Está en la página 1de 12

Introducción

¿Aprender?, sí, pero antes que todo vivir. Aprender a través y en relación con la vida.

John Dewey

El presente En estos momentos de transformación y replanteamiento del sentido de la educación


y del mismo currículo los agentes que están inmersos en esta importante misión deberían buscar
alternativas para responder a preguntas básicas tales como ¿por qué y para qué educamos?, estos
interrogantes han de ayudarnos a entender si la educación que ofrecemos hoy responde a las
necesidades reales de nuestros estudiantes y a la complejidad de nuestra sociedad. El mundo es
un lugar complejo y cambiante, por esta razón pretender resolver los problemas que enfrentamos
globalmente requieren mucha inteligencia y altos conocimientos, pero también el desarrollo de
habilidades y valores que no siempre han estado en el foco principal de la educación. En este
sentido, resulta necesario enfocarnos en aquello que piensan y necesitan nuestros estudiantes,
pero entonces al hacer un ejercicio de reflexión aparecen interrogantes como este ¿conocemos a
nuestros estudiantes? ¿Somos capaces de anticipar qué expectativas tienen, cómo va a ser su
mundo, cuáles son sus necesidades de aprendizaje y de crecimiento personal?

Todo apunta a que el mundo que les toca vivir a las nuevas generaciones va a ser tan dinámico y
cambiante que los marcos educativos estáticos actuales se van a quedar obsoletos con bastante
rapidez. Para anticiparse a estas situaciones, es interesante y necesario desarrollar la capacidad
para mantener actualizados esos modelos con la misma velocidad con la que ellos transitan por
distintas habilidades. Según parece, la mejor habilidad de estas generaciones será la de tener la
capacidad de desarrollar otras habilidades, es decir habría que transformar un currículo que
posibilite a los sujetos que aprenden y se preparan para enfrentar la vida a ser enseñados sobre
cómo pensar, no qué pensar. De esta manera, este currículo del que hablamos deberá ser flexible
y aterrizado a las demandas de una sociedad que constantemente cambia y espera ser
transformada.

En este mundo actual del cual hemos venido hablando se hacen visibles unas demandas que en
muchos casos no están siendo abordadas ni atendidas desde las instituciones educativas, por el
contrario se están quedando estancadas, olvidadas e invisibles. Para contrarrestar esta
problemática, la clave es abordar los retos educativos actuales buscando y aplicando estrategias
para aminorar la distancia entre el saber, el saber hacer y el saber ser, desarrollando al máximo la
capacidad de los estudiantes para movilizar y transferir los conocimientos recibidos. Saber hacer,
usar el conocimiento adquirido, requiere un entrenamiento específico basado en la solución de
problemas, no en la mera acumulación de saberes requiere entonces trabajar “la capacidad de
aplicar con flexibilidad y creatividad los conocimientos y las habilidades adquiridas de manera
significativa, en una variedad de contextos y situaciones.

 Nótese que la normatividad establecida desde la ley 115 que hasta el momento rige el
Sistema Educativo ha tratado de dar vida a los principios de descentralización y
autonomía, pretendiendo alcanzar los objetivos y fines planteados para la sociedad,
quizás sin actualizar las expectativas del currículo, en consecuencia con los cambios
sociales, económicos, culturales, políticos y epistemológicos que ha traído el siglo XXI y
que deberían permitir pensar el currículo más allá de la escuela. De este modo, entonces
las instituciones educativas están llamadas a atender aspectos como:
 Propiciar espacios para la construcción social y permanente del currículo.
 Consolidación del sistema educativo más articulado y con trayectorias educativas
completas de cero a siempre con altos índices de efectividad.
 Articulación y flexibilización curricular, real y efectiva en los establecimientos
educativos entre niveles, grupos de áreas obligatorias y fundamentales y temas de
enseñanza obligatoria.
 Mejor articulación del Sistema Institucional de Evaluación de Estudiantes con el
Proyecto Educativo Institucional, las propuestas curriculares y los planes de estudios,
otorgando una mayor responsabilidad y funcionalidad a la autonomía escolar y
curricular.
 Mejoramiento de la educación para que responda a los intereses de los estudiantes y
necesidades del contexto.

Además, de la responsabilidad y el compromiso que tienen las instituciones educativas de


responder a los retos actuales de la sociedad a través de una educación que influya en el avance
y el progreso del país, debe buscar alternativas para asumir y responder de manera recíproca a
los cambios científicos, tecnológicos económicos, sociales y políticos para la transformación de
diferentes contextos con el propósito de erradicar hechos como las desigualdades, la pobreza y el
analfabetismo. Desde luego, la educación es necesaria en todos los ámbitos del ser humano,
porque le permite mejorar su bienestar social y su calidad de vida, le permite acceder a mejores
oportunidades de empleo, le permite fortalecer los valores y las relaciones sociales.

Hasta aquí, se comprende entonces que Colombia necesita cambios profundos en la educación y
en el diseño curricular. Desde luego, frente a esta tarea nuestro país cuenta con la autonomía
desde la norma para hacerlo. Al respecto, la resolución 2343 de 1996 señala los parámetros para
orientar los procesos pedagógicos en las instituciones educativas orientados a brindar el tipo de
educación que necesitamos en el mundo actual y en el que anhelamos desarrollar el potencial
humano teniendo en cuenta las necesidades del contexto y sus posibilidades de crecimiento, de
avance y de transformación.

En la actualidad existen diversos enfoques y tendencias curriculares que siguen presentes en las
prácticas educativas, al igual que coexisten los requerimientos de una sociedad que
constantemente sufre transformaciones, a pesar de esto, se observa que la autonomía curricular
no ha sido asumida en todas las instituciones educativas “como la capacidad de tomar decisiones,
ejercida como una vivencia, un compromiso y una responsabilidad de la comunidad educativa
(...) a través de un proceso secuencial y sistemático que deberá comprender, entre otros, la
conformación de una comunidad pedagógica investigadora y constructora del currículo, el
diseño, desarrollo, seguimiento, evaluación y retroalimentación del mismo y su adopción como
parte del Proyecto Educativo Institucional.”. (Art. 4 Resolución 2343).

Ciertamente, el diseño curricular, las prácticas educativas y los propósitos de la educación


varían de acuerdo a las condiciones que enmarcan el contexto de cada institución educativa, pero
lo cierto es que cada una cuenta con la autonomía y la responsabilidad de participar en la
construcción y consolidación del currículo pensado desde las necesidades, intereses y
expectativas de los estudiantes, docentes, padres de familia y demás miembros de la comunidad
educativa.

Sin embargo, a pesar de querer responder al principio del proceso social de la elaboración del
currículo en el cual se haga visible el resultado de un proceso de construcción ciudadana que
refleje el tipo de sociedad que se aspira a forjar y que responda a la diversidad de las
instituciones educativas y a la de los actores que allí habitan, en ocasiones, resulta complejo y a
veces imposible participar en discusiones para establecer consensos sociales que ayuden a
determinar las finalidades de la educación y sus contenidos, debido al autoritarismo que ejercen
algunos líderes en estos escenarios educativos.

El Currículo en Colombia.

Hablar del Currículo en Colombia automáticamente nos remite al texto Curriculum y

Evaluación donde nos menciona el carácter polisémico del concepto: “Para hacer algo

más que conjeturas aleatorias sobre Curriculum de cualquier institución, necesitamos

conocer, no la naturaleza del Curriculum per se, sino más bien el contexto de cada

institución” (Correa Zamora, Lira Ramos, & Castro Rubilar, 2004, pág. 22) dicho esto,

podemos decir que para entender el currículo en Colombia debemos tener en cuenta la

historia del país y poder identificar las mutaciones que a lo largo den tiempo ha sufrido

el “currículo” hasta llegar a lo que hoy conocemos como “ el conjunto de criterios,

planes de estudio, programas, metodologías, y procesos que contribuyen a la formación

integral y a la construcción de la identidad cultural nacional, regional y local, incluyendo

también los recursos humanos, académicos y físicos para poner en práctica las políticas

y llevar a cabo el proyecto educativo institucional” (art 76 ley 115 1994)

Las primeras aproximaciones de Currículo en Colombia las podemos encontrar en la

época de la Independencia; ahí y producto de la gran influencia de la Revoluciones

Francesa (1789) y Americana (1776) se crea el ambiente perfecto para la revolución en el


campo educativo; se cambia las tendencias de la enseñanza y la filosofía buscando la

integración de la tradición a pensamiento moderno. En la época de la independencia

(1810 - 1819) se dio una autonomía provincial en contra del centralismo y se crearon los

estatutos provinciales que permitieron el uso del primer si se quiere currículo educativo:

se promovió la lectura, escritura, geometría y civismo (Oliveros, 2007).

En la Gran Colombia (1819 -1830) se inicia el modelo que sienta las bases a la educación

técnica con un modelo de enseñanza mutua de Joseph Lancaster, se inicia con el plan

de estudios y se da inicio a las escuelas primarias y secundarias para esta época

promueve la formación de los maestros (Oliveros, 2007) “El sistema lancasteriano

suponía que los estudiantes más avanzados, denominados monitores, transmitirían a los

demás los contenidos que les había enseñado el profesor. De esta manera, un solo

docente podía garantizar la educación de una gran cantidad de niños” (De Natale,

2018). Se hace la organización metódica del plan de estudios y se fundan las primeras

escuelas primarias primarias para formación de maestros (Oliveros, 2007).

En la Nueva Granada (1930 – 1953); la constitución de 1843 centraliza la administración

pública y de allí la distinción entre la escuela pública y la privada, se crean también las

escuelas primarias para adultos, escuelas para infantes, para este tiempo el currículo se

centra en la enseñanza religiosa del catecismo e historia sagrada, urbanidad,

lectoescritura, gramática, ortografía, aritmética, cívica, agricultura y economía. El


currículo se basa en educación Religiosa y Oral, se fomenta la educación pública, se

mejoran las ciencias y las artes. La educación se centra más en el entendimiento

buscando formar los educandos para el comercio y la industria (Oliveros, 2007).

En las dos siguientes épocas de la historia en Colombia, la influencia religiosa continuó

presente en el desarrollo de curricular, en los Los Estados Unidos de Colombia (1861 -

1886) incluye el desarrollo armónico de las facultades del alma, los sentidos y las fuerzas

del cuerpo; por su parte en la Republica (1903 -1927 ) se introdujo una reforma al

sistema escolar, dividiendo la enseñanza oficial en primaria, secundaria, industrial,

profesional y artística.

Entre 1930 y 1950 “se introdujo el concepto de libertad de enseñanza, pero bajo

inspección y vigilancia. Se volvió a hablar de gratuidad de la enseñanza y se organizó el

currículo pensando que en la primaria se formara el buen ciudadano, en la secundaria se

dieran los conocimientos cultura les y el enriquecimiento del espíritu y unas bases

sólidas intelectuales, morales y éticas.” ( Pineda Rodríguez & Loaiza Zuluaga, 2017, pág.

154)

Así mismo expone Lafrancesco (1998) que durante este período se hace una fuerte

acentuación al concepto de educación integral, lo cual conllevó a que las propuestas

curriculares se diseñarán a partir de cinco áreas intelectuales y cinco de actividades

prácticas. Otro aspecto interesante fue la intención de no dar continuidad a las


evaluaciones memorísticas y buscar otras alternativas como los círculos de lectura y la

utilización de laboratorios; por tanto, se buscó que, sin exceder en el enciclopedismo, se

tuviera una mayor cultura general y un adecuado equilibrio entre la formación

humanística y la formación técnica (De Natale, 2018). No se puede olvidar que en

periodo se crean los institutos de educación media diversificada -INEM- el propósito

era incorporar a los estudiantes al ámbito laboral obteniendo conocimiento en algún

arte u oficio (Oliveros, 2007).

Finalizando el siglo XX tres hechos importantes marcan el devenir de lo que hoy

conocemos como ley general de educación : en el primero (década delos 60´) “ se

incorpora el concepto de educación básica, los planes y programas de estudios son más

flexibles facilitando a los planteles definir su propuesta educativa, se diversifica el ciclo

vocacional en académico, pedagógico, industrial, agropecuario, industrial, comercio y de

promoción social” (Oliveros, 2007). Seguidamente, se amplía la cobertura educativa,

debido a un diagnostico general de la educación en el país se detectan diversas

carencias como la falta de investigación, poco desarrollo socio cultural, baja atención en

el nivel preescolar, mala formación pedagógica y científica de los docentes. Se inicia la

renovación curricular, buscando transformar la escuela en un proyecto cultural donde se

inician programas de capacitación y actualización para el docente. ( Pineda Rodríguez &

Loaiza Zuluaga, 2017)


Por último y como tercer hecho importante todo el periodo comprendido entre los años

1875 a 1990, se crea el código Nacional de Educación. “La educación ocupa un lugar de

gran importancia dentro de la constitución se publican las leyes 30 de 1992, se genera la

ley 115 de 1994. Se habla de proyectos educativos instituciones, gobierno escolar,

evaluación por logros, planeación estratégica aplicada a la administración educativa,

constructivismo como estrategia pedagógica, educación formal, no formal, de adultos,

especial y etno-educación” ( Pineda Rodríguez & Loaiza Zuluaga, 2017, pág. 156)

El currículo en Colombia hoy sigue marcado por la ley 115 de 1994; además, en los

últimos años, se ha venido hablando cada vez más de la importancia de incluir en el

currículo temas como la educación sexual, la educación emocional, la educación

ambiental y la educación en valores, entre otros. Esto se debe a la creciente conciencia

sobre la importancia de una formación integral que tenga en cuenta no solo el

conocimiento académico; también otros aspectos importantes para el desarrollo

personal y social de los estudiantes. Adicional a lo anterior en el tema de la paz empieza

a tomar relevancia dentro de las instituciones y de los planes curriculares.

RELACIÓN CURRÍCULOS IMPLEMENTADOS Y FORMACIÓN DOCENTE


Dado que uno de los propósitos que deberían perseguir la educación y la construcción del
currículo es aminorar las brechas existentes dadas por los planteamientos que aparecen en los
distintos documentos emitidos por entes que nada tienen que ver con la verdadera realidad que
caracterizan a las diferentes instituciones educativas. Se trata entonces de Cerrar la distancia que
frecuentemente separa las intenciones y las aspiraciones consignadas en los documentos
curriculares de la realidad cotidiana de las escuelas y de lo que los estudiantes aprenden.

A partir de estas realidades educativas deberían construirse mecanismos para diseñar un


currículo que atienda la riqueza y variedad de experiencias de aprendizajes que contribuyan a la
formación integral de los sujetos, dando relevancia al desarrollo social y emocional, el
compromiso y la motivación, el bienestar físico y a la evaluación formativa destinada a apoyar el
proceso de aprendizaje, sin olvidar la incidencia del currículo oculto y de las prácticas
pedagógicas.

Cabe anotar, que es oportuno evaluar y medir el alcance del aprendizaje escolar en relación a
criterios como estándares, objetivos y competencias, pero también se deberían tener en cuenta
otras disciplinas del conocimiento que podrían ayudar a valorar la calidad y riqueza del
aprendizaje y no dejar esta valoración solo en manos de las asignaturas básicas como lenguaje o
matemáticas.

Otro aspecto que sigue causando controversia es el hecho de generar discusión en torno a la
centralización y descentralización tanto en la definición como en la aplicación del currículo. Es
bastante frecuente que las autoridades educativas se interroguen sobre qué tipo de decisiones que
tienen que tomarse a nivel central y las que en cambio hay que dejar en manos de las escuelas y
de las comunidades educativas locales, lo cierto es que tanto las instituciones educativas como
los docentes que hacen parte de ella cuentan con la autonomía y el compromiso de participar
directa y activamente en comunidades pedagógicas e investigadoras con el ánimo de construir,
adaptar y adecuar el currículo a las necesidades observadas en sus estudiantes y en el contexto.

Como se ve, el rol del docente resulta vital tanto en la construcción como en la implementación
del currículo porque resulta ser el instrumento de trabajo que fija el horizonte de sus prácticas
pedagógicas en el aula, así mismo cotidianamente los docentes tienen que cohabitar con las
inconsistencias y tensiones que atraviesan las propuestas curriculares, además de verse saturados
de funciones y responsabilidades que van más allá de lo pedagógico, llamados a resolver
problemas sociales de toda índole. Abrumados por listados interminables de estándares de
desempeño y objetivos a alcanzar, el trabajo del docente puede verse deslegitimado porque
puede perder su horizonte haciendo a un lado el verdadero sentido de su labor, poder responder a
la responsabilidad de educar y formar a los ciudadanos del mañana.

Se comprueba de este modo, que los desafíos de educar y aprender en el siglo XXI pueden
generar tensiones y posturas escépticas en cuanto a la aspiración de asegurar una educación de
calidad para todas y todos, así mismo idealizar el hecho de construir sociedades más justas y
garantizar el acceso equitativo a un aprendizaje pertinente y eficaz. Ante este panorama, es
necesario resaltar la importancia de las posturas y decisiones que tomen las instituciones
educativas haciendo uso de su autonomía y el rol activo que desempeñe el docente desde su labor
pedagógica, desde una reflexión profunda y continua sobre el propósito de la educación que hoy
necesitamos, además de la voluntad clara de poner las tareas y el rol de los estudiantes en el
centro del proceso de aprendizaje.

En definitiva, las instituciones educativas y sus maestros tienen el compromiso de desarrollar


procesos en torno a la reflexión sobre la relación entre misión e impactos, es decir analizar las
condiciones del contexto para determinar nuevos retos para el currículo, que van desde la
flexibilización de este hasta una apuesta por la educación inclusiva y el desarrollo de
competencias como el pensamiento crítico, el desarrollo de la creatividad y la imaginación, la
resolución de problemas cotidianos, la toma de decisiones, la comunicación y la ciudadanía
global.

Referencias
Pineda Rodríguez, Y., & Loaiza Zuluaga, Y. (2017). Un análisis del trayecto histórico del

currículo en Colombia Segunda mitad del siglo XX. Revista de Investigaciones UCM,

17(29), 150 -167.


Correa Zamora, M. E., Lira Ramos, H., & Castro Rubilar, F. (2004). Curriculum y Evaluación.

22. Obtenido de https://univirtual.utp.edu.co/campus_univirtual/pluginfile.php/227400/

mod_resource/content/3/Curriculum%20y%20Evaluaci%C3%B3n.pdf

De Natale, C. (2018). La enseñanza de la gramática en el sistema de Lancaster: el

Compendiogramatical de la lengua nacional llamada castellana de José Catalá y Codina.

Revista argentina de historiografía lingüística, X, 2,, 125-143. Obtenido de

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/7428796.pdf

Oliveros, C. (22 de Abril de 2007). HISTORIA DEL CURRÍCULO EN COLOMBIA. Recuperado

el 2003, de https://www.timetoast.com/: https://www.timetoast.com/timelines/historia-

del-curriculo-en-colombia-679f64b5-38ad-4fd8-bf66-78ceac3ceb2b

Amadio M. (2014) Un currículo para el siglo XXI.Unesco.

Resolución 2343 de junio de 1996.

Ruta maestra, Metodologías Activas. Edición 25. Tomado


dehttp://rutamaestra.santillana.com.co/

Referencias

También podría gustarte