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Material de Lectura 1.
LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN
LA COMUNICACIÓN Y EL LENGUAJE
Desde los tiempos más antiguos, el hombre siempre se expresó, es decir, manifestó lo que
sentía, aquello que necesitaba o le urgía. En principio, golpeando piedras y palos; luego,
produciendo otros sonidos, hasta llegar al lenguaje.
¿QUÉ ES EL LENGUAJE?
Se lo define como el “conjunto de palabras, con las que expresamos nuestras ideas y
sentimientos”. Sin duda, el lenguaje articulado constituye una de las manifestaciones
características que separa al hombre de los seres irracionales.
Las ciencias, tanto la Historia como la Sociología, la Filosofía comparada y otras, no han
encontrado, en su estudio sobre las relaciones entre las distintas lenguas, ninguna “lengua
madre” universal. En Filología2 se llama así a aquellos idiomas de los que derivaron otros luego,
como sucedió con el latín y el griego, en tiempos remotos, y más tarde con el español, el inglés,
el portugués o algunos idiomas indígenas que dieron lugar a otros. La historia permite reconocer
que hubo idiomas que desaparecieron, las “lenguas muertas”, subsistiendo rastros de ellos, en
otros. Este proceso siguió su lento desarrollo hasta la conformación de los Estados nacionales
(siglo XIV), momento a partir del cual cada “nación” tiene su gobierno (autónomo), sus leyes, y
su idioma.
PROBLEMAS EN LA COMUNICACIÓN
La problemática comunicacional está ligada a la semántica, es decir a la atribución de
significados. Es por ello que, para tener una buena comunicación, hay que saber “escuchar”.
Una cosa es sentir el ruido que viene del exterior; otra muy distinta es percibir lo que otra
persona nos está diciendo, y más distinto es aún entender lo que nos quiere comunicar.
Parecería que escuchar es una actitud pasiva. Cuando estamos en una conferencia escuchando
la disertación del expositor, basta tomar apuntes o encender el grabador, para seguir y no olvidar
la charla. Pero al escuchar a alguien que cuenta “su” problema, sabemos que desde esa
escucha se deberá construir una estrategia para ayudarlo, a partir de la palabra y el silencio. A
veces es suficiente escuchar a alguien para que se sienta aliviado; otras, en cambio, es
necesario hablar, y allí es imprescindible hacerlo con prudencia y conveniencia.
Escuchar implica poner atención, “hacer foco” aquí y ahora, para pasar, así, del silencio a la
palabra, dando lugar a la construcción de otro recorrido, en los casos en los que sea conveniente
o necesario. Ello va unido a otras consideraciones, como tener “tacto” para saber qué decir, a
quién, cuándo y cómo. Es decir, no cometer desprolijidades y descuidos que pudieran generar
malestares en las personas. Estas indiscreciones proceden muy frecuentemente del lenguaje
analógico, y no del digital: no siempre se lastima con la palabra; los gestos pueden ser tanto o
más hirientes que las palabras o la afectación física.
Dentro del primer nivel del Modelo del Uso Racional de la Fuerza, a través del diálogo y la
interacción verbal, se transmiten de manera clara y precisa indicaciones verbales, con el
objetivo de requerir a una persona que deje de realizar una acción considerada como infracción
o delito, controlándola sin necesidad de contacto físico. Recordemos que esto es posible cuando
la conducta del otro sujeto, responde positivamente a las órdenes verbales del personal policial,
a sus indicaciones y a su control.
Como existe una comunicación verbal y otra no verbal, podemos “decir” algo a alguien
también con la mirada, con un gesto, o con objetos dispuestos de modo tal que puedan
llegar a resultar agresivos al otro (agresión visual).
EL PROCESO COMUNICACIONAL
El término comunicación procede del latín, communicare, que significa “hacer a otro partícipe de
lo que uno tiene”. Es decir, hacer saber algo a otra persona. Por ende “comunicación” es la
acción de traspasar algo a otro, es el trato o correspondencia entre las personas. Actualmente,
comunicar puede considerarse sinónimo de informar, contar, decir, notificar, proferir, “poner en
conocimiento de”, etc.
En este proceso entran en juego seis elementos básicos, los cuales son:
1. El contexto.
2. Un mensaje.
3. Un emisor.
4. Un receptor.
5. Un código.
6. Un canal.
ESQUEMA CONCEPTUAL
Todo lo que ocurra en este proceso, puede facilitar o perjudicar el sistema. Aquí radica la
importancia de escuchar (escucha activa), para construir algo positivo a partir de lo escuchado.
Sin comunicación, como ya fuera señalado, no podrían desenvolverse las sociedades humanas.
Vivimos en un mundo de comunicaciones incesantes y problemáticas; es decir, vivimos
comunicándonos.
Un axioma es una verdad evidente, algo que no requiere demostración, sobre la cual se
construye y sustenta un cuerpo de conocimientos. La palabra proviene del griego αξιωμα, que
significa “lo que parece justo”.
Siempre nos comunicamos, de un modo u otro. Por ejemplo: voy caminando por la calle, veo
una persona conocida, la saludo y ésta gira la cabeza en otra dirección. En ese gesto, me dijo
algo, me “comunicó” , en este caso, que no quiere hablar conmigo.
El primero viene de “report”, informe o contenido del mensaje. Transmite los “datos” de la
comunicación.
El segundo es el “comand”, la orden, y se refiere a qué tipo de mensaje debe entenderse que
es, a cómo debe entenderse esa comunicación.
Cada uno cree que la conducta del otro es la causa de su propia conducta. En realidad la
comunicación es un proceso en el que cada parte contribuye a la continuidad del intercambio.
Como ejemplo podemos imaginar una pareja donde uno de ellos dice: “grito porque tú nunca me
escuchas” y el otro responde: “no te escucho porque tú siempre gritas”. Esto puede repetirse
incansablemente independientemente del contenido y da cuenta de una incapacidad para
metacomunicarse. Es decir, de poder hablar acerca de su forma de comunicarse.
Hay una comunicación “verbal” y otra “no verbal”, o sea una DIGITAL, la que se cristaliza por
la palabra, y otra ANALÓGICA, que es la que surge de los gestos, el lenguaje “gestual”: muchas
veces, un gesto dice más que mil palabras. La comunicación no implica simplemente las
palabras habladas; implica también a la comunicación analógica o no verbal, el cómo se dice.
Todos conocemos el significado de los gestos (“me miró con mala cara; me parece que lo mío no
va...”), pero la sintaxis no está definida.
Pensemos que estamos en un país donde no conocemos el idioma, y tenemos un fuerte dolor de
cabeza. No podremos llamar por teléfono a una farmacia para conseguir un remedio, dado que
nos resultaría difícil transmitir lo que nos pasa. Sin embargo, es esperable que si vamos a la
farmacia utilizando otros recursos, como gestos, podamos transmitir lo que deseamos. El cine
mudo es un ejemplo; el director logra transmitirnos una idea utilizando el lenguaje digital.
LA SECUENCIA COMUNICACIONAL
La comunicación efectiva o eficaz se puede definir como el resultado de la puesta en
funcionamiento de una serie de habilidades, que permiten a las personas transmitir y
recibir de la manera más fiel posible el contenido de sus mensajes, logrando la menor
interferencia posible.
ESCUCHA ACTIVA
La importancia de escuchar (escucha activa), radica en extraer y construir una
elaboración positiva a partir de lo escuchado.
Por ello, tendremos que escuchar con todos nuestros sentidos, ser muy cuidadosos pacientes y
observadores. Es necesario prestar atención a la comunicación no verbal del otro. El lenguaje
corporal nos dará muchos datos sobre el estado emocional de la persona que tenemos delante.
EMPATÍA
La empatía es la acción interna por la cual, uno “se pone en los zapatos del otro”, tratar de
sentir como el otro siente antes de responder. La empatía implica ser receptivo al estado de
ánimo que el otro manifiesta y preocuparse por su bienestar.
PARAFRASEO
El parafraseo es una habilidad comunicacional, que consiste en la explicación, con palabras
propias, del contenido de un texto para aclarar y facilitar la comprensión. La paráfrasis es
decir con palabras más sencillas las ideas de un texto predeterminado.
LAS PREGUNTAS
Saber preguntar también es una muy importante habilidad comunicacional. Hay distintos tipos de
preguntas, a saber:
Asimismo, constituyen el vehículo que hará posible la construcción del acuerdo. Los
interventores deben aprender a determinar las circunstancias que rodean el conflicto, con el
propósito de utilizar los diferentes tipos de preguntas en el momento oportuno.
TIPOS DE PREGUNTAS
Cada estilo de pregunta tiene un efecto diferente que puede ser o no congruente con la intención
del facilitador. Todas son importantes y cada cual es útil según la necesidad del facilitador.
1. Preguntas Abiertas
Las preguntas abiertas son aquellas orientadas a recibir respuestas amplias,
destinadas a conocer circunstancias generales, estados de ánimo, sensaciones y opiniones.
Estas son las preguntas más utilizadas al iniciar las sesiones de conciliación o
mediación, con el fin de ubicar a las partes en el terreno que están pisando y cuáles son las
expectativas de la otra parte.
2. Preguntas Cerradas
Las preguntas cerradas buscan señalamientos puntuales, concretos, específicos.
Ejemplos:
¿Cuál es su nombre?
3. Preguntas Lineales
Son formuladas para orientar al facilitador en la situación de las partes, ya que permiten
que las partes den una explicación del problema, así como también son útiles para la
clarificación y manejo de datos o información
Ejemplos:
¿En dónde dejó el auto?
4. Preguntas Circulares
Permiten analizar las mismas situaciones desde perspectivas diferentes, poniendo en
evidencia las relaciones, acciones, percepciones, ideas, sentimientos y creencias de las partes.
Además, fomentan la comprensión integral de los acontecimientos, porque permiten
ponerse en el lugar del otro
Ejemplos:
¿Cómo vería usted esta situación en el lugar de él?