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ESTUDIO BIBLICO TIQUICO 2022

Domingo 19 de marzo de 2023

“Jubileo: Año De Fiesta A Jehová; Tiempo De Gozo Y Restauración En Israel”.

Lección: Levítico Cap. 25, Vers. 8 al 12. Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los
días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. Entonces harás tocar fuertemente la trompeta
en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. Y
santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y
volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia. El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni
segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos, porque es jubileo; santo será a vosotros; el
producto de la tierra comeréis. En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión.

Comentario general: a. El anuncio inicial (25:8–13)


Después de siete años de reposo se debía tener un año especial. El jubileo tenía lugar cada cincuenta años y extendía el
barbecho del año cuarenta y nueve un tiempo más. Comenzaba con el son de una trompeta el día de la expiación
proclamando libertad por toda la tierra para sus habitantes (v. 10). El año comenzaba el día del nuevo comienzo, cuando
toda la nación acababa de recibir perdón por su pecado. El año entero se caracterizaría por las ideas de la libertad y el
regreso. La libertad del trabajo y la libertad de las deudas debían ir de la mano para restaurar lazos familiares rotos y
devolver la propiedad a las familias que la hubieran perdido. La esperanza de volver a las raíces el año de jubileo sostendría
a muchos que sufrieran tiempos difíciles.

Definición 1: nom, JUBILEO (año del): (hebreo, «yobel», «trompeta»).


Considerado también «Año sabático», tenía lugar cada 50 años, o sea al finalizar un período de 7 veces 7 años, y se
anunciaba con toque de trompetas (de ahí su nombre) (Lv. 25).
Se dejaba descansar la tierra; cada propietario recobraba las posesiones que se hubiera visto obligado a vender, hipotecar
o enajenar de otro modo, excepto las casas situadas dentro de ciudades amuralladas; los esclavos hebreos, inclusive sus
familias, quedaban en libertad (Éx. 21:1-6).
Empezaba con una fiesta de nueve días, que terminaba con el Día de Expiación. Mediante el jubileo se conservaba cierto
equilibrio económico, evitando el latifundismo y la acumulación de riquezas por unos mientras otros quedaban por completo
desposeídos.
También era ocasión para intensificar la instrucción de la juventud en la ley de Dios y en el temor de su nombre (Lv.
25:23; Ez. 37:30; Is. 61:2).

Definición 2: Jubileo (heb., Yovel, corneta de cuerno de carnero, trompeta). Cada quincuagésimo año en Israel (Levítico
25). Tres rasgos distintivos daban su característica esencial a este año. Primeramente, se proclamaba libertad a todo
israelita bajo servidumbre de cualquier compatriota. La ley proveía que el precio de los esclavos variara de acuerdo a la
proximidad del año de jubileo.
En segundo lugar, todos tendrían que devolver las posesiones de los antepasados a los que tuvieron que venderlas debido
a la pobreza. Esto evitaba, entonces, la posibilidad de vender una parcela en perpetuidad. Esta ley se aplicaba a tierras y
casas fuera de las ciudades amuralladas y también a todas las casas que pertenecían a los levitas ya sea que estuviesen
adentro o fuera de las ciudades amuralladas. Así como en el caso del precio de los esclavos, la ley estipulaba que el precio
de las propiedades variaría de acuerdo con la proximidad del año de jubileo. El tercer rasgo distintivo de este año era el
hecho de que sería un año de reposo para la tierra. La tierra quedaría sin ser arada, aun si hubiera quedado así en el año
previo al sabático. El pueblo judío viviría simplemente de lo que los campos habían producido durante el sexto año y de lo
que creciera espontáneamente. Es imposible decir si el pueblo judío verdaderamente guardó el año de jubileo alguna vez.

TEXTO: “Voz de júbilo y de salvación hay en las tiendas de los justos; la diestra de Jehová hace proezas”. Salmo 118, Vers.
15.

Comentario de: Canto de gratitud, vv. 14–18


De nuevo se usa lenguaje del éxodo, la primera línea del v. 14 viene de Exodo 15:2 (cf. también Isa. 12:2). Nótese cómo
fortaleza y canción van juntas. Tenemos aquí una serie de cantos de victoria. Ciertamente es en la morada de los justos
donde uno encuentra estos cantos de victoria y de salvación.
Se repite que Dios hace proezas. Es el testimonio del salmista que toda la congregación hace suyo. Aparentemente estaba
en peligro de muerte, pero Dios le liberó. Da gracias que Dios limita las pruebas.

1er Titulo: Deber de administrar el tiempo conforme o lo dispuesto por Dios Versículo 8. Y contarás siete
semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y
nueve años. (Léase: Eclesiastés 3:1. Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. ▬
Salmo 90:12. Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.).

Estudio bíblico I.E.P. Autor hermano Roberto Saldías Roa; https://estudiobiblicotiquico.wordpress.com; WhatsApp +5676426950; correo electrónico rsaldiasroa@gmail.com 1
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Comentario de Eclesiastés 3: Dios controla el tiempo para todo, 3:1-15: La vida del hombre está compuesta de
penas y alegrías, de triunfos y fracasos, de trabajos y reposos. El sabio ve que así debe ser. Obtener triunfos sin fracasos
haría del hombre un pequeño dios; padecer fracasos sin ningún triunfo de la vida sería una miseria infinita. Lo que
caracteriza el trabajo del hombre es un continuo hacer y deshacer lo hecho, cada cosa a su tiempo.
Como esos tiempos los fija Dios, para el Predicador la sabiduría del hombre consiste en ponerse en sintonía con Dios para
saber qué hacer en cada caso. Dios lo ha dispuesto todo, lo bueno y lo malo, el hacer esto y el hacer aquello, cada tarea
tiene su tiempo propicio, cada experiencia humana su razón de ser. El hombre, como ser relativo, se encuentra también
ante tareas relativas; ningún momento es absoluto, absoluto es solamente Dios. Esto es lo que nos dice el Predicador.
Veamos un poco más adelante: En el día del bien, goza del bien; y en el día del mal, considera que Dios hizo tanto lo
uno como lo otro... (7:14). Hoy es tiempo de reír, río con gratitud a Dios; mañana, si es tiempo de llorar, lloraré con
esperanza en Dios. El apóstol Pablo se encontró con este problema en su vida y lo solucionó comprendiendo que las
“revelaciones” y los “aguijones en la carne” servían ambos al propósito de Dios en su vida y en su ministerio (2 Cor. 12:7–
9. Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un
mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado
al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto,
de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.). Hay dos maneras
de enfrentarnos con esta realidad de la vida que el Predicador nos presenta: con fe o sin ella. Lo que la vida nos diga
dependerá de ese imponderable que llamamos “fe”.
Todo tiene su tiempo (v. 1). Lógicamente es el tiempo fijado por Dios. No es temor a la fatalidad, la voz de la fe dice:
Pero yo he confiado en ti, oh Jehovah. He dicho: “Tú eres mi Dios; en tus manos están mis tiempos” (Sal. 31:14, 15a).
Tiempo de nacer y tiempo de morir (v. 2), abarca los dos extremos de la vida humana y los que están más lejos de su
voluntad. Entre ellos podemos incluir todas las experiencias de la vida. Tiempo de esparcir piedras: Con una ligera variante
en el texto hebreo algunos leen “tiempo de prodigar agasajos y tiempo de guardarlos” (J. J. Serrano); otros, sin recurrir a
ningún cambio, lo interpretan como un eufemismo por el trato marital (Comentario Bíblico San Jerónimo). Generalmente
se ha interpretado con referencia a esparcir piedras en el campo enemigo para hacerlo improductivo. A esa acción del
enemigo corresponde sin lugar a dudas la acción de recoger las piedras para permitir el cultivo del campo. Esto sucedía en
las guerras (2 Rey. 3:19, 25). De todas maneras, la intención es clara, se refiere a acciones diametralmente opuestas.
Tiempo de romper: podría referirse a un acto de duelo. Hay evidencias en la literatura posterior judía de que se
acostumbraba aconsejar el rasgar la ropa moderadamente de modo que pudiera remendarse y usarse de nuevo. ¿Qué
provecho...? es una pregunta retórica; la respuesta es evidente: Ningún provecho, ya que lo que hoy se hace mañana se
deshace.
Todo lo hizo hermoso (v. 11), es un testimonio de lo bueno de la creación. Dios vio todo... y era bueno. También ha
puesto eternidad. Ver la nota al pie del texto. Dejando la traducción actual, la idea pudiera ser: Dios ha puesto en el corazón
del hombre anhelos de verdades eternas, la tarea que Dios ha dado al hombre pero que éste no puede llevar a cabo, no
alcanza a comprender.
No hay cosa mejor... es una idea que se repite en 2:24; 5:18; y 8:15. No hay por qué tomarla como expresión de un
crudo hedonismo. Todo lo que Dios hace permanecerá (vv. 14, 15). Y permanecerá tal como es, sin que haya nada que
añadir ni disminuir. Para que los hombres teman delante de él (v. 13), cosa que para los sabios es el comienzo de toda
sabiduría (Sal. 111:10; Prov. 1:7; 9:10).
Dios recupera lo que ya pasó. Ver nota al pie de página. Este es un texto difícil de traducir e interpretar. Algunas posibles
traducciones son: “Dios restaurará” (Biblia de las Américas, en nota aparte). Nueva Biblia Española traduce: “Dios da alcance
a lo que huye”; Dios Habla Hoy lo traduce “Dios hace que el pasado se repita”; y Biblia de Jerusalén dice: “Dios restaura lo
pasado”, que es semejante a nuestra versión.

Comentario del Salmo 90: El hombre bajo el juicio de Dios, vv. 7–12
El problema del hombre no consiste solamente en su debilidad, sino también en su enemistad con Dios. El salmista
reconoce que toda la humanidad cae bajo la ira de Dios porque todos han pecado. El salmista recuerda la enseñanza de
Génesis 2 y 3 y señala hacia la de Romanos 1 y 2. El v. 8 indica que somos culpables; los vv. 7 y 9 forman un marco para
el 8.
El v. 10 simplemente dice que aun los que viven un poquito más de 70 años, que es lo normal, son pasajeros y la mayor
parte de la vida no es placentera. Los vv. 11 y 12 forman una transición entre el lamento de los vv. 7–10 y la súplica de los
vv. 13– 17. Ya empieza a hablar del temor de Dios. El castigo de Dios sobre la humanidad debe dirigir a los seres humanos
hacia el temor de Dios.
Pero muy pocos han aprendido a “contar sus días”, y no se dan cuenta de lo efímero de su vida. Hoy pueden medir la
distancia al sol y la luna y a las estrellas y la cantidad exacta de tiempo para que la luz llegue de ellas, pero no han aprendido
a contar sus propios días. Aun si son lit. las cifras de larga vida de los prediluvianos, ninguno vivió por mil años, que para
Dios no es más significante que un día. Solamente Dios puede dar la sabiduría para contar, o evaluar, o juzgar, nuestros
días; sólo Dios puede hacernos entender la realidad (cf. Ef. 5:16. aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos;
▬ Col. 4:5.) Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo.

Estudio bíblico I.E.P. Autor hermano Roberto Saldías Roa; https://estudiobiblicotiquico.wordpress.com; WhatsApp +5676426950; correo electrónico rsaldiasroa@gmail.com 2
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Todo esto debe llevarnos al temor de Dios que es el principio de la sabiduría.


¿Qué dice la biblia acerca del manejo del tiempo?
El manejo del tiempo es importante debido a la brevedad de nuestras vidas. Nuestra trayectoria en esta tierra es
significativamente más corta que lo que nos inclinamos a pensar. Como David tan acertadamente señala, "Hazme saber,
Señor, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy. He aquí, diste a mis días término corto, y mi
edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive" (Salmo 39:4-5). El apóstol
Santiago hace eco de esto: "Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece" (Santiago
4:14). En efecto, nuestro tiempo en la tierra es fugaz; de hecho, es infinitamente pequeña en comparación con la eternidad.
Para vivir como Dios quiere que vivamos, es esencial que aprovechemos al máximo nuestro tiempo.
Moisés ora, "Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría" (Salmo 90:12). Una
buena manera de adquirir sabiduría, es aprender a vivir cada día con una perspectiva eterna. Nuestro Creador ha puesto
la eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11). Sabiendo que tendremos que dar cuenta a Aquel que nos da el
tiempo, debemos motivarnos para usarlo bien. C. S. Lewis entendió esto: "Si leemos la historia, veremos que los cristianos
que más hicieron por el mundo presente, fueron precisamente los que más se ocuparon del venidero".
En su carta a los Efesios, Pablo advirtió a los santos, "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como
sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos" (Efesios 5:15-16). Vivir sabiamente implica usar
cuidadosamente nuestro tiempo. Sabiendo que la mies es mucha, que los obreros son pocos (Lucas 10:2) y que el tiempo
se reduce rápidamente, sería de mucha ayuda hacer un mejor uso de nuestro tiempo para dar testimonio, tanto con
nuestras palabras y nuestro ejemplo. Debemos pasar tiempo amando a los demás de hecho y en verdad (1 Juan 3:17-18).
No hay duda de que las responsabilidades y las presiones de este mundo compiten por nuestra atención. La multitud de
cosas que nos empuja en diferentes direcciones, hace que nuestro tiempo fácilmente sea devorado en asuntos mundanos
y de poca importancia. Por lo tanto, estos esfuerzos que tienen valor eterno, a menudo se deja de lado. Para evitar perder
el enfoque, tenemos que establecer prioridades y fijar objetivos. Además, en la medida de lo posible, necesitamos delegar.
Recordemos cómo Jetro, el suegro de Moisés, sabiamente le enseñó a delegar parte de su pesada carga de trabajo (Éxodo
18:13-22).
Con respecto a nuestra ética de trabajo, recordemos que Dios hizo toda Su obra en seis días y descansó en el séptimo.
Esta relación de trabajo a descanso, aclara las expectativas de nuestro Creador con respecto a nuestra propia ética laboral.
De hecho, Proverbios 6:10-11 revela el desprecio del Señor para el comportamiento perezoso: "Un poco de sueño, un poco
de dormitar, y cruzar por un poco las manos para reposo; así vendrá…tu pobreza como hombre armado" (ver también
Proverbios 12:24; 13:4; 18:9; 20:4; 21:25; 26:14). Además, la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30), ilustra la tragedia
de la oportunidad desperdiciada, así como la importancia de trabajar fielmente hasta que el Señor venga. Debemos trabajar
con diligencia en nuestro empleo acá en la tierra, pero nuestro "trabajo" no se limita a lo que hacemos para obtener
ganancias monetarias. De hecho, nuestro objetivo principal en todo lo que hacemos, debe ser la gloria de Dios (Colosenses
3:17). Colosenses 3:23-24 dice "Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;
sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís". Jesús habló de almacenar
tesoros en el cielo (Mateo 6:19-21). No vamos a trabajar para agotarnos en la búsqueda de riquezas terrenales (Juan 6:27).
Por el contrario, vamos a dar lo mejor de nosotros a todo lo que Dios nos ha llamado. En todos nuestros emprendimientos
"nuestras relaciones, nuestro trabajo, nuestros estudios, sirviendo a los demás, los detalles administrativos de nuestras
vidas, cuidando de la salud de nuestros cuerpos, recreación, etc.", nuestro objetivo principal es Dios. Es Él quien nos ha
confiado este tiempo en la tierra, y Él es quien dirige la forma en que lo invertimos.
Cabe señalar que el descanso es un uso del tiempo legítimo y necesario. No podemos olvidar pasar tiempo con Dios,
tanto en privado como colectivamente. Sin duda, estamos llamados a invertir tiempo en las relaciones con los demás y
trabajar duro en las cosas de la vida. Pero tampoco podemos descuidar el tiempo de refrigerio que Él nos da a través de
los momentos de descanso. El descanso no es tiempo perdido; es un refrigerio que nos prepara para hacer un mejor uso
del tiempo. También nos recuerda que en última instancia es Dios quien está en control y quien provee para cada una de
nuestras necesidades. Mientras tratamos de manejar bien nuestro tiempo, debemos ser sabios para programar tiempos
regulares de descanso.
Más importante aún, necesitamos programar un tiempo regular (diario) con Dios. Es Él quien nos prepara para llevar a
cabo las tareas que nos ha encomendado. Es Él quien dirige nuestros días. Lo peor que podemos hacer es manejar nuestro
tiempo como si nos perteneciera. El tiempo le pertenece a Él; entonces, pida Su sabiduría sobre la forma de usar el tiempo
y, luego, actúe con confianza, siendo sensible a que Él corrija el rumbo y abierto a las interrupciones ordenadas por Dios a
lo largo del camino.
Si usted está tratando de cambiar el uso de su tiempo, el primer paso es la reflexión. Haga un esfuerzo concertado para
considerar el manejo del tiempo. Este artículo comparte algo de lo que Dios dice acerca del tiempo. Sería conveniente
estudiar más a fondo el tema en las escrituras. Considere qué cosas Dios estima valiosas. Piense en lo que Él lo ha llamado
específicamente. Analice cuánto de su tiempo está invirtiendo en estas cosas. Examine qué otras cosas están tomando su
tiempo. Haga una lista de prioridades y responsabilidades y pídale a Dios que le dirija sobre cualquier cambio que deba
hacerse. Reflexionar sobre sus prioridades y el uso del tiempo, es una buena práctica que se debe hacer regularmente.
Algunos se dan cuenta lo útil que es el hacer a propósito una revisión anual del manejo del tiempo.

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Con respecto al tiempo, la biblia aconseja que debemos poner nuestro enfoque en lo que es eterno en contraposición a
los placeres efímeros de este mundo pasajero. Por lo tanto, debemos avanzar con diligencia y propósito divino, mientras
los caminos de nuestras vidas progresan hacia el propósito final de Dios. El tiempo que pasamos con Dios y el conocerle, a
través de la lectura de Su palabra y la oración, nunca es una pérdida de tiempo. El tiempo que pasamos para la edificación
del cuerpo de Cristo y para amar a los demás con el amor de Dios (Hebreos 10:24-25; Juan 13:34-35; 1 Juan 3:17-18) es
un tiempo bien empleado. El tiempo invertido en compartir el evangelio para que otros lleguen a conocer la salvación en
Jesús, da fruto eterno (Mateo 28:18-20). Debemos vivir como si cada minuto contara, porque realmente cada minuto si
cuenta. (https://www.gotquestions.org/Espanol)

2° Titulo: Tiempo de pregonar redención y libertad. Versículos 9 y 10. Entonces harás tocar fuertemente la
trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra. Y
santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y
volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia. (Léase: Isaías 61:1 y 2. El Espíritu de Jehová el
Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los
quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a proclamar el año de la
buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;).

Comentario de Isaías 61: Las buenas nuevas de liberación, 61:1-11 Al final del comentario de la sección de
59:16–21 indicamos que las promesas del v. 21 pueden haber sido para el profeta y sus descendientes: Mi Espíritu que
está sobre ti y mis palabras que he puesto en tu boca no se apartarán... Estas palabras pueden ser la base para la
declaración del profeta en el v. 1: El Espíritu del Señor Jehovah está sobre mí...
El profeta, que antes se viera desprovisto de la capacidad para interceder (59:16), se vio de pronto investido del poder
del Espíritu de Dios para encarnar el mensaje de liberación para Sion (59:21; 61:1). Sus palabras en los vv. 1 y 2 fueron
leídas por nuestro Señor Jesús en la sinagoga de Nazaret, para luego basar en ellas su testimonio mesiánico (ver Luc. 4:18
y 19. El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año
agradable del Señor.). Las figuras literarias que describen el efecto o consecuencias del ministerio del profeta, se convierten
en hechos concretos en la persona y ministerio de Jesús. No obstante, pasemos a considerar el sentido de las palabras del
profeta a la luz de su mismo desempeño profético.
El profeta ha adquirido conciencia de su misión profética y se siente ungido por el Espíritu de Dios para anunciar las
buenas nuevas de liberación a una comunidad sumida en la humillación y la desesperación de la pobreza (comp. Neh. 5:3),
en la desilusión y desaliento o “quebranto de corazón” (comp. Neh. 5:1), de la esclavitud (comp. Neh. 5:5) y de la cárcel
que constituye el perder la visión).
La meta de su ministerio profético es hacer resurgir la vida en medio del duelo nacional. La ceniza, que es señal de duelo,
va a ser reemplazada por una diadema de gloria. Va a haber aceite de regocijo y manto de alabanza.
¿En qué reside la garantía de estas buenas nuevas? La respuesta fue dada en 60:21 y se repite aquí en el v. 3: Serán
efectivas porque han sido destinadas para manifestar la gloria divina. Para Dios es un asunto de honor que la ruina y la
desolación desaparezcan del país y que sean restauradas las ciudades destruidas (v. 4).
En los vv. 5–9 y en v. 11 el profeta concibe la reunificación de toda la humanidad en un solo pueblo, en medio del cual
Israel asumirá el sitial del sacerdocio. Todos ellos estarán entregados por completo al servicio de Dios, mientras que las
demás naciones llevarán a cabo las actividades seculares.
Quizá teniendo en mente la vergonzosa remuneración y el abandono por parte del pueblo de sus guías espirituales, los
sacerdotes y los levitas de los días del profeta, él vislumbra que en lugar de la presente vergüenza habrá doble porción y
en lugar de la afrenta se regocijarán por su heredad (comp. Núm. 18:21; Neh. 13:10).
Los vv. 8 y 9 siguen refiriéndose a este nuevo y más extenso radio del servicio sacerdotal de todo el pueblo de Israel.
Jehovah recompensará sus obras con fidelidad, sobre la base de un pacto eterno (v. 8). No como hizo el pueblo de Israel
con sus sacerdotes y levitas, a los cuales abandonó. El encumbramiento de Israel a un sitial glorioso en medio de los
pueblos hará que todos reconozcan que ellos son la simiente que Jehovah bendijo (v. 9).
La justicia como la base de la recompensa de los siervos de Dios, y la alabanza a Dios como resultado del cumplimiento
del ministerio sacerdotal delante de todas las naciones, son lo que el Señor mismo va a hacer germinar en el planeta tierra
(v. 11).
El v. 10 interrumpe la secuencia del pensamiento expuesto arriba (vv. 5–9 y 11), por lo cual se cree que su sitio original
habría sido al final del capítulo, después de las palabras del v. 11. El v. 10 en realidad subraya la investidura del profeta
para anunciar las buenas nuevas de salvación y de justicia. Es muy posible que el contenido del v. 10 haya sido traspuesto
en una fase temprana de la transmisión, siendo su lugar correcto antes de 62:1, donde se retoma el tema de la justicia y
la salvación (ver comentario de la próxima sección).

3er Título: Dios establece un año especial de abundancia y santidad. Versículos 11 y 12. El año cincuenta os será
jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos, porque es jubileo; santo
será a vosotros; el producto de la tierra comeréis. En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión. (Léase:

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Isaías 57:15. Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la
altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar
el corazón de los quebrantados. ▬ 2ª a los Corintios 9:10 y 11. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come,
proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo
para toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios.).
Consuelo para los oprimidos, Isaías 57:14-21:
El v. 14 constituye la continuación de las palabras de Jehovah en la sección anterior. En lugar de él dirá, como tiene el
Texto Masorético y traduce la RVA, la vocalización de la Vulgata que es también propuesta por la Stuttgartensia permite
traducir: Entonces diré. Jehovah ha prometido a los que se refugian en él darles la tierra por heredad (v. 13). Ahora él se
presta a intervenir directamente para que esta promesa sea realidad (v. 14).
A pesar de habitar en las alturas y en santidad (v. 15), se abre camino para reencontrarse con los anhelos y
expectativas de su pueblo, porque él está con el de espíritu contrito y humillado para vivificar el corazón de los oprimidos
(v. 15).
En los vv. 16–18, haciendo eco de Génesis 6:3, Jehovah se propone condescender con su pueblo, a pesar de sus fracasos
y frustraciones, ya que sus objetivos no son para que su pueblo perezca ante las justas demandas de su Dios, sino que
halle una tregua y experimente la bendición divina a pesar de su iniquidad (v. 17). Entonces expresa estas palabras llenas
de amor y condescendencia: He visto sus caminos, pero lo sanaré... (v. 18). Estas palabras son enfatizadas en el v. 19: Yo
lo sanaré.
¿En qué consiste, o en qué se basa esta sanidad nacional que se anuncia? En una nueva actitud que surgiría en el corazón
de los judíos, tanto los que están lejos (los que están en Babilonia) como los que están cerca (en la tierra de Judá y en
Jerusalén). De este cambio en el corazón surgiría un nuevo diálogo, una nueva manera de hablar, un nuevo mensaje cívico,
que se resume en la palabra: Paz (v. 19). La repetición de la palabra paz (shalom) confirma la autenticidad de esta nueva
actitud y la extensión de sus efectos. El profeta vislumbra un avivamiento en el pueblo de Dios, más allá del área del monte
santo y de las fronteras del minúsculo territorio de Judá.
Sin embargo, este avivamiento no cubrirá con sus frutos de bendición a los impíos, quienes son como el mar agitado que
no puede estar quieto y cuyas aguas arrojan cieno y lodo (v. 20). Con estas palabras es posible que el profeta, alude a las
acusaciones ruines y a las intrigas de los samaritanos y sus aliados judíos contra el remanente del pueblo de Dios. Para
ellos definitivamente no habrá paz (v. 21). Ellos no podrán resistir el movimiento de pacificación que se avecina, el cual
tendrá recursos tan poderosos como para imponerse a pesar de todo el poderío de la impiedad. Posiblemente se alude aquí
a las reformas de Nehemías (Neh. 5:1–13), las cuales el mismo Nehemías respaldó con su ejemplo (Neh. 5:14–19). La
historia registra la incapacidad de los enemigos de dentro y de fuera para boicotear sus gestiones de paz.

Comentario de 2ª a los Corintios 9:10-11: El dador agradecido


[10]. Ahora, el que provee semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra semilla
y aumentará la cosecha de vuestra justicia.
[a]. La Escritura. Aquí tenemos otra cita del Antiguo Testamento, esta vez de Isaías 55:10: «La lluvia y la nieve descienden
del cielo y no regresan allá sin regar la tierra y hacerla brotar y florecer, de modo que dé semilla al que siembra y pan al
que come». El contexto de la profecía de Isaías muestra que Dios es el sujeto que provee la lluvia y la nieve, para que
actúen como sus instrumentos para germinar el grano que se sembró. Sin aun mencionarlo, Pablo hace de Dios el sujeto
de esta profecía.
Este versículo revela aún más del Antiguo Testamento, porque la frase la cosecha de vuestra justicia es una alusión que
viene de Oseas 10:12. «Plantad en justicia, y cosechad las bendiciones que vuestra devoción a mí producirá». El profeta
exhorta al pueblo de Israel a abandonar la maldad, a arrepentirse y a plantar en justicia y recoger una cosecha de
bendiciones.
Aunque Pablo no cita al profeta en forma textual, su alusión es clara y compagina con el contexto de su discurso.
[b]. Trascendencia. Después que ha pasado una devastadora sequía, lo más básico que necesita el agricultor es semillas.
Cuando se ha terminado de arar la tierra y sembrar, hay que esperar por la lluvia para que la semilla germine y crezca
hasta la cosecha. El agricultor sabe que no puede hacer nada para que la semilla germine y la planta crezca. Ese es el
trabajo de Dios. Pero Pablo dice que Dios provee incluso la semilla que será sembrada por lo que el agricultor debe depender
de Dios desde el principio hasta el fin. Si no hay semilla, no hay cosecha.
Los corintios tuvieron que entender que como la semilla y la cosecha vienen de Dios, así todas las bendiciones materiales
y espirituales se originan en él y él las multiplica. Dios provee semilla para el beneficio de su pueblo. Su pueblo igualmente
debería dar de sus posesiones para beneficio de los pobres, porque entonces entenderán que la semilla que han sembrado
Dios la transformará en una cosecha de justicia. Nótese que Pablo no dice que Dios bendecirá al dador con una cosecha de
bienes materiales. Aludiendo a la profecía de Oseas, Pablo escribe que, para el dador, Dios aumentará una cosecha de
justicia.
Comparativamente, la semilla que se siembra es solo una fracción de la semilla que el agricultor recoge en el tiempo de
la cosecha. El agricultor siembra la semilla y deja a Dios el proceso de crecimiento y maduración. De la misma manera, los
creyentes reciben de Dios dones materiales y espirituales, de los cuales deben dar a los que están en necesidad.

Estudio bíblico I.E.P. Autor hermano Roberto Saldías Roa; https://estudiobiblicotiquico.wordpress.com; WhatsApp +5676426950; correo electrónico rsaldiasroa@gmail.com 5
ESTUDIO BIBLICO TIQUICO 2022

Pero el aumento y expansión de estos dones se los deja a Dios, que les dará una abundante cosecha de justicia.
Indudablemente, Dios hará esto y el pueblo de Dios puede depender por completo en él, que cumplirá su palabra. A su
vez, ellos se transforman en fuente de generosidad y, como tales, reflejan la benevolencia de Dios en sus vidas.
En este contexto, el término justicia es otra palabra para generosidad o liberalidad (véase el comentario al v. 9). Esto
incluye alimento y ropa para los pobres, préstamos de dinero, mostrarles amabilidad y misericordia y la defensa de los
derechos de los marginados. Pablo escoge cuidadosamente estas palabras y escribe: «vuestra justicia», para especificar
que es algo personal. Dondequiera que la justicia se manifiesta, allí abundan las bendiciones, al hacer Dios que aumente
más y más la generosidad de su pueblo. «El que es amable con el pobre, presta al Señor, y él lo recompensará por lo que
ha hecho» (Pr. 19:17).
[11]. Vosotros seréis hechos ricos en todo para que seáis enteramente generosos, y a través de nosotros
vuestra generosidad producirá acción de gracias a Dios.
[a]. «Vosotros seréis hechos ricos en todo para que seáis enteramente generosos». Cuando Pablo escribe acerca del
ofrendar, usa el adjetivo griego pas (todo), como en el versículo 8 (donde aparece cinco veces). Aquí, la palabra pas aparece
dos veces: «en todo» y «enteramente». Esto significa que la mano de Dios nunca está cerrada para las personas que
gozosamente pasan algo de sus recursos a aquellos que están empobrecidos, como en el caso de los macedonios (8:2).
La forma verbal ser hecho rico está en voz pasiva y alude a Dios como el agente que enriquece a los corintios. Dios
bendice al dador alegre con riquezas en todo sentido: material, económico, espiritual, intelectual, social, temporal y eterno.
Imparte sus bendiciones al dador en varias formas y a menudo en tiempos diferentes. El verbo también puede interpretarse
en voz media, y entonces querría decir «enriqueciendo a otros».34 Sin embargo, se prefiere la voz pasiva porque se ajusta
mejor al contexto.
Que nadie piense que Dios hace a las personas ricas materialmente sólo porque son cristianos, ya que frecuentemente
ocurre lo contrario. El concepto hacer rico no significa que Dios nos favorece con bienes materiales para satisfacer nuestros
deseos egoístas. Este versículo claramente establece que el enriquecimiento se refiere a que nosotros podremos ser
inmensamente generosos. La mayoría de traductores ponen el verbo en futuro, para que coordine con el tiempo futuro del
versículo anterior (v. 10). Pero el texto griego lo tiene en el tiempo presente, indicando que Dios ya está enriqueciendo a
los corintios para que sean extremadamente generosos cuando dan. Ellos son un canal a través del cual las bendiciones de
Dios fluyen hacia las personas en necesidad.
[b]. «Y a través de nosotros vuestra generosidad producirá acción de gracias a Dios». ¡Qué comentario más penetrante!
Pablo está diciendo que él y sus colegas trajeron el evangelio a los corintios, por lo cual éstos deberían ser creyentes
agradecidos no solo en palabras sino también en obras. El Señor Jesucristo envió a Corinto misioneros que exaltaron a Dios
en su ministerio. Dios inspiró a Pablo a que hablara y escribiera acerca de la colecta para los santos de Jerusalén golpeados
por la pobreza. El resultado será que los receptores de estos dones expresarán agradecimiento a Dios, y los dadores en
todas las iglesias se gozarán y alegrarán en el Señor (4:14). En resumen, toda la iglesia se goza y da la gloria a Dios.
Consideraciones prácticas en 9:10–11
Solo dos veces en la Escritura encontramos una época en la que no hubo pobres entre el pueblo de Dios. Primero, el
Antiguo Testamento enseña que cuando los israelitas viajaron a través del desierto desde Egipto hasta Canaán, todos
tuvieron suficiente comida, ropa y las necesidades básicas para la vida. Dios proveía para las necesidades diarias de su
pueblo y en el campamento de Israel no había ni ricos ni pobres. Luego, en los primeros años de la iglesia cristiana en
Jerusalén, de tanto en tanto los ricos vendían porciones de sus propiedades y presentaban el producto de la venta a los
apóstoles para que fuera distribuido entre los pobres. Lucas escribe esta sorprendente afirmación: «No había personas
necesitadas entre ellos» (Hch. 4:34 a). En los albores de la iglesia, el amor de los unos por los otros eliminó la pobreza.
En años posteriores, Pablo dio el ejemplo en cuanto a ayudar a los demás. Dijo que había trabajado con sus propias
manos para satisfacer sus necesidades y las de sus compañeros. Luego instruyó a los ancianos de Éfeso para que ayudaran
al débil, para que fueran generosos y para que recordaran las palabras de Jesús: «Hay más dicha en dar que en recibir»
(Hch. 20:34–35).
Y finalmente, el mandamiento apostólico de atender a los pobres es un imperativo permanente para la iglesia (Gá. 2:10;
6:10). Cuando los cristianos obedecen este mandamiento, experimentan el amor de Cristo revelado tanto en el dar como
en el recibir de sus dones. Y recogen una cosecha de justicia.

Amén, para la honra y gloria de Dios.

Estudio bíblico I.E.P. Autor hermano Roberto Saldías Roa; https://estudiobiblicotiquico.wordpress.com; WhatsApp +5676426950; correo electrónico rsaldiasroa@gmail.com 6

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