COCINA CONVENTUAL

Empezó gracias a El Monje montserratino Efrem Ernest Compte, elaboro una tesis donde explica que en
el transcurso del año la comida se clasificaba como calidad al servir pero no en cuanto a la cantidad.
Un ejemplo podía ser el pan pues era bastante abundante, los huevos tenían que ser mínimo 3 por
persona y el vino era en raciones considerables pues solo ellos podían fabrican almacenar y venderlo,
aparte de ello los platos de legumbres y hortalizas.

La iglesia empezó a crear reglas dentro de la gastronomía como comer comidas ligeras y sin grasa en
cuaresma desde el viernes hasta el festivo sin carnes o cambiar la carne por pescado o en debidos casos
cambiar la leche de animal por la de almendras.

Estos conventos incluso estaban protegidos durante las cruzadas, por tal motivo sus cultivos seguían
siendo abundantes pues ellos conservaban recetas y preparaciones, como el uso de las especias,
también perfeccionaron la elaboración de panes, pasteles o quesos y cremas.

En los conventos se inventó por primera vez la idea de freír la tortilla en el aceite español. Las chalupas,
por ejemplo, las combinaban con jitomate indígena y queso importado, eran o son una clara muestra del
mestizaje culinario

Dando a conocer que En el siglo XVII los conventos eran centros de enseñanza de actividades agrícolas
ganaderas y gastronómicas incluyendo sus reglas donde obligaban a trabajar por turnos dentro de la
cocina con la única regla de no comer ni beber durante el trabajo.

Dentro de las cocinas de los conventos se emplearon recetarios españoles e incluso italianos y fue hasta
el siglo XVIII que las nuevas costumbres y habilidades propias mexicanas se plasmaron en recetarios de
cocina mexicana.

Los platillos que tuvieron su origen en las cocinas de los grandes conventos son una herencia invaluable
de la tradición culinaria de México. Tanto monjas como frailes crearon los más suculentos platillos y
algunos de ellos aún son el elemento principal de la mesa. Mole poblano, Chiles en nogada, Camote
entre otros

Gracias a la tesis del Monje montserratino Efrem Ernest Compte, explica como en todo el
transcurso del año, los monjes entendían las comidas como calidad al servir pero no en cuanto a
la cantidad.

En los conventos se inventó por primera vez la idea de freír la tortilla en el aceite
español. Las chalupas, por ejemplo, que combinan el jitomate indígena y el queso
importado, son una clara muestra del mestizaje culinario
La cocina conventual es un estilo culinario típico de los conventos en el que
tradicionalmente se mezclaron ingredientes prehispánicos, técnicas europeas y
viceversa, con influencias árabes e incluso africanas fue hasta el siglo XVIII que las
nuevas costumbres y habilidades propias mexicanas se plasmaron en recetarios de
cocina mexicana. Ahí se encontraron el trigo, el maíz, el azúcar, el chocolate, los
metates y los morteros donde se inventó por primera vez la idea de freír la tortilla en el
aceite español o la creación de platillos sencillos como las tortas de camarón y las
chalupas, así como de gran variedad de dulces y postres como el jamoncillo, los ates y
las jericallas. Pero también de recetas laboriosas y sofisticadas, como los chiles en
nogada o el mole poblano, con los que deleitaban a sus bienhechores: virreyes o altos
dignatarios y miembros de la Iglesia, a quienes brindaban grandes banquetes.

Las cocinas dentro de los conventos fueron diseñadas como espacios dedicados a la
satisfacción cotidiana con la intención de que ahí también se desarrollaran pautas de
comportamiento dirigidas a la perfección.

Fue dentro de estos espacios donde se empezaron a forjar los principios de la cocina
tradicional mexicana Uno de estos requisitos era que las cocinas tuvieran bóvedas de
extracción por donde se aspiraba todo el humos e los fogones, También y se inventaron
los bazares que eran planchas de ladrillo forradas de azulejo; su uso lo podemos
comparar con un mesón de cocina actual cuya función es proporcionar espacio para
facilitar la tarea de guisar así como para no tirar la merma de los alimentos en el piso