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AGENTE CAUSAL
Es un gusano aplanado perteneciente a los cestodos su nombre es e Echinococcus granulosus
esta tenía es la menor que parasitan a los vertebrados esta formado por 3 a 5 anillos posee una
cabeza llamada escólex donde se encuentran 4 ventosas y 2 coronas de gancho que permiten
ad herirse a la pared intestinal es hermafrodita posee en los últimos anillos cargados de 500 a
800 huevos cuando esta repleto se desprende de los anillos saliendo al exterior con las heces
una vez en el exterior pueden sobrevivir hasta meses y en el agua de 150 a 300 días
Estos son ingeridos por los hospedador intermediario (oveja) una ves en el interior atraviesan la
pared intestinal y por la sangre se distribuyen por el organismo deteniéndose en el hígado y
pulmón donde se desarrolla un quiste hidatídico que está formado por tres paredes.
Externa (como reacción del tejido del huésped)
Media :que es propia del quiste
Interna :donde brotan las vesículas que contienen escólex estando en el interior del quiste lleno
de liquido transparente conocido como aguas de roca
2.PATOGENIA
El Echinococcus granulosus es el causante de la lesión degenerativa vesiculosa en vísceras
humanas y animales, denominada “echinococcosis quística” o “hidatidosis”. Al ingerir los huevos
del parásito, éste penetra las vellosidades intestinales, y por los vasos sanguíneos alcanza el
hígado, que actúa como primera barrera del parásito, donde queda la gran mayoría. Muchos
llegan a la vena suprahepática y pasando por el corazón derecho alcanzan los pulmones.
Excepcionalmente pueden llegar al corazón izquierdo y por circulación arterial a otras vísceras.
El desarrollo del quiste en el humano puede demorar unos 5 meses en alcanzar desde 0,5 a 1
cm. de diámetro, tardando generalmente años en dar signos clínicos. El ciclo biológico del
parásito se completa cuando perros u otros cánidos ingieren vísceras crudas que contienen
quistes hidatídicos. Existen quistes fértiles e infértiles. En los quistes fértiles, además de la
presencia de protoescólices, es importante considerar su viabilidad, lo que es una condición
indispensable para que el parásito continúe con su ciclo evolutivo. El crecimiento de la vesícula
dependerá del potencial evolutivo del embrión hexacanto, del tejido circundante y de la
resistencia del huésped, pudiendo ser muy rápido (5 ó 10 cm en pocos años) y generar síntomas
graves con riesgo de muerte para el portador o puede comportarse en forma benigna, creciendo
no más de 2 a 7 cm y envejecer con su portador sin producir daño a la salud. Los quistes de E.
granulosus pueden demorar muchos años en producir síntomas clínicos. Muchos quistes son
asintomáticos durante toda la vida del individuo afectado y regularmente constituyen un hallazgo
de autopsia, de una intervención quirúrgica o de radiografías realizadas por otras causas. Por su
parte, a menudo está asociada con signos clínicos, y con frecuencia se ve alterada la función del
órgano afectado. Esto es de particular importancia si están afectados el cerebro y el corazón, por
lo tanto debe considerarse como afección grave, porque destruye tejidos en cualquier
localización. El desarrollo de la fase larvaria, tanto en el hombre como en los animales da lugar a
una respuesta humoral y a una reacción celular. En el hombre, el líquido hidatídico es el principal
factor responsable de la estimulación antigénica. Por su parte, el tegumento de la capa
germinativa actúa como barrera que impide el contacto con los antígenos del líquido hidatídico
con las células inmunocompetentes del hospedador. La sintomatología de la hidatidosis se
puede originar por fenómenos de compresión, por complicaciones del quiste (infección, ruptura)
o por alteraciones inmunológicas provocadas por pasaje al hospedero de sustancias de la
hidátide. En el caso de la ruptura del quiste, se puede dar desde la sensibilización del organismo,
ocasionando prurito, urticaria, edema pulmonar, hasta ocasionar un shock anafiláctico mortal

3.IMPORTANCIA ECONOMICA
Su amplia distribución se extiende desde el norte del círculo Ártico hasta la Tierra de Fuego con
una alta incidencia en países como Argentina, Uruguay, Chile, Argelia, Australia, Nueva Zelanda,
Grecia, Italia, Portugal y España.
En España, la infección es endémica en las comunidades de Aragón, Castilla-León, Castilla la
Mancha, Extremadura, y ha descendido en los últimos años en la Rioja y Navarra, gracias a los
programas de control y prevención. La incidencia de parasitación en España es de 1,07/100.000
habitantes, y por lo que respecta a los animales de abasto las repercusiones económicas se
valoran casi exclusivamente en el decomiso de órganos, aunque también hay que tener en
cuenta los costes económicos derivados del descenso de las producciones, por lo cual las
pérdidas en nuestro país han sido calculadas en 2.300 millones de pesetas

3. EPIDEMIOLOGIA

La presencia de ovinos y perros parasitados en el medio rural, ha posibilitado el desarrollo del


ciclo de la enfermedad, colocando a la población humana residente en un permanente riesgo
de contraer el parásito. En nuestro país, la enfermedad se mantiene principalmente a través
del ciclo perro-oveja siguiendo en importancia el perro-cabra. No obstante, en otras zonas
pueden también encontrarse otros ciclos como perro-cerdo y perro-vaca. Diferentes factores
culturales, educativos, sanitarios, y económicos, posibilitan la perpetuación del ciclo
parasitario. Un perro puede alojar cientos de parásitos en su intestino y eliminar miles de
huevos, con la consiguiente contaminación ambiental en las áreas endémicas. De esta manera,
el entorno de la vivienda rural (peridomicilio) donde los perros deambulan y defecan
cotidianamente, es el lugar de mayor contaminación y riesgo para la adquisición de esta
parasitosis especialmente en la infancia.

El ser humano tiene una importancia epidemiológica fundamental, siendo responsable de


perpetuar la presencia del parásito en el entorno, a través de ciertas prácticas de las cuales la
más importante es la faena domiciliaria y la alimentación de los perros con vísceras crudas con
el estadio larvario del parasito que inicia así el ciclo de transmisión

La hidatidosis no se transmite directamente de una persona a otra ni de un huésped


intermediario a otro.

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