Está en la página 1de 2

OPINION DOCUMENTADA – BOLAÑOS ROJAS MAX ROBERT

Durante el desarrollo del caso clínico se presenta a un paciente con diagnóstico


de tumoración en el pedúnculo cerebeloso medio izquierdo, de causa no
determinada, fue sometido exéresis de la lesión y colocación de un drenaje
ventricular externo. La cirugía se desarrolló en posición decúbito prono, tuvo
una duración de 5 h y el paciente mantuvo constantes estables con adecuada
oxigenación y ventilación. A este punto se planteó una complicación
anestésica, cuyo diagnóstico es: Hepatocicidad por anestesia general. En la
ecografía abdominal se evidenció alteración parcheada de la ecogenicidad
hepática, sin presencia de masas.

Es importante tener en consideración las diferencias entre la vía aérea


pediátrica y la de un adulto; como por ejemplo que los niños presentan una
lengua más grande, una epiglotis más alta y unas cuerdas vocales más
anguladas. Todo esto hace más complicado la intubación endotraqueal, en
caso lo requiera el paciente. (1) Asimismo, la laringe de los pacientes
pediátricos es en forma de embudo y el cartílago cricoides es más estrecho que
en los adultos; los cuales son datos a tener en cuenta a la hora de la intubación
endotraqueal, puesto que en estos pacientes no se usa un tubo endotraqueal
con cuff, debido a que la misma anatomía ya proporciona un buen ajuste. (1,2)

Los pacientes pediátricos también presentan mayor riesgo de laringoespasmo,


sobre todo si es tratado por un anestesiólogo que tiene poca experiencia en
anestesia pediátrica. Por este motivo es importante saber como prevenir esto,
lo cual se puede lograr mediante la administración de lidocaína IV un minuto
antes a la extubación orotraqueal y que esta extubación sea en un plano
profundo; para que la manipulación no estimule en exceso el nervio laríngeo
superior. (2)

Esto también se puede prevenir con mediante el tipo de gas anestésico que se
le de al paciente, puesto que hay gases inhalados que tienen baja pungencia o
picor, o sensación de ardor en la garganta del paciente; como es el caso del
sevoflurano. (3) El mejor tratamiento para el laringoespasmo seria sería la
aplicación de un bloqueante neuromuscular como la succinilcolina o el
rocuronio; aunque si se decide utilizar succinilcolina también es adecuado que
vaya acompañada de atropina, ya que el sistema cardiovascular del niño es
diferente al del adulto y con la atropina se contrarresta el efecto de la
succinilcolina, evitando la hipoxia. (2,3)

La prevención del broncoespasmo se puede dar con una correcta valoración


preoperatoria, evaluar si el paciente presenta una vía aérea difícil y saber si
tiene alguna enfermedad concomitante; como el asma. Además, tener cuidado
en la inducción anestésica con la ketamina, Propofol y tiopental; ya que estos
fármacos aumentan el riesgo de que se presente un broncoespasmo,
principalmente si se administran con alta velocidad de inyección. (2) En este
caso, el tratamiento sería administrando oxígeno al 100% y se le podría dar
beta 2 agonistas como el salbutamol, salmeterol; o también bromuro de
ipatropio o corticosteroides. Se considera estos fármacos porque lo que se
quiere es producir broncodilatación y así el aire inspirado pueda seguir su flujo
normal. (2)

Referencias Bibliográficas
1. Gropper, Michael A., et al. MILLER ANESTESIA. 9° edición. España:
ELSEVIER; 2021.
2. Ramírez Aldana L., García Arreola D., Hernández Gutiérrez D. Espasmo
en la vía aérea pediátrica: «¿Qué hacer?». Revista Mexicana de
Anestesiología. 2012; 35(1): S159-S163.
3. Hernández Cortez E. Laringoespasmo vieja complicación: nuevos
tratamientos. Anestesia en México. 2017; 29(3): 16-25.

También podría gustarte