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ESTUDIO BIBLICO TIQUICO 2022

Domingo 21 de agosto de 2022


“Leyes Y Preceptos Que Dios Establece Para Su Pueblo”

Lección: Levítico Cap. 19, Versículos 5 al 12. Y cuando ofreciereis sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo
de tal manera que seáis aceptos. Será comido el día que lo ofreciereis, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer
día, será quemado en el fuego. Y si se comiere el día tercero, será abominación; no será acepto, y el que lo comiere llevará
su delito, por cuanto profanó lo santo de Jehová; y la tal persona será cortada de su pueblo. Cuando siegues la mies de tu
tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. Y no rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto
caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro Dios. No hurtaréis, y no engañaréis ni
mentiréis el uno al otro. Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.

Comentario del contexto Bíblico: (Viene del 2do Tema -Anterior) c. Hay cosas que se deben recordar (19:5–10):
Al principio, el siguiente párrafo no parece encajar. Hay un comentario bastante largo acerca de la ofrenda de paz,
recordando las restricciones, que se han establecido previamente, de cuándo se debe comer y quién puede hacerlo. Después
viene la idea original de que los campos y las viñas no se deben segar hasta los últimos rincones, sino que los dueños
deben dejar espacio en los bordes y también los frutos que caigan para el pobre y para el forastero (v. 10). ¿Qué tienen
en común estas normas y por qué están tan arriba en la lista de mandatos éticos?
El hilo en común entre ellos es la comida, que representa un factor fundamental de la vida. La primera orden se refiere
a la comida que se disfruta en la presencia de Dios y, la segunda, se refiere a la comida que se requería para aquellas
personas que estaban marginadas de la sociedad. Si se trataba la comida de Dios como si fuera insignificante y ordinaria,
habría serios castigos (v. 8). Pero tratar a las personas hambrientas como si fueran insignificantes y no tuvieran valor era
igual de atroz. La dimensión vertical de la espiritualidad que se expresaba a través del sacrificio y la dimensión horizontal
de la espiritualidad que se expresaba a través del cuidado social, mientras que no eran idénticas, sí eran indivisibles.
El hecho de proporcionar comida para los pobres de esta manera era más efectivo que establecer un sistema elemental
de bienestar en Israel. Dejar comida sin segar era una señal de agradecimiento por la abundancia de Dios, una señal de
confianza en su provisión, una forma de restringir la avaricia y un recuerdo de la propia historia de Israel, que también
había experimentado tiempos difíciles. Hartley señala que estas instrucciones eran tan sabias como prácticas. Dejar cereales
en los bordes de los campos y uvas en el suelo libraría al dueño de un gasto adicional porque no tendría que recogerlas ni
pagar para que alguien lo hiciera, sino que daría dignidad a los pobres, quienes trabajarían para poder autoabastecerse y
no tendrían que depender de lo que alguien le diera. La historia de Rut, por supuesto, es una ilustración maravillosa de
este principio en acción. La santidad implicaba generosidad. También implicaba horticultura. La santidad no se medía sólo
por lo que ocurría en el santuario sino también por lo que ocurría en los campos.
3. Temas de amistad (19:11–18)
El próximo grupo de instrucciones está compuesto por cuatro subsecciones y cada una de ellas termina con las palabras
“yo soy el Señor” (vv. 12, 14, 16, 18). Gordon Wenham ha señalado que las palabras “prójimo” y “pueblo” aparecen
con frecuencia, y llega a la conclusión de que tienen que ver con la amistad y las relaciones entre los que viven cerca unos
de otros. Esto tiene sentido, especialmente si consideramos las palabras que aparecen en el clímax de la sección: amaras
a tu prójimo como a ti mismo (v. 18). ¿Cuáles son las características que crearían una buena comunidad? Se mencionan
cuatro características de las relaciones con calidad: la integridad, la no explotación, la justicia y el amor.
a. Integridad (19:11–12)
Volviendo a la referencia a los diez mandamientos, el octavo y el noveno se citan para prohibir cualquier acción o palabra
deshonesta. Ambas cosas se refuerzan con la afirmación que las resume: no os mentiréis unos a otros (v. 11). Hay más
refuerzo en el versículo 12, el cual se refiere al cuarto mandamiento. El hecho de profanar el nombre de Dios, el nombre
que representaría todo su ser, usándolo en un juramento, no es un tema nuevo, separado de lo que se ha dicho ya, sino
que es una continuación del mismo tema. El nombre de Dios se habría invocado en disputas para cubrir un engaño. Los
ciudadanos de Israel debían ser personas íntegras que hicieran negocios limpios y hablaran con franqueza.
El científico político de Harvard, Robert Putnam, señala los beneficios obvios de esta integridad. El capital social “engrasa
las ruedas que permiten que la comunidad avance suavemente. Allí donde las personas confían y son de confianza”, cuesta
menos llevar una sociedad que allí donde las personas tienen que andar asegurándose de que los demás han hecho lo que
dijeron que harían. Seríamos mucho más eficientes económicamente y estaríamos tranquilos socialmente si la gran cantidad
de sistemas de vigilancia y los ejércitos de inspectores y “policías” que se han nombrado recientemente perdieran su
trabajo porque las personas fueran honestas y las inspecciones ya no fueran necesarias. Estas personas podrían hacer algo
productivo para sí mismos en lugar de examinar un grupo decreciente de productores activos. Esta antigua ley tiene una
maravillosa relevancia moderna, y esta sabiduría antigua de nuevo demuestra ser atemporal.
Comentario general del expositor Cap. 19: El propósito de las leyes de santidad y de justicia indicadas en el capítulo
19, es señalar claramente a Israel que la santidad es consecuencia de una vida ordenada y disciplinada conforme a la
Palabra de Dios. Y así cumplir el propósito divino para Israel que fuera una nación de gente santa.
Hay numerosos preceptos de santidad que se resumen en los diez mandamientos. Los versículos del 1 al 10 instruyen
brevemente sobre la relación del hombre con Dios, contrastado con la prohibición de la idolatría; la relación con los padres
y los pobres.

Estudio bíblico I.E.P. Autor hermano Roberto Saldías Roa; https://estudiobiblicotiquico.wordpress.com; WhatsApp +5676426950; correo electrónico rsaldiasroa@gmail.com 1
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Los versículos 11 al 18 enseñan la honestidad, sinceridad en las relaciones con el prójimo, manifestado en el amor con
los oprimidos y la imparcialidad en la aplicación de la justicia.
Desde los versículos 19 al 37, Dios sigue dando a conocer sus leyes, para mantener la pureza, prohibiendo hacer mezclas
en la naturaleza, para mantener el estado puro y natural que Dios ha puesto en su creación. La prohibición de prácticas de
adivinación, brujería y espiritismo; respeto por los ancianos, el trato con los extranjeros y la justicia en el comercio. De
todos esto se incluyen preceptos.
La santidad de Dios debía impactar todas las áreas de la vida de los israelitas, manifestando una conducta moral, de
integridad en la formación valórica de sus hijos conforme a la Palabra de Dios. El vivir bajo esas leyes haría de Israel un
pueblo moral y espiritualmente puro, permitiéndole así vivir en la presencia de Dios. "Sed, pues, imitadores de Dios como
hijos amados." Efesios 5:1.

Texto: “¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos Para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado,
Cuando atendiese a todos tus mandamientos.” (Salmo 119, versículos 5 y 6)

Comentario: El tú en el v. 5 es enfático; estas ordenanzas o preceptos tienen la autoridad personal de Dios. Muy
guardadas recalca la actitud de obediencia activa, no distraída. No hemos de ser diligentes en hacer ordenanzas, como
eran los fariseos, sino en guardar las que Dios dio.
¡Ojalá! expresa un deseo fuerte que es una oración, pues se dirige a Dios personalmente. Es evidente que el salmista ha
tenido una larga y profunda experiencia de caminar con Dios. Dice Spurgeon que sólo el que disfruta esta misma experiencia
puede entender en profundidad este salmo. Aun después de su larga experiencia, el salmista sigue siendo humilde, reconoce
que le falta más crecimiento. Mientras uno crece en experiencia con el Señor, su capacidad de cumplir la voluntad de Dios
también crece.
No sería avergonzado (v. 6) habla de la confianza y firmeza de vida que viene de tomar en serio los mandamientos de
Dios. El salmista no será defraudado, tampoco sentirá vergüenza. Observar es “mirar con cuidado”. Se nota un progreso
en el Salmo; empezó con la tercera persona; después se dirige a Dios en una oración personal; ahora el salmista alaba a
Dios. De nuevo el salmista expresa su deseo de seguir creciendo en el conocimiento de tus justos juicios y en la santidad,
rectitud de corazón, que, a su vez, aumenta su capacidad de alabar a Dios. El creyente que ama a Dios y a su Palabra sigue
subiendo una espiral de más comunión, más servicio, más felicidad verdadera, más santidad y más alabanza.

1er Titulo: Dios recibe el sacrificio de alabanza, cuando se hace como Él lo ha ordenado. Versículos 5 al 8. Y
cuando ofreciereis sacrificio de ofrenda de paz a Jehová, ofrecedlo de tal manera que seáis aceptos. Será comido el día que
lo ofreciereis, y el día siguiente; y lo que quedare para el tercer día, será quemado en el fuego. Y si se comiere el día
tercero, será abominación; no será acepto, y el que lo comiere llevará su delito, por cuanto profanó lo santo de Jehová; y
la tal persona será cortada de su pueblo. (Léase: 1ª de Samuel 13:13. Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has
hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado
tu reino sobre Israel para siempre. ▬ San Marcos 12.33. y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con
toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios.).

Comentario de 1ª de Samuel 13:13: Había actuado locamente o neciamente (v. 13). La palabra en el hebreo quiere
decir portarse mal, pero la impresión que nos deja es que lo produce una falta de firmeza, de fuerza y de decisión. Como
Eclesiastés 10:1, fue una pequeña locura (misma palabra). Pero dio mal olor al honorable. Y como consecuencia, Samuel
le anunció que su reino no sería firme. ¡Su reino se parecería a él mismo! Ningún hijo suyo se sentaría sobre su trono para
hacerlo durar. El corazón duro no agrada a Dios ni puede durar mucho. Dios buscaría al hombre que anduviera según su
corazón. Y aunque en este momento no se sabía, ese hombre sería David (Hech. 13:22). Dios busca a pastores también
“según su corazón” (Jer. 3:15). Según el pasaje en Hechos, esto significa “hacer la voluntad de Dios” (o voluntades, como
es en gr.). Y con esto Samuel subió a Gabaa de paso a su casa. Probablemente quiso animar a Jonatán y a los soldados
con él o informarles acerca de lo acontecido en Gilgal.
Comentario de San Marcos 12:33: Además, amarle con todo el corazón y con todo el entendimiento y con
toda la fuerza, y amar al prójimo como a uno mismo, vale mucho más que todos los holocaustos y sacrificios”.
Con sumo deleite y sin ninguna reserva, aquel escriba aceptó la respuesta de Jesús. Su reacción comienza con una
exclamación, “¡Bien! Maestro …” En lugar de “¡Bien!” se podría decir “¡Excelente!” o “¡Espléndido!” En cuanto a “Maestro”,
véase sobre 12:14. Es evidente que las palabras de Jesús habían producido una honda impresión en este hombre, que fue
lo bastante sincero como para reconocerlo, incluso con gozo y entusiasmo. Además, dice que Jesús había hablado “con
verdad”, y luego virtualmente repite lo que el Maestro acababa de decir.
Las variaciones entre las propias palabras de Cristo y la repetición que hace el escriba son muy leves. Este intérprete de
la ley no se permite el privilegio de pronunciar el Nombre Sagrado. En lugar de “mente” dice “entendimiento” y omite
“alma”.
Y también añade algo: que el amor que aquí se describe “vale mucho más que todos los holocaustos y sacrificios”. El
primer término se refiere a las ofrendas que el fuego consumía totalmente (cf. Lv. 1:9). El segundo puede indicar ofrendas
o sacrificios en general; en este caso la referencia más bien parece ser a “cualquier otro sacrificio”.

Estudio bíblico I.E.P. Autor hermano Roberto Saldías Roa; https://estudiobiblicotiquico.wordpress.com; WhatsApp +5676426950; correo electrónico rsaldiasroa@gmail.com 2
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Parece que este hombre conocía bien las Escrituras. Al menos lo que aquí dice es la verdad absoluta que el Antiguo
Testamento resalta y repite constantemente. Véase especialmente los siguientes pasajes: 1 S. 15:22; Sal. 40:6, 7; 51:16,
17; Is. 1:10–17; Os. 6:6; Miq. 6:6–8.

2° Titulo: Profunda enseñanza de Dios que debemos practicar para socorrer a los necesitados. Versículos 9
y 10. Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada. Y no
rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo Jehová vuestro
Dios. (Léase: Deuteronomio 15:7. Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de
tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano
pobre. ▬ 1ª de San Juan 3:17. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra
contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?).

Comentario de Deuteronomio 15:7: Préstamos a los pobres, 15:7. La ley de remisión de las deudas (15:1–6) fue
una apelación a la generosidad de cada ciudadano israelita a ser generoso con las personas pobres en Israel. La ley también
fue un intento de despertar un aspecto de liberalidad hacia las personas necesitadas que vivían en las ciudades de Israel.
El ideal Deuteronómico era la eliminación de la pobreza en Israel. Pero la realidad es que había personas necesitadas.
Por esta razón, ninguno podía endurecer su corazón y cerrar las manos generosas a una persona pobre. El legislador
Deuteronómico, confrontado con el problema de las personas necesitadas, enseña cómo los ciudadanos israelitas más
prósperos debían tratar el problema: No endurecerás tu corazón ni le cerrarás tu mano a tu hermano necesitado (v.7).
Endurecer el corazón es simbólico del pecado humano. Esta misma idea aparece en 1 Juan 3:17: “El que tiene bienes
de este mundo y ve que su hermano padece necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo morará el amor de Dios en él?” La
dureza del corazón es una evidencia de que el amor de Dios no está en el corazón del que se niega a ayudar a una persona
necesitada.
Confrontado con la realidad de que había pobreza en Israel, cada ciudadano que vivía bajo las promesas y demandas del
pacto necesitaba ayudar a otros israelitas, principalmente aquellos que eran pobres y necesitados, con liberalidad y gozo.
La verdadera prueba del espíritu filantrópico de cada israelita venía cuando un hermano pedía ayuda en una ocasión cerca
del año de la remisión de las deudas.

Comentario de 1ª San Juan 3: 17. Si alguien tiene bienes materiales y ve a su hermano en necesidad y no
tiene compasión de él, ¿cómo puede el amor de Dios estar en él?
▬ a. “Si alguien tiene bienes materiales”. En algún caso extremo y excepcional, quizá se le pida al creyente que
demuestre su amor muriendo por otro. Pero el cristiano puede demostrar su amor de muchas formas.
¿Cuáles son estas formas? Aquí Juan no es explícito. En cambio, señala implícitamente las posesiones de uno y las
necesidades de otro: “Si alguien tiene riqueza y otro tiene necesidad”. Pero Juan no completa la oración diciendo:
“que el que tiene posesiones las comparta con el necesitado, y demuestre así el amor (compárese con Stg. 2:15–17). No,
él espera que el creyente rico demuestre su amor a su prójimo compartiendo sus bienes terrenales. Juan prosigue,
▬ b. “Y no tiene compasión de él”. Cuando una persona bendecida con bienes materiales (comida, ropa, dinero) no
está dispuesta a compartir sus posesiones, ha cerrado su corazón (Dt. 15:7–11). Es egoísta y no tiene consideración por
su hermano espiritual. Esta persona presenta un marcado contraste con el amor de Jesús. Le niega a su hermano las cosas
básicas de la vida, en tanto que Jesús por propia voluntad dio su vida por sus seguidores.
▬ c. “¿Cómo puede el amor de Dios estar en él?” Juan formula una pregunta retórica. De hecho, lo que está diciendo
es más una exclamación que una pregunta. Juan da a entender que es imposible que el amor de Dios controle a esta
persona. Juan declara que, si alguien dice que ama a Dios, pero odia a su hermano, es un mentiroso (4:20). El mandamiento
amarás al Señor tu Dios nunca puede separarse del mandamiento amarás a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos siempre
van juntos.

3er Titulo: Dios exige sinceridad y verdad en su pueblo santo. Versículos 11 y 12. No hurtaréis, y no engañaréis
ni mentiréis el uno al otro. Y no juraréis falsamente por mi nombre, profanando así el nombre de tu Dios. Yo Jehová.
(Léase: Zacarías 8:16. Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según
la verdad y lo conducente a la paz en vuestras puertas. ▬ Efesios 4:25. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad
cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.).

Comentario de Zacarías 8:16: Recomendaciones para una mejor convivencia, 8:16, 17. Ahora que el pueblo
se ha establecido como tal, debe observar ciertas normas para una mejor convivencia social; un pueblo que vive en armonía
es un pueblo que agrada a Dios. Los pueblos necesitan de leyes, pero estas deben estar basadas en los requerimientos de
Dios: 1) Hablad verdad cada cual con su prójimo; la mentira denigra a la persona que la práctica y generalmente se emplea
para dañar a otras personas. 2) Juzgad en vuestros tribunales con juicio de paz; juicios libres de presiones y de pasiones.
La aplicación de la justicia debe llegar por la vía de la equidad y el respeto, y nunca por la prepotencia de los que tienen el
poder. 3) Ninguno de vosotros piense en su corazón mal contra su prójimo. Santiago dice que las guerras tienen su origen
en nuestras pasiones, producto de malos pensamientos. ¿Como sería nuestra nación si todos pensáramos en el bienestar

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de los demás? Se acabarían las guerras fratricidas que tantas víctimas han cobrado; podríamos describir a nuestros países
como verdaderos paraísos terrenales. 4) No améis el falso juramento; este es el último requerimiento para esta nueva
nación renovada por Dios mismo. Como una renovación del pacto antiguo, con los mismos requerimientos para un estilo
de vida que no dañe a los demás y agrade al Dios santo. El Señor Jesucristo demandó de sus discípulos firmeza en sus
declaraciones; sus palabras deben estar siempre acordes con su manera de actuar: “Sea vuestro ‘sí’, ‘sí’, y vuestro ‘no’,
‘no’”. Estas cuatro demandas forman parte del cimiento sólido de una sociedad y cualquier sociedad que carece de esto es
una sociedad en declive. Estas son demandas que debieran cumplir los líderes nacionales y exigir al pueblo su cumplimiento;
demandas que aun los líderes religiosos debieran observar para librarse de la corrupción que azota a nuestra sociedad.

Comentario de Efesios 4: 25. El apóstol avanza de lo general a lo particular: Por tanto, desechando la falsedad,
hablad verdad cada uno (de vosotros) con su prójimo. No hay duda que existe relación entre esta admonición y el
párrafo precedente y esto es claro por la repetición de la palabra “despojándose” o “desechando” (es el mismo verbo en el
original; cf. vv. 22 y 25) y de la referencia a la “verdad” (cf. v. 25 con vv. 15, 20, 24). Basado en esta relación tan evidente
uno podría interpretar el pensamiento de Pablo en esta parte de la manera siguiente: “En vista de que en Cristo habéis sido
enseñados a despojaros del hombre viejo y vestiros del nuevo, por tanto, despojaos de (o: desechad) la falsedad y hablad
verdad”.
Sin embargo, uno se enfrenta de inmediato a la aguda diferencia de opinión entre los expositores con respecto a la
traducción y el significado de estas palabras. La mejor forma, quizás, para dejar en claro la diferencia sería resumir el punto
de vista de un representante de cada una de las teorías opuestas. El primer punto de vista es el siguiente: Lo que Pablo
dice es que, puesto que los efesios habían desechado definitivamente la falsedad, vale decir, cuando aceptaron la verdad
del evangelio debe ahora hablar verdad cada uno con su vecino. El segundo es: “No es necesario traducirlo “habiéndoos
despojado”, lo que parecería implicar una separación cronológica entre las dos acciones (esto es, entre el tiempo en que
se despojan de la falsedad y el tiempo en que hablan verdad)”. Gramaticalmente ambas traducciones—“habiéndoos
despojado” y “despojándoos” (o “desechando”)—son posibles. En favor del primer punto de vista se puede decir que los
efesios habían experimentado la conversión básica. Habían, por tanto, ya repudiado definitivamente la mentira al aceptar
la verdad. El significado de 4:25 podría ser entonces: “Sed consecuentes. Haced que vuestra vida adorne vuestra profesión.
Habiéndoos despojado de la falsedad, practicad ahora la verdad”. Esta línea de pensamiento estaría también completamente
en armonía con la lógica de Pablo según la expresa, por ejemplo, en 4:1ss y en otros lugares.
Sin embargo, aunque se debe conceder que es posible que esta teoría sea correcta, me parece a mí que los mejores
argumentos están en favor de la teoría opuesta. ¿A qué se debe que tantos traductores e intérpretes la han adoptado? La
traducción que yo apoyo, salvo algunas pequeñas variaciones, a saber, “Por tanto, desechando la falsedad, hablad verdad
cada uno (de vosotros) con su prójimo” es la que se halla en VRV 1960, Biblia de las Américas, y esencialmente en las
versiones de los que usan dos imperativos: “Terminad con la falsedad; hablad verdad el uno al otro”. Las razones son
indudablemente las siguientes: a. se tiene la impresión de que el despojarse de la falsedad y el hablar verdad son
simplemente dos lados de la misma moneda; y b. es muy manifiesto que el apóstol, en base del párrafo anterior, comienza
ahora a detallar las áreas en las que la conducta cristiana debe darse a conocer, siendo una de ellas la práctica de la verdad.
Para la mayoría de los intérpretes estos hechos deben haber sido tan evidentes que al comentar este pasaje ni siquiera
discutieron la posibilidad de algún punto de vista opuesto.
Todo misionero que haya trabajado por algún tiempo entre aquellos que aún viven en tinieblas puede testimoniar que
no sólo el pensar ideas falsas sino también definidamente el hablar mentiras y propagar falsos rumores es característico en
el mundo pagano. Para aquellos que se habían convertido muy recientemente no debe haber sido fácil terminar con este
maligno hábito. Esta pudo bien haber sido la razón por qué Pablo, ya directa o indirectamente, menciona vez tras vez la
necesidad de acabar definitivamente con la anterior forma de conducta con respecto a esto, y adoptar un sistema de normas
enteramente nuevo. Algunos, basados en 4:15, 22, 25; 6:14, han sugerido, aunque en Éfeso y sus alrededores los miembros
de la iglesia tenían una conducta bastante deshonesta. Sin embargo, aunque así fuese, la falsedad y deshonestidad son
cosa típica en la forma de vida de los gentiles (Ro. 1:29) tanto en aquellos tiempos como hoy.
La mejor forma de destruir la mentira es hablando la verdad. Esto es lo que Pablo realmente quiere significar al decir
“hablad verdad cada uno (de vosotros) con su vecino”, citando substancialmente Zac. 8:16. Especialmente para aquellos
miembros de las congregaciones que conocían el Antiguo Testamento, vale decir, para los cristianos judíos, el que ésta
fuese una cita de la sagrada literatura añadía fuerza a la exhortación. Según la opinión de Hodge la palabra “vecino”,
aunque tiene el significado común de prójimo, sin que importe su credo o nacionalidad; no queriendo indicar que sería
perfectamente correcto mentir entonces a los no creyentes, sino más bien el contexto exige esta interpretación. Creo que
Hodge está en lo cierto, ya que el contexto es: porque somos miembros los unos de los otros. Esto nos hace recordar
2:13–22; 3:6, 14, 15; 4:1–6, 16, pasajes que enfatizan la idea de que, aunque los creyentes son muchos, a la vez son uno,
es decir, un cuerpo con Cristo como su cabeza. La mentira no solamente es perniciosa porque no toma en serio la excelencia
intrínseca de la verdad, sino también porque causa dificultades, fricción, desunión y amargura en la iglesia. La ley del amor
implica indudablemente la verdad.

Amén, Para La Honra Y Gloria De Dios.

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