que es imposible
conocer a Di-os? ¿Significa que
nunca podremos tener una idea
clara y segura de Quién es Di-os?

La respuesta es doble: Sí y No.

¿Por qué no?

No podemos conocer, concebir, o hablar de lo que Di-os es


por nosotros mismos, usando exclusivamente nuestra
imaginación.

  41  
Dado que toda nuestra existencia se desarrolla en un mundo
de tiempo, no podemos imaginar una existencia donde no
existe el tiempo.

Lo mismo sucede con el espacio y la materia. No podemos ni


siquiera empezar a concebir una existencia donde no hay
espacio o materia.

Si se nos pide imaginar una realidad que no tenga ni espacio


ni materia ni tiempo, probablemente la única palabra que
podríamos hallar para describir esta realidad sería, "nada".

Si eliminamos todos los elementos básicos de la existencia,


como nosotros la conocemos, entonces lo que tenemos es
no-existencia, o sea, un nada absoluto.

Pero eso no es exactamente cierto, porque incluso si se


elimina todo lo que comprende toda la existencia, como
nosotros la conocemos, Dios todavía existe porque El es la
causa de todas las causas.

¿Por qué sí?

Aunque todo lo que nosotros sepamos de Di-os es


totalmente independiente de todo lo que existe en nuestra
realidad y por tanto, imposible para nosotros concebir, al
mismo tiempo, es totalmente dependiente de lo que Di-os
mismo nos ha revelado de El.

O sea, aunque ni siquiera podemos empezar a conocer a


Dios directamente, podemos conocer un poco acerca de él
conociendo lo que El mismo nos ha revelado de Sí.

Una analogía

A modo de analogía, podemos decir que la diferencia entre


conocer a Dios mismo y saber algo acerca de Dios es
semejante a la diferencia entre alquilar un apartamento

  42  
amueblado frente al mar de un amigo y alquilar el mismo
apartamento de un extraño, un dueño que no conocemos y
con el cual nos relacionamos exclusivamente con el agente
de bienes raíces que nos lo alquiló.

Piensa en esto:

Cuando usted alquila de un dueño del que no sabes nada,


solamente a través de un agente, usted encontrará una gran
variedad de artículos que le dan una idea de quién es el
dueño.

El estilo de los muebles, el dibujo de la vajilla, los libros en


los estantes, el arte en las paredes, las emisoras
memorizadas en el mando a distancia, todo esto y más,
puede darte una idea del dueño del apartamento.

Si miras y estudias bien las cosas que el dueño ha usado


para amoblar el apartamento que alquilaste, serás capaz de
saber algo acerca de la persona en cuya casa estás ahora
viviendo, pero aún no conoces la persona misma.

Es similar con Dios, por el hecho de que Él creó todo lo que


existe, podemos detectar algunas ideas acerca de Él,
aunque nos quedamos muy lejos de saber quién o lo que es
en realidad.

Esto es lo que estaba en la mente del rabino Shaul cuando


dijo: “ Porque lo que de Di-os se puede conocer, les ha sido
revelado, porque Di-os se lo manifestó, porque las cosas
invisibles de El, Su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del universo, siendo
evidentes por medio del designio presente de las cosas
hechas, para que luego no haya excusas”. ( Ro. 1: 19,20).

Observa que el rabino Shaul dice: “ Porque lo que de Di-os


se puede conocer…” es decir, hay cosas de Di-os que ni
siquiera podemos intuir basándonos en las cosas hechas,

  43  
pero al menos, podemos comenzar a tener una idea de
quién es el “dueño” del apartamento donde ahora vivimos.

¿Qué cosas fundamentales podemos conocer del


“dueño” de nuestro apartamento llamado “tierra”
donde vivimos desde hace 6,000 años?

Al menos podemos conocer cinco de ellas, siempre y cuando


prestemos atención a una palabra de precaución lo que en el
lenguaje moderno identificamos como: “Advertencia”.

Advertencia (Disclaimer)

“Cuando uno empieza a hablar de Dios, uno se encuentra


inmediatamente en una pendiente resbaladiza que puede
dar lugar a erróneas conclusiones antropomórficas Por lo
tanto, es importante señalar que cada vez que se aplican
términos humanos a Dios, (antropomorfismo) términos
como Dios "ve" o "habla" o "piensa” o “se arrepiente”, esto
se hace solamente porque no tenemos otro lenguaje para
usar.

Estos términos que atribuyen a Di-os figuras y sentimientos


humanos son para darnos una idea o concepto, pero en
realidad Dios no "ve" ni “piensa” en la forma nuestra de
“ver” y “pensar, ni tampoco Di-os “habla” en la forma de
“hablar como nosotros hablamos” y así sucesivamente.
Usamos expresiones humanas para referirnos a Di-os sólo
como metáforas para darnos una idea de una realidad
mucho más grande e indescriptible.

  44  
En este sentido nos dice Maimonides10

“Todos los términos antropomórficos que


encontramos en los textos sagrados judíos como a)
"vara y el cayado de Di-os, " b) el Creador que
por su voluntad "extiende Su mano… c) miles de
otros pasajes similares y semejantes, tanto como
a) en el Talmud, b) Midrash c) Liturgia, son
pasajes alegóricos, diseñados para facilitar la
transición del pueblo judío de la idolatría al
monoteísmo. Incluso la famosa descripción de la
creación del hombre B'Tselem Elohim ( en la
imagen de Dios) se entiende metafóricamente.
Di-os creó de la libre voluntad y se nos concede la
capacidad de razonar y de un libre albedrío como
el que tenemos, pero no podemos hablar de “una
relación de familia” con Di-os”.

Solamente cuando aceptamos este principio puede la


Teología Judía continuar con su exposición del más
importante y trascendental principio que define la
esencialidad de su fe: la creencia en Di-os.

                                                                                                               
10  Ob.Cit.  capítulo  50.  

  45  
Capítulo 3

Di-s un Ser Absoluto

La existencia de Di-os es absoluta. La idea de que el ser de


Di-os es absoluta incluye lo siguiente: Es totalmente
completo y suficiente en sí y por sí mismo.

La naturaleza de su integridad es tal que no le falta nada y


no necesita nada. Di-os no tiene restricciones ni
limitaciones, y como tal, nada puede existir "fuera" de él,
porque si algo puede existir de una manera que estaba
separado de su existencia, entonces no habría una especie
de línea divisoria entre estas dos existencias .

Y todas las líneas divisorias indican un límite o limitación de


las clases. Di-os, el ser absoluto, no tiene límites ni
limitaciones. El es Ein Sof, el Sin Límites, como
explicaremos oportunamente.

El rey Salomón cuando estaba consagrando el Primer


Templo de nuestra historia judía, decía en su oración:

“He aquí, los cielos de los cielos no te


pueden contener, ¿cuánto menos esta Casa
que yo he edificado a Tu Nombre?” ( 1 Rey.
8:27).

Por su parte, el profeta Isaías lo expresa de la siguiente


manera:

“Así dice el Eterno: El cielo es mi trono y la


tierra el estrado de mis pies. ¿Dónde, pues,
está la Casa que podríais edificarme?
¿Dónde está el lugar de Mi reposo? Todo lo
hizo mi mano y así todas las cosas llegaron a
ser, declara el Eterno”. (Is. 66:1,2).

  46  
Más adelante, el más aventajado estudiante de nuestro Ríbi
lo dirá delante de una comunidad filosófica de sus días:

“El Di-s que hizo el mundo y todas las cosas


que en él hay siendo Amo del cielo y de la
tierra, no vive en templos hechos por manos
humanas, ni es servido por manos de
hombres como si necesitase de algo, pues Él
es quien da a todos vida y aliento y todas las
cosas” (Memorias 17:24,25).

Si Di-os habitase en un templo hecho por manos humanas,


estaría limitado y dejaría de ser el Di-s de Israel.

Este mismo principio explica por qué la Toráh afirma que


“Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para
que se arrepienta” (Núm. 23:19) pues al momento que
limitamos a Di-s a las dimensiones de tiempo, altura, ancho
y profanidad, pensamientos y sentimientos humanos,
inmediatamente dejamos de estar frente al Di-os de Israel.

Es por este mismo principio que la adoración a una persona


como una divinidad es una forma de idolatría y está
prohibido por la Toráh y es lo que explica por qué
reaccionaron tan severamente rabino Shaul y sus
compañeros cuando los hombres de Listra en Asia Menor
pensaban que era un “dios en forma humana” y le querían
ofrecer sacrificios (Memorias 14: 8-18)

Absoluto significa que su existencia es auto-suficiente, no


tiene necesidad de que le sirvan o atiendan como si
requiriese de algo.

El Salmista los dice de esta manera: (Salmo 50: 7-12)

  47  
“Oye, pueblo mío, y hablaré; Escucha, Israel,
y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios
tuyo. No te reprenderé por tus sacrificios,
Ni por tus holocaustos, que están
continuamente delante de mí. No tomaré de
tu casa becerros, ni machos cabríos de tus
apriscos. Porque mía es toda bestia del
bosque, Y los millares de animales en los
collados. Conozco a todas las aves de los
montes, Y todo lo que se mueve en los
campos me pertenece”.  

Ante tal declaración es evidente que desde la perspectiva


hebrea, el principio de la Absolutez del Eterno Di-os de
Israel no puede separarse del principio de la creencia en Di-
s, pues como continúa diciéndonos el rey David11:

“Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque


mío es el mundo y su plenitud. ¿He de comer yo
carne de toros, O de beber sangre de machos
cabríos? Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus
votos al Altísimo, e invócame en el día de la
angustia; Te libraré, y tú me honrarás”.

Mas claro ni la luz del sol. Di-os no requiere nada de


nosotros como si necesitase de algo como nosotros
necesitamos cosas de los demás y dependemos de los
demás para sobrevivir. No es así con Di-s. El es el Absoluto
Di-s.

                                                                                                               
11  Id.  14,15.  

  48  
Capítulo 4

Di-s un Ser Inmutable

Además, el ser absoluto significa que su existencia es


inmutable. Literalmente hablando, “inmutable” significa
“no mudable”, que no puede ni se puede cambiar y por
extensión, que no siente o no manifiesta alteración del
ánimo.

Esto quiere decir que “Di-os no está hoy alegre” y mañana


“triste”, estos sentimientos humanos no son los
sentimientos de Di-os debido al principio de la
Inmutabilidad de Di-os.

Inmutable significa que Dios nunca se vuelve "más" o


"menos" de cualquier manera, que nunca es diferente,
nunca cambia.

En otras palabras, ser “inmutable” significa que Di-s


siempre es el mismo, sin experimentar ningún tipo de
cambio o mutación y por tanto, tampoco Sus designios,
como las siguientes Escrituras demuestran:

“El proyecto del Eterno subsiste siempre, sus planes


prosiguen a lo largo de los siglos” (Sal. 32,
11).“Hace tiempo que fundaste la tierra, y los cielos
son la obra de tus manos; ellos perecerán, pero tú
permaneces. Todos se gastan como la ropa, los
cambias como un vestido, y se mudan, pero Tú
eres el mismo y tus años no se acaban” (Sal. 101,
26-27).“Porque Yo, YHWH, en nada he cambiado”
(Mal. 3, 6).

Inmutable por tanto, sugiere la idea de que Di-os es siempre


el mismo. ¿Cómo entonces entendemos frases como “se
arrepintió Di-os de haber creado al hombre sobre la tierra y
le dolió en su corazón”? (Gén. 6:6)

  49  
Di-os siempre ama la verdad y siempre detesta el pecado.
Cuando perdona y ama al pecador arrepentido, es el pecador
el que cambia, no Di-os. Por eso, cuando la Biblia dice, que
Di-os se arrepintió de haber creado a los seres humanos, es
un término antropomórfico que el escritor sagrado usa en
forma figurativa, pudiéramos decir “humanizada”, que no
deben tomarse en forma literal según la “Advertencia” que
explicamos previamente.

Di-os es Inmutable. Por tanto, no podemos tomar el hombre


como punto de referencia para definir a Di-os porque todo lo
que hay en el hombre es mutable. Nuestro cuerpo es
mutable, una gota blanca, un desarrollo escondido, un
nacimiento, una niñez, una adolescencia, una adultez una
vejez y una muerte. Esto no es el caso con Di-os.

Y si miramos en la parte invisible del ser humano, hoy


queremos una cosa y mañana otra, hoy pensamos que esto
es bueno solo para descubrir después que no era tan bueno
como habíamos pensado. Hoy afirmamos una cosa y
mañana la negamos. Y si tomamos esta realidad del hombre
y la aplicamos a Di-os, entonces nos alejamos del principio
fundamental de la Teología Judía, como está escrito en
nuestros libros:

“Toda buena dádiva y todo don perfecto


desciende del Padre de las luces en Quien no
hay mudanza ni sombra de variación”
(Igeret Yaakov 1:17). “Por lo cual, queriendo
Di-os mostrar plenamente a los herederos
de la promesa lo inmutable de Sus
propósitos, interpuso juramento, para que
por dos cosas inmutables, en las cuales es
imposible que Di-os mienta, tengamos la
mejor motivación para continuar
confiando…” (Igeret Ibrim 6:17-19).

  50  
No solamente Di-os no cambia en Sus designios, tampoco
cambia en Su esencia.

No podemos decirles qué es Di-s o qué es la Deidad.

No sabemos qué sustancia es esa que llamamos Di-os. Es


una existencia pura, es un Ser que existe por Sí mismo,
pero no sabemos qué es eso. Sin embargo, cualquier cosa
que eso sea, nosotros la llamamos Su esencia y esa esencia
nunca cambia.

La sustancia de las cosas mortales siempre está cambiando,


pero no la divinidad de Di-os.

Decir que Dios siempre ha existido y que no requiere nada


para iniciar su existencia, y decir, además, que Él siempre
va a existir y no necesita nada para mantener su existencia
es cierto, pero aun así, es también algo impreciso. El
problema tiene que ver con la cuestión del tiempo.

Dado que el ser de Di-os o sea Su Deidad existe aun cuando


el tiempo no existe, significa que los conceptos como
“siempre”, “antes” y “después de” no tienen relevancia en
su ser, no le afectan porque, como ya hemos visto, El está
fuera de esa dimensión que llamamos tiempo.

Así que no es que Él siempre ha existido y siempre existirá,


lo que pasa es que él es un eterno presente, sin tiempo.

La creencia en este Di-os absoluto es el pilar fundamental


de la Teología Judía y es imposible para esta teología
moverse a otra zona de fe segura que la definida en el
concepto del Shemá.

A otras naciones Di-os ha concedido ciertas “libertades


teológicas” por así decir, hasta que llegue el tiempo cuando
el estricto monoteísmo hebreo sea revelado al mundo, pero
no así al pueblo judío, como está escrito en la Toráh:

  51  
“No sea que levantes los ojos al cielo y
veas el sol, la luna, las estrellas y todo el
ejército del cielo, y seas impulsado a
adorarlos y servirlos, cosas que el SEÑOR
tu Di-os ha concedido a todos los
pueblos debajo de todos los cielos. Pero
a vosotros el SEÑOR os ha tomado y os ha
sacado del horno de hierro, de Egipto,
para que fuerais pueblo de su
heredad como lo sois ahora”. (Dev. 4:
19,20)

Y como explicó y afirmó de forma magistral el más


aventajado estudiante de nuestro Ríbi HaKadosh, el rabino
Shaul de Tarso:

“Pero Di-os, habiendo pasado los tiempos de


esta ignorancia, ahora manda a todos los
hombres que se arrepientan…”

¿Cuál es la ignorancia a la que se refiere el rabino Shaul?


Lógicamente, el propio contexto indica lo que fue anticipado
por la Sabiduría Divina revelada por medio de Moshé: “No
sea que levantes los ojos al cielo y veas el sol, la luna, las
estrellas y todo el ejército del cielo, y seas impulsado a
adorarlos y servirlos…”, asunto que es concedido a las
naciones hasta que les llegue el mensaje de la redención
confiado a Israel y del cual hace eco Su Majestad, Yeshua el
Mesías, como ha sido explicado.

¿Y de qué cosas deben los hombres arrepentirse? De pensar


que Di-os es semejante a las criaturas y dar culto a las
criaturas como si fuera Di-os, que es una violación del
principio de la Inmutabilidad.

  52  
La Teología judía es una constante protesta contra toda
forma de politeísmo. La creencia en un solo Di-os, basados
en el Shemá, constituye la cerca de protección de la fe judía
contra todas las opciones filosóficas surgidas en el mundo a
lo largo de su historia.

Xenophones, un filósofo griego (580-470 a.e.c ) solía decir:


“Todo es uno”, sin embargo, la Toráh nos dice otra cosa
diferente como lo establece el Shemá: “Di-os es Ejad”, el
Di-os de Israel es Uno. No es lo mismo decir que “Todo es
Uno” a decir, “Di-s es Uno”. Lo primero es panteísmo, lo
segundo monoteísmo.

La Teología judía enseña que no existe fuerza o criatura en


el universo que exista, independientemente de Di-os.
Incluyendo el mal, como lo afirma Moshé y Yirmiyahu:

“Mira y aprende en este día, que he puesto delante de ti, la


vida y el bien, la muerte y el mal” (Dev.30:15) pues: “De
la boca del Altísimo sale lo bueno y lo malo” (Lam. 3:38).

Como no existe criatura o fuerza en el universo


independiente de Di-os, Di-s por tanto es la Causa de todas
las causas, como afirma el profeta Isaías (45:5-7):

“Yo soy el SEÑOR, y no hay ningún otro;


fuera de mí no hay Di-os.
Yo te ceñiré aunque no me has conocido, para que se sepa
que desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,
no hay ninguno fuera de mí.
Yo soy el SEÑOR, y no hay otro;
el que forma la luz y crea las tinieblas,
el que causa bienestar y crea calamidades,
yo soy el SEÑOR, el que hace todo esto”.

  53  
Y como deduce de la Toráh el rabino Shaul de Tarso12 para
aplicarlo incluso en la experiencia social de sus días, al
afirmar:

“No hay autoridad sino de parte de Di-os, y


las que existen, por Di-os han sido
establecidas”.

De esto aprendemos el principio de la Creencia en Di-os


como un aspecto fundacional de la fe y la teología judías.
Sin embargo, esa misma teología entiende que al hablar de
Di-os como UNO, en términos matemáticos y biológicos,
es una forma de antropomorfismo necesario debido a la
debilidad de nuestro pensamiento porque ya hemos
establecido que tales medidas de cantidad son inaplicables
a Di-s, tanto como el término “muchos”, porque tanto la
Unidad de Di-os como la Pluralidad de Di-os (si alguna) no
compromete ni afecta su existencia y por tanto, no son
términos que califiquen para definirlo.

En el paganismo, como explicado por el rabino Shaul de


Tarso en una de sus cartas (Ro.1:18ss), la deidad fue
confundida con las criaturas y unida a la creación al punto
que tanto el hombre como sus deidades vinieron a ser un
solo y único sistema, como advierte la Toráh: “El que los
sirve, se hace vanos como ellos” (Sl. 115:8).

La creencia por tanto, en un solo Di-os como Creador y


Fuente de todo lo que existe, es la esencia misma del
Shemá y de la Teología judía, contrario a las deidades de
las naciones porque “ todos los dioses de las naciones son
vanidad, pero el Eterno hizo los cielos y la tierra (Sl.96:5).

Así pues, los cielos y la tierra, los universos y todo lo que


contienen, no son Di-s, apenas sus testigos, ellos declaran
Su Gloria, y confundir al Creador con las criaturas es la
                                                                                                               
12  Igeret    Italia  13:1  

  54  
línea divisoria entre la Teología Judía y el paganismo por un
lado y el Monoteísmo y el Politeísmo por el otro.

La unidad de Di-s por tanto no admite pluralidad. La idea de


que Di-os es Uno pero existe en “tres personas co-iguales”
es la antítesis de la Teología Judía.

  55  
Capítulo 5

Di-s es una Unidad

La Teología judía enseña el principio de la Unidad de Di-os


en términos humanos necesarios debido a nuestro humana
limitación, según ya hemos estudiado. Aunque es difícil
conseguir dos maestros judíos que estén de acuerdo en una
cosa, aquí es una de esas extraordinarias excepciones.

Todos los maestros judíos desde los días de Moshé hasta la


conclusión del Talmud que existieron dentro de la cadena
generacional que estudiamos, así como las personalidades
singulares que reflexionaron sobre el tema de la unidad de
Di-os, están de acuerdo que Di-s, el Di-os del Shemá, el
Di-s del Tanaj, el Di-os de Israel es una unidad absoluta.

La naturaleza de Dios es una de las pocas áreas de la


creencia judía abstracto donde hay una serie de ideas bien
definidas sobre las que hay poca controversia o desacuerdo.

La Unidad de Di-os significa que Di-os es, Di-s existe

Desde el punto de vista de la Teología judía, esta verdad es


auto-evidente que no requiere pruebas o evidencias. Las
que existen son expuestas por amor a los que no intuyen a
Di-os en la Creación y no pueden aceptar aun que detrás de
todo lo que tiene diseño requiere una inteligencia. Buscando
la causa de cada causa, necesariamente llegamos a una
Primera que es absoluta y que no depende de ninguna.
Esta es la razón por la que la Torá no comienza su discurso
probando a Di-os, sino asumiendo de entrada su existencia
única diciéndonos: "En el principio , Di-os… creó ... "

Si miramos bien, la Toráh aquí no nos dice qué es Di-os,


cómo es Di-os ni cómo fue creado Di-os. La existencia de
Dios es tan auto-evidente que en general, la Teología judía

  56  
considera la existencia de Di-s como una condición
necesaria para la existencia del universo. La existencia del
universo es una prueba suficiente de la existencia de Di-s.
Para la teología judía, es imposible hablar de orden y diseño
y no de inteligencia creativa detrás.

Dios es UNO. Ningún otro partió en la obra de la creación


como hemos visto. Di-os es una UNIDAD. Indivisible,
completo, no existe en partes ni puede ser descrito por
atributos.

Como hemos visto, cualquier intento de atributos


atribuibles a Di-s es el máximo esfuerzo intelectual del
hombre para procurar balbucear de alguna manera, la
comprensión de lo infinito.

La Unidad de Dios significa entonces que El es el único ser


a quien debemos ofrecer alabanza. Ese Di-os que es Uno,
Di-s es el Creador de todas las cosas Todo en el universo
fue creado por Dios y sólo por Dios.

La Teología judía rechaza por completo la noción dualista de


que el mal fue creado por Satanás o alguna otra deidad.
Todo viene de Di-s. Como ya estudiamos del profeta Isaías
(45:6,7):

"Yo soy el Eterno , y ninguno más que Yo. Yo


formo la luz y creo las tinieblas, hago la paz y
creo la adversidad . Yo soy el Eterno, que hace
todas estas cosas”.

La Unidad de Di-s establece además el principio de la


incorporeidad de Di-os. Es decir, Di-s es incorpóreo.
Significa que Di-os no tiene cuerpo como nosotros tenemos
cuerpo. No tiene manos como nosotros tenemos mano. No
tiene ojos como nosotros tenemos ojos. No tiene piernas
como nosotros tenemos piernas.

  57  
Expresiones encontradas en las Escrituras atribuyendo estas
cosas a Di-os caen dentro del campo de la antropomorfismo
bíblico que ya hemos estudiado.

Esto significa que cualquier referencia al cuerpo de Di-s es


simplemente una forma de hablar , un medio de hacer
acciones de Di-s más comprensible para los seres que viven
en un mundo material limitado.
La Unidad de Di-os significa que no nos está permitido
representar a Di-os en una forma física porque nos llevaría
a la idolatría.

El pecado del incidente del becerro de oro no era que la


gente escogió otra deidad, sino que trataron de representar
a Di-os en una forma física para procurar así reemplazar a
Moisés.

La propia Toráh afirma que su intención con el becerro de


oro era, ofrecer servicio al Eterno, porque “este Moisés no
sabemos que le haya pasado” y por tanto, “Estos son tus
dioses (líderes) oh Israel”. (Ex. 32:1,2), la misma
desviación de Jeroboam I ( 1 Rey. 12:28).

La Unidad de Di-s significa que no tiene sexo como los


humanos tenemos género masculino y femenino. En otras
palabras, Di-os no es hombre tampoco es mujer porque no
tiene cuerpo, no tiene forma física, “Es Espíritu” como
afirmó el Maestro (Yoj. 4).

La razón por la cual nos referimos a Di-os casi siempre


usando el género masculino es el antropomorfismo que
resulta de nuestra realidad humana y de las características
del idioma hebreo que no tiene género neutro, como la
mayoría de las otras lenguas conocidas.

Aun así existen figuras masculinas (las más) y femeninas


(las menos), como es el caso de Rúaj HaKodesh que en

  58  
ocasiones asume forma femenina evidente en la expresión
Shejiná, de género femenino.

La Unidad de Di-s exige que esté en todas partes en todo


momento. Su Omnipresencia llena todo el universo creado
consecuentemente no existe forma alguna que el hombre
pueda “vivir alejado de Di-os”, pues “en el nos movemos y
somos” como ha sido establecido.

La Unidad de Di-s es lo que hace del monoteísmo judío no


solamente una experiencia particular de Israel sino una
expresión de la universalidad de la fe hebrea pues Di-s no
es solamente el Di-os de Israel, es el Di-os de las naciones
en tanto todas las naciones existen por Su voluntad.

La unicidad de la relación de pacto entre Di-os e Israel no


niega la universalidad del monoteísmo hebreo, todo lo
contrario, lo exige y lo establece.

La Unidad de Di-os nos guía también a la idea de


Omnipotencia. Siendo un solo Di-os, Creador y Sustentador
de todo lo que existe, lógicamente todo es posible para el
Di-os de Israel.

Dicho de otra manera, no hay límites al poder de Di-os,


excepto los que él mismo en el ejercicio de Su voluntad se
auto-imponga, sin embargo, él mismo no es controlado por
Su omnipotencia, sino que es la Omnipotencia una manera
de expresar Su naturaleza suprema.

Esa omnipotencia es una de las expresiones más


extraordinarias de Su amor, toda vez que en el ejercicio de
Su libertad, él decidió dejar un espacio disponible para que
sus criaturas libres, es decir, el hombre, pudieran ejercer su
libre albedrío dentro de los límites de la Creación misma por
Di-os establecida, sin que eso signifique en forma alguna,
un compromiso con su Señorío o establezca algún impacto
en Su soberanía.

  59  
La Unidad de Di-s nos lleva también a la consideración de
Su Omnisciencia. Esto significa que Di-os sabe todas las
cosas, tanto las pasadas como las presentes, tanto las
presentes como las futuras, tanto las futuras como las que
nunca conoceremos. El conoce la intimidad de nuestros
pensamientos y por tanto, “todo está desnudo ante Su
presencia”.

En virtud de su unidad, podemos decir que Di-s trasciende


el tiempo porque el tiempo mismo es Su creación.
Consecuentemente, desde nuestro punto de observación
como criaturas limitadas a las tres dimensiones de nuestra
existencia, podemos decir que Di-os no tiene ni principio no
fin, el vive en una dimensión desconocida para nosotros
donde no existe el tiempo, como nosotros lo conocemos.

La respuesta dada a Moshé en el incidente de la zarza, “Ani


Ehyen Asher Ehyeh” (Yo soy el que soy), significa también
“Yo soy el que seré” y además, “Yo soy lo que fui” e incluso,
“Yo seré lo que seré”. La ambigüedad y profundidad de tan
enigmáticas palabras nos indican el principio de la eternidad
de Di-s y lógicamente, Su omnisciencia.

Basta mirar la Creación y todas las cosas que abundan en


ella, especialmente aquellas cercanas a nosotros para
descubrir cómo Di-s revela, en Su Unidad, Su misericordia.
Ciertamente la justicia es el principio básico que rige la
Creación, sin embargo, el Di-s de Israel es un Di-os
bondadoso y misericordioso que “se acuerda que somos
polvo” y “como el padre se compadece de los hijos, así el
Eterno se compadece de los que le temen”.

La Teología judía enseña entonces que aun la estricta


justicia de Di-os es atenuada por Su misericordia y Su plan
de redención que es capaz de desviar la Justicia para dar al
hombre una oportunidad de redención, como el sistema de
sacrificios del Templo demuestran en el acto de

  60  
“transferencia” de la culpabilidad del hombre sobre una
criatura inocente, que no es otra cosa que un proceso de
preparación para mover a Israel al entendimiento de la obra
suprema del Mesías sufriente.

El balance entre la Unidad de Di-os y Su justicia por un lado


y la Unidad de Di-os y Su misericordia por el otro, son
evidentes en los Nombres y Títulos que son usados en el
mismo comienzo del primer libro de la Toráh.

En efecto, Génesis 1 utiliza el principio de la estricta justicia


con el título de “Elohim”, mientras que Génesis 2 nos
presenta el balance introducido por la Gracia y la
Misericordia con la introducción del nombre que es sobre
todo nombre, YHWH.

Elohim es el Di-s Uno justo. YHWH es el Di-os Uno, lleno de


gracia y de bondad.

La unidad de Di-os se expresa y revela también en el hecho


de que, por naturaleza, Di-os es Kadosh y por tanto es el
Eternamente Otro, que no puede contaminarse con el
pecado ni asociarse con la mentira.

La unidad de Di-os da a la Teología judía, ese sentido ético


que determina la confiabilidad del Di-os de Israel. La frase,
“HaKadosh Baruj Ju” afirma este principio y subraya esa
dimensión de la Unidad de Di-s.

Debido a este principio, asociar el Nombre de Di-s con una


mentira es una forma de idolatría y consecuentemente nos
está estrictamente prohibido.

Siendo la unidad de Di-os un principio fundamental de la


teología judía, lógicamente nos afecta a todos por igual y
como todos los hombres somos criaturas de Di-os, Di-os es,
por definición, el Padre de todos nosotros.

  61  
Si Di-os es el Padre Celestial de todos, lógicamente
entonces todos los hombres somos hermanos y
consecuentemente el odio, el rechazo y la explotación del
hombre por el hombre no nos está permitido.

En este sentido, la Teología judía es también una Teología


de la ética de santidad que proviene del concepto de Unidad
de Di-os, como está revelado en el Shemá:

Por tanto, todos somos hijos de Di-os, creados a Su imagen


y semejanza, amarnos y respetarnos es una consecuencia
natural del concepto de la Unidad de Di-s.

La unidad de Di-os, como lo revela el Shemá, gira alrededor


del término hebreo, Ejad. Debido a ello, dedicaremos un
tiempo a su consideración.

La palabra hebrea para “uno” el uno numérico (Ejad), no


significa realmente “uno compuesto.”

Ejad ocurre aproximadamente 960 veces en la Biblia hebrea,


y es el numérico "uno".

Este es un adjetivo de número cuando éste modifica un


sustantivo. “Un día,” “una persona,” etc. Ejad es el número
cardinal ordinario, “Once en Hebreo es diez y uno. Abraham
“era sólo uno” dijo Ezequiel 33:24 (NASU), “sólo un hombre”
(NIV).

La idea de "uniplural" no aparece en el diccionario Webster


como definición de Ejad“, tampoco es reconocida en los
textos estándares que describen la gramática de la lengua
hebrea. Esta es una categoría gramatical inventada por los
teólogos que se han alejado del pensamiento hebreo.

  62  
La palabra Hebrea para ”uno” funciona como lo hace la
palabra "uno" en español. Usted puede tener una cosa, una
persona. Y por supuesto el sustantivo modificado por ejad
puede ser colectivo, una familia, personas, una carne, como
una unidad sola formada de dos — Adán y Eva, en este
caso.

Pero decir que "uno" (ejad) lleva el sentido de “uno


compuesto” engaña en extremo. El sentido básico de ejad
dado por los léxicos es “uno solo,” hasta el artículo
indefinido "a". A veces “el único,” o incluso "único" es la
traducción apropiada de echad.

Suponga ahora que decimos que "uno" implica más de uno.

Podríamos demostrar nuestro punto como esto: En la frase


“un trípode,” ¿es acaso obvio que uno realmente implica
tres? ¿Es acaso que una docena es realmente 12? ¿O un
millón? ¿Es uno equivalente a un millón? ¿Acaso no sugiere
esto la pluralidad de “uno"? ¿“Y un cuarteto” o “un doble”?

Para llevar esta argumento a un extremo, podríamos


sostener que en la frase “una cebra,” la palabra uno
realmente quiere decir “negro y blanco” o que cuando la
Escritura dice: “Di-os es ejad, significa que son dos, tres u
once personas diferentes”.

¿Qué pasa aquí? Nos piden creer que en la frase “el Señor
nuestro Dios es un Señor,” que uno es "compuesto". Aquel
"Señor" es más de un Señor, quizás dos o quizás tres.

Estamos siendo atraídos en una falsedad completa de que


"uno" implica pluralidad. Nos piden creer esto sobre la base
de una fracción diminuta de apariciones de ejad cuando éste
modifica un sustantivo compuesto (la gran mayoría de las
ocurrencias de ejad cuando éste no modifica un sustantivo
compuesto son dejados sin mencionar).

  63  
Incluso cuando "uno" modifica un sustantivo compuesto —
una familia, un racimo — la palabra "uno" retiene su sentido
como “uno solo” no hay nada de tal cosa como el “uno
compuesto” como una definición de ejad.

Este procedimiento es confundir el adjetivo numérico "uno"


con el sustantivo que éste modifica. Es "sangrar" el sentido
de un sustantivo compuesto atrás en el número. Esto
tomará de sorpresa al incauto.

Así, se supone que “una carne” significa que uno puede


querer decir más de uno. El punto, obviamente, es que "la
carne" como una combinación de Adán y Eva tiene
realmente un colectivo, el sentido de familia. Pero uno es
todavía uno: “una carne y no dos carnes.”

“Un racimo (singular) de uvas” no ilustra de ningún modo


un sentido plural para la palabra “uno” "Racimo" tiene en
efecto un colectivo, el sentido plural.

Pero uno es todavía uno: “un racimo” y no “dos racimos.”

Cuando decimos, “un racimo de uvas” no es para indicar


40 uvas, sino un solo racimo de uvas, aunque tenga muchas
uvas, la intención de “UN” no es la pluralidad de uvas, sino
la singularidad del racimo, es “un racimo” no dos o tres. Las
uvas no están presentes en el “un… racimo”.

En el mercado, al pedir, “Un racimo de uvas” no significa


que usted quiere dos o tres uvas, significa “un racimo”, la
cantidad de uvas que tenga no es el punto.

Los que defienden “ejad” como “unipluralidad” estarían


en serios aprietos si cuando vayan a pagar al mercado un
artículo de “un dólar” el cajero le dijera que son tres dólares
o “diez dólares” porque “un dólar” es “uniplural”.

  64  
Piensa en esto: YHWH, el nombre personal del único Di-os,
ocurre aproximadamente 6,800 veces en a Escritura Hebrea.
En ningún caso tiene un verbo o adjetivo plural. Y nunca es
un pronombre plural puesto en su lugar.

Los pronombres son los marcadores gramaticales más


útiles, ya que ellos nos dicen sobre los sustantivos y lo que
ellos significan.
El mismo hecho de que Di-os que es YHWH habla de Él
como “Yo” y “Mí" y se le menciona como Tú (singular) y “Él"
y “Aquel" miles y miles de veces debería convencer a todos
los lectores de Biblia de la singularidad de Dios.

El hecho de que Dios además hable de Él en cada manera


exclusiva conocida por la lengua — “solo,” "absolutamente
solo" etc., — sólo añade a esta prueba. “No hay ninguno
además de Mí,” “ninguno antes de Mí” “y ninguno después
de Mí.” “Solo soy Elohim, y YHWH.” “Creé el cielo y la tierra
solo; ninguno estaba Conmigo.”

Génesis 42: 13-33

Verso13: “los hermanos de José dijeron, ‘somos 12


hermanos, hijos de un (ejad) hombre en la tierra de
Canaán. El más joven está este día con nuestro padre y uno
(ejad) no está.’”

Verso 16: “envíen uno (ejad) de ustedes.”

Verso 19: “dejad uno (ejad) de sus hermanos …”

Verso 27: “uno (ejad) de ellos abrió su saco.”

Verso 32: “uno (ejad) no es.”

Verso 33: “uno (ejad) de sus hermanos.”

  65  
Hay 900 ejemplos más en el TANAJ. Cuando la Escritura usa
el pronombre plural “nosotros” es para indicar siempre la
presencia de los ángeles, es el plural de majestad.

En el caso de la torre de Babel “Bajemos y veamos”; o en


el caso del profeta Isaías: “Quién irá por nosotros”, incluye
la corte celestial.

El hecho de que otras personas en ciertos momentos sean


identificadas con YHWH no significa que sean el Eterno, sino
que llevan Su Nombre en el tiempo que la misión divina le
ha sido encomendada.

Al Mesías, por su obediencia y sacrificio, el Eterno (YHWH)


le dio el Nombre que es sobre todo nombre.

¿Es Yeshua YHWH? Absolutamente cierto, mas por


designación, irradiación o emanación espiritual y mérito de
servicio, no por esencialidad ontológica. En otras palabras,
Yeshua no nació YHWH, Miriam no es la madre de Di-os.

Solo Di-os es inmortal, un inmortal no puede morir,


Yeshua murió, por tanto, no es inmortal, sin embargo, por la
resurrección, Yeshua recibió la inmortalidad y ya no puede
más morir, como está escrito en nuestros libros “habiendo
resucitado de los muertos ya no muere, la muerte no puede
enseñorearse de él” (Ro. 6:9).

Yeshua no nació Mesías, fue escogido para el puesto, pero


debía probarlo. Luego fue declarado “Hijo de Di-os”, esto es
el Mesías de Israel por el Padre, el único Di-s verdadero,
como está escrito en nuestros libros: “Que fue declarado
Hijo de Di-os con poder… por la resurrección de entre los
muertos” (Ro. 1:4).

Supongamos por un momento que la posición teológica de


Roma es cierto y que Yeshua es YHWH en forma humana.

  66  
Supongamos por la vía del argumento, que Yeshua muere
y no resucita. Se queda como YHWH antes de la
“encarnación”.

¿Podría salvarnos su sacrificio?

Absolutamente no podría salvarnos, porque dice Rav


Shaul que si Yeshua no resucitó, “somos los más dignos de
lástima de todos los hombres y aun estamos muertos en
nuestros pecados”.

Entonces, ¿ por qué se requiere que Yeshua resucite si es


YHWH? ¿No es suficiente YHWH para nuestra redención sin
necesidad de la resurrección?

Es evidente que la resurrección no tiene como intención


primaria darnos la prueba de su mesianidad… porque en
definitiva, Yeshua no se mostró resucitado a los líderes de
Israel que ordenaron su entrega a Pilato.

La resurrección tiene como intención primaria completar


nuestra redención porque es por medio de la resurrección
que Yeshua cierra su rol como Mesías porque solamente por
medio de la resurrección podía adquirir inmortalidad… es
decir, “entrar en su gloria”, como dijo a los discípulos
camino a Emaus.

Di-os no tiene hermanos. Yeshua tiene una cabeza, que


es el Padre, el único Di-os verdadero, como está escrito en
nuestros libros: “Y la cabeza de Mashiaj, Di-os” ( I Cor.
11:3).

La declaración de nuestro Santo Maestro, el maestro de


Israel y del mundo, Su Majestad Yeshua HaMashiaj lo ha
dejado bien claro: “Que te conozcan a TI, el ÚNICO Elohim
verdadero” (Yoj. 17:3) y lo mismo su estudiante Rav Shaul
de Tarso: “Para nosotros hay un solo Di-os, el Padre…” ( I
Cor. 8:6).

  67  
Así que el Padre es el único y solo Di-os supremo y amo del
universo en el sentido único y supremo del término hebreo
Eloha o Elohim.

Consecuentemente Di-os es UNO como dicen nuestros libros


(Gált. 3:20), no dos, no tres, no nueve.

Debemos recordar que en el pensamiento hebreo,


“Pluralidad” no necesariamente significa pluralidad numérica,
como es el caso de Elohim (plural de Eloha), sino pluralidad
de atributos, de poderes, de recursos o de participación,
usando las limitaciones de nuestra humanidad.

  68  
Capítulo 6

Di-os es una Unicidad

Unicidad

Ligado al concepto de Unidad está el de Unicidad. La Unidad


define la esencialidad de Di-os, la Unicidad Su exclusividad.

La unicidad de Di-os significa que no existe nada en el


universo independientemente de Di-os.

Mientras que por la Unidad sabemos que Di-os es Uno e


indivisible, que no tiene ni partes ni compuestos, por la
Unicidad sabemos que no existe nada en el universo
independiente de Di-s.

Como hemos explicado previamente, Di-os, desde el punto


de vista de la Teología judía, la Causa de todas las causas
por tanto, aun las criaturas que nos parecen más grotescas,
como el satanás, obedecen al principio de la Unicidad de
Dios.

De hecho, la Teología Judía no duda en afirmar que el fin de


la misión de redención encomendada a Israel como nación
del Pacto, incluye revelar la luz a partir de la oscuridad, y
por tanto, la oscuridad misma no existe
independientemente de Di-os sino que obedece a los
mecanismos de redención que tienen su origen en la Causa
de todas las causas por el cual, finalmente, la humanidad
reconocerá y creerá en Di-os, como está escrito:

“Vean ahora que Yo soy Elohim, y no hay


otro poder junto a Mí” (Dev. 32:39)

O como afirma el profeta Isaías:

  69  
“Para que sepan y confíen en Mi y
comprendan que Yo soy Elohim y antes de
Mi no fe formado ningún dios ni tampoco lo
habrá después de Mi. Yo soy el Eterno y
fuera de Mí no hay Salvación”. (Is.
43:10,11).

La Unicidad de Di-s nos permite comprender que la creación


misma fue colocada en la sujeción de la debilidad con el
único propósito de facilitar la labor espiritual del hombre.

En otras palabras, Di-os crea la oscuridad, con todo lo que


ello representa, dentro de una dimensión imperfecta de Su
creación de forma intencional para dar al hombre, la corona
de Su creación, la oportunidad de unirse libremente al
Creador en el proceso de la reparación del mal del mundo.

Una vez las cortinas de la historia humana se cierren y los


planes redentores del Eterno concluyan para el hombre, se
manifestará entonces con toda la luz destinada para esa
ocasión, la posibilidad real de que el hombre realice su total
adhesión al Creador, es decir, tener una relación íntima,
insustituible y eterna con El, que es el secreto,
precisamente, de la vida eterna.

Mientras que la Unidad de Di-os es un hecho constante, la


Unicidad es un proceso de revelación constante e incluye el
principio de “recompensa y castigo” a favor de aquellos que
deciden ser vasos de honra (recompensa) para reparar el
mundo, o los que eligen ser vasos de deshonra (castigo)
para destruir el mundo.

La Unicidad de Di-os nos permite comprender la diferencia


entre el Mal en sí mismo y el Mal como mecanismo de la
revelación de la Unicidad de Di-os.

  70  
Lo primero nos indica que el Mal no es otra cosa que la
“disolución y destrucción”, la falta de la Luz, mientras que lo
segunda, revela la intención de la Bondad de Di-os
concediendo al hombre el espacio necesario para que,
eligiendo el bien, cumpla su finalidad de eliminarlo de la
Creación y visto así, aun el Mal, desde el punto de vista de
la unicidad de Di-s, contribuye a la revelación del Bien
mayor, el bien de la redención final.

En otras palabras, la Unicidad de Di-os nos enseña que el


Mal fue creado para ser abolido. Desde la perspectiva del
hombre natural, el Mal es un elemento negativo, desde la
perspectiva de la unicidad de Di-os, cumple un rol positivo.

Dicho de otra manera, una vez crucemos la dimensión de


esta presente, al mirar hacia atrás, percibiremos en su
totalidad como aun el Mal fue necesario para el bien del
hombre.

En aquél día, el “mal” incluyendo el peor enemigo del


hombre, “la muerte”, no será más y finalmente, “Di-s
enjugará toda lágrima de Sus ojos” y la serpiente antigua
será lanzada al lago de fuego, es decir, será abolida
abriendo así el camino para que todos reconozcan que hay
un solo Di-s y que no existe fuerza o criatura independiente
de él, la Causa de todas las causas.

Mientras más grande es la oscuridad, más poder tiene la luz


para disiparla, pues aun la más pequeña llama, la dispersa
y así más extraordinaria conciencia de la luz y su poder
tenemos.

La existencia de la enfermedad y demás formas del mal que


conocemos, permite al hombre participar con Di-s en su
eliminación, superando sus deficiencias y transformándose
así en socio con Di-os en la redención.

  71  
La Unicidad de Di-os llega a su clímax cuando entendemos
que permite al hombre ser probado, como en el caso del
Maestro, y como la historia de Job demuestra hasta la
saciedad, o sea, que hay una puesta a prueba
específicamente para los justos, según los insondables
secretos de la Sabiduría Divina, para que reciban los justos
el premio de su fidelidad, y pueda el Maestro, expuesto a
las más exigentes pruebas, hacer surgir el mérito de la
redención para que el hombre obtenga, por ellos, la
posibilidad real de atravesar el umbral de esta edad
presente y no quedarse en el limbo de las limitaciones del
arrepentimiento, sino en la gloria de la redención del mundo
por venir.

La Unicidad de Di-os explica entonces una de las razones


por las cuales Di-os oculta Su presencia, siendo ese
ocultamiento, precisamente nuestra oportunidad de
asociarnos con él en la reparación del mundo.

En otras palabras, Di-os, en el ejercicio de Su voluntad ha


dejado un espacio y un lugar al Mal para que oscurezca la
luz en el mundo con el propósito de que los justos tengan la
ocasión de trabajar con él en su eliminación y entonces todo
la tierra sea llena del conocimiento del Eterno como las
aguas cubren la mar.

Ese lugar para el Mal no es generado en forma activa, sino


por la ausencia ex profeso, de la Luz, en la formación de la
oscuridad que viene por el retraso voluntario de la Luz, que
llega “aparentemente tarde”, cuando las “tinieblas cubrían
la faz de la tierra”.

Al hacerlo así, aun cuando los justos sufran, su sufrimiento


es la posibilidad de su perfección y en esa perfección se
crea la fuente de expiación para toda la humanidad, como
el caso del Mesías quien, “por lo que sufrió, aprendiera la
obediencia y habiéndose perfeccionado así, ante las
demandas de la estricta Justicia, se inclinara la balanza de

  72  
la misericordia totalmente a nuestro favor de tal manera
que, por medio de él, podamos recibir la promesa de una
vida incorruptible.

La Unicidad de Di-s claramente enseña que de no existir el


hombre, el Mal no tendría sentido. Por tanto, aun el Mal
facilita al hombre la posibilidad de su misión.

Antes que el hombre existiera, el Mal era un subproducto


latente, un colateral dormido, un bien escondido que
requería la acción de un ser, hecho a imagen y semejanza
de Di-os, que fuera colocado en una posición donde pudiera
realmente ejercer su libre albedrío.

La Unicidad de Di-s por tanto, nos ayuda a entender que en


el futuro, solamente la Luz existirá, que el Mal será
totalmente eliminado, que el hombre y especialmente el
Mesías, tuviera la ocasión de ser puesto a prueba para que
surgiera la semilla de los méritos necesarios para la
redención y evidentemente, para que exista una razón por
la cual el hombre pueda ser premiado y el que elige el mal,
castigado, poniendo así en alto la justicia divina.

La Unicidad de Di-s nos permite entender por qué Di-os


colocó en el hombre el Yétzer hará, no para que lo domine y
esclavice, sino para que lo supere y lo domine y para que el
representante final de la humanidad, el Segundo Adám,
tenga la oportunidad de resistirlo y eliminarlo colocando así
el fundamento para la rectificación final de toda la tierra y
de todo el universo creado que lo requiera, a fin de hacer
de este mundo nuestro, la morada permanente de Di-s
como está escrito en nuestros libros: “Di-os estará con ellos
como Su Di-os”.

Vistos así, tanto el Mal como el Bien son colocados, “el uno
frente al otro” aun anticipando que el primer Adám
sucumbiría ante el mal y sería vencido por ello, ofreciendo
así la oportunidad del ejercicio de la teshuvá y el

  73  
surgimiento del Segundo Adám que se encargue de
superarlo y eliminarlo a fin de proveer al hombre que no
pudo la primera vez, una segunda y final oportunidad de
redención. Y esta presencia del mal junto al bien, es lo que
está escrito: (Kohelet 7:14)

“Alégrate en el día de la prosperidad,


y en el día de la adversidad considera:
Di-os los ha colocado en opuesto
el otro con el otro, para que el hombre
no descubra nada que suceda después de él”.

Al hacerlo así, la Sabiduría Divina crea además, las


condiciones necesarias para que lo que conocemos, en
nuestra humana limitación antropomórfica como, “el atributo
de Su misericordia”, pueda ser operativa en el hombre
llevándolo a su redención final.

En todo esto por supuesto, hay una sabiduría muy profunda


que llevó al más aventajado estudiante del Ríbi exclamar:

“Di-os sujetó a todos en DESOBEDIENCIA,


para tener misericordia de Todos. ¡Oh
profundidad de la Sabiduría y el
Conocimiento de Di-os, cuán cuán insondables
son Sus juicios e inescrutables Sus caminos”.
(Igeret Italia 11:32).

La Unicidad de Di-os entonces nos permite comprender que


en efecto, a diferencia de los seres angelicales que se
mantienen en su nivel existencial constante por cuanto no
poseen libre albedrío, ni están sujetos a la posibilidad del
cambio y por ende a la redención, como es el caso el
hombre, aun cuando la existencia del Mal le facilite la
posibilidad de la caída, como en efecto ha ocurrido, la caída

  74  
misma es la posibilidad de su elevación a un nivel de gloria
superior a su creación original misma.

Y todo esto proviene de la Sabiduría Divina que está


contenida en el concepto de la Unicidad de Di-os que será,
finalmente, revelada en todos los universos creados.

Así pues, aunque el hombre se debate en la dimensión


creada por la existencia del Bien y del Mal, “uno frente al
otro”, esa tensión es precisamente su oportunidad para
ejercer su libre albedrío, por un lado, y la existencia del
Mesías por el otro que ponga final a la existencia del Mal que
los justos decidieron eliminar, según sus fuerzas, y revele
entonces la Unidad y la Unicidad de Dios por los siglos de los
siglos y el premio y el castigo establezcan la justicia
vindicada de Di-os mientras que Su misericordia permita a
los mansos, “heredar la tierra y recrearse con abundancia de
paz”.

  75  
Capítulo 7

La teoría de la Trinidad y la Teología Judía

Básicamente se enseña la Trinidad como el dogma central


sobre la naturaleza de Dios de la mayoría del cristianismo
histórico, si católico, reformado, protestante o evangélico.

Esta teoría afirma que Di-os es un ser único que existe


simultáneamente como tres personas separadas y distintas,
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo de tal manera que el
Padre es Dios pero no el Hijo ni el Espíritu Santo. El Hijo es
Dios, pero no el Padre ni el Espíritu Santo. El Espíritu Santo
es Dios, pero no el Padre ni el Hijo.

Estas tres Personas son co-eternas y co-iguales: todas,


igualmente, son increadas y omnipotentes. Los tres
comparten los mismos atributos y la misma naturaleza, por
lo tanto estos tres constituyen el único Dios.

Sin la Trinidad no hay cristianismo como lo conocemos hoy


día. Hoy día, para ser realmente “cristiano” se requiere la
creencia en la Trinidad.

Se enseña que nadie puede realmente entender la trinidad,


sino que es un misterio que debe ser recibido por la fe, una
revelación que solamente puede ser digerida por la fe.

Como es evidente, los creyentes no deben ser forzados a


tragarse "por La fe ", algo que no se puede digerir con su
mente colectiva, sobre todo si esa “fe ciega” se utiliza para
encubrir algo totalmente antibíblico.  
 
Es cierto que hay misterios que la mente humana no podrá
captar nunca, pero esos misterios son claramente

  76  
identificados como misterios, no porque vayan contra la
razón, sino que sobrepasan la razón.  
 
Pero en los que enseñan la pluralidad de Dios y exigen que
los creyentes la reciban por la fe, no es algo que vaya más
allá de la razón, sino en contra de la razón, lo cual es
siempre señal de herejía, se decir, no solamente algo que se
aparta del camino correcto, sino que intencionalmente
procura encubrir una verdad por consideraciones teológicas,
no por la recta interpretación de la Escritura.  
 
Los que defienden el concepto de Ejad como “pluralidad de
personas”, para luego aplicarlo a un Dios-trino, es decir,
“Dios en tres personas bendita trinidad”, como reza el
dogma católico, no solamente están violentando las
Escrituras Hebreas, sino la razón y la ciencia misma.  
 
La creencia en Di-os, desde el punto de vista de la Teología
Judía, excluye por tanto, la teoría de la Trinidad.  
 
En este estudio presentaremos dos concepto importantes
que debemos tener en mente a la hora de definir qué tan
bíblico y lógico es la teoría de la trinidad.  
 
El concepto de persona. ¿Qué es una persona?  
 
Puedes consultar cualquier diccionario y siempre definirá
persona como "hombre , mujer o niño". Por ejemplo, el
Diccionario de la Real Academia Española define “persona”
como “individuo de la especie humana”.  
 
¿Y qué significa “individuo”?  
 
El mismo diccionario nos lo define como “persona que no
puede ser dividida”, es decir, no divisible. Por tanto, una
persona es un ser separado, distinto del otra persona o ser.  
 
Una persona es un ser humano indivisible, único, diferente
al resto en su individualidad aunque comparta sus mismas

  77  
características con otros seres humanos que también son
personas e individuos.  
 
En Hebreo, “persona” o “individuo” en sentido general, se
conoce como Ben Adam, literalmente, “hijo de Adam”, es
decir, como Adam fue una persona y un individuo no
divisible, en perfecta unidad, así son todas las personas que
sean “personas”.  
 
En los manuscritos griegos del NT se usa el término
“prosopon”, que todos los gramatólogos coinciden significa
"una cara". Es cierto, el griego usa también el término
“Antropos”, pero “antropos” no significa persona, significa
“hombre”.  
 
Por cierto, de aquí surgen muchas palabras castellanas como
“antropomórfico”, es decir, relativo a los hombres.  
 
Como la Escritura nos viene en un lenguaje humano, en
ocasiones usa figuras del lenguaje que nos ayuden a
comprender en alguna medida, la realidad de Dios.  
 
De hecho, como ya hemos explicado previamente, se conoce
como “antropomorfismo” a ciertas licencias poéticas en las
Escrituras que atribuyen a la divinidad figura o cualidades
propias del hombre.  
 
“Los dedos de Dios”, “El rostro de Dios”, “El brazo de Dios”,
etc., son parte de esas licencias teológicas. Pero a no
dudarlo, “persona” siempre está relacionado con “individuo”.  
 
Entonces si persona está relacionado con “individuo” o como
alguien que no se es divisible, ya usted puede ver el
problema de la teología católica cuando quiere imponer a los
creyentes que crean en Dios que sí es divisible en tanto
tiene tres personas distintas.  
 
Es decir, el dogma va no solamente contra la sana exégesis
de la Escritura y la Teología Hebrea, va en contra de la

  78  
razón, de la ciencia de la gramática y la literatura, va en
contra de todo.  
 
Además, una persona se supone que tienen una
personalidad.  
 
¿Y qué es personalidad?  
 
Si vamos de nuevo a los eruditos autorizados de la lengua,
no importa en qué idioma lo busques, siempre tenemos el
mismo resultado:  
 
“Personalidad es lo que se requiere para que
una persona sea persona” (Webster’s
Dictionary).  
 
En otras palabras, la individualidad de una persona es algo
tan bien definido que constituye una diferencia individual
única de cada persona distinguiéndola así de otra, o sea, de
su vecino.  
 
Ahora bien, ¿qué pensarías de una individuo con
múltiples personalidades?  
 
¿Qué pensaríamos de una persona bi-polar o tri-polar? ¿Qué
es lo que pensamos de alguien que no tiene una, sino tres
personalidades?  
 
La doble personalidad consiste en un trastorno disociativo de
la identidad del "yo" por el cual una persona posee dos
personalidades distintas; es decir, tiene dos formas de ser
diferentes, con sus respectivas estructuras, pautas de
conducta, criterios y formas de reacción que condicionan su
forma de actuar.

Dependiendo de diversas circunstancias, generalmente


debido a situaciones de tensión psíquica, se pasa de una
personalidad a otra, por lo que también se le ha denominado
a este trastorno "personalidad alternante".

  79  
En algunos casos existen tres, cuatro o más personalidades,
con lo que se habla de "personalidad múltiple".

En la mayoría de los casos las diversas personalidades


tienen características opuestas entre sí, tal como el Dr.
Jekyll y Mr. Hyde de la famosa novela de Stevenson.

Además de tener características psicológicas completamente


distintas, pueden pertenecer a distinto nombre, sexo,
profesión, edad, nacionalidad, raza, etc.

El paso de una personalidad a otra suele suceder de un


modo brusco. Una vez producida la transformación, lo más
común es que se produzca una amnesia por la cual se
olvida, total o parcialmente, lo sucedido mientras dominaba
la personalidad anterior.

También es habitual que cada personalidad no tenga


conocimiento de las otras. Se han descrito casos en los que
personas con este trastorno mantenían diálogos internos en
los que participaban simultáneamente sus diversas
personalidades.

La doble personalidad es una alteración rara, que afecta más


a las mujeres que a los hombres, particularmente a los
jóvenes y adolescentes.

Se suele asociar a trastornos psicosexuales y de pérdida del


control de los impulsos. En su libre evolución, también es
frecuente que se intercalen breves episodios de psicosis
reactivas.

La teoría de la Trinidad demanda creer en la existencias de


tres personas completas y distintas en una misma persona,
la alternancia en la presencia de cada una de las
personalidades, condicionadas a su comportamiento y el

  80  
dominio de una personalidad sobre las demás, lo cual niega
la co-igualdad al tiempo que reclama tanto el desconocerse
mutuamente como el hablar entre sí.

Lo anterior que describe un grave defecto de un ser humano


con múltiples personalidades, se le imputa a Di-os por la
teoría de la Trinidad, ya sea conciente o inconcientemente,
por maldad o debilidad. Di-os solo lo sabe.

La Teología Judía enseña que no podemos decir que en el


caso de Dios, cada una de “las personas” posee la misma
independencia de voluntad, de las emociones y de las
acciones, porque en ese caso, ya no podríamos hablar de
“persona”, sino de otra cosa y por definición, no sería
tampoco ni requerido ni necesario.  
 
¿Para qué tener tres personas diferentes cuando su
voluntad, emociones y acciones es la misma? En ese caso,
lo reduciríamos inmediatamente, por definición, a una sola
persona de nuevo.  
 
Donde quiera que aparezca una “persona” habrá un
individuo con una mente propia, con independencia propia,
con emociones propias y con acciones propias, de lo
contrario no estamos en presencia de una persona y, en el
caso de Dios, no podríamos usar el término persona.  
 
La definición de “trinidad” y la Persona de Dios son
contradictorias en sí mismas. Se repelen, no se
complementan porque la misma esencia del término
“persona” demanda una separación del individuo del resto,
tanto racional como moralmente.  
 
Por tanto, es imposible que Dios sea “tres personas” porque
atentaría contra Su esencialidad, unidad y unicidad, excepto
que, lo alenu, inventemos un esquizofrénico cósmico como
han hecho los teólogos históricos.  
 

  81  
Decir que Dios existe “en tres personas”, significa, por
definición, creer en tres individuos divinos separados el uno
del otro y eso es politeísmo. El Dios de Israel es una sola
Persona, no dos, no tres, no diez.  
 
La trinidad, con su múltiple personalidad en Dios es, en
realidad, una forma de politeísmo, no importa qué tantos
malabarismos teológicos se usen para justificarlo.  
 
Debes llevar bien en tu mente y en tu corazón que en Dios
no hay tres personalidades, sino una sola, el Padre, es decir,
YHWH que es Espíritu.  
 
La teoría de la trinidad es en realidad una desviación y
corrupción del monoteísmo bíblico la que muy bien se podría
calificar de triteísmo, es decir, “tres personas divinas” o
“tres individuos divinos” o “tres dioses” y no una sola
Persona, el Padre, un solo Dios, el único Elohim verdadero,
como el monoteísmo bíblico enseña, demanda y reclama.  
 
Si tu crees en la trinidad, no importa cómo lo
pongas, estarás creyendo en un dios hecho de
tres personas diferentes, tres individuos cada
uno con su propia voluntad, raciocinio y
emociones únicas, no importa que tan leales
sean el uno con el otro.  
 
No hay un solo texto en la Escritura que enseñe o insinúe
que Dios está formado de múltiples personalidades. El daño
causado al honor de Di-s es la oportunidad que tiene ahora
la Teología Judía de reparar el mal en el mundo y recuperar
el entendimiento del Di-os de Israel entre las naciones.  
 
Precisamente uno de sus objetivos es restaurar otra vez el
monoteísmo bíblico y rechazar toda forma de politeísmo,
incluyendo, la fórmula trinitaria creada e inventada por el
cristianismo a través de sus Concilios religiosos.  
 

  82  
La teoría de la trinidad no tiene origen ni fundamento en las
Escrituras Hebreas, sino en la dogmática de la Iglesia
cristiana cuando realiza una exégesis del texto sagrado, la
mayoría de las veces en traducciones, no en sus originales,
usando herramientas no hebraicas y por lo tanto, llegando a
conclusiones extrañas a la fe Yeshua, mal interpretando y
torciendo la información bíblica que tenían delante de sus
ojos, no solo por consideraciones teológicas, sino también
políticas y económicas.  
 
Para la Teología judía, el dios de tres personalidades creado
por la Iglesia, no es el Dios de Israel, no es el Di-os de los
profetas y mucho menos el Di-os de Yeshua.  
 
La mayoría de los cristianos son trinitarios por
tradición, no por convencimiento teológico
porque cuando ellos estudian el origen del
concepto descubrirán tarde o temprano que
“mentira poseyeron nuestros padres, vanidad en lo
cual no hay provecho” (Jer. 14:20ss).  
 
Debido al hecho de que es una contradicción en sí misma,
los teólogos cristianos exigen de los fieles que “acepten el
misterio” por la fe.  
 
En realidad lo que están aceptando con ello es su propia
desviación de la fe bíblica porque cualquier persona
pensante sabe que creer en un dios formado por tres
individuos, no puede ser el único Di-os verdadero.  
 
Para la Iglesia popular es importante que Jesús sea “Dios de
Dios, luz de luz”, porque al hacerlo así, puede luego
justificar el otro dogma que le sigue, es decir, que “María es
la Madre de Dios” y por tanto, justificar el culto a María con
todo el sistema comercial que gira alrededor de eso, y que
ha traído tanta riqueza material a Roma.  
 

  83  
Los intereses teológicos y comerciales son evidentes. Es por
eso que el libro de Marot Elohim relaciona sus hechicerías
con el comercio de almas. (Rev. 14:8).  
 
Sin embargo, desde la resurrección del Estado de Israel en
1948, las cosas han comenzando a cambiar en el mundo. La
Torah como nunca antes está siendo enseñada en las
naciones y la luz de la verdad está resurgiendo en todos los
puntos cardinales del mundo más y más.  
 
El profeta judío Jeremías profetizó que cuando Di-os
restaure a Israel a su tierra, las naciones, desde todos los
extremos de la tierra, dirán:  

“Ciertamente mentira poseyeron nuestros


padres, vanidad, y no hay en ellos provecho.
¿Hará acaso el hombre dioses para sí? Mas
ellos no son dioses. Por tanto, he aquí les
enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano
y mi poder, y sabrán que yo soy (el único)
YHWH”. (16:19).

¿Por qué la gente dirá esto? Porque todo el mundo


descubrirá que es imposible decir que en el caso de Dios,
cada una de “las personas” posee la misma independencia
de voluntad, de las emociones y de las acciones, porque en
ese caso, ya no podríamos hablar de “persona”, sino de otra
cosa y por definición, no sería tampoco ni requerido ni
necesario.

Muchos ya lo han pensado, indagado y corregido, pero lo


esconden por temor a ser criticados y acusados de “herejes”
por las autoridades eclesiásticas que defienden el sistema
trinitario.  
 
Otros han llegado en la misma conclusión, pero lo esconden
por consideraciones económicas, porque se dicen a sí
mismos: “Yo dependo del salario que recibo de la

  84  
organización o de la iglesia para sobrevivir… y si digo algo
que ellos no quieren oír, se me van, o me echan y me quedo
en la calle con una mano adelante y otra detrás…”.  
 
Otros por ignorancia, porque no se atreven a estudiar a
fondo el tema, aun cuando en lo más profundo de sus
mentes saben que algo anda mal aquí.  
 
Otros por orgullo espiritual, porque después de estar
enseñando una mentira, reconocer que estaba equivocado y
corregir el error, exige una dosis de humildad muy grande.  
 
Otros de buena fe, porque creen en la trinidad por que eso
es lo que han recibido de sus maestros, no lo que han
estudiado a fondo por sí mismos.  
 
Otros por espionaje teológico. Como sabemos, Roma
tiene miles de emisarios camuflageado de pastores
evangélicos para perpetuar su doctrina entre “los hermanos
separados” hasta que finalmente logren su plan final:
reinsertarlos en el Vaticano. Son los tontos útiles de Roma.  
 
Como vemos, las razones son múltiples.  
 
Es hora que los valientes salgan al camino y anuncien al
pueblo la inconsistencia teológica entre creer en “un solo
Dios” y al mismo tiempo, creer que ese único Dios esté
formado por tres individuos o personas diferentes, lo cual,
por definición, como ya hemos explicado, demanda
disimilitud de pensamiento, voluntad, emociones y acciones.  
 
Toda “persona” tiene un “yo único” y diferente a los demás,
de lo contrario, no es una persona. Si Dios “existe en tres
personas”, no puede ser un “solo YO”, sino tres “yos”, y tal
declaración, en sí misma, contradice el testimonio de las
Escrituras y de nuestro Santo Maestro así como sus
emisarios originarios todos los cuales, a una sola voz
testifican que Dios es UNO y no hay otro fuera de él, ni
antes, ni después.  

  85  
 
No es la Escritura lo que nos da una doctrina de la trinidad,
sino los Concilios católicos. Por tanto, la teoría de la trinidad
es una creación del cristianismo, no una revelación bíblica.
Es una desviación del judaísmo bíblico, una innovación
cristiana, una herejía.  
 
Siempre ten en mente que dondequiera que hablemos de
persona, estamos hablando de un “individuo único y
separado del resto” y que es moralmente responsable de sus
propias acciones.  
 
Si tu eres una persona y yo soy otra persona, entonces
somos individuos distintos, separados el uno del otro por
múltiples realidades hereditarias, racionales, emocionales,
culturales, etc..  
 
No podemos entonces asumir que “persona” significa aquí
una cosa y allá otra totalmente diferente.  
 
Si persona es “un individuo” con ciertas características
propias que lo distinguen y separan de los demás, es
imposible aplicarlo a Di-os de una manera diferente y asumir
que Di-os es “tres personas” pero no “tres individuos
distintos”, porque si así hiciéramos, entonces no estaríamos
hablando de “personas”, sino de otra cosa diferente.  
 
El problema se resuelve cuando regresamos a la simplicidad
de la Escritura que por cierto nunca define a Dios como “tres
personas”, sino siempre como Una sola persona, el “único
Dios verdadero” del que nos habla nuestro Santo Maestro,
Yeshua HaMashiaj (Yój. 17:3).  
 
Los Profetas Hebreos siempre hablan de Di-os como una
persona, un individuo, único, suficiente, eterno,
todopoderoso, indivisible, en quien no hay “cambios ni forma
de variación”. La propia Enciclopedia Católica ha tenido que
reconocer esto:

  86  
“The Trinity "is not directly and immediately
the Word of God" (New Catholic
Encyclopedia, 1967, Vol. XIV, p. 304).
( “La Trinidad no es ni directa ni
inmediatamente, la Palabra de Di-os¨)

Y en el Volumen 15 de la edición de 1912,


reconoce:

"In Scripture there is yet no single term by which


the Three Divine Persons are denoted together.
The word ‘Trias’ (of which the Latin ‘Trinitas’ is a
translation) is first found in Theophilus of Antioch
about 180 AD.... Shortly afterwards it appears in
its Latin form of ‘Trinitas’ in Tertullian" (The
Catholic Encyclopedia, 1912, Vol. 15, p. 47).
Esto es: “En las Escrituras no hay un solo término
que pueda indicar Tres Personas Divinas juntas.
La palabra “Trías” de la cual procede “Trinitas”
como traducción, se encuentra por primera vez en
los trabajo de Teófilo de Antioquía en el año 180
A.D., después de esto, aparece en la forma de
“Trinitas en las obras de Tertuliano”.

Pero no solamente la Enciclopedia Católica, otras voces


autoritativas y honestas están llegando a la misma
conclusión. Por ejemplo: El famoso LL Paine, en su libro,
“Una historia Crítica del evolucionismo del trinitarianismo,
nos dice13:

"No hay discontinuidad entre el Antiguo Testamento


y el Nuevo. La tradición monoteísta es continuada.
                                                                                                               
13   LL Paine, Una Historia Crítica de la Evolución del Trinitarianismo, Houghton Mifflin and Co.,
1900, pág. 4.  
 

  87  
Jesús fue un Judío, formado por padres judíos en las
escrituras del Antiguo Testamento. Su enseñanza
era judía hasta la médula;... Jesús no trajo una
nueva teología ... y él aceptó como su propia
creencia el gran texto del monoteísmo judío: Oye,
oh Israel, el Señor nuestro Dios es un Dios ".  
 
 
Por su parte, el teólogo neo-ortodoxo, Emil Bruner nos
dice14:  
 

"Ningún apóstol hubiera soñado pensar que


hay tres personas divinas" .  
 
Y la lista de nuevos testigos separándose de Roma continúa,
como se documenta a continuación:  
 
a) New Encyclopedia Británica, 1985, Vol. 11, pg. 928  
 
"Neither the word Trinity nor the explicit doctrine
appears in the New Testament"
(Ni la palabra Trinidad ni su doctrina explícita
aparece en el Nuevo Testamento).

b) Bernard Lohse, A Short History of Christian Doctrine,


Philadelphia: Fortress Press, 1966, p. 38.

"As far as the New Testament is concerned one


does not find in it an actual doctrine of the
Trinity"
(En tanto se refiere al Nuevo Testamento, uno no
encuentra en él la actual doctrina de la Trinidad).

                                                                                                               
14  Emil Brunner, la doctrina cristiana de Dios, dogmática, vol. 1, p. 226.  

  88  
c) The New International Dictionary of New Testament
Theology, ed. Colin Brown, Zondervan, 1976, Vol. 2, p. 84.

"The New Testament does not contain the


developed doctrine of the Trinity"
(El Nuevo Testamento no contiene la desarrollada
doctrina de la Trinidad).

d) Karl Barth

Posiblemente el más grande teólogo evangélico del siglo


XX, Karl Barth, dijo15:

"The Bible lacks the express declaration that the


Father, the Son and the Holy Spirit are of equal
essence".
(La Biblia no contiene una expresa declaración de
que el Pare, el Hijo y el Espíritu Santo sean
iguales en esencia”).

e) Arthur Wiegall afirma16:

"Jesus Christ never mentioned such a


phenomenon, and nowhere in the New Testament
does the word Trinity appear. The idea was only
adopted by the Church three hundred years after
the death of our Lord" .
(Jesucristo nunca mencionó tal fenómeno y en
ningún lugar del Nuevo Testamento aparece la

                                                                                                               
15  Karl Barth, cittado in the New International Dictionary of New Testament Theology.

 
16  Arthur Weigall, The Paganism in our Christianity, G.P. Putnam and Sons, 1928, p. 198.

  89  
palabra Trinidad. La idea fue adoptada por la
Iglesia, trescientos años después de la muerte de
nuestro Señor).

e) New International Dictionary of the New Testament


Theology17:

"Primitive Christianity did not have an explicit doctrine of the


Trinity such as was subsequently elaborated in the creeds”.
(El Cristianismo Primitivo no tuvo una doctrina explícita de la
Trinidad como fue subsecuentemente elaborada en los
credos mucho más tarde).

f) La Enciclopedia Americana18:

"Fourth-century Trinitarianism did not reflect


accurately early Christian teaching regarding the
nature of God; it was, on the contrary a
deviation from this teaching."
("El trinitarianismo del cuarto del siglo no refleja
con exactitud la enseñanza de los primeros
cristianos19 con respecto a la naturaleza de Dios,
es, por el contrario, una desviación de esta
enseñanza").
                                                                                                               
17  New International Dictionary of New Testament Theology, Vol. 2, p. 84.

 
18  The Encyclopedia Americana, p. 1956, p. 2941.

 
19   Por supuesto, cuando nos dice, “primeros cristianos”, tenemos que hacer una concesión
histórica por el honor del argumento mismo, porque sabemos que no hay tal cosa como
“primeros cristianos”, los primeros discípulos de Yeshua no fueron cristianos, fueron judíos.
 

  90  
h) The New Catholic Encyclopedia

Y el tiempo nos faltaría para traer más y más testigos que


demuestran, más allá de cualquier duda razonable, lo errado
de la teoría a la luz de la teología judía que poco a poco
establece la superioridad del monoteísmo bíblico, sobre las
reflexiones equivocadas de los que vinieron después para
explicar, fuera de contexto, la información que de Di-os
ofrece la Biblia Hebrea.

Esto se hace evidente cuando la Enciclopedia Católica para


ser exacto, The New Catholic Encyclopedia”, Vol. 14, p. 299
reconoce y afirma20:

"The formulation ‘One God in three Persons’


was not solidly established, certainly not fully
assimilated into Christian life and its
profession of faith, prior to the end of the 4th
century.... Among the Apostolic Fathers, there
had been nothing even remotely approaching
such a mentality or perspective" Esto es: "La
formulación 'un solo Dios en tres Personas' no
fue sólidamente establecida, ciertamente no
totalmente asimilada en la vida cristiana y de
su profesión de fe, antes del final del siglo
cuarto… Entre los Padres Apostólicos, no había

                                                                                                               
20  Nueva Enciclopedia Católica, 1967, vol. 14, p. 299.  

  91  
nada aún remotamente a tal mentalidad o
perspectiva".

La Teología judía se mantiene firme en su creencia de un


solo y único Di-s, como está declarado y confesado en el
Shemá:

“Shemá Israel, el Eterno nuestro Elohim, el Eterno es UNO”.

Como hemos expuesto a lo largo y ancho de esta obra, tal


declaración constituye el fundamento y esencia misma de la
Teología Judía.

No existe expresión más categórica y fundacional a la fe


milenaria de Israel que el Shemá.

De este principio brotan todos los demás principios de la


teología judía como lo explicará luego el profeta Isaías en su
extraordinario mensaje al pueblo de Israel afirmando21:

“Yo soy el SEÑOR, y no hay ningún otro;


fuera de mí no hay Di-os.
Yo te ceñiré aunque no me has conocido, para que se sepa
que desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,
no hay ninguno fuera de mí.
Yo soy el SEÑOR, y no hay otro;
el que forma la luz y crea las tinieblas,
el que causa bienestar y crea calamidades,
yo soy el SEÑOR, el que hace todo esto”.

“Yo soy el SEÑOR y no hay ningún otro” es el fundamento

                                                                                                               
21  Isaías    45:1-­‐10.  

  92  
legal sobre el cual la teología judía establece el principio de
“Creer en Di-s”, como la evidencia suprema de su fe.

Capítulo 8

Teología Judía y Ética

Habiendo demostrado que Di-s es Uno y Único y habiendo


establecido el fundamento legal para el monoteísmo bíblico
revelado en el Shemá, corresponde ahora estudiar algunas
de las implicaciones éticas que la Teología Judía que se
derivan de ese principio fundamental. Entre ellas,
destacamos las siguientes:

  93  
1. Di-s es el supervisor, administrador y sostenedor
de Su creación.

Di-os no solamente es el Creador, también el sostenedor de


Su creación.

El Salmista observó esto hace mucho tiempo cuando afirmó:


“Quitas tu aliento, y perecemos”.

La creación es para nosotros como tirar una piedra al aire:


sube y se mantiene en movimiento mientras la fuerza inicial
perdura y no es neutralizada… al momento que eso ocurre,
la piedra regresa al punto de donde partió.

Excepto que la mantengamos en el aire por medio de una


fuerza constante, todo volvería a su estado original.

De la misma manera, pero en una escala cósmica, el


universo salió de Di-os si él no mantuviese constantemente
Su creación con el aliento de su boca, todo volvería a su
fuente otra vez, por tanto, Di-os no solamente es el Creador,
es el Sustentador del universo.

En las palabras de nuestro Santo Maestro, el maestro de


justicia de Israel y el mundo, Su Majestad Yeshua
HaMashiaj, “Mi Padre hasta ahora trabaja y yo también
trabajo”.

Este mantenimiento de la creación es una función necesaria


por la naturaleza misma de la creación.

Así pues, Dios es el Creador y Sustentador de toda la


existencia lo cual implica que El es también Supervisor.

En otras palabras, Di-os no solamente es trascendente, es


también inmanente.

  94  
Piense en esto: si cada momento es, de hecho, un nuevo
acto de la creación, Dios se relaciona, por así decirlo, con
todo lo que existe en todo momento.

En la enseñanza de nuestro Santo Maestro, “no se mueve la


hoja de un árbol sin el permiso de Di-os” y “no cae un
pajarillo a tierra”, sin el consentimiento de nuestro Padre en
los cielos”.

Y si esto es así de las plantas y los animales, ¿cuánto será


de nosotros, Sus criaturas, hechas a Su imagen y semejanza
y lo que Dios más ama de toda Su creación?

Sin duda el Maestro tenía tan extraordinario pensamiento en


su mente cuando decía en su enseñanza: “Aun los cabellos
de nuestra cabeza están todos contados”.

El Di-s nuestro no es el dios del deísta… un dios que creó


todo y luego se sienta a hacer otra cosa y abandona Su
creación a las leyes que les impuso y desde entonces se
desentiende del mundo.

Este universo no es un avión sin piloto, sin rumbo, y sin


destino… Di-os controla ese avión y lo dirige a un lugar y un
tiempo únicos que no podemos siquiera imaginar todavía en
su grandeza y belleza…

Sabe y entiende que Di-os dirige Su creación hacia otra muy


superior donde las dimensiones de tiempo, espacio, altura,
profanidad y anchura romperán todas nuestras expectativas
al punto que las Escrituras declaran que “cosas que ojo no
vio ni oído escuchó ni ha subido al corazón del hombre, son
las que Di-os tiene preparado para los que le aman”.

Estamos aquí de paso, temporalmente… viajamos a un lugar


y una dimensión mucho más rica y hermosa que el Eterno
tiene preparado para nosotros… Su Reino… Su Kisé
HaKavod (Trono de Gloria) y por ello no debemos temer,

  95  
como enseñó el Maestro: “No temáis manada pequeña
porque a mi Padre le ha placido daros el Reino”.

Este mundo con toda y su belleza, es apenas la entrada, la


recepción donde esperamos por un poco de tiempo hasta
entrar luego en el resto del palacio del Rey.

Recuerda esto:

El Di-s de Israel no nos ha abandonado en el


universo, El está en constante supervisión de
todo lo que ocurre, aun con tiempo para
acudir al entierro de uno de Sus gorriones.

El Eterno está íntimamente involucrado en todas las formas


de existencia que decidió crear y todo, absolutamente todo
está bajo Su control.

El hecho que Di-os no solamente es el Creador, también el


sostenedor de Su creación, totalmente involucrado en su
cuidado y mantenimiento significa que es “sensible” también
a nuestro dolor, nuestra lucha, nuestro diario vivir.

Podemos estar absolutamente seguros que cuando


clamamos, El nos “escucha” y nos es propicio porque
ciertamente nos ha prometido: “Me invocarás y Yo te
responderé y te mostraré cosas grandes y difíciles que tu no
conoces” (Jer. 33).

Hablando de esto, nos dice el Maestro: “Mirad las aves del


cielo, que no trabajan sembrando o segando y vuestro Padre
celestial las alimenta…¿no valéis vosotros mucho más que
ellas?” (Mt. 6:26)

También decía: “Mirad los lirios del campo, cómo visten… y


os digo que ni aun Salomón con toda su gloria, se pudo
vestir como ellos… y si Di-s los viste así a ellos, que hoy soy

  96  
y mañana se echan a la basura, ¿no hará mucho más con
vosotros hombres de poca fe?” (Hillel 12:22ss).

Podemos estar confiados que el Eterno no nos ha


abandonado al azar, El cuida y supervisa Su creación y eso
nos incluye a ti y a mí.

El está más cercano a nosotros de lo que imaginamos…


conoce nuestros pasos y se deleita en nuestra alabanza.

Recuerda que lo que sucede a nivel cósmico, sucede también


a nivel de tu persona, de tu familia y de tu situación
particular.

Podemos confiar en El porque no nos ha abandonado ni nos


abandonará… El mismo nos dice: “aunque tu padre y tu
madre te dejen, Yo nunca te dejaré” (Sl. 27:9).

Tu y El serán siempre mayoría absoluta, ¡no lo olvides!

Por tanto, “aunque un ejército acampe contra mi, no temerá


mi corazón” (Sl. 27:5)

“El Eterno es mi pastor y nada me faltará” (Sl. 23:1)

¿Qué respuesta podemos dar a esto?

La unidad de Di-os que hemos estudiado en el capítulo


previo. En otras palabras, si todo el judaísmo pudiera
resumirse en una frase sería:

"Escucha, oh Israel, YHWH nuestro Di-s, YHWH es UNO" .

  97  
Tan importante es la declaración previa que nuestro Santo
Maestro no dudó en categorizarla como “el más grande
mandamiento de todos”.

Esta declaración es el fundamento judío del monoteísmo,


pero es mucho más que eso. Se trata de una confesión
acerca de la unidad del Ser Absoluto de Di-s y por tanto el
universo no es una zona de conflicto entre diferentes dioses
y poderes que se disputan el trono o el dominio de los
demás. Nuestro Di-os no tiene rivales, es Uno y por tanto no
existe nada ni nadie independiente de él, no hay fuerzas
adicionales ni quintas columnas, “HaShem Ejad”, es UNO.

En realidad, todo lo que existe, todas las fuerzas y poderes


que podemos ver y asumir que existen en el universo, son
simplemente una expresión de una mayor unidad
trascendente que es la fuente de su existencia, así como la
fuente de todo poder o influencia que pudieran ejercer
influencia en la existencia.

En otras palabras, todo lo que pareciera una “fuerza


independiente” en el universo, no lo es en realidad, sino
que responde al propósito, designio, control y supervisión
absoluta de nuestro Di-s que es UNO y por tanto la única
fuente de donde todo lo demás procede y a Quien todo lo
demás tiene que estar sujeto.

Por tanto, no hay que temer realmente, lo que alguna de


estas fuerzas, incluyendo la del hombre, nos pueda hacer,
porque escrito está: “No temáis a los que matan el cuerpo y
luego ya nada más pueden hacer, mas bien temed a Aquel
que tiene poder para destruir el alma y el cuerpo en el
Gehinón. Os digo, a este temed”.

El principio de Yirat HaShem (temor a Dios) es la respuesta


correcta del alma ante la gran revelación de la Unidad de
HaShem y así está escrito que la sabiduría comienza por el
temor a Di-os, no a las fuerzas y poderes que vemos en el

  98  
universo, sea del orden celestial, terrenal o cósmico, sino a
Di-os, nuestro “único Di-os verdadero”.

Cuando ponemos nuestros ojos en las cosas que nos rodean


y las apartamos de Di-s, eso es el principio de la idolatría, la
más seria afrenta a la Unidad de Di-os. No importa cuánto
ruja el mar y cuánto se estremezca el universo, HaShem
tiene control de todo, es Uno y único y solamente sucederá
lo que al final del día El decida.

Siendo entendido así, no hay razón para echarnos a llorar


como alguien sin esperanza, sino la mejor motivación para
elevarnos y continuar el camino plenamente convencidos
que llegaremos al otro lado del río bajo Su guianza, como
está escrito: “Este Di-s es nuestro Di-s, y nos guiará aun
más allá de la muerte”.

2) Lleno de gracia y bondad

Una cosa que sabemos con certeza acerca de la creación es


que no existe para Di-os. Puesto que Di-os es totalmente
completo y absoluto, como hemos estudiado, entonces
significa que no le falta nada.

Esto quiere decir, lógicamente, que Su creación no fue


motivada por una necesidad, porque una necesidad implica
una falta pre-existente y eso no es el caso con Èl.

La creación, entonces, no es para el Creador, sino para Sus


criaturas, especialmente para el hombre, la única de ellas
hecha a “imagen y semejanza” del Creador, es decir,
compatible con El, capaz de relacionarse con El y capaz de
imitarlo.

Así que otra visión crítica que tenemos de Dios es Sus


continuos actos de creación que revelan Su gracia y bondad
eternos.

  99  
Visto así, podemos decir que la creación y el sustentamiento
que El da a Su creación son actos motivados solamente por
Su amor, gracia y bondad hacia nosotros.

El Di-s nuestro por tanto, es el único TODO-COMPASIVO,


lleno de bondad y misericordia infinitas que desafía nuestro
entendimiento y nuestra lógica porque ¿cómo podría
amarnos tanto cuando hemos actuado con El de una forma
tan insolente e irrespetuosa?

Di-s es DADOR por excelencia y nadie puede superarlo en


eso de dar. Mas cuando pensamos que somos nosotros, Sus
criaturas los receptores de esa bondad, entonces el corazón
se nos aprieta dentro de nosotros.

¿Qué es entonces lo que Di-s nos ofrece? La respuesta judía


es bien simple: El mismo porque la única cosa que
realmente existe es Di-os.

Y en este sentido está escrito: “¿En qué se ha de gloriar el


que se quiera gloriar? En conocerme, que yo solo soy Di-s y
no hay otro”.

Estas palabras casi son una réplica de lo que salió después


de los labios de nuestro Santo Maestro cuando oraba a su
Di-os (nuestro Di-s) y decía:

“Y este es el secreto de la vida eterna, que te conozcan a Ti


(que tengan una relación íntima contigo), el único Di-s
verdadero” (Yoj. 17:3).

Cuando pensamos que Di-s es el dador por excelencia,


entonces ¿cómo es que no recibimos más de él? Quizá la
respuesta viene en aquellas palabras que se registran en
nuestros libros:

  100  
“No recibimos porque no pedimos” y “Pedimos y no
recibimos porque pedimos mal, para gastar en nuestros
deleites”.

Así pues, cuando carecemos de algo lo más probable es


porque no hemos pedido lo suficiente por ello, porque en
cuanto a Di-s nuestro Creador, es Dador por naturaleza y El
mismo nos invita a que le pidamos como aparece en las
palabras de nuestro santo maestro el maestro de justicia de
Israel y del mundo, Su Majestad Yeshua HaMashiaj:

“Pedid y recibiréis. Buscad y hallaréis. Llamad y se os


abrirá. Porque todo el que pide, recibe, el que busca, halla y
al que llama, se le abrirá” (Mt.7:7).

Capítulo 9

La Toráh como Testimonio de la Revelación

A diferencia de la Teología Natural o la Teología Sistemática,


la Teología Judía encuentra en la Toráh dada por medio de
Moshé, el más confiable y seguro testimonio de la
Revelación.

  101  
Cada Shabat, en todas las sinagogas, templos y
comunidades judías de todo el mundo, se escuchan varias
veces, una misma confesión:

Baruj atá YHWH Elohenu meléj Olam.


Asher bajar Banu minkol haamin betan lanu et
torató.
Baruj ata YHWH noten Hatoráh

(Bendito eres Tú, HaShem, nuestro Di-os, Rey


del Universo que nos ha escogido de entre
todas las naciones y nos ha entregado Su
Toráh. Bendito eres Tu, Eterno, dador de la
Toráh).

Con este canto en los labios, millones de judíos y justos de


las naciones participan cada semana, al menos una vez, del
servicio de proclamación de la entrega de la Toráh
confesando el origen divino de la Toráh.

A diferencia de las demás religiones del mundo que


fundamentan su teología, doctrinas y prácticas de alguna
revelación, doctrina o personaje particular, hecho en
privado, y de esta manera, no demostrable científicamente,
el pueblo judío expresa teológica, histórica y litúrgicamente
cada semana, la revelación pública del Di-os de Israel a la
hora de entregarnos la Toráh.
La diferencia pues entre la Teología judía y las otras
teologías de las religiones del mundo, radica en el hecho de
que las demás son reflexiones acerca de revelaciones
privadas mientras que la Teología judía surge a partir de una
Revelación Pública del Di-os de Israel al pie del monte Sinaí
ante más de 2 millones de personas.

Una de las preguntas que la gente común y corriente se ha


hecho durante siglos y que también se repite en nuestra
generación es la que tiene que ver con la proliferación de

  102  
religiones y libros sagrados reclamados por esas religiones
como divinos, auténticos y teológicamente confiables.

Siendo tantas las religiones en el mundo, ¿cuál de ella es la


verdadera? Siendo tantas las diferentes escrituras
consideradas sagradas, ¿cuál de ellas es la auténtica?

Por supuesto, estas no son las únicas preguntas que la


gente se hace, hay otras preguntas, tan serias como estas,
sin embargo, ninguna es más importante que ésta.

La gente se pregunta sobre la existencia de Elohim (Di-os).

¿Existe realmente un Creador, Omnipotente, Omnisapiente,


Justo, amante, bueno, misericordioso?

¿Cómo explicar el sufrimiento humano, la existencia del mal,


la injusticia y la muerte si tenemos un Elohim (Di-os) todo
gracia y bondad?

¿Si hay un Creador que todo lo puede, por qué no evitó el


holocausto nazi del siglo 20 que arrancó la vida a 6 millones
de judíos indefensos entre los cuales casi 2 millones eran
niños menores de 10 años de edad?

¿Cómo es posible que mujeres de mal vivir abortan sus hijos


y mujeres piadosas son estériles?

Y la lista sería interminable.

Sin embargo, cada una de esas preguntas, inteligentes y


difíciles como son, tienen una respuesta, aun cuando en
ocasiones la respuesta será que no hay respuestas y que
debemos aprender a vivir sin ellas, hasta que tengamos toda
la información que Elohim tiene.

Pero a la pregunta del origen divino de la Biblia y por


extensión el origen divino del Judaísmo como religión

  103  
revelada a nuestro pueblo Israel, es más difícil que las
demás.

¿Por qué?

Porque en el fondo lo que se busca es dar respuesta a la


aparente incertidumbre de cuál religión es la auténtica, la
confiable, la que me llevará seguro al otro lado de la vida, al
mundo por venir.

La Teología judía enseña que la veracidad y legitimidad de


la religión dada a nuestro pueblo es la única genuina y
confiable expresión de fe que puede ser demostrada
científica e históricamente.

No para ufanarnos de ella ni encontrar en esto razón alguna


para orgullo nacional o nuestra superioridad religiosa, que
no existe, sino para dar testimonio de la verdad, de nuestra
responsabilidad con la redención y con la comunicación de
esta verdad a las naciones a fin de ayudar a Mashiaj en su
responsabilidad de eliminar la idolatría de la tierra y causar
que todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, blancos y
negros, sabios e ignorantes, encuentren el camino único que
nos ha sido dado para refugiarse bajo las alas del Elohim de
Israel, el único Elohim verdadero.

¿Cómo podemos saber que la Torah tiene un origen divino,


que no es invento humano, ni de Moshé ni de Ezra y que el
Judaísmo Bíblico es la única religión revelada del cielo tanto
a favor de Israel como del resto de las naciones?

A manera de preámbulo, y siguiendo la lógica de nuestros


mayores22, imaginemos por un momento que usted recibe
un fax privado y confidencial en su oficina.

El texto del fax dice algo como esto:


                                                                                                               
22  Como  ha  sido  establecido  por  nuestros  jajamim,  cuyo  pensamiento  estoy  siguiendo  en  estas  exposiciones.  

  104  
“Hola, soy el Creador del Universo. He decidido entregar a tu
pueblo un libro único de instrucciones por los cuales podréis
vivir y encontrar el camino al mundo por venir para bien
vuestro. Será responsabilidad de tu pueblo enseñarlo a las
naciones para eliminar la idolatría de la tierra y causar que
todos a una voz, glorifiquen mi Nombre y reciban una
oportunidad de entrada a un mundo por venir que os tengo
reservado. En ese mundo por venir no habrá llanto, ni dolor,
ni enfermedad. Será una edad eterna donde morará la paz y
la justicia para todos. Por favor, mañana en la mañana, ve a
tal y tal lugar, donde allí me comunicaré audiblemente
contigo. A fin de que sepas que Yo soy el Creador, dentro de
una hora habrá un apagón de luz en toda tu ciudad que
durará exactamente cinco minutos. Después de ese apagón
de luz, escucharás un sirena de policía cruzando frente a tu
vivienda y seis minutos mas tarde, recibirás una llamada de
los bomberos preguntando si todo está bien en tu casa. Les
dirás que sí, que todo está bien y luego de esa llamada de
los bomberos, la policía tocará a tu puerta y te hará una
pregunta directa: ¿Ha llamado usted a los bomberos porque
hay fuego en su casa? Y les responderás que no, que todo
está bien en tu casa. Ellos se irán, pero uno de los tres
visitantes, te dejará una tarjeta de presentación con su
teléfono celular diciéndote: “Aquí están mis teléfonos, si
necesita ayuda, llámame por favor. Estamos para servirle”.

Bien, exactamente a la hora, ocurre el apagón de luz por


cinco minutos. Inmediatamente escuchas la sirena de la
policía en su carro patrulla cruzando frente a tu casa y
exactamente seis minutos más tarde, te llaman los
bomberos y luego, una carro policía con tres hombres a
bordo, tocan a tu puerta, exactamente como te fue dicho en
el fax.

¿Qué pensarías de todo eso?

  105  
¿Sería suficiente evidencia inteligente para comprender que
es cierto, que el Creador del Universo quiere comunicarse
contigo para revelarte algo extraordinario para bien de tu
pueblo y del mundo?

Sin duda, toda mente inteligente reconocerá que tales


evidencias van más allá de la duda razonable y que es
imposible que alguien, sin tener pleno conocimiento del
futuro, pueda predecir, con lujo de detalles y en horarios y
palabras precisas, todo lo que te fue comunicado por fax.

¿Entendemos el argumento hipotético que hemos


presentado?

Bien, en términos religiosos, la única religión del mundo que


puede reclamar una base histórica confiable,
inteligentemente aceptable y lógicamente válida, es el
Judaísmo.

Y el único libro religioso que puede reclamar tal evidencia,


es la Torah de Moshé.

Ningún otro libro ni ninguna otra religión conocida por los


hombres, puede presentar estas evidencias que sean
históricamente comprobables.

El Eterno se le apareció a Moisés en el desierto de Madiam.

En un encuentro privado, que no puede ser demostrado


históricamente, le dijo por medio de su malaj celestial una
serie de hechos y revelaciones que serían presenciadas por
todo un pueblo, para que no hubiera duda que el Creador se
le había aparecido y le había enviado un mensaje y confiado
una misión.

En otras palabras, le envió un fax:

  106  
“Moshé, Moshé, no te acerques, quita las sandalias de tus
pies, porque el lugar donde estás parado es sagrado. Yo soy
el Elohim de tu padre, el Elohim de Abraham, Yitzjak y
Yaakov. He visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto
y he escuchado su clamor y estoy consciente de sus
sufrimientos. Y he descendido para librarlos de la mano de
los egipcios y para sacarlos de aquella tierra a una tierra
buena y espaciosa, que mana leche y miel… ven te enviaré a
al faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel,
de Egipto.
Yo estaré contigo y la señal para ti de que soy yo el que te
ha enviado será esta: cuando hayas sacado al pueblo de
Egipto, adorareis a Elohim en este monte.
Yo soy el que soy. así dirás a los hijos de Israel: Yo soy me
ha enviado a vosotros. Pero yo se que el rey de Egipto no os
dejara ir, si no es por la fuerza. Pero yo extenderé mi mano
y heriré a Egipto con todos los prodigios que haré en medio
de él, y después de esto, os dejará ir¨.

Moisés replicó: Me dirán: “No se te ha aparecido Elohim”.

En otras palabras, cómo les demuestro que es cierto que Tu


me has enviado.

¿Qué es eso que tienes en tu mano? Una vara. Échala en


tierra. Y la echo en tierra y se convirtió en una serpiente.

Extiende tu mano y tómala por la cola. Y así lo hizo, y se


volvió vara en su mano.

Por esto creerán que se te ha aparecido HaShem, el Elohim


de sus padres, de Abraham. Yitzjak y Yaakov.

Ahora mete la mano en tu seno. Y lo hizo, y cuando la sacó


he aquí se había vuelto leprosa.

Vuelve a meter la mano en tu seno. Y lo hizo y cuando la


sacó, se había vuelto como el resto de su carne.

  107  
así que si no te creen, no obedecen el testimonio de la
primera señal, quizá cierran el testimonio de la segunda
señal. Y sucederá que si todavía no creen estas dos señales,
ni escuchan tu voz, entonces tomaras agua del Nilo y la
derramaras sobre la tierra seca y el agua que tomes del Nilo
se convertirá en sangre sobre la tierra seca.

Moisés se fue y volvió a casa de su suegro Jetro y le dijo: Te


ruego que me dejes ir para volver a mis hermanos que están
en Egipto y ver si aun viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en
paz.

Y HaShem le dijo a Moisés, cuando vuelvas a Egipto, mira


que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he
puesto en tu mano…”.

Y si usted sigue leyendo la historia, Moisés fue, creyéndole a


Elohim.

Hasta aquí, esta revelación no puede ser comprobada


científicamente, históricamente, porque solamente Moisés la
recibió.

Para que esta revelación sea científica e históricamente


válida, tiene que ser evidenciada por muchas personas de
tal manera que no haya duda alguna que es históricamente
válida.

Moisés se presentó a los hijos de Israel en Egipto.

Les dio las señales. Vieron la vara convertirse en serpiente.


Vieron la serpiente convertirse en vara.

Vieron su mano volverse leprosa, vieron su mano leprosa,


sanarse inmediatamente.

Vieron las aguas del Nilo convertirse en sangre.

  108  
Y creyeron que Elohim se le había aparecido a Moisés para
sacarlos de Egipto.

Pero esto no fue suficiente. En cumplimiento de las


evidencias históricas, HaShem sacó a nuestro pueblo de
Egipto, hizo ahogar a los ejércitos del faraón, sus jinetes y
sus caballos en el Mar de Suf (Mar Rojo).

Y al tercer mes de la salida de los hijos de Israel de Egipto,


se les apareció en una nube, al pie del monte Sinaí, en
presencia de decenas y decenas de miles de personas.

Todos vieron el monte humeando, todos vieron el fuego y el


sonido del shofar. Todos experimentaron los truenos y el
temblor.

Todos oyeron la voz, sin ver rostro, hablando con ellos y con
Moisés.

Y solamente después que todo un pueblo presenció aquello,


cuando no había la más mínima sombra de duda de que
estaban en presencia del Elohim de Israel, de Su Revelación
y de Sus propósitos, el Eterno pidió a Moisés que subiera él
solo al monte para entregarle el resto de la revelación.

Solamente una revelación así puede reclamar un origen


divino y ser demostrada científica e históricamente.

Excepto que tengamos estas evidencias históricamente


ciertas y comprobables, cualquiera puede venir con una
historia de estas. Es decir, con una historia de una
revelación privada y fabricada que no pudo ser jamás
documentada por nadie.

Este es el caso del Cristianismo Histórico por ejemplo.

  109  
¿Quién puede comprobar científica e históricamente que la
visión que vio el emperador Constantino, padre del
cristianismo moderno, es válida? Porque a no dudarlo, el
cristianismo histórico que conocemos ahora no sería tal, sin
Constantino y sin el Primer Concilio que convocó en Nicea
para el año 325 e.c.

También es el caso del Islamismo.

¿Quién puede demostrar que las revelaciones que Mahoma


afirmó recibir fueron histórica y científicamente válidas?

Nadie, todo es privado y confidencial.

Pues yo también puedo aparecer mañana con otra historia y


decir:

“ Señoras y señores, os tengo un anuncio muy importante:


Elohim se me apareció y me dijo que desde ahora en
adelante, tiene una nueva Biblia para nosotros, una nueva
Torah y una nueva religión. Me dijo también que ya la Torah
que ustedes conocen no vale nada, ha caducado. Vuestra
religión, predicada por Moisés y por los profetas y
testificada por miles y miles de hijos e hijas de Israel ha
pasado de moda. Yo me he buscado un nuevo libro, una
nueva religión y un nuevo pueblo. Lo demás está abolido.
De ahora en adelante debéis creer solamente lo que yo os
diga”.

Bien, recibo este fax y me presento con este fax delante de


Abraham, Yitzaj y Yaakov, delante de Moisés y delante de
Josué y delante de Samuel y de los profetas y les digo:

“ Avraham, Yitzjak, Yaakov; Moshé Joshua y Samuel. Melej


David y todos vosotros, los padres y jueces y profetas de
Israel escuchen bien: He cambiado mi mente. Ya todo lo
que ustedes enseñaron no vale, pasó de moda, ha sido
sustituido para siempre, porque no sirve ya más, fueron

  110  
solamente hasta Juan, de ahora en adelante hay algo nuevo,
que a mi me ha sido revelado. Escucha Moshé, escucha
Eliyahu HaNaví: Israel ha dejado de ser el pueblo escogido
y ha sido reemplazado por otro pueblo. Ellos tienen ahora
una nueva Torah y con una nueva ley. así que de ahora en
adelante, olvidaos de todo, y creed en la nueva revelación
que yo he recibido. Si no creéis en esta nueva ley y en esta
nueva religión, todos pereceréis y os iréis al infierno”.

¿Piensa usted que Moisés me creerá?

La Torah dice: “Sécase la hierba, marchítase la flor, pero la


palabra de nuestro Elohim permanece para siempre”.

La Torah dice: “A pesar de esto, cuando estén en la tierra de


sus enemigos, no desecharé a Israel ni los aborreceré tanto
como para destruirlos, quebrantando mi pacto con ellos,
porque YO SOY HASHEM SU ELOAH, sino que por ellos me
acordaré del pacto con sus antepasados que yo saqué de la
tierra de Egipto a la vista de las naciones para ser su Eloah.
Ani HaShem” (Vayikrá 26: 44,45)

¿Qué piensa usted que me dirá Avraham, Yitzjak y Yaakov,


Moshé Rabenu, Joshua, Samuel y el resto de los profetas?

¿Me harán caso? ¿Se postrarán delante de mi y aceptarán


mi testimonio?

Aunque ellos lo hicieran, no sería válido, porque para ser


válido, tiene que ser científica e históricamente cierto, es
decir, verificable por Israel y por las naciones.

En otras palabras, para que mi facsímil sea auténtico,


Elohim tiene que resucitar a Avraham, Yitzjak y Yaakov y a
todo el pueblo de Israel que estuvo al pie del monte Sinaí y
decirles en presencia de todos nosotros:

  111  
“Hey, escuchen, he cambiado mi mente, y de ahora en
adelante, solamente es válido lo que diga Dan, mi siervo”.

¿Ha ocurrido esto alguna vez? ¿Quién puede dar testimonio


de que esto haya ocurrido?

Ninguna religión del mundo podrá jamás hacer tal reclamo ni


presentar estas evidencias como nuestro pueblo Israel.

Por tanto, la única cosa que podrán hacer las nuevas y falsas
religiones es apoyarse en nuestra verdad para derivar de
ellas las suyas.

No más.

En otras palabras, las falsas religiones aceptarán nuestra


Biblia solamente en la medida en que puedan afirmar sus
reclamos, de ahí en fuera, la rechazarán con todas sus
fuerzas.

El Cristianismo venido de la supuesta revelación recibida por


Constantino, aceptará nuestra Biblia solamente en tanto
prueba sus reclamos.

Lo mismo lo hará el Islamismo y el Mormonismo y las


demás religiones semejantes, basadas todas en revelaciones
privadas, históricamente no comprobables y teológicamente
de dudosa procedencia.

El Cristianismo de Constantino inventó a un Jesús romano


que no tiene nada que ver con el Yeshua judío. Lo hizo la
antítesis del Elohim de Israel y lo vendió al mundo que
controlaba política y religiosamente, para asegurarse su
perpetuidad en el poder.

Además, tomó al rabino Shaul, el apóstol Pablo y quitándole


su talit de oración, lo vistió de filósofo para lanzarlo al
mundo como el representante de una nueva religión,

  112  
negación del Judaísmo, su antítesis y su más acérrimo
enemigo.

Este rabino judío, convertido ahora en San Pablo inventado


por Roma, no tiene nada que ver con el talmid del Yeshua
judío.

Debemos todos estar persuadidos de que no fue Pablo, sino


los filósofos romanos bajo la influencia del emperador
Constantino, y bajo mucho debate y coerción, buscando la
paz, el bien y la gloria del imperio, no el Reino de los Cielos
y su justicia, los que crearon y proclamaron otro Yeshua,
otro evangelio y otro espíritu.

En otras palabras, que el Yeshua del primer siglo, el Yeshua


judío, el Yeshua del Código Real no tiene nada que ver con
el Jesús fabricado en aquel laboratorio político disfrazado de
religión montado en Nicea.

Los discípulos originales de nuestro Rabi HaKadosh, fueron


todos tzadikim del primer siglo, judíos piadosos, observantes
de la Torah y creyentes en los profetas.

Lo que salió de Nicea y de los sub recuentes sínodos


romanos, está basado no en la Torah y en los profetas, sino
en las creencias paganas de las naciones que conquistaban a
las cuales se les quiso barnizar de religión usando nuestras
propias Escrituras como evidencia.

Esa religión post-primer siglo, salvo aquel remanente que


rechazó la tendencia y se fue al anonimato, está llena de
costumbres, prácticas y presuposiciones religiosas de origen
pagano para poder mantener la unidad política del imperio
con una religión que fuese lo suficientemente amplia
culturalmente, como para retener consigo a todos los grupos
étnicos que iban siendo conquistados políticamente.

  113  
Esto es lo que explica por qué una minoría de creyentes que
no aceptó tales imposiciones y falsificaciones, juntamente
con los judíos, fueron perseguidos, maltratados, quemados
en hogueras y declarados herejes por aquella ramera
teológica, madre de todas las abominaciones de la tierra.

Esto es lo que explica por qué hubo siempre protestas y


reformas y gritos de reformas por todos lados.

Y esto es lo que explica por qué esas reformas, aun


incompletas, tienen que ser finalmente consumadas para
que los herederos de las promesas de la promesa de la
vida dada a las naciones, encuentren su herencia y su
verdadero lugar junto al pueblo de Israel.

En todo caso, aquí tenemos la primera evidencia del origen


divino de la Torah: es la única revelación que puede ser
comprobada científicamente por medio de la historia.

Todas las demás religiones que reclaman escrituras


inspiradas divinamente, separadas de la Torah y
sustitutivas de la Torah, lo hacen basados en visiones y
revelaciones privadas, no comprobables ante el pueblo ni
ante las naciones.

Solamente una revelación que haya sido dada “a la vista de


las naciones”, solamente una revelación que pueda ser
comprobada por todo ojo ( el que lee entienda), puede venir
del Cielo.

Cualquier otra revelación que no tiene la evidencia de la


Torah, en el mejor de los casos no es sino permisión del
cielo para ayudar a nuestro pueblo a mantenerse firme en la
Torah, a no apartarnos de la Torah, a no destruir ni una
“yud ni una tilde” de la Torah, como nos fe ensenado.

  114  
Porque fue dicho que cualquiera que viniera con revelaciones
y sueños particulares e incluso con evidencias en sus
manos23, como algunos milagros,

pero que tengan la intención de separarnos de nuestro Eloah


y reemplazarlo por otro dios, o separarnos de la Torah y
reemplazarla por otra torah, que la dada por intermedio de
Moshé Rabenu, debemos conocer, por anticipado, que se
trata de una prueba, para ver si nos vamos a mantener
firmes a la Alianza Eterna que fue dada desde Sinaí.

A tal vidente y sonador de sueños no debemos escuchar ni


sus enseñanzas seguir.

De hecho, los profetas nos advirtieron de un falso profeta


que vendrá al mundo e intentará cambiar la ley de Elohim y
sus moedim24.

Pero aquí tenemos el primer pilar de nuestra fe, de nuestra


absoluta confianza que sí podemos saber que la nuestra
Torah tiene origen divino, que no es invento humano, ni de
Moshé ni de Ezra y que el Judaísmo bíblico es la única
religión revelada del cielo tanto a favor de Israel como del
resto de las naciones.

La Teología judía se fundamenta entonces en el pilar más


seguro y confiable que el hombre podría tener: La Toráh
como Revelación directa de Dios a Su pueblo Israel por
medio de Moshé.

Creemos que esta revelación es la única que puede ser


comprobada científica e históricamente, porque no fue dada
en ningún rincón, sino a pleno luz del día, ante miles y miles
de personas, a la vista de las naciones, para que todos
sepan que viene de Arriba, de nuestro Padre Celestial y que

                                                                                                               
23    Vea    Devarim  13:  1-­‐5    
24  Vea  Daniel    7:  24-­‐27;  11:36-­‐38-­‐43;    

  115  
por tanto, la Toráh, como dijo el Maestro, no puede ser
quebrantada.

Siendo la Toráh de origen divino, es normativa para el


pueblo hebreo así como para los conversos sinceros y los
justos de las naciones conforme sus mandamientos y
preceptos aplique a cada uno.

Ser normativa significa que se convierte en un estilo de vida


y consecuentemente, como la propia Toráh afirma: “No solo
de pan vive el hombre, más de toda Palabra que sale de la
boca del Eterno”.

Esta Toráh es un “Don de Di-os”, por eso confesamos:


“Notén HaToráh”, que nos “ha dado la Toráh”. No es un
invento nuestro, es una Revelación del Cielo.

Del hecho normativo de la revelación de la Toráh se sigue


que el estilo de vida que resulta debe ser de santidad.

Y esta esperanza, ese sueño de santidad se expresa en cada


aspecto de la vida judía, incluso, en el acto de la ablución de
manos antes de comer el pan, indicando así que ese pan
representa el “otro pan” que nos fue dado en Sinaí.

El hecho de añadir “sal” en tres ocasiones al protocolo,


indica nuestra firme convicción no solo de la relevancia sino
de la permanencia del pacto del cual la Toráh es símbolo
generacional.

Gramaticalmente, como lo ha expresado Petuchowski25, la


frase hebrea “Lejem min Haaretz”, (pan de la tierra), “tiene
la misma estructura que “Toráh min Hashamayim” (Torah
del Cielo) y consecuentemente la simetría del pensamiento
es que Di-os, y no el hombre, es el que suple todas las

                                                                                                               
25  Petuchowski,  Jacob  J.    “Not  by  Bread  Alone”,      Modern  Perspectives,    Ktav.  

  116  
necesidades de la humanidad” así como nutre el alma de
aquellos que le invocan.

Es apropiado decir que cada vez que levantamos el pan y


decimos: “Bendito eres tú, oh Di-os que nos das el pan de la
tierra”, no estamos bendiciendo el pan, sino al dador del pan
que es el mismo que el dador de la Toráh, el pan del alma.

No faltarán los que piensen, como los teólogos de la Alta


Crítica, tanto judíos como no judíos, que algunas de las
leyes y mandamientos de la Toráh fueron dados antes de
Moisés y otros después de Moisés o que la Toráh está
compuesta de muchos autores diferentes, de documentos
diferentes y en tiempos diferentes, editados finalmente,
como ahora lo tenemos, por Ezra (452 a.e.c) el escriba, en
una época muy tardía en relación con Sinaí, para nosotros,
no obstante, los estudiantes del Ríbi sabemos que fue Moshé
quien dirigió todo ese proceso, quien lo escribió para
nosotros y quién nos ordenó enseñarlo a cada generación,
incluso a las naciones, según sus leyes y preceptos apliquen
a ellas.

Hay que decir también que, como fue enseñado en cursos


previos, “Toráh” no solamente se refiere a la Revelación que
experimentamos en Sinaí, sino sirve también como sinónimo
para la “tradición” expresada en la trasmisión generacional
que ha tenido lugar en nuestro pueblo.

En otras palabras, juntamente con la Toráh escrita, tenemos


una Toráh Oral que viene desde los días de Adam y que fue
finalmente compilada por el propio Moshé y entregada
seminalmente a Joshua y Joshua a los Ancianos y los
Ancianos a los Profetas y los Profetas a los Hombres de la
Gran Asamblea de donde todos bebemos y de donde todos
reflexionamos acerca de la grandeza y normatividad de la
Toráh.

  117  
Tanto Joshua, como los Ancianos como lo Profetas, como los
Hombres de la Gran Asamblea, fueron asistidos en sus
reflexiones sobre la Toráh por Rúaj HaKodesh y
consecuentemente todos los mandamientos y preceptos
explicativos de la Toráh venido directamente de ellos, son
también normativos para nosotros.

Consecuentemente, es preciso que todo estudiante de


nuestra Yeshivá sepa que tenemos dos cuerpos maravillosos
de revelación: La Toráh escrita, por medio de Moshé y la
explicación de esa Toráh dada por Joshua, los Ancianos, los
Profetas y los Hombres de la Gran Asamblea.

Desde nuestra perspectiva también, por supuesto, la


explicación dada por nuestro Santo Maestro, Su Majestad
Yeshua HaMashiaj así como sus estudiantes originarios que
fueron inspirados a reflexionar y escribir sobre ella,
constituyen documentos normativos para nosotros.

De la misma manera, muchas de las reflexiones y decretos


de los Maestros de Israel post-Yeshua que se mantuvieron
fieles a la Toráh, escribieron y establecieron decretos
rabínicos por Rúaj HaKodesh y esos mandamientos rabínicos
son autoritativos también para nosotros.

Debido a que la Toráh dada en Sinaí es fija, no contempla en


sus detalles, todos los cambios y circunstancias sociales que
se van dando en el pueblo generación tras generación.

En la misma medida que nos vamos alejando de Sinaí,


nuevos eventos surgen, nuevas situaciones se dan y nuevos
cambios se establecen.

Con la mira de hacer la Toráh, en sus principios


incambiables, un evento fresco y relevante para cada
generación, la propia Toráh establece la manera cómo la
reflexión sobre la Toráh es una responsabilidad dada a Israel

  118  
por medio de sus cohanim y jueces aptos para tan
importante tarea.

Así como la Constitución Nacional de cada país tiene que ser


interpretada y aplicada a las nuevas circunstancias
cambiantes del pueblo, las cortes jurídicas tienen la
responsabilidad, juntamente con los organismos autorizados
por la propia Constitución para ello, de hacer nuevas leyes y
establecer nuevos decretos y hacer explicaciones y
derivaciones, adaptaciones y aplicaciones de la Constitución
Nacional sin cambiar su esencialidad original que garantiza
la función jurídica de las instituciones establecidas.

De la misma manera, la Teología judía enseña que es


responsabilidad de los jueces establecidos en la nación o en
las diferentes escuelas de pensamiento, cuando aun la
nación no funciona como Estado y el Templo presente,
explicar la Toráh y hacerla relevante a cada grupo y
situación novedosa que enfrenta el pueblo.

La Teología Judía ha desarrollado, al paso del tiempo, leyes


y principios por los cuales establecer la manera correcta de
interpretar la Toráh en las nuevas situaciones cambiantes
del pueblo.

Son conocidas como las 13 Reglas de Interpretación de la


Toráh, tema que será discutido y estudiado en otros cursos.

Esto significa que la Toráh Escrita como Constitución


Nacional, viene acompañada también de una larga tradición
y una nube de comentarios que ha formado todo un cuerpo
legislativo y litúrgico de prácticas y costumbres que se han
enriquecido en el largo proceso del exilio judío y por las
diferentes culturas nacionales con las que el judaísmo se ha

  119  
encontrado en su desarrollo histórico26, ya sea Sefardí,
Azkenazí o Mizrají.

Ese proceso creativo y reflexivo de la Toráh, no obstante, se


busca plasmar siempre en un estilo de vida que define
precisamente, el lado humano de la Teología Judía, su
antropología, su Halajah o manera de vivir la Revelación de
la Toráh.

La revelación de la Toráh misma, no obstante, se mantiene


como el fundamento confiable que da sentido y lugar a la
Teología judía a través de ese proceso creativo que opera y
permea la experiencia histórica de nuestro pueblo.

Si quitas la Toráh no hay Teología, ni para la religión judía ni


para ninguna otra religión que de alguna manera busca
apoyo y legitimidad en nuestra sagrada Toráh.

Visto así, la Toráh escrita y la torah oral, constituyen el


vínculo que une la Teología con Sinaí, con Moshé y con el
Dador de la Toráh.

Cualquier otra teología que no pueda demostrar esa


vinculación, no podrá nunca contar con la legitimidad de la
Revelación que da sentido, normatividad y esperanza a
nuestra Teología.

                                                                                                               
26   Sefardí  se  refiere  a  los  judíos  de  la  antigua  Sefarad  (España  y  Portugal).  Azquenazi  se  refiere  a  los  judíos  de  la  
antigua   Alemania   y   por   extensión   de   Europa   Oriental.   Mizrají   se   refiere   a   los   judíos   que   emigraron   hacia   los   países  
del  Medio  Oriente,  especialmente  Yemen,  Irak  e  Irán.  

  120  
Capítulo 10

Torah y Cultura

Siendo entonces la Toráh el fundamento de la Teología


judía, es ella misma, juntamente con las reflexiones y
aplicaciones realizadas bajo inspiración divina, la que ha
venido produciendo la cultura judía multifacética como la
conocemos hoy día.

De esto se deduce que la Toráh no solamente la Toráh es el


fundamento de la Teología, también de la cultura que da el
entorno donde la Teología puede ser estudiada, alimentada
y aplicada.

Visto así, la Toráh demuestra que Di-os espera de cada uno


de nosotros que creamos ciertas cosas, que vivamos ciertas
cosas y que apliquemos ciertas cosas, es decir, principios y
normas en nuestro estilo de vida.

Ese estilo de vida que surge como resultado de lo anterior,


ha creado, a lo largo de los siglos la cultura judía.

Por tanto, no podemos separar Teología de Cultura y la


Toráh como el vínculo que une, da forma y provee la esencia
para que esa cultura sea una cultura sagrada y redentora, es
decir, que exprese, en sus aspectos prácticos, la esperanza
de la redención de la cual hablaron los profetas.

Las personas de una cultura nacional con presencia judía


activa, no dudan en reconocer el enorme impacto
intelectual, científico y económico que el pueblo judío ha
aportado a las culturas nacionales.

Desde Sefarad hasta Europa Oriental, y desde el Medio


Oriente hasta América, donde quiera que la comunidad judía

  121  
ha sido implantada, respetada y permitida, el impacto
intelectual, económico y social no se ha hecho esperar.

La teología judía, con su énfasis en el estudio y reflexión de


la Toráh ha creado sin duda una extraordinaria fuerza social
de desarrollo de los pueblos como es evidente en los anales
de la historia de los diferentes países donde el pueblo judío
ha encontrado refugio y aceptación.

Visto así, el estudio de la Toráh provee a la Teología con ese


toque de intelectualismo e intelectualidad que es un
subproducto de la Revelación en Sinaí, como el propio Moshé
anticipó al decirnos27:

“Mirad, yo os he enseñado estatutos y decretos


tal como el SEÑOR mi Dios me ordenó, para que
los cumpláis en medio de la tierra en que vais a
entrar para poseerla. Así que guardadlos y
ponedlos por obra, porque esta será vuestra
sabiduría y vuestra inteligencia ante los ojos de
los pueblos que al escuchar todos estos
estatutos, dirán: “Ciertamente esta gran nación
es un pueblo sabio e inteligente.” Porque, ¿qué
nación grande hay que tenga un dios tan cerca
de ella como está el SEÑOR nuestro Dios siempre
que le invocamos”.

La pasión por el estudio de la Toráh, que ha caracterizado al


pueblo judío a lo largo de su historia, explica incluso, la
grandeza intelectual evidenciada en campos tan vastos como
la ciencia y la tecnología, como demuestran cada Premio
Nóbel recibido por manos judíos a lo largo de los últimos
años.

                                                                                                               
27  Devarim  4:5-­‐7.  

  122  
La Teología judía, sin duda, no solamente subraya y anuncia
la importancia del estudio de la Toráh, sino que lo demanda
constantemente no solamente como una mitzvá de la mente
y el corazón, sino como el resultado natural de la chispa de
revelación que lleva escondida el alma de todo judío.

La democratización de la Toráh y su consecuente estudio, es


uno de los aspectos más extraordinarios de la Teología judía
y todo ello proviene de un principio fundamental que no
puede ser ni quitado ni ignorado: La Toráh es Revelación y
como tal, constituye el pilar fundamental de la Teología
judía.

El sostenimiento de los maestros de Toráh, sus sabios y


jueces, y las instituciones dedicadas al estudio y formación
de maestros de Toráh, ha sido, desde tiempos inmemoriales,
uno de los aportes más extraordinarios que la Teología judía
ha dado al impulso, desarrollo y sistematización de la fe y
prácticas judías.

El pueblo judío depende de sus sabios, de sus líderes


espirituales que no solamente le guían en el camino, sino
que les guían con los secretos y la revelación de la Toráh,
tanto escrita como oral.

En un sentido especial, las culturas naciones de los pueblos


es el resultado de la reflexión de sus artistas, intelectuales,
políticos, juristas, sacerdotes y pueblo común, sobre los
aspectos relevantes de su historia, creencias y prácticas
ancestrales.

Como cultura al fin, ello define, precisamente, el estilo de


vida y creencias de un grupo étnico determinado que
comparten una misma geografía e historia.

Siendo el hombre creación de Di-s, a su imagen y


semejanza, y siendo todos los hombres creados iguales, es
un axioma que no requiere evidencias el hecho de que todos

  123  
los hombres llevan dentro de sus almas la chispa de la
divinidad.

Esa chispa de la divinidad se expresa en la capacidad que


tiene todo hombre de reflexionar sobre aquellos temas que
definen su fe, su arte, su historia, su política y su esperanza.

Con el devenir del tiempo, se producen marcas históricas


que revisten sellos culturales característicos de esos grupos
específicos todos los cuales tienen aspectos extraordinarios
y maravillosos resultado del hecho de que todos los hombres
hemos sido creados iguales, tenemos un mismo Padre y
llevamos en el alma la chispa de la divinidad.

Sin embargo, debido a la ausencia de la Toráh, juntamente


con aquellos elementos culturales que son el resultado de la
imagen de D-os que el hombre lleva, co-existen otros
valores que representan una desviación y en ocasiones
corrupción de los principios de fe que son válidos por medio
de la Toráh.

Es por eso que en todas las culturas naciones subsisten


elementos que no tenemos por qué desechar mientras que
por el otro lado, contienen otros que no están en línea con la
Torá revelada, ni en cuanto a teología, doctrina, creencia,
práctica y fe.

Por lo tanto, aunque podemos detectar en toda cultura la


presencia de la imagen de Di-os en el hombre, no podemos
tomar las culturas nacionales como culturas modelos.

Debido al factor Revelación, la cultura de la Toráh, contrario


a las culturas nacionales, contiene elementos que no son
paganos ni atentan contra la ética y teología de la Toráh.

Es debido a esto, que la Teología Judía aboga, no solamente


por la redención del hombre, sino también por la redención
de su cultura mientas se mantienen aquellos aspectos

  124  
nacionales que no están en contradicción con la Revelación
de la Toráh.

El encuentro entonces entre la Teología judía por un lado, y


las expresiones culturales de los pueblos por el otro,
representa no solamente una tensión que debemos manejar
bien, sino la oportunidad de incentivar la santificación de las
culturas nacionales por medio de la implantación del estudio
de la Toráh en aquellos aspectos que son aplicables y
recomendables a las naciones de la tierra.

Mientras que por un lado la Teología judía reconoce la


necesitad de establecer una cerca de protección contra los
peligros de la asimilación, por el otro no podemos olvidar
nuestro compromiso con las naciones debido, precisamente,
a nuestra vocación santa como pueblo escogido.

La elección no es para separarnos del mundo, sino para


redimir al mundo y esa función sacerdotal no puede existir
aislándonos de las culturas nacionales ni asimilándonos con
ellas.

Si nos aislamos, tendremos algo que decirles pero nadie nos


escuchará. Si nos asimilamos, tendremos quien nos escuche,
pero no tendremos nada que decirles.

La Teología judía por tanto, tiene una responsabilidad


rectora en el ejercicio de la normatividad de la Toráh para el
pueblo judío por un lado, y la responsabilidad de ser luz para
las naciones por el otro, enseñándoles los caminos de la
Toráh que Di-os demanda para los no judíos.

Teología y Cultura por tanto, no se casan ni se repelen, co-


existen en una relación de redención como resultado de la
elección que no significa el rechazo del mundo, sino el medio
de Di-s para redimirlo.

  125  
La emancipación de la Toráh por medio de su difusión y
estudio entre las naciones, será una de las tareas aun
inconclusas que deberá ejercer Israel como pueblo de la
Toráh en nuestra generación.

El Código Real, anticipando ese evento, predice que al final


de los tiempos, 12 mil judíos de cada una de las 12 tribus de
Israel irán a las naciones para instruirlas en los caminos de
la Toráh.

De la misma manera, los profetas anunciaron que vendría


un tiempo cuando los hombres de las naciones subirían al
monte de Tzión para aprender los caminos de la Toráh y,
usando la misma figura, otro profeta anuncia que, en efecto,
diez hombres de las naciones echarán del manto a un judío
y le dirán: “Vamos contigo porque sabemos que el Eterno
está contigo”.

La teología judía no separa la Toráh de la responsabilidad de


la redención de las culturas nacionales para que finalmente,
en la práctica, Di-os sea también, no solamente el Di-os de
Israel, sino el Di-os de todos los pueblos de la tierra.

La democratización de la Toráh es una de las especialidades


más hermosas, más humanas y más honrosas de la Teología
Judía.

Preparar hombres y mujeres para cumplir con ese desafío es


uno de los postulados más apremiantes que requieren
atención en nuestra generación.

Tener un Centro de estudio de Toráh en cada país, en cada


ciudad y en cada pueblo de las naciones de la tierra, no
solamente es un sueño, es una demanda de la Toráh y la
Teología judía tiene la responsabilidad de facilitar su
cumplimiento.

  126  
Mazal Tov

Ahora eres un
experto en

Teología Judía

Nivel I

  127  

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