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Resumen Relaciones Familiares

Prof. Lilia Zabala.

Xiomara Cruz-202015075

Camilo Gutierrez-202012325

Sofia Rubio Caballero-202013486

Sebastián Morales - 201913368

Filiación

1. Concepto
La filiación ha sido definida por la jurisprudencia constitucional como un derecho
fundamental y uno de los atributos de la personalidad, el cual se encuentra ligado al
estado civil de las personas (Corte Constitucional, 2017, Sentencia T-207).
Precisamente, la filiación se comprende como el derecho de toda persona al
reconocimiento de su personalidad y, con ello, a los atributos inherentes a su condición
humana como lo es el estado civil, la patria potestad, el orden sucesoral, las
obligaciones alimentarias, la nacionalidad, los vínculos, etc. (Corte Constitucional,
2015, Sentencia C-258).
Particularmente, la filiación es la relación que se genera entre procreante y procreado o
entre adoptante y adoptado (Corte Constitucional, 1999, Sentencia T-488). En otras
palabras, es la relación que existe entre padres e hijos. De hecho, filiación se deriva del
vocablo filius-fili que significa hijo o hija. En ese sentido, la filiación es el vínculo
jurídico que une a un hijo con su padre o madre, el cual puede derivarse de la
procreación como fuente natural o de la adopción o reproducción asistida como fuentes
jurídicas (Consejo Superior de la Judicatura, 2017).
La filiación tiene una relación directa con el estado civil de la persona, puesto que
establece la relación jurídica entre un hijo y su padre o madre. Esta relación es
determinante para definir los derechos y obligaciones sobre los cuales se es titular. De
igual modo, la filiación precisa las demás relaciones que tiene cada hijo o hija con
respecto a los demás miembros de la familia. En ese sentido, la filiación le otorga una
identidad a toda persona.
2. Clases de filiación
En cuanto a las clases de filiación existen las siguientes; (i) filiación matrimonial; (ii)
filiación extramatrimonial; (iii) filiación adoptiva; (iv) filiación asistida. Las primeras
tres filiaciones están reguladas por el ordenamiento normativo, pero la última sólo ha
sido desarrollada por la jurisprudencia pues por su complejidad no se ha formulado aún
ningún proyecto de ley. Cabe resaltar que el tipo de filiación determina si los hijos son
legítimos, extramatrimoniales o adoptivos. Sin embargo, dicha diferencia no tiene
ningún tipo de efecto en la práctica, debido a que todos los hijos sin importar su tipo de
filiación tienen iguales derechos y obligaciones (Ley 29, 1982, art. 1).
i. Filiación matrimonial
La filiación matrimonial se refiere al vínculo que existe entre los padres y el hijo
concebido durante el matrimonio o dentro de los siguientes 300 días a la disolución de
este. Además, el hijo nacido antes del matrimonio puede ser legitimado posteriormente
cuando los padres se unan por dicha figura y cumplan con determinados requisitos que
se mencionan más adelante. Cabe resaltar que no solo se refiere a los hijos nacidos en el
matrimonio, sino también se extendió al hijo que nace después de la declaración de la
unión marital de hecho (Corte Constitucional, 2018, Sentencia C-131). La anterior
unión tiene que estar declarada por los diferentes medios que existen, con el objetivo de
que el hijo se pueda considerar como matrimonial.
Para que se configure la filiación matrimonial debe haber una procreación junto con la
existencia de un matrimonio o la declaración de una unión marital de hecho. En ese
sentido, los requisitos son; (i) nacimiento del hijo después del matrimonio o declaración
de unión marital de hecho; (ii) concepción anterior o durante el matrimonio o unión
marital de hecho declarada (Monroy, 2017, pág. 51).
Sumado a lo anterior, este tipo de filiación está soportado por la identificación de los
siguientes cuatro elementos base:
a. La maternidad
La filiación matrimonial tiene como base el vínculo jurídico que surge entre un hijo o
hija con su madre, el cual se demuestra cuando del parto nace un niño o niña que se
convierte en persona al separarse por completo de la mujer (Código Civil, 1873, art.
90).
b. El matrimonio o unión marital de hecho declarada
Para demostrar que el hijo tiene una filiación matrimonial con sus padres debe
probarse la existencia del matrimonio o que la unión marital de hecho fue declarada
en la época de la concepción.
c. La concepción dentro del matrimonio o de la unión marital de hecho
declarada
La concepción se determina a partir de la presunción legal establecida en el artículo
92 del Código Civil, en el cual se afirma que de la época del nacimiento se colige la
concepción. Es decir que la fecha de la concepción se debe inferir del momento en
que nació el niño o niña. Precisamente, la regla afirma que se presume que el niño fue
concebido no menos de 180 días antes del nacimiento y no después de los 300 días
contados a partir de este (Código Civil, 1873, art. 92).
d. La paternidad
La paternidad es el vínculo jurídico entre un hijo o hija con su padre que se determina
por la época de la concepción. La presunción de paternidad en el matrimonio se
deriva de las obligaciones que tiene el cónyuge, las cuales son la fidelidad y la
cohabitación. De ahí que, el marido de la mujer se tiene como padre por el hecho de
convivir con la madre y de que esta al ser fiel no tiene relaciones sexuales con otros
hombres (Código Civil, 1873, art. 113).

ii. Filiación extramatrimonial


La filiación extramatrimonial se refiere al vínculo que contraen los padres con los hijos
que fueron procreados por fuera del matrimonio o unión marital de hecho declarada
(Corte Constitucional, 2018, Sentencia C-131). Es decir que al momento de la
concepción no estaban casados ni habían declarado su unión marital de hecho. Para este
proceso se requiere la prueba de:
a. La maternidad
Se presenta de la misma manera que en la filiación matrimonial con excepción que
no hay matrimonio ni unión marital de hecho entre los progenitores.
b. La paternidad
La paternidad extramatrimonial debe ser pensada inicialmente a partir de la
comparación entre la fecha de las relaciones sexuales y la fecha de la concepción del
niño o niña. En caso de que haya armonía entre los anteriores datos se configura un
indicio de quién es el presunto padre. Sumado a esto, el registro de nacimiento del
niño o niña debe estar firmado por el padre y en él dejar la constancia de que lo
reconoce como tal.
iii. Filiación adoptiva
La filiación adoptiva es el vínculo que se forma entre los padres y los niños por medio
de la figura de la adopción. En otras palabras, la relación surge del trámite que se
realiza entre adoptantes y adoptados, lo cual deja como resultado un vínculo filial. En
ese sentido, la filiación adoptiva permite que personas que no comparten los mismos
lazos de consanguinidad puedan formar una familia. De hecho, una vez se declara
judicialmente la adopción, los vínculos biológicos del adoptado se extinguen y se
conforma una filiación con los padres adoptivos que es equivalente a la filiación
matrimonial o extramatrimonial (Corte Constitucional, 2018, Sentencia C-131). En
consecuencia, los padres biológicos no pueden ejercer la acción de impugnación de
maternidad, ni reclamación del estado civil, ni reconocimiento o acción encaminada a
establecer filiación de sangre del adoptivo (Código Civil, 1873, art. 278).
El Código de la Infancia y de la Adolescencia también desarrolla un concepto respecto
a la filiación adoptiva. Según el artículo 61, la filiación adoptiva se expone como una
medida de protección con la cual, bajo la vigilancia del Estado, se establece de forma
irrevocable la relación Paterno-filial entre personas que no la tienen por naturaleza.
Además, el Código de la Infancia y de la Adolescencia en su artículo 68 determina
como requisitos para la adopción los siguientes (2006):
a. Ser legalmente capaz.
b. Tener un mínimo de 25 años.
c. Tener más de 15 años de diferencia con quien pretende adoptar.
d. Acreditar que es una persona idónea, dado que puede solventar necesidades
físicas, morales, mentales, sociales y económicas
También se precisa que podrán adoptar las personas solteras, cónyuges o compañeros
permanentes que acrediten los 2 años de convivencia de forma conjunta.
iv. Filiación asistida
La filiación asistida se refiere al vínculo que tienen los hijos o hijas concebidos mediante
técnicas de reproducción humana asistida. Precisamente, en este tipo de filiación por el
uso de técnicas de reproducción puede resultar que la identidad jurídica sea diferente de
la biológica, pues el hijo nacido puede provenir o no de los óvulos o del espermatozoide
de los padres jurídicamente considerados. Sin embargo, la técnica usada no determina la
clase de filiación, pues el hijo tendrá filiación matrimonial o extramatrimonial
dependiendo de si los padres se sometieron en un momento en que eran esposos,
compañeros permanentes o no estaban unidos por ningún vínculo (Consejo Superior de la
Judicatura, 2017).

3. Presunciones

i. Presunción de paternidad

La primera presunción de la paternidad que existe es la establecida en el artículo 213 del


Código Civil, según la cual el niño o niña concebido durante el matrimonio o unión
marital de hecho se presume que es hijo del marido o compañero permanente de la madre
(1873). Esta presunción legal que se le brinda al hijo admite prueba en contrario y puede
ser desvirtuada en un proceso de investigación o impugnación de paternidad.
La fundamentación de está presunción recae en los artículos 213 y 214 del Código Civil:
- Concepción: El parto evidencia quién es la madre del hijo, pero no prueba quién es
el padre. Por tanto depende de la concepción, un hecho anterior, para determinar la
identidad del padre. En ese sentido, el hijo nacido posterior a los 180 días siguientes
al matrimonio o declaración de la unión marital de hecho se entiende concebido en
razón del vínculo de los padres (Código Civil, 1873, art. 214).
- Deber de fidelidad de la mujer casada: La fidelidad supone que la mujer no tiene
relaciones sexuales con otras personas, sino única y exclusivamente con su marido o
compañero permanente (Parra, 2017, pág. 432).
Al no desvirtuarse la presunción de paternidad, el estado civil se consolida y el marido o
compañero permanente figura como padre del hijo. Lo anterior no implica que el
verdadero padre no pueda de manera posterior generar acción de reclamación, ya que
esta acción es imprescriptible ante quien se presente como verdadero padre o madre del
que pasa por hijo de otros (Código Civil, 1873, art. 406).

ii. Presunción de concepción del ser humano

Es una presunción legal que admite prueba en contrario (Corte Constitucional, 1998,
Sentencia C-04). Esta presunción afirma que de la época de nacimiento del niño o niña se
infiere la época de la concepción, según la cual el nacido se presume concebido en no
menos de ciento ochenta días y no más de trescientos días, contados hacia atrás desde el
día de nacimiento (Código Civil, 1873, art. 92). Los avances médicos han admitido
prueba en contrario a esta presunción, debido a que estudios en neonatología han
determinado que el nacimiento puede suceder por fuera de los tiempos establecidos por
la ley. De hecho, hay casos en que los seres humanos sobreviven a los partos cuya
gestación es mayor a los trescientos días o menor a los ciento ochenta días (Corte
Constitucional, 1998, Sentencia C-04).

iii. Presunción de Maternidad

Esta presunción afirma que la mujer es madre del ser humano que al separarse
completamente de ella se convirtió en persona (Código Civil, 1873, art. 90). Asimismo,
la maternidad es el hecho de que una mujer es la verdadera madre del hijo que pasa por
suyo (Código Civil, 1873, art. 335). Las pruebas de la maternidad se fundamentan en los
siguientes aspectos:
a. Parto de la madre o alumbramiento: Se prueba con el certificado médico o con la
persona que atendió el parto. En ausencia de la prueba del hecho del parto, el lazo
jurídico materno tanto marital como extramarital, puede establecerse con base en la
posesión notoria, es decir, la prueba de que se ha criado y educado al hijo como
suyo, por un espacio de 5 años mínimo.

b. Identidad del hijo: Este se demuestra con el registro civil de nacimiento, en el cual
se deja claro que el hijo es el que la mujer dio a luz. La madre puede reconocer a su
hijo a través de las disposiciones establecidas por el artículo 1 de la Ley 75 de 1998,
como lo son: escritura pública, testamento, manifestación expresa y directa ante un
juez. El reconocimiento de la identidad del hijo se puede realizar sin importar el tipo
de proceso que se está adelantando.

4. De Las Acciones

1) Reconocimiento de la calidad de hijo


El reconocimiento es un acto mediante el cual el padre manifiesta de forma voluntaria
que considera a dicha persona como hijo o hija. Precisamente, la madre no debe hacerlo,
debido a que se presume la maternidad por el solo nacimiento del niño. Las
características del reconocimiento son (Consejo Superior de la Judicatura, 2017):
a- Es un acto voluntario: La ley no le impone el deber jurídico al padre de reconocer
al hijo o hija.
b- Es solemne: Se tienen que cumplir con algunos requisitos legales para que el acto
sea eficaz.
c- Es personal: Solo el padre está legitimado para realizar el reconocimiento voluntario
de su hijo.
d- Es irrevocable: El padre una vez reconozca a la persona como hijo o hija no puede
revocar dicha manifestación ni dejarla sin efectos por su mera voluntad (Ley 75,
1968, art. 1).
e- Es expreso: La conducta tácita del padre no afirma que está reconociendo de forma
voluntaria al hijo.
f- Tiene efectos erga omnes: Una vez realizado el reconocimiento, el hijo o hija
adquiere un cambio en su estado civil que produce efectos absolutos frente a todos.
g- Debe ser notificado: Para que tenga efectos el hijo o hija debe ser notificado de
dicho reconocimiento. Esta notificación únicamente se debe presentar para la
legitimación cuando los hijos son mayores de edad.
Las formas de realizar el reconocimiento voluntario son las siguientes (Ley 45, 1936, art.
2):
1. Por la firma del acta de nacimiento, en el que acepte la condición de padre:
Precisamente, el funcionario del estado civil tiene la obligación de que en el
momento del nacimiento del hijo indague por el nombre, apellido, identidad y
residencia del padre y de la madre. El funcionario deberá registrar dicha información
en el acta de nacimiento y notificar personalmente al presunto padre dentro de los 30
días siguientes de la inscripción. Lo anterior con el objetivo de que este último
exprese si acepta o rechaza el carácter de padre. En caso de que niegue la condición
de padre se debe comunicar al Defensor de Menores para que inicie la investigación
de la paternidad.
2. Por escritura pública: El Presunto padre puede afirmar y reconocer su paternidad
por medio de escritura pública. El notario deberá extender y firmar un acta en el
registro, en la cual se exprese: (i) fecha de la escritura; (ii) nombre de los otorgantes;
(iii) hijo reconoció; (iv) edad del hijo; (v) lugar donde nació; (vi) nombre de testigos
instrumentales de la escritura (Código Civil, 1873, art. 369). La escritura será citada
como nota en la partida de nacimiento del hijo.
3. Por testamento: El presunto padre por medio de su testamento puede reconocer su
paternidad con respecto a un niño o niña determinado. El reconocimiento que se
realizó queda en firme aun cuando se revoque el testamento.
4. Por manifestación expresa y directa realizada ante un juez : Este mecanismo
puede ser empleado por parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad del hijo,
cualquier persona que haya cuidado de la crianza del menor o ejerza la guarda legal,
el defensor de familia o el ministerio público. Los anteriores actores pueden solicitar
que se notifique al supuesto padre para que declare ante el juez bajo juramento si
cree tener tal condición. De hecho, si la persona citada no comparece aun cuando
puede hacerlo y se repite una vez más la citación con especificación del objeto, se
entenderá reconocida la paternidad (Código Civil, 1873, art. 322).
Es pertinente mencionar que el niño o niña aún no nacido también puede ser reconocido
mediante los últimos tres medios anteriores (Ley 75, 1968, art. 2). Además, el
reconocimiento únicamente crea derecho a favor de quien lo realiza una vez este es
notificado y lo acepta (Ley 75, 1968, art. 4). Sumado a esto, el hijo que no es reconocido
voluntariamente puede pedir que su padre o madre le reconozca por medio de las
acciones de reclamación (Código Civil, 1873, art. 319).
Resumiendo lo anterior, el primer escenario que se presenta es el reconocimiento
voluntario del padre frente a su hijo o hija. En caso de que no lo realice o niegue su
paternidad surgen las acciones de reclamación o impugnación de la paternidad o
maternidad.
2) Legitimación
Los hijos legítimos son los concebidos dentro del matrimonio o unión marital de hecho
declarada. En consecuencia, los que no fueron concebidos de dicha forma son
extramatrimoniales, quienes pueden ser legitimados posteriormente.
Es necesario aclarar que los hijos que fueron concebidos antes del matrimonio, pero
nacieron en él, son legitimados ipso jure y se reputan como legítimos (Código Civil,
1873, art. 237). No obstante, el marido puede reclamar en contra de la legitimidad del
hijo cuando nace antes de los 180 días subsiguientes al matrimonio y prueba que estuvo
en imposibilidad física de tener acceso a la madre. El marido también puede alegar que
no tuvo conocimiento del embarazo en el momento de casarse y no ha realizado actos
que evidencien que reconoce al niño o niña como hijo o hija después de que nace
(Código Civil, 1873, art. 237). Igual al anterior escenario, los hijos que fueron
concebidos y nacieron antes del matrimonio también son legitimados ipso iure con el
matrimonio de ambos padres (Código Civil, 1873, art. 238).
En casos diferentes a los expuesto anteriormente el matrimonio no legitima ipso iure a
los hijos. Para que tenga dicho efecto es necesario que los padres establezcan en el acta
de matrimonio o en escritura pública que quieren legitimar a determinado niña o niño
(Código Civil, 1873, art. 239). En estos casos, el instrumento público de legitimación se
debe notificar al niño o niña que se pretende legitimar. Cuando la persona no necesite de
tutor o curador y no vive bajo potestad marital puede aceptar o repudiar la legitimación
por sí misma (Código Civil, 1873, art. 241). En caso de que se requiera de lo anterior, la
legitimación se hará con el consentimiento de su tutor o curador (Código Civil, 1873, art.
242). Además, si el hijo fallece, la notificación se hará a sus descendientes, quienes
podrán aceptarla o repudiarla. La aceptación o el repudio tiene que realizarse dentro de
los 90 días siguientes a la notificación. Si transcurre dicho tiempo y no se otorga alguna
respuesta se debe entender que fue aceptada la legitimación (Código Civil, 1873, art.
243). En adición, los hijos legitimados por el matrimonio posterior son iguales a los
legítimos que se concibieron dentro del matrimonio (Código Civil, 1873, art. 245).

3) Acciones de reclamación o declaración de la filiación y el estado civil


Las acciones de reclamación o declaración de la filiación y estado civil tienen como
propósito que se establezca que una persona es hijo o hija de un padre o madre
determinados y, con ello, el hecho de que posee un estado civil distinto al que tiene en el
momento en que se realiza la demanda. En ese sentido, las acciones de reclamación se
dirigen a demostrar que una persona tiene un vínculo de consanguinidad con otra que se
presume como su madre o padre (Consejo Superior de la Judicatura, 2017). Para lograr lo
anterior se cuenta con dos vías procesales diferentes:
1. Cuando el hijo o la hija es menor de edad: En esta situación se debe aplicar el
artículo 7 de la Ley 721 de 2001, según el cual en los procesos de menores de
edad debe conocer el juez competente del domicilio del menor, mediante un
procedimiento especial. Este procedimiento se realiza por medio de la acción de
investigación de paternidad.
2. Cuando el hijo o la hija es mayor de edad: Este caso concreto no fue abarcado
por el artículo 7 de la Ley 721 de 2001, por lo cual cuenta con la acción de
filiación que tiene como procedimiento el ordinario de mayor cuantía establecido
en el artículo 386 del Código General del Proceso.

a. Reglas que se aplican en ambas acciones de declaración

i. Reclamación de la maternidad
La reclamación de la maternidad no suele ser frecuente, pero puede suceder que el hijo o
hija no viva con la madre biológica o que esté vinculado con una persona que realmente
no es su verdadera madre (Consejo Superior de la Judicatura, 2017).
La filiación o investigación de maternidad se divide en matrimonial y extramatrimonial.
Por un lado, la maternidad extramatrimonial se debe otorgar cuando la madre era soltera
o estaba viuda al momento de concebir el hijo o hija. La reclamación de la filiación
matrimonial se tiene que establecer simultáneamente con respecto al padre y a la madre,
ya que se otorga una vez se comprueba la existencia de la concepción durante el
matrimonio o la unión marital de hecho declarada. En esta, el hijo o hija tiene que
acreditar que su presunta madre tuvo un parto, que de ese parto nació él/ella y, además,
que su madre estaba casada o tenía un compañero permanente (Consejo Superior de la
Judicatura, 2017).
ii. Reclamación de la paternidad
Como la paternidad no se puede corroborar con el parto y en algunas situaciones es
difícil de determinar, la Ley 75 de 1968, en su artículo 6, estableció algunas causales
concretas en las que se debe presumir la paternidad, las cuales solo caben con respecto a
la filiación extramatrimonial. Lo último debido a que el hijo concebido durante el
matrimonio o durante la unión marital de hecho tiene por padres a los cónyuges o
compañeros permanentes, salvo prueba en contrario (Código Civil, 1873, art. 213). Las
causales son:
1. Rapto o violación en la época de la concepción: En esta situación solo se tiene que
demostrar que sucedieron los hechos y que al momento de la violación o durante el
tiempo del rapto se dio la concepción. Como mencionamos, la fecha de la
concepción se determina a partir del nacimiento del hijo o hija que no puede ser
menor a 180 días, ni mayor a 300 días.
2. Seducción realizada mediante hechos dolosos, abuso de autoridad o promesa de
matrimonio: En este caso la mujer decide tener relaciones sexuales con el hombre
motivada por hechos doloso, abuso de autoridad o promesa de matrimonio realizadas
por el hombre. En ese sentido, se debe probar la seducción y que la concepción
sucedió en dicho momento. Cabe resaltar que, la mujer tiene que ser mayor de 14
años, sino se tipificaría el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años
(Código Penal, 2004, art. 305).
3. Carta u escrito del pretendido padre que contenga confesión inequívoca de
paternidad: Esta presunción se configura cuando el presunto padre demandado ha
confesado previamente su paternidad con respecto al hijo o hija determinada y no
existe ninguna duda en ello. La confesión se puede dar por cualquier documento
privado o público. Además, esta es diferente al reconocimiento, puesto que este
último tiene plenos efectos sin necesidad de recurrir a una demanda judicial.
4. Entre el presunto padre y la madre hayan existido relaciones sexuales para la
época en la que puedo tener lugar la concepción: Las relaciones sexuales se
pueden inferir del trato personal y social entre el presunto padre y la madre durante
la época de concepción y de la relación que tenían. Sin embargo, la presunción se
desvirtúa cuando se comprueba la imposibilidad física de tener relaciones sexuales
con la madre o que esta última tuvo pluralidad de relaciones con diferentes personas
en la misma época (Código Civil, 1873, art. 237). Las anteriores excepciones no son
aplicables cuando el resultado del examen de ADN resulta compatible en un 99.99%.
5. Trato personal y social dado por el presunto padre a la madre durante el
embarazo y el parto, demostrado con hechos fidedignos: En esta se debe
corroborar que el presunto padre tuvo un trato preferencial y personal con la madre
en el momento en que estaba encintada y cuando fue el parto. Además, es necesario
evidenciar que el presunto padre realizó hechos externos como el pago de la clínica,
del médico, de la alimentación de la madre, etc. (Consejo Superior de la Judicatura,
2017). Lo anterior, con el objetivo de comprobar que el trato tiene características
ciertamente indicativas de la paternidad. En esta presunción también son aplicables
las excepciones previstas en el numeral 4.
6. Se acredita la posesión notoria del estado de hijo: La posesión notoria del estado
de hijo o hija se tiene que dar por un término no inferior a 5 años y se demuestra
cuando el padre trata al hijo o hija como suyo (Código Civil, 1873, art. 398). En
dicho trato, el padre provee la educación, el vestuario, salud, alimentación y también
lo presenta como hijo propio ante vecinos y amigos (Código Civil, 1873, art. 397). En
consecuencia, para configurar dicha posesión se necesita el tiempo, el trato de hijo o
hija y la fama de que lo es.

iii. Legitimación por pasiva


La acción tiene que ejercerse en contra de: (i) el presunto padre o madre; (ii) o contra los
herederos de los presuntos padres y su cónyuge en el caso de que hayan fallecidos
(Consejo Superior de la Judicatura, 2017).
iv. Conciliación extrajudicial
Las acciones de filiación e investigación de paternidad o maternidad conllevan una
declaración con respecto al estado civil, el cual no es renunciable, ni conciliable (Consejo
Superior de la Judicatura, 2017). De ahí que la conciliación extrajudicial no es un
requisito de procedibilidad de la demanda.
v. Término para interponer la acción
La acción de investigación de paternidad y maternidad y de filiación se puede interponer
en cualquier tiempo, debido a que toda persona tiene el derecho a ser reconocido por sus
padres biológicos (Código Civil, 1873, art. 406).
vi. Efectos de la sentencia que declara la paternidad o maternidad
La sentencia tiene efectos personales y patrimoniales. Los primero se refieren a que
surgen derechos y obligaciones entre padres e hijos o hijas, pues fueron declarados como
tal. En cuanto a los segundos pueden ser absolutos o relativos. Por un lado, son absolutos
cuando quien tenía legitimación por pasiva es el verdadero padre. Por otro lado, son
relativos, cuando el presunto padre había fallecido y se adelantó contra sus herederos y
cónyuges. En el último escenario sólo producirá efecto patrimonial en contra de quienes
hayan sido parte en el juicio y cuando la demanda se notifique dentro de los dos años
siguientes a la defunción (Ley 75, 1968, art. 10).
b. Acción de filiación
Esta acción tiene como objeto demostrar que una persona mayor de edad tiene un vínculo
de consanguinidad con otra persona que se presume es su madre o padre. En ese sentido,
quien tiene legitimación por activa es; (i) hijo o hija mayor de edad por sí mismo; (ii)
hijo o hija mayor de edad cuando es incapaz por medio de su curador; (iii) y
descendientes o ascendientes del hijo o hija cuando haya fallecido este.
En este caso, la demanda debe cumplir con los requisitos generales del artículo 82 del
Código General del proceso. El juez en el auto admisorio de la demanda ordenará, de
oficio o a petición de parte, la práctica de la prueba con marcadores genéticos de ADN
(Ley 75, 1968, art. 1).
c. Acción de investigación de la paternidad
La investigación de la paternidad o maternidad es un proceso de carácter judicial que
tiene como fin reconocer el derecho a la filiación de las personas cuando no son
reconocidas de forma voluntaria por su padre o madre (Corte Constitucional, 2018,
Sentencia C-131). Los requisitos para que proceda son los siguientes: (i) se cuente con el
nombre y dirección del demandado, pero si no se conoce la ubicación se tiene que dejar
constancia de ello bajo juramento; (ii) nombres y dirección del demandante; (iii) registro
civil de nacimiento cuando el menor está registrado con el apellido de uno de los padres;
(iv) pruebas documentales; (iv) exposición de los hechos por escrito (Corte
Constitucional, 2017, Sentencia T-207).
En este proceso quienes tienen legitimación para interponer la presente acción y e
intervenir son: (i) la persona que ejerza sobre el menor la patria potestad o guarda; (ii) la
persona natural o jurídica que haya tenido o tenga el cuidado de crianza o educación; (iii)
defensor de menores; (iv) ministerio público (Ley 75, 1968, art. 13).
4) Acciones de desconocimiento o impugnación

La impugnación de la paternidad es un proceso judicial que le permite a una persona


refutar la relación filial que fue reconocida previamente (Corte Constitucional, 2018,
Sentencia C-131). En ese sentido, la impugnación únicamente se puede realizar frente a
una filiación que tiene existencia jurídica, ya sea porque operó ipso iure o el hijo fue
legitimado por escritura pública o reconocido como extramatrimonial. De ahí que, los
hijos reconocidos por sentencia judicial no pueden ser impugnados en cuanto a su
paternidad o maternidad, puesto que la sentencia tiene efectos erga omnes al ser cosa
juzgada (Corte Constitucional, 2017, Sentencia T-207). En ese proceso, el juez
competente debe, de oficio o a petición de parte, vincular siempre que sea posible al
presunto padre o madre biológica, con el objetivo de que en la misma actuación procesal
se declare la paternidad o maternidad (Código Civil, 1873, art. 218).
La acción tiene un término de caducidad, el cual empieza a correr desde el momento en
que el accionante tiene certeza de que no existe una relación filial. Dicha certeza se
deriva del resultado negativo de la prueba de ADN. El término es de 140 días a partir del
momento en que se conoce que no es el padre biológico (Corte Constitucional, 2017,
Sentencia T-207). Este término no procede cuando la accionante acumula la impugnación
con la acción de reclamación de la paternidad o de la maternidad, pues dicho proceso se
rige por el artículo 406 del Código civil que permite reclamar la verdadera filiación en
cualquier tiempo (Corte Constitucional, 1995, Sentencia C-109). En el anterior caso, la
Corte Constitucional le otorgó prevalencia a la regla de imprescriptibilidad que procura
garantizar el derecho de todas las personas a reclamar su verdadera filiación.

Los titulares de la acción de impugnación son:


1. El cónyuge o compañero permanente y la madre, dentro de los 140 días siguientes
al momento en que tuvieron conocimiento de que no son la madre o padre
biológico (Código Civil, 1873, art. 216).
2. El hijo, quien podrá realizar la impugnación de la maternidad o paternidad en
cualquier momento (Código Civil, 1873, art. 217).
3. Cualquier persona que acredite sumariamente ser el presunto padre o madre
biológico (Código Civil, 1873, art. 217).
4. Los herederos desde el momento en que se enteraron del fallecimiento del padre o
madre, cuando conocieron el nacimiento del hijo o dentro de los 140 días
siguientes al conocimiento de las anteriores situaciones. No podrán hacerlo
cuando el padre o madre reconoció expresamente al hijo en su testamento u otro
instrumento público (Código Civil, 1873, art. 219).
5. Los ascendientes del padre o la madre aun cuando no tengan parte en la sucesión
de estos. Únicamente podrán hacerlo con posterioridad a la muerte del padre o
madre con un máximo de 140 días desde que conocieron tal hecho (Código Civil,
1873, art. 222).
Continuando con la impugnación, en el caso concreto en que se impugne la maternidad
cuando sea otra la verdadera madre del hijo se puede demostrar tal situación con la
evidencia de que el parto fue falso o con la suplantación del pretendido hijo al verdadero.
En esta situación quienes tiene derecho para impugnar son: (i) el marido de la supuesta
madre para desconocer legitimidad del hijo; (iii) los verdaderos padres, con el objetivo de
reconocer la legitimidad al hijo o a sus descendientes legítimos; (iii) la verdadera madre
para exigirle a alimentos a su hijo (Código Civil, 1873, art. 335). También la pueden
ejercer toda persona a quien la maternidad que no es verdadera lo perjudique en sus
derechos de sucesión de los supuestos padre o madre (Código Civil, 1873, art. 337).
Ahora bien, algunos ejemplos de casos concretos en los que ya existe una relación filial
que puede ser impugnada son: (i) cuando la hija o hijo nació después de los 180 días de
celebrado el matrimonio o de la declaración de la unión marital de hecho; (ii) el de la hija
o hijo nacido dentro de los 300 días de disuelto el matrimonio por divorcio o muerte de
uno de los consanguíneo; (iii) hijo o hija concebido durante la separación de cuerpos de
hechos de los padres; (iv) hijo o hija con doble presunción de paternidad por la mujer
haber celebrado unas segundas nupcias. Este caso se presenta cuando el niño nace dentro
de los 300 días de finalizadas las primeras nupcias y después de los 180 días de
celebradas las segundas (Consejo Superior de la Judicatura, 2017). La paternidad en las
anteriores situaciones se presume, debido a que encajan en la presunción del artículo 92
del Código Civil. Por lo cual, el padre o madre para desvirtuar dicha presunción deben
utilizar la impugnación de la paternidad.
5) Prueba Científicas- ADN- Ley 721 de 2001

La Ley 721 de 2001 realiza una codificación de la jurisprudencia y resuelve todos los
vacíos dejados por la Ley 75 de 1968 en lo que se refiere a los avances científicos de los
exámenes biológicos o también llamados exámenes de ADN. De hecho, la ley 721 de
2001 es la que actualmente regula todo lo relacionado con pruebas de ADN que se
emplean para determinar la filiación. Los aspectos más importantes de dicha ley son:
1. El juez está obligado de oficio a “decretar la prueba que científicamente determine
un índice de probabilidad del 99.99% en los procesos de maternidad y paternidad”
(Avello, 2007).
2. Los laboratorios donde se realizan las pruebas deben estar certificados de acuerdo
con los estándares internacionales para que cumplan las exigencias legales y, con
ello, tengan la facultad para realizar pruebas de maternidad y paternidad.
3. Nace una “comisión de acreditación y vigilancia de orden nacional para vigilar a los
laboratorios que realicen las pruebas de filiación” (Avello, 2007). Entidad que fue
regulada en el decreto 2112 de 2003.
4. Establece que la técnica DNA con marcadores genéticos será utilizada para obtener
99.99% de certeza hasta que haya un método más exacto. Lo que hace la prueba
ADN es encontrar material genético de la persona cuya filiación está en duda, pues
el ADN es el componente químico primario de los cromosomas por lo que con ello
se puede determinar el aporte paterno o materno que recibió un hijo según lo
analizado en el marcador.
5. El informe del resultado científico debe ser claro, preciso y detallado.
6. Las pruebas genéticas sólo pueden tener 3 resultados: Se pueden estimar
compatibles, hace referencia a la coincidencia de los marcadores genéticos del
hijo(a) con el presunto padre o madre. La validez del estudio de paternidad está
relacionada con el número de marcadores genéticos realizados, entre 13 y 15
recomendablemente, y de la separación de las frecuencias poblacionales entre los
marcadores. Por otra parte, se encuentran los resultados no concluyentes que
indican insuficiencia de los datos obtenidos para concluir acerca de la concordancia
de los marcadores genéticos en cuestión. Finalmente, aquellos que indican
exclusión, los cuales tienen lugar cuando 3 o más marcadores no son compatibles.
Excepcionalmente al encontrar exclusión en 2 se deben realizar más marcadores que
señalen con certeza que no corresponden a mutaciones genéticas. (Avello, 2007).
7. La prueba debe realizarse entre el padre, la madre e hijo. Si uno de los padres se
niega, el genetista acudirá a otros marcadores.
8. Si el presunto padre o madre fallecieron, hay 2 posibilidades para obtener el
porcentaje de 99,99%. La primera posibilidad es exhumar el cadáver (si no fue
cremado) para extraer ADN de sus huesos. La segunda posibilidad es practicar la
prueba con los familiares del presunto padre o madre para “determinar cómo serían
los marcadores genéticos del presunto padre o madre” (Avello, 2007). La decisión
de a cuál familiar practicarle la prueba suele dejársela al perito.
9. Tal como indica la sentencia C-808 de 2002 el pago de la prueba de paternidad o
maternidad debe ser asumido por quien la solicita, excepto en casos de extrema
pobreza donde es el Estado quien asume el costo. (Corte Constitucional, C-808-02,
2002).
10. Se debe acudir a testimonios, documentos y otros medios probatorios para emitir un
fallo cuando no exista o sea insuficiente la prueba de ADN. (Ley 721, 2001).
11. El juez del conocimiento tiene la potestad de utilizar todos los mecanismos
estipulados en la ley en caso de resistencia a la realización de la prueba por parte de
los interesados. Si persiste la negativa, el juez de oficio mediante sentencia
inmediata declarará la paternidad o maternidad en cuestión. (Ley 721, 2001).
Por otro lado, aunque no está expreso en la ley, es importante resaltar el peso que tiene la
prueba científica frente a otras pruebas. La corte ha establecido que “Es posible destacar
que esas probanzas indirectas (testimonios, cartas, seducción dolosa) no tienen el peso
probatorio de las pruebas biológicas. porque la paternidad biológica, esto es, la
posibilidad de que un gameto femenino haya sido fecundado por uno de determinado
hombre” (Corte Suprema de Justicia, Expediente 6188, 2000). También cabe aclarar que
“el Juez o Jueza no solo debe tener en cuenta la prueba genética (pues no se puede tomar
como prueba única de los procesos de filiación) o la renuencia a decretarse la prueba,
para dictar sentencia, sino que le corresponde estudiar todas las pruebas que sean
necesarias para tomar una decisión fundada en la certeza sobre quién es el padre o la
madre del niño, niña o adolescente.” (Avello, 2007).
5. Efectos
Los efectos de la filiación se enmarcan en 5 aspectos; (i) derechos y obligaciones entre
padres e hijos; (ii) patria potestad; (iii) emancipación; (iv) estado civil, (v) derecho
sucesoral.
i. Derechos y obligaciones
El vínculo filial que une a los padres con sus hijos tiene como efecto principal que se
configuren una serie de obligaciones y derechos del padre y madre para con sus hijos. La
madre tanto como el padre tienen la obligación de: (i) orientar, cuidar, acompañar y criar
a los hijos e hijas durante su proceso de formación (Código Civil, 1873, art. 253); (ii)
dirigir la educación y formación moral e intelectual de sus hijos e hijas (Código de la
Infancia y de la Adolescencia, 2006, art. 14); (iii) vigilar, corregir y sancionar. Los hijos
tienen las siguientes obligaciones para con sus padres; (i) tratarlos con respeto y
obedecerlos (Código Civil, 1873, art. 250); (ii) brindar cuidado y socorro cuando lo
necesiten, ya sea económico o de cuidado personal.
ii. Patria potestad
La filiación les otorga a los padres patria potestad sobre sus hijos no emancipados.
Precisamente, la patria potestad se define como el conjunto de derechos que la ley le
reconoce a los padres sobre sus hijos o hijas, con el objetivo de facilitar el cumplimiento
de sus deberes (Código Civil, 1873, art. 288). En ese sentido, uno de los efectos de la
filiación es permitir al padre y a la madre ejercer la patria potestad sobre la persona que
reconocen como hijo o hija.
iii. Emancipación
Como efecto de la filiación los hijos quedan vinculados a sus padres y, con ello, se
encuentran bajo la patria potestad de estos como se mencionó anteriormente. Por lo cual,
la filiación también ocasiona que se establezca la emancipación para dar por finalizada la
patria potestad. Precisamente, la emancipación es el hecho que pone fin a la patria
potestad (Código Civil, 1873, art. 312).
iv. Estado civil
La filiación tiene como resultado que la persona adquiera el estado civil de hijo o hija de
dicho padre, puesto que se reconoce una relación entre una persona y su familia. El
estado civil se define como la situación jurídica de una persona en la familia y la
sociedad, la cual es esencial para determinar su capacidad para ejercer derechos y
contraer obligaciones. Este es indivisible, indisponible e imprescriptible (Decreto 1260,
1970, art.1). En consecuencia, sólo existe un único estado civil para cada individuo, no
puede disponerse libremente de él al ser sus normas de orden público y no se extingue
aun cuando no se ejerce.
v. Derechos sucesorales
Como resultado de la filiación, el hijo o hija adquieren derechos sucesorales frente al
padre y madre, igual que estos últimos frente a sus hijos. Precisamente, por el vínculo
que poseen tienen el derecho a formar parte del orden sucesoral en la sucesión intestada
y, con ello, reclamar parte de los bienes.
REFERENCIAS
- Avello, J. (2007). Filiación en el derecho de familia. Escuela Judicial Rodrigo Lara
Bonilla, Recuperado de: https://escuelajudicial. ramajudicial. gov.
co/biblioteca/content/pdf/a5/4. pdf.
- Congreso de Colombia. (31 de mayo de 1873). Código Civil de los Estados Unidos
de Colombia. [Ley 84 de 1873]. DO: 2.867.
- Corte Constitucional, Sala Cuarta de Revisión. (4 de abril de 2017). Sentencia T-
207-17 [MP Antonio Lizarazo].
- Corte Constitucional, Sala Plena. (3 de octubre de 2002) Sentencia C-808-02 [MP
Jaime Araujo]
- Corte Constitucional, Sala Plena. (6 de mayo de 2015). Sentencia C-258-15 [MP
Jorge Pretelt].
- Corte Constitucional, (15 de marzo de 1995). Sentencia C-109-95 [MP Alejandro
Martínez Caballero]
- Corte Constitucional, (22 de enero de 1998). Sentencia C-04-98 [MP Jorge Arango
Mejía]
- Corte Constitucional, Sala Sexta de Revisión. (9 de julio de 1999). Sentencia T-488
de 1999 [MP Martha Sáchica].
- Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Civil y Agraria. (10 de marzo de 2000)
Expediente 6188. [MP Jorge Santos Ballesteros].
- Corte Constitucional, Sala Plena. (28 de noviembre de 2018). Sentencia C-131-18
[MP Gloria Ortiz].
- Congreso de Colombia. (29 de diciembre de 2001) Ley “Por medio de la cual se
modifica la Ley 75 de 1968. [Ley 721 de 2001]. DO: 44.661.
- Congreso de la República (5 de marzo de 1936) “Sobre reformas civiles (filiación
natural)” [Ley 45 de 1936]. DO: 23147
- Congreso de la República. (24 de febrero de 1982) Ley “Por la cual se otorga
igualdad de derechos herenciales a los hijos legítimos, extramatrimoniales y
adoptivos y se hacen los correspondientes ajustes a los diversos órdenes
hereditarios.”. [Ley 29 de 1982]. DO: 35961.
- Congreso de la República. (30 de diciembre de 1968). Ley “Por la cual se dictan
normas sobre filiación y se crea el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar”.
[Ley 75 de 1968]. DO: 32682.
- Monroy Cabra, G (2017) Décimasexta edición. Derecho de familia, infancia y
adolescencia: El profesional.
- Parra Benítez, J. (2017). Segunda Edición Derecho de Familia. La filiación.
- Presidente de la República de Colombia. (27 de julio de 1970). Por el cual se expide
el estatuto del registro del estado civil de las personas. [Decreto 1260 de 1970]. DO:
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- Serrano Quintero, L. (2020). Segunda parte: Derecho de la familia. Capítulo 3: La
filiación. Recuperado de
https://repository.usta.edu.co/bitstream/handle/11634/26788/Segundapartederechofa
miliacapitulo3filiacion2020luzserrano.pdf?sequence=1

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