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Tomado de: Revista Universidad de Antioquia. Medellín, Número 2087 Vol. 54


Abril-Junio 1987

Pensamiento y experiencia, y
epistemología evolucionista; o, ¿cómo
consiguieron los linces su visión aguda?

Karl R. Popper

Señor presidente, damas y caballeros,

Deseo expresar mis agradecimientos por la invitación a venir a Roma al profesor


Montalenti, a mi viejo amigo el profesor Lombardi, y al profesor Barigozzi. Esta
visita a Roma también me da la oportunidad de expresar mis agradecimientos a la
Academia Nazionale dei Lincei por haberme elegido como "Socio Straniero".

El título que yo había escogido para mi lección era: "Epistemología evolucionista".


En el programa impreso, encontré que este título estaba precedido por otro: "Pen-
samiento y experiencia". Estoy realmente listo para aceptar esta adición como un
reto, aun en el tiempo tan breve de veinte minutos. Y estoy también listo para
hacer el título de mi corta intervención todavía más largo. Voy a añadir, como una
tercera caracterización de mi tema, ¿Cómo consiguieron su visión aguda los Lincei
(o, en castellano, los linces)?

Mi respuesta hoy a esta pregunta es: "Por selección natural neo-darwinista". Y así
decimos todos nosotros. (Al menos hoy).

Ahora bien, la teoría de la selección natural neo-darwinista es una teoría de


mutaciones, de mutaciones que son producidas ciega pero activamente por el
organismo mismo; y de eliminación del error, producida parcialmente por choque
interno y parcialmente por choque externo; por choque adentro o afuera del
organismo. Una mutación nueva y ciega es eliminada, ante todo si no se adapta al
organismo; es decir, si ella choca con la estructura existente de ADN, que
representa el estado actual de adaptación del organismo a su medio, al mundo
circundante. En segundo lugar, ella será eliminada si choca con el entorno
(escogido). Así podemos decir que el estado existente de adaptación del
organismo representa su estado existente de conocimiento sobre el mundo, de
modo que la evolución de su ADN es la evolución del conocimiento del organismo.

Así podemos considerar la teoría darwinista de evolución por selección natural


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como una teoría de la evolución del conocimiento adaptativo del organismo por un
proceso de ensayo (= mutación) y de eliminación del error (= selección).

Las mutaciones mismas son siempre ciegas. Son accidentales. Pero el organismo
cambiado, el organismo modificado está lejos de ser ciego. Él posee todo el
conocimiento adaptativo de sus predecesores, o casi todo; y así el organismo
cambiado, que incorpora el ensayo que enfrenta la presión de su ambiente
eliminador del error, este organismo cambiado, no es ciego. Hablando
metafóricamente pero, espero, simple y claramente: la teoría de la selección
natural de Darwin es, simplemente, que en el largo plazo los linces con la visión
más aguda sobreviven, y aquéllos con la visión más torpe son eliminados. Ellos
son tachados del libro de la naturaleza como errores.

Esta es mi epistemología evolucionista en cuatro minutos. Mi idea central es la


interpretación del darwinismo como una teoría del conocimiento y de como
aprender. (El darwinismo como una teoría del aprendizaje). O, en otras palabras,
la identificación del método de ensayo y eliminación del error con la selección
natural; y la aplicación de la teoría del aprendizaje que resulta, a una identificación
posterior de todo conocimiento -o de todo el así llamado conocimiento- con
conocimiento teórico. En otras palabras, propongo lo siguiente:

Teorema 1

Todo conocimiento, incluyendo todo conocimiento observacional, es conocimiento


teórico. (Discutiré el conocimiento observacional más adelante, al final de mi
intervención).

Teorema 2

Todo conocimiento teórico, y por tanto todo conocimiento, es incierto, tentativo y


conjetural. Como todos los resultados de la selección natural, el conocimiento
humano es falible (como fue bien conocido antes de Aristóteles, pero sólo antes
de él).

Propuesta para una terminología: Por "conocimiento" deberíamos entender, en


una forma opuesta al lenguaje ordinario, "conocimiento conjetural" o "conocimiento
hipotético".

Teorema 3

Todas las percepciones son percepciones de "Gestalt", y son por tanto


interpretaciones de aquellos que nos comunican algunas partes de nuestro
cerebro.
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Teorema 4

Las percepciones de Gestalt tienen el carácter de hipótesis o teorías, porque todas


ellas cargan expectativas consigo. (Esta, incidentalmente, es una formulación
mucho mejor que la aserción de los psicólogos de la Gestalt de que las hipótesis o
teorías son Gestalten).

Teorema 5

Vivimos en un mundo real, cuya representación se nos da por medio de nosotros


mismos, en cada momento, como un mundo de teorías conjeturales acerca del
mundo real -y como un "horizonte de expectativas" (como yo lo llamo)-
expectativas acerca de lo que sucederá enseguida en el mundo real. Las teorías o
expectativas son escogidas por nosotros, ellas son nuestras conjeturas. Y aunque
la selección no es hecha por nosotros, el entorno selector es en gran parte
nuestra escogencia, y en parte, hecho por nosotros mismos.

Teorema 6

El fracaso de una expectativa puede ser más o menos esperado. Si el fracaso es


inesperado puede originar perplejidad y una necesidad urgente de reconstruir
nuestro horizonte de expectativas; es decir, de reconstruir algunas de nuestras
teorías, de nuestras preparaciones para la acción. (Por ejemplo, cuando crucé Los
Alpes de norte a sur, en el camino del Ticino a Roma, yo venía armado con una
larga conferencia para leer en Roma. En el Ticino escuché que la conferencia en
Roma no podría tener una duración mayor de veinte minutos. Esto me causó
alguna perplejidad y, esta mañana, originó una total reconstrucción de todas mis
disposiciones para la acción).

Teorema 7

Desde un punto de vista biológico, todo conocimiento y todas las teorías son
preparaciones para una posible acción. Son a menudo preparaciones en falso
para la acción. Esto conduce a la importante distinción entre una actitud dogmática
y una actitud crítica: entre la actitud de adherirnos a nuestras preparaciones en
falso y la de tratar activamente de descubrir nuestros propios errores.

Teorema 8

Todos los organismos son resolutores, sumamente activos, de problemas. Están


resolviendo problemas, constantemente, por el método de ensayo y eliminación
del error. Esto rige para la ameba y rige para Einstein. Uno puede decir: De la
ameba a Einstein hay sólo un escalón.

Así se suscita para mí el problema: ¿En dónde está la diferencia entre la ameba y
Einstein?
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Ciertamente hay varias diferencias. Yo propongo que la principal -la diferencia que
está conectada con el cerebro humano y su raída evolución- yace en el poder del
lenguaje específicamente humano.

Las teorías de la ameba están incorporadas dentro de ella misma; son parte de la
estructura física de la ameba. La ameba vive y muere junto con sus teorías
(aunque genéticamente puede transmitirlas).Ella no puede criticar sus teorías.

Einstein puede formular lingüísticamente sus teorías. Puede formularlas


acústicamente fuera de su piel. Puede incluso escribirlas, y observarlas; puede
guardarlas y mirarlas de nuevo en una hora, o en diez años. Esto hace posible
para él considerar sus teorías como objetos, y desarrollar una actitud crítica hacia
ellas.

Teorema 9

La principal diferencia biológica entre el hombre y otros animales es la posesión


dé un lenguaje que le permite formular sus teorías, su conocimiento conjetural,
fuera de su piel, y así criticarlas. También los animales tienen teorías,
expectativas; y algunos de ellos pueden hasta expresar sus teorías en la forma de
diferentes gritos de alarma: "i Viene un lobo!" o "¡Viene un águila!". Las abejas van
más allá: ellas parecen incluso examinar críticamente las propuestas sometidas
por las llamadas exploradoras al grupo que se prepara para enjambrar en el futuro
inmediato. Sin embargo los otros animales diferentes del hombre no parecen tener
el poder de formular teorías en un lenguaje descriptivo; esto es, en un lenguaje
que nos permita formular una teoría que describe un estado de cosas, existente o
no, perteneciente al pasado o al futuro –o aún con imposibilidad efectiva de existir.

Teorema 10

El funcionamiento peculiar del lenguaje humano descriptivo hace posible preguntar


acerca de una teoría propuesta o de una proposición: ¿Es verdadera o es falsa?
De ese modo el lenguaje humano nos posibilita formular problemas: problemas
sobre la verdad.

Teorema 11

El lenguaje humano crea una necesidad nueva: la necesidad de sopesar los pros y
los contras que hablan de la verdad o la falsedad de la teoría propuesta o de la
proposición propuesta; y además crea la necesidad de discutir cuál de dos teorías
propuestas que compiten, tiene las mejores perspectivas de ser verdadera. De
este modo, el lenguaje descriptivo crea la necesidad de añadir a la función
descriptiva del lenguaje una nueva función que yo llamo función argumentativa del
lenguaje. La función argumentativa del lenguaje humano es inmensamente
importante.
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Teorema 12

Sin argumentos no hay explicación. Toda explicación, incluyendo toda explicación


causal, es un esbozo de una argumentación deductiva, que deduce el
explicandum del explicans por medio de argumentos (presumiblemente) válidos.

Teorema 13

Sin argumentos no hay pensamiento humano que sea digno de ser descrito como
tal. Con este teorema he llegado, filialmente, al tópico central de nuestra
conferencia: el pensamiento.

Teorema 14

Sin duda alguna, hasta los animales piensan; pero el pensamiento, en su forma
humana, es esencialmente un producto del lenguaje humano y de su función
argumentativa. Los contenidos del pensamiento son nuevos objetos. Ellos
constituyen un nuevo mundo objetivo. (Yo lo llamo" mundo tres", el mundo de los
productos de la mente humana, en oposición al mundo físico, "mundo uno", y al
mundo psicológico, "mundo dos"). Este es mi último teorema.

Veo que todavía tengo unos pocos minutos, tiempo suficiente para añadir unas
pocas palabras sobre el tópico que yo no escogí: "Il pensiero e l' esperienza".

Soy un opositor radical de la teoría de la experiencia en el viejo sentido: soy un


opositor de la teoría ingenua de que nos es dada información a través de nuestros
sentidos; o de que obtenemos conocimiento a través de nuestros sentidos; o de
que, de un tal conocimiento nosotros derivamos más conocimiento, tal vez a
través de la inducción el llamado conocimiento a posteriori. Me opongo
radicalmente a todo esto.

Contra esto, propongo el apriorismo más radical. No, ciertamente, un apriorismo


que, como el de Kant, sostiene que algunas teorías son válidas a priori. Sino que
sostengo que todo nuestro conocimiento es producido por nosotros mismos, por
nosotros, y es a priori por origen.

De acuerdo con mi teoría de la experiencia, todo conocimiento experiencial, toda


información experiencial, es producida por nosotros mismos, y es así a priori por
origen. Es, entonces, ensayado activamente por nosotros, en la forma de ensayar
-a- percibir, es decir, a interpretar el mundo, la realidad, por el método de ensayar
cuáles de nuestras hipótesis acerca del estado del mundo funcionan, de modo que
podamos sostenerlas, y cuáles de ellas tenemos que abandonar: cuáles de ellas
chocan contra la realidad. Producimos nuestras percepciones como murciélagos.
Este es el verdadero análisis de la percepción. Así la experiencia es el resultado
de nuestra búsqueda activa de interpretaciones perceptivas, la mayoría de las
cuales son falsas y son rechazadas por nosotros mismos debido a un choque
contra la realidad. Por este choque estamos constantemente convencidos de que
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la realidad existe.

Concluyo con la solicitud de una discusión crítica, de una crítica impersonal.

Deseo decir que mi teoría es en gran medida el resultado de la crítica y de la


discusión crítica; especialmente de la crítica de mis amigos John Eccles, Konrad
Lorenz y Marcello Pera.

Traducido del italiano por Jorge Antonio Mejía.

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