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TESIS DOCTORAL
Doctoranda
Directores
TESIS DOCTORAL
Doctoranda:
Directores
Octubre, 2021
ii
Competencia digital docente como contribución a
estimular procesos de Innovación educativa
TESIS DOCTORAL
Directora Director
MENA
MARCOS
JUAN JOSE -
70867258A
2021.09.25
………………………………… ……………………..
07:55:49
+02'00'
Dra. María Soledad Ramírez Montoya Dr. Juan José Mena
Doctoranda
…………………………………….
Celia Paola Sarango Lapo
iii
Dña. María Soledad Ramírez Montoya, Profesora Investigadora del Departamento de
Educación del Tecnológico de Monterrey y D. Juan José Mena, profesor titular del
Departamento de Didáctica, Organización, y Métodos de investigación de la
Universidad de Salamanca y, en calidad de directores del trabajo de tesis doctoral
titulado “Competencia digital docente como contribución a estimular procesos de
innovación educativa” y realizado por Dña. Celia Paola Sarango Lapo.
HACEN CONSTAR
Universidad de Salamanca
iv
CITA RECOMENDADA
v
AGRADECIMIENTOS
Primero a Dios por esta gran oportunidad, por su compañía y luz que siempre guio el
desarrollo de este trabajo y por todos los ángeles que envío para que me orienten y
motiven a culminar la tesis.
A mis directores de tesis Dr. Juanjo y Dra. Marisol por creer en mí, por sus acertadas
orientaciones, por su comprensión y sobre todo por su paciencia en este largo caminar.
A mi querido esposo Sergio Leonardo por su amor, paciencia y apoyo constante y sobre
todo por el cuidado de nuestra pequeña mientras me dedicaba a la tesis.
A mis padres, hermanos y hermanas por su apoyo incondicional en todo momento, por
sus motivaciones y por cuidar de mi princesa.
A mi querida amiga Inesita, colega de trabajo, compañera del doctorado y de los viajes,
por saber escucharme, por sus palabras de aliento y por su apoyo constante especialmente
en aquellos momentos en que quise darme por vencida.
A Martha, Ruth, Gioconda, Laura y Alicia, amigas y compañeras del doctorado por su
ayuda, por su compañía y por compartir la misma ilusión de alcanzar este gran sueño.
A Mónica y María amigas con quienes tuve la oportunidad de compartir gratos momentos
en mi estancia en México, de corazón gracias por su compañía y por los ánimos que me
supieron dar para culminar con la tesis.
vii
ABSTRACT
Keywords:
The objective of this educational research was to investigate the relationship between the
perceived capacity of digital information competence and the adoption of evidence-based
educational innovation actions by university teachers. The research question was the
following: What is the relationship between the perceived capacity of digital information
competence and compliance with evidence-based innovation actions (IEBE)? For the
present study, the mixed sequential-explanatory research method was carried out with a
predominance in the quantitative part (QUAN -> qual) that followed two phases, the first
phase was quantitative and the data were collected using the instrument. Once the data
had been obtained, the questionnaire made it possible to carry out the second phase, which
was qualitative in nature with a phenomenological orientation, with the support of
instruments such as the interview and the observation grid. The study sample for phase
one consisted of 271 bimodal university teachers (i.e., face-to-face and distance teachers)
from the Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL)-Ecuador who participated in an
evidence-based educational innovation course with Open Educational Resources (OER).
The sample under study in phase two consisted of 15 bimodal teachers who participated
in the educational innovation course in the classroom and who were also part of phase 1.
The quantitative data were analyzed using descriptive and inferential statistical tests.
While the qualitative data were analyzed by identifying analytical categories that
emanated from the theoretical foundation of the research. The results obtained confirm
the research assumptions raised (1) the digital information competence scale and the use
of open educational resources (CD-REA) is shown as a valid and consistent instrument
to measure digital skills. In addition, and despite being made up of four factors, there are
great relationships between them, so the global score on the scale can be a good indicator
of competence. Additionally, the scores provided by the scale explain how the
characteristics of the teacher (personal, academic, work and professional performance)
are associated with digital competence, which further reinforces its usefulness, (2) in the
second study it is verified the validity of the model corresponding to the Evidence-based
Educational Innovation methodology (IEBE), obtaining as a result its confirmation, with
a high dependence between steps, which increases as the process develops; Furthermore,
the presence of the doctorate appears as a factor that favors the completeness of the
process. Therefore, this research contributes to scientific knowledge with a quality
instrument, both in terms of validity and reliability, to evaluate digital information
competencies and with a validated model of educational innovation that can support
innovative teaching practices.
viii
ÍNDICE
CAPÍTULO 1. NATURALEZA Y DIMENSIÓN DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN ..........................................1
ix
2.6.3 Caracterización de la innovación educativa ........................................................................116
2.7. DEFINICIÓN Y DESARROLLO DE LA INNOVACIÓN EDUCATIVA ......................................................................117
2.7.1. Tipos de innovación educativa ........................................................................................... 127
2.7.2. La innovación educativa como proceso ..............................................................................130
2.7.3. Competencias para el desarrollo de la innovación .............................................................. 132
2.7.4. Modelos de innovación educativa ...................................................................................... 134
2.7.5. Innovación educativa basada en la evidencia .....................................................................140
2.7.6. La innovación educativa como resultado ...........................................................................151
2.8. EVALUACIÓN DE LA INNOVACIÓN EDUCATIVA ........................................................................................ 153
CAPÍTULO 4. RESULTADOS.............................................................................................................193
x
CAPÍTULO 6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES ....................................................................259
REFERENCIAS ........................................................................................................................................268
xi
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1. Centros de apoyo nacionales e internacionales UTPL ..........................................................13
Figura 23. Mapa de clusters de técnicas de búsqueda de información aplicadas ................................ 209
Figura 27. Matriz por entrevistados de motivos para difundir la información ....................................213
xii
Figura 28. Estadística de subcategorías del paso I. de IEBE .................................................................226
Figura 30. Matriz de tareas participantes del paso III de IEBE ............................................................. 228
xiii
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1. Áreas de la Competencia Digital ..........................................................................................58
Tabla 12. Datos que proporcionan las Fuentes de Información ......................................................... 177
Tabla 15. Técnicas de Recolección de Datos Cualitativos (Rejilla de observación) ............................. 183
Tabla 18. Distribución de los docentes de la muestra por años de experiencia y sexo. ...................... 194
Tabla 20. Distribución de la muestra por nivel académico y años de experiencia. ............................. 195
Tabla 21. Cumplimiento de cada uno de los Pasos del Modelo IEBE en Función del Área de
conocimiento de los Profesores. ...........................................................................................................196
Tabla 22. Medias y Desviaciones Típicas de los 16 Ítems de la Escala CD-REA correspondientes a la
Muestra de Sujetos............................................................................................................................... 197
Tabla 23. Índices de Ajuste para los distintos Modelos de Análisis Factorial Confirmatorio ...............198
Tabla 24. Modelo modificado con estructura factorial de cuatro factores ........................................201
Tabla 25. Variables potencialmente asociadas a la competencia digital, junto con sus niveles de
respuesta y categorías asociadas. .........................................................................................................202
xiv
Tabla 26. Variables personales, laborales, académicas y de desempeño profesional asociadas con la
puntuación global en la escala CD-REA .................................................................................................203
Tabla 29. Segmentos codificados en relación con el motivo de compartir información ..................... 214
Tabla 30. Coeficientes de correlación Phi entre los distintos pasos del IEBE, junto con su significación
estadística. …………………………………………………………………………………………………………………………………………216
Tabla 32. Coeficientes para los predictores seleccionados por el modelo de regresión logística. ......221
Tabla 33. Tabla de clasificación para el modelo con 5 predictores. ................................................... 223
Tabla 34. Coeficientes para los predictores seleccionados por el modelo de regresión logística .......224
xv
Introducción
Lo antes expuesto supone aún un desafío y problema por resolver, puesto que se
puede evidenciar que los programas de formación actuales no logran preparar lo
suficiente a los docentes para el uso eficiente de la información (búsqueda, selección y
evaluación, almacenamiento y construcción de nuevo conocimiento) y de las tecnologías
que apoyan las actividades de docencia y de investigación en contextos educativos
universitarios, ello evidencia que existe aún la necesidad de optar por nuevos modelos de
formación docente, especialmente enfocados en aquellos con característica de bimodal
(es decir, docentes en modalidad presencial y a distancia ), que les conlleve a una
profunda reflexión de su práctica de enseñanza e investigación y a la actualización o
renovación de las prácticas educativas.
xvii
indicadores correspondientes en coherencia con el sustento teórico, además permitió la
elaboración de los instrumentos cuantitativos y cualitativos. En la primera fase
cuantitativa se recopiló, mediante la aplicación de un instrumento ad hoc de competencias
digitales CD-REA, las percepciones de competencia digital de información en 271
docentes bimodales que pasaron por instancias de formación en el uso de REA y de
innovación educativa, y en la segunda fase cualitativa, se entrevistaron a 15 docentes del
grupo de la fase 1 para conocer de primera mano la forma de desarrollar sus competencias
digitales de información (CDI) en la elaboración de la tarea integradora del curso, así
como también se analizaron mediante el apoyo de la rejilla de observación 13 tareas para
validar el cumplimiento de las acciones de innovación con base en IEBE. Por lo que,
específicamente, en este capítulo se describen nueve apartados, los que son el método de
investigación, la población y muestra, las categorías e indicadores de estudio, las fuentes
de información, los instrumentos y técnicas de recolección de datos, el pilotaje de los
instrumentos, la aplicación de los instrumentos y el análisis de datos y las cuestiones
éticas.
xviii
directamente por el docente en su aula de clases, dando paso a que quien lo aplique utilice
su propia creatividad para crear los espacios de aprendizaje.
xix
CAPÍTULO 1. NATURALEZA Y DIMENSIÓN DEL TEMA DE
INVESTIGACIÓN
1
(UNESCO, por sus siglas en inglés) y por la Organización de las Naciones Unidas en su
Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4); así como en su Agenda 2030 (ONU, 2015).
2
equipamiento tecnológico a las instituciones educativas. Sobre este aspecto cabe recalcar
el informe “Miradas sobre la Educación en Iberoamérica” (OEI, 2014) donde se señala
que, en los países del área, se hace uso, en promedio, de 34 alumnos por cada computador.
Ante estas carencias, claro está, constituye un reto lograr un aprendizaje efectivo en los
estudiantes y la calidad educativa deseada. Así también, en el informe de “TIC, Educación
y desarrollo social en América Latina y el Caribe” (Hinostroza, 2017) señala que mientras
en los países desarrollados cerca del 80% de los hogares cuentan con acceso a un
computador o Internet, en los países en vías de desarrollo esta cifra solo llega a la mitad.
3
investigadores como Mena et al. (2016) acerca de que existe una creciente demanda de
competencias en el profesorado para el uso de REA ya que estos desempeñan un rol
central en las nuevas reformas educativas. La UNESCO, asimismo, en su declaración del
2012 define a los REA como materiales de enseñanza, aprendizaje e investigación en
cualquier soporte, digital o de otro tipo, que sean de dominio público o que hayan sido
publicados con una licencia abierta que permita el acceso gratuito a esos materiales, así
como su uso, adaptación y redistribución por otros sin ninguna restricción o con
restricciones limitadas.
Ante lo expuesto, la OEI (2014), a través del programa Metas Educativas 2021,
señala la necesidad, en su octava meta, de “fortalecer la formación docente” con la
finalidad de contar con un profesorado bien capacitado y sensibilizado hacia el aporte que
las nuevas tecnologías realiza en los aprendizajes de los estudiantes. Es más, se requiere
que estos nuevos modelos de formación garanticen la utilización de metodologías
flexibles de aprendizaje, estrategias de investigación e innovación educativa y de la
reflexión de la propia práctica docente. Por lo que, el fortalecimiento de programas de
4
formación se orienta a mejorar la docencia y, como consecuencia de ello, los aprendizajes
de los estudiantes y la calidad de la educación (OEI, 2014).
La ONU (2018) también apunta a algo similar en la Agenda digital para América
Latina y el Caribe, en su quinta área de acción insiste en la necesidad de impulsar el
desarrollo y la incorporación de habilidades digitales y de pensamiento computacional en
los procesos de enseñanza-aprendizaje, mediante la actualización de contenidos
curriculares, acorde a las capacidades que demandarán las actividades del futuro. En este
mismo sentido, Hinostroza (2017) define como elemental el establecimiento y puesta en
marcha de programas para desarrollar en los docentes capacidades o competencias
digitales, así como condiciones e incentivos que les permita integrar las tecnologías y los
recursos digitales en sus prácticas de enseñanza, aprovechando así el potencial educativo
que estas ofrecen (UNESCO, 2005). De esta manera se estaría contribuyendo, claro, con
una de las metas del “ODS 4”, de la Agenda 2030, que señala la perentoriedad de
aumentar la oferta de docentes calificados (CEPAL, 2018). No obstante, no hay que
perder de vista que la falta de competencias en docentes y en alumnos para localizar
recursos digitales de calidad en Internet, así como la falta de claridad en los objetivos de
aprendizaje y la poca preparación para integrar de manera significativa el uso de las TIC
en las prácticas de enseñanza, producen cierta contradicción entre las expectativas y la
realidad (OECD, 2015)
5
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO, 2008, 2011b, 2011a, 2018).
6
(1) Necesidad de modelos de formación en competencias digitales que garanticen
la incorporación de las TIC en la enseñanza, de la mano de la reflexión sobre su propia
práctica docente. Como lo señala la UNESCO (2005, 2013) la tecnología no posee un
valor en sí misma si no se asocia a una transformación o cambio de mejora en la educación
como producto de una profunda reflexión de la práctica de enseñanza. Con ello, hay que
considerar que los cambios o innovaciones pueden derivar en resultados o evidencias de
investigación científica que, si se difunden ampliamente mediante las TIC, y se permite
su acceso gratuito, se contribuye a la calidad, el acceso y la equidad de la educación
(UNESCO, 2008). Hay que considerar, por ello, que las propuestas de innovación
también representan una oportunidad para la reflexión del profesorado en cuanto a lograr
una mayor empatía en las relaciones de trabajo y un mayor acercamiento al ejercicio de
la investigación (Marcelo, Mayor, & Gallego, 2010).
7
1.1.2. Desde el ámbito nacional
Una de estas políticas sería la que viene siendo impulsada desde la Asamblea
Nacional Constituyente (2008), y sobre la que se deja constancia en la Constitución del
Ecuador del 2008, Artículo 16, literal 2. Según este artículo, el Estado asume la
responsabilidad de facilitar e impulsar la incorporación de la ciudadanía ecuatoriana a la
sociedad del conocimiento. Para ello está pues, el Ministerio de Telecomunicaciones y
Sociedad de la Información (MINTEL), encargado de velar por las políticas públicas, el
fomento de las TIC y acercar la tecnología a la población ecuatoriana.
8
también, el Ministerio de Educación del Ecuador (2017) en el marco del proyecto
educación integral para la sociedad del conocimiento y la cultura digital propone como
estrategia educativa innovadora la Agenda Educativa Digital 2017 – 2021 (en adelante
Agenda Digital) que establece a nivel nacional los lineamientos de inclusión de las TIC
en los procesos educativos. Para ello plantea cinco ejes de acción. El en el primero se
plantea un eje físico que hace referencia a la dotación de equipos tecnológicos y
conectividad a Internet. Se señala, además, que para lograr una educación de calidad es
necesario dotar de conectividad y equipamiento a todas las instituciones de educación
pública del país.
9
docentes mediante un acompañamiento en su labor pedagógica a través de toda su
trayectoria profesional. Esta actividad estaba amparada en el Artículo 10 de la Ley
Orgánica de Educación Intercultural (LOEI), que en su “literal a” establece que las y los
docentes del sector público tienen el derecho a “acceder gratuitamente a procesos de
desarrollo profesional, capacitación, actualización, formación continua, mejoramiento
pedagógico y académico en todos los niveles y modalidades, según sus necesidades y las
del Sistema Nacional de Educación” (LOEI, 2017, p. 24). En consecuencia, se dispuso
cursos de actualización docente y programas de maestrías para todos los niveles
educativos con el apoyo de la tecnología.
10
desarrollo de competencias digitales que conlleven a generar experiencias innovadoras
en procesos de enseñanza aprendizaje mediados por tecnologías.
Así también, el eje de acción tres permite dar paso a que las nuevas prácticas,
generadas en el ámbito del aula, sean compartidas y difundidas como una base
documental y material de referencia para docentes, investigadores y comunidad
científica. Para ello, se establece, en la “Agenda Digital”, el eje de acción cuatro, que
tiene relación directa con la comunicación y el fomento de la información de calidad y
útil. El propósito de esto sería mantener un sistema de comunicación eficaz que
promueva, difunda y almacene la producción intelectual generada por los docentes. Así,
el éxito y el impacto de una propuesta de práctica innovadora depende, en gran medida,
de las actividades de comunicación y difusión de las comunidades educativas de maestros
y alumnos. En definitiva, se pretende que la planta docente incremente sus tareas de
investigación y difusión a través de la participación en eventos académicos nacionales e
internacionales.
11
1.1.3. Desde el ámbito de la institución objeto de estudio
La UTPL es una universidad católica que desde sus inicios pone todo su tesón en
la formación integral de la persona desde la visión del Humanismo de Cristo, acorde a
sus principios y valores. Su misión es: buscar la verdad y formar al hombre, a través de
la ciencia, para que sirva a la sociedad. Su constante evolución y desarrollo, conlleva a
la Universidad al establecimiento de algunas líneas de acción, que reúnen los objetivos
básicos y prioridades en su desempeño:
Figura 1.
Centros de apoyo nacionales e internacionales UTPL
a. Presencial; y
b. Abierta y a Distancia, con sus variantes:
b.1 A distancia tradicional
b.2 Semipresencial
b.3 En línea
14
Con este modelo educativo, el docente, como agente activo del proceso de
enseñanza aprendizaje, provee de los recursos, métodos, herramientas e información, y
crea los ambientes de aprendizaje. Asimismo, formaliza el conocimiento, promueve la
investigación y el desarrollo humano, y, motiva y acompaña al estudiante, brindándole
asistencia a lo largo del todo el proceso educativo, procurando que este se convierta
progresivamente en protagonista de su aprendizaje. Es otras palabras, los profesores están
llamados a estructurar situaciones en las que los estudiantes participen de manera activa
con el contenido, mediante la manipulación de los materiales y la interacción social. En
consecuencia, el docente no es solo un facilitador del aprendizaje o moderador de la
actividad del estudiante, sino es un ente proactivo que conduce y estimula la actividad de
aprendizaje del estudiante.
15
La formación integral del estudiante se garantiza y se expresa en los currículos a
través de las competencias genéricas que están presentes en los planes de estudio y que
atraviesan todas las dimensiones del currículo. Además, las competencias se desarrollan
de forma específica en las materias de formación básica, comunes para todas las carreras.
Las competencias genéricas de la UTPL son:
Con base en el primer aspecto nuclear sobre el que se desarrolla este capítulo, se puede
señalar que, en el aspecto de dotación de equipamiento tecnológico, la UTPL, en sintonía
con lo solicitado por la (ONU, 2018), en la Agenda Digital para América Latina y el
Caribe, no ha escatimado esfuerzos en implementar y desplegar pertinente infraestructura
tecnológica para sus modalidades y niveles de estudio. Este equipamiento trata de
cumplir, los requerimientos fundamentales del modelo educativo de la UTPL (tutoría,
16
materiales y evaluación). Por ende, se puede indicar que el proceso educativo se apoya
en la mediación pedagógica y didáctica de la tecnología educativa, especialmente de los
EVA y de las nuevas formas de enseñanza que ello conlleva (UNESCO, 2013), así como
del uso de los Recursos Educativos Abiertos (REA), que obedecen a intencionalidades
macro y micro curriculares, creando así un contexto de cultura digital (Hinostroza, 2017).
Cabe señalar, también, que la UTPL, a nivel institucional, en el año 2008 opta por
implementar varias iniciativas en Practicas Educativas Abiertas (PEA) que fomentan el
uso y producción de REA, de software libre, con lo cual se busca estimular y modificar
las prácticas educativas. Sobre este aspecto, Sarango-Lapo, Mena y Ramírez-Montoya
(2016a) señalan tres iniciativas que son parte esencial de proceso educativo virtual de la
UTPL: Modelo Open Utpl, acreditación con OCW y MOOC-UTPL.
En cuanto a los materiales empleados en el proceso educativo mediado por TIC, estos
se fortalecen mediante los recursos tecnológicos como son la biblioteca virtual, el gestor
de REA y del EVA, el repositorio de materiales educativos digitales, los MOOC, los
cursos del EVA, las aplicaciones para dispositivos móviles, las aplicaciones de realidad
aumentada que permiten la manipulación de objetos 3D orientados a conseguir
profundizar en los aprendizajes (Samaniego-Franco et al., 2018).
17
Desde el punto de vista de la evaluación, en el EVA se han establecido diferentes
instrumentos que apoyan en esta actividad. Entre ellos se cuenta con las listas de cotejo,
rúbricas, escala de calificación. Es preciso mencionar que, para llevar a cabo lo antes
expuesto, la UTPL, a partir del año 2008 ha venido dotando de computadores portátiles
a cada uno de los docentes que laboran a tiempo completo, buscando que su desempeño
sea más efectivo y comprometido con los estudiantes y con la institución. Así también, la
UTPL considera que el uso de la tecnología permite un sistema educativo inclusivo, de
acuerdo con la misión y responsabilidad social de la UTPL que establece que la tecnología
debe favorecer el carácter responsable, libre y colaborativo del aprendizaje del estudiante.
Con la base cierta de que el docente de la UTPL tiene como tarea fundamental la
búsqueda constante de la calidad de la enseñanza, por medio del uso de nuevas
metodologías de enseñanza aprendizaje, la aplicación de prácticas innovadoras que se
18
apoyen en los beneficios de las TIC, entre otros, se ratifica nuevamente en el Plan
Estratégico de Desarrollo Institucional 2020-2025, en su segunda propuesta, de promover
un claustro docente altamente cualificado. En sintonía con esto, se fortalece el Programa
de Formación e Innovación Docente UTPL. Aquí lo que se pretende es que los docentes
adquieran las competencias necesarias para el desarrollo de la docencia e investigación
de calidad y que puedan enfocar su actividad en la formación integral procurando que el
alumno se convierta en el protagonista de su aprendizaje.
19
desarrollo profesional. No obstante, entre las competencias que debe adquirir el docente
utepelino no se enfatiza ni se declara a las competencias digitales. Algunas competencias
específicas que se resalta son:
Por consiguiente, algunos de estos cursos se han llevado a cabo con el fin de
desarrollar capacidades para aprovechar los beneficios que la tecnología ofrece en la
enseñanza-aprendizaje y la investigación, y que según UTPL (2019) serían:
20
• Aprendizaje y Elaboración y evaluación de proyectos de innovación e
investigación educativa;
• Divulgación y visibilidad de la investigación y vinculación, entre otros.
Por lo que, los resultados de estos proyectos de innovación pueden ser socializados
en congresos nacionales e internacionales. Con lo cual, sin lugar a dudas, se propicia que
el profesorado socialice y enriquezca su experiencia docente con las buenas prácticas de
otras culturas educativas. Estos intercambios, evidentemente, amplían la experiencia
profesional del docente utepelino, a la vez que propicia la participación en comunidades
de aprendizaje de intereses similares, o diferentes, como lo recomienda la OEI (2014). En
consecuencia, ante el interés que la UTPL ha puesto en este proceso de aprendizaje
21
continuo, la respuesta ha sido una formidable recepción de los docentes a través del
interés de participar en los cursos recibidos y su aplicabilidad en los contextos del aula,
desde donde, claro, se han tomado los insumos estadísticos y humanos para trabajar los
proyectos de innovación de cara a las convocatorias lanzadas.
• Metodologías docentes.
• Evaluación de estudiantes.
• Enseñanza bilingüe.
• Emprendimiento e innovación social.
• Docencia de posgrados.
• Formación de estudiantes con necesidades educativas especiales.
• Gestión on-line de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
• Aplicación de TIC.
22
1.2 Antecedentes del problema
23
digitales liberados con licencia CreativeCommons (CC); actividades, que se refieren al
uso de los REA evidenciados en los planes docentes y en las prácticas de enseñanza
aprendizaje y; comunicación, que comprende la difusión y circulación de los REA como
actividad docente y de investigación. Estos elementos se caracterizan por el empleo de
herramientas de la Web 2.0, un elemento clave para el éxito en el desarrollo de las
iniciativas REA.
24
señalada por investigadores que marcan la falta de sintonía entre universidades que llevan
a cabo programas de apoyo al docente para la implementación de TIC en sus tareas, pero
donde el 70% de profesores universitarios declaran no utilizarlas, o hacer uso tan solo en
alguna ocasión (Prendes & Gutiérrez, 2013).
Por otro lado, cabe señalar que la presente investigación forma parte de dos grupos
de investigación multidisciplinar. Por un lado, el Grupo de Investigación en InterAcción
y e-learning (GRIAL), de la Universidad de Salamanca (España) y, por otro lado, el
Grupo de Investigación e Innovación en Educación (GIIE), del Tecnológico de Monterrey
(México). En estos dos grupos de investigadores, se llevan a cabo varias investigaciones
25
sobre uso de las TIC en la enseñanza-aprendizaje, competencias digitales, formación
docente, innovación educativa, entre otras.
Si bien la literatura señala que un profesor que cuente con competencias de uso
crítico de información debe estar en condiciones de saber buscarla, tratarla y usarla de la
26
forma más creativa y relevante posible para solucionar un problema de la enseñanza o
investigación (además de conocer su uso legal, político y social), en la práctica este
planteamiento no se aplica de la manera más adecuada, o simplemente no se aplica (Ala-
Mutka, 2011; Hart & Laher, 2015; Ramírez-Montoya, 2015b; Rué, 2015). Un contexto
en donde se puede evidenciar esto es en el uso de los REA. Pues muchas de las veces los
profesores de escuela o universidad no se perciben digitalmente preparados para integrar
o usar estos recursos tecnológicos en sus prácticas de enseñanza. Esto se corrobora con
el estudio de Mckerlich, Ives y Mcgreal (2013) quienes señalan que de una muestra de
200 profesores universitarios, solo el 43% de docentes usan REA en sus prácticas, y tan
solo el 31% los crean. Así también, el estudio de Sarango-Lapo et al. (2016a) describe
que, de una muestra de 290 profesores universitarios, tan solo el 48% de los docentes
usan REA. Mientras que en el estudio de Hart et al. (2015), de una muestra de 361
docentes de escuela, el 57.9% de ellos indican que los utilizan; a diferencia del 34.23%
que participan de la creación de sus propios REA. Lo que comprueba las poco alentadoras
cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OECD, 2015),
que en su informe elaborado a partir de la encuesta TALIS (Teaching and Learning
International Survey, en sus siglas en inglés) indica que menos del 40% del profesorado
utiliza las tecnologías como parte de su proceso de enseñanza.
27
prácticas habituales (Area-Moreira et al., 2016). De la misma forma, Ramírez-Ramírez y
Ramírez-Montoya (2018) confirman en su estudio que una línea futura de investigación
serían las percepciones que tienen los docentes sobre las estrategias innovadoras de la
práctica docente y como estas tienen impacto o no para que sean aplicadas en el aula
universitaria.
Así que, partiendo del hecho de que la innovación supone una idea percibida como
novedosa, con la intención añadida de que sea aceptada para la práctica usual (relacionada
con la actividad), se hizo necesario valorar el impacto que tuvieron los programas de
formación docente en REA y en innovación educativa. Sin embargo, este impacto no se
puede verificar hasta que no se demuestre que se mejoró lo que se venía haciendo (García-
Peñalvo et al., 2010b), pues los resultados pueden ser transferibles más allá del contexto
particular en el que se dieron (Sein-Echaluce et al., 2014). De tal manera, para esta
verificación se aplicó la estrategia IEBE, sobre las prácticas de enseñanza de los docentes
que participaron y que tomaron como base la necesidad de información a través de
conocer actividades innovadoras desarrolladas por otros profesionales, vinculando de esta
manera la investigación con la práctica educativa (Tejedor, 2008).
28
estrategia de la innovación educativa con base en la evidencia (IEBE). Cabe aclarar que
esta estrategia integra seis elementos claves: (1) delimitar el objeto de innovación, (2)
búsqueda de evidencias, (3) formulación de la innovación, (4) aplicación de la
innovación, (5) evaluación de la innovación y (6) publicación y difusión de los resultados
de proyectos de enseñanza-aprendizaje innovadores.
29
las autopercepciones de los docentes sobre el cumplimiento de las acciones de innovación
y los factores asociados.
Se espera que la escala CD_REA muestra una fiabilidad y validez adecuadas, así
como una buena capacidad predictiva de las competencias digitales de los docentes.
1.6 Justificación
30
aprendizaje que demandan los usuarios de la sociedad del conocimiento, lo que implica
determinar nuevas formas de enseñanza que faciliten que la información recibida por los
estudiantes sea de calidad y produzca los aprendizajes esperados (Cabero-Almenara,
2017).
31
1.7 Delimitaciones y limitaciones
En este apartado se presenta la delimitación del contexto de estudio, así como las
limitaciones que pudieron obstaculizar el desarrollo del mismo.
1.7.1 Delimitaciones
1.7.2 Limitaciones
32
permitió obtener su identificación para con certeza proceder a llevar a cabo la entrevista
correspondiente y realizar el cruce de información respectiva. Otra limitación, fue el
tiempo del docente para participar de la entrevista, en algunos casos ofrecieron hacerlo,
pero dado el momento no proporcionaron la oportunidad de entrevistarlos debido a
ocupaciones que se presentaron en el momento.
Otra limitación fueron las fechas programadas para los cursos de formación
docente orientados al uso de REA y de innovación en el aula con el apoyo de REA y de
evidencias, los que se dictaron en el mes de septiembre. De igual manera, otra limitación
estuvo en función del esfuerzo y conocimientos en la manera adecuada de estudiar el
fenómeno bajo los enfoques cuantitativo y cualitativo y la posterior interpretación de los
resultados combinados lo que resultó laborioso.
33
Competencia Digital de Información (CDI): La CDI es entendida por la
Information Literacy Competency Standards for Higher Education, o ACLR (2000),
como aquella dinámica de aprendizaje que permite la gestión y tratamiento de la
información disponible en la Web de manera adecuada, pero también como la habilidad
para tratar la información y aprovecharla para construir conocimiento y aprendizaje y dar
respuesta a los problemas propios de la educación actual (Álvarez & Gisbert, 2015).
34
educativo y que el aprendizaje se produzca como parte de la enseñanza más la
investigación (Ramírez-Montoya, 2012).
35
CAPÍTULO 2. MARCO TEORICO
El capítulo del marco teórico comprende dos apartados que describen los
constructos principales de la investigación: Competencia Digital Docente (CDD),
orientada a la Competencia Digital de Información (CDI), e Innovación Educativa,
orientada a la estrategia de Innovación Educativa Basada en la Evidencia (IEBE). Para la
construcción de este capítulo cada constructo se desarrolló en función de un mapa
conceptual que permitió profundizar en la revisión de la literatura. Los elementos que
comprenden el mapa conceptual son: definiciones y características, dimensiones,
modelos, e instrumentos de medición.
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Figura 2.
Esquema de Competencia Digital (CD)
Dimensiones de la Marcos/Modelos de
Instrumentos de evaluación
Caracterización de la CD Competencia Digital de Competencia digital
de la CDD
Informacion (CDI) Docente (CDD)
búsqueda, selección y
Definición de competencia
evaluación de la
digital de un ciudadano
información
almacenamiento y
Definiciones Competencia
recuperación de la
Digital Docente (CDD)
información
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Los profesores responsables de la educación de los estudiantes deben ser
competentes en el uso de las tecnologías (Durán et al., 2016; Gutiérrez, 2014). En igual
medida, el docente debe contar con habilidades y conocimientos en muchas vertientes del
uso tecnológico (Gisbert et al., 2016; Gisbert & Esteve, 2011). De estas destacan, entre
otras, las competencias para el tratamiento de la información según lo han visto
investigadores como (Álvarez & Gisbert, 2015; Moreno-Guerrero et al., 2020; Moreno
et al., 2018; Trujillo Torres & Raso Sánchez, 2010). Pozos y Tejada (2018) señalan como
desafío a solucionar en la educación superior, incrementar la alfabetización digital en
docentes y estudiantes debido a las pocas competencias digitales evidenciadas en la
universidad.
Los docentes, siendo los actores que ejercen una fuerte influencia externa en el
aprendizaje, tienen como una de sus funciones garantizar el uso de las TIC en forma
efectiva, dentro y fuera del salón de clase (UNESCO, 2013). Para ello, no solamente
deben saber lo que son las TIC, sino que ellos mismos deben estar capacitados para su
uso eficiente y consciente. De allí se desprende la necesidad de formar o alfabetizar en la
Competencia Digital Docente (Lucas et al., 2021), pues el dominio de ésta habilidad
incide en la profesionalidad y desempeño del profesorado (Domingo-Coscollola et al.,
2019). De modo que, y tal como lo señala Gudmundsdottir y Hatlevik (2018), la
competencia digital profesional es de suma importancia, especialmente en una realidad
donde los recursos y medios digitales forman parte de la práctica educativa cotidiana.
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que necesitan los profesores para utilizar las TIC de manera significativa en las aulas
(reconocer su papel en la vida de los estudiantes y la sociedad) es casi siempre una
percepción engañosa.
Quizás esta percepción difusa se dé debido a los roles que tradicionalmente han
desempeñado los docentes, los cuales han sido modificados con la irrupción de las TIC
en la práctica educativa. Sobre este aspecto, Barroso y Cabero-Almenara (2013) señalan
como elementos claves en los roles del docente: ser diseñadores de materiales,
evaluadores continuos, orientadores, consultores de información y seleccionadores
conscientes de las TIC. Es decir, con el apoyo de las diferentes TIC que tenga a su
disposición, los maestros deben diseñar y organizar nuevas escenografías de
comunicación; proveer asimismo de la información disponible en la Web, además de los
materiales y los recursos digitales con los cuales los estudiantes van a trabajar.
Adicionalmente, Spiteri y Chang Rundgren (2017) destacan como un aspecto clave el que
el docente provea de actividades que propicien la colaboración y el intercambio entre los
alumnos y el maestro, ya que siempre el aprendizaje es un proceso social. Así, según los
investigadores, se mejora significativamente la aprehensión de la CD. Este proceso, pues,
ayudará para que los docentes asuman riesgos con sus nuevas habilidades adquiridas. Por
otra parte, Cela-Ranilla et al. (2017) añaden que el docente debe diseñar propuestas
didácticas que aseguren la centralidad del estudiante, es decir, que el alumno sea el
protagonista de su aprendizaje; lo que repercute, evidentemente, en el liderazgo del
docente en el proceso formativo para el desarrollo significativo el desarrollo de la CDD.
Un docente en tiempos de la sociedad del conocimiento tendrá que lograr que sus
estudiantes sean aprendices autónomos, capaces de tomar decisiones, solucionar
problemas, buscar y analizar información en diversas fuentes, para construir y reconstruir
conocimiento en colaboración con otros. Y esto lo logrará, sin dudas, mediante la
innovación y la creación de alternativas pedagógicas que incluyan el uso correcto de las
TIC (Aguirre Aguilar & Ruiz Méndez, 2012; Cabero-Almenara et al., 2020). Sobre esto,
numerosos autores han señalado la necesidad de formar mejor a los docentes en las
competencias digitales necesarias para promover el aprendizaje del alumno en un mundo
crecientemente tecnológico (Domingo-Coscollola et al., 2019; Gudmundsdottir &
Hatlevik, 2018; Krumsvik, 2008; Røkenes & Krumsvik, 2014). No obstante, los
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investigadores Amhag et al. (2019) señalan que quienes son los formadores de profesores
son los primeros que deben identificar el valor agregado que ofrecen las TIC en el
contexto de enseñanza aprendizaje, para así aumentar la motivación en los profesores y
su posterior aplicabilidad en sus prácticas docentes.
Para finalizar esta aproximación al estado del arte sobre las TIC y las
competencias digitales, Alvárez (2014) reflexiona sobre que investigar en torno a las CDI
supone encontrar diferentes aspectos a valorar, que a su vez implican una serie de causas
y consecuencias bastante sugerentes que invitan a nuevos campos de investigación en el
futuro y que son esenciales para toda inserción de los maestros en el mundo de las
competencias digitales.
40
elaborarla críticamente (de la forma más relevante y creativa posible) en los contextos
específicos de resolución de problemas (Rué, 2015).
41
profesional como docentes. En consecuencia, la competencia digital y, sobremanera, la
Competencia Digital de Información (CDI) se constituyen en claves para la educación de
una sociedad como la nuestra (Álvarez & Gisbert, 2015). Esto es evidente toda vez que
destacan características de la información que apuntan a señalar su cualidad abierta,
distribuida, escalable y volátil. Por otro lado, es indiscutible que la Internet ha dispuesto
para los usuarios una cantidad de información abundante (mucha de ella poco fiable) que
se va actualizando constantemente; lo que demanda en el docente tener la habilidad para
buscarla, tratarla y usarla de la forma más creativa y responsable posible, para solucionar
problemas puntuales de enseñanza-aprendizaje o investigación (Ala-Mutka, 2011; Rué,
2015). Si esto se logra, las nuevas formas de enseñanza habrán conseguido que la
información que reciben los estudiantes sea de calidad para, que a su vez, ellos produzcan
los aprendizajes esperados (Cabero-Almenara, 2017). En resumidas cuentas, esto implica
que se considere indefectiblemente el dominio de la CDD dentro del conjunto de
requerimientos del ejercicio de la práctica docente (Cela-Ranilla et al., 2017).
Otro reto de la formación docente que señala Sancho Gil et al. (2018) es que esta
no puede quedarse únicamente en la adquisición de competencias tecnológicas aisladas,
sino que es necesario generar una comprensión profunda y crítica de los entornos
digitales, es decir va más allá de entender cómo usar los recursos tecnológicos. Según la
42
investigación de Moreno et al. (2018) existe un vacío formativo con respecto a la
competencia informacional, puesto que los programas de formación son aún insuficientes
y limitados. Así, la importancia de la formación docente radica en permitirle al
profesorado manejarse con autonomía y capacidad crítica, de manera especial en
ambientes virtuales. El docente debe estar en la capacidad de reflexionar sobre su propia
experiencia y, además, desde su circunstancia particular, tener la capacidad de replantear
su práctica docente con el fin de orientar a los jóvenes estudiantes. Estudios como el de
Jaramillo, Hennig y Rincón (2011) y el de Cabra, Marciales, Gulateros y Mancipe (2011)
señalan que en los jóvenes las CDI han sufrido un proceso de “distorsión” y
“sobrevaloración”, puesto que a la hora de evidenciarlas, mediante el desarrollo de una
tarea, las competencias demostradas, casi siempre son insuficientes. Un ejemplo de ello
es la capacidad crítica para acceder a los medios informativos apoyados por criterios
previamente establecidos y la capacidad de elaborar juicios sobre la relevancia de las
páginas, o la información encontrada. Estas carencias no han permitido obtener
aprendizajes deseados en grupos grandes de educandos.
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y sus competencias para el ejercicio docente (Zabalza, 2016). En fin, es necesario diseñar
procesos que promuevan la formación de un profesorado comprometido con una idea
transformadora de la acción docente en función de las características intrínsecas de sus
alumnos (Cela-Ranilla et al., 2017). Asimismo, la idea que debe rondar en la mente de
los docentes debería ser aquella en la que la CD sea una oportunidad que le permitirá en
la práctica docente diseñar escenarios de aprendizaje de calidad, con métodos
innovadores (pero eficientes) y tomando en cuenta que el manejo de la información y las
tecnologías siempre debe responder a unas premisas de responsabilidad y ética
profesionales.
Por otra parte, Alvárez (2014) plantea que en gran medida depende del nivel
académico adquirido, el grado de la CDI percibido por el docente. De tal manera, se
observa que esta competencia es superior en los casos de profesores con grados de
maestría, especialidad y también en aquellos que han participado de cursos de formación
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de manera privada, antes que en cursos de formación ofrecidos por instituciones públicas.
No obstante, en el estudio de Moreno et al. (2018), realizado con profesores españoles,
se evidencia que las variables especialidad y edad del docente no repercuten directamente
en las CD. Mientras que, en el contexto mexicano, aseguran Pozos y Tejada (2018) que
el género no se constituye en una variable relevante para lograr el dominio de las CD y
las necesidades de formación particulares del área de instrucción docente.
En Portugal, Lucas et al. (2021) realizan estudio que examina la relación entre las
CDD y los factores personales (edad, género, experiencia docente, facilidad de uso,
confianza en el uso de las TIC, apertura a las nuevas TIC, años de empleo de las TIC y
número de herramientas utilizadas para la enseñanza) y contextuales (equipamiento,
acceso a las TIC, Internet, etcétera) con base en el modelo DigcompEdu, que evalúa la
competencia digital docente. Para determinar estas interdependencias los investigadores
aplicaron tres enfoques: regresión lineal simple, regresión lineal múltiple y aprendizaje
automático. El resultado fue, a diferencia de otros estudios, como el de Pozos y Tejada,
(2018), en el contexto mexicano, que el género es un predictor significativo de la CD. En
definitiva, la realidad del estudio mostró que las mayores capacidades en TIC las tuvieron
las mujeres. Resultados similares arrojó el estudio realizado por Cai et al., (2017)
(exceptuando el área 5 del modelo DigcompEdu, orientado a “empoderar a los
estudiantes”), que señala que las maestras tienen, en contraposición con los maestros,
competencias en TIC y pedagógicas más altas.
Con respecto a la edad, en los estudios de Lucas et al. (2021) y de Cai et al.,
(2017) llegaron a la conclusión de que los profesores con menor edad son más
competentes en el uso de las TIC que los profesores mayores en edad. Así también, se
corroboró que los profesores con mayor experiencia en docencia presentan bajos niveles
en el uso de las TIC. No obstante, esto no significa que los profesores menos capaces en
cuanto a uso de tecnologías no sean críticos y no estén abiertos a aplicar nuevas formas
de enseñar a sus estudiantes. En cuanto a otros predictores fuertes para la CDD están los
factores contextuales, como la cantidad de herramientas utilizadas para la enseñanza y el
aprendizaje, seguido de los factores personales, como facilidad de uso, la confianza las
TIC y la posibilidad de emplear en un futuro cercano las nuevas tecnologías.
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En el estudio de Moreno et al. (2018) se evidencia que los profesores se auto-
perciben con un nivel alto de CDI. No obstante, los resultados reales que arrojó el
instrumento aplicado señalaron que el nivel competencial real es menor que el auto-
percibido. Lo que evidencia una falta de coherencia entre lo que perciben y lo que
realmente hacen los maestros (Jaramillo et al., 2011). Esto expone la necesidad y el reto
de reforzar, en los programas de formación docente, la dimensión crítica de la CDI.
Mientras que, en contextos de formación masivos como los Mooc, Romero-Rodriguez
et al. (2020) exponen que las competencias digitales de interacción y colaboración
resultan más relevantes antes que las CDI.
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las TIC. Además, la colaboración colegiada entre profesores también tiene una asociación
positiva con el uso de las TIC y es de suma importancia al momento de asimilar las nuevas
tecnologías que evolucionan constantemente.
En otro estudio con profesores de Bélgica (Tondeur et al., 2017) se señala que los
programas de formación docente no deben orientarse únicamente a desarrollar
habilidades tecnológicas específicas (ya que estas variarán según el hardware y software
que se utilice), sino que deberían fomentarse competencias digitales, de tal manera que
impliquen formas de utilizar las TIC para la enseñanza y el aprendizaje. De este mismo
criterio es partícipe Engen (2019) para quien utilizar las TIC de manera práctica debe ir
de la mano de habilidades pedagógicas, éticas y actitudinales.
Como vemos en este recorrido sobre los factores que inciden en la adquisición e
la CD, existen datos y cifras que apoyan la necesidad de formar integralmente al docente
en TIC y de adaptar las prácticas educativas usando TIC a los contextos diversos y ricos
tanto de los docentes como de los alumnos. Sin embargo, aun cuando existen un
sinnúmero de investigaciones en torno a las CD, sigue siendo un tema de debate el
conocer exactamente qué implica la CDD y qué factores se relacionan con ella (Cai et al.,
2017; Hart & Laher, 2015; Hatlevik & Hatlevik, 2018; Lucas et al., 2021; Mirzajani et al.,
2016).
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No hay que olvidar, en definitiva, que los profesionales de la docencia necesitan
saber cómo utilizar TIC, pero al mismo tiempo deben emplear pedagogías coherentes con
las nuevas propuestas que surgen de los descubrimientos de las TIC en la didáctica del
aula (Krumsvik, 2011; Røkenes & Krumsvik, 2014). Toda esta simbiosis, entonces, no
buscaría más que mejorar el aprendizaje de los estudiantes y ayudar a que la enseñanza-
aprendizaje cobre rumbos más inclusivos y dinámicos en la adquisición de las
competencias digitales (Redecker & Punie, 2017).
Para cerrar este apartado y con base en los estudios antes señalados, se concluye
que los factores personales, laborales, contextuales (infraestructura y acceso a
tecnología), académicos, profesionales y actitudinales, inciden, positiva o negativamente,
en el desarrollo de las CD.
Antes que nada, cabe recalcar que son varias las definiciones propuestas para el
término CD. Diversos autores señalan que es una variable compleja de definir y que es
multidimensional, e incluso proteica (Durán et al., 2016; Esteve & Gisbert, 2013; Güneş
& Bahçivan, 2018; Ilomäki et al., 2016; Pérez-Escoda et al., 2019; Pérez-Escoda &
Rodríguez-Conde, 2016). Su importancia radical se da toda vez que ha sido declarada
como una de las ocho competencias clave que un ciudadano del siglo XXI debe adquirir
para desempeñarse eficientemente en la llamada Sociedad del Conocimiento y de la
Información (European Commission, 2010). Asimismo, Aguaded-Gómez (2011) señala
que por formar parte de las políticas educativas de mucho países, entre ellos el Ecuador,
se ha promocionado su integración en las agendas de foros internacionales. Además, en
la actualidad la CD juega un papel importante en la participación del ciudadano en la
sociedad. Así, es innegable que a través de las redes sociales se tratan aspectos de la vida
48
social, económica, política y cultural de millones de personas en todo el mundo (Ata &
Yıldırım, 2019).
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objetivos puntuales. Muchos de ellos tienen que ver con las necesidades individuales y
grupales de construir conocimiento de manera eficiente, apropiada, crítica, creativa,
autónoma, flexible, ética, reflexiva, tanto para el trabajo y como para el entretenimiento.
50
hacia las actitudes propias de las interacciones sociales y culturales de los usuarios. Esta
visión de la CD empata con lo planteado por Rodríguez-García et al. (2019) para quien
la CD es la capacidad del individuo para utilizar la tecnología de manera eficaz en todas
las áreas que la componen.
Por otra parte, Pérez-Escoda et al. (2019) señalan que no existe una única forma
de ver a la CD, ni un único parámetro para definir el grado de alfabetización de una
persona en el siglo XXI. La persona alfabetizada o no en competencia digital está
condicionada por el ritmo de avance de la sociedad y el desarrollo tecnológico; cosa que
requiere de la adquisición de nuevas habilidades y conocimientos que se encuentran en
continua transformación. Sin embargo, esto autores señalan que se puede definir y
desarrollar la CD con base a tres ejes que a su vez pueden ser evaluables: campo de
aplicación (profesional, personal, social), fluidez competencial (grado de apropiación de
las CD) y capacidad crítica y responsabilidad (aptitud para desarrollar la CD).
Por esta misma razón, Pérez-Escoda et al. (2019) plantean un modelo de cuatro
dimensiones para medir el grado de CD. Estas son: (1) aprendizaje (adopción), (2) ser
capaz (adaptación), (3) hacer/crear (apropiación), (4) ser/actuar (innovar). Asimismo,
hablan de seis áreas de competencia en diferentes niveles. Su grado de desarrollo
dependería, pues, de la dimensión en la que se encuentre el ciudadano. Las áreas de
competencia son: gestión de la información digital, comunicación en redes digitales,
creación de contenidos digitales, desarrollo de la identidad digital, capacidad y
responsabilidad crítica; y resolución de problemas.
Sobre este mismo aspecto, los investigadores Carretero, Vuorikari y Punie (2017)
así como Vuorikari, Punie, Carretero y Van Den Brande (2016) presentan cinco
dimensiones de la CD para el ciudadano. Las mismas que estarían expresadas en el
modelo DigCom 2.1 y DigCom 2.0, con pequeñas actualizaciones entre la primera y la
segunda versión. Estas dimensiones son: información y alfabetización de datos;
comunicación y colaboración; creación de contenido digital; seguridad y resolución de
problemas. Y los niveles de dominio expresados para cada dimensión serían: básico,
intermedio, avanzado, y altamente especializado. A su vez, cada uno de estos niveles
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posee dos subniveles, con lo cual las capacidades y competencias, por su diversificación,
poseen mayor nivel de medición y evaluación.
Es preciso señalar que la CDD también ha sido estudiada por varios autores, con
lo cual se ha recorrido un trecho teórico y práctico para su conocimiento. Así, Gutiérrez
52
(2014) la entiende como aquella capacidad que integra valores, creencias, conocimientos,
capacidades y actitudes para utilizar adecuadamente la tecnología, incluyendo tanto los
ordenadores, como los diferentes programas y la Internet. Por lo que, con esta asimilación
el docente tendría la capacidad de realizar eficientemente búsquedas de información; una
posterior organización y, utilizar estas herramientas con el fin de construir conocimiento
significativo. Lo que va en sintonía con lo señalado por Durán et al. (2016) y Gisbert y
Esteve (2011) acerca de que la CDD es la suma de habilidades, conocimientos y actitudes,
no solo en aspectos tecnológicos, sino también informacionales, multimedia y
comunicación, indispensables a la hora de conseguir una alfabetización múltiple y
compleja en todo docente. Por consiguiente, a esta alfabetización se le debe añadir el
carácter pedagógico-didáctico (Krumsvik, 2011; Røkenes & Krumsvik, 2014) para que
la integración de estos elementos sea efectiva en todo el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Adicionalmente, estos mismos autores sugieren que la CDD incluya cuatro
componentes básicos para su desarrollo: a) habilidades básicas en TIC, b) competencia
didáctica en TIC, c) estrategias de aprendizaje, y d) educación digital (Krumsvik, 2008,
2011, 2015; Røkenes & Krumsvik, 2014).
Según Castañeda et al. (2018) una CDD debe entenderse como una facultad
holística, pues debe estar situada y orientada hacia la consecución de roles de desempeño,
53
que sean funcionales, relacionales, sistematizados, “entrenables” y en constante
desarrollo. Asimismo, Krumsvik (2011) se refiere a la CDD como holística, pues aboga
por una competencia en la que, además de lo tecnológico, se tengan presentes las
implicaciones pedagógicas y didácticas de profesores y de formadores de profesores en
el contexto profesional. Así también, Durán et al. (2016) señala que la CD forma parte de
la competencia profesional de los docentes de cualquier nivel de enseñanza.
Una vez que se adquiere la competencia digital, las TIC se conciben como
herramientas fáciles de utilizar. Desde luego, si se entiende que el propósito de la
competencia digital es situar al profesor para que se vea en la capacidad de aprender a
adaptarse a una cultura con fuertes componentes tecnológicos, informacionales y
comunicativos (Rossi & Barajas, 2018). Sin embargo, Moreno et al. (2018) sugiere que
54
para que se dé un adecuado desarrollo de la CDD se requiere que se aborden previamente
las dimensiones de información, comunicación, creación de contenidos, seguridad y
resolución de problemas, que son las dimensiones establecidas en el proyecto DIGCOM
(Ferrari, 2013). Así también, este autor recomienda que para medir el nivel de CDD se
utilice los mismos niveles (básico, medio y avanzado) del modelo DIGCOM.
55
fuentes de información y tecnologías específicas para el desarrollo de la asignatura a su
cargo; para ello, claro está, el docente requiere una continua actualización profesional.
Adicionalmente, el profesor requiere desarrollar metodologías que integren, apliquen y
produzcan recursos tecnológicos como estrategias didácticas que mejoren los procesos de
enseñanza aprendizaje (Xie et al., 2018). Esto se completa en la práctica con la actitud
abierta y reflexiva que el docente debe desarrollar ante las demandas de la sociedad
actual. En definitiva, estas competencias que el profesor debe desarrollar están regidas
transversalmente por requerimientos conceptuales e instrumentales, actualización
profesional, metodología docente y un fuerte componente actitudinal.
Sin embargo, de nada sirve el desarrollo de competencias aisladas. Así, para que
el docente pueda buscar en la Internet información que fortalecerá su práctica necesitará
indefectiblemente desarrollar la denominada CDI (competencia digital informacional).
De acuerdo con Hernández, Romero y Ramírez (2013) la CDI se enfoca puntualmente en
la información y en la capacidad para obtenerla, seleccionarla, organizarla, procesarla y
transformarla en conocimiento; para luego ser utilizada de acuerdo con las diferentes
situaciones, contextos, personales y sociales, de los educandos y del docente, desde luego.
La competencia informacional instruye al docente en la forma de cómo buscar,
seleccionar y evaluar la información; así también en cómo el docente transforma esta
información en conocimiento para luego hacerlo público y movilizarlo en redes, entornos
de aprendizaje o en el aula misma.
56
pautas de su innovación y la integración de las tecnologías en las aulas (Area-Moreira
et al., 2016; Gutiérrez & Gómez, 2014; Hart & Laher, 2015). También es interesante la
reflexión que ha propiciado este asunto, toda vez que se habla de técnicas de enseñanza
online y desarrollo de la CD en ambientes masivos-globales, incluso fuera de los centros
de enseñanza (Mena, Ramírez-Montoya, & Rodríguez-Arroyo, 2016; Mena, Rincón,
Ramírez, & Ramírez-Montoya et al., 2018; Romero-Rodríguez et al., 2020).
Se finaliza este apartado con las metodologías y las formas en las que la CD ha
sido puesta a prueba, por decirlo de alguna manera. Así, en cuanto a la evaluación de
competencias digitales, algunas miden las percepciones y actitudes docentes frente al uso
de las tecnologías (Álvarez & Gisbert, 2015; Hernández-Carranza, Romero-Corella, &
Ramírez-Montoya, 2015; Sandoval Rubilar, Rodríguez Alvear & Maldonado Fuentes,
2017; Vera, Torres & Martínez, 2014); otras, en cambio, miden los posibles factores que
se relacionan con la CDD (Cai, et al., 2017; Hart & Laher, 2015; Hatlevik & Hatlevik,
2018; Lucas et al., 2021; Mirzajani et al., 2016) y muchas de ellas validan escalas para su
evaluación y caracterización (Hatlevik & Hatlevik, 2018; Mengual-Andrés, Roig-Vila &
Blasco, 2016; Pérez-Escoda & Rodríguez-Conde, 2016; Scherer, Tondeur & Siddiq,
2017; Tourón et al., 2018).
57
Tabla 1.
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Autor/Organización Capacidad/ Aspectos Área de
Habilidad Competencia
Digital
Durán et al. (2019) y Prendes Uso inteligente, Tecnología. Tecnológica.
et al. (2018) Evaluación
Cabero-Almenara et al. (2020;
Cabero-Almenara & Palacios-
Rodríguez (2020); Rodríguez-
García et al. (2019)
Hatlevik & Hatlevik (2018);
Mengual-Andrés et al. (2016);
Pérez-Escoda & Rodríguez-
Conde, (2016); Scherer et al.
(2017); Tourón et al. (2018)
Ilomäki et al,( 2016) Dominio básico, Computador, Tecnológica
Gutiérrez (2014); García- Correo electrónico,
Valcárcel y Hernández (2013) Internet.
(Pérez-Escoda et al., 2019) Análisis, Manejo de fuentes de Información.
(Carretero et al., 2017; Reflexión crítica, Información. Resolución de
Vuorikari et al., 2016) Gestión, problemas.
(INTEF, 2013, 2017b) Análisis, Tecnológica
(Cabero-Almenara et al., 2020; Transformación.
Cabero-Almenara & Palacios-
Rodríguez, 2020; Rodríguez-
García et al., 2019)
García-Valcárcel y Hernández
(2013)
(Pozos, 2011)
(Xie et al., 2018)
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Autor/Organización Capacidad/ Aspectos Área de
Habilidad Competencia
Digital
(Engen, 2019) Diseñar y aplicar Integración de los Pedagógicas.
(Krumsvik, 2011; Røkenes & estrategias recursos tecnológicos en Creación de
Krumsvik, 2014) didácticas, el currículo. contenido.
(Krumsvik, 2015) Elaborar materiales
García-Varcárcel y Hernández- didácticos
Martin (2013) digitales,
Durán et al. (2019) y Prendes
et al. (2018)
Se resume, que la CDI es una de las más relevantes competencias digitales ya que
mayormente los investigadores están reflexionando sobre sus características y modos de
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entenderla. En algunos casos, incluso, es señalada como una competencia transversal
(Manso-Perea, Cuevas-Cerveró & González-Cervantes, 2019). Por todo ello, y, claro, por
su importancia, la presente investigación se enfocará en esta área de la CD, pues, como
ya se ha explicado, las CDI se tornan fundamentales y comunes a todas las disciplinas, a
todos los ambientes de aprendizaje y a todos los niveles de educación (Gómez-Pablos,
García-Valcárcel, Casillas & Cabezas-González, 2020).
Por tal razón, resulta impostergable para cualquier trabajo investigativo definir
previamente la CDI, pues cuando se usan herramientas tecnológicas, la capacidad
operacional de manejo de esa tecnología representa solo una pequeña proporción del
conocimiento necesario para lo que hoy en día se recomienda como un aspecto relevante
a conocer. Muchas de las veces quedan fuera aspectos esenciales de la CDI, como la
gestión y tratamiento de la información para el pensamiento crítico, la creatividad y la
innovación. Además, al ser la CDI una de las áreas, o dimensiones, de la CD se la debe
tomar muy en cuenta dentro de las competencias asumibles por el ciudadano de la
sociedad de la información y del conocimiento; sobre todo por los profesores, quienes
son los formadores, guías y orientadores de los estudiantes (Álvarez & Gisbert, 2015;
Toledo Sánchez & Maldonado-Radillo, 2015). Ellos deben estar en condiciones de
desarrollarla a través de una eficiente búsqueda, tratamiento y uso de la tecnología, de la
forma más creativa y relevante posible para solucionar un problema de enseñanza o
investigación, además de conocer su uso legal, político y social (Ala-Mutka, 2011; Rué,
2015; Hart, Chetty & Archer, 2015; Ramírez-Montoya, 2015a).
61
Por lo tanto, Castañeda-Peña, González, Marciales, Barbosa-Chacón y Barbosa
(2010) y Rodríguez-Conde et al. (2012) señalan que existe escasez de trabajos sobre
instrumentos que den cuenta de la CDI, más allá de la importancia que se les ha dado a
las prácticas de acceder, evaluar y hacer uso de la información, que han sido identificadas
como la competencia misma. Jaramillo et al., (2011) menciona que es necesario conocer
el punto de partida sobre qué saben y qué no saben los usuarios cuándo manejan
información y cuáles son sus actitudes y valores con respecto a ella. Estas ideas estarían
en sintonía con las de Rodríguez-Conde et al. (2012) quiénes define a la CDI como
aquella capacidad para reconocer la necesidad de información para localizarla, evaluarla
y utilizarla eficazmente; y señalan como dimensiones a localizar, evaluar y procesar
adecuadamente la información.
62
localización, a su análisis, a su gestión, para a su vez transformarla oportunamente en
conocimiento efectivo.
Por su parte, Jaramillo et al. (2011) considera a la CDI como una habilidad y
conocimiento mecánicos, pues puede ser interiorizada por el ser humano como algo
cotidiano. Para Ferrari (2013), en cambio, la CDI es entendida como la capacidad para
reconocer necesidades, acceder a la información, localizarla, evaluarla, almacenarla,
recuperarla y hacer uso efectivo y ético de la misma. Esto implica, asimismo, un factor
clave de todo el proceso: crear y comunicar conocimiento por medio de esta competencia.
De aquello se desprende el hecho de que la CDI vaya dirigida a todos los ciudadanos,
especialmente a estudiantes, profesores y bibliotecarios, con la intención de implantar un
nuevo modelo de aprendizaje donde prime el manejo y el uso crítico de la información
(Ferrari, 2013; García Llorente et al., 2019).
Otra de las ideas es la de los investigadores García Llorente et al. (2019), quienes
relacionan al concepto de CDI desde el punto de vista educativo, imposible de desarrollar
sin una oportuna integración curricular dentro de los procesos de enseñanza-aprendizaje
formales. Esta integración, sin embargo, deber ir en sintonía con los estándares
promulgados por instituciones nacionales e internacionales que agrupan indicadores y
resultados de aprendizaje sobre las CDI, en función siempre de las dimensiones de
necesidad, búsqueda, evaluación, procesamiento y comunicación y difusión de la
información.
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debe adquirir orientada a identificar, localizar, recuperar, almacenar, organizar y analizar
la información digital juzgando su relevancia y propósito.
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aplicación de éstas para propósitos y contextos específicos. De allí que se entienda como
una práctica situada, es decir íntimamente relacionada con la tarea/actividad, o el contexto
en el cual se desarrolla.
Finalmente, la ACRL (2000) relaciona directamente las CDI con las aptitudes para
el acceso y uso de la información como base para el aprendizaje continuo a lo largo de
toda la vida. Esto dado que las competencias de información son comunes a todas las
disciplinas y a todos los niveles de educación. Por lo tanto, los estándares que la ACRL
propone a la educación superior se enfocan en la capacidad para acceder, seleccionar y
aplicar la información partiendo de una necesidad específica. Ello quiere decir que el
individuo pueda aplicar elementos propios de la investigación, enfocándose en aquellos
aspectos problemáticos o que requieren toma de decisiones. Ramírez-Montoya (2012) en
acuerdo con la ACRL (2000) señala que una persona competente en el acceso y uso de la
información es capaz de (1) determinar el alcance de la información requerida, (2) acceder
a ella con eficacia y eficiencia, (3) evaluar de forma crítica la información y sus fuentes,
(4) incorporar la información seleccionada a su propia base de conocimientos, (5) utilizar
la información de manera eficaz para realizar las tareas o propósitos específicos, (6)
comprender la problemática económica, legal y social que rodea al uso de la información
y (7) utilizar la información en forma ética y legal.
65
2.3.2. Normas para la formación en CDI
En resumen, se puede observar que las normas antes expuestas de CDI se orientan
a concienciar u orientar a las personas en la necesidad de buscar información,
66
seleccionarla, evaluarla de forma crítica, utilizarla y transformarla en conocimiento. Por
consiguiente, existe coincidencia, por parte de los autores antes señalados, en las
principales dimensiones que la conforman: necesidad de información, búsqueda de
información, evaluación, organización, procesamiento y comunicación. Estos procesos,
claramente aportan una idea más profunda para la evaluación de la CDI. Todos estos
mecanismos retroalimentan valiosa información para la evaluación de las competencias
comunicacionales, informacionales y tecnológicas de las personas (Bielba-Calvo,
Martínez-Abad & Rodríguez-Conde, 2017).
Tabla 2.
67
Institución / Autor Dimensiones de la CDI
Ferrari (2013) Reconocer necesidades para acceder a la
García Llorente et al. (2019) información, localizarla, evaluarla, almacenarla,
(UNESCO, 2011a) recuperarla.
Ramírez (2012) Hacer uso efectivo y ético de la información.
Aplicar la información para crear y comunicar
conocimiento.
Fuente: Elaboración Propia
68
(Redecker & Punie, 2017) propuesto por la Comisión Europea (2016). En Inglaterra, se
diseña el modelo británico conocido como DigiLit (Fraser, Atkins & Hall, 2013). A nivel
de Latinoamérica, en Chile, específicamente, se propone el modelo denominado Enlaces
(2011) y en Colombia el Ministerio de Educación Nacional MEN (2013) diseñó un marco
de competencias TIC para guiar el proceso de desarrollo profesional docente para la
mejora de la innovación educativa con TIC.
69
Figura 3.
Áreas del marco común de competencia digital docente
El modelo de estándares TIC para los docentes propuesto por la UNESCO (2008,
2011, 2018) es el más conocido a nivel internacional. En este modelo se hace hincapié en
los beneficios del conocimiento práctico que aportan las TIC en la educación (Cabero-
Almenara et al., 2020) y recalca que el profesorado, además de adquirir competencias
TIC, debe poder utilizarlas para ayudar a los estudiantes a convertirse en ciudadanos
colaborativos, creativos, innovadores, comprometidos y resolutivos (Moreno et al.,
2018).
70
dominio que son: (1) adquisición del conocimiento, (2) profundización del conocimiento
y (3) creación del conocimiento, como se lo puede observar en la figura.
Figura 4.
Modelo de estándares TIC para los docentes
71
tecnología para que el estudiante desarrolle competencias digitales, y 7) analista: en
cuanto a evaluar y usar datos para mejorar la docencia y ayudar al alumno a alcanzar sus
objetivos (Cabero-Almenara et al., 2020).
Figura 5.
Roles docentes
72
El Marco Europeo de Competencia Digital del Profesorado DigCompEdu
(Redecker & Punie, 2017) es una entidad que ayuda a orientar la política educativa y para
implementar herramientas y programas de capacitación a nivel regional y nacional.
DigCompEdu, está dirigido a educadores en todos los niveles de educación, desde la
primera infancia hasta la educación superior y para adultos. Incluye también programas
de educación y formación general y profesional en los contextos de aprendizaje no formal.
Su objetivo es detallar cómo se pueden utilizar las tecnologías digitales para mejorar e
innovar la educación y la formación y proporcionar a los estudiantes experiencias de
aprendizaje más efectivas, inclusivas, personalizadas e innovadoras, así como de
proporcionar un marco de referencia general para los desarrolladores de modelos de
competencia digital de los estados miembros.
DigcompEdu tiene como punto de partida tres aspectos: (a) la figura del docente
como modelo para los estudiantes que requiere poseer las competencias que todo
ciudadano necesita para desenvolverse en una sociedad digital; (b) la concepción del
docente como facilitador del aprendizaje y en consecuencia la importancia del aspecto
pedagógico para su perfil; y (c) la relación de la competencia digital con otras áreas
competenciales docentes: profesionales, pedagógicas y el área disciplinar. Este modelo
reconoce que el gran desafío que enfrentan los maestros, pues no se trataría únicamente
de usar la tecnología digital, sino como implementarla para la enseñanza y el aprendizaje.
Es por todo esto que su enfoque principalmente se enfoca en la competencia pedagógica
de los docentes (Lucas et al., 2021).
Este modelo detalla 22 competencias que los docentes deben poseer para fomentar
estrategias de aprendizaje efectivas, inclusivas e innovadoras, utilizando herramientas
digitales. La competencias están organizadas en seis áreas: (1) el compromiso profesional
del profesorado, que se centra en el entorno de trabajo del docente y en el uso eficiente y
adecuado de las tecnologías para la comunicación y colaboración con los compañeros,
estudiantes, padres y personas externas, (2) recursos digitales, relacionados con las
fuentes, la creación y distribución de recursos digitales (además incluye la protección de
los datos), (3) pedagogía digital, útil para diseñar, planificar e implementar el uso de las
tecnologías en las diferentes etapas del proceso de enseñanza aprendizaje, (4) evaluación
y retroalimentación, que vinculada al uso de herramientas y estrategias digitales en la
73
evaluación mejora los procesos de enseñanza aprendizaje, (5) empoderamiento de los
estudiantes mediante el uso de herramientas digitales y (6) facilitar el desarrollo de la
competencia digital de los estudiantes. Este modelo hace énfasis en las áreas 2 a 5, en las
cuales las tecnologías son integradas en la enseñanza de manera pedagógicamente más
significativa.
Figura 6.
Áreas competenciales y competencias del modelo DigCompEdu.
74
finalidad orientar al docente chileno en la integración de las TIC en su práctica educativa
y quehacer profesional. Para ello establece cinco dimensiones que corresponden a las
funciones clave que debe desarrollar un docente para integrar las TIC en su trabajo. Estas
dimensiones son: (1) pedagógica, (2) técnica e instrumental, (3) gestión, (4) social, ética
y legal y (5) de desarrollo y responsabilidad profesional. En la figura siguiente se
evidencia este modelo.
Figura 7.
Modelo de competencias y estándares TIC
75
seguridad y (6) tecnologías que apoyan el desarrollo profesional. Este modelo presenta
cuatro niveles de dominio de la competencia: (1) principiante, o de entrada, (2) básico, o
nuclear, (3) desarrollador y (4) pionero o avanzado.
Figura 8.
Modelo británico DigiLit
76
Figura 9.
Marco colombiano de competencias TIC
Tabla 3.
77
Marco País Objetivos Dimensión/Área Niveles de dominio
/Modelo
(INTEF, competencia digital creación de contenidos
2017b) de los alumnos. digitales
(4), seguridad y (5)
resolución de problemas.
DigiLit Inglaterr Apoyar a los (1) búsqueda, evaluación (1) Principiante, o de entrada,
(Fraser a profesores en la y organización de la (2) Básico, o nuclear
et al., 2013) integración de las información, (2) creación (3) Desarrollador
TIC, fomentar la y compartición de la (4) Pionero, o avanzado.
alfabetización información y recursos,
digital y transformar (3) evaluación y
el aprendizaje retroalimentación, (4)
comunicación,
colaboración y
participación, (5)
seguridad y (6)
tecnologías que apoyan el
desarrollo profesional.
ICT Francia Este modelo plantea (1) la comprensión de la (1) Adquisición del
Competenc un marco general función de las TIC en la conocimiento. (2)
y para el educación, (2) los planes Profundización del
Framework establecimiento de de estudio y la conocimiento. y (3) Creación
for estándares en evaluación, (3) la del conocimiento.
Teachers competencias TIC pedagogía, (4) las
(UNESCO, para docentes en habilidades en TIC (5), la
2018) formación y en organización y la gestión
activo y (6) la formación
profesional de los
docentes
ISTE USA El objetivo de este Los indicadores señalan: Roles que el docente debe
Standards modelo es Explorar y aplicar cumplir:
for profundizar en la enfoques educativos con (1) Aprendiz.
Educators práctica docente, TIC. (2) Líder.
(ISTE, promover la Reflexión continua sobre (3) Ciudadano.
2018) colaboración de los la práctica. (4) Colaborador.
estudiantes, Participación en redes. (5) Diseñador.
repensar los Diálogo con la (6) Facilitador.
enfoques comunidad educativa. (7) Analista.
tradicionales e
78
Marco País Objetivos Dimensión/Área Niveles de dominio
/Modelo
impulsar el
aprendizaje
autónomo
Marco de la Luxemb Detallar cómo se (1) el compromiso (1) Novato (A1)
Competenci urgo pueden utilizar las profesional del (2) Explorador (A2)
a Digital del tecnologías digitales profesorado, (2) recursos (3) Integrador (B1)
profesorado para mejorar e digitales, (3) pedagogía (4) Experto (B2),
:DigCompE innovar la digital, 4) evaluación y (5) Líder (C1) y
du educación y la retroalimentación, (5) el (6) Pionero (C2).
(Redecker formación. empoderamiento de los
& Punie, Proporcionar estudiantes,
2017) experiencias de (6) facilitar el desarrollo
aprendizaje más de la competencia digital
efectivas, de los estudiantes.
inclusivas,
personalizadas e
innovadoras a los
estudiantes.
Ofrecer un marco de
referencia general
para los
desarrolladores de
modelos de
competencia digital
de los estados
miembros.
79
Marco País Objetivos Dimensión/Área Niveles de dominio
/Modelo
gestión, (4) social, ética y
legal y (5)
responsabilidad y
desarrollo profesional.
Competenci Colombi Guiar el proceso de (1) Tecnológica (1) explorador, (2) integrador y
as TIC para a desarrollo (2) Pedagógica (3) innovador.
el profesional docente (3) Comunicativa
desarrollo para la mejora de la (4) De gestión
profesional innovación (5) Investigativa (buscar,
docente educativa con TIC ordenar, filtrar, conectar
(MEN, y analizar información
2013) disponible en internet;
contrastar y analizar
información proveniente
de fuentes digitales; y
utilizar dicha información
proveniente de internet
con una actitud crítica y
reflexiva)
Fuente: Elaboración Propia
El aprendizaje de las TIC y el uso de las TIC como parte de una disciplina o
profesión forma parte de la práctica docente en las instituciones de formación docente
Tømte (2013). En consecuencia, cabe señalar que en los últimos años se han publicado
diferentes estudios que analizan y comparan modelos y marcos de CDD, tanto a nivel
80
secundario como universitario (Álvarez & Gisbert, 2015; Cabero-Almenara et al., 2020;
Cabero-Almenara & Martínez, 2019; Durán et al., 2016; Esteve & Gisbert, 2013; Gisbert,
González Martínez & Esteve, 2016; Lázaro Cantabrana et al., 2019; Padilla-Hernández,
Gámiz-Sánchez & Romero-López, 2019; Pérez-Escoda et al., 2019; Pettersson, 2018;
Silva, Usart & Lázaro, 2019; Tourón et al., 2018).
81
En el estudio de Prendes y Gutiérrez (2013) sobre competencias digitales del
profesorado universitario español, resalta el modelo de análisis de las competencias TIC
en sus ámbitos de desempeño profesional (docencia, investigación y gestión) abarcando
las dimensiones técnica, informacional y multimedia en tres niveles: nivel 1: dominio de
la bases que fundamentan la acción con TIC; nivel 2: diseño, implementación y
evaluación de acción con TIC y nivel 3: análisis y reflexión personal, y colectiva, de la
acción llevada a cabo con TIC. Aquí sobresale el hecho de que la mayor parte de
indicadores del modelo se refiere de forma específica a la docencia; por el contrario, los
indicadores referidos a la investigación y a la gestión se recogen en menor medida. No
obstante, todos ellos recalcan que para que el docente universitario pueda considerarse
con un alto nivel de competencias TIC es necesario que cumpla con los indicadores en
los tres ámbitos de acción (docencia, investigación y gestión). Este modelo fue
actualizado en el estudio de Prendes et al. (2018) donde se abarcó cinco áreas de dominio:
técnica; informacional y comunicativa; educativa; analítica; social y ética. Estas áreas,
sin embargo, deber ser verificadas y demostradas a través de las funciones de desempeño
del profesor universitario (docencia, investigación y gestión), con los niveles que van
desde el aprendiz hasta el experto.
82
A continuación, se presentan en la Tabla 4 un resumen de los modelos propuestos por
investigadores de CD en profesores universitarios.
Tabla 4.
83
Modelo Autor Descripción de la CDD
(áreas, dimensiones)
Ámbitos: docencia,
investigación y gestión.
Modelo de integración de la CD (Tejada & Pozos, 2018) Comprende tres dimensiones: (a)
del profesorado universitario en las siete unidades de CD, (b) las
su desarrollo profesional tres fases de integración de la
CD: básicas, profundización y
generación del conocimiento y
(c) el nivel de dominio y grado
de complejidad de la CD.
Fuente: Elaboración Propia
En el estudio de List et al. (2020), cuyo propósito fue identificar perfiles basados
en concepciones que los profesores tenían sobre Alfabetización Digital (AD), se solicitó
a los maestros (muestra tomada de profesores de Estados Unidos y Suecia) que definieran
84
de forma abierta lo que significa para ellos la AD. El estudio básicamente consistía en
que los docentes seleccionaran, de una lista proporcionada por el modelo CD, de Ng
(2012) las aptitudes que consideran esenciales para la AD. El instrumento utilizado fue
una encuesta electrónica y entre las opciones estaban las dimensiones socio-emocional,
cognitiva y técnica. Los perfiles identificados fueron cuatro: centrados en la tecnología,
centrados en la lectura digital, dirigidos a objetivos y uso crítico de la tecnología e
información. El propósito de este estudio fue determinar cómo influyen dichas
concepciones en las decisiones del maestro para llevar a cabo una instrucción en el aula
que se traduzca en experiencias académicas de los estudiantes con la AD. Asimismo, se
buscaba determinar semejanzas y diferencias en las concepciones entre maestros en
formación, tanto en Estados Unidos como en Suecia. La metodología aplicada fue la
exploratoria mixta y se utilizaron los resultados cualitativos de las preguntas abiertas para
informar sobre los resultados cuantitativos. En los hallazgos los investigadores
encontraron que las concepciones del maestro constituyen el punto de origen para la toma
de decisiones sobre el plan de estudios, los métodos y la evaluación en el desarrollo de la
AD de los estudiantes.
85
En el estudio de Tondeur et al. (2017) se valida un instrumento (cuestionario) para
medir la CD en profesores en formación. Los ítems del cuestionario se basaron en el
marco de competencias TIC (ICT-CF) desarrollado para profesores en formación. Este
marco tiene tres dimensiones: a) educar a los alumnos para que sean competentes en las
TIC; (b) apoyar y fortalecer los procesos de aprendizaje y desarrollo mediante las TIC; y
(c) organizar adecuadamente las TIC en el entorno de aprendizaje. La muestra estuvo
conformada por 931 profesores de Bélgica que estaban cursando el último año de su
formación. Una primera sub-muestra se utilizó para realizar un análisis factorial
exploratorio, y, una segunda, para verificar la estructura factorial identificada mediante
un análisis factorial confirmatorio. Se identificó, asimismo, una estructura de dos factores
de competencias en TIC: (a) competencias para apoyar a los alumnos en el uso de las TIC
en clase y (b) competencias para usar las TIC para el diseño instruccional. Esta estructura
de dos factores se comprobó en el análisis factorial confirmatorio. Con el instrumento
validado se pudo evaluar el nivel y el progreso de las competencias en TIC de los docentes
en formación.
86
Para llegar a conclusiones efectivas, en este estudio la muestra fue de 546
profesores universitarios de instituciones españolas. El cuestionario estuvo abierto cinco
semanas y fue creado a través de la herramienta SurveyPirate. Los resultados del nivel de
CDD fueron analizados en función de los siguientes aspectos: 1) conocimiento general
sobre las posibilidades TIC, 2) conocimiento y uso de estrategias metodológicas para el
trabajo en red, 3) elección de recursos TIC para el aula, 4) conocimiento y uso de
herramientas telemáticas, 5) publicación de material en red, 6) uso de las TIC para tareas
docentes y 7) formación docente, investigación e innovación educativa.
87
En el estudio de García Llorente et al. (2019) se valida un instrumento de
evaluación de competencias informacionales auto-percibidas. Participan en esta
investigación 1422 estudiantes de educación secundaria de las provincias de Palencia,
Valladolid y Soria. El instrumento además evalúa la influencia de los estudios del padre
o de la madre sobre el nivel alcanzado en las dimensiones que forman parte del constructo
de alfabetización informacional. El instrumento sobre el que se trabajo ha sido adaptado
del cuestionario IL-HUMASS, y tiene 18 ítems distribuidos en cuatro dimensiones de la
competencia informacional búsqueda de la información: evaluación de la información,
procesamiento o gestión de la información, comunicación de la información. En cuanto
a la fiabilidad el instrumento obtiene un Alfa de Cronbach de 0.887 y para su validación
utilizaron los mecanismos: validez de contenido y validez de constructo. Para asegurar la
validez de contenido, se llevó a cabo un análisis sistemático de estándares de aprendizaje
de las competencias informacionales de las principales normas y estándares
internacionales. Para la validez de constructo realizaron un análisis factorial exploratorio
donde todos los ítems saturan los factores con una intensidad aceptable.
En cuanto a la influencia de los estudios de los padres, las evidencias reflejan que,
a mayores estudios de los padres, los hijos se perciben como más competentes. Asimismo,
se verificó que existen diferencias significativas en la dimensión “búsqueda” y
“evaluación”; es decir, los estudiantes con padres universitarios alcanzan un nivel de
desempeño superior de búsqueda y evaluación de la información que los estudiantes de
padres con estudios primarios y secundarios. En conclusión, este estudio aporta una escala
que alcanza niveles aceptables de ajuste en los índices de fiabilidad como en los de
validez, y en consecuencia contribuye a medir el grado de autopercepción de las
competencias informacionales entre los estudiantes.
88
paradigma longitudinal. El instrumento aplicado, a través de Google Form, fue un
cuestionario que se fundamentó en el modelo INTEF (2017) específicamente del área de
información y alfabetización informacional. Este modelo utiliza la escala de Likert, de 6
puntos, subdivido en tres bloques: A (A1, A2) considerado como nivel básico, B (B1, B2)
nivel medio, C (C1, C2) nivel avanzado.
Cabe señalar que este instrumento, al tomar como base el modelo INTEF (2017)
se considera como un instrumento que tiene validez de contenido. En cuanto a la
fiabilidad, en el área de información, específicamente y de alfabetización informacional,
ha obtenido un valor de 0.89 lo cual señala que el instrumento es fiable. Este instrumento
contó con 16 ítems establecidos en tres bloques o dimensiones, además, de las variables
sociodemográficas (edad, genero, curso académico y especialidad).
89
del docente se encuentran entre A2 y C2, subiendo en este caso un nivel en cada uno de
los ítems.
Por otro lado, sobre este punto vale la pena revisar el estudio de Álvarez y Gisbert
(2015) que trata de indagar en el grado de Alfabetización Informacional (AI) del
profesorado de secundaria en España midiendo sus creencias y autopercepciones. La
muestra del estudio fue de 2556 profesores de secundaria. El cuestionario para medir estas
variables comprendió dos partes: 1) creencias y autopercepciones de los indicadores de
AI y, 2) casos prácticos en los que los profesores debían evidenciar las habilidades y
destrezas que tienen sobre la competencia informacional. En total, el cuestionario tiene
55 preguntas, de las cuales 13 preguntas son descriptivas (aspectos demográficos), 32 de
autopercepción en CDI y 10 preguntas de simulación/situación. El cuestionario, en cuanto
al grado de creencias autopercepción de la CDI, estuvo conformado por los siguientes
indicadores, que a su vez comprendían preguntas o ítems: (1) reconocer la necesidad de
información, (2) localizar la información, (3) evaluar la información, (4) organizar la
información, (5) transformar la información y (6) grado de AI auto-percibido, esta última
recoge una valoración global.
90
indicador 1, reconocer la necesidad de información, el 87.8% de los profesores presentan
una elevada autopercepción, pues ellos se sienten capaces de buscar información en la
red (media y moda con mayor valor que los demás), localizarla de forma rápida y eficaz
e de identificar sin dificultad el objetivo, problema o necesidad de investigación. En el
indicador de 2, localizar la información, se observa que el 80.2% de profesores se auto-
perciben como competentes en localizar la información; no obstante, en un porcentaje
promedio bajo (69.5%) señalan estar seguros de citar la procedencia o autoría de la
información. En el indicador 3, evaluar la información, en cambio, disminuye el
porcentaje en un 64.3% de docentes que evalúan la información, evidenciándose con ello
importantes deficiencias informacionales. Mientras que, en el indicador 4, organizar la
información, menos de la mitad del profesorado (31.8%) realiza esta actividad, siendo
este el indicador más bajo. Por su parte, en el indicador 5, transformar la información, las
respuestas obtenidas muestran que un 74% de profesores son capaces de transformar la
información en contenido propio. En el indicador 6, grado de AI auto-percibido, un 59.6%
de profesores señalan en sus respuestas cierta tendencia hacia los valores centrales, con
una media de 3.7. Se observa que existe una diferencia de 7 puntos con respecto al grado
de AI calculado (67,6).
91
estuvo compuesta por 73 docentes y bibliotecarios de universidades del estado de Baja
California en México.
El instrumento que aplicaron en este estudio fue diseñado con base en los
estándares de competencias TIC (UNESCO, 2008) y a las normas sobre actitudes para el
acceso y uso de la información en la enseñanza superior (ACRL, 2000). Por lo tanto, las
variables de estudio se redujeron a competencias informacionales y competencias en TIC.
Para las competencias informacionales, se definieron cuatro dimensiones 1) capacidad
para determinar la información, 2) acceso a la información, 3) evaluación de la
información y 4) utilización de la información. En cambio, para las competencias en TIC,
se definieron las dimensiones 1) nociones básicas, 2) profundización del conocimiento y
3) TIC para generación del conocimiento. El instrumento final comprendió 44 ítems con
una escala de Likert de cinco niveles que iban desde el 1: nunca hasta el 5: muy
frecuentemente.
92
Los resultados de la “validez de constructo”, mediante el análisis factorial, en
cuanto a la variable competencias informacionales, señalaron cinco factores subyacentes:
1) capacidad para determinar la información, 2) utilización de la información, 3)
evaluación de la información, 4) acceso a la información y 5) necesidad de información.
En cuanto a la variable competencias en TIC, cuatro fueron los factores subyacentes
detectados 1) profundización del conocimiento, 2) uso de TIC, 3) nociones básicas de
TIC, y 4) generación del conocimiento. Lo que permite concluir que el instrumento
alcanza buenos niveles de validez.
El estudio identificó los usos educativos que los docentes les dan a los recursos
tecnológicos y determinó si las variables de sexo, edad, años de experiencia profesional,
tipo de centro educativo, o el área en el que imparten clases, son factores que influyen en
93
el uso de las TIC. El método utilizado fue exploratorio, con un enfoque cuantitativo de
diseño no experimental. Así pues, en este estudio se realizó un análisis descriptivo
“univariable”, y análisis correlacional entre factores demográficos y laborales (sexo,
edad, experiencia, docente, titularidad del centro educativo, especialidad o etapa) y las
distintas variables utilizadas para medir la CDD. El análisis correlacional también se
efectuó entre las variables que miden el conocimiento en TIC a nivel personal con su
utilización en el aula. Para este propósito, la muestra estuvo compuesta por 361 docentes
y para el levantamiento de la información se dispuso el cuestionario online, el mismo que
fue contestado de manera voluntaria y anónima.
94
resultados. Por lo mismo, el instrumento está compuesto por 54 ítems que miden las cinco
dimensiones del INTEF en dos escalas que valoran el conocimiento y el uso que realiza
el profesorado de la tecnología en su aula.
El cuestionario de este estudio presenta una escala de Likert de siete puntos para
cada ítem que indican el grado de conocimiento y el de uso de la tecnología. El mismo
fue aplicado a una muestra de 426 profesores de todos los niveles educativos. La
aplicación se realizó en línea, mediante la plataforma comercial formsite28. Lo
interesante de este proceso tiene que ver con el análisis de fiabilidad y de validez, tanto
de constructo, como convergente y discriminante. Igual que los modelos anteriores, para
comprobar la fiabilidad del instrumento se utiliza el método Alfa de Cronbach y con ello
se determinó la consistencia interna de los ítems que se calculó también de forma separada
por cada una de las cinco dimensiones. Para validar la estructura de las dimensiones
teóricas que mide el instrumento se utilizó el Análisis Factorial Confirmatorio (AFC).
Los resultados señalan la fiabilidad total del cuestionario con un valor de 0.98.
Asimismo, la fiabilidad para las dimensiones de la escala de conocimiento varía entre
0.89 y 0.94; y para la escala de uso entre 0.87 y 0.92. Por tanto, se confirma la consistencia
interna de la escala y de cada una de sus dimensiones. Los resultados de la validez de
constructo han sido propiciados al pasar de un modelo de cinco factores a un modelo de
cuatro factores 1) gestión de la información, 2) comunicación y colaboración, 3) creación
de contenido digital y 4) resolución de problemas y seguridad. De ellos se desprenden,
asimismo, cuatro sub-factores 1) almacenamiento en la nube, 2) seguridad y
mantenimiento, 3) proyectos de centro y 4) evaluación. Además, se realizó la validez
convergente y discriminante con lo cual, según los autores, se mejora significativamente
el modelo INTEF (2017).
95
alfabetización tecnológica, 2) búsqueda y tratamiento de la información, 3) pensamiento
crítico y solución de problemas, 4) comunicación y colaboración; 5) ciudadanía digital, y
6) creatividad e innovación. Estas dimensiones tuvieron como base los indicadores del
proyecto NET*S (ISTE, 2008b); las que se desglosan, a su vez, en 22 indicadores, a partir
de los cuales se concretan 44 ítems.
El cuestionario tuvo una escala valorativa tipo Likert con 10 opciones de respuesta
(yendo del 1= ineficaz, hasta el 10= competente). Se utilizó, asimismo, la “aplicación
Opina”, de la Universidad de Sevilla, para la creación del cuestionario y posterior envío
a los estudiantes. Algo que influyó en esto fue el hecho de que los resultados se pudieron
recoger en una matriz de datos, reduciendo así errores y tiempo dedicado a ello, lo que
sin dudas contribuye a la tarea del investigador. La calidad del instrumento estuvo
determinada por la validez y la fiabilidad del mismo. En cuanto a la validez de contenido,
el cuestionario se validó por medio de juicio de expertos, quienes valoraron los ítems en
cuanto a su pertinencia y claridad. Para la selección de los resultados de los expertos se
aplicó el coeficiente de competencia experta, que contempla el coeficiente de
conocimiento que tiene el experto sobre la temática y el coeficiente de argumentación o
fundamentación de los expertos. La fiabilidad se comprobó mediante el coeficiente de
Alfa de Cronbach tanto del total de ítems del cuestionario como de los ítems
correspondientes a cada dimensión. El cuestionario presenta una consistencia interna de
0.96, lo que significa una fiabilidad alta. Para la validez del constructo, se realizó un
análisis factorial exploratorio sobre factores principales con rotación: Normalización
Varimax con Kaiser. Los resultados obtenidos de este estudio aportan evidencias sobre la
calidad del instrumento que se presenta en una estructura de seis factores. Se concluye,
pues, que el cuestionario constituye un instrumento con evidencia de fiabilidad y validez
que permite explorar las competencias tecnológicas.
96
resultados se obtuvo que los estudiantes de magisterio muestran un nivel competencial
avanzado en las áreas de información, comunicación y creación de contenidos
audiovisuales, lo que garantiza competencias informacionales y digitales óptimas. Las
habilidades más bajas están vinculadas con la seguridad y la innovación tecnológica.
Otro estudio señalado por Rossi y Barajas (2018), cuyo objetivo es medir la
adquisición de la competencia digital, entre lo que se espera y lo que realmente se ha
logrado, considera que para fortalecer y apoyar el proceso de adquisición de la
competencia digital docente es preciso atender aspectos personales, profesionales e
institucionales. Define para ello los aspectos que emanaron de la fundamentación teórica
como dimensiones para su estudio: institucional (contexto), personal o social (actitudes,
creencias) y la profesional (uso pedagógico de las tecnologías). La metodología que
utilizaron fue la cualitativa con método de casos múltiple y los instrumentos utilizados
fueron el cuestionario, los artefactos (informes institucionales), las entrevistas a
profundidad y la observación en el aula.
97
equipo y un clima de colaboración). Así también, las experiencias formativas de los
docentes son influyentes, sin embargo, en lo profesional, éstas se deben diversificar y
actualizar constantemente como una de las estrategias clave para fomentar la
colaboración. Por ello, los cursos de formación docente para la integración de las
tecnologías deben mejorarse, es decir, salir de esquemas tradicionales, promulgar la
colaboración (comunidades de práctica) y favorecer con ello la práctica reflexiva y la
innovación educativa. Otro hallazgo destaca que el binomio “competencia digital-
innovación pedagógica” se ven reafirmados cuando la integración de las tecnologías y las
acciones innovadoras se desarrollan de manera colaborativa con base en proyectos
institucionales. No obstante, la colaboración aún resulta incipiente entre los hábitos
personales y profesionales del docente.
98
Tabla 5.
99
Autor Tipo Nivel Estrategia Elementos Dimensiones/área País
educativo de que evalúa s
evaluación
2. evaluación de
información, datos
y contenidos
digitales
3. almacenamiento
y recuperación de
la información,
datos y contenidos
digitales.
(Cai & Encuesta Secundaria Evaluación Conocimien Dimensión de la USA,
Gut, 2020) cognitiva tos CD: Canadá,
Habilidades Resolución de Finlandia
problemas Japón
(García Cuestiona Secundaria Evaluación Conocimien CDI: España
Llorente rio cognitiva tos en cuatro
et al., Habilidades dimensiones:
2019) búsqueda de la
información,
evaluación de la
información,
procesamiento o
gestión de la
información,
comunicación de
la información
100
Autor Tipo Nivel Estrategia Elementos Dimensiones/área País
educativo de que evalúa s
evaluación
(Álvarez Cuestiona Secundaria Evaluación Conocimien CDI: España
& Gisbert, rio cognitiva tos (1) reconocer la
2015) Habilidades necesidad de
información,
(2) localizar la
información,
(3) evaluar la
información,
(4) organizar la
información,
(5) transformar la
información y
(6) grado de AI
auto-percibido
(Toledo Cuestiona Universitar Evaluación Conocimien CDI (ACRL, México
Sánchez & rio io cognitiva tos 2000)
Maldonad Habilidades 1. capacidad para
o-Radillo, determinar la
2015) información,
2. acceso a la
información,
3. evaluación de la
información,
4. utilización de la
información
CD (Unesco,
2008)
1. nociones
básicas, 2.
profundización del
conocimiento y
3. TIC para
generación del
conocimiento
101
Autor Tipo Nivel Estrategia Elementos Dimensiones/área País
educativo de que evalúa s
evaluación
Moreno et Cuestiona Universitar Evaluación Conocimien CDD (Intef, 2017) España
al. (2018) rio io cognitiva tos 1. información y
Habilidades alfabetización
informacional, 2.
comunicación y
colaboración, 3.
creación de
contenido digital,
4. seguridad y 5.
resolución de
problemas
(Boudet, Cuestiona Secundaria Evaluación Conocimien CD (Intef, 2017) España
2017) rio cognitiva tos tecnológicos,
Habilidades comunicativos,
gestión de tareas,
gestión de
información y
creación de
materiales
(Tourón Cuestiona Todos los Evaluación Conocimien CDD (Intef, 2017) España
et al., rio niveles cognitiva tos 1. información y
2018) Habilidades alfabetización
informacional, 2.
comunicación y
colaboración, 3.
creación de
contenido digital,
4. seguridad y 5.
resolución de
problemas
102
Autor Tipo Nivel Estrategia Elementos Dimensiones/área País
educativo de que evalúa s
evaluación
(Gutiérrez Cuestiona Universitar Evaluación Conocimien CDD (ISTE, 2008) España
-Castillo rio io cognitiva tos 1. alfabetización
et al., Habilidades tecnológica,
2017) 2. búsqueda y
tratamiento de la
información,
3. pensamiento
crítico y solución
de problemas,
4. comunicación y
colaboración;
5. ciudadanía
digital, y
6. creatividad e
innovación
Rossi & Entrevista Primaria Evaluación Conocimien CDD: España
Barajas cognitiva tos institucional
(2018) Habilidades (contexto),
personal o social
(actitudes,
creencias),
profesional (uso
pedagógico de las
tecnologías).
Cejas- Cuestiona Universitar Evaluación Conocimien TPACK España
León & rio io cognitiva tos Tecnología
Navío Habilidades Pedagogía
(2018) Contenido
Fuente: Elaboración Propia
Figura 10.
Síntesis de elementos de la CDD.
104
indirectamente al desarrollo de la CDD. Así también, fue preciso describir los retos de la
formación de los docentes en CD.
Por lo tanto, con el apoyo de indicadores de logro, clasificados por cada dimensión
de la CDI, se podrá medir el nivel CDI percibido por lo docentes que han pasado por
procesos de formación donde se ha desarrollado esta competencia. Además, se podrá
determinar los factores que afectan el desarrollo de la CDI en el contexto de la
investigación y ser contrastados con los que señala la literatura. Una vez se cuente con el
diagnóstico de la CDI percibida por los docentes y los factores que afectan su desarrollo,
se podría determinar el perfil docente con el que cuenta la institución investigada.
105
Figura 11.
Esquema de innovación en la práctica docente.
Caracterización
Tipos Evaluación
IEBE
Por su parte, los autores Amador et al. (2017) señalan como referentes clave de la
nueva universidad del siglo XXI las tecnologías, la multidisciplinariedad y la innovación
docente. En tal sentido, los docentes universitarios, con funciones de docencia,
investigación y gestión, están llamados a innovar sobre todo en la función de docencia,
107
convirtiéndose en mediadores, en diseñadores de entornos de aprendizaje y propiciadores
del aprendizaje autónomo de los estudiantes a través de competencias pedagógicas,
manejo de técnicas y recursos educativos; entre estos últimos, una opción invaluable son
Recursos Educativos Abiertos (REA) (Santos Rego, Jover, Naval, ÁlvarezVázquez &
Sotelino, 2017; Xie et al., 2018).
En este sentido, se sabe que los REA contribuyen al movimiento educativo abierto
y se constituyen en una nueva e innovadora forma de enseñanza-aprendizaje que va de la
mano del uso de las licencias Creative Commons (Cabero-Almenara, 2017; Ramírez-
Montoya & García-Peñalvo, 2018). Precisamente, los investigadores Castaño Muñoz,
Redecker,Vuorikari y Punie (2013) señalan que la tendencia en la innovación educativa
está encaminada hacia la educación abierta, entendiendo esta como la experiencia de
aprendizaje que otorga al alumno un grado de flexibilidad en la elección de “qué”,
“cómo”, “dónde” y “cuándo” aprender. De tal manera que se promueva el aprendizaje
auto-dirigido, donde el docente puede aprovechar el potencial que ofrecen los REA y el
movimiento educativo abierto para facilitar el acceso a la educación sin fronteras de
tiempo ni espacio.
Por otra parte, sin dudas el papel de los profesores juega un rol importante en el
desarrollo de la innovación. Sobre este aspecto, Ninlawan (2015) comparte cinco
108
características que debe cumplir un docente en su rol de innovador: espíritu de un buen
profesor, habilidades en el desarrollo integrado de cursos, habilidades para emprender en
innovaciones, capacidad en técnicas de enseñanza y clases basadas en computador,
mantener entusiasmo por ayudar a los estudiantes y habilidad para la comunicación en
inglés. Por lo tanto, la calidad del profesor está definitivamente vinculada a la calidad de
la educación. En tal sentido, Zabalza Beraza y Zabalza Cerdeiriña (2016) señalan que
innovar en docencia es aplicar tres condiciones importantes que son la apertura, la
actualización y la mejora. La apertura, referida a la capacidad de adaptación, a la
flexibilidad orientada a propiciar una actitud favorable al cambio. La actualización, en
cambio, significa integrar nuevos métodos de enseñanza, incorporando nuevos recursos
disponibles y nuevos conocimientos. La mejora, en fin, debe ser concebida como el
compromiso adquirido en toda innovación docente. Así, lo que caracterizaría a un docente
innovador es la apertura al cambio, la actualización en los métodos de enseñanza y la
búsqueda continua de la mejora en la enseñanza.
Con lo antes expuesto, se resalta el rol que juega la actividad docente innovadora,
la que sin dudas afecta significativamente en los logros de cambio y mejora de los
estudiantes (Felisatti & Serbati, 2014). No obstante, García-Peñalvo (2020) invita a
reflexionar sobre la eficacia de los proyectos de innovación docente. La reflexión gira en
torno de hasta qué punto estas nuevas metodologías están logrando un cambio
significativo, o, por el contrario, están quedando rezagados en los nichos del profesorado,
donde los docentes, aunque convencidos de los cambios metodológicos para mejorar la
calidad de la docencia, no logran sacarles el máximo provecho. Incluso, la gran mayoría
de docentes quedarían sin participar de estas innovaciones metodológicas.
109
de innovar en el campo del conocimiento es necesario prestar especial atención a la
innovación en cuanto a herramientas de uso de la información en función de las
expectativas y características de los educandos. Por esta misma razón para García-
Peñalvo (2020) otra característica del profesor innovador es la colaboración con otros
grupos académicos nacionales e internacionales gracias a la participación en proyectos
de innovación e investigación, además de en diversas redes, destacándose el binomio
innovación e investigación.
En este sentido, hay que tener claro que los profesores innovadores deben apostar
por diseños de cursos o planificaciones donde se promueva la búsqueda y análisis de la
información para la creación de soluciones innovadoras que den respuesta a las
necesidades que demanda la sociedad del conocimiento. Así pues, la investigación y la
innovación están entrelazados y consolidan una piedra angular para la educación superior
(Quintas Cruz, et al.2017; Ramírez-Ramírez & Ramírez-Montoya, 2018). Lo que va en
sintonía con lo señalado por Loaiza y Loaiza (2014) acerca de que en las universidades
la actividad innovadora va ligada a la de investigación.
Por otra parte, hay que tener presente que el profesor innovador debe ser un agente
activo dentro del proceso de enseñanza aprendizaje, y, como tal, es un constructivista que
procesa información, toma decisiones, genera conocimiento práctico, posee creencias que
influyen en su actividad profesional y de cierta manera condicionan su trabajo (Marcelo,
2016). De ahí que, para conseguir una educación acorde con la modernidad, se debe
concebir la innovación docente como una nueva práctica heurística (una idea) o la
introducción de un instrumento o herramienta tecnológica para que los estudiantes
aprendan más y mejor. Sin embargo, para que esta interiorización se dé, los alumnos
deben estar conscientes del valor de la innovación a través de la observación de prácticas
innovadoras en sus docentes, pues, la innovación docente es aquella que se aplica en el
aula (presencial, virtual) desde el ejemplo diario (Fidalgo-Blanco, 2017).
110
problemas específicos asociados a sus propias asignaturas. En tal medida, el diseño inicial
de sus experiencias específicas no siempre proporciona información que deba ser
transferida y reutilizada, lo que demanda un gran esfuerzo cognitivo cuando se requiere
encontrar buenas prácticas que puedan ser replicadas en grupos heterogéneos
(Veletsianos, 2010).
Sobre el rol del docente innovador se ha reflexionado mucho en los últimos años.
Entre otros investigadores, Lozano y Gallardo (2017) han llegado a la conclusión de que
existe una serie de atributos relacionados con las características del “ser” de las personas
que conforman el perfil de un innovador en su campo de experticia. El buen innovador,
por consiguiente, debe ser organizado, resiliente, enérgico, prudente, proactivo,
observador, entusiasta, perseverante, comunicativo etc. Además, estas características
están directamente relacionadas con la creatividad, la apertura, la flexibilidad, el enfoque
en la tarea, la solución de problemas, la creación de espacios de opinión y la construcción
conjunta del conocimiento, entre otros.
Sobre esto mismo, Stevens (2004) señala que existen tres tipos de docentes: (1)
los innovadores, a los que les gusta probar nuevos enfoques de instrucción, (2) los
inamovibles, aquellos que se niegan a cambiar y (3) los que adoptan una actitud de esperar
y ver, estos son los más comunes. Por otra parte, Lozano y Gallardo (2017), partiendo del
análisis de tres casos de docentes innovadores, clasifican a los docentes innovadores en
tres tipos: el innovador novato, el innovador en progreso y el innovador experto; y
caracterizan a cada uno de los tipos de innovadores contemplando los siguientes
elementos: (1) capacidad de reconocer la necesidad de cambio, o mejora
(intencionalidad), (2) comunicación, (3) actitud y posición personal, (4) búsqueda de
nuevos métodos, (5) valoración de resultados y (6) difusión, divulgación de resultados.
111
Nelson & Campbell, 2017), por ende los profesores que son más reflexivos sobre sus
propias creencias pedagógicas, generalmente son más adaptativos y flexibles.
Por otro lado, los factores que promueven la innovación también son
categorizados por sus características. Fullan (2007), expone que los factores que
promueven la innovación se agrupan en tres categorías:
112
de formación que les conduzcan a la innovación en sus prácticas de enseñanza (trabajo
en red con otros, mejora salarial, beneficios profesionales). En igual medida, otros de los
factores que podrían influir en los procesos de innovación son el contexto, las prácticas
de colaboración y la reflexión constante de docente sobre su práctica educativa (Ramírez-
Montoya & García-Peñalvo, 2018). El contexto, que es en donde se va a implementar la
innovación, debe ser entendido y siempre apreciado con cuidado; las prácticas de
colaboración y reflexión son necesarias como resultado de los aportes de diferentes
miembros de un grupo. Esta manera de ver la innovación de forma colaborativa tiene
mayor potencial que la contribución de un solo individuo aislado, pues se enriquecen los
aportes en grupo en una comunidad que comparte iguales intereses (Neri, Noguez &
Alanis, 2017; Rodríguez et al., 2015).
113
institución educativa que pide con prontitud rendición de cuentas, esfuerzos aislados de
calidad educativa en la enseñanza y uso tecnologías y estrategias fragmentadas (Fullan,
2011).
Siguiendo estas ideas, el estudio realizado por Sarango-Lapo et al. (2016a) sobre
prácticas educativas abiertas innovadoras en los docentes de la UTPL, con el apoyo de
REA, se encontró que tan solo un tercio de los profesores del área biológica apoyaba su
práctica docente con Recursos Educativos Abiertos (REA). Y esto porque debían cumplir
una normativa institucional. Lo que demuestra lo señalado por Domingo (2013) y por
Gorozidis y Papaioannou (2014) cuando reflexionan que si una innovación es impuesta,
el resultado no siempre es el esperado, ya que ninguna imposición garantiza un óptimo
involucramiento y motivación por parte de los profesores. En el mismo estudio se señala
que el tiempo se constituye en un factor que influye para el desarrollo de la innovación,
dado que muchas de las veces los profesores universitarios, por estar involucrados,
muchos de ellos, en estudios de doctorado brindaron mayor atención a esta actividad de
investigación, antes que a la de docencia con apoyo de los REA. Otro factor que se asocia
en este mismo estudio, es que la capacitación en REA no fue suficiente como para que
los docentes asimilaran las ventajas que ofrecen estos recursos en la enseñanza.
Otro de los factores que dificultan la innovación surge de los valores y tendencias
culturales de los maestros, es decir, de su sistema de valores. A esto se suma el hecho de
que existen universidades aún conservadores que se resisten al cambio que conlleva la
innovación y que requiere, por su puesto, del convencimiento de sus integrantes para que
se implanten propuestas de innovación en la institución (Casas y Stojanovic, 2013).
En este mismo sentido, y como lo han visto Foray y Raffo (2014), la innovación
educativa, con apoyo de las tecnologías, puede ser boicoteada debido a la presión por la
que deben pasar los profesores para mejorar su desempeño mediante recursos diferentes
y diversos en las prácticas educativas. Pues muchas veces el desarrollo del conocimiento
y aplicación de las tecnologías en la enseñanza están sometidos a los más altos estándares
de evaluación y esto pone en aprietos a docente generalmente conservadores en el uso de
TIC. Juklová (2015) demuestra que los profesores sienten la falta de apoyo en varias
áreas, especialmente en lo relacionado con su evaluación práctica y las necesidades de
114
innovar. Por lo tanto, se llega a la conclusión de que las tendencias culturales, del entorno,
políticas, regionales, y sobre todo institucionales, afectan al desarrollo de la innovación
docente.
Así pues, Neri et al. (2017) señala que, entre los obstáculos para el desarrollo de
la innovación, destaca la sobrecarga laboral, el exceso de trabajo docente y
administrativo. Sobrecargas que no dan tiempo suficiente a los docentes para reflexionar
sobre su práctica, lo que dificulta, a su vez, el tiempo dedicado para innovar o proponer
nuevas ideas. Otro obstáculo lo constituyen las cotas elevadas en los procesos evaluativos.
Pues, cuando un centro educativo se enfoca en lograr resultados de logro estandarizados
y se estandarizan, asimismo, algunos procesos administrativos, la innovación y el cambio
resultan casi imposible. Finalmente, los autores señalan que para los docentes en Chile es
más importante, a la hora de innovar, saber más cosas sobre el destinatario y su entorno,
que aprender de sus compañeros y sus propias prácticas.
115
uno de los factores o barreras que más ha promovido la rápida difusión de la innovación
(REA) son las características personales del estudiante, los contenidos, las interfaces de
acceso y el entorno. Además, puntualizan que el género, a diferencia del año de estudio
del alumno, no se asocia necesariamente con las percepciones de los estudiantes sobre las
barreras para el uso de los REA. El estudio hace énfasis, además, en la importancia del
papel que cumplen los miembros de la universidad, y de la facultad, en la difusión del
concepto y usos de los REA. Conclusión a la que también, entre otros, llegaron los
investigadores Neri et al. (2017)
116
organizacionales, administrativos, pedagógicos, instruccionales, de formación y
actualización. En tal sentido, Gallardo, Lozano y Elizondo (2019), entienden que la
innovación educativa puede ser vista desde múltiples perspectivas que se complementan,
pese a que exista inherentemente complejidad en su definición, en sus componentes,
etapas o momentos de desarrollo, así como con las situaciones que promueven su
ocurrencia (García-Peñalvo, 2015; Ramírez-Ramírez & Ramírez-Montoya; 2018; Sein-
Echaluce et al., 2014).
118
en el método de enseñanza; y (3) valor, que es la mejora educativa que se produce con la
utilización de las TIC que superen o justifiquen la inversión.
119
(después de haber pasado un proceso de formación); desde las instancias de dirección y
gestión de la universidad; o bien, por instancias externas a la universidad (Marcelo, 2016).
Así pues, para que se produzca la adopción de la innovación, se requiere que esta se
explique claramente, se demuestre y difunda su necesidad. Valenzuela (2018) concibe a
la innovación educativa como la generación de un producto, un servicio o una solución
novedosa a un problema determinado.
Para que este cambio sea cuantificable y sostenible, según Gallardo et al. (2019),
debe evaluarse algún el beneficio o mejora en el proceso de enseñanza aprendizaje. Sobre
esto, Valenzuela (2018) menciona que el propósito de la innovación educativa es mejorar
o transformar los procesos de enseñanza-aprendizaje, alterando la realidad, modificando
concepciones, actitudes y métodos; por ende, implica una nueva concepción y práctica de
la educación, libre, abierta, lejos de ser inmóvil o estática.
120
Así también, se señala que la innovación educativa subyace en la integración de
un plan institucional, de un método, de un proceso, de una tecnología, etc., que se
transfiere, importa o se toma prestado de otra parte, para ser adaptado. No obstante, la
transformación del proceso de enseñanza aprendizaje que integre efectivamente la
tecnología, implica un cambio para el profesorado a nivel de concepciones, actitudes y
hábitos. Al igual que para la cultura, estructura y gobierno de la institución educativa en
su contexto (Rossi & Barajas, 2018). Además, Ramírez-Montoya (2012) señala que la
innovación es la culminación de una serie de pasos relacionados con formación,
capacitación, fomento y motivación; además de la convergencia entre la idea concebida
y el producto terminado. La innovación refleja, pues, el cambio de una práctica actual a
una práctica que se espera sea mejorada. No obstante, Marcelo (2016) señala que las
practicas docentes no cambian exclusivamente por participar en acciones puntuales de
formación. A más de esto, y pese a que la innovación educativa tenga como objetivo
mejorar significativamente aspectos relacionados con el aprendizaje, proporcionando
solución a determinados problemas, la innovación educativa, su proceso creativo es
innegable (Fidalgo-Blanco & Sein-Echaluce, 2018).
121
sociales, actores y niveles que componen la estructura de las instituciones de educación
superior, que a su vez engloban varias etapas o niveles de acción social. Bajo estas
premisas, en el contexto de las sociedades del conocimiento, la innovación educativa
aparece como una piedra angular de la Educación Superior. Inclinado hacia esta
perspectiva sociocultural, Beck (2017) expone que los resultados de esta innovación en
la formación del proyecto vital de las personas tiene influencias macro, pues hay una
mejora significativa en algunos aspectos de la persona cuando han sido educados con
métodos innovadores y esto repercute en una sociedad en el momento en que los alumnos
salen de las aulas.
122
diferentes) y el cambio en las creencias de los profesores, en su conocimiento y en la
comprensión de la realidad, siendo estos últimos los de mayor relevancia (Domingo,
2013).
123
diseño y aplicación de la innovación, es decir, aprovechar la investigación y la evidencia
en el aprendizaje para que haya una mayor vinculación entre la práctica y la evidencia; y
(4) creación de redes y conocimiento compartido para que los esfuerzos de innovación no
queden aislados y potenciar así la colaboración.
Sobre el punto tres expuesto por Quintero (2017), Tejedor (2007) expone cinco
factores que contribuyen a determinar la necesidad de fundamentar la práctica
profesional, innovaciones con evidencia científica, o buenas prácticas docentes que
viabilicen las tareas o actividades de la docencia: (1) la imposibilidad de especializarse
en el uso de los nuevos recursos tecnológicos de apoyo a la acción docente, (2) duda
acerca de los beneficios que ofrece la nueva tecnología, (3) exceso de información
disponible en Internet, (4) existencia de consejos docentes de dudosa fundamentación
científica y (5) aumento creciente de nuevas exigencias educativas. La consideración de
estos factores puede modificar la práctica profesional y despejar dudas en la
incorporación de innovaciones al quehacer habitual docente. No obstante, no se debe
olvidar que la verdadera innovación va mucho más allá de las buenas prácticas (Domingo,
2013).
A fin de cuentas, no se debe olvidar que la innovación educativa debe tener cierta
recursividad interdisciplinar que integre conocimientos tecnológicos y pedagógicos, y
estar asistida por una guía de planificación para poder aplicar y difundir los logros de la
práctica (Fidalgo-Blanco & Sein-Echaluce, 2018). Así también, se necesita de la
identificación y posterior aplicación de buenas prácticas (evidencias) generadas por el
profesorado (Quintero, 2017; Sein-Echaluce et al., 2014), las que sin duda son buenos
referentes y aunque, a primera vista, no se perciban los resultados de investigación como
confiables y utilizables, el docente puede adoptar las prácticas al observar que éstas han
sido implementadas en la misma institución por colegas (Cook, Smith, & Tankersley,
2012). Para ello, se requiere darles notoriedad a estas buenas prácticas (evidencias)
mediante la creación de espacios de socialización que permitan a los docentes observar
los tipos de experiencias innovadoras que se realizan en la institución (Gunn, 2010;
Marcelo, 2016). Lo que va en sintonía con lo señalado por Ramírez-Montoya (2012) y
Tejedor (2007) sobre la necesidad de fundamentar la práctica profesional con evidencias,
para innovar en la práctica de enseñanza.
124
De allí, que se torne significativa la opción del uso de una metodología de
Innovación Educativa Basada en Evidencia (IEBE); pues su aplicación es una invitación
a salir de los modelos tradicionales de enseñanza. La IEBE conduce al docente a la
búsqueda de aprendizaje de alto nivel, al desarrollo de competencias en pensamiento
crítico, creatividad, resolución de problemas, trabajo en equipo (Hoidn & Karkkainen,
2014), búsqueda, selección y uso de evidencias de prácticas educativas innovadoras,
respaldadas por estudios de calidad metodológica. Todas estas competencias mejorarían
la práctica docente, pues, se recurre, con ellas, a innovaciones en las estrategias de
enseñanza, en la integración de la tecnología, en los recursos o materiales educativos, en
prácticas de evaluación; además, conduce a que esta mejora se traduzca en evidencia que
podría ser diseminada y difundida, especialmente en espacios de conocimiento abiertos
constituyéndose en evidencias de innovaciones aplicadas en diferentes entornos. Así
pues, se podría distinguir el punto de partida y el punto final del círculo virtuoso de la
innovación, lo que exige de los profesores nuevos conocimientos, nuevas destrezas y
nuevas formas de conducta, justificados de alguna manera en la investigación pedagógica
(García-Peñalvo, García de Figuerola, & Merlo, 2010a; Quintero, 2017; Ramírez-
Montoya & García-Peñalvo, 2018).
125
que apoyan la calidad docente y de investigación del profesor (Sarango-Lapo, Mena,
Ramírez-Montoya, & Real,, 2020). Así también, Xie et al. (2018) enfatiza sobre la
importancia del uso de los REA en la enseñanza, puesto que estos recursos se constituyen
en una opción para transformar la práctica docente y para apoyar el desarrollo de su
profesión (Cabero-Almenara et al., 2017; Pettersson, 2018). Por otro lado, en la práctica
docente, el uso y producción de los REA se constituye en prácticas de por sí innovadoras
(Ramírez-Montoya, 2013) puesto que demandan en ciertos casos, cambios en la
metodología o estrategia de enseñanza, o puede surgir dentro de la innovación misma de
los materiales educativos (Pascual & Navío-Gámez, 2018). Por lo tanto, se puede
concebir el uso de REA como una de las alternativas de evidencias que puede ser
consideradas en el proceso mismo de IEBE, y la producción de REA como uno de los
resultados de la aplicación de IEBE (Ramírez-Montoya et al., 2017a; Sarango-Lapo et al.,
2016b). De allí que no se pueden separar el proceso del resultado para evitar disminuir
su grado de importancia (Kahn, 2018).
126
modelos de innovación que nos conducen a innovar en el proceso, enfatizando los
propósitos de esta investigación dentro del modelo IEBE. En cambio, desde la perspectiva
de resultado, se enfatizará en aquellos cambios orientados a la innovación en recursos o
materiales de aprendizaje, como la producción de REA. Sin olvidar que, proceso y
resultado son necesarios para mejorar la calidad educativa desde el accionar del docente.
Según la participación del docente, Fidalgo-Blanco et al. (2019) exponen tres tipos de
innovación educativa en el que el profesorado suele estar involucrado:
127
• Innovación madura: en este tipo de innovación existe conciencia y compromiso
de los actores y trabajo colaborativo con las comunidades profesionales de
aprendizaje. El conocimiento y la práctica docente se asumen como tareas
complejas y se afrontan con madurez para garantizar un buen aprendizaje para
todos y entre todos.
Según el nivel de acción del docente, el manual OSLO (OECD/Eurostat, 2005) define
cuatro tipos de innovación, o niveles de acción donde puede ocurrir la innovación
(OECD, 2016). Estos niveles, adaptados para el ámbito educativo, se presentan de la
siguiente manera:
• Nuevos productos y servicios: tales como nuevos libros de texto, nuevos recursos
educativos, nuevos sílabos o planes docentes.
• Nuevos procesos para entregar servicios: tales como uso de las TIC en servicios
de e-learning y formas de trabajo de los profesores.
• Nuevas formas de organizar las actividades: tales como la adecuación de las TIC
para la comunicación con estudiantes y padres de familia.
• Nuevas técnicas de mercado o estrategias para promoción de oferta educativa y
estrategias de venta.
Según el grado de novedad que provoque la innovación y alcance del cambio o grado
de alcance de las innovaciones, estas se pueden clasificar en disruptiva, incremental o
continua, sistemática y abierta
128
asocia, con las nuevas maneras de hacer las cosas y representan grandes cambios
en la estructura y en el funcionamiento de una organización (Valencia &
Valenzuela, 2017).
129
es que requiere de inversiones de producción de conocimiento científico y diseño
de tecnología, estrategias de interacción y definición de los derechos de propiedad
intelectual (Bogers, Foss & Lyngsie, 2018). En el ámbito educativo, el
movimiento educativo abierto, con el uso y producción de los REA, los MOOC,
los repositorios abierto (para la organización, gestión y difusión de artículos, de
buenas prácticas docentes bajo licencia creative commons) propician este tipo de
innovación. Uno de los retos de la innovación abierta en el sector académico,
señalado por Carey et al. (2015), es el de la aplicación de pedagogías con el apoyo
de REA para permitir un mayor compromiso docente en la integración y
movilización de diversas fuentes de conocimiento en la enseñanza.
130
Este nivel de reflexión sobre la docencia puede concretarse en diferentes aspectos, según
las estrategias aplicadas, que definen los diferentes modelos de diseminación y utilización
de los resultados (evidencias) de investigación. Los modelos para este caso serían:
En tal sentido, IEBE se ubica dentro del proceso conocido como modelo de
solución de problemas, o de atención a una necesidad que se presenta en el aula (Ramírez-
Montoya, 2012; Tejedor, 2007); incluso a un nivel micro-social (Ramírez-Ramírez &
Ramírez-Montoya, 2018); y, por ello mismo pretende obtener y producir evidencias
relevantes con base en las innovaciones realizadas por otros y el docente mismo. De modo
que demanda la búsqueda de evidencias de prácticas educativas respaldadas por estudios
de calidad metodológica, con diseños de investigación apropiados y de temas relevantes,
que permitan a los educadores tener confianza de que la práctica mejorará los resultados.
No obstante, se debe considerar que esto también dependerá de las características propias
de cada estudiante (Cook, Smith, & Tankersley, 2012). Por ende, es preciso inculcar en
el docente ciertas competencias necesarias para que pueda llegar a innovar. Sobre estas
competencias, y las dimensiones de logro, se reflexionará a continuación.
131
2.7.3. Competencias para el desarrollo de la innovación
Tabla 6.
132
Autor/Organización Capacidad/ Habilidad Aspectos Dimensión de
competencias
para innovar
Tejedor (2007) Capacidad para tomar Evidencias de uso Investigación.
Ramírez (2012) decisiones. innovador de la Actitud.
OECD (2016) Capacidad para detectar tecnología.
Fidalgo-Blanco & oportunidades. Evidencias de buenas
Sein-Echaluce, Capacidad para adquirir prácticas docentes.
(2018) nuevos conocimientos.
Vila et al. (2010) Capacidad crítica y reflexiva.
Capacidad para cuestionar.
Desarrollo de mejoras en sus
prácticas docentes.
Valorar las experiencias de
innovación, que se
desarrollan.
Tener motivación y actitud
propositiva.
Capacidad para experimentar.
Capacidad para evaluar.
Evalúa resultados de la
implementación de un
proyecto innovador.
Fuente: Elaboración Propia
133
Con lo antes expuesto se demuestra el papel que juega la educación en el
desarrollo de competencias de innovación y la importancia de que el docente cuente con
competencias tecnológicas, informacionales, de investigación, y sobre todo con una
actitud positiva al cambio. Sobre este punto, Lozano y Gallardo (2017) exponen que la
competencia de innovación hace alusión a las habilidades y destrezas del docente, por
ende, la innovación como competencia supone un conjunto de indicadores de progreso
para la evaluación de esta competencia: la intencionalidad, la actitud y posición personal
del docente, la búsqueda de nuevos métodos, la aplicación de métodos novedosos y la
valoración de los resultados. Y como sabemos, estos indicadores van en sintonía y
complementan los requerimientos para implementar las IEBE.
• Por tipo: es decir según lo que señale el contenido del proyecto innovador
propuesto por el docente.
• Por la modalidad: forma de llevar a cabo la innovación, que puede ser individual,
grupal; o forma en que se originó la innovación, que puede ser interna o externa.
• De acuerdo al nivel de impacto: según los ámbitos a los que afecta la innovación
propuesta.
134
• Modelo de innovación basado en la reforma de la tecnología de la enseñanza. Se
refiere a cualquier innovación que se produce en cuanto a los cambios
relacionados a la planificación, metodologías, TIC, evaluación, etc.
• Modelo de cambios basado en las mejoras de las condiciones ocupacionales de
los profesionales de la educación. Que incluye las innovaciones que afectan a
cambios organizativos, directamente, y al profesorado, indirectamente.
• Modelo de cambios referidos a las relaciones entre las instituciones formadoras y
sus clientes. Que tienen incidencia directa en los aspectos organizativos y en la
distribución de competencias.
135
Según el nivel de fundamentación de la propuesta:
El método MAIN está estructurado en tres módulos, que se corresponden cada uno
con las etapas que los profesores deben tomar en cuenta antes de realizar una innovación
educativa: planificación, aplicación y divulgación. Estas etapas, claro, están relacionadas
entre sí, pero se pueden aplicar también de manera independiente en cualquier área del
conocimiento y en contexto de aprendizaje diversos.
136
Figura 12.
Modelo MAIN
El objetivo del módulo de Planificación que se presenta en la Figura 13, tiene que
ver con identificar el contexto y los elementos necesarios para realizar la innovación
educativa. Comprende, asimismo, otros sub-módulos como: situación de aprendizaje,
publico objetivo, método de innovación a utilizar e impacto.
Figura 13.
Módulo de Planificación del modelo MAIN
Planificación
137
Por su parte, el módulo Aplicación tiene como principal objetivo hacer de guía
tanto en la preparación como en la aplicación del propio proceso de innovación educativa.
Se divide, igualmente, en tres sub-módulos: modelo funcional, tecnología y estrategia. Su
principal propósito es identificar las actividades a realizar, los elementos necesarios para
llevar a cabo cada actividad (personas, contenido y tecnologías), los criterios para elegir
la tecnología, su misión, y los cambios de rol tanto del profesorado como del alumnado.
Figura 14.
Módulo de Aplicación del modelo MAIN
permite conocer el
impacto de la innovación
en el aprendizaje
Modelo funcional
identificar la estrategia a
Estrategia utilizar y los nuevos roles
del profesor y estudiante
138
para la creación de nuevas innovaciones o la aplicación de innovaciones existentes; sin
embargo, para que esto suceda es necesario que el profesorado utilice métodos científicos
de investigación.
Figura 15.
Fases de desarrollo de la innovación educativa
1. Inicio de la
innovación
2. Adopción de la
innovación
Fases de la innovación
3. Implantación de la
innovación
4. Evaluación e
institucionalización de
la innovación
139
Fase de inicio: esta puede ser individual o grupal, guiada o dirigida, se origina
desde el mismo profesor o por alguna normativa institucional. Se considera que las
innovaciones sean claras, relevantes, aplicables e interesantes.
140
reafirmando el vínculo entre la investigación con la práctica para mejorar la calidad de la
educación (Cook et al., 2012; Fayomi et al., 2019; Hempenstall, 2009). La práctica con
base en la evidencia busca que la investigación, intrínseca, sea parte del proceso educativo
y que el aprendizaje se produzca como parte de la enseñanza más la investigación
(Ramírez-Montoya, 2012). Así pues, el modelo IEBE da un valor diferenciador para
cuando el profesor es sometido a evaluación (Navarro-Corona & Ramírez-Montoya,
2018).
El interés, la creatividad y la colaboración constituyen elementos de cambio y
transformación dentro del proceso de la IEBE este método promueve la transferencia
creativa de los conocimientos adquiridos a la práctica docente mediante la formulación
de propuestas educativas innovadoras, como una oportunidad para la reflexión del
profesorado (Hoidn & Karkkainen, 2014; Rodríguez, Montiel & Ramírez-Montoya,
2015). Para Marcelo-García, Mayor-Ruiz y Gallego-Noche (2010) uno de los logros de
este método es, pues, conseguir mayor empatía y mayor acercamiento al ejercicio
profesional de parte de los docentes. Para ello se requiere del desarrollo de competencias
digitales de información que favorezcan su sustento con evidencias científicas, con
buenas prácticas disponibles en la red y fuentes de información confiables.
Figura 16.
Procedimiento IEBE
La fase tres del esquema, aquella que pretende formular proyectos de innovación
educativa, con base en evidencias, se inicia con las ideas que conllevan a la formulación
de proyectos que sean aplicables, relevantes y orientados a mejorar algún aspecto de la
práctica educativa. Estas ideas permiten ir, a medida de la formulación, integrando
modelos, métodos y estrategias de enseñanza. Luego de la implementación y evaluación
del proyecto se espera que el proyecto se convierta en una evidencia para futuras prácticas
docentes.
142
La fase cuatro, poner en marcha el proyecto de IEBE y evaluar resultados, tiene
como objetivo la aplicación del proyecto IEBE en el contexto para el cual fue diseñada.
Además, plantea la evaluación de la implementación con el apoyo de instrumentos, el
análisis de los resultados y la difusión. Esta fase se puede presentar de dos maneras: (1)
con la aceptación del proyecto, e integración de más participantes, y (2) con la resistencia
al cambio de quienes participarán del proyecto. En esta fase se debe establecer los
contactos con las personas requeridas para la implementación y la preparación de los
materiales que se va a compartir en la socialización. Se recomienda en esta fase
documentar o registrar todos los procesos que suceden, desde lo que pasa cuando se
implementa la innovación, los cambios que se presentan y la forma en que son asumidos.
Así, esta información servirá de insumo para el análisis de los datos y la evaluación del
proceso de implementación de IEBE.
A continuación, en la Tabla 7 se presenta una breve descripción por cada uno de los pasos
de IEBE.
Tabla 7.
Pasos Descripción
143
Pasos Descripción
V. Evaluación de la innovación Hace alusión a los instrumentos con los que se evalúa el
proyecto innovador.
VI. Publicación y difusión de resultados de la Hace referencia a la publicación y difusión de
innovación los resultados producto de la innovación
aplicada.
Fuente: Elaboración Propia
Pese a que la práctica con base en la evidencia se presenta como una propuesta
privilegiada para innovar en los procesos de enseñanza, combinando modelos de
enseñanza y estrategias (Ramírez-Montoya, 2012), la brecha entre investigación y
educación aún es muy grande. La IEBE busca acortar esta brecha entre la investigación
y la práctica educativa. Sobre este punto, Brennan y Teichler (2008) explican que en el
profesorado no se asume un vínculo entre la investigación y la enseñanza. Así, se sabe de
prácticas investigativas que son poco utilizadas en las aulas, mientras que los profesores
a menudo utilizan prácticas que tienen poco o ningún impacto positivo en el rendimiento
de los estudiantes. En definitiva, la investigación está divorciada de la educación (Cook
et al., 2012; Fayomi et al., 2019). Por lo tanto, los hallazgos de investigación parecen
tener poca influencia en muchos docentes. Y esto se puede deber a que los maestros no
encuentran que la investigación sea confiable, ni utilizable, en las aulas. La razón de este
poco desarrollo en el campo de la investigación puede deberse a la falta de capacitación
en investigación y estadística, y por la naturaleza lenta del “hacer investigación”. A esto
se suma la falta de habilidades para el acceso y uso crítico de la información, las
diferencias culturales entre maestros e investigadores, por la limitación de tiempo y
experiencia que impide su aplicación.
144
practica basada en la evidencia puede ayudar a los sistemas de educación a enfrentar los
desafíos futuros (DeMarco, Flotte, Kneeland, Seymour-Route, & Collins, 2015).
Diversas son las prácticas que demuestran la aplicación de IEBE en los diferentes
ámbitos educativos. En un trabajo realizado en colaboración entre universidades
españolas y mexicanas se gestó un proyecto que implementó IEBE en entornos tanto
presenciales, como a distancia. La Figura 17 señala el contexto de la estrategia.
Figura 17.
Contexto de la estrategia IEBE
145
Otras implementaciones de IEBE resaltan su aplicación como estrategia de
formación para el desarrollo de habilidades que permitan el aprovechamiento del
potencial de las tecnologías emergentes (como el uso de portafolios digitales) (Rodríguez
et al., 2015). Estas estrategias, servirían, sin dudas, como escenarios para propiciar la
competencia de búsqueda, selección y utilización (o reutilización) de la información o
evidencias como principal fuente para respaldar y tomar decisiones que favorezcan la
enseñanza aprendizaje (Bulbarela, Escamilla, González, Ramírez & Soto, 2012;
Mezarina, Páez, Terán & Toscano, 2014). Otros estudios similares enfatizan en la
aplicación de IEBE como una metodología para la generación de evidencias; las mismas
que se reflejan en la producción de materiales educativos o Recursos Educativos Abiertos
(REA) con un sentido pedagógico, educativo y didáctico. Como se puede apreciar, estos
estudios evidencian oportunidades que brinda la IEBE para generar espacios de
innovación e investigación (Del Valle, Celaya & Ramírez-Montoya, 2015; Sarango-Lapo
et al., 2016b).
146
ello utilizó la innovación educativa con base en la evidencia a través de portafolios
digitales. En este estudio se resalta la innovación como proceso de transformación de
situaciones educativas. Dentro de este proceso resalta la construcción de evidencias en
portafolios digitales como método para la validación de los aprendizajes. Además, se
vincula la reflexión y la colaboración como factores determinantes dentro de los procesos
de la innovación. Por consiguiente, los portafolios digitales se prestan como escenarios
para construir las evidencias y con ello propiciar el desarrollo de competencias críticas y
propositivas que demanda la practica basada en la evidencia.
147
cognoscitiva del estudiante preescolar. Así, una vez implementado el proyecto, señalan
entre sus hallazgos que la elaboración de proyectos IEBE da la posibilidad al profesor de
obtener insumos que le permitan formarse propositivamente. Una vez que la problemática
del proyecto IEBE ha sido contextualizada, la evidencia expuesta motivó cambios
pertinentes en el diseño curricular del nivel educativo al que se dirigió el proyecto.
148
En la investigación de Hundley, Feldhaus, Watt, Marrs, Gavrin y Mzumara
(2015), sobre el programa de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), de
Indiana Central, exponen que emplear y evaluar prácticas basadas en la evidencia, como
el impacto de varias estrategias de intervención enfocadas en el éxito de los estudiantes,
conlleva a un mayor número de estudiantes que se gradúan con títulos STEAM. Además,
manifiestan que el apoyo e incentivo institucional brindado a los profesores participantes
motivaron y afianzaron su compromiso con el planteamiento, adopción, adaptación e
implementación de proyectos que conduzcan a innovar en la práctica docente.
149
evidencias probadas) para fortalecer la habilidad de escritura científica y pensamiento
crítico.
Otro de los factores que influyen en las evidencias que se obtiene y en las
innovaciones como tal, son las instalaciones donde se educan los alumnos; y desde donde
surgen las evidencias. Marmot (2017) analiza que las innovaciones en las instalaciones
de las escuelas universitarias alrededor del mundo influyen en estos aspectos. Pues estas
sirven de modelos para que otras instituciones proyecten entornos para que sus
estudiantes puedan tener un mejor ambiente de estudio, desarrollo y desempeño
académico. Fergus (2016), asimismo, sobre el espacio, menciona que el hecho de que se
esté innovando dentro del área educativa abre paso a muchas opciones, entre ellas, la
opción de aprender, y la opción de participar. Porque, aunque por lo general las personas
que aprenden son los estudiantes, y los que participan en las innovaciones, los profesores;
en realidad, todos están innovando y aprendiendo en conjunto y en colaboración.
150
2.7.6. La innovación educativa como resultado
151
2.7.6.1 Recursos Educativos Abiertos (REA)
Por otra parte, según la OPAL (2011), las principales barreras a los que se
enfrentan los usuarios que quieren hacer uso, o adopción de los REA, son: falta de apoyo
institucional, falta de herramientas tecnológicas para compartir y adaptar recursos, falta
de habilidades, falta de calidad y adecuación de los recursos; además, cuestiones
personales como la falta de confianza en los REA y tiempo. Adicionalmente, Atenas y
Priego (2014) señalan el lenguaje, la calidad de los recursos, la dificultad para encontrar
los contenidos, el tiempo consumido, la adaptabilidad de los recursos, las licencias, la
falta de entrenamiento, como algunas de las limitantes al momento de usar REA.
Sobre este mismo punto, Lane y van Dorp (2011) exponen que los factores que
impactan en la difusión y adopción de los REA son el apoyo institucional, comprendido
como la sensibilización, la elaboración de estrategias, la capacitación pedagógica en línea
y los experimentos pilotos, fundamentales para la difusión y adopción de los REA. Otra
152
de las motivaciones para el uso de estos recursos es que las instituciones se vean en la
capacidad de organizar adecuadamente las actitudes y competencias de los docentes para
promover la colaboración y el uso de REA.
154
estructura en tres partes: cambio/novedad, valor agregado y tipo de innovación.
Participaron del pilotaje 70 estudiantes. Los resultados psicométricos obtenidos
determinaron que la confiabilidad global del instrumento es sólida. En este estudio,
además, se reconoce a la innovación educativa como aquella que comprende tres
elementos: (1) identificación de situaciones problemáticas, (2) análisis de contextos y (3)
reflexiones críticas sobre cambios que aporten una mejora en el proceso educativo.
Señalan, asimismo, que el aspecto de delimitación del objeto de innovación es muy
importante, por ello centran su estudio en valorar la aplicación de tres estrategias en un
curso online. Como se trata de una metodología IEBE, el aprendizaje estuvo basado en
investigación y aprendizaje activo. En definitiva, en el estudio de García-González y
Ramírez-Montoya (2019) se concibe a las estrategias como el objeto innovador.
155
• Orientados a los factores personales que influyen en el desarrollo de la innovación.
Entre los hallazgos de este estudio, se señala que la motivación autónoma positiva
predice las intenciones de los profesores por participar en formaciones para implementar
la innovación. Esta motivación, pues, estaría relacionada con resultados positivos como
la satisfacción en el trabajo, actitudes más firmes de persistencia en la innovación
educativa. Por el contrario, con motivaciones controladas o impuestas, estas respuestas
no se dan en los docentes. Por lo tanto, se concluye que la motivación para enseñar de
manera innovadora depende de la motivación interna o autónoma del docente, lo que
repercute en el aprendizaje de los estudiantes y en una adopción exitosa de la innovación.
Finalmente, se recomienda a los tomadores de decisión mejorar las estrategias educativas
y crear las condiciones adecuadas que fomenten la motivación autónoma en los profesores
para promover implementaciones exitosas de innovaciones educativas.
De allí que, los resultados obtenidos del estudio contribuyen al debate entre
estabilidad y cambio en las creencias, actitudes y conocimiento del profesorado hacia las
tecnologías y su uso en la enseñanza. Esto ya que se observa que los profesores que optan
por el cambio utilizando tecnología, lo hacen con aquella que es coherente con su práctica
docente; es decir, con las actividades de aprendizaje que desarrollan y con aquella que
garantiza estabilidad.
En el estudio, dentro del contexto español, de Cano García et al. (2018), se analiza las
experiencias de innovación docente universitaria y su evaluación. El objeto de este trabajo
es determinar los cambios que se están dando en las actividades evaluativas. O en otras
palabras, conocer sobre qué aspectos de la evaluación se está innovando y a qué ámbitos
de conocimiento pertenecen estas innovaciones. Para ello se establecieron hipótesis a
través de la revisión de ciertas actas de congresos, jornadas y encuentros de innovación
docente, de universidades públicas del territorio español. Se aplicó para ello una
157
metodología exploratoria y descriptiva. El instrumento utilizado para clasificar las
innovaciones contempló variables como el campo de conocimiento, el número y tipo de
asignatura implicada, el curso, el número de estudiantes, la vinculación con un proyecto
de innovación institucional. Asimismo, se indagó en qué, quién, y cómo se evaluó la
recogida de evidencias para el funcionamiento de la innovación. De los resultados
obtenidos se señala que las innovaciones sobre evaluación (acorde con lo que dice la
literatura) se desarrollan más en los primeros cursos o ciclos. Quizás porque es en estos
ciclos en donde más se dan las deserciones estudiantiles. Además, mencionan que estas
innovaciones de los primeros ciclos tienden a incorporar diversos agentes evaluativos.
158
pretende responder a dos preguntas de investigación: 1) ¿cuáles son las percepciones de
los participantes sobre los efectos de la innovación pedagógica en la enseñanza y en el
aprendizaje?, y 2) ¿la innovación pedagógica implementada por los innovadores satisface
las razones por las cuáles los profesores innovan? Se utilizó para ello como instrumento
de investigación la entrevista. Como hallazgo derivado de la primera pregunta se dice que
la percepción del participante sobre los efectos de la innovación pedagógica depende de
dos tipos de resultados: los experimentos educativos generados por prácticas de
enseñanza innovadores (con nuevos métodos) que promueven interacciones en el aula y
los reconocimientos para promoción o por parte de los colegas y de la universidad.
Respecto a la segunda pregunta de análisis de las intenciones de los profesores
innovadores, el análisis reveló que los resultados de la innovación siguen un patrón
similar al de las intenciones de innovar (cautivar y apoyar a sus estudiantes en su
aprendizaje, mejorar su aprendizaje, resolver ciertos problemas, readaptar su enseñanza
y comunicarse de forma más efectiva). Entre las líneas por investigar recomiendan
aquella que se decanta por saber cómo evaluar la enseñanza innovadora desde una
perspectiva institucional.
159
educativa. El modelo conceptual implica: contexto (interno y externo), que da sentido al
proyecto de innovación educativa; génesis del proyecto de innovación (cómo surgió la
idea de la innovación, como se materializa, quienes participan, en qué grado); diseño y
desarrollo del proyecto de innovación (objetivos, secuenciación del trabajo, relación con
la práctica, la evolución que ha tenido, dónde se encuentra, opinión de los profesores que
no participan); evolución del proyecto de innovación mediante el ciclo de
transformaciones (profesores, alumnos, familia); y, finalmente, resultados de la
innovación en profesores, alumnos y centro educativo.
Entre los hallazgos de este estudio destaca la importancia de contar con directivos
motivados para dar paso al proyecto de innovación, potenciando y facilitando su
desarrollo. Otro factor determinante es tener el apoyo de docentes de mayor antigüedad
o experiencia que se impliquen de forma activa. Otro hallazgo que señalan es que los
proyectos de innovación se originan por iniciativa del profesor (o equipo de docentes) o
por necesidades compartidas por el grupo que participa del proyecto; en menores
ocasiones el proyecto nace por decisión del equipo directivo. Se resalta, asimismo, que
los proyectos de innovación requieren de una experiencia previa del docente para que
surjan, por tanto, se requiere su participación en otros proyectos o actividades de
autoformación. Asimismo, se comprobó que entre las causas que determinan la elección
del proyecto de innovación se encuentra el análisis de las necesidades del alumno,
experimentar nuevos modelos de enseñanza e innovar con los contenidos.
160
grupos de trabajo donde participan la totalidad de los miembros. Los cambios producidos
por los proyectos de innovación se destacan en los centros educativos y en la enseñanza
cuando utilizan nuevos materiales didácticos, en las tareas que se asignan a los alumnos,
en la forma de presentar la información y en las relaciones entre profesores y estudiantes.
En el aprendizaje el cambio innovador se ve reflejado en las capacidades y actitudes de
cooperación, en la mejora de la autoestima, en las destrezas del manejo de instrumentos,
etc.
El innovador en progreso: es aquel docente que cumple con las características del
innovador novato pero su grupo de atención y comunicación está determinado por varios
grupos académicos y no solo por aquellos con los que está directamente vinculado en su
aula. Es, pues, aquel docente que está inmerso en procesos de experimentación y
divulgación de manera formal y muestra interés en fortalecer la vinculación con otros
innovadores, o participar en redes de especialistas en donde pueda adoptar ideas nuevas.
161
En cuanto a la valoración de resultados, cree muy importante delimitar criterios para
interpretar resultados derivados de la innovación.
Tabla 8.
162
Autor Tipo de Nivel Estrategia Elementos Características País
instrumento educativo de que evalúa del instrumento
evaluación
docentes
innovadoras
Marcelo Cuestionario Universitario Evaluación Conocimientos Actividades de España
et al. cognitiva Habilidades aprendizaje que
(2015) requieren
tecnología:
Asimilativas,
gestión de la
información,
comunicativa,
productiva,
experiencial y
evaluativa.
Cano Encuesta Universitario Evaluación conocimientos Campo de España
García cognitiva conocimiento,
et al. número y tipo de
(2018) asignatura
implicada, curso,
número de
estudiantes,
vinculación con
un proyecto de
innovación
institucional, qué,
cómo y quién
evaluó, y
recogida de
evidencias del
funcionamiento
de la innovación.
163
Autor Tipo de Nivel Estrategia Elementos Características País
instrumento educativo de que evalúa del instrumento
evaluación
Walder Entrevista Universitario Evaluación conocimientos ¿Cuáles son las Canadá
(2017) cognitiva percepciones de
los participantes
sobre los efectos
de la innovación
pedagógica en la
enseñanza y en el
aprendizaje? ¿La
innovación
pedagógica
implementada
por los
innovadores
satisfacen las
razones por las
cuáles los
profesores
innovan?
Marcelo, Cuestionario Universitario Evaluación Conocimientos Contexto (interno España
Mayor, & Grupos de cognitiva Habilidades o externo)
Gallego discusión Inicio del
(2010) Estudios de proyecto
caso Diseño del
proyecto
Evaluación del
proyecto
Lozano Casos Universitario Evaluación Conocimientos Innovador novato México
& cognitiva Habilidades Innovador en
Gallardo progreso
(2017) Innovador
experto
164
las innovaciones propuestas por los profesores, sino que éste se elabora en función de los
propósitos, de la intencionalidad de la innovación, o de acuerdo a las percepciones de los
beneficiarios de la innovación, apoyados por indicadores de acuerdo al contexto en donde
se aplique la innovación (López, 2017; OECD, 2016; Walder, 2017).
Figura 18.
Síntesis de elementos de Innovación en la práctica docente.
165
En el desarrollo del presente apartado con base en la literatura se caracterizó a la
innovación educativa, específicamente a la innovación en la práctica docente. Se la
explica desde el punto de vista del proceso y desde el punto de vista del producto como
resultado de la innovación. Así también, se describió las competencias necesarias en un
docente para poder innovar. Por otra parte, se repasó ciertos modelos para innovar en la
práctica docente. Se resaltó, que la Innovación Educativa Basada en Evidencia (IEBE)
tiene una importancia fundamental en el desarrollo de habilidades, competencias,
pensamiento crítico, trabajo colaborativo, creatividad y toma de decisiones necesarias
para implementar (por parte del docente) proyectos con base en esta metodología. Una
vez implementada, se entiende, permitirá generar productos innovadores con base en la
evidencia.
Los REA son algunos de estos productos innovadores que, por sus características
de apertura, contribuyen al desarrollo académico e investigativo del docente. Además, se
destacaron estudios, resultado de innovaciones en la integración de tecnología, en la
reflexión sobre práctica docente, las formas de evaluar; en la aplicación de nuevas
estrategias y métodos de enseñanza; así como otros resultados de innovación que pueden
servir de evidencia para proponer nuevos proyectos. En este apartado también se
identificó los factores que, según diversos autores, facilitan o dificultan el desarrollo de
la innovación. Además, se realizó una clasificación de la innovación educativa.
Finalmente, a través de estudios empíricos, se trató de identificar la forma de evaluación
de la innovación docente, resaltándose también que la IEBE permite evaluar las
innovaciones.
166
CAPÍTULO 3. METODOLOGÍA GENERAL
168
en las prácticas de enseñanza. De esta manera no solo se analizaron los datos desde lo
general a lo particular como lo sugiere la metodología mixta (Johnson & Onwuegbuzie,
2004) sino también de manera contraria, permitiendo hacer inferencias válidas y
confiables.
Así pues, se definieron dos fases para llevar a cabo el diseño del método mixto de
tipo explicativo-secuencial, las que se expresan en la Figura 19. Los procedimientos
seguidos tienen la ventaja de identificar claramente las partes cuantitativas y cualitativas.
Figura 19.
Diseño de investigación mixta de tipo explicativo-secuencial
Tabla 9.
Participantes
Área Masculino Femenino Total entrevistados
Técnica 2 3 5
Socio 0 4 4
Humanística
Biológica y 3 0 3
Biomédica
Administrativa 1 2 3
Total, 6 9 15
participantes
Nota: Elaboración Propia
172
consideraron diversos estudios empíricos (Álvarez & Gisbert, 2015; Bielba-Calvo et al.,
2015; García Llorente et al., 2019; Moreno-Guerrero et al., 2020; Moreno et al., 2018;
Pérez-Escoda & Rodríguez-Conde, 2016; Rodríguez-Conde et al., 2013; Toledo Sánchez
& Maldonado-Radillo, 2015).
Tabla 10.
173
En consecuencia, las categorías planteadas en el estudio sobre CDI son cuatro: (1)
competencias de búsqueda, selección y evaluación de la información, en la que se analiza
si el docente es capaz de buscar información que necesita, datos, contenidos digitales,
recursos educativos en la Internet y acceder a ellos, así como evaluarlos de forma crítica
(INTEF, 2017a); (2) competencias de almacenamiento y recuperación de la información,
en la que se analiza la gestión y el almacenamiento de datos, información y contenidos
digitales para facilitar su recuperación (INTEF, 2017a), (3) competencias en la
comunicación y difusión de la información, que implica comunicar la información por
entornos digitales, compartir recursos y colaborar con otros a través de herramientas
digitales (INTEF, 2017a) y (4) competencias en el uso de la información, de REA, que
implica el uso de la información para resolver problemas o tomar decisiones (UNESCO,
2011a).
174
Tabla 11.
175
Categoría Definición de Indicadores Técnica de
Categoría Recolección de
datos
y difusión de la
innovación)
Nota: Elaboración Propia
Material digital: se refieren a los artículos de las diferentes bases de datos, libros,
videos y revistas que permitieron conocer el estado del arte de los constructos de estudio,
la elaboración de los instrumentos, la comparación y validación de los resultados
obtenidos. Esta fuente de información se relacionó con las dos categorías y respectivos
indicadores de estudio.
Tabla 12.
178
Por consiguiente, la Tabla 12 pretende resumir las fuentes de información que
sirvieron en la presente investigación, describe los datos que proporciona cada fuente, los
indicadores, así como las técnicas de recolección de datos aplicadas por cada fuente de
información.
179
debido a que permitió obtener datos concretos, incluyó preguntas propuestas de manera
clara, precisa y de forma neutral (Valenzuela & Flores, 2012). El cuestionario fue
diseñado y aplicado en forma online a 277 docentes. Los datos se recogieron al término
del curso, mediante un instrumento online creado con la herramienta survey monkey. El
acceso al instrumento estaba accesible únicamente a la muestra de participantes, y se
garantizó el anonimato y la confidencialidad de las respuestas.
Una vez recogidos los datos, se llevó a cabo una revisión de las respuestas de los sujetos
en busca de cuestionarios incompletos o incorrectamente cumplimentados. Se encontró
que las respuestas de seis de los sujetos de la muestra no eran correctas, por tanto, la
muestra final consistió en 271 sujetos. Las categorías que se exploraron con el
cuestionario fueron: 1) percepciones del nivel de CDI y 2) desarrollo de la innovación
educativa con base en la evidencia.
Los indicadores que se indagaron respecto del desarrollo de CDI fueron: competencia
para la búsqueda, selección y evaluación de información, competencia para el
almacenamiento y recuperación de información, competencia para la comunicación de la
información, apropiación de la competencia digital para el uso de recursos educativos.
Además, se indagó sobre su autopercepción sobre el cumplimiento de las acciones de
innovación con base en IEBE en su práctica y los indicadores estudiados fueron:
búsqueda de cambios de mejora educativa o delimitación del objeto de innovación,
búsqueda de evidencias disponibles, formulación de proyectos innovadores o buenas
prácticas, implementación o aplicación, evaluación y difusión de la buena práctica
docente.
Lo que se pretendió con este instrumento fue identificar el dominio en las categoría del
indicador: competencia para la búsqueda y selección de la información y apropiación de
recursos educativos que se relacionen con el diseño y aplicación de buenas prácticas
docentes por cuanto para su formulación se requiere de búsqueda de evidencias que den
sustento a la buena práctica que puede reflejar la integración creativa de contenidos,
recursos, estrategias, técnicas para la mejora del proceso de enseñanza. Así también del
indicador: competencia para el almacenamiento y recuperación de información por
cuanto se requiere conocer sus formas de almacenamiento y de recuperación durante el
desempeño docente. Del indicador competencia para la comunicación de la información,
se determinó las formas en cómo el docente difunde la información, si lo hace a través de
180
repositorios de acceso abierto, congresos, u otros. Finalmente, se evidencia como la
información es usada dentro de la práctica docente.
Tabla 13.
181
mediante preguntas abiertas por el investigador y que se pretende que el entrevistado
responda, por tanto, se requiere flexibilidad con la finalidad de enfatizar en los puntos de
interés (Valenzuela & Flores, 2012).
182
publicación y difusión de
resultados de la innovación
Tabla 15.
183
3.6 Pilotaje de los instrumentos
Este apartado presenta una descripción de cómo se llevó a cabo el estudio piloto.
El objetivo de la prueba piloto fue probar si los instrumentos presentaban alguna
dificultad en su aplicación para valorar algún tipo de ajuste en la redacción de los ítems.
Para llevar a cabo el estudio piloto, primeramente, se contó con la participación de tres
expertos de la institución objeto de estudio y de dos expertos de instituciones educativas
internacionales, quienes validaron los instrumentos considerando aspectos de claridad en
la redacción, coherencia con la dimensión y suficiencia de ítems.
Las dimensiones que midió la entrevista fueron: CDI y IEBE, en esta última
específicamente el paso II. búsqueda de evidencias disponibles en la bibliografía o en
sitios especializados y el paso VI. publicación y difusión de resultados de la innovación.
Luego de su revisión, detectaron en aspectos de claridad, que cuatro preguntas debían
mejorarse, de tal manera que no sean respondidas únicamente con un sí o no. En cuanto
a la coherencia con las dimensiones, los expertos recomendaron añadir dos preguntas más
para la dimensión de innovación educativa con base en la evidencia, estas preguntas
sugerían conocer las formas de difusión de los resultados de la innovación. En lo referente
a la suficiencia de preguntas, recomendaron eliminar cuatro porque no se relacionaban
con ninguna categoría, sino que se enfocaban a conocer recomendaciones en torno al
184
curso de formación recibido. Luego de los ajustes realizados, la entrevista finalmente
estuvo compuesta por 10 preguntas.
185
A continuación, en la Tabla 16 se presentan los resultados obtenidos del piloto del
cuestionario, que describe las observaciones realizadas por los participantes a los ítems
del cuestionario, los que posteriormente se ajustaron, quedando la versión final del
instrumento en el apéndice B. Así mismo, también se corrigieron aspectos de forma como
p.e. orden de la numeración, orden de los literales, sangría en las opciones o alternativas.
Tabla 16.
Ítem Observaciones
4 Agregar la opción “medio tiempo”
5 Agregar el área Socio Humanística
11 Agregar el momento de uso de internet (día, semana, mes) según el interés de la investigación
13 Eliminar la alternativa “navegar por internet”
Incluir la opción “falta de apoyo tecnológico”
15 Se recomendó especificar el tipo de información que se va a almacenar.
16.3 Eliminar la palabra (no son repositorios)
Nota: Elaboración Propia
De esta manera, los ajustes realizados a los ítems antes señalados permitieron una
mejor comprensión de los mismos. Además, con las preguntas de tipo sociodemográfico:
personales, laborales, académicas y profesionales se pudo establecer correlaciones con
las variables de estudio.
186
muestra de participantes, y se garantizó el anonimato y confidencialidad de las respuestas.
Una vez con los datos cuantitativos recogidos, se llevó a cabo una revisión de las
respuestas de los sujetos en busca de cuestionarios incompletos o incorrectamente
cumplimentados. Se encontró que las respuestas de seis de los sujetos de la muestra no
eran correctas, por lo tanto, la muestra final quedó de 271 sujetos.
De la misma forma se realizó con el análisis de las tareas de fin del curso y que
pertenecían a los 15 entrevistados. Con el apoyo de la rejilla de observación se procedió
a identificar el cumplimiento de los pasos de las acciones de innovación del modelo IEBE,
para ello se establecieron categorías y subcategorías de acuerdo a lo que señala la
literatura por cada paso. De igual manera, se hizo necesario colocar la información en una
tabla que permitiera comparar dichas respuestas en función de las categorías y
subcategorías. Seguidamente, estos datos fueron procesados por medio de la herramienta
Maxqda2020. Finalmente, se obtuvo los resultados en forma de diagramas. Las respuestas
cualitativas obtenidas de las entrevistas y de la rejilla de observación se utilizaron para
complementar y/o contrastar los resultados de los instrumentos cuantitativos.
187
3.8.1 Descripción del proceso de análisis de datos
Dado que algunas variables de tipo personal y laboral (sexo y área académica)
eran categóricas, fueron previamente transformadas en variables binarias (Draper &
188
Smith, 1998), donde el valor 0 expresa ausencia de la característica, y el valor 1 indica
presencia. Asimismo, en el caso de las variables profesionales relacionadas con el uso de
las TIC, se obtuvieron a partir de las respuestas de los sujetos a una serie de preguntas en
formato binario, donde el 0 indicaba que el sujeto no había mencionado esa opción como
respuesta, y el 1 indicaba que sí la había mencionado.
Una vez comprobadas las relaciones dos a dos entre los distintos pasos del modelo
IEBE, se calcularon los índices de riesgo asociados al no cumplimiento de un paso dado
en función del no cumplimiento de los pasos previos al mismo. Los índices de riesgo
permiten caracterizar, en forma de razón de ventajas (odds ratio), la gravedad de las
repercusiones que tiene no cumplir cada uno de los pasos previos, indicando así qué pasos
son críticos en cada paso del proceso representado por el modelo IEBE.
Una vez establecidas de este modo las relaciones entre los distintos pasos del
modelo IEBE, así como la importancia relativa de cada uno de ellos, se estudió el grado
189
de dependencia entre los mismos, estableciéndose un modelo predictivo, donde el último
paso (VI. Publicación y Difusión de Resultados de la Innovación) actuó como variable
dependiente en el modelo, y los otros cinco pasos (I. Delimitar el Objeto de Innovación;
II. Búsqueda de Evidencias Disponibles en la Bibliografía o en Sitios Especializados; III.
Formulación de la Innovación; IV. Aplicación de la Innovación; V. Evaluación de la
Innovación) actuaron como variables independientes. Por tanto, este planteamiento
asume una relación de dependencia entre los pasos sucesivos, de tal modo que cada paso
puede ser considerado dependiente del cumplimiento de los pasos anteriores. En última
instancia, el paso VI se considera dependiente de los 5 pasos anteriores. Adicionalmente,
y una vez establecido este modelo inicial, otras variables fueron añadidas al mismo con
el fin de mejorar al máximo su capacidad predictiva, así como determinar qué posibles
factores aumentan la probabilidad del cumplimiento de los distintos pasos del modelo.
De acuerdo con Yin (2003) los crtierios de validez que deben estar en un estudio
son validez de constructo, validez interna, validez externa, la fiabilidad y la triangulación.
Por otra parte, un instrumento es valido si las inferencias que se obtienen de su aplicación
son significativas y útiles (Fraenkel & Wallen, 1993). A continuación en la Tabla 17 se
describen los criterios de validez que se consideraron en la presente investigación.
Tabla 17.
190
Fiabilidad Se aseguro la fiabilidad mediante estadísticos a través de la
comprobación de la consistencia interna de la escala. Además se
contó con la validación de expertos a los instrumentos y con la
prueba piloto.
Triangulación La investigación esta sustentada en el análisis de varios
instrumentos como cuestionario, entrevista y rejilla de
observación.
La ética es una de los principales elementos y juega un rol muy importante en todo
proceso de investigación, sobre todo en lo que se refiere al manejo y protección de los
datos de los participantes en la investigación, así como en la difusión del conocimiento
generado (Creswell, 2007; Lincoln & Guba, 1985). En este sentido, antes de iniciar el
trabajo de campo, y de aplicar la entrevista y el cuestionario a los profesores participantes,
primeramente se obtuvo la autorización del Vicerrectorado Académico de la UTPL, a
quienes se les proporcionó la información detallada de la investigación, los propósitos
generales del estudio, así como se les explicó sobre los procedimientos que se tenían
planteados para el manejo y trato de la información. Una vez con su autorización, se
procedió a brindar la información de la investigación a los participantes (profesores), la
que también se recalcó de forma escrita en el instrumento (cuestionario) entregado;
además, se les solicito autorización para la utilización de la información con propósitos
de investigación y se garantizó el anonimato de la información obtenida. Lo que van en
sintonía con lo señalado por Smith (1990) sobre la importancia de los aspectos
metodológicos, como los epistemológicos y el cuidado ético de la información. Con
respecto a la difusión del conocimiento generado se ha respetado la confidencialidad de
los datos de los participantes en las publicaciones derivadas de la investigación.
191
resultados obtenidos una vez aplicados los instrumentos y las técnicas de recolección de
datos y posteriormente se realiza el análisis e interpretación de los mismos.
192
CAPÍTULO 4. RESULTADOS
Tabla 18.
Sexo
Mujer Hombre Total
N % Col. N % Col. N % Col.
Años de docencia 0 a 3 años 20 15,15% 16 11,03% 36 13,00%
4 a 6 años 16 12,12% 32 22,07% 48 17,33%
7 a 10 años 40 30,30% 38 26,21% 78 28,16%
más de 10 años 56 42,42% 59 40,69% 115 41,52%
Total 132 100,00% 145 100,00% 277 100,00%
Nota: Elaboración Propia
194
Tabla 19.
Sexo
Mujer Hombre Total
N % fila N % fila N % fila
Área académica Socio Humanística 49 61,25% 31 38,75% 80 100,00%
Área académica Técnica 26 40,00% 39 60,00% 65 100,00%
Área académica Administrativa 34 50,75% 33 49,25% 67 100,00%
Área académica Biológica y Biomédica 22 32,84% 45 67,16% 67 100,00%
Nota: Elaboración Propia
Tabla 20.
Grados de estudio
LICENCIATURA INGENIERIA MAESTRIA DOCTORADO Total
N % Col. N % Col. N % Col. N % Col. N % Col.
0 a 3 años 0 0,00% 1 9,09% 27 16,07% 5 5,95% 33 12,36%
Años de docencia
195
vaya disminuyendo, desde aproximadamente un 60% en el caso del primer paso, a un
máximo del 27% para el último.
Tabla 21.
Cumplimiento de cada uno de los Pasos del Modelo IEBE en Función del Área de
conocimiento de los Profesores.
196
Tabla 22.
Media d.t.
Ia. Competencia para la búsqueda, selección y evaluación de información (Sabe navegar 3,91 ,805
por Internet y conoce de mecanismos de búsqueda de información)
Ib. Competencia para la búsqueda, selección y evaluación de información (Se apoya de 3,66 ,958
palabras clave relacionadas a la información que necesita y utiliza operadores (“y”,” o”)
para realizar la búsqueda de información)
Ic. Competencia para la búsqueda, selección y evaluación de información (Selecciona 3,44 ,925
la información en función de los propósitos de búsqueda y verifica su licencia de uso)
Id. Competencia para la búsqueda, selección y evaluación de información (Evalúa 3,78 ,889
críticamente los resultados de información encontrada para integrarlo a sus
conocimientos siempre que vayan en coherencia con los propósitos deseados)
IIa. Competencia para el almacenamiento y recuperación de información que produce 2,88 1,168
(Almacena la información en repositorios de acceso abierto, sitios abiertos como: blog,
wikis, o sitios privados como bases de datos o bibliotecas digitales)
IIb. Competencia para el almacenamiento y recuperación de información que produce 2,43 1,175
(Agrega metadatos y licencias Creative Commons a la información que almacena, para
ayudar a la visibilidad de la información)
IIc. Competencia para el almacenamiento y recuperación de información que produce 3,11 1,188
(Entiende los riesgos y ventajas de almacenar la información de manera pública o
privada)
IIIa. Competencia para la comunicación de la información por medios tecnológicos 3,71 ,958
(Selecciona los medios de comunicación que mejor se adecúan a sus propósitos (ej.
Skype, Hangout, email, etc.))
IIIb. Competencia para la comunicación de la información por medios tecnológicos 3,75 ,822
(Sabe transmitir las ideas de forma escrita y verbal utilizando las tecnologías síncronas
y asíncronas)
IIIc. Competencia para la comunicación de la información por medios tecnológicos 2,79 1,088
(Difunde los resultados de la información que produce en repositorios de acceso abierto,
sitios abiertos como: blogs, wikis o medios abiertos (seminarios online), o sitios privados
como bases de datos o bibliotecas digitales)
IVa. Apropiación de la competencia digital en el uso de Recursos Educativos Abiertos 3,48 ,976
(Utiliza REA (videos, imágenes, audios con licencia Creative Commons) en la
planificación docente)
197
Media d.t.
IVb. Apropiación de la competencia digital en el uso de Recursos Educativos Abiertos 3,32 1,044
(Consulta y cita REA (artículos con licencia Creative Commons) como apoyo a sus
investigaciones)
IVc. Apropiación de la competencia digital en el uso de Recursos Educativos Abiertos 3,31 ,958
(En el aula diseña actividades con REA para reforzar el aprendizaje)
IVd. Apropiación de la competencia digital en el uso de Recursos Educativos Abiertos 3,19 1,032
(Promueve en los estudiantes, colegas y entorno, el interés por usar los REA)
IVe. Apropiación de la competencia digital en el uso de Recursos Educativos Abiertos 2,81 1,063
(Promueve en los estudiantes, colegas y entorno, el interés por publicar en abierto)
IVf. Apropiación de la competencia digital en el uso de Recursos Educativos Abiertos 2,28 1,129
(Colabora en redes académicas de discusión e investigación sobre REA)
Nota: Elaboración Propia
Tabla 23.
198
Figura 20.
Modelo confirmatorio inicial con 4 factores.
Figura 21.
Modelo confirmatorio modificado con covarianzas añadidas.
200
Tabla 24.
Dimensiones ítems
201
asociados a un mayor o menor grado de competencia digital, que actuaron como variables
independientes en el análisis de varianza. Una vez determinada la validez y fiabilidad de
la escala, este análisis nos permitirá averiguar qué factores subyacen a dicha competencia.
En la Tabla 25 se detallan estos aspectos, junto con sus características principales.
Tabla 25.
(1= M)
Nivel académico 4
202
Ámbito Variables Niveles Códigos
Tabla 26.
203
Origen F Sig. Eta2 parcial Potencia
N.º de cursos realizados relacionados con REA 3,084 ,028 ,039 ,716
N º habilidades que poseen en el uso de las TIC* 24,705 ,000 ,098 ,999
Nota: Las covariables se señalan con asteriscos. R2= .421; R2 corregida= .365.
204
para mujeres. En el caso del nivel académico, se encontró que la media en la escala CD-
REA fue más baja para los sujetos que sólo poseían licenciatura, mientras que los niveles
superiores (maestría y, especialmente, doctorado) obtuvieron medias significativamente
mayores.
205
Tabla 27.
Participantes
Área Masculino Femenino Total entrevistados
Técnica 2 3 5
Socio 0 4 4
Humanística
Biológica y 3 0 3
Biomédica
Administrativa 1 2 3
Total 6 9 15
participantes
Nota: Elaboración Propia
Tabla 28.
Categorías Subcategorías
Búsqueda, selección y Fuentes de consulta de información.
evaluación de Problemas de acceso a la información.
información / Técnicas de búsqueda.
evidencias. Selección/evaluación de la información.
Almacenamiento de la Herramientas tecnológicas de almacenamiento de la
información. información.
Uso/ Procesamiento Criterios de uso de información.
información.
Comunicación/Difusión Medios para comunicar la información.
de la información.
Nota: Elaboración Propia
Figura 22.
Nube de fuentes de consulta de información preferidas
207
Scopus; esto como una característica relevante de la CDI necesaria además para la
competencia de investigación.
208
Figura 23.
Mapa de clusters de técnicas de búsqueda de información aplicadas
209
Figura 24.
Criterios de selección y evaluación de la información
Figura 25.
Uso y procesamiento de la información
212
Figura 26.
Mapa de categoría: comunicación y difusión de la información
Figura 27.
Matriz por entrevistados de motivos para difundir la información
213
Tabla 29.
214
Documento Segmentos codificados
071, Pos. 41 Y para evidenciar ese tipo de resultados, y que también se pueda ver
que dentro del aula se pueden realizar muchas cosas que son
interesantes y que es importante dar a conocer para que otras
personas puedan replicarlas.
072, Pos. 46 Mostrar al resto de titulaciones y de la comunidad que sí se obtuvo
resultados interesantes.
073, Pos. 61 Yo considero que como resultado de mi investigación debe haber un
producto; es decir un producto que pueda ser útil para otras personas.
073, Pos. 63 La necesidad de que esto se conozca es el hecho de difundir un
conocimiento que puede ser aplicado para mi cátedra en la
universidad, o para una cátedra en la escuela.
073, Pos. 69 Dentro de la misma universidad es que puedes estar desarrollando
una bomba atómica y nadie sabe, de allí la importancia de comunicar.
074, Pos. 24 De compartir la información de tal manera que alguien pueda replicar
en otros lugares.
Nota: Elaboración Propia
215
asociación entre los seis pasos del modelo IEBE, se obtuvieron las 15 tablas de
contingencia ((6x5) /2), correspondientes a todos los pares de comparaciones posibles.
Para cada tabla de contingencia se calculó el estadístico chi-cuadrado, así como el
coeficiente de correlación phi. Dado que los 6 pasos implican una secuencia lógica donde
cada paso es dependiente de los anteriores, se esperaba encontrar una asociación
significativa y directa entre los distintos pares, de tal modo que el cumplimiento de un
paso dado estaría asociado con el cumplimiento de los pasos previos, y viceversa en caso
de incumplimiento.
Tabla 30.
Coeficientes de correlación Phi entre los distintos pasos del IEBE, junto con su
significación estadística.
II III IV V VI
innovación
216
II III IV V VI
V. Evaluación de la .442***
innovación
217
Tabla 31.
Indicadores de riesgo
218
alguno de los anteriores. No obstante, también puede apreciarse que este riesgo es mucho
mayor en determinados casos. Así, por ejemplo, el paso III muestra razones de ventajas
cercanas a 2 (1,902 y 2,763), lo que significa que los pasos I y II influyen en el
cumplimiento de éste, pero no demasiado. Sin embargo, al examinar el paso IV se observa
que el riesgo de no cumplirlo si no se cumple el paso III es mucho mayor: 7,153 veces,
siendo la importancia de los pasos I y II mucho más baja (1,886 y 1,748, respectivamente.
Dicho de otra forma, para poder aplicar la innovación en el aula, es necesario haber
realizado previamente la formulación de la innovación.
Por último, en el caso del paso VI, las razones de ventajas son ligeramente
diferentes a los pasos anteriores. Así, el riesgo de no cumplir este paso es 9,094 veces
más grande en caso de no haber cumplido el paso V, pero sólo 4,685 veces mayor para el
caso del paso IV, valor que vuelve a subir en el caso del paso III (7,597). Por su parte, los
pasos I y II muestran razones de ventajas mucho mayores para este paso que en los casos
anteriores (4,202 y 4,343, respectivamente).
219
satisfecho. Este hecho es todavía más relevante en el caso del paso V, para el cual es
imprescindible haber completado el paso IV, y muy importante haber completado el paso
III. Este resultado concuerda con los valores de los coeficientes phi de la Tabla 30, que
mostraban correlaciones elevadas y muy significativas entre los pasos III y IV, y III y V,
y una correlación todavía mayor entre los pasos IV y V. Por su parte, el paso VI, aunque
muestra mayor dependencia de los pasos V y III, también parece requerir de los pasos I,
II y IV, aspecto que también se refleja en las correlaciones phi mostradas en la Tabla 30.
Del mismo modo, y también relacionado con estas correlaciones, parece claro que existe
una mayor interdependencia entre pasos a partir del paso III: éste es muy necesario para
llegar al IV que, a su vez, es imprescindible para llegar al V. Finalmente, el paso V
también es muy importante para llegar al VI. Asimismo, y en base a los resultados
proporcionados por los índices de riesgo de la Tabla 31, parece que el único paso que
requiere del cumplimiento de todos los anteriores es el paso VI. Por ello, parece lógico
que, para evaluar la contribución de cada paso al modelo IEBE, se emplee el paso VI
como variable dependiente, mientras que los pasos previos actuarían como variables
independientes.
220
Los resultados obtenidos para el primer modelo, con 5 predictores, mostraron un
ajuste aceptable del modelo a los datos (R2 de Cox y Snell= .166; R2 de Nagelkerke=
.383), así como un buen valor predictivo, clasificando correctamente al 88,5% de los
casos, aunque el porcentaje de falsas alarmas (esto es, clasificar a un sujeto que cumple
como si no cumpliese), es bastante elevado (40%), mientras que el porcentaje de falsos
positivos (esto es, clasificar a un sujeto que no cumple como que sí cumple), sí es muy
satisfactorio (3,7%). El modelo retuvo 4 de los 5 predictores, más concretamente, los
pasos I, II, III y V. La Tabla 32 muestra los pesos de regresión, errores típicos, así como
el estadístico de Wald y su significación, junto con la razón de ventajas (RV) para cada
uno de los 4 predictores seleccionados.
Tabla 32.
Nota: Se consideró como variable dependiente el cumplimiento del paso VI del modelo
IEBE. Los pesos de regresión indican la importancia de cada predictor para el
cumplimiento de dicho paso, mientras que la razón de ventajas (RV) indica el riesgo de
no cumplimiento del paso VI en caso de incumplimiento de cada uno de los pasos
correspondientes a cada predictor.
Puede apreciarse que todos los predictores muestran pesos positivos y razones de
ventajas superiores a 1, lo que viene a indicar que el riesgo de no cumplir el paso VI es
mayor cuando no se cumple alguno de los pasos seleccionados como predictores.
También se observa que tanto los pesos como las razones de ventajas son
progresivamente mayores (RV I < RV II < RV III < RV V), lo que vendría a indicar un
221
efecto mayor sobre el paso VI del modelo (Publicación y Difusión de los Resultados de
Innovación) para los pasos finales del modelo que para los iniciales.
Dados los buenos resultados obtenidos con el primer modelo, se llevó a cabo un
nuevo análisis de regresión logística, incluyendo los 5 predictores del primer análisis, más
una lista de variables (Tabla 25) que podrían funcionar como predictores adicionales,
tales como el sexo, el nivel académico (licenciatura, ingeniería, maestría o doctorado), la
experiencia docente, el área académica de pertenencia (Socio-humanística, Técnica,
Administrativa, y Biológica-Biomédica), así como las horas de uso de internet para
diversas actividades académicas (búsqueda de información sobre la asignatura;
comunicarse con los estudiantes mediante herramientas sincrónicas y asincrónicas;
brindar asesoría a través de la plataforma virtual del aprendizaje; comunicarse con
comunidades virtuales del mismo interés profesional). Para el caso de la experiencia
docente y el uso de internet se tomó la información métrica original de la variable,
mientras que las variables politómicas correspondientes al área y el nivel académicos
fueron dicotomizadas, creándose una nueva variable para cada categoría de respuesta con
dos posibles valores: 0 si el sujeto no pertenecía a dicha categoría, y 1 si el sujeto
pertenecía a la categoría. Al igual que en el análisis previo, se empleó el método forward
de selección de variables basado en la razón de ventajas.
222
muy satisfactorio (5,7%), por consiguiente, se lo puede considerar más apropiado que el
primer modelo. En la Tabla 33 se muestra la tabla de clasificación proporcionada por el
análisis.
Tabla 33.
Observado Pronosticado
Cumple 19 40 67,8%
Nota: Los valores de la diagonal principal (en negrita) indican los rechazos correctos y
los aciertos. Los valores fuera de la diagonal indican los falsos positivos (fila 1) y falsas
alarmas (fila 2). A la derecha se señala el porcentaje de rechazos correctos, el porcentaje
de aciertos, y el porcentaje global de casos correctamente clasificados.
223
Tabla 34.
Nota: Se toma como variable dependiente el cumplimiento del paso VI del modelo IEBE.
Los pesos de regresión indican la importancia de cada predictor para el cumplimiento de
dicho paso, mientras que la razón de ventajas (RV) indica el riesgo de no cumplimiento
del paso VI en caso de incumplimiento de cada uno de los pasos correspondientes a cada
predictor.
224
Tabla 35.
Participantes
Área Masculino Femenino Total
Técnica 2 3 5
Socio 0 4 4
Humanística
Biológica y 3 0 3
Biomédica
Administrativa 1 2 3
Total 6 9 15
participantes
Nota: Elaboración Propia
Tabla 36.
Categorías Subcategorías
Delimitación del Tema del proyecto.
objeto de innovación Pregunta de investigación.
Objetivos.
Contexto.
Búsqueda de Revistas arbitradas (de pago o abiertas), libros.
evidencias Literatura en inglés o en español.
Cumplimiento de normas APA.
Formulación de Análisis de necesidades.
innovación Descripción de necesidades del proyecto.
Descripción de participantes.
En esta categoría, los resultados (ver Figura 28) señalan que las tareas entregadas
cubren, en su mayoría, los aspectos necesarios en este paso, es decir señalan el título, los
objetivos, el contexto de aplicación de la innovación, y se plantean, en algunos casos, la
pregunta guía. Llama la atención que esta última sea considerada en menor cantidad, esto
podría deberse a la presencia de los objetivos los cuales orientan el proyecto. No obstante,
se resalta el cumplimiento de este paso.
Figura 28.
Estadística de subcategorías del paso I. de IEBE
Los resultados en esta categoría revelan que los docentes en las tareas
contemplaron referencias bibliográficas que cumplían con las normas APA; igualmente
cumplían con presentar referencias en inglés y en español de revistas arbitradas, algunas
226
de pago, otras abiertas. Finalmente, también los libros fueron señalados como aportes.
Ver Figura 29.
Figura 29.
Estadística de subcategorías del paso II de IEBE
227
Figura 30.
Matriz de tareas participantes del paso III de IEBE
La Figura 31 presenta los hallazgos obtenidos en las tareas, lo cual señala que los
“resultados” necesarios en esta fase no están mayormente desarrollados, tampoco se
describen en todas las tareas las “técnicas cualitativas y cuantitativas” de análisis de datos,
ni las “conclusiones”. Únicamente en tres tareas cuyos participantes posee un nivel
académico de doctor se observa un completo desarrollo de este paso. Los otros elementos
que son parte de esta categoría como muestra la figura (por el tamaño de la frase) son
descritos en la mayoría de las tareas.
Figura 31.
Nube de elementos del paso IV y V de IEBE
228
En consecuencia, los resultados de la Figura 31 evidencian que este paso supone
un reto para los docentes especialmente para aquellos con nivel académico de maestría,
y a su vez influye significativamente para el cumplimiento del siguiente paso de IEBE
como es la publicación y difusión.
Figura 32.
Mapa de categorías del paso VI de IEBE
229
docentes con nivel académico de maestría, dado que se aprecia que no todos los elementos
que lo componen están totalmente desarrollados (ver Figura 31), y estos pasos se
consideran importantes para poder llegar al paso VI de la Publicación y difusión.
Una escala con validez y fiabilidad apropiadas permite medir los propósitos para
los que fue construida. Los valores del Alfa de Cronbach encontrados en la presente
investigación indican una elevada consistencia interna, incluso para aquellas subescalas
que contienen pocos ítems. Además, existe una alta relación entre las 4 subescalas de la
prueba, por lo que una única puntuación global es una buena opción de puntuación para
la escala CD-REA. Esto último quedó comprobado por la elevada relación que dicha
puntuación global mantuvo con diversas características de la muestra de sujetos, tal y
como se indica más adelante. Estos resultados están en sintonía con los señalados por
Tondeur et al. (2017) y Tourón et al. (2018) en cuanto a que a través de la aplicación del
Alpha de Cronbach se puede determinar la consistencia interna de los ítems de una escala
y con ello la calidad de un instrumento. En consecuencia, la escala CD-REA permite
evaluar las competencias digitales de los docentes con una validez y fiabilidad apropiada.
231
para buscar la información, para localizarla e integrarla en las actividades de docencia y
de investigación.
232
corrobora con los hallazgos encontrados y presentados en la Figura 24 para el proceso de
evaluar la credibilidad de la información encontrada, de analizarla de una manera crítica
para la toma de decisiones y la construcción del conocimiento. En coherencia con lo
señalado por Area y Guarro (2012) una forma de entender el análisis de la información
es el pensamiento crítico, es decir cuando las personas determinan la validez y el valor de
la información. De allí que se puede inferir que los docentes bimodales cuentan con la
capacidad de analizar la información y de valorarla de manera crítica.
233
con énfasis en el etiquetado o manejo de metadatos, con la finalidad de lograr que el
docente proporcione visibilidad a la información almacenada.
Por otra parte, un docente formado en CDI debe saber comunicar la información
por distintos medios tecnológicos. En esta categoría, los resultados reflejan índices altos
en los ítems IIIa e IIIb de la Tabla 22 acerca de seleccionar los medios de comunicación
tecnológica que mejor se adecuen a sus propósitos, así como saber transmitir las ideas de
forma escrita y verbal utilizando las tecnologías síncronas y asíncronas. En fin, estos
hallazgos podrían deberse a que el sistema de comunicación de la institución objeto de
estudio esta tan planificado (plan docente) que todos sus profesores bimodales deben
mantener contacto continuo por medio del EVA y por medio de herramientas síncronas
como Zoom con los estudiantes de ambas modalidades de estudio (presencial y a
distancia), lo que a su vez contrasta con los resultados de la Figura 26. Esto va en
coherencia con lo indicado por Bielba-Calvo et al. (2015) sobre comunicar la información
de manera efectiva mediante el conocimiento y competencias necesarias para ello. Estos
resultados permiten inferir que los docentes bimodales están formados y cuentan con las
competencias para comunicarse en entornos digitales y compartir recursos para realizar
sus tareas o propósitos específicos de manera efectiva.
234
Otra característica fundamental de la CDI es saber usar la información
adecuadamente. Los hallazgos evidenciaron que los docentes bimodales se autoperciben
con competencias mayores en los ítems (IVa, IVb, IVc, IVd). Estos resultados, de igual
manera, se ven favorecidos dado que en el plan docente se establece el uso de REA
(videos, imágenes, artículos, software abierto, etc.) como refuerzo del aprendizaje y para
la investigación docente. Por lo que, la consulta y cita de artículos en bases de datos
abiertas para apoyar sus investigaciones es un factor a tener en cuenta. Además,
promueven con sus colegas, estudiantes y entorno, el uso de los REA y para ello
consideran los pasos que se evidencia en los hallazgos de la Figura 25 sobre el
procedimiento que siguen los docentes para usar y procesar la información seleccionada
Estos hallazgos se corrobora con lo señalado por Gallardo et al (2019) quienes mencionan
que los profesores prefieren consultar información en sitios abiertos. Adicionalmente, la
ACRL (2000) señala que quien posee habilidades altas en el uso y procesamiento de la
información, es aquel que procesa la información de manera crítica, la sintetiza y
construye nuevo conocimiento. Por consiguiente, se puede inferir que los docentes
procesan la información de manera crítica, que les conduce a contrastar información, a
sintetizar ideas, respetando la autoría y a construir nuevo conocimiento.
235
similares a los encontrados por Prendes y Porlán (2013) quienes señalan que solo una
mínima cantidad de docentes eligen publicar en abierto la información. Lo que permite
inferir que hace falta fomentar en toda la comunidad académica y de manera especial en
los docentes el uso de espacios tecnológicos de difusión y comunicación de la
información, de resultados de proyectos de innovación y las ventajas que ello ofrece.
Como una persona joven, lo que va en sintonía con lo señalado por Alvárez
(2014), Lucas et al. (2021), Cai et al., (2017) y Krumsvik et al. (2016), Sin embargo,
existe contraposición con los hallazgos encontrados en otros estudios donde se señala que
236
a mayor edad mayor experiencia en el uso de la tecnología, por consiguiente mayores CD
(Mirzajani et al.,2016; Rossi & Barajas, 2018; Romero-Rodriguez et al., 2020). La razón
puede ser por que los profesores jóvenes han empezado a utilizar las tecnologías mucho
antes que los profesores de mayor edad, lo que puede influir en las formas y confianza
con que transponen dicho uso a la enseñanza,
Preferiblemente con doctorado o máster, aspecto que coincide con lo señalado por
Alvárez (2014) quien plantea que el grado de CD depende en gran medida del nivel
académico alcanzado; esto podría ser porque en estos niveles académicos se promueve la
investigación y para ello se requiere del desarrollo de la competencia digital de
información; no obstante, se contrapone con lo señalado por Moreno et al. (2018) quien
en su estudio señala que la variable especialidad no influye para determinar las
competencias digitales. Por ende, se puede inferir que los docentes con título de doctorado
o master manifiestan en general mejores competencias que aquellos con titulaciones de
menor nivel
237
propuesta de proyectos innovadores que contemplan las fases de IEBE y que buscan
mejorar la enseñanza y el aprendizaje (Ramírez-Montoya, 2012; Tejedor, 2007).
Que se comunica con frecuencia con sus estudiantes, en acuerdo con lo señalado
por Romero-Rodriguez et al. (2020) acerca de la interacción como un predictor relevante.
Factor que tiene una elevada incidencia online pues mientras más tiempo un docente se
comunica e interactúa con los estudiantes, más tiempo se involucra además con otras
aplicaciones en línea (Ata & Yıldırım, 2019). Por ende, obtendrá, desarrollará y
acumulará más habilidades sofisticadas.
Aunque se encontró diferencias en favor de los hombres en el uso de las TIC, pero
dado que éstas fueron de escasa magnitud, la conclusión es que el sexo no tendría
relevancia para este perfil. Esto va en sintonía con lo señalado por Pozos y Tejada (2018)
y Area-Moreira et al. (2016) acerca de que el género no se constituye en una variable
relevante ya que en los hallazgos de su investigación no encuentra diferencias
significativas en las CD entre ambos sexos; no obstante, se contrapone con lo señalado
por Lucas et al. (2021), Cai et al., (2017) y Scherer et al. (2017) para quienes el género sí
es un factor significativo. En consecuencia, el sexo podría determinar para quiénes
representa un reto las CD y por ende el uso de las tecnologías y consecuentemente la
información.
238
de las tecnologías con sus estudiantes (Lucas et al., 2021). En contraposición, se infiere
la necesidad de formación en el desarrollo de competencias digitales de información a los
docentes con mayor experiencia docente.
De esta manera, se confirma que las características del docente antes señaladas
repercuten para el desarrollo de las CDD y predicen la alta o baja competencia de los
docentes, respondiendo con ello, de alguna manera, al debate en torno a conocer los
factores asociados a las CDD (Engen, 2019; Lucas et al., 2021; Scherer et al., 2017; Cai
et al., 2017; Hart & Laher, 2015; Hatlevik & Hatlevik, 2018; Mirzajani et al., 2016). En
consecuencia, estos resultados, en general, conducen a proponer la idea de que deben ser
fortalecidas las CDD, específicamente las de información, enfatizando en aquellas que
permitan almacenar, difundir, comunicar y transformar la información en sitios abiertos
o públicos, considerando especialmente aquellos factores presentados (personales,
académicos, laborales y de desempeño) que se han vinculado directamente con la
competencia digital (Álvarez & Gisbert, 2015; Tourón et al., 2018; Ata & Yıldırım, 2019;
Cabero-Almenara et al., 2017).
Finalmente, cabe señalar que con esta escala se pretende contribuir con los
diversos estudios de investigación (Alvárez, 2014; Álvarez & Gisbert, 2015; Moreno-
Guerrero et al., 2020; Moreno et al., 2018; Ata & Yıldırım, 2019; García Llorente et al.,
239
2019) orientados a reflexionar sobre la CDI de los docentes, valorando sobremanera el
uso de la información en términos de REA, de difusión y publicación en abierto y en
contextos de enseñanza universitaria a distancia y presencial. Además, ser un referente
para realizar futuras investigaciones empíricas que identifiquen el dominio de las CDI en
docentes universitarios, pues, como se ha visto, son los principales actores del proceso de
enseñanza aprendizaje.
240
presentados en la Figura 28 y 29. Por ende, ambos tienen un efecto significativo, pero
débil, sobre el paso III (formulación de la innovación). Esto podría deberse a que,
implícitamente, en este paso se requiere los pasos I y II.
Por el contrario, a partir de este paso III los efectos pasan a ser mayores y más
significativos, incluso para los pasos iniciales. Así, el paso IV (aplicación de la
innovación) es muy dependiente del cumplimiento del paso III, , y el paso V (evaluación
de la innovación) es muy dependiente de los pasos III y IV, no obstante el paso IV y V
son aspectos que se deben cuidar sobre todo en aquellos docentes con nivel académico de
maestría, dado que los resultados señalados en la Figura 31 evidencian que este aspecto
no está mayormente desarrollado en las tareas, entonces se puede inferir que afectará para
el cumplimiento de los pasos subsiguientes.
Como se puede ver, estos resultados sugieren que para que se cumpla el objetivo
último del modelo IEBE (la publicación y difusión de la innovación educativa) es
necesario haber desarrollado todos los pasos anteriores, logrando así la vinculación de la
práctica del profesorado con la investigación (Cook et al., 2012) y resaltando el papel que
cumplen los miembros de la innovación en la difusión de la misma (Hu et al, 2015; Neri
et al. (2017) con miras a lograr la reflexión y aprovechamiento de la innovación como
evidencia de buena práctica docente (Tejedor, 2007; Marcelo, 2016; Ramírez-Montoya,
2012) para la creación de redes, conocimiento compartido y espacios de socialización, de
tal manera que los esfuerzos de innovación no queden aislados (Quintero, 2017; Sein-
Echaluce et al., 2014; Gunn, 2010; Marcelo, 2016). Sin embargo, cuando no se llega hasta
este objetivo (por ejemplo, cuando se evalúa la innovación, pero no se publican los
resultados; o cuando se aplica la innovación, pero no se la evalúa posteriormente), la
influencia de los pasos iniciales en el resultado final es mucho menor.
241
Por otra parte, los resultados del análisis de regresión logística confirmaron estas
suposiciones, aunque el paso IV no fue retenido como predictor en el modelo,
probablemente debido a su gran dependencia con respecto a los pasos inmediatamente
anterior y posterior (III y V). Asimismo, el análisis también mostró que la relevancia de
los pasos seleccionados como predictores es creciente, con pesos y razones de ventajas
progresivamente mayores desde los pasos iniciales (I y II) hasta los finales (III y V).
En este estudio, pues, ninguna otra característica del docente, como el sexo, su
grado de antigüedad docente, el área académica al que pertenecen, o el número de horas
dedicadas a actividades relacionadas con la asignatura en la internet, o el número de
cursos seguidos, añadió una capacidad predictiva significativa al modelo. Lo que se
contrapone con lo señalado por Roberts (2015), Marcelo (2016), Nelson y Campbell
(2017) y Lašáková, Bajzíková y Dedze (2017) acerca de que las creencias personales y
profesionales de los docentes influencian significativamente para el desarrollo de la
innovación. Ninlawan (2015) también señala que una característica de un docente
innovador es los cursos que este realiza., lo que se contrapone con los resultados
encontrados. Así también, lo señalan Gorozidis y Papaioannou (2014) para quienes la
adopción de una innovación es una tarea complicada cuando esta es impuesta, ya que no
garantiza un óptimo involucramiento y motivación por parte de los profesores. Neri et al.
(2017) señalan también que otras características como la sobrecarga laboral, el exceso de
trabajo docente y administrativo no dan tiempo suficiente a los docentes para reflexionar
sobre su práctica, lo que dificulta, a su vez, el tiempo dedicado para innovar o proponer
242
nuevas ideas. De allí que, estos resultados en general, conducen a proponer a las
instancias formadoras, que se refuerce o fortalezca la práctica basada en la evidencia, de
tal manera que se pueda incluir en esta práctica a aquellos profesores con otros títulos
profesionales.
Como cierre de este capítulo, se puede indicar que se presentaron los resultados
obtenidos a partir de los datos procedentes de la aplicación de los instrumentos, así como
de las estrategias de recolección de datos. Estos resultados fueron presentados, analizados
e interpretados en función de los supuestos de investigación planteados, confirmándose,
en definitiva, los mismos. Los resultados revelaron que el perfil de un docente ideal con
competencias digitales para el uso de la información, de REA (para funciones de docencia
e investigación) se relaciona estrechamente con aspectos personales, académicos,
laborales y de desempeño profesional; por tanto depende de aspectos tales como: las
habilidades en el uso de las TIC, las acciones ejercidas para innovar en el aula, las horas
de uso de Internet, el nivel académico, los años de experiencia docente, el número de
cursos realizados, el número de horas dedicado a la comunicación con los estudiantes, y
el sexo. Así también, los resultados obtenidos en cuanto al número de acciones ejercidas
por los docentes para innovar en el aula corroboraron la aplicación en la práctica docente
del modelo IEBE en una estructura de seis pasos secuenciales dependientes entre sí,
siendo un elemento detonante para su cumplimiento completo (desde el paso I al paso
VI) el que el docente posea título de doctor. De allí que, el contar con el máximo nivel
académico supone una gran ventaja para el cumplimiento del modelo.
243
CAPÍTULO 5. MODELO DE INNOVACIÓN EDUCATIVA BASADA EN
LA EVIDENCIA VINCULADO A LAS COMPETENCIAS
DIGITALES DE INFORMACIÓN
244
familiarizados con acciones de innovación y uso de las TIC, sino para todo tipo de
docentes, especialmente con aquellos menos familiarizados. A continuación, se inicia este
capítulo con una breve introducción al modelo, para luego explicarlo con base en los
componentes que lo define: filosóficos, teóricos, prácticos y operacionales.
5.1 Introducción
Figura 33.
Componentes del modelo
Como se puede observar la Figura 34 representa los seis pasos secuenciales que
constituyen el modelo IEBE propuesto por Tejedor (2007) y adaptado por Ramírez-
Montoya (2012).
247
Figura 34.
Pasos del modelo IEBE
Por su parte, las CDI comprenden cuatro dimensiones, las que se representan en
la Figura 35.
Figura 35.
Dimensiones de la CDI
248
2013; Ata & Yıldırım, 2019), las que son necesarias para el cumplimiento de todos los
pasos de IEBE.
249
decisiones fundamentadas en la innovación que desee proponer y consecuentemente un
mejor desempeño en su práctica. No obstante, es preciso que el docente posea habilidades
de CDI necesarias para una buena implementación del modelo, para ello, se integra al
mismo, una escala de CDI validada la que puede ser aplicada para diagnosticar las
competencias digitales y con base en sus resultados tomar las mejores decisiones de
formación, en consecuencia, se constituye también en un aporte valioso del estudio y que
enriquece el modelo.
Figura 36.
Modelo IEBE vinculado a la CDI
Este modelo como se señala en la Figura 36 comprende seis pasos, los que deben
ejecutarse de manera secuencial e incluyente, para lograr la vinculación de la práctica
docente con la investigación, pues así los señalan los resultados de esta investigación que
respaldan la utilidad de este modelo. El modelo de enseñanza, centra su atención en el
participante, cuyo propósito principal es mejorar su aprendizaje, mediante la formulación
e implementación de propuestas de innovación sustentados en evidencias que busquen
solucionar un problema o responder a una necesidad. Este modelo se presenta como un
250
ciclo que integra seis pasos secuenciales vinculados a la CDI que el docente debe seguir
de forma incluyente, es decir sin excluir ningún paso, los que al ser ejecutados
completamente permiten a través de la creatividad y toma de decisiones la renovación de
la práctica docente y con ello la generación y difusión de nuevas evidencias que sirvan
también de guía a profesores en su actuación profesional y que contribuyan a la mejora
de la calidad educativa.
Por otro lado, en el paso II. Búsqueda de evidencias o buenas prácticas probadas
va muy de la mano con las CDI, es decir su relación es muy estrecha y este paso se
convierte en una condición esencial y de gran valor en el modelo. En este paso se requiere
de manera particular de habilidades de búsqueda, selección y evaluación de la
información, toda vez que mediante esta competencia se puede, buscar la información en
sitios confiables, válidos, arbitrados como bases de datos de pago o bases de datos
abiertas, en inglés y en español (ver Figura 22 y Figura 29), buscar la información
aplicando técnicas de búsqueda sensibles que faciliten la inclusión de información
251
relevante y la exclusión de aquella información irrelevante como lo señala la Figura 23 y
evaluar y analizar críticamente las evidencias seleccionadas, que permitan determinar la
relación de la información encontrada con los propósitos de búsqueda, la actualidad de la
información, la relevancia del autor de la publicación, la utilidad de la información para
los estudiantes como lo muestra la Figura 24, en fin, todo ello permite la reflexión y la
toma de decisiones para el cumplimiento del paso III. Formulación de la innovación
conociendo lo que ha resultado exitoso en otros contextos. De ahí que, el paso II debe
realizarse con cuidado y mucha atención (Fayomi et al., 2019). Aquí también se resalta
la estrecha relación con la competencia de almacenamiento o gestión de la información,
dado que la información o evidencias de buenas prácticas deben ser descargadas,
almacenadas y organizadas para su consulta, es decir su finalidad es que sirvan de apoyo
para la construcción de conocimiento fundamentado que sustente las decisiones que se
considere pertinente tomar. En la presente investigación los resultados señalaron
mayormente al gestor de referencias bibliográficas Mendeley como una herramienta
tecnológica que permite esta actividad, así lo señalaron algunos de los entrevistados:
“Mendeley es una herramienta que, además de permitir gestionar citas y bibliografía,
sirve como una gran herramienta para almacenar, consultar información y analizarla”
(E063); “Mendeley me permitió organizar en carpetas por variables de investigación la
información encontrada”, dijo uno de los encuestados (E065). Así, en este paso II se
vislumbra la necesidad de aplicar estrategias de investigación, pues se interrelacionan por
las finalidades que se persiguen. Por lo que en sintonía con lo señalado por Ramírez-
Montoya (2012) la investigación es inherente al proceso educativo y es esencial para
producir un mejor aprendizaje.
252
un efecto significativo pero débil sobre este paso, esto se podría deber a que,
implícitamente para la formulación de la innovación se requiere los pasos I y II como se
evidencia en la Tabla 31; y, en consecuencia, se precisa tener la delimitación del objeto
de innovación y las evidencias que sustentarán la innovación a formular; siendo estos
pasos de gran ayuda para el desarrollo del pensamiento crítico para la toma de decisiones
fundamentadas sobre alguna problemática o respuesta a una necesidad definida en la
formulación de la innovación. En consecuencia, en el paso III se considerará aquellas
ideas (para procesos, estrategias o actividades) que resulten de la evaluación de las
evidencias aplicadas en otros contextos pero que han sido exitosas. En este paso es
fundamental la competencia digital de uso y procesamiento de la información, es decir se
requiere de un contraste de la información evaluada, para luego sintetizar las ideas
principales y crear nuevo conocimiento respetando la autoría, así lo demuestran los
resultados de la Figura 25. Por consiguiente, en este paso se requiere del análisis de
necesidades desde un contexto macro (internacional) a un contexto micro (nacional y
local), describir el contexto propio donde se va a llevar a cabo la innovación, así como
los participantes, como lo refleja la Figura 30. La descripción de las características antes
señaladas son de vital importancia toda vez que permitirá partir de la realidad hacia la
que se dirigirá los esfuerzos para la inserción de un plan de mejora. Además, ayudará a
identificar con mayor claridad a quien revise el proyecto de innovación, las razones de su
formulación, sus características y sus formas de aplicación.
253
cambios que puedan surgir en la aplicación de la innovación. De cualquier manera,
siempre tendrá ventaja especialmente cuando el proyecto se encuentre integrado con
cierta coherencia conceptual y metodológica (Ver Figura 31) en donde se detalla, el
objetivo de la innovación, las fases de intervención, se define la muestra de participantes,
las técnicas de análisis de datos y se propone los instrumentos a utilizar, y es en estos
aspectos que las CDI antes señaladas son relevantes, dado que permiten usar la
información evaluada críticamente para diseñar las fases de intervención, los
instrumentos, determinar la muestra y las técnicas de análisis de datos con base en la
evidencia. Por lo tanto, en este paso es importante conocer a detalle las condiciones que
se requieren para su puesta en práctica, se establecen los contactos con las personas
involucradas, así como la preparación del material necesario. Adicionalmente, en
coherencia con lo señalado por Ramírez-Montoya (2012) se recomienda documentar los
procesos de aplicación o implementación de la innovación, registrar lo que pasa, los
cambios que se presentan y la forma en que estos se abordan, las decisiones que se toma,
esta información será muy necesaria para el siguiente paso que es el de la evaluación.
254
Finalmente, en el paso VI. Publicación y difusión de la innovación, los resultados
obtenidos y descritos en la Tabla 31 señalan que para llegar a este paso es exclusivamente
necesario que se cumplan de manera incluyente los pasos desde el I hasta el V. Aquí, de
igual forma se resalta el vínculo con las competencias de comunicación de la información
pues estas permiten al docente seleccionar el medio tecnológico más adecuado para la
publicación y difusión de los resultados de la innovación. Una vez con el cumplimiento
de los seis pasos del modelo se puede lograr la transferencia de los conocimientos
adquiridos y se contribuye con nuevas evidencias cuya función es orientar la práctica
docente. Los resultados señalan que los medios preferidos para publicar y difundir los
resultados de la innovación son las revistas arbitradas (abiertas o cerradas), en congresos,
en jornadas institucionales, en sitios sociales como ResearchGate (ver Figura 26). Es
importante, resaltar en este apartado que los resultados obtenidos (ver Figura 27 y Tabla
29) sugieren crear espacios de difusión de las innovaciones que les permita además de
compartir los resultados de sus innovaciones el crear sinergias y trabajos en colaboración
con otros interesados en las mismas temáticas.
255
Por su parte, el rol del facilitador es de ser flexible para diseñar contenidos y ambientes
para fomentar este tipo de aprendizajes, ya sea en ambientes presenciales, a distancia,
mixtos, o virtuales. También, se requiere en el facilitador CDI y manejo de tecnologías.
En este aspecto, los resultados obtenidos en esta investigación señalan que el perfil ideal
de un estudiante y/o facilitador con CDI se relaciona estrechamente con aspectos
personales, académicos, laborales y de desempeño profesional, por lo que se debe prestar
especial cuidado a estos aspectos. En los ambientes donde media la tecnología, como en
el virtual, mixto o a distancia se requiere de un equipo multidisciplinario donde su rol es
el de adaptar la plataforma virtual, de diseñar el portal de difusión de evidencias y para
ello se requiere programadores, diseñadores instruccionales, diseñadores gráficos y
audiovisuales.
256
Visión innovadora en el diseño y mirada de impacto. El modelo propuesto que
fomenta la vinculación de la práctica con la investigación en la práctica docente, plantea
como visión innovadora el fomento del pensamiento crítico, promover el uso de la
investigación para la innovación y capacitar en la toma de decisiones para la propuesta
de innovaciones que produzcan un cambio en el desempeño docente.
258
CAPÍTULO 6. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
6.1 CONCLUSIONES
260
Así también, las autopercepciones de evaluación y de uso de la información
permitieron determinar el cumplimiento del paso IV y V de aplicación y de evaluación
de la innovación, dado que estas competencias le permitieron al docente diseñar o adaptar
las fases de intervención para la aplicación de la innovación y la forma de evaluarla (es
decir mediante qué técnicas e instrumentos), puesto que, con base en estas competencias,
el docente adquirió insumos (evidencias) que le permitieron con mayor precisión
determinar la aplicación y la evaluación de la innovación. No obstante, el cumplimiento
de estos pasos se debe cuidar, de manera especial con los docentes que poseen título de
maestría, pues la validación empírica del estudio demostró que su cumplimiento se da
mayormente en docentes que poseen título de doctor, es decir que poseen competencias
para la investigación, por lo que se debe reforzar estas competencias en los docentes con
maestría.
Del objetivo y supuesto (1) de este estudio se puede concluir que la escala mide
las competencias digitales de información de los docentes bimodales con una validez y
261
fiabilidad pertinente. Los valores del alfa de Cronbach encontrados indican una elevada
consistencia interna, incluso para aquellas subescalas que contienen pocos ítems.
Además, en lo relacionado a la validez de constructo, se determinó que el AFC mostró
que la estructura en cuatro subescalas es adecuada para describir la estructura CD-REA,
lo que conlleva a concluir una vez más que la escala cumple con los requisitos de
fiabilidad y validez constituyéndose en un instrumento útil que podría ayudar al análisis
de las competencias digitales de información y de uso de REA en docentes bimodales, y
en función de los resultados determinar programas de formación de refuerzo.
262
competencias de investigación. Mientras que en las Competencia para el almacenamiento
y recuperación de información aunque el docente se autopercibe bien en cuanto a conocer
los riesgos y ventajas de almacenar la información de manera pública o privada, quizá
sea necesario crear espacios donde se propicie en el docente nuevamente el interés por
publicar las información en sitios abiertos como p.e en repositorios, agregando metadatos
y licencias Creative Commons a la información, lo que le ayudarán a dar mayor
visibilidad a la información almacenada.
263
planteamiento de algún proyecto innovador, que se dirija a todos los docentes de niveles
académicos (con título de pregrado y cuarto nivel) hacia diferentes aspectos,
especialmente a aquellos en donde presentaron deficiencia.
264
Asimismo, la importancia del ejercicio de la investigación (Marcelo, Mayor &
Gallego, 2010; Quintas et al., 2017; Ramírez-Montoya, 2016) como facilitadora del
desarrollo de esta metodología ha sido confirmada por la inclusión del doctorado como
uno de los predictores del éxito en la innovación educativa. Por tanto, de la consecución
completa del modelo IEBE se resalta que la existencia de habilidades investigadoras en
el docente ha resultado como un factor relevante en el cumplimiento de la actividad de
innovación, lo que estaría en sintonía con lo expuesto por Quintas Cruz et al. (2017);
Ramírez-Ramírez y Ramírez-Montoya (2018); y Loaiza y Loaiza (2014), quienes afirman
que la investigación e innovación están entrelazados y, sin dudas sirven para consolidar
las bases para una verdadera educación de calidad.
265
en la toma de decisiones fundamentada. Así, este modelo vincula la práctica con la
investigación y puede ser aplicado en el aula por el docente o en programas de formación
docente. En este sentido, con el modelo de innovación propuesto se pretende aportar a la
mejora de la calidad educativa mediante la renovación de la práctica docente, a través de
la creatividad, el pensamiento crítico, la toma de decisiones fundamentada y el fomento
de la investigación. Además, con los hallazgos de este estudio se podría aportar
información para procesos formativos con valor puntual para alcanzar más y mejores
competencias digitales e informacionales en profesores, investigadores, administrativos
y formadores que busquen posibilidades de innovación educativa.
Por otra parte, sobre la base de los resultados presentados, en cuanto a las
percepciones de competencia digital, se recomienda que la formación del profesorado sea
contextualizada teniendo en cuenta las necesidades de los profesores y la institución, en
concordancia con los problemas reales de la práctica docente. Así también, en cuanto a
la experiencia docente, se sugiere la necesidad de analizar las características de los
profesores jóvenes en su experiencia docente, ya que son este grupo etario los que
presentan niveles altos en las competencias digitales. Esta propuesta se legitima con la
intención de estudiar sus prácticas pedagógicas y cómo influyen las tecnologías, los REA
en el diseño de la enseñanza. En definitiva, esto ayudaría a los profesores con niveles
bajos en competencias digitales a aprender de ejemplos específicos y a reflexionar sobre
el valor y la utilidad del uso de las tecnologías, junto a diferentes estrategias de enseñanza.
266
Como aporte del estudio para futuras investigaciones, sería interesante averiguar
si existen diferencias (y, en caso afirmativo, de qué tipo son), entre los docentes
presenciales y los docentes a distancia en los aspectos que pretende medir la escala.
Asimismo, también sería deseable hacer análisis adicionales sobre la validez concurrente
y predictiva de la escala, con el fin de incrementar su utilidad y aplicabilidad en contextos
formativos en los que se integren REA, o donde se pretendan introducir este tipo de
recursos para potenciar el desarrollo de competencias digitales. Otra posible línea de
investigación sería la encaminada a fundamentar las investigaciones futuras en datos
cognitivos y conductuales objetivos en lugar de (o además) de las autopercepciones.
Como futuros desarrollos en esta temática, sería interesante dilucidar las relaciones que
existen entre los pasos intermedios del modelo IEBE, con la finalidad de determinar el
escaso efecto que tienen los pasos iniciales (I y II) entre sí; así como sobre los intermedios
(III y IV), y la posibilidad de que existan diferentes tipologías de docentes que no siguen
estrictamente los mismos pasos, o que no culminan el proceso hasta el final (la
publicación y difusión de los resultados). En fin, relacionado con las limitaciones del
presente estudio, sería interesante averiguar el efecto que sobre el cumplimiento del
modelo tienen otras posibles variables que puedan mejorar la calidad de las
clasificaciones hechas por el modelo.
267
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295
APÉNDICE A. Cuadro de triple entrada
Descripción: Se presenta el cuadro de triple entrada que evidencia la relación entre los
instrumentos, los constructos y los teóricos de la literatura.
Fuentes de Análisis de
Profesor/participante
información documentos
Revisión de literatura
rejilla de
Instrumentos cuestionarios entrevistas
observación
Constructos/categorías
1) Competencias digitales de información
a) Competencia ACRL (2000); INTEF (2013, 2017); Álvarez y Gisbert (2015);
para la búsqueda, James y Bossu (2014); Moreno, Gabarda y Rodriguez (2018);
selección y x x x Area y Ribeiro (2012); Ilomäki, Paavola, Lakkala y Kantosalo
evaluación de (2014); Ala-Mutka (2011); Ferrari (2013); Ramírez-Montoya
información (2015); Martínez-Abad et al. (2017; Gilster (1997); García
b) Competencia Llorente et al., (2019); Moreno-Guerrero et al. (2020); Moreno et
para el al. (2018); Trujillo Torres y Raso Sánchez (2010); Cabero-
almacenamiento y Almenara (2017); Rué, 2015; Ata y Yıldırım (2019); Rodríguez-
x x x
recuperación de Conde, Olmos y Martínez-Abad (2012); Rodríguez-García, Raso
información que Sánchez y Ruiz-Palmero (2019); Toledo Sánchez y Maldonado-
produce Radillo (2015); European Commission (2010); Carretero,
Vuorikari y Punie (2017); Vuorikari, Punie, Carretero y Van Den
Brande (2016); Durán et al. (2016); Gisbert y Esteve (2011);
c) Competencia
Güneş y Bahçivan (2018); Manso-Perea, Cuevas-Cerveró &
para la
x x x González-Cervantes (2019); Jaramillo et al., (2011); UNESCO
comunicación de la
(2011a); Castañeda-Peña et al. (2010) , Bundy (2004); Lau y
información
Cortés (2004); Gutiérrez-Castillo, Cabero-Almenara yEstrada-
Vidal. (2017)
d) Apropiación de
la competencia
Ramírez-Montoya (2015); Hart et al. (2015); Xie, Di Tosto,
digital en el uso de
Chen y Vongkulluksn (2018); Instefjord y Munthe (2017);
Recursos
Cabero-Almenara, Roig-Vila y Mengual-Andrés (2017); Rué
Educativos
(2015); Mckerlich, Ives y Mcgreal (2013); Barroso y Cabero-
Abiertos (cursos x x x
Almenara (2013); Jaramillo, Hennig y Rincón (2011); Cabra,
abiertos, videos,
Marciales, Gulateros y Mancipe (2011);Pérez-Escoda et al.
imágenes, artículos
(2019); Krumsvik (2011; Røkenes y Krumsvik (2014); Hart,
con licencia
Chetty y Archer, 2015
Creative
Commons:
2) Innovación Educativa con base en la evidencia
296
Ramírez (2012); Felisatti y Serbati (2014); Lozano y Gallardo
a) Delimitación del (2017); Ramírez-Montoya y García-Peñalvo (2018); García-
objeto de x x x González y Ramírez-Montoya (2019); Valenzuela (2018);
innovación Marcelo (2016); Matuk, Gerard, Lim-Breitbart y Linn (2016);
Christian y Kearns (2018); Kahn (2018)
Tejedor (2008); (Ramírez-Montoya, 2016); Ramírez (2012;
TomásFolch y Duran-Bellonch (2017); Castillo, Dorman, Gaunt,
Hardcastle; Christian y Kearns (2018); Marmot (2017); Quintero
b) Búsqueda de
(2017); Sein-Echaluce et al. (2014); Cook, Smith, y Tankersley
evidencias
x x x (2012); Hoidn y Karkkainen (2014); Nelson y Campbell (2017);
disponibles en la
Sharples (2013); DeMarco, Flotte, Kneeland, Seymour-Route y
bibliografía
Collins (2015); Rodríguez et al. (2015); Bulbarela, Escamilla,
González, Ramírez y Soto (2012); Mezarina, Páez, Terán y
Toscano (2014)
TomásFolch y Duran-Bellonch (2017); Cela-Ranilla et al. (2017)
Rossi y Barajas (2018); Ramírez-Ramírez y Ramírez-Montoya
(2015); Griffin et al., (2012); Spiteri y Chang Rundgren (2017);
Instefjord y Munthe (2017); Xie et al. (2018); Castillo, Dorman,
c) Formulación de
Gaunt, Hardcastle; Christian y Kearns (2018); Marmot (2017);
proyectos x x x
Ramírez-Montoya, 2012; Zabalza Beraza y Zabalza Cerdeiriña
innovadores
(2016); Neri, Noguez y Alanis (2017; Rodríguez et al. (2015);
Valencia y Valenzuela (2017); Gallardo et al. (2019); (Unal &
Unal, 2017); Walder (2017); Hoidn y Karkkainen (2014); Hoidn
y Karkkainen (2014)
Carey et al. (2015); Ramírez-Montoya y García-Peñalvo (2018);
Hu et al. (2015); OECD (2014); Quintero (2017); Ramírez-
Ramírez y Ramírez-Montoya (2018); Santos Rego et al. (2017);
Xie, Di Tosto et al. (2018); García-Peñalvo et al. (2010; Ramírez-
Montoya y García-Peñalvo (2018)
d) Aplicación, Del Valle, Celaya y Ramírez-Montoya (2015); Sarango-Lapo et
evaluación y al., (2016b); Vermeir, Kelchtermans y März (2017); Fidalgo-
x x x
difusión del Blanco y Sein-Echaluce (2018); Marcelo, Mayor y Gallego
proyecto innovador (2010); Rodríguez et al. (2015); Lane y van Dorp (2011); Prendes
y Porlán (2013); Del Valle, Celaya y Ramírez-Montoya (2015);
Sarango-Lapo et al., (2016b); Stevens (2004), Hoidn y Karkkainen
(2014); Nie (2016); Ramírez-Montoya y Valenzuela (2019);
Ramírez-Montoya (2015a); Ramírez-Montoya, et al. (2017a);
Sarango-Lapo, Mena, Ramírez-Montoya y Real (2020)
e) Tipos de
x
innovación OECD (2016); García-Peñalvo, Blanco y Sein-Echaluce (2015)
297
APÉNDICE B. Cuestionario de CDI y uso de REA
Recuerde que no existen respuestas ni buenas ni malas sólo le pedimos que las mismas
reflejen realmente sus opiniones.
1. Género:
a) F
b) M
2. Grados de estudio:
a. Licenciatura
b. Ingeniería
c. Maestría
d. Doctorado
e. Otro (especifique):…………………
3. Años de docencia:
a) 0 a 3 años
b) 4 a 6 años
c) 7 a 10 años
d) Más de 10 años
4. Tipo de contratación:
a. Por horas
b. Medio tiempo
c. Tiempo completo
298
5. Área académica en la que presta sus servicios en la universidad:
a) Socio Humanística
b) Técnica
c) Administrativa
d) Biológica y Biomédica
6. Cursos relacionados con el uso de Recursos Educativos Abiertos (REA) que
ha tomado en los últimos dos años:
a) Ninguno
b) 1 a 2 cursos
c) 3 a 4 cursos
d) 5 cursos o más
7. Cursos relacionados con la Innovación Educativa que ha tomado en los
últimos dos años:
a) Ninguno
b) 1 a 2 cursos
c) 3 a 4 cursos
d) 5 cursos o más
8. Lugar donde tomó esos cursos:
a) En la Universidad
b) Fuera de la Universidad
9. Horas de uso del Internet al día:
a) Menos de una hora
b) 1 a 2 horas
c) 3 a 4 horas
d) 5 horas o más
10. Desde donde se conecta a Internet:
a) En la Universidad
b) En casa
c) En casa de mis amigos
d) En lugares de ocio (ej. cafeterías) que disponen de wifi
e) En cualquier sitio porque dispongo de telefonía móvil
11. Para las siguientes acciones cuánto tiempo usa Internet al día:
299
Acciones Menos 1 a 2 3 a 4 5 a 6 7
de una horas horas horas horas
hora o más
Comunicarme en comunidades
virtuales del mismo interés
profesional.
12. De las siguientes opciones, cuál o cuáles son beneficios de las tecnologías en
la educación:
a) Mayor comunicación e interacción con los estudiantes
b) Acceso a mayores fuentes de conocimiento
c) Mayor acceso a la información desde cualquier lugar
d) Mejorar el aprendizaje en el área profesional del docente
e) Mejorar el desempeño docente
f) Construcción social del conocimiento
g) Otra: (especifique)______________________________
13. De las siguientes opciones, cuál o cuáles son las principales dificultades que
presenta para usar tecnologías, en su práctica educativa:
a) Desconocimiento de estrategias para la búsqueda, selección y evaluación
de información
b) Desconocimiento de estrategias didácticas para una adecuada
comunicación
c) Desconocimiento de estrategias didácticas para su uso
d) Falta de apoyo tecnológico
e) Falta de capacitación en su uso
f) Otra:(especifique) ……………………………………..
300
Sección III. Lea con atención las competencias que se presentan en esta sección y
seleccione la opción que indique el nivel de dominio que usted posee de las mismas.
Por favor, no deje ítems sin contestar.
1 2 3 4 5
Nada de Poco dominio Dominio Buen dominio Excelente
dominio regular dominio
Ítems
14. Competencia para la búsqueda, selección y evaluación de 1 2 3 4 5
información:
14.1 Sabe navegar por Internet y conoce de mecanismos de
búsqueda de información.
14.2 Se apoya en palabras clave relacionadas a la información
que necesita y utiliza operadores (“y” , ”o”) para realizar la
búsqueda de información.
14.3 Selecciona la información en función de los propósitos de
búsqueda y verifica su licencia de uso.
14.4 Evalúa críticamente los resultados de información
encontrada para integrarlo a sus conocimientos siempre que
vayan en coherencia con los propósitos deseados.
15. Competencia para el almacenamiento y recuperación de 1 2 3 4 5
información que produce:
15.1 Almacena la información en repositorios de acceso abierto,
sitios abiertos como: blog, wikis, o sitios privados como bases de
datos o bibliotecas digitales.
15.2 Agrega metadatos y licencias Creative Commons a la
información que almacena, para ayudar a la visibilidad de la
información.
15.3 Entiende los riesgos y ventajas de almacenar la información
de manera pública o privada.
301
16. Competencia para la comunicación de la información por 1 2 3 4 5
medios tecnológicos:
16.1 Selecciona los medios de comunicación que mejor se
adecúan a sus propósitos (ej. Skype, Hangout, email, etc.).
16.2 Sabe transmitir las ideas de forma escrita y verbal utilizando
las tecnologías síncronas y asíncronas.
16.3 Difunde los resultados de la información que produce en
repositorios de acceso abierto, sitios abiertos como: blogs, wikis,
o medios abiertos (congresos, seminarios online), o sitios
privados como bases de datos o bibliotecas digitales.
17. Apropiación de la competencia digital en el uso de 1 2 3 4 5
Recursos Educativos Abiertos (cursos abiertos, videos,
imágenes, artículos con licencia Creative Commons):
17.1 Utiliza REA (videos, imágenes, audios con licencia Creative
Commons) en la planificación docente.
17.2 Consulta y cita REA (artículos con licencia Creative
Commons) como apoyo a sus investigaciones.
17.3 En el aula diseña actividades con REA para reforzar el
aprendizaje.
17.4 Promueve en los estudiantes, colegas y entorno, el interés
por usar los REA.
17.5 Promueve en los estudiantes, colegas y entorno, el interés
por publicar en abierto.
17.6 Colabora en redes académicas de discusión e investigación
sobre REA.
302
Uso de REA
Gamificación
Aula invertida
Trabajo colaborativo
MOOCS
Realidad aumentada
Laboratorios virtuales
Portafolio electrónico
Otro (especifique):…………………
Otro (especifique):…………………
20. Seleccione la(s) opción(es) que representan las acciones que ha seguido para
realizar innovaciones en su aula.
303
a. Partir de una necesidad de cambio para producir una mejora, delimitando
el objeto de la innovación
b. Búsqueda de información o de evidencias en sitios especializados que
dieron sustento a la innovación que se llevó a cabo
c. Formulación de la innovación
d. Aplicación de la innovación
e. Evaluación de la innovación
f. Publicación y diseminación de resultados de la innovación
g. Todas las anteriores
h. Otro (especifique)……………..
21. ¿Por qué es importante sustentar la práctica docente en evidencias cuando se
formula proyectos de innovación?
a. Porque la evidencia proporciona el sustento empírico a la innovación que se quiere
proponer
b. Porque existe la necesidad de relacionar la práctica docente con la investigación
c. Para delimitar con sumo cuidado el objeto de innovación en el proyecto que se
quiere llevar a cabo
304
a. Mejorar mi desempeño docente
b. Mejorar el aprendizaje de los estudiantes
c. Difundir los resultados de la Innovación Docente
d. Participar en redes académicas
e. Beneficios que otorga en la evaluación docente
f. Potenciar el trabajo entre pares académicos
g. Otra (especifique):…………………………
305
APÉNDICE C. Entrevista semiestructurada participantes
Saludo
Solicito Autorización: para grabar la entrevista, indicando que la información será utilizada
únicamente para fines de investigación. Consecuentemente, los nombres de los entrevistados
no se revelarán.
Inicio de la entrevista:
Se solicita una breve presentación del entrevistado, años de experiencia docente y área de
trabajo. Luego se procede con la entrevista con respecto a las siguientes preguntas:
306
APÉNDICE D. Rejilla de observación
Descripción: La rejilla de observación se aplicó a las tareas que realizaron los docentes
que pasaron por la experiencia de formación en innovación educativa en el aula.
Categorías Si No observaciones
Delimitación del objeto de innovación
En el proyecto se plantea la delimitación del
tema, del proyecto innovador para desarrollar
una competencia
Se justifica su importancia y se presenta la
pregunta guía
Se describen los objetivos
Se enuncia de forma general el proyecto que se
desarrolló y los contextos donde se aplicó, con
nivel educativo y área.
307
Búsqueda de evidencias disponibles en la
bibliografía o en sitios especializados para
respaldar las propuestas de innovación
El proyecto propuesto se sustenta en literatura
actual o con al menos cinco años de antigüedad
y pertenece a revistas arbitradas de pago o
abiertas; o libros.
El proyecto propuesto se sustenta en literatura
en inglés y en español
El proyecto propuesto cuida el formato de las
normas APA
Formulación de la innovación
El proyecto propuesto menciona análisis de las
necesidades desde contexto educativo
internacional, nacional y local, donde se enuncie
la necesidad de desarrollar esa competencia
El proyecto propuesto describe los participantes
hacia los que se dirigió el proyecto
El proyecto propuesto describe las necesidades
que pretendieron satisfacer o los problemas a
resolver
Implementación (aplicación) y evaluación
El proyecto describe el objetivo del proyecto
con un qué (competencia/aprendizaje), un cómo
(estrategia/innovación concreta) y un para qué
(utilidad/impacto), identificando la utilidad
social, educativa y el desarrollo de una
competencia.
308
El proyecto describe las fases de intervención,
así como los instrumentos que se aplicaron para
comprobar el logro de objetivos de la
experiencia innovadora
Descripción de los instrumentos y métodos de
innovación que se aplicaron en el proyecto, las
actividades y materiales elaborados. Indicar
nombre del instrumento, objetivo, fuentes a
quienes se aplicaron.
El proyecto describe las técnicas cualitativas y
cuantitativas que se diseñaron para el análisis de
datos, la verificación del logro de los objetivos.
El proyecto describe los resultados más
relevantes acorde con el método y los objetivos
El proyecto presenta las conclusiones del trabajo
Difusión
Proyecta la difusión y/o publicación de los
resultados de la innovación en congresos
arbitrados
Proyecta la difusión y/o publicación de los
resultados de la innovación en sitios de revistas
Scopus y de acceso abierto
309
APÉNDICE E. Abstract extended
New Teacher Education Model for the Digital Era: Linking Educational Innovation
and Research
Abstract
The digital era brings challenges for teacher education. In this study, we worked with the
question, "What is the relationship between perceived digital information competency
and evidence-based innovations (EBEI)? Our mixed-method, sequential-explanatory
research had two phases (QUAN and qual), applying questionnaires, interviews, and
observations. The sample in phase one consisted of 271 teachers and 15 in phase two.
Quantitative data were analyzed using descriptive and inferential statistical tests, and
qualitative data were put into analytical categories. Two findings stand out: (1) The digital
information competency scale and the use of open educational resources (CD-REA)
proved to be a valid and consistent instrument to measure digital competencies. (2) The
validity of the Evidence-based Educational Innovation methodology (EBEI) was proven,
with a high dependence between steps, which increases as the process develops. This
study contributes a valid and reliable quality instrument to assess digital information
competencies and a validated educational innovation model that supports innovative
teaching practices.
Introduction
The penetration and daily use of Information and Communication Technologies (ICT)
have prompted teachers to incorporate technology for new types of interactions between
people and institutions in the training processes. The increasing use of these technologies
in the classroom makes evident the need to train teachers in critical 21st-century digital
competencies
Digital education necessitates technological training through various educational
activities. Among the types of technological literacy is information literacy, or the
development of digital competencies for the critical use of information (García Llorente
310
et al., 2019), which relates to the ability to store, access, understand, and use information
effectively (Ala-Mutka, 2011) to build new knowledge. It follows that teachers can use
this information for educational innovations in their classrooms (Ramírez-Montoya,
2012). Consequently, Tejedor (2007) points out that innovative teachers must rely on
evidence of good practices (OER, articles, resources, platforms, etc.) disseminated by
other teachers. The added value of this evidence-based information is that it can be
applied in activities to develop quality teaching practices. One model that allows teachers
to rely on evidence of good practice is EBEI.
This article aims to contribute to the connection between research and practice of
university teachers who use ICT. This relationship is ultimately verified through the
impact of teacher training programs, which assess teachers' competency to use digital
information for research and innovation in teaching practices. Therefore, the guiding
question of this study analyzes the perception that teachers have of their digital
information competency and their innovation skills in evidence-based teaching practices.
In addition, this research had two objectives: a) to contribute a scale measuring valid,
reliable, digital-information competencies of university teachers in bi-modal instruction
(face-to-face and distance) and to provide a validated theoretical model of educational
innovation linked to research.
Literature review
Teachers exert a strong external influence on student learning. They must be competent
in using technologies, especially since UNESCO declared digital competency as one of
the core competencies of the 21st century in 2016. Digital Information Competencies
(DIC) stand out in the reports of researchers such as (Álvarez & Gisbert, 2015; Moreno-
Guerrero et al., 2020). In today's knowledge society, teachers have to ensure that their
students are autonomous learners, can make decisions, solve problems, search and
analyze information from various sources, and build and reconstruct knowledge in
collaboration with others. Thus, mastery of digital teaching skills (Lucas et al., 2021) is
crucial for the professionalism and performance of teachers (Domingo-Coscollola et al.,
2019). Gudmundsdottir & Hatlevik (2018) pointed out that DIC is of utmost importance
in a reality where digital resources and media are part of everyday educational practices.
311
However, Pozos & Tejada (2018) commented that increasing digital literacy in teachers
and students is a challenge for higher education because few digital competencies are
evidenced in the university. Amhag et al. (2019) proposed that teacher trainers should be
the first to identify the added value offered by ICT in the context of teaching and learning
to increase teachers' motivation and apply ICT in their teaching practices.
Several aspects influence the development of digital competency. In the case of
teachers, researchers such as List et al. (2020) and Güneş & Bahçivan (2018) point out
factors that influence an adequate ICT integration, which include positive or negative
attitudes of teachers towards adopting technology, which depends on its usefulness. For
what is actually evident in practice and The professional digital competency needed by
teachers to use ICT meaningfully in classrooms (recognizing its role in the lives of
students and society) is almost always a misleading perception compared to the evidence
of its practice. Perhaps this misperception is due to the roles teachers have traditionally
played that have been modified with the eruption of ICTs in educational practice. Spiteri
and Chang Rundgren (2017) highlight the new teaching role to provide activities that
foster collaboration and exchange between students and teachers since learning is always
a social process.
On the other hand, Cela-Ranilla et al. (2017) add that the teacher must design
didactic proposals ensuring the centrality of the student, i.e., the student is the protagonist
of his or her learning. Following this line of thought, several authors, including Moreno-
Guerrero et al. (2020) and Quintas Cruz et al. (2017), invite reflection and verification of
DIC acquisition among teachers since these skills are essential, especially among
university teachers who also perform research and management functions. In addition, it
is still currently a matter of debate what digital competency in teaching involves and what
factors are considered (Engen, 2019; Lucas et al., 2021; Scherer et al., 2017).
Due to the importance of DCs, in this section, we intend to characterize them from three
points of view, the DC of the citizen, the Digital Teaching Competency (DTC), and the
Digital Information Competency (DIC). The latter is derived from the previous two and
is the subject of the present research.
312
The Digital Competency of the Citizen (DC), according to the DigComp model
(Ferrari, 2013), comprises a set of knowledge, skills, and attitudes required by the users
of ICT and digital media to develop tasks, solve problems, communicate, manage
information, collaborate, create, and share content. However, for other authors, DC is
complex to define, as they consider it multidimensional and protean (Güneş & Bahçivan,
2018; Pérez-Escoda et al., 2019). Hence, DC goes beyond technical skills (Instefjord &
Munthe, 2017). Consequently, DC is defined as the ability to use technologies critically
and creatively and select information and transform it into knowledge.
On the other hand, the DCC also becomes indispensable for the teacher who trains
citizens in these harsh and changing times. For this, undoubtedly, training that efficiently
develops the DTCs are necessary (Pettersson, 2018). Thus, as Krumsvik (2015) states,
the potential that new ICTs offer in teaching and research (functions of university
teachers) leads to significantly raising the quality of their teaching performance. Thus,
the DTC is understood as the skills, knowledge, and strategies specific to the teaching
profession that solve educational problems and challenges posed by the knowledge
society (Cabero-Almenara, Romero-Tena, Barroso-Osuna, 2020). Therefore, it can be
concluded that the DTC includes the dimensions inherent to the concept of citizen DC,
where one of its dimensions or areas such as CDI is conceived as transversal. The DTC
includes the effective use of technologies with pedagogical criteria.
Undoubtedly, due to technological progress and societal development, there is an
increasing amount of information available in virtual environments; therefore, DIC is
relevant. Rodríguez-Conde et al. (2012) and the Information Literacy Competency
Standards for Higher Education ACLR (2000) define DIC as the ability to recognize the
need for information to locate, evaluate, and use it effectively, and leverage it to build
knowledge and learning, responding to the problems of current education. Therefore, it
can be inferred that DIC is oriented toward critical thinking, creativity, and innovation,
so any research work needs to define these competencies.
Finally, DCs have been the subject of extensive research by the scientific
community because of their importance. Much study has focused on the patterns of
innovation and the integration of technologies in the classroom ( Hart & Laher, 2015).
This issue has brought about reflection on online teaching techniques and the massive
development of DC globally, even outside the teaching centers (Romero-Rodríguez et al.,
2020). Regarding DC assessments, some measure teachers' perceptions and attitudes
313
towards the use of technologies (Álvarez & Gisbert, 2015), while others measure possible
factors related to the DTC (Cai et al., 2017; Hatlevik & Hatlevik, 2018; Lucas et al., 2021;
Mirzajani et al., 2016). Many validate evaluation scales and characterization (Hatlevik &
Hatlevik, 2018; Scherer, Tondeur & Siddiq, 2017; Tourón et al., 2018).
314
Frameworks and Objectives Dimension/Area
Models
ISTE Standards This model aims to deepen The indicators highlight:
for Educators teaching practice, promote Exploring and applying educational
(ISTE, 2018) student collaboration, rethink approaches with ICT.
traditional approaches and Continuous reflection on practice.
encourage autonomous Participation in networks.
learning. Dialogue with the educational community.
DigCompEdu Details how digital technologies (1) teacher professional engagement, (2)
(Redecker & can be used to improve and digital resources, (3) digital pedagogy, (4)
Punie, 2017) innovate education and training. assessment and feedback, (5) student
empowerment,
(6) facilitates the development of students'
digital competency.
ICT To guide Chilean teachers in the (1) pedagogical, (2) technical and
Competencies and integration of ICTs. instrumental, (3) managerial, (4) social,
Standards for the ethical and legal, and (5) professional
Teaching responsibility and development.
Profession
(Enlaces, 2011)
ICT competencies To guide the process of teacher (1) Technological
for teacher professional development to (2) Pedagogical
professional improve educational innovation (3) Communicative
development with ICT. (4) Managerial
(MEN, 2013) (5) Investigative (search, sort, filter,
connect, and analyze information available
online.
Source: Own elaboration
Table 1 presents an overview of the leading frameworks and reference models for
working on and improving teachers' digital competency and points out standard
dimensions and elements, such as information processing and particularities specific to
each model.
Methodology
315
phase was quantitative, and the data were collected through the questionnaire instrument.
Subsequently, the second qualitative phase had a phenomenological orientation,
supported by instruments such as the interview and the observation grid.
Participants
The research was carried out at the Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), in
southern Ecuador. In phase one, the sample under study consisted of 271 bimodal teachers
(face-to-face and distance teachers) who instructed an evidence-based educational
innovation course using Open Educational Resources (OER). The study sample for phase
two consisted of 15 bimodal teachers who taught the educational innovation course face
to face and were also part of phase 1. Their participation in the courses made them an
ideal sample for this study. The level of education of the teachers ranged from bachelor's
to masters and doctoral degrees.
316
Data collection instruments and techniques
The semi-structured interview: The purpose of the interview in this research was to
investigate the teachers' mastery of information management. The interview was designed
in a semi-structured form. It was conducted with the teachers who participated in phase
1 in the four disciplinary areas, and it was done individually with their consent. Table 3
shows the relationship between the interview to the source of information, categories, and
indicators.
317
Table 3. Qualitative Data Collection Techniques (Interview)
Technique Source Category Indicators
Interview 15 Category 1: digital information I. information search, selection
teachers skills and evaluation skills, II.
selected information storage and retrieval
skills, III. information
communication and
dissemination skills, and IV. skills
in the use of OER.
Category 2: compliance with II. search for available evidence in
EBEI actions the bibliography or specialized
sites; VI. publication and
dissemination of the results of
innovation
Note: Own elaboration
The observation grid: The purpose of applying the observation grid was to analyze
important documents qualitatively. In this research, it was the good practice proposal
evidenced in the final assignment of the Educational Innovation course. Table 4 presents
the relationship of the observation grid to the source of information, categories, and
indicators.
318
Data analysis
First, the scale's construct validity was tested by confirmatory factor analysis,
using a 4-factor model and maximum likelihood as the estimation method. Once the scale
structure was determined, the internal consistency of each of the four subscales was
determined using Cronbach's alpha coefficient. Finally, to test the relationship between
the scale scores and various characteristics of the respondents, we analyzed variances,
taking the overall scale score as the dependent variable and various (personal, academic,
work and professional) performance characteristics of the subjects as independent or
covariate variables.
319
former makes it possible to compare the contingency table frequencies with those
expected under the independence hypothesis and study the correlations of the variables
in the contingency table. The latter provides a quantification of this relationship. From
the correlation matrix, it is possible to examine the relationships between the different
steps of the EBEI model.
Once the two-by-two relationships in the different steps of the EBEI model had
been verified, the risk indices associated with the non-compliance of the steps were
calculated as a function of the non-compliance before each step. The risk indices made it
possible to characterize, in the form of an odds ratio, the severity of the repercussions of
not complying with each of the previous steps, thus indicating which steps were critical
in the process presented by the EBEI model.
Once the relationships and the relative importance of the different EBEI steps
were established, the degree of dependence between them was studied. This allowed
establishing a predictive model, where the last step (VI. Publication and Dissemination
of Innovation Results) acted as a dependent variable in the model, and the other five steps
(I. Delimit the Object of Innovation; II. Search for Available Evidence in the
Bibliography or Specialized Sites; III. Innovation Formulation; IV. Implementation of
the Innovation; V. Innovation Evaluation) acted as independent variables. Therefore, this
approach assumed a dependency relationship between successive steps so that each could
be considered dependent on fulfilling the previous steps. Ultimately, step VI was
considered dependent on the previous five steps. Additionally, once this initial model was
established, other variables were added to it to improve its predictive capacity as much
as possible and to determine which possible factors increased the probability of
compliance with the different steps of the model.
Findings
A scale with appropriate validity and reliability allows measuring the purposes for which
it was constructed. The Cronbach's Alpha values found in the present research (Search
and evaluation competencies= .873; Storage and retrieval competencies: .893;
Information communication competencies: .805; OER use competencies: .788) indicated
high internal consistency, even for those subscales containing few items. In addition,
320
there was a high relationship between the four subscales of the test, so that a single overall
score was a good scoring option for the CD-REA scale. The latter was verified by the
high relationship that this global score maintained with several characteristics of the
sample of subjects, as indicated below. These results align with those pointed out by
Tondeur et al. (2017) and Tourón et al. (2018): Through the application of Cronbach's
Alpha, it was possible to determine the internal consistency of the scale items and, thus,
the quality of an instrument. Consequently, the CD-REA scale allowed the assessment of
teachers' digital competencies with appropriate validity and reliability.
As a type of integrative validity, construct validity makes it possible to determine
the structure of the dimensions of which it is composed. The Confirmatory Factor
Analysis (CFA) showed that the structure in four subscales was adequate to describe the
structure of the CD-REA. This allowed, once again, to determine that the scale meets the
requirements of reliability and validity and comprises a practical instrument helpful in
the analysis of digital information competencies and OER use of the bimodal teachers.
Additionally, it was found that the scores provided by the scale detailed in the study by
(Sarango-Lapo et al., 2020) were strongly associated with various teacher characteristics.
The high effect size found (R2= .421) indicated the suitability of the scale to accurately
assess the digital competencies of the teachers in the sample and to detect the factors
responsible for them. Therefore, it can be concluded that the association of the scale with
various teacher characteristics reinforced its usefulness in assessing digital competencies.
Likewise, the inspection of the characteristics associated with the CD-REA scale
scores allowed visualizing the profile of the ideal teacher in DIC for the use of OER in
teaching and research. Among these profiles, we have: a) a young person, which is in
agreement with Lucas et al. (2021), Cai et al. (2017) and Krumsvik et al. (2016); b)
preferably with a doctorate or master's degree, an aspect that coincides with Álvarez &
Gisbert, (2015), who stated that the degree of CD depends mainly on the academic level
achieved; c) with skills in ICT and OER training, which agrees with Ata & Yıldırım
(2019), who point out that these variables are strong predictors; d) innovative in the
classroom, as Rossi and Barajas (2018) point out, that a teacher is innovative when they
creatively use technology in the classroom; e) frequently communicates with students, in
agreement with Romero-Rodriguez et al. (2020), who pointed out interaction as a relevant
predictor: the more time a teacher communicates and interacts with students, the more
time they engage with other online applications.
321
Men were found to use ICTs more, but the differences from women were of low
magnitude, so the conclusion was that gender would not be relevant for this profile. This
aligns with Pozos & Tejada (2018) about gender not being a relevant variable; their
research did not find significant differences in the DC between the sexes. Regarding
teaching experience, its relationship with digital competencies was inverse, indicating
that a young teacher familiar with the digital world was more suitable than a more
experienced teacher, who lacked familiarity.
Thus, it was confirmed that the teacher characteristics described above impact the
development of DTC and predict the high or low competency of teachers, thus
responding, in some way, to the debate about the factors associated with DTC (Engen,
2019; Lucas et al., 2021; Scherer et al., 2017; Cai et al., 2017; Hart & Laher, 2015;
Hatlevik & Hatlevik, 2018; Mirzajani et al., 2016). Consequently, these results generally
lead to the idea that DTCs, specifically DICs, should be strengthened. Finally, it should
be noted that this scale aims to contribute to the various research studies (Álvarez &
Gisbert, 2015; Moreno-Guerrero et al., 2020; Ata & Yıldırım, 2019; García Llorente et
al., 2019) that reflect on teachers' DIC, highly valuing the use of OER and open
dissemination and publication in bimodal university teaching.
Regarding the confirmation of the EBEI model, the results supported the
usefulness of this model and the steps established to carry out innovation actions in
educational practice supported by technology. In other words, the results showed that, in
the EBEI methodology, the process was highly dependent on the steps that composed it
and that its importance increased as this process advanced. More specifically, the results
showed progressively greater importance from the initial steps to the final ones, with the
critical point corresponding to step III (formulation of the innovation). Thus, the
formulation of the innovation represents an opportunity for teachers to reflect on their
practice and have greater empathy in their working relationships and approach to the
exercise of research (Quintas Cruz et al., 2017).
The fulfillment of step I (delimitation of the object of innovation) did not have a
significant effect on step II (search for evidence); however, they are factors that promote
innovation linked to research since step I includes the need for change, the clarity offered
322
by the transformation, the field it covers, and its practicality (García-González and
Ramírez-Montoya, 2019). Consequently, this step should be understood and appreciated
with care (Ramírez-Montoya & García-Peñalvo, 2018).
On the other hand, in step II, the search for evidence or proven good practices that
support the formulated change should be evident (Fayomi et al., 2019). This had a
significant but weak effect on step III (innovation formulation). On the contrary, from
step III onwards, the effects became larger and more significant, even than the initial
steps. Thus, step IV (application of the innovation) was very dependent on the fulfillment
of step III, and step V (evaluation of the innovation) was very dependent on steps III and
IV. However, steps IV and V should be attended, especially by those teachers with a
master's degree, so it can be inferred that they will fulfill the subsequent steps. Finally,
step VI (publication and dissemination of the innovation) depends significantly on steps
V, IV and III, and also steps II and I. However, it should be considered first that step VI
(publication and dissemination of the innovation) can also be affected by work overload,
excessive teaching, and administrative work, among others.
As can be seen, these results suggest that for the ultimate goal of the EBEI model
(the publication and dissemination of educational innovation) to be met, it is necessary to
have developed all the previous steps. Doing so links teacher practice with research and
highlights the role of teachers in the dissemination of innovation (Hu et al., 2015). The
teachers should reflect and leverage innovation as evidence of good teaching practice
(Tejedor, 2007; Ramírez-Montoya, 2012) and create networks, share knowledge, and
build social spaces so that innovation efforts do not remain isolated (Quintero, 2017.
However, when this goal is not reached (e.g., when the innovation is evaluated, but the
results are not published, or when the innovation is implemented but not subsequently
evaluated), the influence of the initial steps on the final outcome is much smaller.
Moreover, the results of the logistic regression analysis confirmed these assumptions.
However, step IV was not retained as a predictor in the model, probably due to its strong
dependence on the immediately preceding and following steps (III and V). Likewise, the
analysis also showed that the steps' relevance as predictors increased, with progressively
higher weights and advantage ratios from the initial steps (I and II) to the final ones (III
and V).
In addition, the model also showed the importance of the academic level of the
teachers when it comes to completing the entire process, with the possession of a doctoral
323
degree being a good predictor of fulfillment. However, its absence would be associated
with a worse prognosis in terms of the outcome of the innovation actions. These findings
align with what Pascual and Navio-Gámez (2018) stated, who pointed to the professional
degree, among others, as an element that facilitates or hinders innovation. In the case of
teachers who have attained a doctoral degree, they have developed specific research skills
necessary to sustain an innovation proposal, thus evidencing the integration of their
professional experience with evidence-based practice (Sharples, 2013).
In this study, no other teacher characteristics, such as gender, teaching seniority,
academic area, number of hours dedicated to subject-related activities on the Internet, or
the number of courses followed, added significant predictive capacity to the model. This
contrasts with Lašáková, Bajzíková and Dedze (2017) about teachers' personal and
professional beliefs significantly influencing the development of innovation. Hence, these
results lead to propose the training instances to reinforce or strengthen the evidence-based
practice so that those teachers with other professional titles can be included in this
practice.
The results lead the present research to propose a teacher training model that links
research and educational innovation.
The proposed teacher education model considers the six steps of the EBEI model
and the DICs necessary for the research. On this basis, the philosophical, theoretical,
practical (political), and operational components proposed by Escudero-Nahón and
Ramírez-Montoya (2021) are developed, as shown in Figure 2.
324
Fig. 2. Model of teacher education for the digital era: Linking educational research and
innovation
325
their professional experience, stimulate innovation, research, and promote knowledge of
other educational cultures.
Regarding the operational component of the innovation model: It is designed to
allow educational institutions to find opportunities for internal innovation. so that, Based
on an understanding of their reality, teachers, individually or collaboratively, can apply
the knowledge they gained through the application of the model and propose innovative
solutions with social impact (Escudero-Nahón & Ramírez-Montoya, 2021), where the
results can be disseminated as new evidence and used for the teachers' professional
performance; hence, this model is distinguished according to its purpose philosophically.
326
Conclusions
From objective (1) of this study, it can be concluded that the scale measures the
digital information competencies of bimodal teachers with relevant validity and
reliability. The Cronbach's alpha values indicated high internal consistency, even for the
subscales containing few items. In addition, regarding construct validity, the CFA showed
that the structure in four subscales adequately describes the CD-REA structure, leading
to conclude that the scale meets the reliability and validity requirements. It constitutes a
useful instrument that could help analyze digital information competencies and OER use
in bimodal teachers and, depending on the results, reinforce training programs. In
addition, the scores provided by the scale explain how the teacher's characteristics
(personal, academic, work and professional performance) are associated with digital
competency, which further reinforces its usefulness.
From objective (2), based on the perceptions of bimodal teachers, the importance
of complying with the different steps of the educational innovation model was revealed.
The results confirmed the model underlying the evidence-based educational innovation
(IEBE) proposed by Tejedor (2007) and Ramírez-Montoya (2012); it highlighted the
existing dependence between the steps that comprise this methodology. Likewise, the
importance of research to facilitate the development of this methodology, raised by
different authors, was confirmed by including the doctoral degree as one of the predictors
of success in educational innovation. The existence of research skills in the teacher has
proved to be a relevant factor in the fulfillment of the innovation activity.
As with any study of these characteristics, the research has several limitations in
its scope and application. The most important is that the sample teachers were bimodal,
and, therefore, they combined characteristics of face-to-face and distance teachers
(something rare in most university teachers). Therefore, the results cannot be generalized
to all teachers, who may or may not be familiar with teaching innovations or the use of
ICT tools. Another limitation is that the study is based on teachers' self-perceptions and
could be biased with a considerable margin of subjectivity.
327
For future research, it would be interesting to determine whether there are
differences between face-to-face teachers and distance teachers in the aspects that the
scale is intended to measure (and, if so, what type of differences they are). Likewise, it
would be desirable to conduct additional analyses on the concurrent and predictive
validity of the scale to increase its usefulness and applicability in training contexts where
OER are integrated or where it is intended to enhance the development of digital
competencies. Another possible line of research would be to base future research on
objective cognitive and behavioral data instead of (or in addition to) self-perceptions.
Acknowledgments
The present investigation is part of the Doctorate Program on Education in the Knowledge
Society of the Research Institute of Educational Sciences (IUCE - http://iuce.usal.es) at
the University of Salamanca (Spain). The Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL)
and SENESCYT is also thanked for the support of this research. The authors wish to
acknowledge the technical support of Writing Lab, Institute for the Future of Education,
Tecnologico de Monterrey, Mexico, in the production of this work.
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334
APÉNDICE F. Curriculum vitae
Curriculum vitae
Producción Científica
Sarango-Lapo, C. P., Mena, J. J., Ramírez-Montoya, M. S., & Real, E.. (2020). La escala
de Competencia Digital y uso de Recursos Educativos Abiertos (CD-REA):
335
factores asociados a la competencia de los docentes universitarios
bimodales. Revista Ibérica de Sistemas e Tecnologias de Informação, E28, 545-558.
presentado en 04/2020.
Sarango-Lapo, C. P., Mena, J. J., Ramírez-Montoya, M. S., & Real, E. Metodología iebe
e innovación educativa: el caso de los docentes universitarios
bimodales. Profesorado Revista de Curriculum y Formación del Profesorado. (en
revisión).
336