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El proceso de formación de las leyes.

La principal función del Congreso Nacional es debatir y aprobar las leyes.


Nuestra Constitución Política de la República no define expresamente lo que debe entenderse por
ley, sin embargo la considera como toda norma de carácter general y obligatorio que estatuya las
bases esenciales de un ordenamiento jurídico, según se desprende del art. 63 N ° 20.
Las leyes pueden tener origen tanto en la Cámara de Diputados, como en el Senado, por mensaje
que dirija el Presidente de la República o por moción de cualquiera de sus miembros.

El proceso legislativo está conformado por etapas sucesivas, a saber:


a. La iniciativa.
Es la etapa en que comienza el primer impulso para que una proposición sea analizada por el
Congreso Nacional. Ello significa elaborar un proyecto que sea susceptible, por su forma y por su
contenido, de convertirse en ley. En nuestro país tienen iniciativa de ley el Presidente de la
República y los parlamentarios; en el primer caso se habla de Mensaje, en el segundo de Moción.
b. La discusión.
En ella se verifica el estudio, análisis y deliberación del Senado y en la Cámara de Diputados sobre
un proyecto de ley, la cual pasa por distintas etapas. Una vez aprobado un proyecto en su Cámara
de origen, pasa a la Cámara revisora, la cual procede de la misma manera como lo hizo la primera.
Una vez aprobado por ambas, el proyecto es enviado al Presidente de la República.
c. La sanción.
Al Presidente de la República le es enviado el proyecto de ley aprobado por ambas Cámaras a
efectos de que lo apruebe o rechace. Si no dice nada en un plazo de 30 días desde que recibió el
proyecto de ley, se entiende que lo aprueba.
d. La promulgación.
Aprobado el proyecto de ley por el Presidente de la República, éste dicta un decreto
promulgatorio dentro de un plazo de 10 días.
e. La publicación.
En el plazo de 5 días desde que queda tramitado el decreto promulgatorio, el texto de la ley debe
publicarse en el Diario Oficial y, desde ese momento es obligatoria y se presume conocida por
todos.
En todo este proceso hay que considerar que la tramitación de una ley no está sujeta a un
tiempo determinado. Sin embargo, un proyecto puede ser calificado con urgencia por el
Presidente de la República y en tal caso, su discusión y votación en la Cámara requerida deberán
quedar terminadas en el plazo de treinta días; si la calificación fuere de suma urgencia, ese plazo
será de quince días y, si se solicitare discusión inmediata, será de seis días.
Estos plazos corren desde la sesión de la Cámara correspondiente en que se dé cuenta del
Mensaje u oficio que requiere la urgencia a una de las Cámaras.

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