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Tema:
Coccidiosis
Materia:
Clínica ovina y caprina
Presentan:
Yucundo Exaul Espinosa Estrada
Alfredo Hernández López
Belen Alvarez Gonzales
Dylan Dayan Primo Toledo
Jose Francisco Aguilar Arevalo
Grupo:
8vo “A”
Asesor: M.C.
Jaime Enrique Díaz Amaya
Según (Cuéllar Ordaz, s. f.) Comúnmente también son llamadas chorro, diarrea
hemorrágica, disentería parasitaria, chorro con sangre o eimiriosis.
Según (Carrasco Garcia et al., 2012) Aunque en raras ocasiones provoca la muerte
(Solo sucede en casos de carga parasitaria elevada) este paracito se hace enemigo
de los productores ovinos ya que en la mayor parte de las ocasiones provoca retraso
en el crecimiento, adelgazamiento, heces resecas y pelo áspero, duro y seco
Epidemiologia
1:- Que haya una humedad elevada, alrededor de un 75% esto hace que favorezca
la supervivencia y la maduración de la coccidia. La coccidiosis es más frecuente en
temporada de lluvia dada la alta humedad que provoca.
3.- La coccidiosis se presenta en los corderos desde la lactación hasta después del
destete. La razón principal que la coccidia se presente solo en animales jóvenes el
cómo se presente el sistema inmune ante la presencia del parasito.
Otros factores que pueden influir son el encierro nocturno que en México es un
manejo muy generalizado el cual consiste en un pastoreo diurno y el alojamiento de
los animales en la tarde noche en corrales muy estrechos y sin ninguna ventilación,
la consecuencia de esto es que los animales se amontonen incrementando la
humedad y la cantidad de materia fecal (Cuéllar Ordaz, s. f.)
Por otro lado el no tener un orden con el rebaño y poner al ganado de todas las
edades en un mismo corral hace que favorezca que los adultos (Normalmente
Asintomáticos) contaminen el ambiente de los jóvenes. Según (Cuéllar Ordaz, s. f.)
la ausencia de comederos y que los bebederos estén sucios tienen como
consecuencia la aparición de estos parásitos. El problema se presenta cuando los
animales son mantenidos en forma intensiva (engordas en corral) o son sometidos
a estrés o inmunosupresión (transporte, manejo por desparasitaciones o
vacunaciones, etc.)
La mayoría de los animales, especialmente los adultos y corderos con buen estado
de salud, poseen el parasito pero no manifiestan los signos clínicos (Coccidiosis
subclínica). La importancia de esto es que siguen siendo una fuente continua de
ooquistes para animales más jóvenes.
(Cuéllar Ordaz, s. f.) Dice que para que la coccidia tenga manifestaciones clínicas:
Tiene que ser un cordero de entre 1 a 4 meses, ingestión de una gran cantidad de
ooquistes maduros, coccidia muy virulenta, mal estado nutricional o inmune
1.- Que sea un cordero con una edad de 1 a 4 meses. En los animales de mayor
edad es casi imposible que la coccidiosis clínica se manifieste
2.- La ingestión de una gran cantidad de ooquistes maduros
3.- Que las coccidias involucradas sean muy virulentas
4.- Un mal estado nutricional o inmune del cordero, el cual está ampliamente
relacionado con la cantidad y calidad de alimento ingerido durante la lactación.
ETIOLOGIA
La enfermedad como tal es típica en corderos, especialmente hasta los 3-4 meses
de vida, si bien el parasitismo, es decir la presencia de coccidios sin producir
enfermedad es muy frecuente en animales adultos. En ellos, el estado de
premunidad que se establece propicia una escasa intensidad de infección, que
suele mantener un buen equilibrio parásito hospedador. Esto debe tenerse en
cuenta en todo momento, pues los adultos se convierten así en fuentes de infección
parasitaria o portadores asintomáticos, que, aunque bien no suelen mostrar
sintomatología, son diseminadores de la parasitación a los corderos e incluso a
congéneres inmunodeprimidos por otras razones. Las especies encargadas de
mantener esta parasitación en los ovinos pertenecen al género Eimeria , y sin bien
pueden citarse un buen número de especies, que suelen aparecer de modo
conjunto, generalmente no hay infección cruzada entre los diversos hospedadores,
dicho de otro modo existe una gran especificidad parasitaria, no infectando las
especies parásitas
Sancchez acedo (2013) nos habla particularmente de la infección por Eimeria, esta
cursa con intensa diarrea y adelgazamiento, factores que vienen condicionados
tanto por la destrucción de las células parasitadas como por la imposibilidad de las
células no parasitadas de realizar la absorción de los nutrientes ingeridos. La
multiplicación del parásito conlleva, además, la liberación de fluidos a la luz
intestinal, dando lugar a láminas de fibrina que se depositan sobre las vellosidades.
Por otra parte, la denudación de la mucosa intestinal se acompaña de la pérdida de
electrolitos y proteínas con la consiguiente aparición de diarrea y deshidratación,
junto con la rotura de vasos sanguíneos. La pérdida de funcionalidad de los
enterocitos no parasitados, la muerte por apoptosis de las células epiteliales con
alteraciones funcionales y la pérdida de enterocitos como consecuencia de la
multiplicación parasitaria determinan una intensa reducción en la capacidad de
absorción de nutrientes, especialmente de carotenos y vitamina A, ya que estos
disminuyen significativamente en el plasma de los animales infectados (Dwight D,
2011) nos aclara que la gravedad de la infección está determinada
fundamentalmente por la cantidad de ooquistes ingeridos y por el estado de
protección del propio hospedador, y son frecuentes las infecciones por Clostridium
y otros microorganismos causantes de enterotoxemias.
MECANISMOS INMUNOLÓGICOS
El tejido linfoide asociado a las mucosas del intestino (TLAI) tiene un papel decisivo
como barrera de defensa. La inmunidad mediada por células, principalmente por
linfocitos intraepiteliales (LIE) y linfocitos de la lámina propia, representaría el
principal componente de la inmunidad protectora contra la coccidiosis ovina
(Lillehoj, H, 2007).
Los LT CD4+ y los LIE están involucrados en una infección primaria de Eimeria y
los LT CD8+ y el IFN-γ fueron identificados como componentes de la respuesta
inmune protectiva. Eimeria induce protección contra un posterior contagio y ésta es
específica para la especie que la produjo, por lo que no habría protección cruzada (
Franceschi, M. 2009).
Dwight D (2011) y Navas Torres (2012) nos explican que el comienzo de los signos
clínicos coincide con el inicio de la gametogonia y se deberá a la destrucción de las
células de la mucosa además nos mencionan que a pesar de que el ganado ovino
de cualquier edad puede contraer la infección por las diversas especies de Eimeria,
son los corderos de 2-4 semanas de edad los más receptivos, y los signos clínicos
suelen evidenciarse a partir de las 4 y hasta las 7-8 semanas de vida, el síntoma
más característico en los corderos infectados es la diarrea, con heces blandas y
malolientes, que pueden ser sanguinolentas en el caso de E. ovinoidalis, mientras
que en las infecciones por E. crandalis las heces son de color gris verdoso, con
exudado mucoso y también puede producirse tenesmo rectal. Estos signos clínicos
se acompañan de disminución del apetito, anemia, adelgazamiento, mal estado
general, deshidratación y debilidad, que progresivamente determina la muerte de
los animales más afectados (5-10 %). En el Manual de parasitología (Navas Torres,
2012) Nos explica que los animales inmunizados soportan la infección con un
elevado número de ooquistes sin manifestar síntoma, al realizar la necropsia, aparte
del estado del animal, cabe destacar la Eimeria causantes de la infección pueden
aparecer placas (E. bakuensis y E. ahsata) y pequeños nódulos de color blanco de
1-2 mm que corresponden a macroesquizontes de E. ovinoidalis (íleon), E. parva
(intestino delgado), E. intrincata (en forma de cono en intestino delgado) o E. gilruthi
(nódulos ovoides o triangulares en abomaso, duodeno y yeyuno). En infecciones
por E. ovinoidalis y E. parva se pueden producir también petequias hemorrágicas
en intestino grueso. Microscópicamente, se aprecia la pérdida de epitelio intestinal,
junto con hiperplasia de las criptas, atrofia de las vellosidades y depleción de
linfocitos en las placas de Peyer. (Sancchez acedo , 2013)
Diagnósticos.
Para poder realzar el diagnóstico se tiene que tomar en cuenta las características y
condiciones de manejo de la explotación, y más que nada hacer la diferenciación
entre los padecimientos, se toma en cuenta el tipo de animal afectado y los signos
que manifiesta para poder determinar la causa de la enfermedad. (Cuéllar Ordaz, s.
f.)
Un signo muy característico de la coccidiosis es la evidente diarrea, pero ésta puede
ser provocada por otros problemas, así que se debe de hacer pruebas específicas
para identificar el agente causal de la diarrea. (Carrasco García et al., 2012)
El tratamiento puede ser preventivo o puede ser curativo. (Carrasco García et al.,
2012)
Los tratamientos pueden ser:
Coccidiostatos: que sólo tienen acción sobre las primeras fases evolutivas
de las coccidias, y que además detienen el desarrollo y reproducción del
protozoario. (Cuéllar Ordaz, s. f.)
Coccidicidas: son productos que tienen la característica de atacar y matar
cualquier fase evolutiva de las coccidias en la que se esté desarrollando.
(Cuéllar Ordaz, s. f.)
Prevención y control.
Hay que aclarar que el problema de este parasito se presenta cuando los animales
o la explotación tiene la visión en forma intensiva, como se conocen las engordas
en un corral. También puede ser cuando los animales son sometidos a estrés o
inmunosupresión, esto se asocia al mal manejo de los animales de la explotación.
(Carrasco García et al., 2012)
En cuanto a medidas de manejo hay que separar los animales por edades, llevar un
control alimenticio, suministrar multivitamínicos, sales minerales y hacer pruebas
constantemente para descartar la enfermedad dentro del hato. (Carrasco García et
al., 2012)
Se debe de cuidar por las fugas de agua en los bebederos, y sobre todo que el agua
que se predisponga para los animales sea agua fresca y limpia.
Cuidar la humedad relativa del corral, la cual no debe sobrepasar el 75% del
microambiente del corral. Pues en época de lluvias la coccidiosis se aproveha de la
elevada humedad y tiende a prevalecer más. (Cuéllar Ordaz, s. f.)
Cuéllar Ordaz, J. A. (s. f.). La coccidiosis ovina, una enfermedad que limita la
producción y es causa de mortandad de corderos. FORTALECIMIENTO
DEL SISTEMA PRODUCTO OVINOS. Tecnologías para ovinocultores.
Recuperado 28 de septiembre de 2021, de
https://uno.org.mx/sistema/pdf/sanidad/lacoccidiosisovinaunaenfermedad.p
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Sánchez Acedo, C., López Angulo, A. R., del Cacho Malo, E., & Quílez Cinca, J.
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https://www.portalveterinaria.com/rumiantes/articulos/8659/una-revision-de-
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Sanchez Acedo, C., Lopez Angulo, A. R., del Cacho Malo, E., & Quiles Cinca, J.
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Lillehoj, H., Kim, C., Keeler Jr., C. and Zhang, S. 2007. Immunogenomic
Approaches to Study Host Immunity to EntericPathogens. Poultry Science
86:1491–1500.
De Franceschi, M. 2009. Coccidiosis: coccidiostatos o vacunas?II Congreso
Argentino de Nutrición Animal. Buenos Aires Argentina. 114-120.